Boletín del 10/08/2014

9° Domingo de Mateo

 

Oh Señor, cuando entraste estando las puertas cerradas,
llenaste de tu Santísimo Espíritu a tus discípulos,
soplando sobre ellos diciéndoles: “Atad y desatad los pecados”
y después de ocho días a Tomás mostraste tus manos y costado.
Nosotros junto con él te clamamos: Tú eres el Señor y Dios.
                                                                                                               Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 8

audio129Descendiste de las alturas, oh Piadoso,
y aceptaste el entierro de tres días para
librarnos de los sufrimientos.
Vida y Resurrección nuestra, oh Señor, gloria a ti.
 

Condaquio de la Transfiguración

Tono 7

Te transfiguraste en el monte, oh Cristo Dios,
y tus discípulos contemplaron tu Gloria según pudieron soportarla;
para que, cuando te viesen crucificado,
percibieran que tu Pasión fue voluntaria
y proclamaran al mundo que Tú eres verdaderamente el Resplandor del Padre.

Lecturas Bíblicas

Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios (3:9-17)

Hermanos: Nosotros somos colaboradores de Dios, entonces ustedes, labranza de Dios, edificación de Él. Conforme a la Gracia de Dios que me fue dada, yo, como hábil arquitecto, puse el cimiento, y otro construye encima. ¡Mire cada cual cómo construye! Pues nadie puede poner otro  cimiento que el ya está puesto: Jesucristo. Y si uno construye sobre este cimiento con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, la obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día, que ha de revelarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la probará el fuego. Aquél, cuya obra, construida sobre el cimiento, resista, recibirá la  recompensa; mas aquél, cuya obra quede abrasada, sufrirá la  pérdida. Él, no obstante, se salvará, pero como a través del  fuego.

¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu de Dios  mora en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo  destruirá a él; porque sagrado es el templo de Dios, que lo son  ustedes.

Evangelio según San Mateo (Mt. 14: 22-34)

En aquel tiempo, Jesús obligó a  los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la gente. Después de despedir a la  gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer estaba allí solo. La  barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios,  zarandeada  por las olas, pues el viento era  contrario. Y en la madrugada vino Él  hacia ellos, caminando sobre el mar.  Los discípulos viéndolo caminar  sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se  pusieron a gritar. Pero al instante les  habló Jesús diciendo: «¡Ánimo, que  soy Yo! No teman.» Pedro le  respondió: «Señor, si eres Tú,  mándame que vaya hacia Ti sobre  las aguas.» «¡Ven!», le dijo. Bajó  Pedro de la barca y se puso a  caminar sobre las aguas yendo hacia  Jesús. Pero, viendo la violencia del  viento, le entró miedo y, como  comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor,  sálvame!» Al punto Jesús, tendiendo  la mano, lo agarró y le dijo: «Hombre  de poca fe, ¿por qué dudaste?»  Subieron a la barca y amainó el  viento. Y los que estaban en la barca  se postraron ante Él diciendo: «Verdaderamente eres el Hijo de  Dios.» Terminada la travesía,  llegaron a tierra en Genesaret.

Mensaje Pastoral

Fe dinámica

 En la lectura evangélica de este día, Jesús ratifica a sus discípulos lo que les había mostrado en la multiplicación de los panes. Dios, Quien proveyó  awalking_on_waterl Israel en el Antiguo Testamento y envió el maná para sostenerlo, una vez más da de comer a su nuevo pueblo; y he aquí que viene caminando sobre las aguas, «y quería pasarles de largo», dice san Marcos (Mc 6:48); una imagen que recuerda el paso de la Gloria de Dios ante Moisés y Elías (Ex 33:19, 1Re 19:11). Cuando los discípulos lo vieron, se asustaron; entonces Jesús les dijo: «¡Yo Soy!, no tengan miedo.» (Jn 6:20). «¡Yo Soy» es el Nombre con el que Moisés identificó a Dios en el Monte Horeb (Ex 3:14) y con el que Jesús, cada vez más, se mostraba a sus discípulos y, por medio de ellos, a toda la Iglesia. No cabe duda que Éste que provee a su pueblo y muestra su Gloria es «verdaderamente el Hijo de Dios», tal como los Doce en el barco exclamaron.

El recuadro del milagro nos coloca intensamente ante la realidad de la fe en Cristo Dios: la fe de los discípulos que luchan en el mar, la fe de Pedro que camina sobre las aguas, y la fe de él mismo, que duda y se arrepiente:

•             Lucha: Cristo envió a los discípulos delante de Él. Quería que estuvieran solos, y «el viento era contrario». Ellos tenían que seguir luchando para llegar al otro lado. Algunas veces, el Señor dispone que estemos solos, o nos lo da a entender o sentir, y con ello nos instruye en la fe. San Siluan de Athos tuvo una experiencia parecida del abandono divino; llegó a sentir que la Gracia divina lo dejó y que estaba solo en un abismo de perdición; en medio de su grito y plegaria escuchó la voz divina diciéndole: «Guarda tu mente en el Hades y no te desesperes.» La soledad en los apuros y el abandono forman parte de la instrucción del Padre compasivo para con sus hijos, que no permite «seáis tentados sobre vuestra fuerza» (1Cor 10:13). Por lo que la lucha constante y la paciencia forman la primera piedra de la fe en Cristo.

•             Consuelo: en la marcha espiritual, Dios no deja a sus amados sin consuelo. Que Jesús camine sobre el agua es natural para la fe primigenia de los discípulos que han visto muchas señales; pero que Pedro lo haga (caminar sobre el agua), con el mandato del Señor, ya es un consuelo que los confirma –a él y a sus compañeros– en la lucha: «quien crea en Mí, ése hará también las obras que Yo hago y hará mayores aún»           (Jn 14:12). Si Dios nos educa con cierto castigo o abandono, también suele asistirnos con su dulce mirada, confortación e intervención poderosa que nos hace advertir la virtud de la fe. ¿Qué es lo que ha impulsado a millares de testigos hacia el martirio de sangre y de vida diaria –«por amor de Ti estamos muriendo todo el día» (Rom 8:36)–, si no es la certeza del consuelo presente que se tiene a lo largo de la «vida en Cristo»?

•             Penitencia: Pedro caminó sobre las aguas, más bien, sobre las olas de la fe; pero, «viendo la violencia del viento, le entró miedo». ¿Cuántas veces la fuerza de las preocupaciones nos distrae de Aquél en quien hemos puesto nuestra confianza? ¿Cuántas veces la violencia de las tentaciones nos hace olvidar las promesas y las esperanzas?, y nos caemos. Pero el mérito de Pedro se encuentra en que, ahogado, supo exclamar: «¡Señor, sálvame!». En uno de los relatos monásticos, el demonio se quejaba amargamente: todo el trabajo que elaboraba con perfección y constancia se echaba a perder con la humildad y el arrepentimiento sinceros del monje.

La fe no es un ejercicio racional o ideológico: es una marcha de ahínco y esfuerzo. La marcha implica tropiezos y caídas; las caídas provocan penitencia («¡Señor, sálvame!»); la penitencia y la confesión atraen al corazón consuelo y Gracia. Un caminar paciente y progresivo hasta que «el viento amaine» y la barca llegue al puerto de la Salvación.

Nuestra Fe y Tradición

Sobre el Icono de la Dormición de la Madre de Dios

DormitionEl icono de la “Asunción de la Santa Madre de Dios” presenta la dormición de la Virgen Maria y su asunción al cielo por parte de Jesucristo. En el icono de la “Asunción de la Madre de Dios” de Pskov, del siglo XIII, la Virgen, que se ha dormido, se encuentra rodeada por los apóstoles dolientes. Más allá de los apóstoles, están también los santos obispos. En las ventanas vemos a las mujeres, que lloran. En el icono prevalecen tonalidades oscuras y sombrías. Pero el manto sobre el que la Virgen se encuentra es luminoso y esto nos comunica que ella acepta con serenidad y alegría su muerte. En la base de la composición está el triángulo. Los personajes principales son la Madre de Dios, cuyo cuerpo está extendido sobre un catafalco, y Jesucristo, que se yergue sobre de ella y tiene en las manos a un niño fajado de vestidos resplandecientes de color blanco como la nieve. Este niño representa el alma inmaculada de la Virgen María.

La figura de Cristo Salvador es muy vertical. Con ello se afirma la contraposición y la superioridad de la vida inmortal en el reino de los cielos, con la muerte y la limitación de la vida sobre la tierra.

Golpea el dolor de los apóstoles: no entienden todavía la grandiosidad de lo que está sucediendo, del triunfo de la inmortalidad sobre la perfección de la vida terrenal de la Madre de Dios. Solía llevarse el icono de la Dormición a la casa de los moribundos. Esta imagen consolaba y daba paz: en el icono se afirma la inmortalidad del alma y la vida eterna.

La representación, en el mismo icono, al mismo tiempo, de más acontecimientos, fue una práctica normal y no suponía ninguna dificultad en la veneración de la imagen. Tal tradición también existió en el arte europeo, pero se extinguió hacia finales del siglo XV.

La Dormición de la Madre de Dios tuvo lugar en la casa de Juan Evangelista, dónde vivía después de la crucifixión de Cristo. Como es habitual, según la tradición y los cánones del lenguaje simbólico de la iconografía, no se representa la parte interior de la casa, sino las columnitas que marcan el edificio en que se está produciendo el hecho.

En el icono de la Dormición se representan dos espacios distintos. Uno es real: a él pertenecen el lecho de la Virgen, los apóstoles, los santos y el fondo arquitectónico; el otro es místico, es el de Cristo. Ambos espacios están vinculados a la acción mística, la asunción del alma de María: el espacio místico permanece invisible para los que están alrededor del lecho de María.

El Hijo de Dios, nacido de la Virgen, ha tomado semblante corporal y humano, ha venido a tierra y ha vivido en el normal espacio terrenal. Después de la crucifixión y la muerte sobre la cruz, ha resucitado y ha entrado en otro espacio “que no es de este mundo”, y que se indica en los iconos con la mandorla, la aureola, llena de fuerzas celestes: los ángeles “invisibles”.

Vida de Santos

La Dormición de la Virgen

15 de Agosto

Según la Tradicion: Aconteció una vez que la Santísima Virgen María se encontraba orando en el Monte de Eleón (cerca de Jerusalén)Icon_Dormition_02-300x225 cuando se le apareció el Arcángel Gabriel con una rama de palma del Paraíso en sus manos y le comunicó que en tres días su vida terrenal iba a llegar a su fin y que el Señor se La llevará consigo. El Señor dispuso que, para ese entonces, los Apóstoles de distintos países se reunieran en Jerusalén. En el momento del deceso, una luz extraordinaria iluminó la habitación en la cual yacía la Virgen María. Apareció el propio Jesucristo, rodeado de Ángeles y tomó Su purísima alma. Los Apóstoles enterraron el purísimo cuerpo de la Madre de Dios, de acuerdo a Su voluntad, al pie de la montaña de Eleón, en el jardín de Getsemaní, en la gruta donde se encontraban los cuerpos de Sus padres y el de San José. Durante el entierro ocurrieron muchos milagros. Con sólo tocar el lecho de la Madre de Dios, los ciegos recobraban la vista, los demonios eran alejados y cualquier enfermedad se curaba.

Tres días después del entierro de la Madre de Dios, llegó a Jerusalén el Apóstol Tomás que no pudo arribar a tiempo. Se entristeció mucho por no haber podido despedirse de la Virgen María y, con toda su alma, expresó su deseo de venerar Su purísimo cuerpo. Cuando se abrió la gruta donde fue sepultada la Virgen María, Su cuerpo no fue encontrado y sólo quedaron las mantas funerarias. Los asombrados Apóstoles retornaron a su vivienda. Al anochecer, mientras rezaban, oyeron un canto angelical y al levantar la vista pudieron ver a la Virgen María suspendida en el aire, rodeada de Ángeles y envuelta en un brillo de gloria celestial. Ella les dijo a los Apóstoles: “¡Alégrense! ¡Estaré con ustedes todos los días!”

Sentencias de los Padres del Desierto

Caminar de la vida Espiritual

  • El abad Pambo preguntó al abad Antonio: «¿Qué debo hacer?». El anciano contestó: «No confíes en tu justicia; no te lamentes del pasado y domina tu lengua y tu gula.
  •  Dijo San Gregorio: «De todo bautizado Dios exige tres cosas: una fe recta para el alma, dominio de la lengua; castidad para el cuerpo».
  •  El abad Pastor dijo: «La guarda del corazón, el examen de si mismo y el discernimiento, son las  tres virtudes que guían al alma»

Boletín del 03/08/2014

La Transfiguración de nuestro Señor Jesucristo

80 Domingo de San Mateo 

Oh Verbo Luz inmutable, Luz del Padre sin nacimiento:
con tu luz, que apareció hoy en el Monte Tabor,
hemos visto al Padre Luz y al Espíritu Luz que iluminan toda la creación.
                                                                                                                   Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 7

audio27

Destruiste la muerte con tu cruz
y abriste al ladrón el Paraíso;  
a las Mirróforas los lamentos trocaste
y  a tus Apóstoles ordenaste predicar
que resucitaste,  oh Cristo Dios,
otorgando al mundo la gran misericordia.

Tropario de la Transfiguración

Tono 7

Te transfiguraste en el Monte, oh Cristo Dios,
revelando a los discípulos tu Gloria según pudieran soportarla.
¡Que tu eterna luz resplandezca sobre nosotros, pecadores!
Por la intercesión de la Madre de Dios, oh Dador de Luz, ¡gloria a Ti

Condaquio de la Transfiguración

Tono 7

Te transfiguraste en el monte, oh Cristo Dios,
y tus discípulos contemplaron tu Gloria según pudieron soportarla;
para que, cuando te viesen crucificado,
percibieran que tu Pasión fue voluntaria
y proclamaran al mundo que Tú eres verdaderamente el Resplandor del Padre.

Lecturas Bíblicas

Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios   (1: 10-17)

Hermanos: Les ruego, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengan todos un mismo hablar, y no haya entre ustedes divisiones; antes bien, estén unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio. Porque, hermanos míos, estoy informado de ustedes, por los de Cloe, que existen discordias entre ustedes. Me refiero a que cada uno de ustedes dice: «Yo soy de Pablo», «Yo de Apolo», «Yo de Cefas», «Yo de Cristo.» ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por ustedes? ¿O han sido bautizados en el nombre de Pablo? ¡Doy gracias a Dios por no haber bautizado a ninguno de ustedes fuera de Crispo y Gayo! Así, nadie puede decir que han sido bautizados en mi nombre. También bauticé a la familia de Estéfanas. Por lo demás, no creo haber bautizado a ningún otro.
Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio; y no con sabiduría de palabras, para no desvirtuar la cruz de Cristo.

Evangelio según San Mateo (14: 14-22)

En aquel tiempo, vio Jesús mucha gente y sintió compasión de ellos y curó a sus enfermos. Al atardecer se le acercaron los discípulos diciendo: «Éste es un lugar desierto y se hace tarde. Despide, pues, a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren comida.» Mas Jesús les dijo: «No tienen porqué marcharse; denles ustedes de comer.» Ellos le dijeron: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces.» Él dijo: «Tráiganmelos acá.» Y ordenó a la gente sentarse sobre la hierba; tomó luego los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos llenos. Y los que habían comido eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Inmediatamente obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la gente.

Mensaje Pastoral

Eucaristía

Parece que el milagro de la multiplicación de los panes tuvo una importancia excepcional en la conciencia de la Iglesia primitiva, que los multiplicación-de-los-panescuatro Evangelistas lo mencionan y, más aún, Mateo y Marcos nos cuentan que el acontecimiento sucedió dos veces: en la primera, Jesús dio de comer a cinco mil hombres (Mt 14:13-21, Mc 6:31-44) y en la segunda, a cuatro mil hombres (Mt 15:32-38, Mc 8:1-10). Además, la multiplicación de los panes es una de las siete señales que san Juan expone en su Evangelio y que siempre las tiene vinculadas a cierta enseñanza; en el presente caso, el relato de san Juan (6:1-15) está ligado estrechamente con el Sermón de Jesús acerca del Pan de la vida (Jn 6:22-66): «Yo soy el Pan vivo, bajado del cielo», «el que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene vida eterna». Entonces el lugar privilegiado que esta señal obtiene en la tradición bíblica se debe a su sentido eucarístico, y lo confirma el hecho de que los cuatro evangelistas describen la acción milagrosa del Señor –«levantando los ojos al cielo, bendijo, y partiendo los panes, se los dio a los discípulos»– de una manera casi igual a lo sucedido en la Última Cena ((Mt 26:26).

La lectura profunda del milagro, a la luz de su referencia eucarística, nos proporciona tres observaciones importantes:

Antes de efectuar el milagro, Jesús pidió a sus discípulos: «Vengan también ustedes aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco» (Mc 6:31). Como si les estuviera preparando antes del evento sublime que seguiría: cierto aislamiento del ruido del mundo; descanso para el alma «con Él», lejos de la agitación de las responsabilidades cotidianas; un «alto» para examinar lo que se ha hecho. Esta actitud preparatoria (serenidad, examen de conciencia profundo y penitencia) es indispensable para todo feligrés que se aproxima al santo Cáliz. La comunión frecuente, como una práctica propicia, no debe conducir a negligencia, ligereza y, en consecuencia, a menosprecio ante el «terrible Misterio». Parte de esta preparación es también el ayuno eucarístico: la multitud siguió a Cristo sin importarle las necesidades del cuerpo; sabían que ya la noche llegaba y que no tenían comida; sin embargo, la palabra de Jesús les hizo dejar de lado el pan de cada día, a semejanza de David: «Me olvidé de comer mi pan» (Sal 102:4). El ayuno antes de la Comunión es este olvido que provoca en el alma sed de la palabra de Dios, hambre del Pan de vida.

Podemos observar también que la muchedumbre ofreció todo lo poco que tenía (cinco panes y dos pescados) y recibió mucho más de lo que esperaba (sobraron doce canastos llenos). Así la Gracia sobreabunda en nuestra vida que la ofrecemos sinceramente en el santo Altar junto con el pan y el vino. ¡Es indigna y miserable! No importa: a partir de la penitencia, confesión y santa Comunión será injertada con la vida de Cristo.

Y el tercer punto digno de reflexión es que Cristo pretendió que los discípulos participaran en el milagro cuando «les mandó que acomodaran a todos por grupos sobre la verde hierba, y se acomodaron por grupos de cien y de cincuenta» (Mc 6:39). «Hágase todo con decoro y orden», dice san Pablo (1Cor 14:40). Y por medio de ellos, repartió el pan a todos los presentes: «los iba dando a los discípulos para que se les fueran sirviendo» (Mc 6:41); sin embargo, Él fue Quien efectuó el milagro. No es el sacerdote quien «da misa» sino que es meramente el «ministro del Misterio» tal como los discípulos lo fueron: Cristo mismo es el Sumo Sacerdote «que ofrece y es ofrecido». La Divina Liturgia, en su totalidad –gestos litúrgicos, vestimenta sacerdotal, cánticos y rúbricas–, procura colocarnos en esta realidad del gran milagro de la Eucaristía.

La preparación, el ayuno, el servicio y la ofrenda personal es lo que nos toca hacer ante la Cena milagrosa, Cristo se encarga de la multiplicación: de su Presencia desborda la Gracia en abundancia que el alma, jubilosa, exclama con lágrimas las palabras de san Isaac el Sirio: «Calma en mi las olas de tu Gracia.»

Nuestra Fe y Tradición

La Transfiguración y la Cruz

Si contemplamos el icono que está en la parte oriental de la Catedral Bizantina de San Apolinario en Ravinna, Italia del Norte, podemos admirar el icono de la Transfiguración que se remonta al siglo XI donde la iconografía todavía se prestaba del simbolismo que dominaba en los primeros Siglos del arte cristiano. En presentación del Cristo Transfigurado podemos ver una Cruz adornada, con una medalla en medio con el Rostro de Jesús, acompaña la Cruz del lado superior la escritura griega ΗΧΘΥΣ (pez) cuyas letras son las iniciales de (Jesús Cristo Hijo de Dios Salvador) y de lado inferior la frase latina “Salusmundi” (Salvación del mundo). Abajo podemos ver tres ovejas que simbolizan a los tres discípulos que participaron en el evento divino: Pedro, Juan y Santiago; y a los dos lados de la cruz están presentados de un modo iconográfico Moisés y Elías tal como el texto bíblico lo ilustra.

Es digna de reflexión la presentación de Cristo Transfigurado como una Cruz. En realidad la Transfiguración ocurrió durante la última subida de Jesús a Jerusalén, eso es, previamente a la Pasión. (De hecho en la Tradición de la Iglesia Católica Romana la lectura evangélica de la Transfiguración se ubica en el Segundo Domingo de la Cuaresma, o sea, previamente a la Semana Santa). Además hay interesantes elementos de similitud entre lo sucedido en el monte y lo sucedido en Getsemaní: en ambas situación Jesús llevó consigo a los mismos tres discípulos y en la noche. Los mismos que “contemplaron su gloria” tenían que presenciar su agonía. La Cruz y la Transfiguración forman un camino único.

El contexto bíblico confirma este sentido espiritual esencial de la Transfiguración. Al iniciar los el Evangelistas el relato de la Transfiguración diciendo “Seis días después” (Lucas dice: “Ocho días después”), ilustran una relación estrecha con lo acontecido previamente. Pedro confiesa que Jesús es “el Cristo, el Hijo de Dios vivo”, luego Jesús anuncia la Pasión y la crucifixión, además exhorta a sus seguidores a la negación de sí mismo: “Si alguno quiere venir atrás de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.” Y la consecuencia final es hablarles de “algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino.”

“Seis días después”… la Transfiguración. Pues, “algunos” (Pedro, Santiago y Juan) apreciaron en la Transfiguración “al Hijo del hombre venir en su Reino”. Este Reino no es alcanzado sino por asumir la Cruz. Durante la Transfiguración aparecieron Moisés y Elías y, según San Lucas, hablaban con Él sobre “su partida que iba a cumplir en Jerusalén”. Entonces no podemos entender la Transfiguración sino a la luz de la Pasión y viceversa. Dice el Condaquio de la Fiesta: “Te transfiguraste en el monte… para que, cuando te viesen crucificado, percibieran que tu Pasión fue voluntaria.”

Efectuada la Transfiguración, como experiencia dulce y gloriosa, los discípulos querían extender su estancia más tiempo –o todo el tiempo– sobre el monte de Tabor: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías» (Mc 9: 5). Pero el Señor ignoró su propuesta y decidió bajar del monte de la Transfiguración con ellos para encontrarse con el epiléptico, con el hombre y sus angustias. La Gloria de Cristo, que se manifestó entre los discípulos –y por ellos sobre toda la Iglesia–, no es una ilusión pasiva y apática que satisface los sentimientos y emociones del hombre sino una Luz activa que enfrenta al mundo: enfrenta al dolor y lo transforma en consuelo y curación, enfrenta a la tristeza y la convierte en esperanza, enfrenta a la pasión y la transmuta en amor a Dios y al prójimo.

Cristo no pretende con llevarlos a Tabor a  que se aíslen del sufrimiento del mundo, más bien, que se involucren en él. No se trata entonces de un escape de la realidad de este mundo sino de un acompañamiento salvador “Aunque ande en medio de la sombra de la muerte, miedo no tendré, porque conmigo estás (Salmo 22). Entonces, “cualquier visión de una transfiguración cósmica que no viene a través de la asunción de la cruz, de la negación propia y de una compasión práctica es mero sentimentalismo”, dice el obispo Kallistos Waire.

Los iconos vistos desde la Transfiguración

Al hablar de los iconos, es necesario hacerlo de “una gracia que lleva la luz de Cristo”. En la iconografía ha encontrado su expresión una ciencia ortodoxa, el hesicasmo: Dios es desconocido en su esencia. Pero este Dios se manifiesta con su gracia a través de una energía divina que Él infunde en el mundo. Dios emana luz en el mundo.

Como enseñaba San Gregorio Palamas (1296-1359), Jesucristo es la Luz, y su enseñanza es la iluminación de los hombres. De una forma aceptable para los hombres, esta luz divina fue manifestada por Jesucristo a sus discípulos más próximos sobre el monte Tabor: “… Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías, que conversaban con él” (Mt 17,1-3).

La luz de la Trasfiguración sobre el Tabor no era ni sensual ni material, y los apóstoles iluminados por ella eran dignos de ver la no carnal “luz sobrenatural”.

La luz en la ortodoxia, bajo la influencia del hesicasmo, ha adquirido un significado especial y un sentido específico. Todo lo que hay que hacer con Dios está penetrado por un esplendor divino y lleva a la luz. El mismo Dios en su inaccesibilidad e incomprensibilidad es una “oscuridad sumamente clara”.

¿Cómo mostrarlo, aunque podamos usar el lenguaje de los símbolos? ¿Cómo podemos representar este “esplendor blanco como la luz” en la escena de la Trasfiguración? Los pintores de los iconos han intentado hacer lo imposible. Si han tenido éxito, podemos juzgarlo por las imágenes de la “Trasfiguración” que han llegado hasta nosotros.

Las energías divinas han agitado la tierra, y más sutilmente se hacen evidentes los bordes de las colinas del icono, “…una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle”. Y los apóstoles cayeron por tierra llenos de miedo, tapándose los ojos con las manos.

La figura de Cristo emana una luz increible, que lleva al mundo la gracia y la iluminación espiritual. Sus rayos están diseñados en el icono con pinceladas doradas, que se propagan radialmente desde su Fuente inexplicable.

Vida de Santos

La Transfiguración de Nuestro Salvador

6 de agosto

Los Evangelistas Mateo, Marco y Lucas relatan la Transfiguración de Jesucristo sobre el monte Tabor, cuando Su aspecto cambió y se hizo luminoso. He aquí, como relata el Evangelista Mateo la Transfiguración del Salvador:

“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres tiendas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien he mostrado mi complacencia; a él oíd. Al oír esto los discípulos, se echaron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se acercó, los tocó y dijo: Levantaos y no temáis. Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo. Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: En verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista” (Mat. 17:1-12).

Sentencias de los Padres Desierto

Virtud
  • El abad Zenón, discípulo del abad Silvano, decía: «No habites en un lugar famoso, ni vivas con un hombre de gran reputación, ni pongas cimientos a la habitación que te construyas».
  • Dijo abad Pastor: «Enseña a tu corazón a cumplir lo que a otros enseñas con tus palabras». Y añadió: «Los hombres cuando hablan parecen perfectos. Al cumplir lo que dicen no lo son tanto».
  • Se decía del abad Arsenio y del abad Teodoro de Fermo que por encima de todo aborrecían la vanagloria. El abad Arsenio no acudía fácilmente a las llamadas de sus visitantes. El abad Teodoro sí acudía, pero era como una espada para él.

Boletín del 27/07/2014

7° Domingo de Mateo

Memoria de San Pantaleón

¡Oh Santo luchador,
Pantaleón, el sanador! Intercede al Piadoso Dios
para que otorgue la remisión de las iniquidades
a nuestras almas.

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 6

Los poderes celestiales aparecieron sobre tu sepulcro;
y los guardias quedaron como muertos;
María se plantó en el sepulcro buscando Tu Cuerpo Purísimo;
sometiste al hades sin ser tentado por él;
y encontraste a la Virgen otorgándole la vida.
¡Oh Resucitado de entre los muertos, Señor, gloria a Ti!

Tropario de San Pantaleón

Tono 4

¡Oh Santo luchador,
Pantaleón, el sanador! Intercede al Piadoso Dios
para que otorgue la remisión de las iniquidades
a nuestras almas.

Condaquio de la Transfiguración

Tono 7

Te transfiguraste en el monte, oh Cristo Dios,
y tus discípulos contemplaron tu Gloria según pudieron soportarla;
para que, cuando te viesen crucificado,
percibieran que tu Pasión fue voluntaria
y proclamaran al mundo que Tú eres verdaderamente el Resplandor del Padre.

Lecturas Bíblicas

Segunda Carta del Apostol San Pablo a Timoteo  (2:1-10)

Hijo mío, Timoteo: Mantente fuerte en la Gracia de Cristo Jesús; y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, a instruir a otros. Soporta las fatigas como un buen soldado de Cristo Jesús. Nadie que se dedica a la milicia se enrede en los negocios de la vida, si quiere complacer al que le ha alistado. Y lo mismo el atleta; no recibe la corona si no ha competido según el reglamento. Y el labrador que trabaja es el primero que tiene derecho a percibir los frutos. Entiende lo que quiero decirte, pues el Señor te dará la inteligencia de todo.

Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, descendiente de David, según mi Evangelio; por Él estoy sufriendo hasta llevar cadenas como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso, todo lo soporto por los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación que está en Cristo Jesús con la gloria eterna.

 Evangelio según San Mateo (9: 27-35)

En aquel tiempo, al pasar Jesús, lo siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!» Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creen que puedo hacer eso?» Le respondieron: «Sí, Señor.» Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en ustedes según su fe.» Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Cuiden que nadie lo sepa!» Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca. Salían ellos todavía cuando le presentaron un mudo endemoniado. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel.» Pero los fariseos decían: «Por el príncipe de los demonios expulsa los demonios.» Jesús recorría todas las ciudades y aldeas enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda dolencia y toda enfermedad.

Mensaje Pastoral

El milagro: ¿regla o excepción?

«Jamás se vio cosa igual en Israel.»

Jesús en la lectura evangélica de hoy cura a dos ciegos y luego a un mudo en un contexto de varias curaciones; la gente se maravilló por lo que estaba sucediendo, mientras los fariseos impíos atribuían las obras de Jesús a Satanás: «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios». Es un pasaje que nos estimula a pensar sobre «el milagro».

El milagro es el acontecimiento que supera la razón del hombre. Esta definición nos permite proponer tres fuentes posibles del milagro:

Es obvio que los fariseos, endurecidos de corazón, se equivocaron en su juicio sobre las obras de Jesús; pero en realidad, sí que «el príncipe de los demonios» es capaz de hacer cosas extraordinarias. El libro del Apocalipsis nos lo advierte: «Seduce a los habitantes de la tierra con las señales que le ha sido  concedido  obrar  al  servicio  de  la  Bestia»  (Ap 13:14). El mismo Señor señala que «surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos» (Mt 24:24). Esta advertencia no ha de atemorizar a los fieles, más bien, de guardarlos en la vigilia respecto a todo lo que se les expone, por más grandioso que sea. La práctica de la magia, lectura de cartas o del café entre otras cosas –que en su mayoría no son más que ilusión y engaño estúpidos–, deja espacio para influencia y dependencia satánicas; por lo que la santa Iglesia condena rotundamente estas prácticas. San Pablo considera a la hechicería como una de «las obras de la carne» (Gal 5:20). La magia, por más que logre adivinar con exactitud, su fin será la destrucción del hombre y su perdición lejos de Dios.

La capacidad del mismo hombre es también una fuente verídica del milagro. Lo que ayer era imposible, ahora ya no: el hombre llega a la luna, la comunicación es instantánea, y la medicina ha evolucionado asombrosamente. Además, las capacidades metafísicas de la mente humana no han sido explotadas más que en un porcentaje mínimo, dice la ciencia. En realidad, si bien el cristianismo anima y, aún más, inspira la creatividad humana a favor del bien del mundo, reprocha el egoísmo que pudiera ensuciar estos intentos, y la soberbia, la puerta más ancha que da entrada a la acción diabólica en la creación de Dios (el relato de Adán).

El milagro que viene de Dios es paralelo a la fe. En la lectura evangélica de hoy, Jesús pregunta a los dos ciegos: «¿Creen que puedo hacer eso?» Las señales del Señor, lejos de cualquier espectacularidad, requieren de fe y conducen a ella. Cada principiante de nosotros, con una contemplación sincera, puede concluir que el mundo está lleno de milagros de Dios: el orden del universo, las estrellas, la elegancia de la naturaleza, el nacimiento de un infante, la célula humana…; pero cada vez que se navegue más en el mar de la fe, el descubrimiento del milagro será más palpable y personal: la intervención benévola de Dios en la vida de «sus amigos» se vuelve un milagro constante, milagro que genera en el alma no nada más admiración sino también paz y devoción.

No pidamos al Señor señales, sino su Presencia «venga tu Reino». La bondad de su Presencia nos hará descubrir la definición cristiana del milagro:

«Todas las cosas obran en conjunto al bien de los que aman a Dios» (Rom 8:28).

Vida de Santos

San Pantaleón

27 de Julio

Un hombre cuya vida fue cuatro años más corta que la del Salvador a quien él sirvió; sus veinSan Panteleimontinueve años alcanzó suficientes logros en la ciencia y la religión que llenarían con su esplendor todo aquel siglo. Como el gran San Lucas del Nuevo Testamento, Pantaleón era doctor y se le recuerda con reverencia como “médico glorioso.“Pero diferencia de aquél, Pantaleón alcanzó la santidad no por su evangelización, sino por sus talentos como médico, pues sus esfuerzos en contra del sufrimiento, fueron aumentados gracias al poder divino. Pantaleón “el todo misericordioso” nació en el año 275 d.C en Nikomedia, Asia Menor; de padre pagano y madre cristiana. De su padre sacó el intelecto profundo; de su madre, la conciencia espiritual; cualidades que, primero, lo empujarían al reconocimiento, y después hacia la tragedia, en un lapso relativamente corto. De apariencia atractiva y porte noble, Pantaleón fue discípulo del médico más notable del Imperio, Eufrosinos. Al poco tiempo, su profundo conocimiento y habilidad para curar le atrajo la atención del emperador Maximiano, quien lo incorporó a su servicio personal y al de la corte. Aunque esto aumentó grandemente su fama, el joven médico continuó curando a la gente del pueblo. El piadoso cristiano Ermolaos, quien por su abierta promoción del Cristianismo era perseguido constantemente por el imperio, conoció a Pantaleón y alabó su habilidad médica, induciéndolo a que conociera “la curación proveniente de lo más Alto”. Después de una serie de encuentros, el médico vino a conocer su verdadera vocación cristiana, y a partir de entonces, como hombre de ciencia sus profesionalismo fue subordinado a su papel de seguidor de Cristo. Continuaba curando a sus pacientes, pero ahora en el nombre del Señor, es decir en nombre del mayor Médico de todos. Su poder de curación ya no era atribuible sólo a su habilidad como médico, sino también, a una intervención divina. Conforme creció su reputación, Pantaleón llego a ser conocido, más como un hombre de Dios que de ciencia, reconocimiento que provocó la ira y condena del emperador. Una vez apresado e interrogado, se le ofreció una última oportunidad de elección entre Cristo y los ídolos; su respuesta fue una reafirmación de su cristiandad. No todas las acciones diabólicas de los torturadores de Pantaleón son conocidas. Pero la historia nos narra que este noble cristiano y medico honorable, fue entre otras cosas, torturado en un estante, estirando sus miembros y quemado con velas. Después de estas experiencias horrorosas; fue arrojado primero, en un hoyo ardiente y después a una guarida de bestias. Cuando sobrevivió, los paganos se convencieron de que había una especie de poder sobrenatural protegiéndolo. Finalmente se decidieron por ahogarle, lanzándolo a un río profundo con una enorme piedra atada a su cuerpo. Cuando la piedra se mostró capaz de flotar, los torturadores exasperados sacaron a Pantaleón del agua y lo colocaron sobre el bloque de ejecución donde fue decapitado. En aquel tiempo se dijo que no fue sangre, sino leche, lo que fluyó de la dañada cabeza del mártir. Pantaleón dio su vida por Cristo el 27 de julio del año 304.

Sentencias de los Padres del Desierto

  • Dijo el abad Moisés: «Si el hombre no graba en su corazón que es pecador, Dios no le escucha». Y un hermano le preguntó: «¿Por qué es tan importante sentirse pecador?». Y el anciano le contestó: «Si uno tiene presentes sus pecados, no ve los pecados de su prójimo».
  • Dijo un anciano: «El hombre que tiene siempre presente su muerte, a todas horas vence el desaliento».
  • Dijo el abad Pastor: «En el Evangelio está escrito: “El que no tenga espada que venda su manto y compre una” (Lc. 22,36). Esto significa: “El que tenga paz que la deje y se prepare para la lucha”». Se refería a la lucha contra el diablo.

En Defensa de la Fe

En nuestros días miles de organizaciones se vinculan abiertamente a la Nueva Era, entre ellas organismos de aceptación política internacional, que hasta estas fechas podría pensarse tenían otros objetivos. Muchos ambientes de religiosos en todo el mundo, están ya afectados en mayor o menor cuantía. Frente a los pastores vigilantes que hemos mencionado, los hay que, por desgracia, están conduciendo a sus fieles a los pastores venenosos de la nueva Era. Con San Juan podemos decir “Muchos se han hecho anticristos… De nosotros han salido, pero no eran de los nuestros” (I Jn. 2:18-19). Está escrito: “Habrá falsos doctores que introducirán sectas perniciosas, llegando hasta negar al Señor que los rescató… Profiriendo discursos pomposos, llenos de vanidad, atraen con cebo de apetitos carnales a aquellos que apenas se habían apartado de los que viven en el error, prometiéndoles libertad cuando ellos son esclavos de la corrupción… son éstos fuentes, sin agua, nubes empujadas por el huracán, a quienes está reservado el abismo de las tinieblas” (2 Petr. 2:1 y ss.). Debemos estar muy atentos porque, además, a Maitreya y sus acompañantes se les atribuyen numerosos prodigios.

“Fuentes sin agua” son los ideólogos de esta vasta conspiración mundial. Pretenden justificarla astrológicamente con el cambio de siglo y el comienzo de la Nueva Era de Acuario, cuyo símbolo es el tridente, con el que suele representarse a Satanás, que es el alma de la seudociencia astrológica. Para ellos muere el Cristianismo (la Era de Piscis), y Acuario derrama sobre el mundo el agua de un nuevo espíritu de paz y de armonía universal. Pero sabemos y confesamos que sólo Cristo Jesús es el Agua viva (Jn. 4, 10). El nos dice: “Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga Sed le daré gratis de la fuente del Agua de la vida. El que venciere heredará estas cosas: Yo seré su Dios y el será mi hijo. Los cobardes, los infieles, los abominables, los asesinos, los fornicadores, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros, tendrán su parte en el estanque que arde con fuego y azufre” (Ap. 21:6-9).

Si el hombre actual se siente cada vez más insatisfecho por haber abandonado a Cristo, los seguidores de la Nueva Era – como hijos del padre de la mentira – le salen al paso disfrazados bajo una capa de inquietudes religiosas, filosóficas, sociológicas, ecológicas, médicas… y presentan como nuevo lo que ya quedó enterrado por la civilización Cristiana. Si “nada hay nuevo bajo el Sol” (Ecl. 1:9) la Nueva Era pretende levantar del abismo al Ángel Caído, Lucifer, con toda su cohorte de engaños… Pero los Cristianos sabemos que el Príncipe de este mundo “le queda poco tiempo,” y que éste resurgir es preludio de su caída definitiva para toda la eternidad. Procurar que ese hundimiento arrastre a las menos almas posibles, es labor de todos aquellos que encendidos en la Luz de Cristo, serán Apóstoles para estos últimos Tiempos, y cuya misión está concretada en la Epístola de San Judas. Leamos y meditemos estos puntos.

Da la impresión de que estuviera a punto de cumplirse el siguiente pasaje del Apocalipsis: ... Son los espíritus de los demonios, que hacen señales, que se dirigen hacia los reyes de la Tierra, para juntarlos en batalla para el Día Grande del Dios Todopoderoso” (Ap. 16:14).

Resistamos, pues, como dice San Pedro, “firmes en la Fe.” Esto significa conocer y vivir la fe. Leamos las Sagradas Escrituras y en la enseñanzas de los Santos Padres. Pero ¡ ojo con lo demas que leemos! La Nueva Era domina el mercado del libro. Hay libros que está muy claro que son de la New Age, más hay otros que amparados en títulos y editoriales “fiables” van de forma muy astuta introduciendo la doctrina de la New Age poco a poco y casi sin notarse. No dejemos en ningún momento la Oración. Los hay que matan el tiempo – y aún el alma – con la televisión en lugar de emplearlo en la lectura espiritual y la oración.

(OBISPO ALEXANDER MILEANT)

 Diacono Jorge Noerña Catedral de San Jorge

Boletín del 20/07/2014

6o Domingo de San Mateo

Memoria del Santo Profeta Elías  

 
Oh Salvador, cuando resucitaste del sepulcro,
te manifestaste como verdadero hombre 
al ponerte en medio de tus discípulos comiendo con ellos;
les enseñaste el bautismo del arrepentimiento;
y de inmediato subiste hacia tu Padre Celestial,
prometiendo enviarles al Consolador,
¡Oh Dios todo Divinidad, Dios Encarnado, gloria a ti!
 
                                                            Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 5

Al coeterno Verbo, con el Padre
y el Espíritu, Al Nacido de la Virgen
para nuestra salvación, alabemos,
oh fieles, y prosternémonos.
Porque se complació en ser elevado
en el cuerpo sobre la Cruz y soportar la muerte,
y levantar a los muertos por su Resurrección gloriosa.

Tropario del Profeta Elías

Tono 4

Oh Ángel con cuerpo, Cimiento de los profetas, 
segundo Precursor de la venida de Cristo, 
oh Elías glorioso, que enviaste la gracia de lo alto a Eliseo  
para que expulsara las enfermedades y purificara a los leprosos:
brinda la curación a los que te honramos.

Condaquio

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable;
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, pecadores,
sino acude a auxiliarnos, como bondadosa,
a los que te invocamos con fe.  Sé presta en intervenir
y apresúrate con la súplica, oh Madre de Dios,
que siempre proteges a los que te honran.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol Santiago  (5: 10-20)

Hermanos: Tomen como modelo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Miren cómo proclamamos felices a los que sufrieron con paciencia. Han oído la paciencia de Job y saben el final que el Señor le dio; porque el Señor es compasivo y misericordioso.

Ante todo, hermanos, no juren ni por el cielo ni por la tierra, ni por ninguna otra cosa. Que su sí sea sí, y el no, no; para no incurrir en juicio. ¿Sufre alguno entre ustedes?; que ore. ¿Está alguno alegre?; que cante alabanzas. ¿Está enfermo alguno entre ustedes?; llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados le serán perdonados. Confiésense, pues, mutuamente sus pecados y oren unos por los otros, para que sean curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder.

Elías era un hombre de igual condición de nosotros; oró insistentemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Después oró de nuevo y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto. Si alguno de ustedes, hermanos míos, se desvía de la verdad y otro lo convierte, sepa que el que convierte a un pecador de su camino desviado, salvará su alma de la muerte y cubrirá multitud de pecados.

Santo Evangelio según San Mateo (9: 1-8)

En aquel tiempo, Jesús subió a la barca, pasó a la otra orilla y vino a su ciudad. Y sucedió que le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: « ¡Ten confianza, hijo! Tus pecados te son perdonados.» Pero he aquí que algunos escribas dijeron para sí mismos: «Éste está blasfemando.»

Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: « ¿Por qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dice al mismo tiempo al paralítico: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.» Él se levantó y se fue a su casa. Y al ver esto, la gente quedó admirada y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres.

Mensaje Pastoral

¿Era del espíritu o de la materia?

“¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te son perdonados,’ o decir: ‘Levántate, y anda’?”

Homilía de Monseñor Pablo Yazigi, Arzobispo de Alepo

Le trajeron a Jesús a un paralítico acostado sobre una cama que llevaban cuatro hombres. Parece que la situación del paralítico era tan frágil que no podía pronunciar ni una sola palabra, ni pedirle nada a Jesús, ni hablar con Él. Presentaba, en otras palabras, la peor imagen posible de un ser humano: más parecido a un muerto que a un ser vivo.

Ante dicha situación, y en comparación con otros casos de curación que Jesús había realizado en condiciones mejores que ésta, ¿qué podríamos esperar de Jesús sino que le dijera a este hombre: “Levántate y anda”? Todo lo contrario, los presentes se sorprendieron al ver que Jesús no consideraba la patética situación del paralítico, sino que le dijera: “¡Hijo, tus pecados te son perdonados!”.

Está claro que nadie esperaba tal cosa, ni quienes llevaban al paralítico, ni la multitud presente allí. También está claro que Jesús hizo esto a propósito.

Jesús quiso dejar el mensaje que, en las peores situaciones, el mayor peligro es aquel que amenaza la parálisis el alma más que la del cuerpo, porque el alma es más importante, mientras que el cuerpo está al servicio de esta.

Así era el orden de las cosas al principio. En el paraíso, el ser humano vivía sin dolor ni tristezas. Disponía de todas las cosas buenas para que sirvieran a su crecimiento espiritual y su perfección. Su permanencia en dicho estado paradisíaco requería de él que permaneciera en el camino de la perfección espiritual, debido a que aquella vida espiritual necesitaba de esta situación normal y de este digno cuerpo como un recipiente adecuado. Pero cuando el ser humano revirtió las agujas de la marcha divina abiertas delante de él, y cambió el orden de las cosas, Dios permitió que ingresaran, a nuestra vida cotidiana, el dolor, el hambre y todas aquellas realidades que nos molestan, para que la perfección del cuerpo sea un regalo para la perfección espiritual cuando esta se lograra.

El cuerpo exento del dolor ha de ser el recipiente del ser humano perfecto espiritualmente. Este cuerpo se ha vuelto una esperanza, después de la caída del hombre, mientras que era una primicia en el paraíso. Lo más importante es la perfección espiritual, la materia y el cuerpo son un “vaso para honra y deshonra” (Cf. Rom 9:21).

Desde el principio, la jerarquía entre lo espiritual y lo material fue clara y sana: el espíritu es superior a la materia, mientras que la materia sirve armoniosamente al espíritu. 

Por ello, parece ser que Jesús, ante el estado de este paralítico, desafía firme y cabalmente el hecho de como la gente corre para satisfacer sus necesidades materiales. Jesús enfatizó fuertemente la superioridad del espíritu sobre la materia, por ello, priorizó el perdón de los pecados y la salud del alma, cuando el cuerpo necesitaba fuertemente recuperar la salud.

Y nuestra época tiene necesidad, hoy más que antes, de hacer una lectura detenida de lo acontecido en el evangelio y aprender de ello, tomando en cuenta esta posición de Cristo, especialmente el desafío que ha puesto ante la corriente devastadora del materialismo y el retardo de lo espiritual.

La civilización contemporánea se ve amenazada por la corrupción, y le conviene que los cristianos la desafíen de manera semejante a lo que Jesús hizo ante nosotros. Este desafío no suprime la necesidad económica de por sí, sino que subraya la primacía del espíritu. Si buscamos el Reino de Dios y su justicia, todo lo demás se nos dará por añadidura.

Un vistazo rápido sobre los aspectos más importantes de la vida, su evolución y los cambios ocurridos en cuanto a sus objetivos, nos muestra que la sal comenzó a perder su sabor. El asunto es pues, ¿con qué es posible salar?

Nuestra civilización no retribuye en forma digna el trabajo y no enaltece como corresponde las profesiones cada vez que baja sus metas al solo nivel de la ganancia. ¿Cuáles son los criterios para elegir una profesión? ¿Acaso se determina por lo que puede brindar a la humanidad, o por lo que puede remunerar? ¿Es para servir o para ganar? Se observa que el criterio de ganar prima sobre el servicio y lo reemplaza. El dinero lo orienta todo. El beneficio está por encima del amor. Por ejemplo, la educación, una de las profesiones más nobles, se ha clasificado en el último lugar porque no remunera tanto. El valor del docente-profesor ha cambiado. Mientras se era un padre y un educador, hoy en día, observamos la pérdida de esta imagen. Parece que aquellos que eligen esta carrera, lo hacen porque ya no tienen acceso a otra carrera mejor remunerada.

La ciencia es otro ejemplo. Su finalidad era la creatividad y el servicio al ser humano. Sin embargo, el ser humano, a imagen de Dios, hoy está sujeto al juego de la ganancia. La creatividad, en particular, se convirtió en una herramienta que se compra, que es manejada por el dinero. ¡Las corrientes de la muerte se apoderan de las fuerzas de la creatividad! Eso es lo raro que ocurre hoy en día. El progreso en los métodos de tortura ha llegado más alto que los logros en la medicina. Nuestra civilización está amenazada por lo falso. Y por último, para no dejar de mencionarlo, señalamos el desperdicio del significado de la caridad, de la fidelidad, del sacrificio, de la entrega, del patriotismo, sustituyéndolas por una palabra: el interés propio.

El ser humano ya no tiene valor por su persona, sino que volvió a ser un individuo más dentro de la sociedad, un número dentro de una masa, se lo vende y se lo compra sin que importe su singularidad humana y su valor personal, sobre quien las fuerzas de la oscuridad ejercen su dominio, cuyo único criterio es el dinero. ¿Cuál es el valor del pobre en nuestra civilización? ¡La respuesta es “nada”! ¿Cuál es el valor del paralítico o del enfermo? La respuesta es: mejor deshacerse de él.

Los ejemplos de la corrupción de la sal son muchos. El cristiano, siguiendo el ejemplo de su Maestro, va delante de esta corrupción y la desafía. La perfección moral no es una esperanza futura esperada para después de esta vida presente. Es un camino en el que se avanza, paso a paso, luchando, vigilando y orando, desafiando la corriente de la corrupción que prevalece. El cristiano es la luz del mundo y la sal de la tierra. Las corrientes de corrupción no son una sentencia, sino un desafío. Y aunque el desafío es duro, sin embargo, la fuerza del Señor “se perfecciona en la debilidad” (Cf. II Cor 12:9).

El cristiano lleva el Evangelio al mundo, mundo cuya sal ha perdido su sabor, y predica la Buena Nueva como luz para un mundo que ha perdido la luz. El cristiano reconoce en la humildad la exaltación verdadera, y en la pobreza la riqueza verdadera. Pone las cosas en su verdadero sendero. Prioriza el espíritu sobre la materia en todo tiempo y lugar. Trabaja para establecer el reino del Espíritu, pues él es una mano fuerte que la gracia divina conduce para construir la era del Espíritu a través del uso de lo material. Amén.

Vida de Santos

El Profeta Elías

20 de julio

El Profeta Elías nació en la región sureste de la Tierra Santa nueve siglos antes de Cristo. Provenía de la tribu de Leví, de la generación de Aarón. Un tiempo antes de su nacimiento, el reino hebreo se dividió en dos partes: El reino de Judá y el reino de Israel. El primero lo integraron las tribus de Judá y de Benjamín, siendo su capital Jerusalén. Ocupaba la región del medio oriente de la Tierra Santa. El reino de Israel se situaba en la región septentrional y lo constituían las otras 10 tribus, siendo su capital Samaria.

En los tiempos del Profeta Elías, el pueblo hebreo que habitaba en el reino de Israel, comenzó a apartarse de la fe y a venerar a los dioses paganos, como Baal y otros más. Durante el reinado de Ajab (877-854 antes de Cristo), Elías sintió el llamado a servir a Dios como su Profeta y se convirtió en un ferviente defensor de la verdadera Fe.

Así, el profeta Elías trató de convencer al impío rey Ajab a rechazar a los ídolos y dirigirse al verdadero Dios, pero el rey no lo escuchó. Entonces el profeta predijo que durante tres años en Israel no habría ni lluvia, ni rocío. La sequía y la hambruna azotaron a Israel. El profeta se retiró a un lugar apartado en las cercanías de un arroyo donde un cuervo le traía el alimento. Al cabo de un año, el arroyo se secó y entonces Elías se dirigió al norte de la Tierra Santa, a Sarepta de Sidón y se estableció en la casa de una pobre viuda. A pesar de carecer de alimentos, la viuda con la última harina y aceite le cocinó una tortilla y se la dio de comer. Después de esta acción, gracias a la petición del profeta Elías en sus oraciones a Dios, nunca mas faltó harina y aceite en la casa de la viuda y ésta durante mucho tiempo pudo alimentar a su hijo y a su huésped. Cuando la viuda repentinamente enfermó y murió, el profeta Elías la resucitó (3 Rey.17).

El lugar principal donde se adoraba a Baal en el reino de Israel, era el monte Carmelo. Al cabo de tres años y medio del inicio de la sequía, el profeta Elías reunió allí al rey Ajab, al pueblo y a los sacerdotes de Baal y les dijo: “¿Hasta cuando estaréis rengos de las dos piernas? Si el Señor es Dios, síganlo a Él, y si lo es Baal, entonces sigan a Baal!” Para saber quien era el verdadero Dios, Elías propuso levantar un altar a cada uno de ellos, poner sobre tales al novillo sacrificado, pero no encenderían las leñas. Cada uno invocaría a su dios para que el fuego cayera del cielo. El Dios que hiciera encender el fuego, sería considerado como El Verdadero! Todos aprobaron la propuesta del Profeta. Primeramente los sacerdotes del Baal invocaron a su dios, pidiéndole el fuego. Gritaron y bailaron alrededor del altar durante todo el día. Elías comenzó a burlarse de ellos diciéndoles que Baal se había quedado dormido y que deberían gritar mas fuerte. Al anochecer, el profeta Elías ordenó reunir a todos frente a su altar. Luego, según su indicación, alrededor del altar dedicado al verdadero Dios, cavaron una fosa y arrojaron abundante cantidad de agua sobre la leña para mojarla completamente. Hicieron así para que nadie dudara del milagro que ocurriría. Después de todo esto, el Profeta Elías comenzó a rezar: “Escúchame Señor, haz que el pueblo tuyo sepa hoy día, que Tú eres el único Dios en Israel y que yo soy Tu siervo.” Y cayó fuego del cielo, y quemó todo, la leña, las piedras del altar y el polvo alrededor, evaporando el agua que se juntó en la fosa. Al ver todo esto el pueblo aterrorizado cayó de rodillas exclamando: “¡El Señor, es el Dios, El Señor, es el Dios!” Entonces, el pueblo capturó a todos los sacerdotes de Baal y los mató, debido a que durante tantos años, los sacerdotes los habían inducido al engaño. Presionado por lo sucedido, el rey Ajab y el pueblo empezaron a descender del monte. En ese momento se nubló el cielo y comenzó a llover. ¡La primera lluvia después de tres años! De esta manera, el profeta Elías convirtió a muchos israelitas a Dios (1 Reyes 18, 1-46).

Después de este milagro, Jezabel, la esposa de Ajab, comenzó a perseguir al profeta Elías, el cual tuvo que esconderse en el desierto y finalmente llegar hasta el monte Horeb, cerca del Sinaí. Aquí Elías tuvo una visión: primero sintió una suave brisa y luego vio a Dios. El Señor le ordenó ungir como profeta a Elíseo quien sería su sucesor (2 Reyes 2, 9-10). La vida de profeta de Elías finalizó de una manera extraordinaria: fue llevado al cielo en una carroza de fuego,(2 Reyes 2,11). El profeta Elíseo presenció este hecho y recibió la capa de Elías con la cuál realizó el primer milagro. El profeta Elías permanece ahora en el cielo, en alma y cuerpo, igual que el patriarca antediluviano Henoc quien también fue llevado vivo al cielo en alma y cuerpo,(Génesis 5:24).Y se considera que tanto el profeta Elías como Henoc volverán a la tierra antes del fin del mundo, para acusar al anticristo y sufrirán martirios a manos de este último.

Mediante los grandes milagros que realizó, Elías ayudó al restablecimiento de la fe en Dios y destruyó la idolatría. Por medio de estos hechos, preparó la llegada del Salvador del mundo. La ferviente defensa de la verdadera fe, la absoluta obediencia a la voluntad de Dios, la pureza y la castidad de su vida, la dedicación a la oración y a la contemplación de los misterios divinos, son las cualidades que distinguen a este gran profeta. Sus contemporáneos, viendo sobre él la bendición de Dios, lo llamaban “El hombre de Dios”

Santa Cristina Mártir

24 de Julio

Santa Cristina fue la hija de un gobernante de la ciudad de Tira. Sus padres eran paganos, pero, por la providencia de Dios la llamaron con un nombre que predecía su futuro, el de ser cristiana. No había en la ciudad, entre las doncellas, persona mas bella que ella. Su padre, deseando de que conserve su virginidad, construyó una vivienda especial para ella, colocando allí unos ídolos y ordenándole que ella los venere. Viviendo en la soledad, Cristina admiraba el cielo estrellado, e igual que santa Bárbara, llegó a la conclusión que tiene que existir un solo Creador. Dios hizo que ella conociera a unos cristianos, los cuales le explicaron sobre la fe cristiana, y ella creyó en Jesucristo. Después de esto, Cristina, con gran indignación destruyó a los ídolos en su casa y por esta razón, por orden de su padre, fue sometida a diferentes torturas. Ella fue golpeada sin compasión, su cuerpo era cortado con cuchillos filosos, la quemaban con fuego, la tiraron en un hoyo con serpientes venenosas, etc. Finalmente los verdugos la traspasaron con lanzas y espadas. Esta fue la forma como la santa mártir Cristina sufrió por Cristo en el año 300.

Sentencias de los Padres del Desierto

Sobre la Humildad

  • Decía un anciano: «Si consigues guardar silencio, no lo consideres como mérito tuyo. Cuando te venga esa consideración, di: “Es que soy indigno de hablar”».
  • Un hermano preguntó a un anciano: «¿En qué consiste el progreso de un hombre?». Y el anciano le contestó: «En la humildad. Cuanto más se abaja un hombre más se eleva a la perfección».
  • Decían los ancianos: «Aunque se te aparezca de verdad un ángel, no le acojas fácilmente, sino humíllate, diciendo: “No soy digno de ver un ángel yo que vivo en el pecado”».
Felicitación:

El día 20 de julio celebramos la fiesta del Profeta Elías. Felicitamos a todos los que llevan el nombre “Elías” y buscan la intercesión del gran Profeta celoso en su amor a Dios, felicitamos a la comunidad del Profeta Elías en Maturín, Venezuela.

Boletín del 13/07/2014

Memoria de los Stos. Padres

del 4° Concilio Ecuménico

Chalcedon-icon

Celebrando la conmemoración de los divinos Padres,
a Ti suplicamos, Oh Muy Compasivo Señor,
para que salves a Tu pueblo  del perjuicio de todos los herejes; 
Y haznos dignos a todos de glorificar al Padre,  al Verbo y al Espíritu Santísimo.
                                                                                                                                         Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 4

audio132Las discípulas del Señor aprendieron del Ángel
el alegre anuncio de la Resurrección, y
la sentencia ancestral rechazaron y
se dirigieron con orgullo a los apóstoles diciendo:
¡Fue aprisionada la muerte, Resucitó Cristo Dios
y concedió al mundo la gran misericordia!

Tropario los Santos padres de Cuarto concilio

Tono 8

audio27¡Glorificado eres Tú oh Cristo Dios nuestro,
que cimentaste a los santo padres en la tierra como astros, 
por los cuales nos dirigiste a la verdadera fe! 
¡oh Misericordioso, gloria a Ti!

Condaquio

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable; 
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, pecadores, 
sino acude a auxiliarnos, como bondadosa,
a los que te invocamos con fe.  Sé presta en intervenir 
y apresúrate con la súplica, oh Madre de Dios, 
que siempre proteges a los que te honran.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a Tito (3:8-15)

Hijo mío, Tito: Cierta es la Palabra, y quiero que en esto te mantengas firme, para que los que creen en Dios procuren sobresalir en la práctica de las obras de bondad; éstas son las obras buenas y provechosas para los hombres. En cambio, las discusiones necias, genealogías, contiendas y disputas sobre la Ley, evítalas, porque son inútiles y vanas. Al desviado en la fe, después de una y otra amonestación, rehúyelo; ya sabes que tal hombre se ha pervertido y peca condenándose a sí mismo.

Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir donde mí a Nicópolis, porque he pensado pasar allí el invierno. Cuida de proveer de todo lo necesario para el viaje a Zenas, el perito en la Ley, y a Apolo, de modo que nada les falte.

Que aprendan también los nuestros a sobresalir en la práctica de las buenas obras, atendiendo a las necesidades urgentes, para que no queden sin fruto.

Te saludan todos los que están conmigo. Saluda a los que nos aman en la fe. La Gracia sea con todos ustedes.

Santo Evangelio según San Mateo (5:14-19)

Dijo el Señor a sus discípulos: «Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos… No piensen que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. En verdad les digo, el cielo y la tierra pasarán antes que pase una “i” o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que transgreda uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los cielos.»

Mensaje Pastoral

¡Ustedes son la luz del mundo!

Hoy celebramos a los Padres del Cuarto Concilio Ecuménico, Concilio que definió la fe de la Iglesia al respecto de la Persona de Cristo, Quien es Diosimages Perfecto y hombre Perfecto. En su honor, leemos el pasaje del Evangelio según San Mateo en el que el Señor dice a sus discípulos: “Ustedes son la luz del mundo”. En otro lugar Jesús había dicho de Sí mismo: “Como luz he venido al mundo”, y San Juan Evangelista lo llama “la Luz verdadera”, la cual los verdaderos discípulos reciben y reflejan. Entonces al decirles “ustedes son la luz del mundo”, Jesús se refiere a Sí mismo como la Luz entregada a ellos para ser trasmitida al mundo. El hombre cuando enciende un antorcha no la esconde en el rincón sino que coloca en lo alto para iluminar a todos los que están en la casa.

Esto nos inspira a los que leemos el presente pasaje evangélico a aspirar una postura ajena a cualquier vergüenza de Cristo; no nos dejemos intimidar en nuestra fe ni tengamos miedo de incorporarnos a nuestra Iglesia. Hemos sido bautizados en Cristo: tengamos el valor de sentirlo, de confesarlo y de vivirlo. Sépalo que el cercano que el lejano: somos heraldos de la Luz, así que no seamos pusilánimes sino portemos la luz con valentía porque ningún hombre enciende un candil en su casa para guardarlo bajo la cama.

La luz que prendes te posibilita verlo todo —subráyese la palabra “todo”—: entonces lo esencial, lo importante y aun lo insignificante. A la luz de la lámpara ves lo que tenías olvidado y lo que tienes en mente; ves a tu hijo y a tu hija, pero también las herramientas de la cocina y de la oficina y todo lo que está en tu casa.

Tengo la impresión de que cuando hablamos de la luz —tema de reflexión muy común en los ambientes eruditos—, solamos considerarlo como algo que ilumina el cielo y los lejanos horizontes pero no a nuestro íntimo entorno. Por ejemplo, el orden de nuestro mismo hogar, ¿lo contemplamos a la Luz de Cristo? ¿Nuestra comida se prepara o se come a la luz de Cristo? ¿Nuestros trabajos se consuman a la luz de Cristo, o como si ésta iluminara de nubes para arriba lejos de los aspectos prácticos de nuestra vida? En una interrogación resumida: ¿la luz de Cristo penetra a todos los rincones de la casa?

Temo a que la respuesta negativa sea la causa principal de los pensamientos dudosos, de las mentes desconcertadas y de las almas turbadas con ansiedad. La agitación en muchos hogares, la impotencia en la educación de nuestros hijos y la incertidumbre en nuestro mundo evidencian que ciertamente no caminamos guiados por la única “verdadera Luz”. ¡Cuán muchas son las luces artificiales que conducen al precipicio!

La luz de Cristo no ha de limitarse a los muros del templo ni a los vocablos de la divina inspiración; más bien ha de penetrar en todo mi ser: en mis manos en mis pies, en mis articulaciones, mente y corazón, en mis quehaceres, anhelos y educación. El que está incierto en sus relaciones con su entorno, sin duda está incierto en su pertenencia a la Luz.

En su lugar, en su hogar, en su pueblo y en su país; por más importante que consideren su ubicación o por más insignificante que el momento se les haga, por más nublado que el cielo se vea o más obscura que la noche se perciba: en Cristo, ¡ustedes son la luz del mundo!, y la luz alumbra todo y a todos los que están en la casa, dice el Señor. Amén.

Nuestra Fe y Tradición

Cuarto Concilio Ecuménico

4093__444434e665b8dApenas había terminado la condenación de Nestorio por los santos padres del Concilio Ecuménico III de Efeso, se celebró en Calcedonia el IV Concilio Ecuménico en el año 451 presidido por el obispo Anatoli de Constantinopla. El papa León el Grande fue representado por 2 obispos.

Este Concilio fue convocado por el emperador marciano y la emperatriz Pulquería contra las falsas enseñanzas de Eutiques, archimandrita de Constantinopla, quien rechazaba la naturaleza humana de nuestro Señor Jesucristo; inventando una especie de absorción de la naturaleza humana en la naturaleza divina de Cristo (como si después de la encarnación solo subsistía en el salvador una sola naturaleza). Esta enseñanza se llama monofisita y sus seguidores monofisitas.

Después de condenar las herejías de Eutiques, la asamblea decretó, como verdadera, la enseñanza que en nuestro Señor Jesucristo existen dos naturalezas, una divina, porque es Dios verdadero que ha nacido en la eternidad del Padre; y otra humana, pues se encarnó por obra del Espíritu Santo en el cuerpo de la Virgen María, sin confusión, sin cambio, sin división ni separación unidas en una sola persona y en una sola hipóstasis, cada uno de las cuales se conserva entera y sin alteración después de la unión, con sus propiedades respectivas.

En resumen, podemos decir que en Él, existe una naturaleza divina porque es Dios verdadero nacido en la eternidad del Padre y otra humana, pues se encarnó por obra del Espíritu Santo en la Virgen María, y semejante en todo a nosotros, salvo nuestro pecado, porque él es purísimo.

Vida de Santos

Santa Marina la Martir

17 de julio

Santa Marina nació en Antioquía (en Asia Menor, hoy Turquía). Su padre era un sacerdote pagano. Por su ama de leche, Santa Marina conoció la fe17_4 cristiana. Fue el tiempo en que el emperador Diocleciano (284 — 305) desató una persecución contra los cristianos. Debido a eso muchos cristianos debieron esconderse en cuevas o en desiertos. Al cumplir 12 años, Marina se bautizó. Cuando lo supo su padre, renegó de ella.
Un día, cuando Marina ya tenía 15 años, estaba cuidando a unas ovejas que pastoreaban. Pasó por el lugar el gobernador de la región, quedó fascinado por la belleza de la joven y le propuso matrimonio. Marina no ocultó que era cristiana. Entonces, el gobernador la entregó al cuidado de una noble mujer. Tenía la esperanza que ésta iba a convencer a la joven a renegar de Cristo. Pero Marina fue firme y se negó a ofrecer un sacrificio a los ídolos.
Entonces la sometieron a las más terribles torturas: la azotaron con varillas, cortaron su cuerpo con tridentes, le clavaron clavos, la quemaron con fuego. Al presenciar tales sufrimientos de la joven, el pueblo lloraba de compasión. La gracia de Dios sanó a Marina de sus heridas, pero los torturadores, pese al milagro, no entraron en razón. Al día siguiente, otra vez le quemaban el cuerpo y luego comenzaron a ahogarla en un gran barril. Durante esas torturas la tierra tembló. De las muñecas de Marina se cayeron las cadenas, sobre su cabeza empezó a irradiarse una extraordinaria luz, dentro de esa luz volaba girando una paloma sosteniendo en su pico una corona de oro. El pueblo asombrado comenzó a glorificar a Dios. El gobernador ordenó ajusticiar a Marina y a todos aquellos quienes creyeron en Cristo. Ese día, junto a Marina, fueron decapitadas 15000 personas. Feotim, un testigo, relató los martirios de Marina. Sus reliquias se encontraban en Constantinopla hasta la conquista de la ciudad por los cruzados en el año 1204. El brazo de Santa Marina se encuentra en el monte Athos en el monasterio de Vatopedi

Sentencias de los Padres del Desierto

  • Decía el abad Pastor: «Como el guardaespaldas está junto al príncipe, preparado para cualquier eventualidad, así también conviene que el alma esté siempre preparada contra el  demonio de la impureza».
  • Un anciano dijo: «El desprendimiento, el silencio y la meditación en secreto, engendran pureza».
  • El abad Geroncio de Petra dijo: «Muchos de los que son tentados de deleites corporales, aunque no pequen corporalmente, pecan de pensamiento. Y aunque conserven la virginidad corporal, fornican en su alma. Por eso, carísimos, bueno es hacer lo que está escrito: “Por encima de todo cuidado, guarda tu corazón”». (Prov. 5).

Boletín del 06/07/2014

4o. Domingo de Mateo

Jesús-centurión

Brillemos en la virtud y así veremos dos hombres de pie
y  vestidos de la luz resplandeciente dentro del sepulcro dador de la vida, 
los que se le aparecieron a las Mirróforas  con sus rostros vueltos
hacia el suelo para entender la Resurrección  del Señor del cielo,
y corramos con Pedro  hacia el sepulcro  maravillándonos del
acontecimiento esperado ver a Cristo vida.     
                                                                                                        Exapostelario

 Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 3

audio27Que se alegren los celestiales,  y que se regocijen los terrenales; 
Porque el Señor desplegó la fuerza de su brazo, 
pisoteando la muerte con su muerte. 
y Siendo el primogénito de entre los muertos, 
nos salvó de las entrañas del Hades 
y concedió al mundo la gran misericordia.

Condaquio

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable;  Mediadora,
ante el Creador, irrechazable:  no desprecies las súplicas de nosotros, 
pecadores, sino acude a auxiliarnos,  como bondadosa,
a los que te invocamos con fe.  Sé presta en intervenir
y apresúrate con la súplica,  oh Madre de Dios,
que siempre proteges a los que te honran.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (6:18-23)

Hermanos: Ustedes, liberados del pecado, se han hecho esclavos de la justicia. —Hablo en términos humanos, en atención a la flaqueza de su carne—. Pues si en otros tiempos ofrecieron sus miembros como esclavos a la impureza y a la injusticia para la iniquidad, ofrézcanlos igualmente ahora a la justicia para la santidad.

Pues cuando eran esclavos del pecado, eran libres respecto de la justicia. ¿Qué frutos cosecharon entonces de aquellas cosas de las cuales al presente se avergüenzan? Pues su fin es la muerte. Pero ahora, habiendo sido liberados del pecado y hechos siervos de Dios, fructifican para santidad; y el fin, la vida eterna. Pues el salario del pecado es la muerte, pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Evangelio según San Mateo (8: 5-13)

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos.» Jesús le dijo: «Yo iré a curarlo.» Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: “Vete”, y va; y a otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace.» Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: «Les aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y les digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos, mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; ahí será el llanto y el rechinar de dientes.» Y dijo Jesús al centurión: «Anda; que te suceda como has creído.» Y en aquella hora el criado quedó sano.

Mensaje Pastoral

Humildad y confianza

«Les aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande.» ¿Qué es lo que hizo que el Señor elogiara, a tal grado, la fe de esteJesusAndTheCenturion1 centurión?

Es que su fe era protegida por dos virtudes que conservaban el equilibrio y producían en él un «camino real», el cual no se desvía a la derecha ni a la izquierda:

Por un lado, tenía la humildad y examinaba y observaba su maldad: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo»; y por otro lado tenía la absoluta confianza en el poder de Dios y en su misericordia: «basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano.» Las dos virtudes, cuando obraron en conjunto, hicieron grande su fe.

El camino real requiere de conservar el equilibrio entre el conocimiento de nuestras debilidades y caídas, y la entrega sincera a la misericordia de Dios. Pues si uno exagera con dejadez hacia la derecha: «¡Dios perdona! ¡Él es misericordioso! ¡Él nos rescata!», se desvía hacia la negligencia y una vida superficial; por otro lado, si exagera hacia la izquierda: «mis pecados son imperdonables… no me  puedo corregir… no tengo carácter, etc.», llegará hasta el otro extremo que se llama «desesperanza» y que, de alguna manera, es blasfemia contra la misericordia de Dios.

Dicen los santos padres que, ante cualquier tentación, el demonio nos enfrenta con dos pensamientos: antes de caer, que «Dios es Todo misericordia y me perdonará»; y al caer, que «¿cómo lo hice yo?, ¿cómo podré estar en la iglesia?, ¿cómo me atreveré a leer su palabra?» Tomándolo en cuenta, el cristiano se defiende con lo contrario; así pues el que se goza estando de pie (centurión con poder) tiene que recordar que puede caer y así se humillará; y el que ha caído (soy indigno), se anima y confía en la bondad del Señor: «con mi Dios, brincaré sobre el muro».

Ni a la derecha ni a la izquierda: éste es el camino real cuando marchamos en el cual, llegaremos a escuchar la voz del Señor: «Anda; que te suceda como has creído.» Amén.

Nuestra Fe y Tradición

La Astrología y Nuestra Fe

imagesUno de los sucesos más característicos que tiene lugar hoy en día en nuestro país es el resurgimiento de todo tipo de visiones y planteamientos a la vida que habían sido en un tiempo rechazadas como “Tonterías poco Científicas” Todos nosotros hemos notado un gran auge de crecimiento en la astrología y varias formas de ciencias ocultas, como el satanismo, la brujería, el espiritismo, etc.

Como Cristianos Ortodoxos podemos responder a éste tipo de desarrollo en una de éstas tres formas, al menos: Nosotros lo podemos vernavidad-ortodoxa1 como un signo positivo de que la gente está buscando una realidad que va más allá de lo meramente físico; o lo podemos ver como un fenómeno indiferente de poco o nulo interés o consideración a nosotros; o podemos ver éste desarrollo como una amenaza a la Fe Ortodoxa, una negación delo tipo de vida Cristiano, y una forma destructiva de creencia, pensamiento y actitud.

En orden para llegar a una de éstas conclusiones es necesario preguntarnos a nosotros mismos qué enseña la Fe Ortodoxa sobre la naturaleza de Dios y del hombre, luego ver como encaja con las visiones que componen la astrología y movimientos de ciencias ocultas. Si tu piensas en tu Fe Ortodoxa por un momento, tu notarás que como Cristianos Ortodoxos sostenemos que Dios es creador y soberano del Universo y todo lo que hay en él.

La diferencia depende sobre nuestra relación con Dios. Y eso depende sobre nuestro deseo de elegir a Dios o Negarlo. Los Cristianos Ortodoxos sostienen la creencia de4 que el hombre el libre de hacer su elección.

Ahora, si vemos a éstas dos creencias (que Dios es amo del mundo, y que nosotros somos, sin embargo, libres de Elegirlo o Negarlo) entonces nosotros veremos muy fácilmente cual debiera ser nuestra actitud cuando comparamos esta creencia Cristiana con las Ciencias Ocultas y la Astrología.

La astrología niega la libertad de nuestro amante y gracioso Padre Celestial, y la gloria así también como la responsabilidad de nuestra libertad. Aunque la astrología pretende apuntar a lo que es presentado como una fuerza más allá del mero materialismo, no hace eso. Es una negación de las verdades fundamentales de la Fe Cristiana.

Como tal no podemos permanecer indiferentes a ello, tampoco debieran los Cristianos compartir en esto o fomentar a otros a compartir en esto. ¡Los horóscopos en periódicos debieran ser ignorados como negaciones del amor de Dios y la libertad moral y espiritual del hombre! Los Cristianos deberían persuadir a otros Cristianos a no tener nada que ver con la astrología. De las tres opciones mencionadas anteriormente, la astrología es definitivamente una negación del tipo de vida Cristiano. ¡Algo que debe ser rechazado como anticristiano!

Sentencia de los Padres del Desierto

  • Decía el abad Pastor:: «El mal nunca ha expulsado al mal. Si alguno te hace algún mal, hazle tú un bien, para destruir su mal con tu buena acción».
  • Un hermano preguntó al abad Sisoés: «¿Por qué no me dejan en paz las pasiones?».  Y le contestó el anciano: «Porque sus instrumentos están dentro de ti. Devuélveles sus  herramientas y se irán»
  • Decía un anciano: «Las palabras solas no bastan. Hoy hay mucha palabrería en los hombres de nuestro tiempo. Pero se necesitan obras. Estas son lo que Dios busca, no palabras  que no dan fruto. »

San Siluan del Monte Athos sobre la oración

icono de todos los santos

El que ama al Señor se acuerda siempre de Él, y el recuerdo de Dios hace brotar la oración. Si no te acuerdas del Señor, tampoco orarás. Sin la oración, el alma deja el amor de Dios, pues es a través del canal de oración como llega la gracia del Espíritu Santo.
El que pretende llevar una vida de oración sin tener un guía y piensa, en su orgullo, poder instruirse solamente mediante los libros sin dirigirse a un Padre Espiritual, ya ha sucumbido a medias a la ilusión. En cuanto al hombre humilde, el Señor le ayudará.
Dios da la oración al que ora; pero la oración que realizamos únicamente por rutina, sin tener el corazón arrepentido por los propios pecados, no es aceptada por el Señor.
La oración protege al hombre del pecado, porque el que reza piensa en Dios y humildemente está ante Dios, a quien conoce el alma del que reza.
Muchos rezan oralmente y les gusta rezar de acuerdo a los libros y el Señor recibe la oración y los perdona. Pero si alguien reza y piensa en otra cosa, tal oración el Señor no la escucha. Quien reza por costumbre no tiene cambios en el modo de rezar, pero el que reza con devoción tiene muchas variedades de rezo: puede ser la lucha con el enemigo, la lucha consigo mismo, la lucha con las pasiones, la lucha con la gente y en todo hay que ser valiente. A muchos les gusta leer libros buenos, esto está bien. Pero mejor de todo es rezar.

San Siluán del Monte Athos sobre la voluntad de Dios y la libertad:

¿Cómo saber si vives según la voluntad de Dios? — La señal es: Si estás afligido por alguna cosa eso demuestra que no sigues totalmente la voluntad Divina. Quien vive en la voluntad de Dios no se preocupa por nada. Y si necesita algo se entrega a Su voluntad. Si recibe lo necesario o no lo recibe, igualmente se queda tranquilo. El alma entregada a Dios no teme a nada: ni a la tormenta, ni a los ladrones, a nada.
Para todo lo que pasa — ella dice: “es la voluntad de Dios.” Si está enfermo, piensa: “Es señal de que esta enfermedad me es necesaria, de lo contrario Dios no me la hubiese enviado.” Y así se conocerá la paz en el alma y en el cuerpo.
La obra más excelsa es abandonarse a la voluntad de Dios y soportar las pruebas con esperanza. El Señor, viendo nuestras penas, no nos cargará nunca más allá de nuestras fuerzas. Si nuestros sufrimientos nos parecen excesivos, es señal de que no nos hemos abandonado a la voluntad de Dios.
Si hablas o escribes acerca de Dios, reza pidiendo ayuda y sabiduría y Dios te ayudará e iluminará, Y si tienes dudas, haz tres inclinaciones y dí: “Señor Benevolente, mi alma está confusa y tengo miedo de pecar, aclara mi alma Señor.” Y el Señor te ayudará sin duda porque está siempre cerca de nosotros. Pero si dudas no recibirás lo pedido. Así, el Señor le dijo a Pedro: “¡hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (Mat. 14:31), cuando Pedro empezó a hundirse en el agua. Así pasa con el alma, las dudas la hacen ahogarse en los malos pensamientos.
En cuando a nosotros, debemos rezar a Dios que nos de Su comprensión, y también consultar al padre espiritual, para no cometer errores.

R.P. Jesús Ruíz Munilla Catedral de San Jorge México D.F.

Boletín del 29/06/2014

Conmemoración de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo

miroforas

Mujeres, escuchen la voz de la alegría,
que dice: “¡Pisoteando al Hades tirano, 
he levantado de la corrupción al mundo!”
Apresúrense y avisen a mis amados la Buena Nueva,
pues deseo que mi creación sea iluminada con la alegría
emanada de donde antes surgía la tristeza.
                                                                             Exapostelario

Himnos de la liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 2

audio27Cuando descendiste a la muerte, oh Vida Inmortal,
mataste al Hades con el rayo de tu  divinidad, 
y cuando levantaste a los muertos del fondo de la tierra, 
todos los poderes Celestiales clamaron: 
¡Oh Dador de vida, Cristo Dios, gloria a Ti!
 

Tropario de San Pedro y San Pablo

Tono 4

Oh Primados entre los Apóstoles y Maestros del universo:
interceded ante el  Señor de todo para que otorgue la paz al mundo,
y a nuestras almas la gran  misericordia.
 

Condaquio general

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable; 
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, 
pecadores, sino acude a auxiliarnos, 
como bondadosa, a los que te invocamos con fe. 
Sé presta en intervenir y apresúrate con la súplica,
oh Madre de Dios, que siempre proteges a los que te honran.

Lecturas Bíblicas

Segunda Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios (11:21 – 12:9)

Hermanos: En cualquier cosa en que alguien presumiere —es una locura lo que digo— también presumo yo. ¿Qué son hebreos? También yo lo soy. ¿Qué son israelitas? ¡También yo! ¿Son descendencia de Abraham? ¡También yo! ¿Ministros de Cristo? — ¡Digo una locura!— ¡Yo más que ellos! Más en trabajo; más en cárceles; muchísimo más en azotes; en peligros de muerte, muchas veces. Cinco veces recibí de los judíos cuarenta azotes menos una. Tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces naufragué; un día y una noche pasé en el abismo. Viajes frecuentes; peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros de los de mi raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en despoblado; peligros por mar; peligros entre falsos hermanos; trabajo y fatiga; noches sin dormir, muchas veces; hambre y sed; muchos días sin comer; frío y desnudez. Y aparte de otras cosas, mi responsabilidad diaria: la preocupación por todas las Iglesias. ¿Quién desfallece sin que desfallezca yo? ¿Quién sufre escándalo sin que yo me abrase?

 Evangelio según San Mateo  (16:13-19)

En aquel tiempo, al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?»  Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas.» Les dijo Él: «Y ustedes ¿quién dicen que soy Yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente.» Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y Yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»

Mensaje Pastoral

El abrazo de las virtudes de San Pedro y San Pablo

Homilía de Monseñor Pablo Yazigi, Arzobispo de Alepo

El icono clásico de esta fiesta muestra a los dos apóstoles, Pedro y Pablo, abrazándose y besándose. Existen varias interpretaciones que explican este ícono: para algunos, se trata del abrazo de los dos apóstoles al reconciliarse después de la diferencia que tuvieron en Antioquía (Hech 15); para otros, el abrazo representa al encuentro de Oriente (en la persona de Pablo) con Occidente (en la persona de Pedro); y para otros también, es el símbolo del final común que ambos tuvieron al ser martirizados en Roma, el primero decapitado y el segundo crucificado como el Maestro.
Todas estas interpretaciones ofrecen soluciones válidas y constructivas, en especial la última. De todos modos, es evidente que ambos apóstoles representan dos mundos distintos, y nos revelan dos figuras bíblicas muy importantes, cada una gratificada de virtudes que le dieron un relieve particular.
En efecto, un trío de virtudes caracterizan al apóstol Pablo, mientras que un trío paralelo caracterizan al apóstol Pedro.
Empezando con el apóstol Pablo, observamos fácilmente en los textos del Nuevo Testamento que san Pablo aprovechó tres aspectos que le ayudaron, sin lugar a dudas, a llevar a cabo su duro apostolado.
1- El apóstol Pablo era un ciudadano romano, lo que conllevaba tener derechos civiles únicos. Él los aprovechó cada vez que surgía la necesidad. Por ejemplo, él fue liberado de la prisión de los Filipenses, cuando reveló que era ciudadano romano (Hech 16:37). También, rechazó ser juzgado en una colonia judía y pidió ser enviado a Roma para ser juzgado ante el propio César (Hech 25:10). Aquí aparece la manera con la que el apóstol Pablo manejó la autoridad en su vida.
2- El apóstol Pablo era versado en el idioma y la filosofía griegas. Por ello, Dios vio en él “un vaso escogido” (Hech 9:15) y lo envió a las naciones. Por el griego, el apóstol Pablo fue capaz de pescar para Cristo el gran mundo griego civilizado. Él puso la capacidad de la filosofía y el conocimiento del idioma como herramientas para establecer el diálogo, el encuentro y la comunicación, todo ello al servicio de la palabra divina. Aquí aparece el rol de la ciencia y de la filosofía en su vida.
3- El apóstol Pablo poseyó una tercera singularidad: su origen hebreo israelita (II Cor 11:22). Era de los judíos de la diáspora. Se enorgullecía de que era un fariseo educado bajo Gamaliel (Hech 22:3). Aquí aparece el papel de la religión en su vida.
Por otro lado se observa un trío de virtudes que caracterizan al apóstol Pedro.
1- Jesús llamó a Pedro “pastor”, cuando éste Le respondió afirmativamente a la pregunta: “¿Me amas?” (Jn 21:15). Entonces, Jesús lo mandó a pastorear las ovejas. Pues el amor es servicio pastoral. Ahí, aparece el asunto del servicio y de la pastoral en su vida.
2- Pedro es quien confesó la verdad más importante. Pues el acontecimiento más importante en su vida fue su notable confesión: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mt 16:16). Es esta confesión la que el Señor consideró como roca sobre la cual establecer Su iglesia.
3- Pedro se caracterizó por su celo en amar a Cristo. Es fácil observar en los textos del Nuevo Testamento que Pedro quiso siempre mostrar un celo que superara el de todos los apóstoles, por amor a Jesús. Esto celo lo llevó a prometer a Jesús que Lo iba a seguir hasta la muerte (Jn 13:37), a cortar la oreja del siervo del sumo sacerdote (Mt 26:51), y a tirarse de inmediato en el lago Tiberíades para ser el primero en encontrarse con Cristo resucitado de entre los muertos (Jn 21:7). Así que Pedro se caracterizó por un celo benéfico.
En verdad, estos dos “tríos” de virtudes se complementan cuando uno abraza al otro. Sí, la autoridad ha de ser servicio y pastoral; la filosofía, verdad; y la religión, celo ardiente.
En verdad, el verdadero sentido de la autoridad es pastorear al rebaño: “Cualquiera de ustedes que desee llegar a ser grande será su servidor, y cualquiera de ustedes que desee ser el primero será siervo de todos” (Mc 10:43-44). Y también, la verdadera filosofía es la verdad cristiana, y la ciencia verdadera se encuentra con la fe cristiana. Asimismo, la religión sin la chispa del amor celoso pierde su vitalidad y se convierte simplemente en un esquema farisaico estático mortal.
Sí, el “camino” es la porción de la pastoral y del servicio en la autoridad, y la porción de la “verdad” en la filosofía, y la porción de la “vida” en la religión. Esto es lo que simboliza el abrazo de Pedro y Pablo. Es decir que la autoridad de Pablo abraza el servicio y la pastoral de Pedro, las ciencias de Pablo se abrazan con la verdad de Pedro, y finalmente, es la religión de Pablo la que se abraza con el celo amoroso de Pedro.
El abrazo de las virtudes de Pedro con las virtudes de Pablo, la intersección de estos dos mundos como así también la convergencia de los dones de cada uno de ellos, son realmente una realización de la proclamación de Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14:6). Amén

Nuestra Fe y Tradición

El Nuevo Testamento

5El corazón del Nuevo Testamento está conformado por los cuatro Evangelios: el de Mateo, de Marcos, de Lucas y de Juan, quienes se llaman los Evangelistas, que quiere decir los que escribieron los Evangelios. La palabra Evangelio proviene del Griego, -Evangelion- y, como ya hemos visto, significa “Buena Nueva”.

El Nuevo Testamento contiene también el Libro de los Hechos de los Apóstoles, escrito por San Lucas. Además encontramos catorce Epístolas (que simplemente significa “cartas”) atribuidas al Apóstol San Pablo. No obstante, es posible que algunas, como la Epístola a los Hebreos, no fueran escritas directamente por él. También se encuentran en el Nuevo Testamento tres epístolas  escritas por el Apóstol Juan; dos por el Apóstol Pedro; una atribuida al Apóstol Santiago y otra al Apóstol Tadeo (Judas). Finalmente se encuentra el Libros de la Revelación, que también se conoce como el Apocalipsis, atribuido a San Juan.

Para el Cristiano Ortodoxo, la Biblia es la principal fuente escrita de la Doctrina Divina, ya que Dios Mismo inspiró su escritura por su Santo Espíritu. (Véase II Timoteo 3, 16 y II Pedro 1, 20.) Esta es la doctrina de la inspiración de la Biblia; es decir, que hombres inspirados por Dios escribieron las palabras que son verdaderamente sus propios palabras humanas (¡toda palabra es humana!), pero que sin embargo se puedan llamar, en su conjunto, la Palabra de Dios. Así la Biblia es la Palabra de Dios en forma escrita pues contiene no solamente los pensamientos y experiencias de los hombres, sino la Revelación de Dios Mismo.

El corazón de la Biblia, Palabra de Dios escrita a la manera de los hombres, es la persona del Verbo Viviente de Dios bajo el aspecto de hombre, Jesucristo. Todas las partes de la Biblia se interpretan en la Iglesia Ortodoxa a la luz de Cristo, pues todo lo que está en la Biblia conduce a Cristo y habla acerca de Él. (Lucas 24, 44) Se simboliza esto en la Iglesia Ortodoxa por el hecho de que es solamente el Libro de los Cuatro Evangelios el que se encuentra entronizado en el Altar, y no la Biblia entera. Esto es así porque todo lo que está en la Biblia se cumple en Cristo.

Vida de Santos

Santos Pedro y Pablo, apóstoles

29 de junio

La tradición enseña que la Iglesia de Antioquía fue fundada por San Pedro el Apóstol en el año 34 (Hechos 2:26) y por Pablo acompañado
Ortodoxos Apóstoles San Pedro y San Pablo 001 de Barnabas que predicaron allí a los Gentiles y a judíos que eran numerosos en la ciudad.

En Antioquía se desarrollo un conflicto dentro de la Iglesia entre Pedro y Pablo. Era sobre la necesidad o no de circuncisión de los Gentiles conversos a la Cristiandad. La resolución de este conflicto fue en el Concilio de Jerusalén bajo Santiago el Apóstol, se determinó la importancia de la misión de Antioquía a los Gentiles y la naturaleza dinámica de esa comunidad en su trabajo misionero. De Antioquía Pablo y Barnabas partieron para sus grandes jornadas misioneras a las tierras Gentiles. (Hechos 13:1). Y en Antioquía se les llama por primera vez cristianos a los seguidores de Jesús. (Hechos 11:26)

Solemnidad de san Pedro y san Pablo, apóstoles. Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue llamado Pedro. Pablo, apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a judíos y griegos. Los dos, con la fuerza de la fe y el amor a Jesucristo, anunciaron el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del emperador Nerón, ambos sufrieron el martirio: Pedro, como narra la tradición, crucificado cabeza y Pablo, degollado En este día, su triunfo es celebrado por todo el mundo con honor y veneración.

Sentencias de los Padres del Desierto

  • El abad Agatón dijo: «El hombre irascible, aunque resucite muertos, no agrada a Dios por causa de su ira».
  • El abad Teodoro decía: «Muchos eligen descansar aquí abajo, antes de que Dios le conceda el descanso».
  • Dijo el abad Pastor: «No vivas en un lugar donde veas que existen algunos que te tienen envidia. No harás allí ningún progreso en la virtud.

Celebración y Comida en la Catedral de San Pedro y San Pablo

icono de todos los santos

El pasado domingo 22 de Junio con la Bendición de Su Eminencia Antonio se celebró  la Divina Liturgia y posteriormente se realizó  la  comida y la convivencia en la Catedral  San Pedro y San Pablo en honor a la fiesta patronal de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. La celebración de la Divina Liturgia fue precedida por  el  R. Archimandrita Adrés Marcos (Vicario Episcopal)  quien  tuvo el honor de concelebrar con el R. P. Mario Lara de la Catedral de San Jorge y   los Sacerdotes y Diáconos de la Catedral de San Pedro y San Pablo. A la celebración acudieron mas de 300 personas de la comunidad quienes compartieron una tarde agradable con los miembros del clero y sus familiares.

En su homilía el Archimandrita Andrés agradeció a los miembros de la comunidad que se complacieron en acompañarnos al evento con las siguientes palabras: Hoy celebramos la fiesta de San Pedro y San Pablo, la fiesta es el día 29 de junio, pero la adelantamos para hoy porque muchos de la comunidad empiezan a salir de viaje en esta semana. El día 30 de este mes es la fiesta de los apóstoles. Los apóstoles son las personas que siguieron a Jesús, y después de Pentecostés predicaron en todo el mundo la buena nueva: “El Evangelio”. El santoral nombra a muchos santos con el título de “Iguales a los Apóstoles” esos son los santos que predicaron el cristianismo en países nuevos. Hoy en día no existe ningún país que no haya escuchado hablar acerca del Evangelio o sobre el cristianismo, pero alrededor de nosotros hay muchos corazones que buscan con anhelo la luz, la paz y el amor de Cristo. Estos corazones están esperando nuestra labor apostólica. Pero ¿quiénes son los apóstoles que deben abrir estos corazones cerrados y adoloridos? ¿Acaso son los sacerdotes nada más quienes tienen que hacer esto? Pues no. No podemos limitar la labor apostólica únicamente al sacerdocio, porque cada cristiano que tiene la oportunidad y el poder para lograr esto, es también un apóstol. Los papás que eduquen a sus hijos con las enseñanzas del Evangelio y con el ejemplo del buen cristiano, son apóstoles; el médico que con la medicina anima al enfermo a rezar, es un apóstol; el patrón de un negocio que expresa su confianza en Dios enfrente de sus empleados, es un apóstol; el empleado que con su honestidad da gracias a Dios es un apóstol. Ser apóstol en pocas palabras, es confesar tu fe en Dios al cuidar a tu hermano, y mostrar tu amor hacia tu prójimo en tu relación con Dios. Todos somos apóstoles, cada uno según su nivel, conforme a su poder y dependiendo de su lugar en la sociedad. Por un lado, el apóstol no puede existir sin comunidad, ¿eres apóstol? Entonces debes actuar predicando, rezando y ayudando; tienes que ejercerlo conviviendo con la gente. Por otro lado, ¿eres cristiano? Entonces no puedes vivir en una comunidad sin ser apóstol, dice San Pablo: “Ay de mí, si no predico el Evangelio”. Repito: ser apóstol no está limitado solamente al sacerdocio, o al monacato. Hoy, por ejemplo, tenemos esta fiesta, la cual, es una labor apostólica: la Iglesia tomó la iniciativa, pero hay quien corrió la voz, otros organizaron la fiesta, otros ayudaron y ofrecieron la comida, los pasteles y los refrescos. Todos ellos hicieron un trabajo importante, pero sin la respuesta de la comunidad, no hubiera sido posible cumplir esta misión apostólica. Hoy no quise dar la homilía como siempre; quiero nada más recordarles la invitación de Dios hacia nosotros para ser Sus apóstoles y Sus discípulos; también quiero darles las gracias: les agradezco porque ustedes siempre al abrir la puerta de su casa, abren también sus corazones. Su amor y su buena respuesta hoy me animan a pedirles a ustedes la oportunidad de darles catecismo a sus hijos y a sus nietos. Estamos dispuestos a ir a sus casas para cumplir con esta labor. Estamos listos para ir a reunirnos con sus familias, ustedes nada más, si así lo desean, pueden juntar dos o tres familias y nos ponemos de acuerdo sobre la fecha y el tema que deseen. Ustedes nunca han dejado de contribuir con la iglesia, la única cosa que nos falta es: el otorgarnos la oportunidad de ofrecer y dar el catecismo a los niños y a sus familias. También quiero dar las gracias, primero a Sayedna, quien nos da su confianza y siempre nos anima para trabajar; luego agradezco a todos los que vienen cada domingo a la Liturgia, sus caras son una parte de esta iglesia, igual que estos iconos que adornan este templo. Agradezco a todos aquellos que vienen tan pronto pueden, para cumplir con la promesa que han dado; a ellos los recibo con alegría como el patriarca Abraham recibió los tres ángeles en su casa. Hoy doy las gracias a muchos que nos ayudaron en esta fiesta, no digo qué han donado, porque cuando uno da a su familia no lo considera como donativo, sino ayuda o participación. Tampoco voy a mencionar nombres, agradezco a los que ofrecieron la comida, a los que vienen a esta iglesia cada domingo y a sus familiares; a los amigos de Toluca que ofrecieron la barbacoa y a los demás que vinieron de Toluca también, a las personas de Guadalajara y de San Luis Potosí que desde ayer nos ayudaron hasta la media noche. Al grupo de señoras que vienen cada miércoles para rezar por los enfermos y los afligidos, estas señoras, quienes también vienen a tomar una plática y al mismo tiempo, dan mucho y cuidan el templo. Agradezco al comité de esta catedral, a quienes molesto siempre en pedir y nunca faltan en dar, nos ayudaron en correr la voz y ofrecieron los pasteles y los refrescos. Muchos de ellos no pudieron estar hoy con nosotros, pero sí, están en nuestros corazones y en nuestras oraciones. Doy las gracias a la hermandad del monasterio de San Antonio el Grande, que pasaron varios días preparando la comida y ayudándonos. Agradezco a muchos, a quienes a la hora de llamarles para invitarlos, estaban dispuestos para ayudar al ofrecer comida o en dar una participación para los gastos del evento. Finalmente, les doy las gracias una vez más, por estar siempre cerca de nosotros y les dirijo las palabras del Apóstol Pablo: “Pues, ¿Quién, sino ustedes, pueden ser nuestra esperanza, nuestro gozo, la corona de la que nos sentiremos orgullosos ante nuestro Señor Jesús en Su venida? Sí, ustedes son nuestra gloria y nuestro gozo” Amen.

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