Nuevo curso de S.O.F.I.A.: El camino real

El camino real

Aprendizaje práctico sobre la vida cristiana

 

logo_sofia-75ppp“Mediante armas de santidad: las de la derecha y las de la izquierda”  (2Cor 6:7)

Reverendos Padres, estimados hermanos e hijos en nuestro Señor Jesucristo:

Los saludamos con un abrazo afectuoso deseando reencontrarnos una vez más en este espacio virtual de “S.O.F.I.A.”. Su presencia y participación, ya sea por primera vez o como continuación de talleres pasados, hace de nuestro esfuerzo e intención una fuente de alegría y de gratitud a nuestro Señor.

El camino real por el cual deseamos llevarles en el presente taller es un caminar a través de un colorido iconográfico con aromas de incienso; un paseo entre parábolas divinas y anécdotas monásticas antiguas o contemporáneas; las cuales, por más sencillas que aparezcan sus formas y por más ajenos que se aprecien sus entornos, instituyen un profundo instructivo para nuestra vida en Cristo “ayer, hoy y por los siglos”, una fuente de la sapiencia práctica.  Si bien queremos acompañarlos en la ruta por venir, es menester notificar que este hermoso paseo no deja de ser “el camino estrecho” del cual el Señor nos habla.

El taller “El camino real/aprendizaje práctico sobre la vida cristiana” que dará inicio el jueves 22 de septiembre  será impartido por Su Excelencia Mons. Ignacio Samaán y el Rev. Archimandrita Andrés Marcos, los días jueves a las 17:30 (Honduras y Guatemala), 18:30 (México), 19:00 (Venezuela), 20:30 (Argentina y Chile).

El taller contará con 10 clases y 2 dinámicas intermedias en un formato nuevo que trata de dar más dinamismo al marco de los talleres.

Para inscribirse o más información, favor de solicitarlo vía e-mail a: sofia@iglesiaortodoxa.org.mx . Mencione por favor si es su primera participación en S.O.F.I.A. para mandarle el instructivo de acceso a las clases.

Esperamos que nos acompañen en nuestro paseo y que éste satisfaga sus expectativas.

S.O.F.I.A.
Seminario Ortodoxo de Formación para IberoAmérica
Autorizado por las Arquidiócesis Ortodoxas Antioquenas de Latinoamérica
www.seminariosofia.org

Ordenación diaconal en el Monasterio

11d

 

Con la Gracia de Dios y la bendición de Su Eminencia el Arzobispo Antonio Chedraoui, Su Excelencia Mons. Ignacio Samaán confirió el orden sagrado del diaconado al Sr. Efrén Nóguez con el nombre de Efrén, el domingo 18 de septiembre en el Monasterio San Antonio el Grande.

Pedimos a Nuestro Señor conceda al nuevo diácono un servicio colmado de virtud, gracia y bendición felicitando a su esposa y familiares.

Vigilia de la Dormición de la Madre de Dios

17En la tarde del domingo 14 de agosto un grupo de fieles así como de nuestro clero se dieron cita en el Monasterio de San Antonio el Grande para la celebración de la vigilia por la Dormición de la Madre de Dios. Los servicios fueron presididos por Su Excelencia Monseñor Ignacio Samaán, quien recibió la consagración episcopal el pasado 10 de julio en la sede patriarcal, habiendo sido nombrado obispo auxiliar para nuestra arquidiócesis.

Al marco de devoción y alegría tan propios de esta solemnidad que cierra el año eclesiástico, se agregó la dicha de los files por contar con la presencia de nuestro nuevo obispo. Al finalizar los actos litúrgicos tuvo lugar una fraternal convivencia gracias a la hospitalidad de la hermandad del monasterio.

Jerarcas del Sínodo Antioqueno visitan al Patriarca de Rusia

1

El 25 de julio de 2011, Su Santidad, el Patriarca Kirill de Moscú y toda Rusia recibió a los jerarcas de la iglesia ortodoxa de Antioquia, que lo visitaron en su residencia de Chisty Pereulok en Moscú. En la reunión estuvieron presentes  el Metropolita Antonio de México, América Central, Venezuela y el Caribe, el metropolita Damaskinos de Sao Paulo y todo Brasil, el Metropolita George de Homs y el Arzobispo Niphon de Filipópolis, representante del Patriarca de Antioquia y todo el Oriente ante el Patriarca de Moscú.

También participaron en la reunión el Arcipreste Nikolay Balashov, Vicepresidente del Departamento de Relaciones Exteriores Eclesiásticas (DREE) del Patriarcado de Moscú, y el Hieromonje Stephan Igumnov, Secretario Relaciones Inter-ortodoxas del DREE.

Al darle la bienvenida a los invitados, el Patriarca Kirill  señaló  que  al patriarcado de Antioquia  se le ha conferido un papel y una responsabilidad pastoral especiales en los países de América Latina. “La mayor cantidad de los cristianos ortodoxos de esos países pertenecen a su Iglesia. Ustedes tienen las parroquias más grandes y la vida parroquial más activa, lo cual impone en ustedes la gran responsabilidad ante Dios y la historia de preservar y extender la ortodoxia en el sub-continente latinoamericano”, dijo.

El Patriarca Kirill subrayó que hay muchos fieles de la iglesia ortodoxa rusa  en América Latina, entre ellos, emigrantes post- revolucionarios y aquellos que dejaron su patria como resultado de la Segunda Guerra Mundial, así como gente que ha llegado a recidir en esta región en tiempos recientes.

Al dirigirse a sus distinguidos invitados, Su Santidad  valoró como muy  positiva la cooperación entre el clero de las iglesias rusa y antioquena en América Latina y expresó su deseo de que estas iglesias hermanas sigan ayudándose mutuamente  en el futuro, compartiendo las alegrías y los momentos difíciles  de sus vidas. “Debemos apoyarnos mutuamente por todos los medios, tanto en nuestras relaciones bilaterales  como en el ámbito pan-ortodoxo”, dijo.

El Metropolita Antonio agradeció a Su Santidad Kirill por la oportunidad de reunirse con él. También expresó su profunda gratitud a la Iglesia rusa por su apoyo a los cristianos ortodoxos de Medio Oriente, que están atravesando por un mal momento. Así mismo, informó al patriarca sobre la atención que reciben en su diócesis los creyentes de habla rusa residentes en México.

El Metropolita George transmitió los saludos de Su Beatitud, el Patriarca Ignacio IV de Antioquia y todo el Oriente, y los del Santo Sínodo de la Iglesia de Antioquia. Señaló que para los cristianos de Siria y Líbano es muy importante contar con la ayuda de la Iglesia Rusa. Expresó su gratitud  por apoyar a la minoría cristiana de Medio Oriente. Sus palabras de agradecimiento fueron secundadas por el Metropolita Damaskinos.

En la plática, el Patriarca Kirill apuntó que toda la Iglesia de Rusia, y él en lo particular, están muy preocupados por el destino de los cristianos en el Medio Oriente, que es aún incierto. Citó el caso de Irak, en el que una interferencia externa en la vida del país llevó a una desestabilización de la situación, la cual afectó en primer lugar a las minorías étnicas y religiosas. Los cristianos de Irak fueron sometidos a una severa persecución, muchos murieron o tuvieron que huir del país. “Que Dios nos conceda que el proceso que está teniendo lugar  ahora en los países árabes  no conduzca a un caos político y una nueva persecución de cristianos”, dijo. También enfatizó que la iglesia rusa no puede menos que simpatizar con sus hermanos de Medio Oriente, ya que siempre ha tenido un contacto muy cercano con los ortodoxos de oriente a lo largo de la historia.

El Metropolita George, a su vez, agradeció al Patriarca Kirill por la postura que adoptó Rusia en lo referente a la posibilidad de imponer sanciones a Siria.

Servicio de comunicación del DREE

Fotos del Servicio de Prensa del Patriarcado de Moscú

 

 

 

 

 

 

 

Consagración del Obispo Ignacio Samaán

15

En el domingo 10 de julio de 2011 Su Beatitud Ignacio IV, Patriarca de Antioquía celebró la divina liturgia en la Catedral “Mariamíe” de Damasco acompañado de doce entre arzobispos y obispos, miembros del Santo Sínodo Antioqueno, y durante esta ceremonia ordenaron al reverendo Archimandrita Ignacio Samaán como obispo auxiliar para nuestra arquidiócesis, y a otros dos obispos auxiliares para el patriarcado.

En su homilía Su Beatitud determinó las características que debe tener un obispo y dio testimonio de los nuevos ordenados detallando sus méritos para que fuesen elegidos para su nuevo desempeño.

Al final de la liturgia recibió cada obispo de manos del Patriarca una mitra y un báculo como símbolos de su nuevo cargo, y cada uno de los nuevos obispos dio unas palabras de agradecimiento.

Posteriormente Su  Eminencia Nuestro Arzobispo invitó a todos a una comida por tan importante evento y durante ella dirigió unas palabras a los presentes, felicitando a los nuevos obispos y especialmente a nuestro obispo auxiliar.

También en esta  pagina queremos felicitar a nuestros queridos Arzobispo Antonio y Obispo Ignacio y pedimos a Dios con nuestra oración que los conserve por muchos años para bien de nuestro Arquidiócesis.

A continuación transcribimos las palabras se agradecimiento que el obispo  Ignacio nos dirigió después de la liturgia:

Su Beatitud, Patriarca Ignacio IV y Sus Eminencias Reverendísimas, Metropolitas y miembros del Santo Sínodo Antioqueno: Primeramente, es menester agradecerles profundamente por la confianza y la bendición que me han brindado para que reciba tal dádiva divina. Les pido mantenerme en sus oraciones para que la Gracia no deje de “perfeccionar lo faltante y sanar toda debilidad”, de tal modo que la gloria de Dios se manifieste en mi humilde servicio esplendorosa, tal como es.

Cuando he meditado en mi ministerio sacerdotal durante los últimos diez años en esta bendita tierra de la propagación, viene a mi mente una pregunta que toca las fibras más profundas de vocación clerical: ¿Qué significa que mi Iglesia –la Iglesia Ortodoxa Antioquena– esté en estas tierras? ¿Qué es lo que hace que los fieles y los “curiosos” espirituales acudan a ella? ¿Qué es lo que la hace tan atrayente? ¿Cuál es su misión en tal contexto?

En medio de esta ola de interrogaciones pasaron por mi memoria tres experiencias de mi peregrinaje por esta vida, de las cuales he entresacado los elementos conformando un borrador sobre las posibles respuestas, las cuales con la Gracia de Dios, no dejaré de buscar.

En este día bendito me gustaría compartir con ustedes estas tres:

La primera experiencia, la llamaré “Damasco”. En ella está mi familia: mi padre, mi madre, mis hermanos; una familia unida, tradicional y cristiana. El padre, con sencillez y decoro evangélicos, educa a los hijos; la madre entrega su vida entera con alegría dando así ejemplo del amor verdadero distante de la burda imitación que se exhibe hoy en el mundo del consumismo. En mi Damasco se localiza también el barrio del Al-Kassa, donde la iglesia de la Santa Cruz es conocido como el lugar más buscado por los jóvenes, el punto de la cita con los amigos, la escuela dominical, el sano entretenimiento, las alegrías, las oraciones en común,  siendo en la misma callé donde está la casa del abuela y en la cual festejábamos el domingo de Pentecostés; De ahí mismo parten mis recuerdos de las tradiciones de la Iglesia damascena. El lunes de la Semana de Pascua, íbamos toda familia a la Iglesia del Mariamieh (Catedral del Patriarcado). Al momento de la homilía de Su Beatitud, la escuchábamos con pueril interés y curiosidad. Su sonrisa, su amabilidad, su franqueza y claridad formaron las primeras lecciones de homilética, cuyo espíritu tengo presente  hasta el día de hoy. Así también en Damasco, me acuerdo de Su Eminencia el Arzobispo Jorge, ahora el  “Ángel de Homs”, quien me aconsejara, me abrazase como un padre y me apoyara en mi vocación. Ciertamente, Damasco representa para mí  la Iglesia donde la vida cristiana se practica en comunión, en familia, con los amigos. Entonces la primera experiencia  fue en Damasco donde viví el cristianismo como la comunidad y la reunión de los fieles en el transitar de la vida cotidiana.

El segundo cuadro se llama “Balamand”. “Me acordé de los días de antaño y medité todas tus obras…”. Cada vez que recito este versículo sálmico de las Completas, evoco con devoción el monasterio, sus atrios, su iglesia, el instituto, la biblioteca, la escuela preparatoria donde dábamos clases, las vigilias, las clases de coro… En Balamand aprendemos la Teología como si fuera ante todo una “pasión por Dios”. En dicha institución iniciamos el proceso de lo que san Isaac el Sirio denomina “el cambio de las pasiones”. El canto, la homilía, la vigilia, la lectura y el catecismo… ¡qué dulzura espiritual! Eso lo aprendíamos no nada más en las aulas, sino especialmente en la vida de nuestros superiores como fue el caso de Su Eminencia Arzobispo Pablo, el “Ángel de Alepo”, rector del instituto San Juan Damasceno en mis tiempos, a quien le debo mucho por su amor, dirección, cuidado y celo por nuestro bienestar. Ni por un momento sentíamos que él pudiese tener “vacaciones” (siendo la palabra derivada del “vacío”) para ser llenadas con pereza. Este hecho dejó en mí una impronta indeleble. Pensé: entonces el sacerdote –y quizás cada cristiano comprometido con su fe– en su tiempo libre canta, prepara, lee, traduce textos, compone y ora; no tiene ni tiempo ni ganas para hacer lo que no sea “en Cristo”. El enamorado jamás descansa de la memoria de su amado, sino precisamente en su memoria. “Me acordé de los días de antaño”, los cuales son para mí el Balamand, esta tierra santa cuya memoria enciende en mi corazón un arrepentimiento que ha de inflamar en amor.

La tercera experiencia es “el Arzobispado”, cuya dirección geográfica es Pirules 110, Col. Jardines del Pedregal, México D.F., mientras su dirección real se ubica en Antioquía, “la gran Ciudad de Dios”. Sorprendente es este espíritu que ha animado el servicio desde el tiempo de san Juan Crisóstomo cuando los monjes de Antioquía a finales de Siglo IV se apresuraron para defender al pueblo y confrontar su fe. Imposible pasar por alto al “obispo viejito“ Flaviano, quien no evadió el viaje de varios meses para comparecer ante el emperador en defensa de su rebaño. Así mismo San Ignacio de Antioquía, el santo mártir, reunió en su martirio todas las arquidiócesis de los alrededores y se mostró ecuménico, en el sentido de que se preocupó por los demás para acercar y reconciliar a la gente entre sí. Todas estas figuras las he conocido en el arzobispado; donde el servicio es el primer motivo de la desvelada y lo que da significado a la vida. Sayedna Antonio, mi padre y mi maestro, con quien estoy agradecido infinitamente, sirve a las personas y se comunica con ellos personal y entrañablemente, preocupándose por sus necesidades; comprende y realiza las palabras del Señor “no he venido para ser servido sino para servir”, de una manera atrayente para los demás, tanto a los cercanos como a los lejanos. ¡Gracias, mi Señor, porque me has enseñado un amor práctico y una pastoral antioquena original!

Hermanos queridos: en la tierra donde servimos, somos pocos y lo más probable es que nuestros recursos no compitan con los de otros. Sin embargo, nuestra presencia en la mayoría de los casos es peculiar, dulce y agradable, porque, según mi memoria, hemos asimilado los elementos esenciales de mis tres experiencias como cristiano: Damasco, Balamand y el arzobispado antioqueno; alegría en la reunión, amor a Dios que es el motor de cada pastoral, y servicio a Dios en el rostro del prójimo.

Quiera Dios que, por su Gracia y con vuestras oraciones, pueda reflejar con mi episcopado esta autenticidad espiritual, con la que los discípulos de Antioquía sean espejos de la cristiandad ortodoxa pura entre aquellos pueblos piadosos y amados por Dios. Amén.

 

Boletín del 26/06/2011

2°. Domingo después de Pentecostés

MP TH Beso ángel

Cuando las Mirróforas vieron la piedra removida, se alegraron
porque vieron a un joven sentado en el sepulcro que les dijo:
Cristo resucitó; decid a los Apóstoles y a Pedro:
Corran al monte de Galilea,
allá donde se les aparecerá a vosotros, oh amados,
tal como antes lo había dicho.

Exapostelario

Tropario de la Resurrección

Tono 1

Cuando la piedra fue sellada por los judíos
y tu purísimo cuerpo fue custodiado por los guardias,
resucitaste al tercer día, oh Salvador,
concediendo al mundo la vida.
Por lo tanto, los poderes celestiales clamaron a Ti:
Oh Dador de Vida,
Gloria a tu Resurrección, oh Cristo, gloria a tu Reino,
gloria a tu plan de salvación, oh Único, Amante de la humanidad.

Condaquio

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable;
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, pecadores,
sino acude a auxiliarnos, como bondadosa,
a los que te invocamos con fe. 
Sé presta en intervenir y apresúrate con la súplica,
oh Madre de Dios, que siempre proteges a los que te honran.

Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (2: 10-16)

Hermanos: Gloria, honor y paz a todo el que obre el bien; al judío primeramente y también al griego; que no hay acepción de personas en Dios.

Pues cuantos sin ley pecaron, sin ley también perecerán; y cuantos pecaron bajo la ley, por la ley serán juzgados; que no son justos delante de Dios los que oyen la ley, sino los que la cumplen: ésos serán justificados (pues cuando los gentiles que no tienen ley cumplen naturalmente la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos; los cuales muestran la obra de la ley escrita en su corazón, como se lo atestigua su conciencia y sus diferentes juicios que ya los acusan, ya los defienden), en el día en que Dios juzgará los secretos de los hombres por Cristo Jesús, según mi Evangelio.

Evangelio según San Mateo (4: 18-23)

En aquel  tiempo, mientras Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos: Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dijo: «Vengan conmigo, y los haré pescadores de hombres.» Y ellos al instante, dejando las redes, lo siguieron.

Más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Ellos, al instante, dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

Recorría Jesús toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo.

Fe que se vuelve un pescador

“Escucha, hija, mira y pon atento oído, olvida a tu pueblo y la casa de tu padre, y el rey se prendará de tu belleza” (Salmo 44: 12-13).

Ellos no habían presenciado un milagro, pero creyeron en la promesa: el Señor los llamó y, al instante, los sencillos pescadores no dudaron en seguirlo. Temeraria es la fe, podría decirse. Un padre latino, Jerónimo, escribía: “La fe verdadera no conoce intervalo: tan pronto oye, cree, sigue y se convierte en pescador.” Como puede inferirse en el Evangelio de san Juan (Jn 1: 35-42), el Bautista los había preparado para el encuentro: las ovejas escucharon al pastor y reconocieron su voz. Por ello, dejaron los peces y las redes, y salieron a pescar almas. Y, así, al abandonar su anterior labor, abandonaron también su ignorancia, su rudeza, y se transformaron, mediante la gracia del Espíritu Santo, en hombres sabios.

Digno es notar que el Evangelio menciona que Santiago y Juan estaban arreglando sus redes (quizá necesitaban alguna reparación o, simplemente, no estaban en condiciones para la pesca en ese momento) y no habían pescado nada; posteriormente, después de la Resurrección de Cristo, los apóstoles salen nuevamente a pescar y, siguiendo las instrucciones del Maestro, llenan abundantemente las redes. ¡Dichosa elección entre lo mundano y lo celestial! Poco importa lo mucho o poco que se abandona: lo que importa es el espíritu que se libera de lo material. Así, podemos entender con mayor claridad por qué nuestro Señor le dijo al que quería ser su discípulo, pero deseaba enterrar a su padre: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos» (Mt 8: 22). Que el mundo entierre lo del mundo y no sea obstáculo que postergue el llamado del Señor.

Los discípulos “creyeron que podrían ellos pescar a otros por la sola palabra que a Jesús habían oído y con que a ellos mismos los había pescado”, hace notar san Juan Crisóstomo. Y cada milagro de Jesús confirmaba la fe que habían depositado en Él.

Es nuestra elección acudir al llamado: que el mundo conozca a Dios será el resultado de la pesca. Que la red de su palabra se extienda sobre la mar; y nosotros, ignorantes y rudos, aprendamos a ser pescadores, por la gracia de su Espíritu Santo. Amén.

Rev. Padre Antonio Martínez
Iglesia de la Santa Trinidad
Guatemala,Guatemala

La vela y nuestra oración

Las velas encendidas en el templo y frente a los iconos son una tradición auténtica y una expresión sencilla y transparente de la devoción cristiana. Pero encender una vela, como los demás gestos litúrgicos, tiende a menudo a volverse un hábito que, haciéndolo  por costumbre, produce el descuido de lo que debe encenderse de virtudes y devociones en nuestro interior.

Tomando lo anterior en consideración, exponemos algunas frases de san Juan de Crontestad (un sacerdote ruso [1845-1920] que el pueblo ruso recuerda con gran fervor y que fue canonizado en 1992) a fin de animar nuestra conciencia:

«Las velas encendidas sobre el altar son el signo de la Luz de la Santísima Trinidad, pues Dios no mora sino en la Luz, y hacia Él, la oscuridad no se acerca ya que es como fuego que devora todo pecado o maldad.

Una vela encendida ante el icono de Cristo lo anuncia como la Luz del mundo, que ilumina a todo hombre que viene a Él.

Una vela encendida ante el icono de la Virgen la anuncia como la Madre de la Luz.

Una vela encendida ante el icono de un Santo lo anuncia como candil adornado, y puesto como faro alto, ilumina a todos los que están en la casa. Encendemos las velas como símbolos del ardor de nuestro celo hacia su santidad y amor, como señales de veneración, alabanza silenciosa y agradecimiento por la intercesión que nos brindan.

Cuando enciendo una vela, pido a Dios que me otorgue un corazón que arda con el fuego del santo celo y del amor puro, que queme los deseos y pecados que están dentro de mí.»

¿Por qué el incienso?

El incienso ofrecido indica la Presencia Divina: Dios está presente en la Iglesia, en los iconos, en los fieles y en todo el universo. Y cuando el sacerdote inciensa a cada uno de los presentes, inciensa la imagen de Dios en él; por eso, cuando se eleva ante nuestros ojos, nos inclinamos ofreciendo a Dios el templo de nuestro cuerpo para que sea su morada: “¡Ven a habitar en nosotros!”

Y mientras el incienso es dirigido hacia cada uno a la vez, contiene a todos juntos: formamos la Iglesia, y nuestra oración común se eleva con el aroma delicado que llena la casa de Dios con dulzura y devoción.

Sobre el amor al prógimo

+ Padre Paísio

Cuando uno ora con dolor ante Dios por su prójimo, el Buen Dios manda su Gracia abundantemente.

Si te amas a ti mismo por encima de los demás, infórmate que todavía no vives el pensamiento de Cristo.

Suaviza tu duro corazón ante las almas heridas según puedas, para que sea sensible y humilde, así, pidiendo la misericordia de Dios, alcanzarás.

Dios auxilia cuando, haciendo tuyos los problemas del prójimo, pides su misericordia. En ese momento, el justo Dios, al ver un cierto amor sincero, auxilia.

Cada vez que los hombres se alejan de la vida sencilla y natural, se les aumenta la inquietud humana. Y cada vez que la cortesía hipócrita se acrecienta, se pierden la sencillez, la alegría y la sonrisa humana natural.

Padre Ignacio: obispo auxiliar

Con la Gracia de Dios y bajo la inspiración del Espíritu Santo, el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado de Antioquía … ha sido electo a la dignidad episcopal el Reverendo Archimandrita Ignacio Samaán con calidad de Obispo Auxiliar …        leer más

El Santo Sínodo: omunicado pastoral

En el Monasterio de Nuestra Señora de Balamand (Líbano), entre el 21 y el 23 de junio, se celebró el ciclo 47° del Santo Sínodo Antioqueno, presidido por Su Beatitud Ignacio IV (Hazim) en presencia de Sus Eminencias Padres del Santo Sínodo Antioqueno …     leer más

El Santo Sínodo: comunicado pastoral

El Ciclo 47° del Santo Sínodo Antioqueno
Celebrado en el Monasterio de Nuestra Señora de Balamand.
Junio 2011

Comunicado pastoral

En el Monasterio de Nuestra Señora de Balamand, entre el 21 y el 23 de junio, se celebró el ciclo 47° del Santo Sínodo Antioqueno, presidido por Su Beatitud Ignacio IV (Hazim) en presencia de Sus Eminencias Padres del Santo Sínodo Antioqueno, los Metropolitas:

sinodo2Espiridión (Khoury) de Zahle y Baalbek, Jorge (Joder) de Jubeil y el Batrún, Juan (Mansur) de Laodicea, Elías (Aude) de Beirut, Elías (Saliba) de Hama, Elías (Kfuri) de Tiro y Sidón y Marig-Ayun, Antonio (Chedraoui) de México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe, Sergio (Abad) de Chile, Damaskinos (Mansour) de Sao Paolo, Saba (Esper) de Basora y el Monte de los Árabes y Horán, Pablo (Saliba) de Australia y Nueva Zelanda, Jorge (Abou Zakhm) de Homs, Pablo (Yazigy) de Alepo y Escandarón, Siluan (Muci) de Argentina, Juan (Yazigy) de Europa, Basilio (Mansur) de Akar, Efrén (Kiriakos) de Trípoli y El-Koura. También el  Arzobispo Nifón (Seikali) Vicario Patriarcal en Moscú, el Obispo Gatás (Hazim) abad del monasterio Patriarcal de Nuestra Señora de Balamand y rector del instituto teológico San Juan Damasceno, y el Ecónomo Jorge Dimas escriba del Sínodo.

Se disculpó Su Eminencia Felipe (Saliba) de Nueva York y Toda América del Norte, y se ausentó Su Eminencia Constantino (Papastefano) de Bagdad y el Kuwait.

 Después de la oración y la invocación al Espíritu Santo –estando aún en la atmósfera de la gloriosa Pentecostés– y de la encomienda a la bendición de la Virgen Madre de Dios, Santa Patrona del Monasterio, los Padres del Santo Sínodo iniciaron la discusión sobre la agenda de los temas eclesiásticos: locales, nacionales y ecuménicos.

Los Padres plantearon todos los asuntos que conciernen a los fieles en lo referente a los aspectos espirituales, pastorales, sociales y nacionales, y estudiaron las necesidades pastorales tanto en las jurisdicciones antiguas del Patriarcado como en las nuevas originadas por la emigración, con el fin de que la presencia de la Iglesia sea activa al servicio de los hijos y cubra sus necesidades y perspectivas.

Los Padres consideraron que el ministerio de la Iglesia con todas sus dimensiones, y en especial en tierra de propagación, requiere un testimonio vivo y un renacimiento activo que toque todos los aspectos del trabajo pastoral, social y humanitario; y elogiaron el florecimiento eclesiástico activo e integrado en las sociedades de las tierras de propagación donde viven nuestros hijos: “Nos alegramos junto con Sus Eminencias, dondequiera que se hallen, en la renovación de la prédica del Evangelio con un espíritu de fe auténtico y contemporáneo que sabe entenderse con las nuevas generaciones y asienta bases para un trabajo institucional sistemático realmente indispensable en nuestros días y aún más en el futuro.”

Y en su profunda y detallada discusión sobre el concepto del trabajo pastoral y misionero, los Padres del Sínodo se detuvieron sobre el tema de la importancia de la comunicación con todos sus medios y concluyeron en que es un tema digno de un estudio amplio con asistencia de personal especializado al respecto; y se le encargó a S. E. Metropolita Pablo (Alepo) retomar el estudio que había planteado al Santo Sínodo en el ciclo de octubre de 2010, consultando a los comunicadores del caso a fin de reubicarlo en el ciclo ordinario del próximo Sínodo en octubre del año en curso.

Los Padres felicitaron al hermano, Su Excelencia Obispo Gatás (Hazim) por su nuevo cargo como abad del monasterio de Nuestra Señora de Balamand y rector del instituto teológico San Juan Damasceno, y le expresaron sus deseos por el éxito en su labor; y Su Excelencia expuso el reporte correspondiente al año escolar 2010-2011.

Considerando el crecimiento de algunas Arquidiócesis del Patriarcado, en jurisdicciones antiguas o en las de emigración, los Padres decidieron elegir doce obispos auxiliares que asistan, cada uno, al arzobispo de su arquidiócesis en todos los asuntos del pastoreo,  la enseñanza y la administración. Que todos hayan sido educados y formados teológica y seglarmente. A ellos el Santo Sínodo les encomendó el servicio y el pastoreo de las almas en el Patriarcado o en las Arquidiócesis a las que pertenecen; y son:

  • Archimandrita Nicolás (Baalbaki): en el Patriarcado – Damasco
  • Archimandrita Constantino (Kayal): en el Patriarcado – Damasco
  • Archimandrita Isaac (Barakat): en el Patriarcado – Damasco
  • Archimandrita Atanasio (Fahed): Arquidiócesis de Akar – Tartus
  • Archimandrita Demetrio (Charbak): Arquidiócesis de Akar – Safita
  • Archimandrita Elías (Toume): Arquidiócesis de Akar – Marmarita
  • Archimandrita Ignacio (Samaán): Arquidiócesis de México
  • Archimandrita Ignacio (El-Hoshi): Arquidiócesis de Europa Occidental –  Paris (Francia)
  • Archimandrita Juan (Haikal): Arquidiócesis de Europa Occidental –  Berlín (Alemania)
  • Archimandrita Efrén (Maaluli): Arquidiócesis de Europa Occidental –  Londres (Inglaterra)
  • Archimandrita Romano (Daoud): Arquidiócesis de Brasil – Sao Paolo
  • Archimandrita Marcos (Khuri): Arquidiócesis de Brasil – Sao Paolo

Cada uno de ellos se integrará a la arquidiócesis relativa una vez que haya recibido la consagración episcopal por mano de Su Beatitud Patriarca Ignacio IV.

Antes de concluir, se les convocó a los obispos electos (que viven en Siria y Líbano); llegaron y ofrecieron su obediencia y su agradecimiento a Su Beatitud y a los Padres del Santo Sínodo.

El Sínodo concluyó su obra con la oración y con un rezo por Su Beatitud Patriarca Ignacio IV.

Emitido por la Secretaría
del Santo Sínodo Antioqueno
 
Monasterio Nuestra Señora de Balamand
23/06/2011
 
Traducción del original en árabe publicado en el sitio electrónico informativo: http://alboushra.org/ 

السيرة الذاتية للأسقف المنتخب للأبرشية

الأرشمندريت إغناطيوس سمعان:

Ramos_ 151

وُلد في دمشق عام 1975، أنهى دراسته الجامعية في كلية الصيدلة عام 1996 والتحق مباشرة بمعهد القديس يوحنا اللاهوتي في البلمند حيث أنهى نال الإجازة في اللاهوت عام 2001. خلال سني دراسة اللاهوت 1997-2001 كان قائداً لجوقة البلمند. قدّم عدة دراسات في قسم الليتورجيا في جامعة تسالونيك في اليونان.

إلى جانب لغته العربية الأم يتقن الاسبانية والانكليزية واليونانية.

في العشرين من كانون الأول عام 1999 سيم شماساً إنجيلياً على يد صاحب الغبطة البطريرك إغناطيوس الرابع، وكاهناً برتبة أرشمندريت في الثاني عشر من شهر أيلول عام 2001 وفي العام نفسه التحق بأبرشية المكسيك وفنزويلا وأمريكا الوسطى وجزر الكاريب ليخدم هناك كوكيل أسقفي لسيادة المطران انطونيوس الشدراوي حتى تاريخ انتخابه أسقفاً مساعداً لسيادته.

في المكسيك ومن ضمن عمله الرعائي أسس الأسقف المنتخب سلسلة “Barek” لإصدار الكتب باللغة الاسبانية وله فيها عدة مؤلفات وترجمات من العربية والانكليزية واليونانية في مجال الوعظ والرعاية والتراث الأورثوذكسي كما أشرف على ترجمة وتنقيح وإصدار العديد من النصوص الليتورجية. له أيضاً ترجمات لقطع من الموسيقى البيزنطية إلى اللغة الاسبانية من العربية واليونانية وأيضاً إلى العربية من اليونانية كما وتآليف إلى جانب عمله كمدرِّب لجوقة كاتدرائية القديس جاورجيوس والتي أصدرت حتى الآن خمسة CD تتضمن تراتيل من تراث الكنيسة الأورثوذكسية باللغة الاسبانية. صاحب المبادرة الأولى والمنسق الإداري ومدرس في S.O.F.I.A.  “المعهد الأورثوذوكسي للتنشئة في أمريكا اللاتينية” والذي يقدم كورسات لاهوتية ورعائية على الشبكة الالكترونية بالتنسيق بين الأبرشيات المعنية للعام الثالث على التوالي حتى تاريخه.  

Elección de Obispo Auxiliar

Obispo electo

Con la Gracia de Dios y bajo la inspiración del Espíritu Santo, el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado de Antioquía y todo el Oriente, al cual Su Eminencia  el Arzobispo Antonio Chedraoui pertenece, representando y llevando en su reverendísima persona nuestra Arquidiócesis protegida por Dios, ha elevado al Reverendo Archimandrita Ignacio Samaán a la dignidad episcopal con calidad de Obispo Auxiliar para la misma Arquidiócesis bajo la instrucción de S. E. Arzobispo Antonio Chedraoui.

El Rev. Archimandrita Ignacio Samaán nació el año 1975 en la ciudad de Damasco, Siria. En el año 1996, estudió la licenciatura en Ciencias Farmacéuticas en la Universidad de Damasco; posteriormente, la licenciatura en Teología del Instituto de San Juan Damasceno, Universidad de Balamand, Líbano,  en el 2001. Fue director del Coro de Música Sacra Bizantina de dicha institución, durante los años 1997-2000. Asimismo, realizó algunos estudios en el Departamento de Liturgia de la Universidad de Tesalónica, Grecia.

Recibió el diaconado el 20 de diciembre del 1999 por mano de su Beatitud Ignacio IV, Patriarca de Antioquía y todo el Oriente; el 12 de septiembre de 2001, recibió la ordenación sacerdotal, junto con el nombramiento de archimandrita. El mismo año fue designado vicario episcopal de su Eminencia,  el Metropolita Antonio Chedraoui, Arzobispo de México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe, función que ha desempeñado hasta la fecha, además de ser el decano de la Catedral de San Jorge en la ciudad de México.

En el marco de las actividades anexas a su labor pastoral, se encuentra la publicación del Boletín dominical, la organización de la Página web de la Arquidiócesis, traducciones de textos litúrgicos al español y la publicación de varios libros, además la formación del coro de la Catedral de San Jorge, el cual hasta la fecha ha grabado cinco discos compactos de Música Sacra de la Iglesia Ortodoxa en español.

En espera del comunicado oficial del Santo Sínodo, anunciamos a nuestra feligresía esta noticia deseando al Obispo electo un ministerio colmado de la Gracia divina, para que “predique rectamente la palabra de la verdad”.

¡Digno! ¡Digno! ¡Digno!

Boletín del 19/06/2011

Domingo de Todos los Santos

todos los santos

Coronemos con cánticos al Bautista y Precursor,
a los Apóstoles, Profetas y Mártires;
Archisacerdotes, Ascetas, mujeres amantes de Dios
y a todos los justos junto con los coros angélicos,
pidiendo que, por sus ruegos, alcancemos la gloria que han obtenido,
gloria que brota de Cristo Salvador.
Exapostelario

Tropario de la Resurrección

Tono 8

icono_audioDescendiste de las alturas, oh Piadoso,
y aceptaste el entierro de tres días
para librarnos de los sufrimientos.
Vida y Resurrección nuestra, oh Señor, gloria a Ti.

Tropario de «Todos los Santos»

Tono 4

icono_audioOh Cristo Dios,
tu Iglesia, adornada con la sangre de tus mártires en todo el mundo,
como si fuera con fino lino y púrpura,
por ellos, te ruega diciendo:
envía tu piedad sobre tu pueblo,
otorga al mundo la paz,
y a nuestras almas la gran misericordia.

Condaquio de «Todos los Santos»

Tono 8

Oh Sembrador de la creación,
el universo Te ofrece, como primicias de la naturaleza,
a los Mártires, Portadores de Dios; 
por cuyas súplicas y las de la Madre de Dios,
conserva a tu Iglesia en profunda paz, oh Señor Todo Misericordia.

 Carta del Apóstol San Pablo a los Hebreos (11: 33-12: 2)

Hermanos: Los Santos, por la fe, sometieron reinos, hicieron justicia, alcanzaron las promesas, cerraron la boca a los leones; apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, sacaron fuerzas de la debilidad, se hicieron valientes en la guerra, rechazaron ejércitos extranjeros; las mujeres recobraron resucitados a sus muertos. Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor; otros soportaron burlas y azotes, y hasta cadenas y prisiones; apedreados, torturados, aserrados, muertos a espada; anduvieron errantes cubiertos de pieles de ovejas y de cabras; faltos de todo; oprimidos y maltratados, ¡hombres de los que no era digno el mundo!, errantes por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas de la tierra. Y todos ellos, aunque alabados por su fe, no consiguieron la promesa. Dios tenía ya dispuesto algo mejor para nosotros, de modo que no llegaran ellos sin nosotros a la perfección.

Por tanto, también nosotros, ya que tenemos en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, fijos los ojos en Jesús, autor y consumador de la fe.

Evangelio Según San Mateo (10: 32, 33, 37, 38; 19: 27-30)

Dijo el Señor a sus discípulos: «Por todo aquél que se declare por Mí ante los hombres, Yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos.

El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a Mí, no es digno de Mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás, no es digno de Mí.»

Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo: «He aquí que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos, pues?» Jesús les dijo: «Yo les aseguro, que en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su Trono de gloria, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquél que haya dejado casa, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi Nombre, recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros.»

La Santidad

La Iglesia ha tenido a bien designar el primer domingo de Pentecostés para conmemorar a todos los santos. La Santidad es la evidencia de la obra de gracia efectuada por la tercera persona de la Santísima Trinidad en el corazón de los creyentes. Contra lo que piensa la mayoría, que únicamente pocos fieles son llamados a la santidad, leemos en la Sagrada Escritura, que la voluntad de Dios es que todo su pueblo sea santo: “porque la voluntad de Dios es vuestra santificación” (1 Tes 4:3). Es por esto que, después de Pentecostés, El Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, santifica a la Iglesia, purificándola y dándole poder para vencer el poder y las fuerzas del mal. Antes de Pentecostés, los Apóstoles, como cualquier ser humano, tienen miedo y se esconden; después de Pentecostés, nada les arredra y, santificados, aunque los persiguen hasta el martirio, predican a Cristo resucitado.

La Santidad es pureza total, nuestro máximo galardón será ver a Dios tal cual Él es (1 Jn 3: 2). Pero para poder ver a Dios, el alma debe estar purificada, esto es, limpia de pecado. Cristo nos dice “bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt 5: 8). Abundan en la Sagrada Escritura las citas que nos enseñan que solo los de limpio corazón estarán frente al Altísimo; mencionemos solamente dos de ellas: “¿Quien subirá al monte de Yahvé?, ¿y quién estará en su lugar santo?, el limpio de manos y puro de corazón” (Sal 24: 3-4). “No entrará en ella (la nueva Jerusalén) ninguna cosa inmunda” (Ap 21: 27). El Espíritu Santo nos purifica de todo pecado, haciéndonos, precisamente, limpios y aptos para estar frente al Todopoderoso; así como el fuego purifica los metales en el crisol, quitando de ellos toda impureza, igualmente el fuego del Espíritu Divino nos limpia de toda impureza.

Otra fase de la Santidad en la Consagración total a Dios, esto implica dedicación, separación para con Dios. Los vasos del templo de Jerusalén, que fueron dedicados para el servicio de Dios, eran por lo tanto vasos santos; cuando el rey Belsasar mandó traer los vasos de oro del Templo para usarlos en la orgía que efectuaba en su palacio, la ira de Dios se manifestó, y apareció una escritura en las paredes de su palacio anunciándole su destino (Dn. 5: 2). El pueblo de Dios, que es un pueblo de sacerdotes y gente santa (Ex 19: 6), es un pueblo dedicado, consagrado, separado para la honra y gloria del Altísimo. Este tema es tan extenso que es imposible tratarlo en su totalidad en este pequeño espacio. Hagamos esta última reflexión: el Hombre, por sí mismo, no puede santificarse, por lo que debe entregarse y consagrarse al Todopoderoso, para ser santificado. Sigamos el ejemplo de aquellos santos que vivieron en el mundo, pero no amaron al mundo, y aumentaron sus virtudes con la fuerza del Espíritu Santo, y por esto muchos de ellos fueron al martirio por haberse consagrado a Dios, y prefirieron el martirio antes que apostatar de su Creador y Redentor.

Rev. Padre Mario Lara
Catedral de San Jorge
México D.F.

La intercesión de los santos

En este día, el domingo siguiente al de Pentecostés, y en el que recordamos a todos los coros de los santos sería de provecho recordar  porqué los veneramos y qué importancia tinen sus intercesiones.

Los primeros venerados por los cristianos fueron los mártires. Su restos se conservaban cuidadosamente como tesoros preciosos, no necesariamente por su poder milagroso sino por que estos fieles de Cristo lucharon la buena batalla e imitaron la muerte del Señor. Porque no son los mártires los que viven en ellos mismos, sino que es Cristo quien vive en ellos (Gal. 2:20). Una ves libre la iglesia de las persecuciones, se empezó a venerar al coro entero de los Santos que aunque no habían derramado su sangre, día con día testimoniaban su vida en el evangelio, en Cristo, aniquilando sus propios deseos y pasiones y solo deseando hacer la voluntad de su Señor. 

El concepto de la Iglesia sobre este punto está conectado con su comprensión de la muerte. Los fieles, desde los primeros tiempos, han acostumbrado orar los unos por los otros pidiendo la intercesión de los justos “la oración ferviente del justo tiene mucho poder” (Santiago 5,16).

Si la Iglesia nos enseña a pedir los ruegos de los justos vivos, cuanto más nos alienta a pedir las intercesiones de aquellos que ya han sido coronados con la victoria de la santidad. Pues, su muerte no ha sido más que un paso hacia la Vida. En las catacumbas romanas de los primeros siglos cristianos se encuentran testimonios como las siguientes oraciones: “Noria, seas bienaventurada y ruega por nosotros” y “Pedro y Pablo, rueguen por Víctor”.

Con la irrupción de la Iglesia en el ámbito pagano, y la entrada masiva de gentiles a las filas del cristianismo, algunas veces, la veneración a los santos se exageró, llegando estos a tomar el lugar de los dioses paganos. Esta situación se tradujo en una distanciamiento entre la teología y adoración cristiana por un lado y por el otro las prácticas cultuales de algunos grupos. Mas la Iglesia siempre conservó la transparencia de los santos: son lunas que reflejan la luz del Sol verdadero. Y esto es lo que ha enseñado siempre: los santos nos guían a Cristo.

Las cuatro velas

Cuatro velas encendidas suavemente hablaban entre ellos.

Dijo la primera: “Soy la vela de la paz; nadie en este mundo quiere que mi flama siga.” Y he aquí que su luz se apaga.

Dijo la segunda vela: “Yo soy la de la fe; en estos días parece que ya no soy de las cosas indispensables.” Y se empezó a sofocar.

Con tristeza, la tercera vela decía: “Soy la del amor; ya no tengo fuerza más para seguir iluminando; los hombres me han puesto a un lado y ya no reconocen mi valor; se han olvidado del amor aun a los más cercanos.” Al terminar su palabras, se extinguió completamente.

De repente, un niño entró en el cuarto y encontró sofocadas las tres velas. Empezó a llorar y decía: “¿Acaso no debían permanecer encendidas hasta el fin?”

Y al instante, el niño escuchó una voz suave –era la de la cuarta vela– que le decía blandamente: “¡No tengas miedo!, yo soy la vela de la esperanza. Mientras estoy encendida, puedes inflamar a mis hermanas.”

Con ojos brillantes, el niño agarró la vela de la esperanza y encendió las demás.

No dejes que la flama de la esperanza en la misericordia del Señor muera en tu corazón. Con la esperanza y la confianza en Dios, por más incómodas que sean las circunstancias, el amor, la fe y la paz volverán a iluminar tu vida esplendorosamente. 

 

Compartir
Compartir