Boletín del 30/07/2016

6o Domingo de San Mateo

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Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 5

Al coeterno Verbo, con el Padre
y el Espíritu, Al Nacido de la Virgen
para nuestra salvación, alabemos,
oh fieles, y prosternémonos.
Porque se complació en ser elevado
en el cuerpo sobre la Cruz y soportar la muerte,
y levantar a los muertos por su Resurrección gloriosa.

Condaquio de la Transfiguración

Tono 7

Te transfiguraste en el monte, oh Cristo Dios,
y tus discípulos contemplaron tu Gloria según pudieron soportarla;
para que, cuando te viesen crucificado,
percibieran que tu Pasión fue voluntaria
y proclamaran al mundo que Tú eres verdaderamente el Resplandor del Padre.

Lecturas Bíblicas

Carta a los Romanos  (12: 6-14)

Hermanos: Ya que tenemos dones diferentes según la Gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía, ejerzámoslo en la medida de la fe; si es el ministerio, ministrando; si la enseñanza, enseñando; si la exhortación, exhortando. El que reparte, con  generosidad;   el  que   preside,     con solicitud; el que ejerce la misericordia, con jovialidad.

Su amor sea sin fingimiento; detesten el mal y adhiéranse al bien; ámense los unos a los otros con una ternura fraternal; en cuanto a la honra, prefiriéndose los unos a los otros; en cuanto a la diligencia, no perezosos; al espíritu, fervorosos, y sirviendo al Señor. En la esperanza sean alegres; en la tribulación, pacientes; en la oración, constantes; compartiendo las necesidades de los santos y practicando la hospitalidad.

Bendigan a los que los persiguen; bendigan y no maldigan

Santo Evangelio según San Mateo (9: 1-8)

En aquel tiempo, Jesús subió a la barca, pasó a la otra orilla y vino a su ciudad. Y sucedió que le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: « ¡Ten confianza, hijo! Tus pecados te son perdonados.» Pero he aquí que algunos escribas dijeron para sí mismos: «Éste está blasfemando.»

Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: « ¿Por qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dice al mismo tiempo al paralítico: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.» Él se levantó y se fue a su casa. Y al ver esto, la gente quedó admirada y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres.

Mensaje Pastoral

¡Tus pecados te son perdonados!

Unos fieles acudieron a Jesús para curar a un paralítico, mas Jesús primero le curó el alma; mientras se le pedía sanar la enfermedad visible, Él asistió la invisible: el pecado. De aquí surge la pregunta: ¿Cuál es la relación entre la enfermedad y el pecado?

En el Antiguo Testamento, una enfermedad se relacionaba con el castigo divino por un pecado cometido. Así que al leproso, según las leyes, nadie se le podía acercar ya que se consideraba manchado, un pecador. Cualquier dolencia se veía como un fruto de cierta transgresión. Como un reflejo de esta mentalidad, una vez los discípulos preguntaron a Cristo sobre un ciego:

«Maestro, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?» (Jn 9:2); más Cristo rechazó atribuir la enfermedad –ceguera o cualquier otra– a castigo de Dios por un delito personal.

Si bien el sufrimiento no es un aspecto de la justicia divina, es parte de nuestra mortalidad, el resultado del pecado: «por el pecado entró la muerte» (Rom 5:12). Dios creó al hombre para que fuera inmortal, pero el pecado –siendo en el fondo el alejamiento voluntario de Dios, de la vida– provocó la muerte y sus anexos: enfermedades, dolores, crisis naturales, tristezas…; en una palabra, provocó la corrupción. Así que todos padecemos lo mismo de maneras distintas y etapas diferentes pero, al fin y al cabo, es la misma mortalidad. Esta realidad caída no es un destino final con el que el hombre debe convivir con realismo sino un ambiente curativo que procura jalar al hombre hacia la resurrección espiritual. El malestar que algunos de nosotros padecemos nos podría brindar la oportunidad de comprender cuán lejos estamos de Dios; y al advertirlo tomar iniciativas positivas y penitenciales.

Cristo, con el paralítico de la lectura, nos advierte de esta jerarquía en la curación: aunque es importante curar el cuerpo, más importante es sanar el alma. Por eso leemos en muchos relatos de los santos Padres que daban gracias a Dios por sus dolencias ya que se les volvían causa de humillación, medicamento para salvación.

No se pretende aquí aprobar la enfermedad, que es en sí un defecto agregado a la buena creación de Dios, sino ser conscientes de que la gracia de estar en salud y ventura no nos distraiga de la realidad del pecado que todos padecemos y que necesitamos curar; así como de que la prueba de estar enfermos bienaventurada es cuando nos provoca –con la paciencia y la fe– purificación del corazón.

La camilla que el paralítico cargó al levantarse se volvió una señal tangible de la presencia del Señor en su vida, presencia que no nada más cura nuestras dolencias sino que también lleva en sí la autoridad divina, dulce y consoladora, para decir:

«Hijo, tus pecados te son perdonados.»

+ Monseñor Ignacio Samaán

Nuestra Fe y Tradición

 La Unidad de la Iglesia

sinodo1La unidad de la Iglesia, no sólo la de Antioquía entre sus miles de parroquias y diócesis en todo el mundo, sino la de todos los Patriarcados, está basada en dos pilares fundamentales :El primero es que tiene una cabeza que es Cristo Resucitado (Efesios 1,22), siendo la Iglesia Su Cuerpo Místico. El otro es la unidad doctrinaria de la fe y la comunión de la Gracia, del mismo Cáliz y los mismos Sacramentos, existiendo entre ellos un permanente lazo de oración.

Nuestra fe común tiene como fuente, las Sagradas Escrituras y la Santa Tradición. Fue comentada por los Santos Padres Teólogos de la Iglesia, como San Basilio el Grande, San Juan Crisóstomo, San Gregorio el Teólogo, San Gregorio Nazianceno, San Ignacio de Antioquía, San Juan Damasceno, San Agustín, San Gregorio Palamás, y otros., y por las enseñanzas explicitadas y proclamadas en los Siete Concilios Ecuménicos de toda la cristiandad, considerados como la más alta autoridad. Estos Concilios fueron  celebrados en Nicea, Constantinopla, Efeso, Calcedonia, etc., desde el Siglo IV al Siglo VIII. En los dos primeros, Nicea año 325 y Constantinopla año 381, se estableció el Credo de nuestra fe, que cada domingo confesamos en voz alta durante la Divina Liturgia y en otros oficios.

Los Siete Concilios Ecuménicos afirmaron la pureza de la fe y la recta doctrina frente a las herejías, la veneración debida a las Sagradas Imágenes o Íconos, y la disciplina eclesiástica.

Asimismo afirmamos que la plenitud de la Iglesia es asistida por el Espíritu Santo, por lo cual la Iglesia es infalible.

Sentencias de los Padres del Desierto.

  • Decía un anciano: «El que admite en su alma deseos perniciosos, es como el que oculta el fuego entre las pajas».
  • Dijo el abad Pastor: «En el Evangelio está escrito: “El que no tenga espada que venda  su manto y compre una” (Lc. 22,36). Esto significa: “El que tenga paz que la deje y se prepare  para la lucha”». Se refería a la lucha contra el diablo.
  • Decían del abad Hor: «Nunca ha mentido, jamás hizo ningún juramento, nunca maldijo a nadie, jamás habló a nadie si no era necesario».

Boletín del 10/07/2016

 3er. Domingo después de Pentecostés

Cristo 1

Cristo ha resucitado.
 Nadie puede dudarlo porque se ha aparecido a María;
después se dejó ver por los que iban a pescar;
y se manifestó a los once Discípulos a quienes envió a bautizar,
y subió al cielo de donde descendió,
probando sus enseñanzas con muchos milagros.

Exapostelario

Tropario de la Resurrección

Tono 2

Cuando descendiste a la muerte, oh Vida inmortal,
mataste al Hades con el rayo de tu Divinidad,
y cuando levantaste a los muertos del fondo de la tierra,
todos los poderes celestiales clamaron:
¡Oh Dador de vida, Cristo Dios, gloria a Ti!

Condaquio

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable;
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, pecadores,
sino acude a auxiliarnos, como bondadosa,
a los que te invocamos con fe. 
Sé presta en intervenir y apresúrate con la súplica,
oh Madre de Dios, que siempre proteges a los que te honran.

Carta del Apóstol San pablo a los Romanos (5: 1-10)

 Hermanos: Habiendo recibido de la fe nuestra justificación, estamos en paz con Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por Quien hemos obtenido también, mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. En efecto, cuando todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos —en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir—; mas Dios muestra su amor para con nosotros en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por Él salvos de la cólera! Pues si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida!

 Evangelio según San Mateo (6: 22-33)

Dijo el Señor: «La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es puro, todo tu cuerpo estará iluminado; pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!… Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No pueden servir a Dios y al dinero. Por eso les digo: No anden preocupados por su vida, qué comerán, ni por su cuerpo, con qué se vestirán. ¿No vale más la vida que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y su Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes más que ellas? Por lo demás, ¿quién de ustedes puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparse? Observen los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero Yo les digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con ustedes, hombres de poca fe? No anden, pues, preocupados diciendo: “¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos?”, que por todas estas cosas se afanan los gentiles: ya sabe su Padre celestial que tienen necesidad de todo eso. Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura.»

Modo de ver

«La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es simple (puro), todo tu cuerpo estará iluminado; pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará a oscuras.»

Entonces, nos dice el Señor, que el criterio de un estado sano es la condición de nuestro ojo: malo o puro. Los judíos, por ejemplo, mientras estaban viendo la benevolencia de los milagros del Señor, lejos de admirar su misericordia, condenaron que hubiera roto con la «ley del Sábado». Su «mal ojo» no les permitía observar la bondad. Es como un vaso de agua pura que se le echa una gota de petróleo de modo que se empieza a admirarla como agua negra. Si odio a una persona, por más buenas que sean sus obras e intenciones, seguiré viéndolas con «mal ojo» y  contaminando la realidad con mis prejuicios. Y viceversa, «el amor no toma en cuenta el mal […] todo lo excusa», dice san Pablo (1Cor 13: 7).

¿Cómo adquirir el ojo «simple»?, y ¿por qué se ha contaminado nuestra visión?

La literatura ascética nos habla de las «pasiones» que son tendencias y motivos ocultos en el corazón, que adquirimos y desarrollamos por ambiente, herencia y todo lo que nos rodea día a día: rencor, calumnia, celo, egoísmo y muchos más forman las pasiones que contaminan nuestro modo de ver, y empezamos a complicarnos la vida y considerarla difícil e imposible, y al hermano como «mi infierno» (Jean Paul Sartre). Estas pasiones nos deslumbran e impiden ver la realidad aun en sus detalles más evidentes.

El primer escalón para una vista «simple y pura» es la lógica. Es ilógico que la culpa pertenezca siempre y en todo a los demás. El examen sincero bajo la luz de la razón es capaz de proporcionarme una visión crítica y audaz que me permita conocer cuándo la responsabilidad cae sobre mis hombros y cuándo sobre los del hermano. La vigilancia prudente de los movimientos de alma ante hechos determinados, activa el papel de la consciencia para discernir la realidad objetiva.

El segundo escalón —el más esencial— para obtener un ojo «puro» es el amor que «no toma en cuenta el mal» y «todo lo excusa». ¿Acaso el hombre bondadoso y espiritual es ciego para que no vea la maldad?» En realidad, éste es el más apto para advertir la mínima presencia de las pasiones. Ve la maldad pero no la considera; es decir, la ofensa del hermano no anula al hermano. No ve en el pecado del prójimo un alma condenada sino una posibilidad futura de arrepentimiento y de conciliación, tal como una madre que, si bien no está ciega a los errores y a las ofensas de su hijo, sigue amándolo, sirviéndolo y «viéndolo» como la criatura más bella: es el ojo simple y puro. Cuando presentaron a Jesús a una mujer adúltera esperando su permiso para apedrearla, Él vio en ella un alma digna, no de condenación, sino de atención: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más» (Jn 8:11).

¿Cómo adquirir un ojo tal? ¿Acaso es posible lograrlo en una sociedad llena de competencia y de búsqueda de autorrealización?

El paciente busca al oculista para que le recete unos lentes, y el cristiano busca la Iglesia, que le receta la palabra de Dios; la coloca siempre ante sus ojos cual lentes que purifican su vista; de aquí en adelante, cada vez más, obtendrá el «pensamiento de Cristo» (1Cor 2:16); y el prójimo ya no volverá más a ser visto como «mi infierno» sino como mi compañero en el camino de la Luz. Amén.

La oración por los difuntos

Desde siempre, el Cristianismo ha rechazado totalmente el uso de métodos y técnicas (espiritismo, magia…) para comunicarse con los muertos; sea cual fuese la meta, ejercer estos métodos significa estar sujetos a engaños satánicos y/o al oportunismo humano que se burla de nuestros sentimientos.

En cambio, la única manera conveniente y saludable para dicha comunión es la oración, donde la reunión se realiza, no en el nivel psíquico (recuerdos, fotos, sueños…) sino en el espiritual. Y se nos pregunta: ¿Cuál es la justificación para la conmemoración de los difuntos?, y ¿de qué manera puede ser útil para ellos?

Quizás las preguntas nos confundan y no podamos dar una respuesta satisfactoria; sin embargo, nuestra auténtica fe nos enseña que el amor mutuo es el que justifica y, más aún, nos exhorta a orar por nuestros queridos difuntos. Es lo mismo con los vivos: no podemos explicar cómo nuestra súplica ayuda al prójimo, pero sabemos por experiencia que ésta es eficaz y así la practicamos. La acción de la oración, sea ofrecida por vivos o por muertos, es mística; no podemos sondear la influencia entre la eficacia de la oración, la libre voluntad de una persona y la misericordia de Dios. Nos basta saber que ellos necesitan de nuestro apoyo y que, cuando oremos por ellos, su amor a Dios aumenta; por lo demás, dejémoslo al Señor.

Rechazar la oración por los difuntos es un pensamiento frío que contradice el amor. Nuestra esperanza de que ellos viven en la misericordia de Dios, nos hace desear que nuestro amor hacia ellos sea incorporado a la Divina Misericordia: “Haz descansar las almas de tus siervos en un lugar de paz donde no hay dolor ni tristeza sino vida eterna.”

Su Eminencia Antonio es festejado en Líbano

El pasado sábado 2 de Julio en Líbano  el grupo Encuentro Ortodoxo (Liqqa el Ortodoxi) organizó un festejo en honor a Su Eminencia Antonio Chedraoui por su aniversario 50 de Episcopado, llevado acabo en el hotel central Dhour el Chweir.

Declaración de la Secretaría del Santo Sínodo de Antioquía

Emitida el lunes, 27 de junio de 2016

Al finalizar la séptima Sesión Extraordinaria, sesión que se inició el 25 de mayo de 2016, el Santo Sínodo de Antioquía realizó su última reunión el 27 de junio de 2016, en la residencia patriarcal en Balamand (Líbano). Dicha reunión fue presidida por Su Beatitud el Patriarca Juan X, contando con la participación de los jerarcas de la Santa Sede de Antioquía.

Los jerarcas felicitaron a sus hijos con motivo de la fiesta de los Santos Pedro y Pablo, los corifeos y gloriosos Apóstoles y cofundadores del Patriarcado de Antioquía. Esta Sede es el lugar donde a los discípulos se los llamó cristianos por primera vez, y donde sus hijos siguen siendo testigos del Señor resucitado, especialmente en nuestra querida Antioquía, en la martirizada Siria, en el sufriente Líbano, en el herido Irak, y en todos los países del Golfo árabe, como así también en todas las Arquidiócesis del continente americano, de Australia y de Europa. Los jerarcas recordaron a su hermano el Metropolita Pablo (Yazigi) y al Arzobispo de Alepo el Metropolita Youhanna (Ibrahim) secuestrados desde hace más de tres años, en medio del desinterés explícito de todo el mundo. Tanto ellos como el resto de los secuestrados, permanecen constantemente presentes en las oraciones y en las súplicas de los fieles y del testimonio diario de la Iglesia. Los jerarcas ruegan por el descanso en paz de las almas de todos los mártires, por ser llamados cristianos, pidiéndoles a su vez sus oraciones ante el trono divino, para que Dios fortalezca a su Iglesia y dé a sus hijos la fuerza y la sabiduría para dar un testimonio pleno, aquí y ahora, del Señor resucitado de entre los muertos.

Los jerarcas debatieron el tema del Gran Concilio Ortodoxo, que la Iglesia Ortodoxa estaba preparando desde hace más de cincuenta años. La Iglesia de Antioquía pidió postergar la convocatoria de este Concilio, con el fin de fortalecer la unidad Pan-ortodoxa, de asegurar la unanimidad en las cuestiones discutibles de su orden del día, y que las condiciones eclesiológicas permitan la participación de todas las Iglesias ortodoxas autocéfalas.

Considerando que la solicitud de Antioquía de postergar el Concilio, junto con las solicitudes de las Iglesias de Rusia, de Bulgaria y de Georgia, no fueron aceptadas, y que, contrariamente a lo que estaba previsto desde el inicio de que el Concilio sea un Concilio Pan-ortodoxo, fue convocado en ausencia de cuatro Iglesias Autocéfalas que representan más de la mitad de los fieles ortodoxos en el mundo;

Considerando que la convocatoria a esta reunión ignoró la necesidad de asentar la conciliaridad ortodoxa sobre la base de la comunión eucarística total entre las Iglesias, la cual es la base para la realización de esta conciliaridad, especialmente al hacer caso omiso de buscar una solución a la agresión del Patriarcado de Jerusalén sobre la jurisdicción canónica del Patriarcado de Antioquía antes de la convocatoria del Concilio, debido a una decisión tomada por el Patriarcado Ecuménico de postergar la negociación hasta después del Concilio;

Considerando que los anuncios y declaraciones emitidos por los participantes, injustamente culparon a las Iglesias ausentes, en vez de culpar la parte que lideraba la etapa preparatoria,
Y después de examinar la atmósfera, las declaraciones y las posiciones formuladas en la reunión en la isla de Creta, y todas las falacias que circularon recientemente, los jerarcas hicieron las siguientes observaciones:

Primero: Los jerarcas afirman que el trabajo ortodoxo común se basa en la participación y la unanimidad de todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas. Quieren recordar que este principio no es una posición novedosa de Antioquía, sino que es un principio ortodoxo fijo, establecido por el Patriarca Ecuménico Atenágoras, de bienaventurada y eterna memoria, al comenzar los trabajos preparatorios para el Concilio. Fue seguido por su sucesor el Patriarca Dimitrios, de bienaventurada y eterna memoria, en cuya época se formularon los reglamentos para las reuniones pre-conciliares preparatorias. Los artículos de este reglamento muestran claramente que la convocatoria a cualquier trabajo conciliar, aunque fuera sólo de una reunión preparatoria, debe realizarse a través del Patriarca Ecuménico, después de la aprobación de los Primados de todas las Iglesias, y que la toma de decisiones debe realizarse por unanimidad, por todas las Iglesias Autocéfalas antes de ser sometidas al Gran Concilio.

Segundo: Los padres recordaron que Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé había subrayado también este principio durante las reuniones preparatorias pre-conciliares. En particular, él decidió suspender los trabajos del comité preparatorio en 1999, debido a la retirada de una de las iglesias de la reunión antes mencionada. Este asunto dio lugar a que los trabajos preparatorios del Gran Concilio fueran suspendidos por un período de diez años. ¡Los jerarcas se preguntaban cómo era posible que la ausencia de una Iglesia haya llevado a la suspensión de los trabajos preparatorios del Concilio, mientras que hoy en día algunos consideran que es permisible que el “Gran Concilio” sea convocado y tenga lugar a pesar de la ausencia de cuatro Iglesias Ortodoxas Autocéfalas!

Tercero: Los jerarcas observaron que el principio de unanimidad fue reafirmado al retomar los trabajos preparatorios del Concilio en 2009. Durante la Cuarta Conferencia preparatoria celebrada en ese mismo año, el asesor de la delegación antioquena, el Sr. Albert Laham, de eterna memoria, hizo hincapié en la necesidad de este principio en el proceso de toma de decisiones, recordando que si no hay unanimidad en un tema, el tema se devuelve al comité preparatorio para mayor estudio, como estipulan las Reglas de Procedimiento de las Conferencias Pan-ortodoxas Pre-Conciliares. En ese momento, esta propuesta fue bien recibida por todas las Iglesias participantes, incluyendo al presidente de la Conferencia. Esta propuesta condujo a tomar una decisión sobre la cuestión de la Diáspora y de las Asambleas episcopales.

Cuarto: Los jerarcas reiteran que la posición antioqueña de llamar a construir el consenso asegurando la unanimidad de todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas en cuanto a los temas de la agenda, tenía como objetivo reforzar la unidad ortodoxa en la fase de preparación, según la tradición ortodoxa. La Iglesia de Antioquía no esperaba que este principio estable, lo cual sólo mencionaba para recordar, se convertiría en un tema controvertido, y que sería desafiado por los que originalmente lo establecieron y lo defendieron como una garantía de la unidad ortodoxa. Esta unidad no puede lograrse si alguna de las Iglesias queda excluida del proceso de toma de decisiones, o si sus proposiciones quedan ignoradas. Aquí, nos gustaría mencionar el hecho de que la Reunión de los Primados de las Iglesias, celebrada en enero de 2014 afirmó este principio cuando se decidió que todas las decisiones tomadas durante el Concilio y el período de preparación deberán ser tomadas por consenso. Los jerarcas se preguntan ¿cómo se puede lograr este consenso con la no aceptación de la Iglesia de Antioquía de las decisiones tomadas en la mencionada Reunión (2014) y en la Reunión en Chambésy (2016)? ¿Cómo se podría lograr este consenso en Creta, en ausencia de cuatro Iglesias Ortodoxas?

Quinto: Los jerarcas reafirman que la posición antioqueña de solicitar la postergación de la convocatoria del Gran Concilio, en caso de falta de unanimidad sobre sus temas, no era una nueva posición. La Iglesia de Antioquía ha expresado con claridad su posición a lo largo de todas las fases del trabajo de preparación del Concilio durante los últimos dos años. Esta posición estaba de acuerdo con el rol que Antioquía tenía, de no ignorar a ninguna Iglesia Ortodoxa Autocéfala en el trabajo ortodoxo común. Por lo tanto, todo lo que fue publicado en los medios de comunicación acerca de la aceptación implícita de la Iglesia de Antioquía de participar en el Concilio era incorrecto, y todos los análisis sobre las dimensiones políticas de la ausencia de Antioquía de la reunión de Creta permanecen como un análisis político totalmente falso. La aceptación de Antioquía por “economía” a participar en los trabajos preparatorios no significa una concesión por parte de ella, acerca de las posiciones mencionadas anteriormente. Más bien, su participación fue un esfuerzo para eliminar todos los obstáculos que interferían, y siguen interfiriendo, en la convocatoria del Concilio.

Sexto: Los jerarcas fueron sorprendidos por las posiciones de algunas Iglesias que recientemente han llamado a eludir el principio de unanimidad, o a cambiar la interpretación de este principio de una manera diferente a la establecida por las reglas de Procedimiento de las Conferencias Pan-ortodoxas Pre-Conciliares, adoptadas en 1986, y firmadas por todos los representantes, y que fueron utilizadas por consiguiente, durante la Quinta Conferencia preparatoria celebrada en octubre de 2015. También se quedaron sorprendidos por todas las declaraciones recientes acerca de que la convocatoria del Concilio en la fecha especificada es más importante que la conciliaridad de la Iglesia y Su unidad. En este sentido, la Iglesia de Antioquía quiere agradecer a todas las Iglesias que avalaron su posición legítima, especialmente a las Iglesias de Rusia, de Georgia, de Bulgaria y de Serbia.

Séptimo: Los jerarcas quieren recordar, a sus hermanos reunidos en Creta, el artículo 17 del Reglamento interno de las Conferencias Pan-ortodoxas Pre-Conciliares adoptado en 1986, que considera que, “en caso de que un asunto específico, discutido durante la conferencia, no sea aceptado por unanimidad, la decisión al respecto se abandona y se transfiere a la Secretaría de la reunión preparatoria pre-conciliar para su estudio y preparación de acuerdo con el procedimiento conocido a nivel pan-ortodoxo”. Asimismo, el contenido del artículo 4 de las mismas reglas de Procedimiento establece que “no se permite quitar ni añadir ningún tema que no se encuentre en el listado de temas que fueron preparados y acordados a nivel Pan-ortodoxo, por lo menos hasta después de que termine su estudio. Después de esto, se convoca el Gran y Santo Concilio”. Los jerarcas se preguntan cómo se pudo emitir el llamado a convocar al Gran Concilio antes de completar el trabajo preparatorio sobre los temas del orden del día: dos Iglesias que tienen reservas sobre el documento “El matrimonio y sus impedimentos”, y ante la negativa de la Iglesia antioqueña de sacar tres temas principales de la Agenda: el Calendario eclesiástico; el orden de las Iglesias (Díptica); y la Autocefalía (de una Iglesia) y el modo de su proclamación.

Octavo: Los jerarcas hacen hincapié en que, frente a la realidad conocida que vive el mundo ortodoxo, como resultado de la reunión de Creta, la unanimidad de las Iglesias Ortodoxas sigue siendo el fundamento de oro para asegurar la unidad del mundo ortodoxo. Los jerarcas consideran que este fundamento es, y seguirá siendo, la base sólida sobre la cual las repercusiones de la reunión de Creta podrían superarse.

Noveno: En cuanto a algunas de las voces que han considerado a la reunión de Creta como a un Concilio Ecuménico celebrado de acuerdo a sus propios principios, los jerarcas quisieran recordarles que, desde principios del siglo XX, las Iglesias Ortodoxas decidieron sustituir el título de “Concilio Ecuménico” por el título de “Concilio Pan-ortodoxo”. La agenda y los reglamentos de trabajo de este último fueron establecidos por la reunión celebrada en Rodas en 1961. El trabajo preparatorio se ha mantenido durante casi cinco décadas y media. Las Iglesias se pusieron de acuerdo, debido al carácter extraordinario de este Concilio Pan-ortodoxo, que todos los obispos en el mundo ortodoxo estén presentes en él, como la tradición ortodoxa requiere, y que todas sus decisiones se tomen con el consenso de todas las Iglesias Autocéfalas sobre la base de un voto por cada Iglesia Autocéfala. Este proceso refuta cualquier pretensión de considerar a la reunión de Creta como Concilio Ecuménico, regida por los reglamentos de un Concilio Ecuménico. También este proceso obliga a sus participantes a respetar las reglas apropiadas de Procedimiento, en caso de querer considerarlo como Concilio Pan-ortodoxo. Este asunto no se realizó por las razones antes mencionadas.

Por lo tanto, los jerarcas del Santo Sínodo de Antioquía señalaron que la reunión de Creta ni siquiera tiene las condiciones necesarias para convocar a la conferencia pre-conciliar del Gran Concilio, y esto de acuerdo con las Reglas de Procedimiento de las Conferencias Pan-ortodoxas Pre-Conciliares, aprobadas en 1986, y que siguen siendo válidas hasta la fecha. Estas Reglas de Procedimiento establecen que la convocatoria a esta conferencia requiere la aprobación de los Primates de todas las Iglesias locales Ortodoxas (artículo segundo), y que la toma de decisiones durante la misma debe llevarse a cabo por la unanimidad de todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas (artículo dieciséis), condiciones que no se han cumplido en la reunión de Creta.

Los jerarcas del Santo Sínodo decidieron, por unanimidad, lo siguiente:

1. Considerar la reunión de Creta como una reunión preliminar hacia el Concilio Pan-ortodoxo, por lo tanto, considerar sus documentos como no definitivos, pero abiertos a la discusión y a la modificación al convocar el Gran Concilio Pan-ortodoxo, en presencia y participación de todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas.

2. Rechazar la asignación de carácter conciliar a cualquier reunión ortodoxa que no involucre a todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas, y subrayar que el principio de la unanimidad sigue siendo la base fundamental para las relaciones ortodoxas en común. Por lo tanto, la Iglesia de Antioquía rechaza que la reunión de Creta se llame “Gran Concilio Ortodoxo” o “Gran y Santo Concilio”.

3. Afirmar que todo lo que se publicó en la reunión de Creta, sean decisiones u otros aspectos, no vinculan, de ninguna manera, al Patriarcado de Antioquía y todo Oriente.

4. Encomendar al “Comité de seguimiento de los asuntos del Concilio” la tarea de estudiar los resultados y las consecuencias de la reunión de Creta y elevar un informe detallado al Santo Sínodo de Antioquía en su próxima reunión.

5. Enviar una carta sobre la decisión del Santo Sínodo de Antioquía a todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas, como así también a las autoridades civiles y religiosas en el extranjero.

6. Hacer un llamado a todos los fieles a acompañar a los jerarcas del Santo Sínodo de Antioquía a orar por la preservación y la manifestación total de la unidad del testimonio cristiano ortodoxo en el mundo de hoy.

N.B.: El texto original en árabe es el único texto vinculante en cualquier caso (http://antiochpatriarchate.org/…/%D8%A8%D9%8A%D8%A7%D…/1448/)

Boletín del 03/07/2016

2°. Domingo después de Pentecostés

duccio081

Cuando las Mirróforas vieron la piedra removida, 
se alegraron porque vieron a un joven sentado
en el sepulcro que les dijo:  Cristo resucitó;
decid a los Apóstoles y a Pedro:  Corran al monte de Galilea,
allá donde se les aparecerá a vosotros, 
oh amados, tal como antes lo había dicho.
                                                                                      Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 1

audio27Cuando la piedra fue sellada por los judíos y
tu purísimo cuerpo fue custodiado por los guardias,
resucitaste al tercer día, oh Salvador,
concediendo al mundo la vida. Por lo tanto,
los poderes celestiales clamaron a Ti:  Oh Dador de Vida,
Gloria a tu Resurrección, oh Cristo, gloria a tu Reino,
gloria a tu plan de salvación, oh Único, Amante de la humanidad.

Condaquio general

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable; 
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, 
pecadores, sino acude a auxiliarnos, 
como bondadosa, a los que te invocamos con fe. 
Sé presta en intervenir y apresúrate con la súplica,
oh Madre de Dios, que siempre proteges a los que te honran.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (2: 10-16)

Hermanos: Gloria, honor y paz a todo el que obre el bien; al judío primeramente y también al griego; que no hay acepción de personas en Dios.

Pues cuantos sin ley pecaron, sin ley también perecerán; y cuantos pecaron bajo la ley, por la ley serán juzgados; que no son justos delante de Dios los que oyen la ley, sino los que la cumplen: ésos serán justificados (pues cuando los gentiles que no tienen ley cumplen naturalmente la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos; los cuales muestran la obra de la ley escrita en su corazón, como se lo atestigua su conciencia y sus diferentes juicios que ya los acusan, ya los defienden), en el día en que Dios juzgará los secretos de los hombres por Cristo Jesús, según mi Evangelio.

Evangelio según San Mateo (4: 18-23)

En aquel tiempo, mientras Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos: Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dijo: «Vengan conmigo, y los haré pescadores de hombres.» Y ellos al instante, dejando las redes, lo siguieron. Más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Ellos, al instante, dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

Recorría Jesús toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo.

Mensaje Pastoral

“Vengan en pos de mí y los haré pescadores de hombres”

Homilía de Monseñor Pablo Yazigi, Arzobispo de Alepo

¿Acaso aquel que conoce a Jesús puede permanecer siendo un simple pescador? ¿Acaso nosotros los cristianos, después de haber encontrado el rostro del Redentor y Salvador, podemos quedarnos en nuestras profesiones como si fuéramos hechos nada más que para ellas? ¿Acaso el ojo que ha visto realmente a Jesucristo puede seguir siendo ciego ante el apostolado más sublime y ante una meta de los hombres que ninguna verdad puede ser más verídica que ella?

Estamos frente al llamado que Jesús dirige a sus cuatro primeros discípulos. Estos habían encontrado a Jesús, según san Juan el Evangelista (1:35), cuando Jesús llamó a Simón como “Pedro”, y así lo conocieron. Antes de este llamado decisivo al apostolado, Jesús había entrado en la vida cotidiana de sus discípulos, y había bendecido la pesca milagrosa que tuvo Simón, después de que este se había cansado toda la noche sin éxito hasta que lanzara nuevamente sus redes, según la palabra de Jesús (Lc 5:1-11). Desde entonces, Jesús llamó a Pedro para convertirse en pescador de hombres.

En la historia de la salvación, Dios no se dirigió a la gente sino a través de algunos de los que aceptaron su llamado para convertirse en pescadores de hombres, a través de aquellos que utilizaban redes -cualquiera fuera la naturaleza de estas- para que pescaran a la gente a Jesús. Y las páginas más bellas de la Biblia, son las que cuentan las bodas entre Dios, novio de todo ser humano, y aquellos que le seguían. ¡Cuán hermosa es aquella boda cuando Dios llamó a Moisés en la zarza, o cuando llamó a Isaías en el templo, y ahora al llamar a los pescadores, y luego al llamar a Pablo en las puertas de Damasco! Más bien, ¡cuán hermosas son estas almas que, después de haber conocido al Señor y oído su llamado, dejaron sus redes, su padre, su barco, y de pronto lo siguieron a Jesús!

No hay obligación en el llamado de Jesús, porque Él quiere a aquella gente que adora a Dios en espíritu y verdad. Quien está llamado puede siempre aceptar el llamado o rechazarlo. Por lo tanto, nos incentiva a seguir a Jesús tanto la aceptación de Abraham como el arrepentimiento de Pablo, por un lado, y por otro lado, nos alerta el rechazo de los invitados a la boda en una de las parábolas del Señor.

A estos adoradores en espíritu y verdad, deseamos emular. ¿Cuántas personas leyeron la Palabra de Dios y escucharon hablar de la meta transcendental de la humanidad, y encontraron en ella el llamado de Dios al apostolado y la evangelización? No cabe duda de que todo aquel que recibe la Palabra la ofrecerá también, pues gratis recibimos, gratis damos. El secreto de la dulzura del Señor es su abundancia, y el secreto del aroma de la Palabra es su perfume. Quien saboreó al Señor y lo ha enterrado en su interior es engañado, porque el Señor nos habla para enviarnos al mundo, pues el amor siempre se dirige al otro. Quien lee la Palabra de Dios y la ama de verdad, es imperativo que le encante predicarla. ¿Me quieres, Pedro? Es que si me amas, tu amor debe incentivarte a pastorear mis ovejas. Esto es el primer aspecto del llamado divino. Conlleva la verdad del apostolado, pues el amor de Dios es abundancia.

El segundo aspecto del llamado del evangelio es la profunda transformación que transcurre en el fuero interno del ser humano. Como el llamado divino se dirige a la profundidad de la conciencia humana, no sólo a las circunstancias externas, sino incluso en el fondo de su corazón, entonces, lo transforma en otra persona. El llamado divino no cambia en la vida de la

persona sus circunstancias humanas tal como abandonar su familia, profesión o redes, más bien transforma en él su amor, su corazón y su meta. El solo hecho de que el Señor reemplaza la palabra pescador de peces en pescador de hombres es una confirmación de ello.

“Vengan en pos de Mí y los haré pescadores de hombres”. Es Cristo quien llama: “Vengan en pos de mí”, y es Cristo quien transforma: “Los haré…” Cristo reemplaza la meta de los trabajos y de las profesiones cuando da al pescador una nueva pesca: la gente en lugar del pescado. Cristo confirma que la meta ideal y última de cada profesión, es la gente. Pues, Su llamado optimiza todo.

Dios nos envía a la gente, y esto requiere a veces alejarse de ellos o dejarlos, pero, en fin, nos envía a ellos. El Señor no quiere extraernos del mundo, sino cuidarnos del mundo. La sal se preserva para salar, la luz está puesta en alto para iluminar, y el cristiano es enviado al mundo para evangelizar.

Dejar las redes y los barcos es posible cuando seguimos a Jesús dejando nuestra profesión y consagrándonos totalmente a Él, pero también esto es posible cuando ponemos nuestra profesión a Su servicio. El objetivo del llamado es la misión. El apóstol es quien transmite la Buena Nueva, y el hecho de abandonar la profesión o perfeccionarse en ella ha de ser sujeto a este apostolado.

Cristo nos llama, y el llamado requiere de una persona valiente y generosa que responde al amor con una aceptación. La aceptación nos transforma, y este cambio puede llevarnos a dejar nuestras profesiones. Pero también nos puede llevar a utilizarlas al servicio del Señor. Dejar no significa abandonar. Lo que se necesita es pescar a la gente. El cristiano no tiene otra opción que escuchar el llamado “Vengan en pos de mí”, pues este llamado es para todos. Sin embargo, el cristiano puede elegir, y muchas son las opciones en elegir las redes adecuadas para sí mismo en vista de pescar a la gente a Cristo. Amén.

Nuestra Fe y Tradición

Ángeles (Todas las cosas visibles e invisibles).

descargaAdemás de la creación física y visible, existe también un mundo invisible creado por Dios. A veces la Biblia se refiere a él como “los cielos” y a veces como aquello que está “arriba de los cielos”. Sea lo que sea su descripción simbólica en la Sagrada Escritura, el mundo invisible definitivamente no forma parte del universo material, físico. No está situado en el espacio; no tiene dimensiones físicas. Y entonces no puede ser localizado, y no ocupa ningún “lugar” que pueda ser alcanzado después de un viaje  entre las galaxias  del universo físicamente creado.

Sin embargo, el hecho de que el mundo invisible y creado sea puramente espiritual y no pueda ser encontrado en un mapa del mundo material creado, no hace que sea menos real o que no exista  verdaderamente. La creación invisible existe como algo diferente, distinto al mundo creado visible y, por supuesto, totalmente diferente a la existencia absolutamente super-divina y no-creada del Dios no-creado.

La realidad creada invisible está constituida de  los ejércitos de los poderes incorpóreos, que generalmente se llaman (y más bien incorrectamente) los Ángeles.

Los ángeles (que literalmente significa “mensajeros”), son, estrictamente hablando, solo una de las órdenes entre los poderes incorpóreos del mundo invisible.

Según las Sagradas Escrituras y la Tradición Ortodoxa, existen nueve órdenes de los poderes incorpóreos o Ejércitos (Sabaoth significa “ejércitos” o “coros” u “órdenes” ). Existen ángeles, arcángeles, principados, potestades, virtudes, dominios, tronos, querubines y serafines. Estos dos últimos son descritos como ofreciendo gloria y adoración continua a Dios con la incesante y eterna proclamación: Santo!, Santo!, Santo! (Isaias 6, 3; Apocalipsis 4, 8). Los dominios, tronos, virtudes, potestades y principados, no son muy conocidos de los hombres, mientras que los ángeles y arcángeles se conocen como trabajadores activos, guerreros y mensajeros del Señor en el mundo. Así, los ángeles y arcángeles luchan contra el mal espiritual, y median entre Dios y el mundo. Aparecen a los hombres en variadas formas en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, tanto como en la Vida de la Iglesia. Los ángeles son portadores del poder y la presencia de Dios, y son mensajeros de Su palabra para la salvación del mundo. Los ángeles que son mejor conocidos son Gabriel (cuyo nombre significa “hombre de Dios”), que es el portador de la buena nueva del Nacimiento de Cristo (Daniel 8, 16; 9, 12; Lucas 1, 19, 26), y Miguel (que quiere decir “aquel que es semejante a Dios”) cabeza de los ejércitos espirituales de Dios (Daniel 11, 13; 12, 1; Judas 9; Apocalipsis 12, 7).

Generalmente las apariencias de los poderes incorpóreos  se describen a los hombres de una manera física (“de seis alas e innumerables ojos”; o en la “forma de un hombre”). Sin embargo, se debe entender claramente que estas  son descripciones simbólicas solamente. Por naturaleza y definición los ángeles no tienen cuerpos y no poseen propiedad material de ningún tipo. Son seres estrictamente espirituales.

Vida de Santos

Santos Pedro y Pablo, apóstoles

29 de junio

La tradición enseña que la Iglesia de Antioquía fue fundada por San Pedro el Apóstol en el año 34 (Hechos 2:26) y por Pablo acompañado
Ortodoxos Apóstoles San Pedro y San Pablo 001 de Barnabas que predicaron allí a los Gentiles y a judíos que eran numerosos en la ciudad.

En Antioquía se desarrollo un conflicto dentro de la Iglesia entre Pedro y Pablo. Era sobre la necesidad o no de circuncisión de los Gentiles conversos a la Cristiandad. La resolución de este conflicto fue en el Concilio de Jerusalén bajo Santiago el Apóstol, se determinó la importancia de la misión de Antioquía a los Gentiles y la naturaleza dinámica de esa comunidad en su trabajo misionero. De Antioquía Pablo y Barnabas partieron para sus grandes jornadas misioneras a las tierras Gentiles. (Hechos 13:1). Y en Antioquía se les llama por primera vez cristianos a los seguidores de Jesús. (Hechos 11:26)

Solemnidad de san Pedro y san Pablo, apóstoles. Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue llamado Pedro. Pablo, apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a judíos y griegos. Los dos, con la fuerza de la fe y el amor a Jesucristo, anunciaron el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del emperador Nerón, ambos sufrieron el martirio: Pedro, como narra la tradición, crucificado cabeza y Pablo, degollado En este día, su triunfo es celebrado por todo el mundo con honor y veneración.

Sentencias de los Padres del Desierto

  • El abad Agatón dijo: «El hombre irascible, aunque resucite muertos, no agrada a Dios por causa de su ira».
  • El abad Teodoro decía: «Muchos eligen descansar aquí abajo, antes de que Dios le conceda el descanso».
  • Dijo el abad Pastor: «No vivas en un lugar donde veas que existen algunos que te tienen envidia. No harás allí ningún progreso en la virtud.

Boletín del 26/06/2016

Domingo de Todos los Santos

icono de todos los santos

Coronemos con cánticos al Bautista y Precursor,
a los Apóstoles, Profetas y Mártires;   Archisacerdotes,
Ascetas, mujeres amantes de Dios 
y a todos los justos junto con los coros angélicos,
pidiendo que, por sus ruegos,
alcancemos la gloria que han obtenido,
gloria que brota de Cristo Salvador.
                                                                                         Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de Resurrección

Tono 8

audio27Descendiste de las alturas, oh Piadoso, 
y aceptaste el entierro de tres días
para librarnos de los sufrimientos.
Vida y Resurrección nuestra, oh Señor, gloria a ti.

Tropario Domingo de todos los Santos

Tono 4

audio27Oh Cristo Dios, tu Iglesia, adornada
con la sangre de tus mártires de todo el mundo,
como si fuera con fino lino y púrpura,  por ellos,
te ruega diciendo: envía tu piedad sobre tu pueblo,
otorga al mundo la paz, y a nuestras almas la gran misericordia.

Condaquio del Domingo de todos los Santos

Tono 8

Oh Sembrador de la creación, el universo te ofrece,
como primicias de la naturaleza, a los Mártires,
Portadores de Dios;  por cuyas súplicas y
las de la Madre de Dios, conserva a tu Iglesia
en profunda paz, oh Señor Todo Misericordia.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Hebreos (11: 33 – 12:2)

Hermanos: Los Santos, por la fe, sometieron reinos, hicieron justicia, alcanzaron las promesas, cerraron la boca a los leones; apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, sacaron fuerzas de la debilidad, se hicieron valientes en la guerra, rechazaron ejércitos extranjeros; las mujeres recobraron resucitados a sus muertos. Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor; otros soportaron burlas y azotes, y hasta cadenas y prisiones; apedreados, torturados, aserrados, muertos a espada; anduvieron errantes cubiertos de pieles de ovejas y de cabras; faltos de todo; oprimidos y maltratados, ¡hombres de los que no era digno el mundo!, errantes por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas de la tierra. Y todos ellos, aunque alabados por su fe, no consiguieron la promesa. Dios tenía ya dispuesto algo mejor para nosotros, de modo que no llegaran ellos sin nosotros a la perfección.

Por tanto, también nosotros, ya que tenemos en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, fijos los ojos en Jesús, autor y consumador de la fe.

Evangelio según San Mateo (10:32-33;37-38;19:27-30)

Dijo el Señor a sus discípulos: «Por todo aquél que se declare por Mí ante los hombres, Yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos. El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a Mí, no es digno de Mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás, no es digno de Mí.»

Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo: «He aquí que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos, pues?» Jesús les dijo: «Yo les aseguro, que en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su Trono de gloria, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquél que haya dejado casa, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi Nombre, recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros.»

Mensaje Pastoral

Alas de santidad

La semana pasada hemos celebrado Pentecostés, hemos inclinado la cabeza y doblado las rodillas ante la acción del Espíritu Santo que desciende sobre los Apóstoles y sobre toda la Iglesia. Hoy, el primer domingo después de Pentecostés, celebramos la reacción del hombre ante dicha acción, celebramos la santidad como el fruto del descenso del Espíritu Santo sobre los fieles: es el Domingo de Todos los Santos.

La Santidad es la meta de la vida cristiana y la voluntad de Dios para con nosotros (1Tes 4:3), por lo que las lecturas bíblicas que la Iglesia establece para el día de hoy nos enseñan dos alas indispensables para elevarnos en esta dignidad.

«Ya que tenemos en torno nuestro tan gran nube de testigos (los santos), sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos PadresdelaIglesia01 con  fortaleza la prueba que se nos propone, fijos los ojos en Jesús», dice san Pablo en la Epístola de hoy (Heb 12:1-2). Entonces la lucha es la primera ala. Los santos no han logrado la vida virtuosa sin fatigas y sudor, sin caídas y penitencia, sin dolores y consuelos. San Antonio el Grande enfatiza: «Nadie entra el Reino de los Cielos sin pruebas». Esto es opuesto a la religiosidad Light que la era nos sugiere, según la cual no hay necesidad más allá de unas fantasías de tendencia psíquica que acarician nuestro sistema emocional, mientras nos dejamos llevar por lo natural de la vida mundana descuidando la caridad y desenfrenando la rebeldía del instinto. San Pablo nos advierte del peso del pecado (sacudamos todo lastre); entonces la dejadez descrita arriba necesariamente nos llevaría conforme a la gravedad del siglo presente. En cambio, la vigilia y la lucha constantes son capaces de crear en nosotros una gravedad nueva y celestial, y ésta es la segunda ala de la santidad:

«El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a Mí, no es digno de Mí», dice la lectura evangélica de hoy. Cuando observamos estas palabras del Señor, quizás opinamos que son duras, como si nos estuviera proponiendo escoger uno de dos afectos; sin embargo, Pedro, quien dijo «he aquí que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido», no se apartó de su familia ni descuidó a su suegra cuando ésta se enfermó (Lc4: 38-39); el Señor mismo, en la boda de Caná de Galilea, obedeció a su madre y efectuó el milagro aunque no era un momento oportuno –«aún no ha llegado mi hora» (Jn 2:4)–;  y con todo y la grandeza de su Pasión, no dejó de preocuparse por su Madre y se la encargó a su discípulo amado (Jn 19:26). Cuado el Señor dice: «El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí», nos ilustra una imagen según cuya semejanza debe ser nuestra relación con Dios, nuestra religiosidad. Cuando la madre padece algún malestar, la atención de sus hijos no es un deber familiar o social sino una reacción de un amor filial sincero; y cuando el hijo está feliz, los sentimientos de los padres no se explican con ninguna regla secular. Del mismo modo, la relación con Dios, Padre nuestro, no se identifica con deberes u obligaciones sino con amor verdadero que crece día a día y supera aun el cariño natural hacia los de la casa. Este amor progresivo e ilimitado no se logra sino con la convivencia: ¿cómo amarlo sin convivir con Él? La lectura bíblica y la vida espiritual y sacramental procuran, en el fondo, estar en una convivencia tal que produce amor sincero hacia Dios; es la nueva gravedad que hace suave el yugo y ligera la carga (Mt 11:30).

Una vez el Señor platicaba con la muchedumbre acerca del camino de la vida cristiana, la mayoría se escandalizó por la dureza de sus palabras y lo dejó, entonces Él preguntó a sus discípulos más allegados si querían ellos también retirarse. Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.» (Jn 6:68)

La lucha sin amor activo a Dios se vuelve una rutina agobiante y sin sentido, y la devoción y la emoción sin lucha que nos preserva en la vigilia se entibian y desvanecen; pero cuando las dos alas se acompañan, atraen al hombre hacia la nube luminosa de los santos. Entonces ninguna fuerza o dificultad sería capaz de llevarlo por otro camino, porque diría con Pedro y con todos los santos: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.» Amén.

Nuestra Fe y Tradición

Los Santos

icono de todos los santos“Los Santos” La doctrina de la Iglesia se encarna en la vida de los creyentes verdaderos, los santos. Los Santos son aquellos que literalmente comparten la Santidad de Dios. “Sed Santos, porque Yo, vuestro Dios,  soy Santo” (Levítico 11, 44; I Pedro 1, 16) Las vidas de los Santos atestiguan la autenticidad y la verdad del Evangelio Cristiano, don verdadero de la Santidad de Dios a los hombres.

En la Iglesia existen diferentes clases de Santos. Además de los Santos padres quienes son glorificados específica y especialmente por sus enseñanzas, hay otros tipos de santos según los aspectos particulares de su santidad.

 Así es que se encuentran los apóstoles quienes son enviados para proclamar la fe cristiana, los evangelistas quienes específicamente anuncian y escriben los evangelios, y los profetas que son directamente inspirados para hablar la Palabra de Dios a los hombres. Están los confesores quienes han sufrido por la fe y los mártires quienes mueren por la fe. Están las llamadas “personas santas”, santos que fueron monjes o monjas; y los “justos”, santos de entre los laicos.

Además, los libros litúrgicos tienen un  titulo especial para los santos que eran del clero y otro título especial para los que fueron monarcas o jefes de estado. También hay una clasificación extraña que se denomina a los “locos o insensatos por causa de Cristo”. Estos son aquellos santos que atestiguaron al Evangelio Cristiano del Reino de los Cielos mediante su total despreocupación  por aquellas cosas que generalmente las personas consideran necesarias: ropa, comida, dinero, casa, seguridad, reputación pública, etc. Reciben su nombre de la frase del Apóstol Pablo:”Nosotros somos insensatos por Amor de Cristo” (I Cor. 4, 10; 3, 18)

Por lo general, no es difícil distinguir en las vidas de los Santos entre los elementos definitivamente verdaderos,  y los detalles y adornos que fueron agregados en el espíritu de piedad y entusiasmo en épocas posteriores.  Se debe hacer el esfuerzo necesario para discernir cuál es la verdad esencial en las vidas de los santos. Sin embargo, el hecho de que elementos naturales de la naturaleza milagrosa fueran agregados a las vidas de los santos durante la Edad Media con el objetivo de educar, entretener e incluso hasta divertir, no debe llevarnos a la conclusión que todo lo milagroso que encontramos en las vidas de los santos es inventado por algún motivo literario o moralizante. Por el contrario, se debe insistir que una lectura atenta de las vidas de los santos casi siempre revelará lo que es auténtico y verdadero en lo milagroso. Además, como ya hemos dicho, y con razón, podemos también aprender casi tanto acerca del verdadero significado del cristianismo de las leyendas de los santos producidas dentro de la Tradición de la Iglesia como de las mismas vidas auténticas.

Frases Bíblicas

  • Sed santos como el Padre celestial es santo.  (Mt. 5: 48)
  • Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación.  (1 Tes 4: 3)
  • Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. (Ef 1: 3-4)

Boletín del 19/06/2016

Domingo de Pentecostés

PENTECOSTES

 

Oh Santísimo Espíritu que procedes del Padre
y que, por el Hijo, vienes sobre los  iletrados Discípulos:
salva y santifica a todos los que te reconocen como Dios.
                                                                                                              Exapostelario

Himnos del Liturgia

Tropario Domingo de Pentecostés

Tono 8

audio27¡Bendito eres Tú, oh Cristo Dios nuestro, 
que mostraste a los pescadores sapientísimos
cuando enviaste sobre ellos el Espíritu Santo,
y por ellos el universo pescaste!
¡oh Amante de la humanidad, gloria a Ti!

Condaquio Domingo de Pentecostés

Tono 8

audio27Cuando el Altísimo descendió en Babel,
confundiendo las lenguas, dispersó las naciones;
mas cuando repartió las lenguas de fuego,
llamó a todos a la unidad. Por lo cual,
glorificamos unánimemente al Santísimo Espíritu.

Lecturas Bíblicas

Hechos de los Apóstoles (2: 1-11)

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén judíos, hombres piadosos que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua. Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos estos que están hablando? Pues, ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa? Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene, forasteros romanos, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios.»

Evangelio según San Juan (7: 37-52; 8:12)

En el último día de la fiesta, que es el más solemne, Jesús se puso de pie, y alzo la voz diciendo: «Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El que crea en Mí, como dice la Escritura, de su interior emanarán ríos de agua viva.» Esto lo dijo refiriéndose al Espíritu Santo, que iban a recibir los que creyesen en Él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús todavía no había sido glorificado. Muchos entre la gente, al escuchar estas palabras, decían: «Éste ciertamente es el profeta.» Otros decían: «Éste es el Cristo.» Mas algunos replicaban: «¿Por ventura el Cristo va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de Belén, donde David moraba, vendrá el Cristo?» Con esto, se suscitaron disputas entre la gente del pueblo sobre Él. Algunos de ellos querían prenderlo, pero nadie le echó mano. Los guardias volvieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: «¿Por qué no lo han traído?» Respondieron los guardias: «Jamás hombre alguno ha hablado como habla este hombre.» Les dijeron los fariseos: «¿También ustedes se han dejado engañar? ¿Acaso algún magistrado o fariseo ha creído en Él? Pero esa gente que no conoce la Ley son unos malditos.» Les respondió Nicodemo, el que había ido antes a ver a Jesús y que era uno de ellos: «¿Acaso nuestra Ley condena a un hombre sin haberle oído primero y sin saber lo que hace?» Le respondieron así: «¿Es que tú también eres de Galileo? Examina bien las Escrituras, y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta.»

Jesús les habló de nuevo y dijo: «Yo soy la Luz del mundo. El que me siga no caminará a oscuras, sino que tendrá la luz de la vida.

Mensaje Pastoral

Pentecostés

He aquí a los discípulos reunidos en Jerusalén, tal como lo había mandado el Señor el día de su Ascensión: «que no se ausentasen deSeminarians Icon Jerusalén, sino que aguardasen la promesa del Padre» (Hch 1:4).

«Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.» Pentecostés es el nombre de la fiesta judía  –cincuenta días después de Pascua (la palabra es de origen griego y forma un derivado del número «cincuenta»)– en la cual recordaban la entrega de los diez mandamientos a Moisés y también la renovación del templo de Jerusalén en el tercer siglo antes de Cristo. Eso explica la presencia de muchos judíos de todas las naciones en la Ciudad, que darían crédito del acontecimiento divino: «Había en Jerusalén judíos, hombres piadosos que allí residían, venidos de todas la naciones que hay bajo el cielo.»

Entonces, en aquel Pentecostés, los apóstoles estaban reunidos esperando la promesa. Seguramente se encontraban en la misma estancia superior en la que comieron la Pascua con Cristo. En el icono de la fiesta se ve atrás de ellos un edificio elegante que adorna la escena, mas el acontecimiento no ocurre adentro, el lugar no lo contiene; la reunión de los apóstoles está por encima del tiempo y del espacio, y lo que celebramos hoy no es solo un evento que aconteció en aquel Pentecostés sino la realidad de que, a partir de ese día, la Iglesia vive un Pentecostés constante: el descenso del Espíritu Santo sobre los fieles. Él, Quien les otorga la potestad y la posibilidad   de   llamar   a   Dios   «Abba,   Padre»  (Gal 4:6); sin Él «nadie puede decir ¡Jesús es el Señor!» (1Cor 12:3), ya que Él, como Jesús nos ha prometido, «os lo enseñará todo y os recordará todo lo que Yo os he dicho» (Jn 14:26).

«De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban»; viento, ruido y fuego siempre han sido señales de la presencia de Dios: el Espíritu Santo que desciende sobre los apóstoles es Dios, es la tercera Persona de la Santísima Trinidad, a Quien anunciamos en el Credo que «con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado».

«Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos.» El icono ilustra las lenguas surgidas de la misma fuente. El mismo Espíritu Santo desciende sobre los reunidos y sobre cada uno de ellos personalmente; se les otorga como un don personal que, aunque obra en ellos a través de diferentes carismas, les une en la fe común, a fin de que formen los miembros diversos pero del mismo cuerpo místico, la Iglesia, cuya Cabeza es el Señor: «Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo» (1Cor 12:4). Y el bautizado, a su vez, al ser ungido con el santo Crisma, recibe su propio Pentecostés: «el sello del don del Espíritu Santo», como exclama el sacerdote mientras sella el cuerpo del ya discípulo con la Unción.

En el icono, los apóstoles que se presentan son, del lado derecho: Pablo, Juan, Lucas, Andrés, Bartolomé y Felipe; y de lado izquierdo: Pedro, Mateo, Marcos, Santiago, Simón y Tomas. Esta presentación, y en el orden mismo, es la que podemos observar en los iconostasios de todos los templos ortodoxos. Nótese que hay tres apóstoles que realmente no forman parte del grupo de los Doce: Pablo, Lucas y Marcos; la importancia de su obra en la Iglesia hizo necesario que se contaran entre los apóstoles en el recuadro de Pentecostés. El iconógrafo, como un teólogo, expresa el significado de «apóstol» en un sentido más amplio pasando por alto la restricción literal del concepto. Pablo es el apóstol de las naciones, y Marcos y Lucas son dos de los cuatro Evangelistas cuya labor ha sido fundamental en la difusión y conservación de la fe.

pentecostes-300x175El icono también ilustra un detalle expresivo: el rey coronado que representa a las naciones, el cosmos que espera «el Don del Espíritu Santo»; encarcelado en una cueva oscura, que todavía no ha sido iluminado con la Luz de Cristo; un viejo cansado que lleva sobre sí el pecado del hombre caído; rehén del jefe de este mundo, Satanás; humilde y tranquilo, que lleva un lienzo con doce manuscritos que simbolizan las voces de los apóstoles. En pocas palabras, el icono nos ilustra dos planes: el del mundo nuevo, el universo divinizado y ardiente por el fuego divino; y el del rey recluido en su oscuridad, no le satisfacen las joyas de este mundo que lo adornan sino que espera la Luz y anhela la lluvia que viene del cielo e inunda con gracia abundante la tierra sedienta.

La lucha del cristiano es brincar del encerramiento de su mundo inferior a la «estancia superior», donde la flama del Espíritu Santo encenderá su corazón, quemando las espinas del pecado e iluminando todo su ser.

Nuestra Fe y Tradición

Postración en Pentecostés

El domingo de Pentecostés, después de la Divina Liturgia, participaremos en el Servicio de la Postración.Doblamos las rodillas ante el Espíritu Santo que desciende sobre los Apóstoles y sobre toda la Iglesia reunida. ¿Qué es lo que ofrecemos al hacerlo?

Dios como misericordioso no forza nuestra libertad, y nos pide siempre correspondencia y consentimiento, lo que nosotros hoy expresamos en postración ante Él y exclamamos: Espíritu de Verdad, «Ven a habitar en nosotros, purifícanos de toda mancha y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas». Amén.

Sobre el Espíritu Santo

El Espíritu Santo recibe el título de Señor al igual que  Dios el Padre y Cristo, Su Hijo. Es el Espíritu de Dios y el Espíritu de Cristo. El esTrindad Eterno, No Creado, y Divino; existiendo desde siempre con el Padre y el Hijo; perpetuamente adorado y glorificado con Ellos en la unidad de la Santa Trinidad.

 Tal como el Hijo, nunca hubo un momento cuando el Espíritu Santo no existía. El Espíritu está antes de la creación. Él sale de Dios, como el Hijo, en una procesión eterna, fuera del tiempo. “Procede del Padre”, en la eternidad de un movimiento divinamente instantáneo y perpetuo. (Juan 15, 26).

 La Doctrina Ortodoxa confiesa que Dios el Padre es el origen y fuente eterna del Espíritu, tal como es fuente del Hijo. Sin embargo, la Iglesia afirma también que la manera de la revelación al Padre y de salida del Padre es diferente entre el Hijo y el Espíritu: el Hijo es engendrado, es nacido del Padre, y el Espíritu Santo procede del Padre. Muchos santos varones inspirados por Dios y con una verdadera experiencia de Su Vida Trinitaria han intentado explicar la distinción entre la “procesión” del Espíritu y la “generación” del Hijo. Para nosotros es suficiente reconocer que la diferencia entre las dos está en la distinción entre las personas divinas del Hijo y del Espíritu y sus acciones en relación al Padre, así como en su relación Uno al Otro, y con el Mundo. Es necesario además resaltar que todas las palabras y conceptos acerca de Dios y la divinidad incluyendo a los de “procesión” y “generación”, solo tienen una importancia secundaria ante la visión mística de la Realidad Divina que ellos expresan. Dios puede ser mas o menos comprendido por el hombre puesto que Él ha deseado revelarse a Sí mismo. Sin embargo, la esencia de Su Existencia Trina permanece – y siempre permanecerá- esencialmente inconcebible a nuestras mentes e inexpresable a nuestros labios humanos, creados. Esto no quiere decir que hablar acerca de Dios no tenga sentido. Solo significa que las palabras son inadecuadas para La Realidad que tratan de expresar.

Con la afirmación de la divinidad del Espíritu Santo, y el deber de adorarlo y glorificarlo con el Padre y el Hijo, la Iglesia Ortodoxa afirma que la Realidad Divina, que se llama también la Deidad o la Divinidad en la Tradición Ortodoxa, es la Santísima Trinidad.

 Sentencias de los Padres del Desierto

  • Decía un anciano: «Si uno habita en una región sin dar fruto en ese sitio, el mismo lugar le arrojará porque no ha producido el fruto del país».
  • Decía un hermano a propósito de los malos pensamientos: «Por amor de Dios, hermanos, reprimamos los malos pensamientos como reprimimos las malas obras».
  • Un anciano dijo: «No te agrade todo lo que te digan, ni te prestes a cualquier conversación. Sé tardo para creer y pronto para decir la verdad».

Comunicado del Secretariado del Santo Sínodo de Antioquía

Balamand, 6 de junio de 2016

Decisión sinodal

Como parte de la séptima sesión extraordinaria del 25 de mayo de 2016, el Santo Sínodo de la Iglesia de Antioquía llevó a cabo el 6 de junio de 2016, una reunión presidida por Su Beatitud el Patriarca Juan X en presencia de Sus Eminencias los obispos para estudiar los últimos pronunciamientos de las Iglesias ortodoxas autocéfalas con respecto al Gran Sínodo Pan-ortodoxo (en adelante “Gran Sínodo”) y su temario. Con el objetivo de definir la posición de la Iglesia de Antioquía al respecto, teniendo en cuenta la decisión del Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico del 31 de mayo de 2016, que estipula la formación de “un comité de representantes de las Iglesias de Antioquía y Jerusalén que habrá de reunirse inmediatamente después del Gran Sínodo bajo la coordinación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla” a fin de resolver la violación de la Iglesia de Jerusalén a los límites canónicos de la Iglesia de Antioquía en el Emirato de Qatar.

Después de haber estudiado las diferentes posiciones de las Iglesias ortodoxas autocéfalas, los Padres del Sínodo observaron que:

1. Un cierto número de estas Iglesias expresaron sus opiniones divergentes con respecto a la mayoría de los temas incluidos en el orden del día del Gran Sínodo, y algunas de ellas rechazan la versión actual de ciertos documentos presentados al Gran Sínodo, expresándolo abierta y explícitamente en las decisiones de sus respectivos Santos Sínodos;

2. Un cierto número de Iglesias expresaron sus reservas de fondo sobre los aspectos organizativosdel Gran Sínodo, su costo financiero y las modalidades de hacer efectivas las decisiones tomadas durante la Synaxis de los Primados de las Iglesias ortodoxas en Chambésy en 2016;

3. La Iglesia de Bulgaria adoptó, el pasado 1 de junio de 2016, una decisión sinodal en la que se enumeransus reservas y se solicita a Su Santidad el Patriarca Ecuménico que posponga la celebración del Gran Sínodo a una fecha posterior, sin dejar de seguir trabajando para una preparación eficaz. De lo contrario, han estipulado que no participarán;

4. La Iglesia de Rusia adoptó una decisión sinodal, el 3 de junio de 2016, en la que propuso la celebración de una reunión preconciliar antes de la fecha del Gran Sínodo para examinar las diversas cuestiones pendientes y llegar a un consenso sobre las observaciones formuladas por las Iglesias acerca de los documentos sinodales, y destacó la necesidad de respetar el principio de unanimidad en la participación de todas las Iglesias autocéfalas en este Sínodo;

Los Padres del Santo Sínodo de Antioquía también evaluaron que:

1. Las observaciones y las reservas de la Iglesia de Antioquía al reglamento interno de funcionamiento del Gran Sínodo y a las decisiones de la Synaxis de los Primados de las Iglesias ortodoxas celebrada en Chambésy del 21 al 28 enero de 2016, no han sido tenidas en cuenta hasta ahora, como así tampoco su negativa a corroborar estos dos documentos. Hecho que desobedecea los principios básicos acordados para toda acción ortodoxa común, según fueron instituidos por Su Santidad el Patriarca ecuménico Atenágoras I en el lanzamiento de los trabajos preparatorios en vista al Gran Sínodo, los cuales exigen la unanimidad de las Iglesias autocéfalas en todas las decisiones;

2. El documento sobre el sacramento del matrimonio y susimpedimentos todavíafigura en el temario del Gran Sínodo, a pesar de no haber sido corroborado ni por la Iglesia de Antioquía ni por la Iglesia de Georgia;

3. La cuestión de la diáspora forma parte del temario del Gran Sínodo sin la menor evaluación del trabajo realizado por las Asambleas Episcopales, y sin tener en cuenta la posición expresada muchas veces por la Iglesia de Antioquía a cerca de la necesidad de celebrar una sesión extraordinaria para evaluar el trabajo de estasAsambleas y sugerir soluciones eclesiales apropiadas antes del Gran Sínodo. De hecho, estas Asambleas fueron creadas “por un período de transición y con el fin de preparar el terreno para una solución adecuada a la cuestión de la diáspora antes de la Gran Sínodo, de modo que este últimosea capaz de encontrar una solución canónica” (artículo 1.b de la decisión sobre la Diáspora ortodoxa, aprobada por la 4ª Conferencia Pre-Conciliar Ortodoxa deChambésy, 6 a 12 junio de 2009). Es por esto que resulta esencial evaluar el trabajo de estas reuniones antes delGran Sínodo, para evitar que aborde la cuestión sin tomar en cuenta los trabajos preparatorios;

4. La cuestión del “calendario eclesiástico y la unificación de la celebración de la Pascua” fue retirado del temario a pesar de la importancia de esta cuestión para la feligresía de la Sede de Antioquía, quienes esperan de la catolicidad de la Iglesia Ortodoxa una toma de posición pastoral al respecto;

5. La sección relativa a la evaluación de los diálogos en curso con otros cristianos, que debería haber sido preparada con antelación alGran Sínodo para que pueda ser incluida en el documento sobre “La relación de la Iglesia Ortodoxa con el resto del mundo cristiano” no fue ni preparada ni propuesta al consenso de las iglesias;

6. El tema de “la autodeterminación y de los términos de su declaración” requiere un acuerdo sobre su contenido antes de entrar como versión final en la agenda delGran Sínodo;

7. La falta de participación efectiva de las Iglesias ortodoxas en el trabajo preliminar y en la preparatoria, la lenta acción del secretariado del Sínodo, la falta de claridad en la agenda de sus reuniones y la manera de dirigir que marcó la última fase preparatoria, podrían obstaculizar el dialogo durante el Sínodo;

8. La decisión final del Patriarcado Ecuménico el 31 de mayo de 2016 de posponer la búsqueda de una solución al conflicto en curso con el Patriarcado de Jerusalén a una fecha posterior a la celebración del Gran Sínodo, hace caso omiso de la iniciativa del Patriarca Ecuménico del 5 de abril de 2016 para abordar esta cuestión y a la buena aceptación que ésta obtuvo en la Iglesia de Antioquía. También ignora las profundas implicaciones de esta diferencia y de sus posibles repercusiones en el Gran Sínodo. En efecto, este último no debe celebrarse en el cuadro de una ruptura de comunión entre dos Iglesias apostólicas, y esto sobre todo debido a su carácter eucarístico. La adopción de tal resolución, justo antes de la celebración del Sínodo, sitúa a la Iglesia de Antioquía frente a una opción inaceptable, a saber, la de participar en el Gran Sínodo sin participar de la Eucaristía, debido a la ausencia de una solución definitiva a la violación del Patriarcado de Jerusalén, que persiste desde hace ya más de tres años (véase el Comunicado del Sínodo de Antioquía del 1º de junio de 2016 sobre esta controversia).

9. La cuestión de esta violación territorial toma una dimensión inquietante y peligrosa debido a las pretensiones del Patriarcado de Jerusalén, expresadas en su correspondencia con el Patriarcado de Antioquía, de apropiarse de otras regiones del territorio canónico de la Sede Antioquena;Puesto que la Iglesia de Antioquía,No ha escatimado esfuerzos para preservar la unidad ortodoxa, a la que se atiene y así lo ha demostrado desde el lanzamiento de la idea de celebrar el Gran Sínodo en 1961. La Iglesia de Antioquía se mantiene fiel a la línea trazada por el Patriarca Elías IV y confirmada por el Patriarca Ignacio IV, que colaboraron significativamente por el avance de los trabajos preparatorios. Ella persevera hoy, en la persona del Patriarca Juan X, por los mismos caminos para consolidar esta unidad con compromiso, perseverancia y sacrificio;A pesar de que no haber ratificado las resoluciones de la Synaxis de los Primados de las Iglesias ortodoxas en elFanaren marzo de 2014, Antioquía participó en espíritu de oikonomía en los comités preparatorios del Gran Sínodo y en el trabajo de la Quinta Conferencia Pre conciliar de Chambésy en 2015, como así también en la Synaxis de los primados de las Iglesias ortodoxas en Chambésy en 2016. Y aunque no ha ratificado las decisiones finales de esta Synaxis, la Iglesia Antioquena participó también en un espíritu de oikonomía, en el trabajo de los comités preparatorios del Gran Sínodo, para facilitar el trabajo ortodoxo común y acompañar, como siempre lo ha hecho en las últimas décadas, impulsada por la esperanza de resolver todas las cuestiones pendientes antes de la celebración de este Sínodo;Le dio a este evento mayor y sublime en la vida contemporánea de la Iglesia, el lugar que merece,traduciendo todos los documentos preparatorios al árabe para que sean accesibles a todos los fieles. Además, el Santo Sínodo de la Iglesia de Antioquía ha acompañado de cerca el trabajo de preparación y ha propuesto las modificaciones adecuadas a sus documentos.

Considera, a la luz de lo precedente, que la celebración del Gran Sínodo, en preparación para las generaciones venideras, se ve obstaculizada por muchas dificultades y requiere una preparación adicional de los temas de su agenda y detalles prácticos y de procedimiento con respecto a su celebración y el método de dirigir sus trabajos;

A pesar de las crisis abrumadoras por las que pasa, las más graves de su historia, ya pesar de las condiciones de vida inciertas de sus feligreses, sobre todo en Siria, Líbano e Irak, no se han escatimado ni esfuerzos, ni oraciones ni ocasiones de reconciliación que facilitenlas iniciativas en pos de la celebración del Sínodo, ni para poder participar en el mismo, a pesar de todas las dificultades económicas y humanas en las quese vive;

Considera que, si el Gran Sínodo se llevara a cabo en el cuadro de una interrupción de comunión entre dos Iglesias apostólicas, esto implicaría que la participación en las deliberaciones conciliares son posibles sin la participación en la Santa Eucaristía, por lo que el Sínodo perdería su carácter eclesiológico,y pasaría a tener un simple carácter administrativo, en oposición a la tradición ortodoxa conciliar firmemente establecida;

Considera que este Sínodo está llamado a expresar la unidad ortodoxa que requiere un clima de amor y hermandad en Cristo y la voluntad de dirigirse al hombre de hoy, lo cual exige un consenso sobre una serie de cuestiones entre las Iglesias ortodoxas autocéfalas, y exige su participación en el trabajo y la aprobación unánime de sus decisiones;

Constata que el pueblo fiel, habiendo estudiado el temario del Sínodo y sus documentos, expresaron gran decepción porque no respondena los retos que enfrentan; especialmente a los de la juventud, y han expresado su preocupación por la orientación que ha tomado este Sínodo, que difiere con la visióninicial que fue la causa de su celebración, es decir, enfrentar juntos los desafíos que interpelan a la Iglesia ortodoxa de hoy y para expresar un testimonio común en el mundo de hoy;

Los Padres del Santo Sínodo Antioqueno decidieron unánimemente lo siguiente:

1. Solicitar a su Santidad el Patriarca Ecuménico de trabajar para encontrar un consenso sobre todas las reservas relativas alGran Sínodode las iglesias autocéfalas, y estodurante el período comprendido hastala fecha de apertura del Sínodo. Si este consenso resultase difícil de alcanzar, la Iglesia de Antioquía solicita posponer la reunión del Gran Sínodo a una fecha posterior, cuando las relaciones entre todas las Iglesias autocéfalas sean más pacíficas y en la que sería posible asegurar la unanimidad ortodoxa sobre el temario del Sínodo, su reglamentación y sus procedimientos prácticos;

2. La no participación de Antioquía en el Gran Sínodo por las razones que dificultan la participación de todos en la Eucaristía durante sus sesiones, implica el firme deseo de encontrar una solución definitiva a la violación de Jerusalén al territorio canónico de Antioquía, hecho que dio lugar a la interrupción de la comunión con el Patriarcado de Jerusalén;

3. Reafirmar una vez más la importancia de la participación de todas las Iglesias ortodoxas autocéfalas en el Gran Sínodo y que sus decisiones se tomen por unanimidad en su presencia, de acuerdo con el principio primordial del Sínodo, y con el fin de salvaguardar la unidad de Iglesia ortodoxa universal.

4. Dirigirse a todas las Iglesias ortodoxas e informarles el contenido de la posición antioquena y sus fundamentos.Sínodo, y con el fin de salvaguardar la unidad de Iglesia ortodoxa universal.

5. Convocar a los fieles a rezar con sus obispos para que el Espíritu Santo inspire a la Iglesia en su marcha en unidad y en su testimonio de Cristo en el mundo.

Sólo la versión árabe de estetexto tiene valor de referencia.

Comunicado sobre la participación del Patriarcado de Antioquía en el Concilio Panortodoxo

El pasado lunes 6 de junio, el Santo Sínodo de nuestro Patriarcado Antioqueno se reunió con la finalidad de  examinar todo lo relativo al Gran Concilio Panortodoxo y en particular para tratar el tema de la violación continua de la jurisdicción Antioquena en Qatar por el Patriarcado de Jerusalén, todo ello en base a las posiciones tomadas por las demás Iglesias Ortodoxas en los últimos días, especialmente del Patriarcado de Bulgaria, del Patriarcado de Moscú, y  del Patriarcado de Constantinopla.

Los jerarcas tomaron una decisión sobre los temas debatidos, la cual fue comunicada por la Secretaría del Santo Sínodo el martes 7 de junio. En el mismo, el Santo Sínodo pide básicamente que se haga un esfuerzo para evitar divisiones, y por otro lado, que se  trabajara  para  consensuar los siguientes temas:

– Resolver, antes de la reunión del Gran Concilio Panortodoxo , todo lo que impide su reunión eficientemente:

a) Las diferencias y los problemas que carece de la unanimidad requerida (que es el principio y el punto de partida de todo el trabajo del Gran Concilio Panortodoxo), o b) La dificultad existente de una celebración de la eucaristía entre todas las Iglesias.

– En caso de no ser posible realizar esto antes de la fecha pactada para el Gran Concilio Panortodoxo, postergar dicha fecha a fin de poder hacer las gestiones previas mencionadas anteriormente.

– En caso que todo ello no tenga lugar, el Patriarcado de Antioquía no participará del Gran Concilio Panortodoxo.

El texto del comunicado fundamenta detalladamente una posición. Una traducción del mismo en español será publicada en breve.

Boletín del 05/06/2016

Domingo de la curación del ciego

CURACIÓN-DEL-CIEGO-DE-NACIMIENTO

 

“Oh Señor, ilumina mis ojos espirituales
oscurecidos con las tinieblas del pecado;
úntalos con la humildad, oh Misericordioso,
y lávalos con las lágrimas del arrepentimiento.”
                                                                         Exapostelario

 

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 5

audio27Al coeterno Verbo, con el Padre y el Espíritu,
Al Nacido de la Virgen para nuestra salvación,
alabemos, oh fieles, y prosternémonos. 
Porque se complació en ser elevado en el cuerpo sobre la Cruz
y soportar la muerte, y levantar a los muertos por su Resurrección gloriosa.

Condaquio de Pascua

Tono 8

audio27Cuando descendiste al Sepulcro, oh Inmortal,
destruiste el poder del hades; y al resucitar vencedor, 
oh Cristo Dios, dijiste a las mujeres Mirróforas: 
“¡Regocíjense!” y a tus discípulos otorgaste la paz,
¡Oh Tú que concedes a los caídos la resurrección!

Lecturas Bíblicas

Hechos de los Apóstoles  (16: 16-34)

En aquellos días: sucedió que mientras íbamos a la oración, nos vino al encuentro una muchacha esclava poseída de un espíritu adivino, que pronunciando oráculos producía mucho dinero a sus amos. Nos seguía a Pablo y a nosotros gritando: «Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, que les anuncian un camino de salvación.» Venía haciendo esto durante muchos días. Cansado Pablo, se volvió y dijo al espíritu: «En nombre de Jesucristo te mando que salgas de ella.» Y en el mismo instante salió.

Al ver sus amos que se les había ido su esperanza de ganancia, prendieron a Pablo y a Silas y los arrastraron hasta el ágora, ante los magistrados; los presentaron a los pretores y dijeron: «Estos hombres alborotan nuestra ciudad; son judíos y predican unas costumbres que nosotros, por ser romanos, no podemos aceptar ni practicar.» La gente se amotinó contra ellos; los pretores les hicieron arrancar los vestidos y mandaron azotarles con varas. Después de haberles dado muchos azotes, los echaron a la cárcel y mandaron al carcelero que los guardase con todo cuidado. Éste, al recibir tal orden, los metió en el calabozo interior y sujetó sus pies en el cepo.

Hacia la media noche Pablo y Silas estaban en oración cantando himnos a Dios; los presos les escuchaban. De repente se produjo un terremoto tan fuerte que los mismos cimientos de la cárcel se conmovieron. Al momento quedaron abiertas todas las puertas y se soltaron las cadenas de todos. Despertó el carcelero y al ver las puertas de la cárcel abiertas,sacó la espada e iba a matarse, creyendo que los presos habían huido. Pero Pablo le gritó: «No te hagas ningún mal, que estamos todos aquí.»

El carcelero pidió luz, entró de un salto y tembloroso se arrojó a los pies de Pablo y Silas, los sacó fuera y les dijo: «Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?» Le respondieron: «Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu casa.» Y le anunciaron la Palabra del Señor a él y a todos los de su casa. En aquella misma hora de la noche el carcelero los tomó consigo y les lavó las heridas; inmediatamente recibió el bautismo él y todos los suyos. Les hizo entonces subir a su casa, les preparó la mesa y se alegró con toda su familia por haber creído en Dios.

Evangelio según San Juan (9: 1-38)

En aquel tiempo, Jesús al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento; sus discípulos le preguntaron: «Maestro, ¿quién pecó, éste o sus padres?» Jesús respondió: «Ni él pecó ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Conviene que Yo haga las obras del que me ha enviado mientras es de día; viene la noche cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, Yo soy la Luz del mundo.» Dicho esto, escupió en la tierra e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: «Vete y lávate en la piscina de Siloé» (palabra que significa “el enviado”). Él fue y se lavó allí, y cuando volvió veía claramente.

Sus vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna decían: «¿No es éste el que se sentaba aquí y pedía limosna?» Unos decían: «Es él», otros en cambio: «No, es uno que se le parece.» Pero él afirmaba: «Sí, soy yo.» Le preguntaban, pues: «¿Cómo se te han abierto los ojos?» Contestó: «Aquel hombre que se llama Jesús hizo un poquito de lodo, me untó los ojos, y me dijo: “Vete a la piscina de  Siloé y lávate allí.” Fui, me lavé, y ahora veo.» Le preguntaron: «¿Dónde está ése?» Respondió: «No lo sé.» Lo llevaron, pues, ante los fariseos al que había sido ciego. Pero es de advertir que ese día en que Jesús hizo el lodo y le abrió los ojos al ciego era sábado. Nuevamente, pues, los fariseos le preguntaban también cómo había recobrado la vista. El les respondió: «Puso lodo sobre mis ojos, me lavé, y veo.» Sobre lo que decían algunos de los fariseos: «No viene de Dios este hombre, pues no guarda el sábado.» Otros decían: «¿Cómo un hombre pecador puede realizar tales señales?» Y había desacuerdo entre ellos. Entonces volvieron a decirle al ciego: «Y tú ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?» Respondió: «Que es un profeta.» Pero, por lo mismo, no creyeron los judíos que hubiese sido ciego, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: «¿Es éste su hijo, de quien dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?» Sus padres les respondieron: «Sabemos que éste es hijo nuestro, y que nació ciego, pero cómo ahora ve, no lo sabemos, ni tampoco sabemos quién le ha abierto los ojos; pregúntenle a él, edad tiene y puede responder por sí mismo.»

Esto dijeron sus padres por miedo a los judíos, porque los judíos se habían puesto de acuerdo en echar de la sinagoga a cualquiera que reconociese a Jesús por el Cristo. Por eso dijeron: «Edad tiene: pregúntenle.» Llamaron, pues, otra vez al hombre que había sido ciego, y le dijeron: «¡Da gloria a Dios! Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.» Él respondió: «Si es pecador, yo no lo sé; sólo sé que yo antes era ciego y ahora veo.»

Le replicaron: «¿Qué hizo él contigo? ¿Cómo te abrió los ojos?» Les respondió: «Ya se lo he dicho y no me han oído, ¿por qué quieren oírlo otra vez? ¿Acaso será que también ustedes quieren hacerse discípulos suyos?» Entonces comenzaron a insultarlo. Y le dijeron: «Tú eres discípulo de ése; nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios, mas éste no sabemos de dónde es.»

Respondió aquel hombre y les dijo: «Aquí está lo extraño: me ha abierto los ojos y ustedes no saben de donde viene… Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino que al que teme a Dios y hace su voluntad, a éste le escucha. Desde que el mundo es mundo no se ha oído jamás que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. Si este hombre no fuese de Dios, no podría hacer nada de lo que hace.» Le respondieron: «Saliste del vientre de tu madre envuelto en pecado, ¿y nos das lecciones?» Y lo echaron fuera. Oyó Jesús que lo habían echado fuera, y encontrándolo, le dijo: «¿Crees en el Hijo de Dios?» Respondió él y dijo: «¿Y quién es, Señor, para que crea en Él?» Le dijo Jesús: «Lo has visto; es el mismo que está hablando contigo.» Él entonces dijo: «Creo, Señor.» Y se postró ante Él.

Mensaje Pastoral

Luz que ilumina a todos

Al pasaje evangélico de hoy, lo podemos llamar «de la Luz». En general, el Evangelio según san Juan sugiere la Luz como sinónimo de la Vida. En este sentido, Cristo dijo: «Yo soy la Luz de mundo», y cuando los fariseos se indignaron de su comentario (Jn 8:12-13), lo mostró con la acción que no deja duda alguna:

Escupió en la tierra e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego», acción que trae a la memoria el relato bíblico sobre lablind Creación del hombre. Así como Dios con su aliento dio vida al polvo de la tierra y de la nada trajo al hombre a la existencia, de la misma manera Cristo, al ciego cuyos ojos jamás habían conocido la luz (ciego de nacimiento), se la otorgó en abundancia. (La señal era tan maravillosa que dio lugar al comentario de los presentes en el pésame de Lázaro: «Éste, que abrió los ojos del ciego, ¿no podía haber hecho que Lázaro no muriera?» [Jn 11:37]). Cristo no le devuelve al ciego una capacidad que había perdido previamente sino que le otorga lo que le era inexistente.

«Vete y lávate en la piscina de Siloé», le dijo el Señor; él fue y se lavó allí, y cuando volvió veía claramente. En este recorrido de ir y venir, sin lugar a duda, mucha gente lo vio y así la obra del Señor fue predicada y verificada. Pero ante la veracidad de este milagro –ya que el ciego era conocido por todos por ser un limosnero– hubo varias reacciones:

•             Fariseísmo: reglas que cercan a Dios y no le permiten penetrar en la oscuridad de uno mismo; leyes que determinan al hombre y a Dios sus derechos y deberes; círculos viciosos de planteamientos y cerrazón que rechazan la intervención de Dios en su creación; y vanidad mezquina que deduce lo siguiente: «Nosotros sabemos que ese hombre (Jesús) es un pecador.»

•             Apatía: padres del ciego que resultaron los verdaderos ciegos. Su apatía, ingratitud y miedo a que sean echados fuera del concepto común les impidió participar de la luz del milagro. Prefirieron la seguridad de la tibieza a la aventura de estar en la verdad. Se retiraron del gozo con cobardía acudiendo a la apatía enfermiza: «Edad tiene: pregúntenle.»

•             Agradecimiento: una reacción profunda que implica sinceridad y valentía. El ciego iletrado tuvo que enfrentar a los fariseos que se le amontonaron; refutó, con lo que había vivido, sus argumentos y leyes: «Yo les daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos sus adversarios» (Lc 21: 15). Esta gratitud implica también sacrificio (lo echaron fuera), pero paulatinamente lleva al agradecido al conocimiento de Cristo, Luz verdadera: Curador, hombre de Dios, Profeta y, sobre todo, Hijo de Dios y Dios (y se postró ante Él).

La Luz de Cristo ilumina a todos: ¿Cómo reaccionas, oh alma?

Nuestra Fe y Tradición

El Icono Ortodoxo, oración en colores

 TheotokosandChild[1]El arte eclesiástico, en el oriente, se ha desarrollado dentro de la matriz de la vida sacramental y espiritual en Cristo, y siempre ha aspirado, en sus diferentes ramas, ofrecer lo mismo: “Lo que hemos visto y oído –dice san Juan, el Evangelista,- os lo anunciamos.” (1Jn.1, 3). Por eso, la memoria cristiana ha conservado el término griego ικών, icono, para distinguir las santas imágenes, de las del mundo.

Si la pintura naturalista pretende transmitir las cosas tal como nuestros sentidos las perciben, el icono que usamos en nuestro culto procura ilustrar el mundo transfigurado en Cristo, es la imagen del hombre “espiritual y celestial” y no del “carnal y terrenal” (1Cor.15). El icono ofrece una belleza religiosa que supera las reglas de la visión: pues el origen de la luz no es un centro supuesto por el pintor, sino que la luz (color dorado) llena todo el espacio del icono y penetra en los rostros y vestimentas anunciando la Presencia de Dios: “ni la misma tiniebla es tenebrosa para Ti, y la noche es luminosa como el día” (Sal.139, 12); aquí se ausenta la luz natural con sus reflexiones: no hay sombra ya que la divina luz anula toda oscuridad.

El icono no es un retrato personal que nos comunique la facha de algún santo o del mismo Cristo, sino es la descripción de la gloria, de la que somos convocados a participar. Eso justifica la similitud entre los santos en el arte bizantino: los ojos grandes, con una mirada fija y penetrante, nunca cerrados, “sueño a mis ojos no he de conceder ni quietud a mis párpados, hasta encontrar un lugar para el Señor” (Sal.132, 4-5); los labios callados: “la boca silenciosa comunica los misterios de Dios” (San Isaac el Sirio); los oídos pequeños, ya que los sentidos mueren para el mundo a fin de entrar en la verdadera oración; y los mechones forman olas harmoniosas que rodean el rostro con un marco solemne que profundiza su firmeza y sublimidad. La ternura e inocencia del rostro se acompañan con la seriedad y prudencia.

Ante el realismo del arte medieval, la feligresía esperaba que la leche bendita emanase del seno de la figura de la Virgen, o la bendición milagrosa de la mano de Cristo, mientras el icono ortodoxo, reemplaza la tercera dimensión con una de luz que hace penetrar al orante en la gloria celestial: “Al pararnos en el templo de tu santidad, creemos que estamos parados en el cielo…”

Vida de Santos

San Cirilo Patriarca de Alejandría

9 de junio

Cirilo era de noble nacimiento y familiar cercano de Teófilo, patriarca de Alejandría, después de la muerte del cual fue consagradoSanCiriloDeAlejandría Patriarca. Durante su vida lucho tres feroces batallas: contra los herejes novacianos, contra el hereje Nestorio y contra los judíos de Alejandría. Los novacianos tuvieron su origen en Roma y tomaron su nombre del presbítero hereje Novaciano. Estos se gloriaban de sus virtudes, andaban en público vestidos de blanco, prohibían las segundas nupcias, sostenían que no podía orarse por aquellos que habían cometido pecado mortal, y que no podía recibirse en la Iglesia a aquellos que, en otro tiempo, habían apostatado de ella, sin importar cuán profundamente se arrepintiesen. Cirilo los venció y los echó de Alejandría junto con su obispo. La lucha con los judíos fue más difícil y sangrienta. Los judíos tuvieron gran influencia en Alejandría desde que Alejandro Magno fundó esa ciudad. Su odio contra los cristianos era vicioso y desaforado. Asesinaban cristianos mediante traición, envenenamiento y crucifixión. Tras una larga y difícil lucha, Cirilo logró que el emperador Teodosio el Joven los expulsara de Alejandría. Su lucha contra Nestorio, patriarca de Constantinopla, fue resuelta por el Tercer Concilio Ecuménico en Éfeso (431 d. C.). Cirilo mismo presidió este Concilio y, al mismo tiempo, representó al Papa Celestino de Roma a petición suya, pues este no pudo asistir al Concilio a causa de su avanzada edad. Nestorio fue condenado, anatematizado, y fue exiliado por el Emperador a la frontera oriental del Imperio. Después del final de esta lucha, Cirilo vivió en paz y cuidó celosamente del rebaño de Cristo. Se presentó a sí mismo al Señor en el año 444 d. C. Se dice que fue él quien escribió la oración «Alégrate, oh Virgen Madre de Dios».

Sentencias de los Padres del Desierto

  • Se decía del abad Agatón que durante tres años se había metido una piedra en la boca, hasta que consiguió guardar silencio.
  • Decía también: «Que tu boca no pronuncie palabras malas, pues la viña no tiene espinas».
  • El abad Sisoés decía: «Nuestra verdadera vocación es dominar la lengua»
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