Reunión del Santo Sínodo

sinodoEl Santo Sínodo de Antioquia celebró su 46ª reunión ordinaria en Saydnaya (Siria) entre los días 17 – 20 de agosto 2010, presidida por Su Beatitud el Patriarca Ignacio IV, con la participación de los metropolitanos de todas las diócesis del patriarcado.

En primer lugar, el Santo Sínodo fue informado detalladamente por el Presidente de la Universidad de Balamand sobre la evolución de la Universidad y los proyectos realizados y en desarrollo. Seguido a esto el decano del Instituto de Teología San Juan Damasceno presentó un informe sobre los aspectos académicos, de vida espiritual y administrativa de Instituto, el nuevo plan de estudios, el desarrollo de los programas de la maestría y el grado de estudios religiosos. Los miembros del Sínodo confirmaron la necesidad de enlazar el conocimiento de la teología y la experiencia pastoral para que el sacerdote lleve la imagen del Pastor, Cristo, en el mundo. Decidieron conformar un nuevo comité que asista a S.B. el Patriarca en el seguimiento de los asuntos del Instituto.

Gran parte del trabajo del Santo Sínodo fue dedicado a cuestiones pastorales. De hecho, el Santo Sínodo aprobó la “guía del clero” elaborada por Monseñor George (Khoder), Metropolita de Monte Líbano, como guía “pastoral” para el sacerdote en vista de la realización de su ministerio pastoral y sacramental. La guía incluye artículos que tratan la realidad particular pastoral experimentada por los sacerdotes de hoy.

El Santo Sínodo estudió el lugar de la actividad juvenil en el seno del Patriarcado, y todos fueron unánimes sobre la necesidad de clarificar el rol del clero y del laico en lo que concierne los carismas del Espíritu Santo en ellos, en cuanto a las necesidades de la unidad y de la paz en la Iglesia. Esta relación se edifica sobre la paternidad del obispo y de aquellos que lo asisten, por un lado, y sobre la filiación de los fieles, por otro lado, en el seno de la misma Iglesia. En esta perspectiva, el Sínodo ha confiado a Su Beatitud la conformación de un comité que él presidirá a fin de organizar el trabajo pastoral y educativo. El Santo Sínodo expresó su confianza en el renacimiento de la vida espiritual, subrayando que la catequesis es responsabilidad del obispo, quien tiene el deber de convocar a aquellos a quienes cree tienen la capacidad de ayudar en esto.

A nivel de las diócesis de la diáspora, Monseñor Philip (Saliba), Arzobispo de EEUU y Canadá, presentó un informe sobre los diversos aspectos de la vida de la diócesis, poniendo énfasis en la pastoral y la misión, y el crecimiento de la diócesis en distintas áreas. Y a la luz del estudio histórico sobre el lugar del obispo en la Iglesia Ortodoxa, elaborado por Monseñor Basilio, Metropolita de Akkar, los miembros del Sínodo afirmaron que los obispos de la Diócesis de América del Norte son obispos auxiliares de la diócesis, a quienes se le había confiado el pastoreo de sus respectivas diócesis, teniendo al Metropolita como referente, quien ejerce la jurisdicción general sobre toda la diócesis.

El Sínodo también escuchó informes sobre la labor pastoral en las diócesis de Europa occidental y central, México y Argentina, y elogió el trabajo realizado en estas diócesis, pidiendo a sus pastores seguir su misión para lo que es el bien de la Iglesia y su desarrollo. A continuación, teniendo en cuenta la expansión del trabajo dentro de la Diócesis de Europa Occidental y Central a Escandinavia, el Santo Sínodo decidió cambiar el nombre de la diócesis de modo que ahora se llama la “Diócesis de Europa”.

Por otra parte, a nivel de las comisiones sinodales, los miembros del Sínodo escucharon el informe sobre las reuniones realizadas en Chambésy (Ginebra), en junio 2009, en vista la preparación del santo y gran concilio pan-ortodoxo, así como informes sobre las asambleas episcopales celebradas en los países ortodoxos de la diáspora, especialmente en América del Norte, América Central y América del Sur, y Europa. Así, elevaron sus oraciones para que este trabajo ortodoxo conjunto de fruto para la gloria del Señor Jesús y el bien de la Iglesia.

A continuación, los miembros del Sínodo estudiaron la cuestión del diálogo teológico oficial ortodoxo-católico y reafirmaron el deseo de la Iglesia Ortodoxa de Antioquia y sus esfuerzos por lograr el mayor acercamiento posible entre las dos Iglesias, específicamente en términos del testimonio diario y el servicio de los pobres, y designaron los nuevos delegados para la comisión de diálogo.

Por último, estudiaron el informe de la comisión de comunicación e información, presentado por Monseñor Pablo, Metropolita de Alepo, sobre el proyecto de organización de la comunicación de la Iglesia Ortodoxa de Antioquia.

Al concluir sus trabajos, los miembros del Santo Sínodo reafirmaron que los pastores de la Iglesia son, por sobre todo, pastores del pueblo de Dios que enfrenta estos días muchas dificultades en circunstancias difíciles; pastores que siguen vigilando, como parte primordial de su preocupación paternal, a llevar a los fieles sedientos de la palabra divina. En fin, elevaron la súplica para que Dios bendiga al buen rebaño que Él les ha confiado, y que le de las gracias y bendiciones.

¡Que su memoria sea eterna!

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El lunes 6 de septiembre descansó en el Señor el de Memoria Eterna Monseñor Demetrio Hosni, Obispo de la Vicaría patriarcal de Río de Janeiro; Su cuerpo será despedido en la Catedral patriarcal del Mariamíeh en Damasco y el servicio fúnebre presidido por Su Beatitud, Ignacio IV, Patriarca de Antioquía, será celebrado el miércoles 8 en la misma.

Nuestras más profundas condolencias a Su Beatitud y a toda la jerarquía de la Iglesia Ortodoxa Antioquena, al clero y a la feligresía del Vicariato de Río de Janeiro y a sus hermanos y familiares. ¡Que en paz descanse! ¡Que su memoria sea eterna!

En la Arquidiócesis de México, todos recordamos con mucho respeto y cariño al Padre Dimitri que vivió entre nosotros y nos enseñó con su palabra y ejemplo durante catorce años, cuando como archimandrita fungía la dignidad de Vicario episcopal al lado de nuestro Arzobispo, S.E. Monseñor Antonio Chedraoui. El Domingo 3 de octubre se celebrará un servicio fúnembre de conmemoración junto con la Divina Liturgia en la Catedral de San Jorge, en México D.F..

Elevamos las oraciones por su descanso eterno y que sus oraciones estén con nosotros. Amén.

 

Boletín del 29/08/2010

Decapitación del Profeta Juan Bautista

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Coronemos con alabanzas al Precursor de la Gracia,
el grande de los profetas, y electo de los apóstoles;
quien fue decapitado por amor de la Ley del Señor.

Exapostelario

Tropario de la Resurrección

Tono 5

Al coeterno Verbo, con el Padre y el Espíritu,
al Nacido de la Virgen para nuestra salvación,
alabemos, oh fieles, y prosternémonos.
Porque se complació en ser elevado en el cuerpo sobre la Cruz
y soportar la muerte, y levantar a los muertos por su Resurrección gloriosa.

Tropario del Profeta Juan Bautista

Tono 2

La memoria del justo es con alabanzas,
pero a ti, oh Precursor, te basta el testimonio del Señor.
Porque te volviste verdaderamente el más honrado de los profetas
al ser digno de bautizar en el Jordán al que fue anunciado;
y así como defendiste la verdad,
con alegría anunciaste, hasta a los que estaban en el Hades,
a Dios que se ha revelado en el cuerpo,
que quita el pecado del mundo
y nos otorga la gran misericordia.

Condaquio de la Santa Cruz

Tono 4

Oh Tú que voluntariamente sobre la Cruz fuiste levantado,
ten misericordia del nuevo pueblo llamado por tu Nombre,
alegra con tu poder a los creyentes, oh Cristo Dios,
otorgándoles victoria sobre el enemigo
y que les sea tu auxilio un arma de paz y triunfo invencible.

Libro de Hechos de los Apóstoles (13: 25-32)

En aquellos días, Pablo se levantó y dijo: «Al final de su carrera, Juan decía: “Yo no soy el que ustedes se piensan: he aquí que viene detrás de mí Aquél a quien no soy digno de desatar las sandalias de los pies.”

Hermanos, hijos de la raza de Abraham, y cuantos entre ustedes temen a Dios: a ustedes ha sido enviado la palabra de esta Salvación. Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las Escrituras de los profetas que se leen cada sábado; y sin hallar en Él ningún motivo de muerte pidieron a Pilato que le hiciera morir. Y cuando hubieron cumplido todo lo que referente a Él estaba escrito, lo bajaron del madero, y lo pusieron en el sepulcro. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Él se apareció durante muchos días a los que habían subido con Él de Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo.

Y nosotros les anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres, Dios la ha cumplido a nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús.»

Evangelio según San Marcos (6: 14-30)

En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de la fama de Jesús, pues su nombre se había hecho célebre, y dijo: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él estos poderes.» Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los demás profetas.»

Al enterarse Herodes, dijo: «Éste es Juan, a quien yo decapité: ha resucitado de entre los muertos.» Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: «No te es lícito tener a la mujer de tu hermano.» Herodías lo aborrecía y quería matarlo, pero no podía, pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto.

Y Cuando llegó un día oportuno, en que Herodes, en su cumpleaños, dio una cena a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea, entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré.» Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino.» Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?» Y ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista.»  Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.» El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura.

Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado.

El Profeta y Precursor

 “Mirad que viene detrás de mí, Aquél a quien no soy digno de desatar las sandalias de sus pies” (Hch 13:25).

¡Qué profunda humildad hubo en aquel Profeta y Precursor del Mesías! El último de los Profetas y el Mayor  de todos ellos, según nos lo afirmara Nuestro Adorable Salvador, al decir, que de entre los hijos de los hombres Juan es el Mayor de los Profetas, debido a que fue él quien tuvo la dicha bienaventurada de señalar  a Cristo, como el Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo y por quedar lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre, santa Isabel. ¡Cuántos justos anhelaron ver los días del Salvador! Tan solo en una mirada futurista lo hicieron y lo saludaron.  Cuando Cristo descendió  al Hades, lo hizo para liberar a Adán, a Eva y a cuantos esperaron su venida; es decir,  a todos aquellos justos que oyeron lo anunciado por los santos Profetas. Allí en el Hades la Luz verdadera iluminó e inundó de gozo a quienes lo esperaron, lo desearon y, aún en la lejanía, escucharon el divino mensaje de salvación siendo salvos de antemano por vivir hasta el final en la esperanza y en la fe inquebrantable de aquel que en verdad carga con los pecados del mundo.

Sin lugar a dudas, fue degollado cual inocente cordero, desapareciendo él, para que el Mesías llegara  a la plenitud. El Bautista ya estaba preparado para  ser víctima y ofrenda inmolada en honor del  Mesías. Cuán sintomático es ver que el Precursor de Cristo, preparara los caminos del Señor, predicando el Bautismo de arrepentimiento, porque el Mesías lo complementaría con el Bautismo de vida. “Todos los que han sido bautizados en Cristo, de Cristo están revestidos” (Gal 3:26). Ofrendar la cabeza, es  ofrecerlo todo. El haber pasado tanto tiempo dedicado a la oración y a la penitencia, llevó al Bautista a madurar en la fe y en el amor más expresivo: permitir  ser degollado. Él comprendía que para esto había nacido: Para ser llenura del Espíritu Santo y, por consiguiente preparado para la Vida bienaventurada.

El capricho de una bailarina fue decisivo para que Herodes entregara en Charola de plata la Cabeza del Precursor del Salvador. ¡Amados hermanos: veamos cómo el mundano proceder conduce a la más bestial de las crueldades! Es así como el ser humano pierde el piso y los valores trascendentales al deshumanizarse y provoca que  nuevamente  la creación sufra dolores como de parto (Rom 8:22). El pecado, ese desorden ancestral, es el que requiere que los verdaderos cristianos le hagamos frente común, como familia, como Iglesia y como sociedad. Luchar contra ese desorden es amar a Dios, hacer que la gracia abunde porque “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Rom 5:20). ¡Que la gracia del Espíritu Santo nos conduzca a la sobreabundancia divina, a fin de que nuestra Iglesia sea  la luz que ilumine a nuestra humanidad en estos tiempos tan difíciles! Amén.

Rev. Archimandrita Cosme Andrade
Parroquia de la Dormición de la Madre de Dios
México, Mérida

Felicitación:

Saludamos a la parroquia de San Juan Bautista en San Pedro Sula, Honduras y al Rev. Padre Jorge Farah que celebran de un modo especial la conmemoración presente; también a todos quienes llevan el nombre de San Juan Bautista, deseando que las intercesiones del Precursor llenen su vida de paz, diligencia y conversión en el Señor.

 

Boletín del 22/08/2010

Despedida de la Dormición

de la Santísima Madre de Dios

Dormition 

Apóstoles reúnanse,                 
de los confines todos,               
en el pueblo de Getsemaní,         
y acuesten mi cuerpo;                  
y tu, Dios mío e Hijo,             
recibe mi espíritu.

Exapostelario

 

Tropario de la Resurrección

Tono 4

Las discípulas del Señor aprendieron del Ángel
el alegre anuncio de la Resurrección,
la sentencia ancestral rechazaron y
se dirigieron con orgullo a los apóstoles diciendo:
¡Fue aprisionada la muerte, resucitó Cristo Dios
y concedió al mundo la gran misericordia!

Tono 1

En el parto conservaste la virginidad
y en la Dormición no descuidaste al mundo, oh Madre de Dios;
porque te trasladaste a la vida por ser la madre de la Vida. 
Por tus intercesiones, salva de la muerte nuestras almas.

Condaquio de la Dormición

Tono 2

A la Madre de Dios, que no descuida su intercesión,
la esperanza indesairable de quienes piden su protección,
no pudieron retenerla ni el sepulcro ni la muerte;
porque siendo la Madre de la Vida fue trasladada a la vida
por Quien habitó en su seno conservándola siempre Virgen.
 

Primera Carta del Apóstol San pablo a los Corintios (16:13-24)

Hermanos: Velen, manténganse firmes en la fe, pórtense virilmente, sean fuertes. Todas sus cosas háganlas con amor.

Les pido otra cosa, hermanos: conocen a la familia de Estéfanas y saben que ellos han sido las primicias de Acaya y que se han dedicado al servicio de los santos; les pido, pues, que ustedes también se pongan a su disposición y a la de todo el que colabore y trabaje en la misma tarea.

Estoy lleno de alegría por la visita de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, que han suplido su ausencia. Ellos han dado descanso a mi espíritu y al de ustedes. Sepan apreciar, pues, a tales personas.

Las Iglesias de Asia los saludan. Aquila y Priscila, junto con la Iglesia que se reúne en su casa les envían muchos saludos en el Señor. Los saludan todos los hermanos. Salúdense los unos a los otros con el ósculo santo.

El saludo va de mi mano, Pablo. Si alguno no ama al Señor, ¡sea anatema! ¡Marán athá! ¡Que la gracia del Señor Jesucristo sea con ustedes! Los amo a todos en Cristo Jesús. Amén.

Evangelio según San Mateo (21: 33-42)

Dijo el Señor esta parábola: «Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó. Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus servidores a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron, a otro lo apedrearon. De nuevo, envió otros siervos en mayor número que los primeros pero los trataron de la misma manera. Finalmente les envió a su hijo, diciendo: “A mi hijo lo respetarán.” Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: “Éste es el heredero. Vamos, matémoslo y quedémonos con su herencia.” Y agarrándolo, lo echaron fuera de la viña y lo mataron. Ahora bien, cuando venga el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?» Le dijeron: «A esos miserables les dará una muerte miserable, y arrendará la viña a otros labradores que le paguen los frutos a su tiempo.» Y Jesús les dijo: «¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?»

 ¡Maránatha!

 En la lectura de la Epístola de hoy, san Pablo concluye sus recomendaciones pastorales a los corintios con unas palabras de fuego. Instruyó a sus hijos en Cristo en dicha ciudad sobre varios aspectos morales, espirituales y eclesiásticos, y he aquí que se despide de ellos con un saludo ferviente: ¡Maranathá!

Hay expresiones del arameo o del hebreo que los Evangelistas y la Iglesia primitiva no tradujeron al griego sino que las transcribían tal como eran, como las palabras Amén, Aleluya y Maranathá. Esta última podría haber sido utilizada como un saludo y contraseña entre los primeros cristianos y, posiblemente, es de esta manera que fue utilizada por el Apóstol en la Carta. También el Didaqué (un texto litúrgico cristiano que se remonta al Siglo II) señala que la misma plegaria «¡Maranathá!» concluía la Eucaristía. Sin lugar a dura, tenía un impacto dulce y exhortativo al oído de los feligreses y un sentido no apto para ser traducido a otro idioma.

La expresión de origen arameo se puede traducir conforme a la división de las sílabas:

  • «Marán / Athá» Quiere decir «El Señor ha venido» y se entiende como un credo de fe: «El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.» (Jn 1: 14)
  • «Marana / Tha» Quiere decir «¡Ven, Señor!» como una plegaria por el pronto regreso de Cristo. Esta interpretación encuentra argumento en Apocalípsis 22, 20: «Dice el que da testimonio de todo esto: “Sí, vengo pronto.” ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!»

Quizás la importancia de este vocablo —la cual impidió que fuera traducido—  es que su sonido reúne en sí dos afirmaciones axiomáticas de nuestra fe: primero que Cristo ha venido y que, a partir de ello, los fieles conforme a su empeño gozan del Reino por medio de la Gracia vivificadora que emana de la vida en Cristo; y segundo, que la vista del cristiano, de la comunidad cristiana y de la Iglesia universal está clavada en el que «vendrá así tal como lo han visto subir», según las palabras del ángel a los discípulos que miraban la Ascensión del Señor (Hch 1:11).

Desafortunadamente, con el paso de los siglos, «¡el Reino está cerca!» de los primeros cristianos dio su lugar  a  una  comprensión  que  considera el Reino como algo lejano que pertenece al mundo posmuerte. Sin embargo, la prédica de la Iglesia y la participación de la Divina Liturgia no cesan de reavivar en nosotros el saludo ¡Maranathá!: ¡Dios el Señor se nos ha manifestado y de nuevo ha de venir en Gloria! Amén.

Rev. Archimandrita Ignacio Samaán
Catedral de San Jorge
México D.F.

La salud y la alegría

Por el Anciano Porfirio (+1991)

Cuando amamos a Cristo, todo se vuelve fácil. (Yo todavía no lo he logrado, pero permanezco en mi intento de amarlo). En Cristo está todo lo que es bueno y beneficioso. El alma saludable vive los dones del Espíritu Santo «amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí». El hombre de Dios experimenta lo que describe san Pablo en el Himno del Amor: «El amor aguarda con paciencia y obra el bien; […] no guarda rencor […] Todo lo cree. […]  Todo lo soporta: ¡El amor nunca caducará!» (1Cor 13: 4-8).

Si lleguen a tener una vida tal, obtendrán la felicidad porque obtendrán a Cristo y el Paraíso; entonces hasta el sistema del cuerpo funciona maravillosamente sin fallas. La Gracia de Dios cambia al hombre: se transfigura en alma y cuerpo, y hasta se desaparecen las enfermedades, ni glándula ni vesícula ni estómago: todo funciona en orden. Es bonito que camines, trabajes y te muevas en plena salud, pero obtenga primero la salud espiritual como base, y la corporal vendrá. El origen de la mayoría de las enfermedades es la falta de la confianza en Dios; la falta de la sensibilidad religiosa causa ansiedad. Si no anhelan a Cristo y no se preocupan por los objetos santos, es seguro que la melancolía y las maldades llenarán el espacio.

Elévense en todo y así vivirán en alegría por la Gracia de Dios.

Boletín del 15/08/2010

La Dormición de la Santísima Madre de Dios

Dormition 

Apóstoles reúnanse,                 
de los confines todos,               
en el pueblo de Getsemaní,         
y acuesten mi cuerpo;                  
y tu, Dios mío e Hijo,             
recibe mi espíritu.

Exapostelario

 

Tropario de la Resurrección

Tono 3

Que se alegren los celestiales,
y que se regocijen los terrenales,
porque el Señor desplegó la fuerza de su brazo,
pisoteando la muerte con su muerte;
y siendo el primogénito de entre los muertos,
nos salvó de las entrañas del Hades
y concedió al mundo la gran misericordia.

 Tropario de la Dormición

Tono 1

En el parto conservaste la virginidad
y en la Dormición no descuidaste al mundo, oh Madre de Dios;
porque te trasladaste a la vida por ser la madre de la Vida. 
Por tus intercesiones, salva de la muerte nuestras almas.

Condaquio de la Dormición

Tono 2

A la Madre de Dios, que no descuida su intercesión,
la esperanza indesairable de quienes piden su protección,
no pudieron retenerla ni el sepulcro ni la muerte;
porque siendo la Madre de la Vida fue trasladada a la vida
por Quien habitó en su seno conservándola siempre Virgen.

Carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses (2: 5-11)

Hermanos: Haya en ustedes este mismo pensar que en el Cristo Jesús; el cual, teniendo la condición de Dios, no consideró como usurpación el ser igual a Dios, sino que se anonadó a sí mismo tomando la condición de siervo y haciéndose semejante a los hombres; y apareciendo en su porte como hombre, se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo que Dios lo exaltó y le otorgó el Nombre que está sobre todo nombre. Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre.

Evangelio según San Lucas (10: 38-42¸11: 27-28)

En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies de Jesús, escuchaba su palabra mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.» Jesús le respondió y dijo: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas, mientras que una sola es la necesaria. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada.»

Y sucedió que, cuando Él decía estas cosas, alzó la voz una mujer de entre la gente y dijo: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!» Pero Él dijo: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan.»

¡Siempre Bienaventurada!

Alzó la voz una mujer de entre la gente y dijo: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!» Pero Él dijo: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan.»

Algunos de los que leen apresurada y seleccionadamente este pasaje evangélico tienden a criticarnos en nuestra fe poniendo en duda la veneración a la Virgen María, como si Jesús regañara a la mujer que veneraba a su Madre. La Iglesia lee precisamente este texto bíblico en las Fiestas de la Madre de Dios —Nacimiento, Presentación en el Templo y Dormición— para alumbrar la lectura correcta del mismo. ¿Es lógico que el Evangelista Lucas, quien menciona el saludo del Ángel a María «Bendita eres entre las mujeres», y recita la oración de la Virgen «desde ahora todas la generaciones me llamarán bienaventurada», y la reverencia de Elizabeth «de donde a mí que la Madre de mi Señor venga a mí», pregunto, es lógico que Lucas muestre que Jesús rechace la veneración a la Virgen? Desde luego que no: Cristo en su respuesta a la mujer atribuye la bienaventuranza de su Madre, antes que todo, al hecho de que ella es de «los que oyen la Palabra de Dios y la guardan.» La selección de la Virgen por Dios para que fuera el instrumento de la encarnación divina no fue accidental, sino porque ella por la oración y vida consagrada «oyó» la palabra de Dios y por la pureza «la guardó», de una manera que sus entrañas volvieron un lugar amplio para recibir al Autor de la creación, y que sus seños dieron de mamar al Alimentador de mundo entero. Entonces la respuesta de Jesús es, más bien, confirmación de la santidad de su Madre, quien «lo guardaba todo en su corazón».

«Se presentó la Reina a tu diestra, adornada y envuelta en vestido entretejido de oro.» Al contemplar la belleza de su virtud, se enciende en nosotros el celo hacia su pureza de tal modo que le pedimos fervorosamente: «Inunda de alegría mi corazón, oh Virgen, que recibiste la plena alegría». Amén.

 Rev. Archimandrita Ignacio Samaán
Catedral de San Jorge
México D.F.

 

La Dormición de la Santísima Madre de Dios

Apóstoles reúnanse, de los confines todos, en el pueblo de Getsemaní, y acuesten mi cuerpo; y tu, Dios mío e Hijo, recibe mi espíritu.

Si la muerte de un santo es el día óptima para su conmemoración, entonces la Dormición de la santísima Madre de Dios es la fiesta más resplandeciente de ella. La Iglesia se prepara para la fecha del 15 de agosto con vigilia de 15 días, durante los cuales cantamos según nuestra fuerza el canon de Paráclesis (súplicas a la Madre de Dios) implorando la intercesión de la Venerabilísima: «Aquieta el huracán de mis pasiones y la tempestad de mis pecados.»

La celebración es la invocación de la presencia de la Madre de Dios cuya Dormición no ha sido sino un traslado «de la muerte a la vida». Los cantos de la Fiesta resumen dos acontecimientos: el primero es la muerte de la Virgen y la reunión de la Iglesia —los apóstoles, los obispos y los fieles junto con los ángeles— alrededor de su féretro con una tristeza resplandeciente parecida a la del Viernes Santo. (En la tradición de la Iglesia Griega, el día 15 de agosto se cantan a la Virgen Lamentaciones paralelas a las de la Sepultura del Señor). El segundo evento es el traslado de la Virgen en cuerpo a los Cielos. El Condaquio de la Fiesta dice: «A la Madre de Dios […] no pudieron retenerla ni el sepulcro ni la muerte.» y el Tropario: «[…] porque te trasladaste a la vida por ser la madre de la Vida.» Si bien los cuatro Evangelistas —concentrados totalmente en la prédica del Señor, su Pasión y  su Resurrección— no mencionaron nada sobre la Dormición de la Virgen y su Asunción, la Tradición de la Iglesia, desde los primeros siglos, tomó de los evangelios apócrifos los elementos y los detalles de la Fiesta.

Nuestra Iglesia Ortodoxa jamás ha considerado el Traslado de la Virgen al Cielo en el cuerpo como un dogma, pero sí, una devoción eclesiástica indudable. Con otras palabras, la Asunción de la Madre de Dios no fue una necesidad salvífica en la Economía Divina, sino un fruto de su culminación en Pentecostés: el Espíritu Santo descendió sobre la Iglesia y se presentó en ella para elevarla al Cielo, y la Asunción de la Virgen no es sino la primicia y la imagen de esta ascensión humana. Por eso la presente Fiesta viene como sierre del año litúrgico que termina en agosto.

Felicitación:

Saludamos a la parroquia de la Dormición de la Madre de Dios en Mérida y al Rev. Archimandrita Cosme Andrade que celebran de un modo especial la Fiesta presente; también a todas quienes llevan el nombre de María, deseando que las intercesiones de la Santísima llenen su vida de paz, diligencia y alegría en el Señor.

Retiro en el Monasterio

5-8 de agosto

DSC05103Los días 5 a 8 de agosto se llevó a cabo un retiro espiritual en el monasterio San Antonio el Grande, en el que participaron 20 personas de la feligresía de la Catedral de San Jorge.

El retiro empezó con la Vigilia de la Fiesta de la transfiguración (6 de julio).

Pláticas, lecturas bíblicas, canto y dinámicas, además de la participación en los Servicios litúrgicos del monasterio y en el trabajo diario, todo ello formó el contenido del retiro.

La experiencia llenó a los participantes de alegría y paz y sintieron la necesidad de repetir este experiencia, a nivel grupal o personal, con frecuencia.

Convivio en el monsaterio – J.O.M.

DSC06116El Sábado 19 de junio, un grupo de los Jóvenes Ortodoxos de México (J.O.M.) visitaron el monasterio de San Antonio el Grande, donde pasaron el día conviviendo entre ellos, con su Eminencia Sayedna Antonio y los padres, en el monasterio.

Visita de la Capilla, almuerzo de quesadillas, paseo en el campo y en las diferentes partes del monasterio, comida (barbacoa), dinámicas; todo ello llenó el día de júbilo y el grupo se integró de una manera muy agradable.

Los participantes expresaron su alegría con el evento y mostraron entusiasmo por participar y organizar tales eventos que les ayuden a concocerse entre sí y a conocer su fe y su Iglesia.

Boletín del 20/06/2010

4°. Domingo después de Pentecostés

 

Theotokos 1
Brillemos en la virtud
y, así, veremos a dos hombres de pie
y vestidos de luz resplandeciente dentro del sepulcro del Dador de la Vida,
 los mismos que se aparecieron a las Mirróforas
que temerosas inclinaron sus rostros hacia la tierra,
y entenderemos la resurrección del Señor de los cielos.
Corramos con Pedro hacia el sepulcro,
maravillémonos con el acontecimiento
y esperemos ver a Cristo Vida.

Exapostelario

 Tropario de la Resurrección

Tono 3

Que se alegren los celestiales,
y que se regocijen los terrenales,
porque el Señor desplegó la fuerza de su brazo,
pisoteando la muerte con su muerte;
y siendo el primogénito de entre los muertos,
nos salvó de las entrañas del Hades
y concedió al mundo la gran misericordia.

Condaquio

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable;
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, pecadores,
sino acude a auxiliarnos,
como bondadosa, a los que te invocamos con fe. 
Sé presta en intervenir y apresúrate con la súplica,
oh Madre de Dios, que siempre proteges a los que te honran.

Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (6:18-23)

Hermanos: Ustedes, liberados del pecado, se han hecho esclavos de la justicia. —Hablo en términos humanos, en atención a la flaqueza de su carne—. Pues si en otros tiempos ofrecieron sus miembros como esclavos a la impureza y a la injusticia para la iniquidad, ofrézcanlos igualmente ahora a la justicia para la santidad.

Pues cuando eran esclavos del pecado, eran libres respecto de la justicia. ¿Qué frutos cosecharon entonces de aquellas cosas de las cuales al presente se avergüenzan? Pues su fin es la muerte. Pero ahora, habiendo sido liberados del pecado y hechos siervos de Dios, fructifican para santidad; y el fin, la vida eterna. Pues el salario del pecado es la muerte, pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Evangelio según San Mateo (8: 5-13)

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos.» Jesús le dijo: «Yo iré a curarlo.» Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: “Vete”, y va; y a otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace.»

Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: «Les aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y les digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos, mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; ahí será el llanto y el rechinar de dientes.» Y dijo Jesús al centurión: «Anda; que te suceda como has creído.» Y en aquella hora el criado quedó sano.

 ¡Señor, no soy digno!

 «¡Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo!»

«¿Quién podría considerarse digno de la presencia del Altísimo? ¿Quién podría recibir en su casa con toda dignidad al Señor de los Señores y Rey de Reyes?

Amados hermanos: ¡Qué ejemplo  monumental de fe encontró nuestro adorable Salvador en el centurión romano!  Israel, la tierra bendita del Señor, no vio florecer en los días del Salvador una fe tan  grande como la de este ciudadano romano. Ni siquiera en uno de los hijos del pueblo elegido surgió la figura prominente de un monumento a la FE VIVA, como la de este centurión. Es por ello que  el mismo Señor exclama: «En verdad les digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe» (Mt 8:10).

La fe, esa virtud teologal es el don más preciado del Espíritu Santo, que nos conduce a la certeza de la esperanza, a la plena convicción de lo que  visualizamos: la vida eterna vivida en un presente de plenitud. Efectivamente,  la carta del gran san Pablo a los Hebreos afirma que: «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» (Heb 11:1). En nuestro diario Caminar hacia la Casa del Padre, necesitamos la seguridad que solo la fe en Cristo nos puede dar. En nuestra vida cotidiana requerimos urgentemente de la divina energía de la Gracia divina, a fin de que fortalecidos en ella, nuestra vida trascendente sea una realidad, porque no hay razón para caminar a la Casa del Padre sin dejar una Huella de nuestro paso por este mundo. Un  hijo del Altísimo que no tiene fe ni las consecuencias de la misma, no es digno del don de la vida; pues una vida sin fe, es una vida vacía, sin sentido, sin sabor ni valor. Es por ello que el Apóstol  nos enfatiza: «Pero sin la fe es imposible agradar a Dios» (Heb 11: 6).

Amados hermanos: Agradar a Dios es lo más hermoso que nos puede suceder. Agradar no para quedar bien, sino para estar bien, en comunión plena y en armonía absoluta para que en los momentos más difíciles, encontremos la gracia oportuna y nuestra oración obtenga la respuesta adecuada, acercándonos al milagro cual centuriones del HOY.

Rev. Archimandrita Cosme Andrade
Iglesia de la Dormición de la Madre de Dios
México, Mérida

 

«La vida en Cristo»

El libro «La vida en Cristo» es de San Nicolás de Cabasilas, Teólogo ilustre de la Iglesia Ortodoxa del Siglo XVI, cuyo nombre es incluido en el Sinaxario Ortodoxo a partir del año1982. Se conmemora el día 20 de junio. El siguiente comentario sobre el libro es escrito por el Rev. Archimandrita Tomás Bitar, Abad del Monasterio de San Juan Bautista, en Duma, Líbano.

San Nicolás Cabasilas en su libro demuestra cómo los fieles por medio de los santos Sacramentos (Bautismo, Crismación y Eucaristía) logran que Cristo mismo, mediante el Espíritu Santo, mora y crece en ellos hasta realizar la unión absoluta con Dios. La Encarnación de Cristo es la base de toda la vida espiritual porque Él ha unido lo que era separado permitiendo la unión de lo creado con lo que no es creado. Esta Vida en Cristo comienza aquí en la tierra, pero se culmina en el Reino eterno al que tenemos acceso, desde ya, en la Iglesia. Cristo se vierte y se une a cada uno de sus miembros a través de los Sacramentos, tal como la luz penetra a la habitación por las ventanas.

Sin embargo, la Presencia del Señor no se activa sin que cooperemos con ella, sin que correspondamos por libre voluntad a la Gracia de Dios y concentremos nuestro afán en la conservación de la Gracia recibida, por medio de la vigilancia del alma, como una lámpara encendida en espera del regreso del Novio.

La vida espiritual del cristiano consiste en guardar los miembros y los sentidos con los cuales Cristo se ha unido, y en contemplar la dignidad que nos ha otorgado. Es imposible que el hombre sea atraído hacia el pecado si asimile «el amor loco» con que Cristo nos ha amado a tal grado que dio su vida en la Cruz para que nos haga Templo y miembros propios de Él. Para este hombre, el Señor vuelve su único anhelo; al haber obtenido «el Espíritu de Cristo», guarda los mandamientos fácilmente; y creciendo en las santas virtudes, identifica totalmente su voluntad con la del Salvador; encuentra su alegría en la del Señor, y su tristeza en la del Señor. Este estado de glorificación en Dios (Theosís), que es el objeto de la vida del hombre, lo observa san Nicolás de Cabasilas en su plenitud en la persona de la Madre de Dios, quien por la belleza de su alma y su voluntad sometida enteramente al designio de Dios, atrajo al Espíritu Santo, Quien engendró en ella al Salvador.

Felicitación

El miércoles 16 del presente, en una ceremonia emotiva, Su Eminencia, Arzobispo de nuestra Arquidiócesis Sayedna Antonio, ingresó a la Academia Nacional de Historia y Geografía, patrocinada por la U.N.A.M. (Universidad Nacional Autónoma de México) como Académico de Número, presentando la tesis recepcional “La Iglesia Ortodoxa”, que recibió la admiración y el aplauso de todos los presentes.

Felicitamos a Su Eminencia deseándole muchos años de salud y ánimo para que siga «predicando rectamente la palabra de la verdad».

Ingreso de S.E. a la Academia de Historia

DSC06101El miércoles 16 del presente, en una ceremonia emotiva, Su Eminencia, Arzobispo de nuestra Arquidiócesis Sayedna Antonio, ingresó a la Academia Nacional de Historia y Geografía, patrocinada por la U.N.A.M. (Universidad Nacional Autónoma de México) como Académico de Número, presentando la tesis recepcional “La Iglesia Ortodoxa”, que recibió la admiración y el aplauso de todos los presentes.

En la Tesis sobre la Iglesia Ortodoxa, S. E. enfatizó que el Oriente es la cuna del Cristianismo; pues Cristo “nació en Jerusalén, predicó en Palestina y en Líbano, murió, resucitó y ascendió al Cielo en Jerusalén”. También explicó las fuentes de la fe y las base dogmáticas de la Iglesia Ortodoxa y se refirió tanto a la herencia común con la Iglesia Católica Latina como a las diferencias dogmáticas y eclesiales.

Felicitamos a Su Eminencia deseándole muchos años de salud y ánimo para que siga «predicando rectamente la palabra de la verdad».

يوم الأربعاء الواقع في 16 حزيران 2010 منحت الأكاديمية الوطنية للتاريخ والجغرافيا التابعة للجامعة الوطنية المستقلة في المكسيكU.N.A.M.  دكتوارة فخرية لصاحب السيادة بقبوله عضواً في الأكاديمية بحضور أهم شخصيات المجتمع السياسية والأكاديمية والروحية وسط التفاف أبناء الرعية مع قدس الوكيل الأرشمندريت إغناطيوس سمعان وقدس الأب خوان بينيا. 

وقد عرض صاحب السيادة في مداخلة الأطروحة عن تاريخ الكنيسة الأورثوذكسية، مؤكداً أنَّ المشرق هو مهد المسيحية فالمسيح “ولد في القدس وبشر في فلسطين ولبنان، ومات وقام وصعد إلى السماء في القدس”، كما وشرح مصادر الإيمان في الكنيسة الأورثوذكسية والأسس العقائدية والإرث المشترك مع الكنيسة اللاتينية كما والاختلافات العقائدية والإدارية

نتمنى لصاحب السيادة سنين عديدة ملؤها الصحة والنشاط ليبقى “مفصلاً كلمة الحق باستقامة”

 

Boletín del 13/06/2010

 3er. Domingo después de Pentecostés

Cristo 1

Cristo ha resucitado.
 Nadie puede dudarlo porque se ha aparecido a María;
después se dejó ver por los que iban a pescar;
y se manifestó a los once Discípulos a quienes envió a bautizar,
y subió al cielo de donde descendió,
probando sus enseñanzas con muchos milagros.

Exapostelario

Tropario de la Resurrección

Tono 2

Cuando descendiste a la muerte, oh Vida inmortal,
mataste al Hades con el rayo de tu Divinidad,
y cuando levantaste a los muertos del fondo de la tierra,
todos los poderes celestiales clamaron:
¡Oh Dador de vida, Cristo Dios, gloria a Ti!

Condaquio

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable;
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, pecadores,
sino acude a auxiliarnos, como bondadosa,
a los que te invocamos con fe. 
Sé presta en intervenir y apresúrate con la súplica,
oh Madre de Dios, que siempre proteges a los que te honran.

Carta del Apóstol San pablo a los Romanos (5: 1-10)

 Hermanos: Habiendo recibido de la fe nuestra justificación, estamos en paz con Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por Quien hemos obtenido también, mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. En efecto, cuando todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos —en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir—; mas Dios muestra su amor para con nosotros en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por Él salvos de la cólera! Pues si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida!

 Evangelio según San Mateo (6: 22-33)

Dijo el Señor: «La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es puro, todo tu cuerpo estará iluminado; pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!… Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No pueden servir a Dios y al dinero. Por eso les digo: No anden preocupados por su vida, qué comerán, ni por su cuerpo, con qué se vestirán. ¿No vale más la vida que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y su Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes más que ellas? Por lo demás, ¿quién de ustedes puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparse? Observen los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero Yo les digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con ustedes, hombres de poca fe? No anden, pues, preocupados diciendo: “¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos?”, que por todas estas cosas se afanan los gentiles: ya sabe su Padre celestial que tienen necesidad de todo eso. Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura.»

Modo de ver

«La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es simple (puro), todo tu cuerpo estará iluminado; pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará a oscuras.»

Entonces, nos dice el Señor, que el criterio de un estado sano es la condición de nuestro ojo: malo o puro. Los judíos, por ejemplo, mientras estaban viendo la benevolencia de los milagros del Señor, lejos de admirar su misericordia, condenaron que hubiera roto con la «ley del Sábado». Su «mal ojo» no les permitía observar la bondad. Es como un vaso de agua pura que se le echa una gota de petróleo de modo que se empieza a admirarla como agua negra. Si odio a una persona, por más buenas que sean sus obras e intenciones, seguiré viéndolas con «mal ojo» y  contaminando la realidad con mis prejuicios. Y viceversa, «el amor no toma en cuenta el mal […] todo lo excusa», dice san Pablo (1Cor 13: 7).

¿Cómo adquirir el ojo «simple»?, y ¿por qué se ha contaminado nuestra visión?

La literatura ascética nos habla de las «pasiones» que son tendencias y motivos ocultos en el corazón, que adquirimos y desarrollamos por ambiente, herencia y todo lo que nos rodea día a día: rencor, calumnia, celo, egoísmo y muchos más forman las pasiones que contaminan nuestro modo de ver, y empezamos a complicarnos la vida y considerarla difícil e imposible, y al hermano como «mi infierno» (Jean Paul Sartre). Estas pasiones nos deslumbran e impiden ver la realidad aun en sus detalles más evidentes.

El primer escalón para una vista «simple y pura» es la lógica. Es ilógico que la culpa pertenezca siempre y en todo a los demás. El examen sincero bajo la luz de la razón es capaz de proporcionarme una visión crítica y audaz que me permita conocer cuándo la responsabilidad cae sobre mis hombros y cuándo sobre los del hermano. La vigilancia prudente de los movimientos de alma ante hechos determinados, activa el papel de la consciencia para discernir la realidad objetiva.

El segundo escalón —el más esencial— para obtener un ojo «puro» es el amor que «no toma en cuenta el mal» y «todo lo excusa». ¿Acaso el hombre bondadoso y espiritual es ciego para que no vea la maldad?» En realidad, éste es el más apto para advertir la mínima presencia de las pasiones. Ve la maldad pero no la considera; es decir, la ofensa del hermano no anula al hermano. No ve en el pecado del prójimo un alma condenada sino una posibilidad futura de arrepentimiento y de conciliación, tal como una madre que, si bien no está ciega a los errores y a las ofensas de su hijo, sigue amándolo, sirviéndolo y «viéndolo» como la criatura más bella: es el ojo simple y puro. Cuando presentaron a Jesús a una mujer adúltera esperando su permiso para apedrearla, Él vio en ella un alma digna, no de condenación, sino de atención: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más» (Jn 8:11).

¿Cómo adquirir un ojo tal? ¿Acaso es posible lograrlo en una sociedad llena de competencia y de búsqueda de autorrealización?

El paciente busca al oculista para que le recete unos lentes, y el cristiano busca la Iglesia, que le receta la palabra de Dios; la coloca siempre ante sus ojos cual lentes que purifican su vista; de aquí en adelante, cada vez más, obtendrá el «pensamiento de Cristo» (1Cor 2:16); y el prójimo ya no volverá más a ser visto como «mi infierno» sino como mi compañero en el camino de la Luz. Amén.

 

Rev. Achimandrita Ignacio Samaán
Catedral de San Jorge
México D.F.

La oración por los difuntos

Desde siempre, el Cristianismo ha rechazado totalmente el uso de métodos y técnicas (espiritismo, magia…) para comunicarse con los muertos; sea cual fuese la meta, ejercer estos métodos significa estar sujetos a engaños satánicos y/o al oportunismo humano que se burla de nuestros sentimientos.

En cambio, la única manera conveniente y saludable para dicha comunión es la oración, donde la reunión se realiza, no en el nivel psíquico (recuerdos, fotos, sueños…) sino en el espiritual. Y se nos pregunta: ¿Cuál es la justificación para la conmemoración de los difuntos?, y ¿de qué manera puede ser útil para ellos?

Quizás las preguntas nos confundan y no podamos dar una respuesta satisfactoria; sin embargo, nuestra auténtica fe nos enseña que el amor mutuo es el que justifica y, más aún, nos exhorta a orar por nuestros queridos difuntos. Es lo mismo con los vivos: no podemos explicar cómo nuestra súplica ayuda al prójimo, pero sabemos por experiencia que ésta es eficaz y así la practicamos. La acción de la oración, sea ofrecida por vivos o por muertos, es mística; no podemos sondear la influencia entre la eficacia de la oración, la libre voluntad de una persona y la misericordia de Dios. Nos basta saber que ellos necesitan de nuestro apoyo y que, cuando oremos por ellos, su amor a Dios aumenta; por lo demás, dejémoslo al Señor.

Rechazar la oración por los difuntos es un pensamiento frío que contradice el amor. Nuestra esperanza de que ellos viven en la misericordia de Dios, nos hace desear que nuestro amor hacia ellos sea incorporado a la Divina Misericordia: “Haz descansar las almas de tus siervos en un lugar de paz donde no hay dolor ni tristeza sino vida eterna.”

 

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