San Porfirio, obispo de Gaza
26 de Febrero
San Porfirio tenía a Tesalónica como su tierra natal. Se convirtió en monje en Egipto, donde vivió durante cinco años. Fue en peregrinación a Jerusalén, después de lo cual pasó cinco años en una gran aflicción en una cueva cerca del Jordán. Afligido por una enfermedad del hígado, partió a Jerusalén, donde fue ordenado presbítero y nombrado Guardián de la Cruz a la edad de 45 años. Tres años después fue nombrado obispo de Gaza. Sufrió mucho de parte de los gobernantes y paganos de Gaza; pero con la amistad de San Juan Crisóstomo y el patrocinio de la emperatriz Eudoxia, arrasó el templo del ídolo Marnas en Gaza y construyó una gran iglesia para la gloria de Dios. Reposó el año 450.
Tropario, tono 4
La verdad de tus obras te ha mostrado a tu rebaño cual regla de fe, icono de mansedumbre y maestro de abstinencia. Así que alcanzaste, por la humildad, alturas, y por la pobreza, riquezas. ¡Oh santo obispo Porfirio de Gaza, intercede ante Cristo Dios, para que salve nuestras almas!
Condaquio, tono 2
Arreglado con la vida más santa, fuiste adornado con la vestimenta sacerdotal, ¡oh, Porfirio, bendito y de piadosa alma! y eres notable por los milagros de sanación, intercediendo incesantemente por todos nosotros.
Santa, Gloriosa y Gran Mártir Fotina, la Mujer Samaritana
26 de Febrero
Santa Fotina fue la mujer samaritana que encontró a Cristo nuestro Salvador en el pozo de Jacob (Juan 4: 1-42). Luego trabajó en la difusión del Evangelio en varios lugares, y finalmente recibió la corona del martirio en Roma con sus dos hijos y cinco hermanas, durante las persecuciones bajo el emperador Nerón.
Tropario, tono 3
Iluminada por el Espíritu Santo, bebiste con gran y ardiente anhelo de las aguas que Cristo Salvador te dio; y de las corrientes de la salvación con las que fuiste refrescada, diste abundantemente a los sedientos. Oh Gran Mártir y verdadera compañera de los Apóstoles, Fotina, suplica a Cristo Dios para que nos otorgue la gran misericordia.
Condaquio, tono 3
La gloriosa Fotina, corona y gloria de los Mártires, hoy ha ascendido a las brillantes mansiones del Cielo, y llama a que todos juntos cantemos sus alabanzas, para poder ser recompensados con sus santas gracias. Con fe y anhelo, ensalcémosla alegremente con himnos de triunfo y alegría.