Recepción a Su Eminencia en Caracas

El Jueves 15 de marzo arribó al areopuerto de Caracas Su Eminencia Monseñor Antonio Chedraoui, arzobispo de nuestra Arquidiócesis en una visita pastoral durante 20 días a Venezuela y las Islas del Caribe.

La feligresía de Caracas junto al Monseñor Ignacio Samaán, Obispo Auxiliar en la arquidiócesis, y el Rev. Archimandrita José Dib, Párroco de la comunidad, dieron la bienvenida a Su Eminencia primero en la iglesia donde celebraron juntos una oración de acción de gracias. Estaba presente Su Exelencia Monseñor Pietro Parolin, Nuncio Apostólica, y Sus Gracias Obispos Jorge Kahale e Isidor batija de la Iglesia Melkita, y Monseñor Mauricio Saeb, Superior de la Orden Maronita, asi como padres y pastores de diferentes Iglesias de Caracas, del mismo modo estaba presente Su Excelencia Embajador de Siria Ghassan Abbas.

En el salón Su Eminencia convivió con todos y dio unas palabras paternales muy emocionantes a la feligresía trayendo a la memoria muchos recuerdos venébolos; también dio mensaje de consolaridad con el pueblo de Siria rezando porque la paz y la tranquilidad gobiernen de nuevo estas tierras preciosas a nuestro corazón donde viven familiares y amigos.

SEMANA SANTA ORTODOXA EN D.F., MÉXICO

 

Su Eminencia Antonio Chedraoui, Arzobispo Metropolitano de México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe, y su venerable Clero al desear a ustedes una feliz celebración de la próxima Pascua de Resurrección, en plana salud prosperidad espiritual y material, se complacen en poner para su atento conocimiento el programa de los Servicios Religiosos de la Semana Santa que realizarán en los mismos horarios (excepto Viernes Santo) tanto en la Nueva Catedral de San Pedro y San Pablo como en la Catedral de San Jorge, del 7 de Abril al 15 de Abril de 2012.

Fecha Ceremonia Horario
7 de Abril, Sábado de San Lazaro Divina Liturgia 10.30 a.m.
8 de Abril, Domingo de Ramos Divina Liturgia 11.30 a.m S.E. Mons. Antonio presidirá en la Catedral de San Pedro y San Pablo
Maitines del Novio 7.30 p.m.
9 de Abril, Lunes Santo Maitines del Novio 7.30 p.m.
10 de Abril, Martes Santo Maitines del Novio 7.30 p.m.
11 de Abril, Miércoles Santo Bendición del Óleo Santo 7.00 p.m.
12 de Abril, Jueves Santo Divina Liturgia de San Basilio 10.00 a.m.
Ceremonia de la Pasión del Señor, recitación de los Doce Evangelios 7.30 p.m. S.E. Mons. Antonio presidirá en la Catedral de San Jorge
13 de Abril, Viernes Santo Servicio del “Descenso del Crucificado” 10.00 a.m.
Ceremonia del Santo Sepulcro, canto de las Lamentaciones y veneración del EPITAFIO (la mortaja de Cristo) 5:00 p.m. S.E. Mons. Antonio presidirá en la Catedral de San Pedro y San Pablo
8.00 p.m. S.E. Mons. Antonio presidirá en la Catedral de San Jorge
14 de Abril, El Gran Sábado de Gloria Divina Liturgia de San Basilio 10.00 a.m.
Oficio de la Resurrección del Señor y Divina Liturgia Pascual. Tradicional Distribución de huevos de Pascua 11.00 p.m. S.E. Mons. Antonio presidirá en la Catedral de San Jorge
15 de Abril, Domingo de Pascua Maitines 11.00
Divina Liturgia Pontifical, Recitación del Santo Evangelio en diferentes lenguas, Tradicional Distribución de huevos de Pascua 12.00 p.m S.E. Mons. Antonio presidirá en la Catedral de San Pedro y San Pablo

 

 

Boletín del 18/03/2012

3er. Domingo de  la Cuaresma

La postración ante la vivificadora Cruz

Hoy, al ver puesta la preciosa Cruz de Cristo,
prosternémonos con fe y alegría y abracémosla con ansia,
implorando al Señor que fue crucificado sobre ella voluntariamente
para que nos haga dignos a todos de prosternarnos ante la preciosa Cruz
y de alcanzar el día de la Resurrección, libres de toda condenación.
                                                                                                        Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 7

Destruiste la muerte con tu cruz y abriste al ladrón el Paraíso;
a las Mirróforas los lamentos trocaste y 
a tus Apóstoles ordenaste predicar que resucitaste, oh Cristo Dios,
otorgando al mundo la gran misericordia.

Tropario de la postración ante la Santa Cruz

Tono 1

Salva, oh Señor, a tu pueblo y bendice tu heredad;
concede a los fieles la victoria sobre el enemigo y
a los tuyos guarda por el poder de tu Santa Cruz.

Condaquio de Cuaresma

 Tono 8

A ti, María, te cantamos como victoriosa;
tu pueblo ofrece alabanzas de agradecimiento,
pues de los apuros, Theotokos, nos has salvado.
Tú, que tienes invencible y excelsa fuerza,
de los múltiples peligros libéranos.
Para que exclamemos a ti: ¡Alégrate oh Novia y Virgen!

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Hebreos  (4:14 – 5:6)

Hermanos: Teniendo tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos —Jesús, el Hijo de Dios— mantengamos firme la fe que profesamos. Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado. Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de Gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar Gracia para una ayuda oportuna.

Porque todo Sumo Sacerdote tomado de entre los hombres está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados; el cual puede sentir compasión hacia los que andan en la ignorancia y en el extravío, por estar también él envuelto en flaqueza. Y a causa de esa misma flaqueza debe ofrecer por sus propios pecados igual que por los del pueblo.

Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarón. De igual modo, tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo Sacerdote, sino que la tuvo de Quien le dijo: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec.

Evangelio según San Marcos (8: 34- 9: 1)

En aquel tiempo, Jesús llamó a la gente, a la vez que a sus discípulos, y les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda  su vida por Mí y por el Evangelio, la salvará. Pues, ¿qué aprovecha al hombre si gana el mundo entero y pierde su vida? O, ¿qué recompensa dará el hombre por su vida? Porque quien se avergüence de Mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.» Les decía también: «En verdad les digo, que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios.»

Mensaje Pastoral

«Tome su cruz» y «sígame»

Nuestra Iglesia Ortodoxa dedicó el tercer domingo de la Cuaresma a la Postración ante la vivificadora Cruz. Los cantos del día son prolongación de los de la fiesta de la Exaltación de la santa Cruz (14 de septiembre), con la observación de que, en la presente ocasión, un énfasis especial se efectúa sobre la cruz personal de cada cristiano. Así que, mientras el 14 de septiembre la lectura evangélica es sobre la crucifixión de nuestro Señor, en el pasaje que leemos hoy, Jesús llamó a la gente, a la vez que a sus discípulos, y les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.»

«Tome su cruz» no tiene sentido sin el «sígame». Pues todos –cristianos o no, comprometidos o no, queramos o no– nos enfrentamos con cruces que son parte de la naturaleza de esta vida corrupta: cansancio, enfermedades, muertes, etc.; y la experiencia de perder a un ser querido es un ejemplo vivo de la cruz que todo hombre tiene en la vida. En este sentido la cruz es dolor y tristeza. Pero la cruz cristiana está acompañada con el imperativo «sígame»; ella ha de ser a la imagen y semejanza de la del Señor, lo que implica dos particularidades:

Primera, Cristo, exento de todo pecado y culpa, fue crucificado por nosotros; y el amor del cristiano, a Dios y al prójimo, le hace asumir la cruz no por obligación sino por convicción, no por realismo pasivo sino por iniciativa esperanzadora. Sin esta comprensión, el sacrificio, la humildad y la propia negación se hubieran vuelto unos conceptos irrazonables, pero el ejemplo de Jesús los muestra como actitudes necesarias y congruentes con la vida del que «quiere venir en pos de Mí».

Y la segunda particularidad es que la Cruz de Cristo y su Resurrección forman dos caras de la misma moneda (la portada del Evangelio litúrgico que se coloca sobre el altar en el templo ortodoxo tiene de cada lado uno de estos dos iconos). Cruz sin resurrección es muerte; dolor sin esperanza es blasfemia; arrepentimiento sin frutos es melancolía; ayuno sin sed de Dios es una mera dieta. La alegría, entonces, es un elemento básico en nuestra postración ante la preciosa Cruz: «Cantemos jubilosos y engrandezcamos con alabanzas la preciosa Cruz», dice un canto de los Maitines. En la lectura evangélica, la vocación del discípulo «tome su cruz y sígame» está acompañada con la alegría del objeto esperado: «En verdad les digo, que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios.»

El feligrés, cruzando el desierto de la Cuaresma lleno de tentaciones y dificultades, se cansa, se aburre y quizás pierde el sentido; entonces, los Padres de la Iglesia plantan en medio de los días cuaresmales la Cruz, el Madero vivificador, reafirmándonos en el camino de la lucha. Los peregrinos atraviesan un camino escabroso; al cansarse, se sientan abajo de un árbol frondoso para descansar y, fortalecidos, completar lo que les falta.

Abrasémosla con fe: «Ante tu Cruz, oh Señor, nos prosternamos; y tu santa Resurrección glorificamos.»

Nuestra  Fe y Tradición

La cruz en el Nuevo Testamento

Por Cristo, la cruz pasó de ser un instrumento de muerte vergonzosa a símbolo de la victoria de nuestro Señor sobre la muerte: la señal de nuestra Salvación. Para aquellos desorientados que nos acusan de honrar “el arma que mató al Maestro”, les aconsejamos que, con obediencia y lealtad, lean bien la fuente de nuestra fe, puesla Tradicióndela Iglesiaes un anciano sabio que renueva siempre su juventud alimentándose porla Verdadevangélica que es “ayer como hoy y para siempre.” (Heb. 13, 8).

Que lean a san Pablo cuando dice:

“¡Dios me libre gloriarme si no es enla Cruzde nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo!” (Gal. 6, 14)

“La predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; mas para los que se salven -para nosotros- es fuerza de Dios.” (1Cor. 1, 18).

“Nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles.” (1Cor. 1, 23).

El mismo Señor advierte: “El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí.” (Mt.10, 38).

Tengamos confianza en nuestra auténtica fe: nosotros, que veneramos la Cruz de Cristo debidamente, seguimos los pasos de san Pablo y de los Santos de Dios que son los verdaderos testigos del Señor, que sellaron su testimonio no con falsedades e histerias sino con su sangre, imitando al Maestro: el verdadero Dios.

Vida de Santos

 Los 40 Mártires de Sebaste Valerio, Claudio, Leoncio, Teófilo y Otros…

22 mar. (9 mar. según calendario religioso)

En el año 313 el emperador Constantino El Grande firmó la ley sobre la libertad de cultos. Su coregente el emperador Licinio también firmó esta ley, pero en las regiones bajo su dominio se seguía la persecución a los cristianos. Cerca del año 320, en la ciudad de Sebaste, en Armenia, estaban estacionadas las tropas romanas. En el ejército había 40 guerreros cristianos, nativos de Capadocia (actualmente Turquía). El general romano Agrícola los obligaba a hacer ofrendas a los ídolos, pero los guerreros se negaron.

Entonces encarcelaron a los guerreros y los llevaron atados al lago cerca de la ciudad de Sebaste. Era invierno, atardecía. Desnudaron a los guerreros y los ubicaron sobre el hielo, que cubría el lago. El frío inmovilizó las articulaciones de los santos mártires y ellos empezaron a helarse. Para ellos esta tortura fue especialmente penosa porque sobre la orilla del lago pusieron una casilla caldeada. Quien quería salvar su vida tenía que decir al carcelero que él abjuraba al Cristo y entonces él podría entrar a la casilla y calentarse. Durante toda la noche los guerreros soportaron con coraje el frío intenso, alentándose unos a otros y cantando los himnos sagrados a Dios.

Cuando amaneció uno de los guerreros no soportó la tortura. Él salió del lago y se apuró a llegar a la casilla. Pero ni bien él sintió el aire caliente, cayó muerto. Al rato el carcelero Aglayo vio como sobre los mártires que quedaron sobre el lago empezó a brillar una luz sobrenatural. Aglayo fue tan conmovido con este milagro, que dijo que era cristiano y sacándose la ropa se puso al lado de los 39 mártires. Los torturadores, que llegaron poco tiempo después, vieron que los guerreros cristianos no se helaron, parecía que se habían calentado. Entonces los torturadores les rompieron las piernas con el martillo y los echaron al fuego. Los huesos carbonizados tiraron al río.

Tres días después, el obispo de Sebaste, en una visión vio a los mártires, quienes le contaron sobre su hazaña. El obispo Pedro juntó sus huesos y los sepultó solemnemente.

Los nombres de los mártires son: Kiurión, Cándido, Domno, Valente, Claudio, Prisco, Próspero, Juan, Aggay, Flavio, Acaeto, Eudecio, Alejandro, Domiciano, Leoncio, Atanasio, Cirilo, Nicolás, Melitón, Aglayo Valerio, Teófilo y otros.

Sentencias de los padres del Desierto

  • abad Pastor contaba que el presbítero Isidoro de Scitia dijo un día a la asamblea de los hermanos: «Hermanos, ¿no hemos venido aquí para trabajar? Y ahora veo que aquí no hay trabajo. Por tanto, cojo mi tienda y voy a donde haya trabajo. Así encontraré la paz».
  • Decía el abad Hiperequio: «Que broten siempre de tu boca himnos espirituales y que lameditación asidua alivie el peso de las tentaciones que te vengan. Un ejemplo claro de esto es el caminante cargado con un pesado equipaje: cantando, olvida el cansancio del camino».
  •  Dijo también: «Conviene que nos armemos contra las tentaciones, porque vienen de muchas clases. Así, cuando vengan demostraremos que estamos preparados para la lucha».

NOTICIA

Recepción a Su Eminencia en Caracas

El Jueves 15 de marzo arribó al areopuerto de Caracas Su Eminencia Monseñor Antonio Chedraoui, arzobispo de nuestra Arquidiócesis en una visita pastoral durante 20 días a Venezuela y las Islas del Caribe … (Más)

Nuevo curso de S.O.F.I.A.

A partir del próximo jueves 15 de marzo comenzamos un nuevo curso en S.O.F.I.A. (Seminario Ortodoxo de Formación para IberoAmérica).

En este caso queremos profundizar la lectura de la vida y la obra de los Santos Padres que lucharon por la Iglesia desde la muerte del último Apóstol hasta la convocatoria al primer Concilio Ecuménico en la ciudad de Nicea 325.

Te invitamos a que juntos podamos leer la obra que nos han heredado, que podamos analizar los tiempos que les tocaron vivir (tiempos de persecuciones y de mártires), los distintos problemas a los que tuvieron que enfrentarse, el primer surgimiento de herejías en el seno de la comunidad cristiana y muchos otros temas más.

Para inscribirte envía un email a arzobispado@acoantioquena.com . El jueves 15 de marzo a las 20:30 hs (Argentina y Chile), 19:00 hs (Venezuela) y 17:30 hs (México y Honduras) estaremos dando inicio a un nuevo curso.

Boletín del 11/03/2012

2° Domingo de la Cuaresma

Memoria de San  Gregorio Palamás

¡Alégrate, oh orgullo de los Padres, boca de los teólogos,
morada de paz interior, casa de sabiduría,
cumbre de los maestros y profundidad de la palabra!
¡Alégrate, instrumento de obra, cima de contemplación,
y sanador de las enfermedades! ¡Alégrate, oh padre Gregorio,
que has sido arca del Espíritu en tu vida y después de la muerte!
                                                                                                      Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario  de la Resurrección

Tono 6

audioLos poderes celestiales aparecieron sobre tu sepulcro;
y los guardias quedaron como muertos;
María se plantó en el sepulcro buscando Tu Cuerpo Purísimo;
sometiste al hades sin ser tentado por él;
y encontraste a la Virgen otorgándole la vida.
¡Oh Resucitado de entre los muertos, Señor, gloria a Ti!

Tropario de San Gregorio Palamás

Tono 8

¡Oh Astro de la Ortodoxia, firmeza de la Iglesia y maestro;
hermosura de los ascetas, irrefutable campeón de los teólogos,
Gregorio el milagroso, orgullo de Tesalónica y predicador de la Gracia:
intercede por la salvación de nuestras almas!

Condaquio de la Gran  Cuaresma

 Tono 8

audioA ti, María, te cantamos como victoriosa;
tu pueblo ofrece alabanzas de agradecimiento,
pues de los apuros, Theotokos, nos has salvado.
Tú, que tienes invencible y excelsa fuerza,
de los múltiples peligros libéranos.
Para que exclamemos a ti: ¡Alégrate oh Novia y Virgen!

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Hebreos (1:10 – 2:3)

Hermanos: Las Santas Escrituras dicen del Hijo: Tú, oh Señor, en el principio pusiste los cimientos de la tierra, y obras de tu mano son los cielos. Ellos perecerán, más Tú permaneces; todos como un vestido envejecerán; como un manto los enrollarás y serán cambiados. Pero Tú eres el mismo y tus años no tendrán fin. Y ¿a cuál de los ángeles dijo alguna vez: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies? Es que, ¿no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?

Por tanto, es preciso que prestemos mayor atención a lo que hemos oído, para que no nos extraviemos. Pues si la palabra promulgada por medio de los ángeles obtuvo tal firmeza, y  toda trasgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos tan gran salvación? La cual comenzó a ser anunciada por el Señor, y nos fue luego confirmada por quienes la oyeron.

Evangelio según San Marcos ( 2: 1-12)

En aquel tiempo, Jesús entró de nuevo en Cafarnaúm; al poco tiempo, había corrido la voz de que estaba en casa. Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y Él les anunciaba la Palabra. Y le vinieron a traer a un paralítico llevado entre cuatro. Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde Él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados.» Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: «¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?» Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dijo: «¿Por qué piensan así en sus corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate, toma tu camilla y anda”? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados –dice al paralítico-: “A ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.» Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que todos quedaban asombrados, y glorificaban a Dios diciendo: «Jamás vimos cosa parecida.»

Mensaje Pastoral

¿Razón o corazón?

 San Gregorio Palamás, un monje del Monte Athos y luego arzobispo de Tesalónica (Siglo XIV), se encargó de refutar el filosofismo de Barlaam, un italiano de origen griego cautivado por la filosofía griega. Así se enfrentó la espiritualidad ortodoxa con el racionalismo occidental:

•             Barlaam exageró en venerar a los filósofos al grado de considerarlos iguales a los apóstoles; identificaba o, más bien, confundía la sabiduría divina con la mundana; para él, ambas, tienen el mismo objeto, esto es, encontrar la verdad que, mientras a los apóstoles fue otorgada por revelación, a nosotros nos ha sido dada por el estudio y la investigación (según Barlaam). San Gregorio Palamás rechazó rotundamente esta identificación entre las dos sabidurías apoyándose en las palabras de san Pablo: «Como el mundo mediante su propia sabiduría no conoció a Dios en su divina Sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación» (1 Cor 1:21). Mientras el rango de la filosofía es conocer la creación, el de la fe es el conocimiento de Dios que «se nos ha revelado».

•             El hombre, según Barlaam, es materia (cuerpo) y espíritu, que son elementos independientes pegados frágilmente; un día serán separados de modo definitivo, y antes de que este enlace sea disuelto, es imposible conocer a Dios. En cambio, Palamás enfatizaba que el ser humano es una unión absoluta de cuerpo y alma, y Dios se ha revelado a esta unión. La Esencia de Dios es incomprensible a los hombres, sea en esta vida o en la venidera, aunque sí es alcanzable a nuestro ser, y desde la vida presente, el conocimiento de Dios por la Gracia divina y no Creada; «para que os hicierais partícipes de la naturaleza divina» (1Pe 1:4).

•             Barlaam decía: La iluminación que se llevó a cabo en el monte Tabor (durante la Transfiguración del Salvador) y todas las demás iluminaciones efectuadas en este mundo y perceptibles a nuestros sentidos, son luces creadas o ilusión, mientras que el conocimiento supera los sentidos. Palamás le contestó: la divina Luz es eterna y no creada, y nosotros los hombres, tal como somos en nuestra limitación, hemos sido dignos, por la infinita misericordia de Dios, de participar de esta Luz.

•             La oración, según Barlaam, es una práctica ajena al cuerpo y pertenece únicamente al alma; así que la óptima oración es efectuada cuando la mente abandona el cuerpo. En cambio, la visión cristiana (la de Palamás) defiende el cuerpo como morada de la divina Luz: «¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?» (1Cor 7:19). Lo que el cristiano busca no es librarse del cuerpo sino de «las obras de la carne»  (Gal 5:19).

Los escritos de Palamás fueron fruto de todo lo que había vivido y experimentado; en cambio, la ideología de Barlaam fue resultado de un estudio racional, cuyo rango seguramente no es lo divino. La Iglesia conserva la memoria de san Gregorio Palamás en el segundo domingo de la Cuaresma, enfatizando que la vida virtuosa, la oración sencilla, la humilde postración y la purificación de los sentidos forman la puerta que abrimos para que la Gracia de Dios ilumine nuestra noche racional.

Nuestra fe y Tradición

Utilidad de la Cuerda de Oración (Komboskini o Chotki)

La razón principal para la cual se utiliza el Komboskini, es para ayudarnos en nuestras oraciones a Dios. Las mejores horas para la oración, son en la noche antes de dormirnos o temprano en las mañanas antes de salir a trabajar alguien podría decir que aún sin el Komboskini podemos elevar nuestras oraciones y es cierto. Pero muchas veces, tenemos tantas preocupaciones y problemas, que hasta olvidamos darnos tiempo para la oración. Es entonces cuando el Komboskini de muñeca o de bolsillo nos pueden ayudar, mientras caminamos, vamos en bus o metro, esperamos que nos atiendan o en los momentos de oración en nuestra casa. Llevando la cuerda de oración en su mano, el monje recuerda su tarea principal continuamente: orar incesantemente, algo que el Apóstol Pablo no sólo requirió de los monjes, sino de todo cristiano en general (ITes. 5:17). Esto explica porqué a un monje recientemente tonsurado, se le confía inmediatamente por el abad el cordón de oración con las siguientes palabras: “Acepta, hermano ……, la espada espiritual que es la palabra de Dios en el Jesús eterno, ora por que debes tener el nombre del Señor en tu alma, tus pensamientos, y tu corazón, y di siempre: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, que soy pecador.”  Todos aquéllos que buscan su salvación están invitados a este recuerdo incesante del nombre salvador de Jesús, tanto las personas comunes, como los monjes o monjas.

Vida de Santos

San Gregorio Palamás  (1296-1359)

Creció en una familia cristiana piadosa, en un ambiente culto donde estudió la Retórica, pero desde pequeño anhelaba la vida monástica, así que, al llegar a la edad de 20 años, se marchó con su hermano hacia el monte Athos donde se dedicó a buscar la divina sabiduría con devoción, humildad y austeridad. Su nombre sobresalió entre los monjes, por tanto, unos años más, fue elegido abad  de un monasterio en Athos. Extrañando la vida de la soledad, no pudo quedarse en su posición más que un año, así que regresó a su ermita.

Desde su celda el monje Gregorio se enfrentó con una persona, llamada Barlaam, griego-italiano culto que estaba enamorado de la filosofía antigua griega, a tal grado que elevaba a los filósofos a la postura de los apóstoles en el conocimiento de Dios. Afectado por el dualismo de la filosofía griega, Barlaam despreció el cuerpo como obstáculo para el alma. San Gregorio le contestó con la experiencia de la Iglesia “vuestros cuerpos son santuarios del Espíritu Santo”, lo que piden los cristianos no es liberarse del cuerpo, sino de los deseos y pasiones carnales.

Gregorio y Barlaam intercambiaron escritos ofensivos durante tres años, hasta que se reunió el concilio (1341) en Constantinopla, donde se confirmó la recta fe de Gregorio y se condenó la enseñanza de Barlaam.

Gregorio fue elegido metropolita de Tesalónica donde permaneció 12 años durante los que predicó con la palabra de Dios, educó las almas y conservó la recta fe, ni siquiera su enfermedad que concluiría con su muerte, sería un obstáculo serio en su ardua labor. En el transcurso de los últimos días de su vida, exclamaba con frecuencia, “lo celestial es para los celestiales” como si estuviera viendo abiertos los cielos. Su muerte era el bienaventurado final de una vida milagrosa en este mundo, e inicio de una eterna, cerca del divino trono.

Su lucha por la ortodoxia era conocida para todos sus contemporáneos, así como su santidad,  sus milagros durante la vida y después de muerte. Todo esto provocó el unánime reconocimiento del pueblo a su santidad la cual fue anunciada no más de 10 años después de su muerte, y determinándose el día de su recuerdo en el segundo domingo de la Cuaresma.

Oración, unión con Dios

  • Saber decir algo sobre Dios no significa haberse encontrado con Él.  (Gregorio Palamás)
  • Dios es el bien en sí, la misericordia misma, un abismo de bondad y, al mismo tiempo, él abraza ese abismo y excede todo nombre y todo concepto posible. No hay otro medio para obtener su misericordia que la unión. Uno se une a Dios compartiendo, en la medida de lo posible, las mismas virtudes, por ese comercio de súplica y de unión que se establece en la oración.  (Gregorio Palamás)
  • «Desde la mañana siembra tu semilla» -la oración- y «por la tarde que tu mano no se detenga» para no interrumpir su continuidad arriesgándote a faltar a la hora de la satisfacción «pues tú no sabes cuál de las dos te traerá la prosperidad» (Ecl 11, 6).

NOTICIAS

Visita pastoral de S. E. a Venezuela y al Caribe

arzobispo2Su Emiencia Arzobispo Antonio, Metropolita de nuestra Arquidiócesis, estará en visita pastoral a Venezuela y el Caribe, del 15 de marzo al 2 de abril, acompañado por Se Exelencia Monseñor Ignacio Samaán, Obispo Auxiliar. Lo comunicamos a nuestra feligresía en las parroquias concernientes para que estén al tanto, para darle la merecida bienvenida como nuestro Padre y Pastor, rezar juntos, y recibir de él las palabras y los consejos sabios que nos acompañen en nuestra labor eclesiástica, familiar y personal. ¡Bienvenido Sayedna!

 

Nuevo curso de S.O.F.I.A.

A partir del próximo jueves 15 de marzo comenzamos un nuevo curso en S.O.F.I.A. (Seminario Ortodoxo de Formación para IberoAmérica) … (más)

Boletín del 04/03/2012

Domingo de la Ortodoxia

La Restauración de los Santos Iconos

Ahora las lanzas de la herejía adversaria han sido aniquiladas
y su memoria, desaparecida como el eco;
pues contemplando tu templo, oh Purísima,
adornado con esplendor por los venerables iconos,
todos nos llenamos de júbilo.
                                                                                                           Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 5

Al coeterno Verbo, con el Padre y el Espíritu,
Al Nacido de la Virgen para nuestra salvación,
alabemos, oh fieles, y prosternémonos.
Porque se complació en ser elevado en el cuerpo sobre la Cruz
y soportar la muerte, y levantar a los muertos por su Resurrección gloriosa.

Tropario Domingo de la Ortodoxia

Tono 2

Nos prosternamos ante Tu Purísima Imagen, oh Bondadoso,
suplicándote el perdón de nuestras faltas, oh Cristo Dios.
Porque, por tu propia voluntad, aceptaste ser elevado en el cuerpo sobre la Cruz
para salvar de la esclavitud del adversario a los que Tú creaste.
Por lo tanto, agradecidos, exclamamos:
“Has llenado todo de alegría, oh Salvador, al venir para salvar al mundo.”

Condaquio de Cuaresma

 Tono 8

A ti, María, te cantamos como victoriosa;
tu pueblo ofrece alabanzas de agradecimiento,
pues de los apuros, Theotokos, nos has salvado.
Tú, que tienes invencible y excelsa fuerza,
de los múltiples peligros libéranos.
Para que exclamemos a ti: ¡Alégrate oh Novia, sin novio!

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Hebreos (11: 24-26, 32-40)

Hermanos: Por la fe, Moisés, ya adulto, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar el efímero goce del pecado, estimando como riqueza mayor que los tesoros de Egipto el oprobio de Cristo, porque tenía los ojos puestos en la recompensa.

Y, ¿a qué continuar? Pues me faltaría el tiempo si hubiera de hablar sobre Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas. Estos, por la fe, sometieron reinos, hicieron justicia, alcanzaron las promesas, cerraron la boca a los leones; apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, sacaron fuerzas de la debilidad, se hicieron valientes en la guerra, rechazaron ejércitos extranjeros; las mujeres recobraron resucitados a sus muertos. Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor; otros soportaron burlas y azotes, y hasta cadenas y prisiones; apedreados, torturados, aserrados, muertos a espada; anduvieron errantes cubiertos de pieles de ovejas y de cabras; faltos de todo; oprimidos y maltratados, ¡hombres de los que no era digno el mundo!, errantes por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas de la tierra. Y todos ellos, aunque alabados por su fe, no consiguieron la promesa. Dios tenía ya dispuesto algo mejor para nosotros, de modo que no llegaran ellos sin nosotros a la perfección.

Evangelio según San Juan (1: 43-51)

En aquel tiempo, Jesús determinó encaminarse a Galilea, y en el camino encontró a Felipe y le dijo: «Sígueme.» Era Felipe de Betsaida, patria de Andrés y de Pedro. Felipe halló a Natanael, y le dijo: «Hemos encontrado a Aquél de quien escribió Moisés en la Ley y anunciaron los profetas: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.» Le respondió Natanael: «¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno?» Le dijo Felipe: «Ven y verás.» Vio Jesús venir hacia sí a Natanael, y dijo de él: «He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño.» Le dijo Natanael: «¿De dónde me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Al oír esto Natanael, le dijo: « Rabbí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel.» Le replicó Jesús: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás.» Y le añadió: «En verdad, en verdad les digo: verán abierto el cielo, y a los ángeles de Dios subir y bajar sirviendo al Hijo del hombre.»

Mensaje Pastoral 

La visión de Dios

En la lectura evangélica de hoy Felipe le dice a Natanael: «Hemos encontrado a Aquél de quien escribió Moisés en la Ley y anunciaron los profetas: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.»

El primer domingo de la Cuaresma, llamado el domingo de la Ortodoxia, recordamos el triunfo de la recta fe cuando, en el año 843, la emperatriz Teodora salió acompañada por el clero devoto y el pueblo piadoso en una procesión, levantando de nuevo los iconos después de una guerra tensa cuyo objeto incumplido era destruir todos los iconos y prohibir su uso en la devoción cristiana.

Aunque los iconoclastas eran apoyados por emperadores, no obstante, los fieles –monjes y casados, clero y pueblo– conservaron la veneración de los iconos como un tesoro precioso y los defendieron: algunos con palabras y refutaciones, y otros con  sangre y martirio.

¿Qué relación une el pasaje evangélico de hoy (el llamado a Natanael) con el recuerdo de la Restauración de los santos Iconos que hoy celebramos?

Si observamos el tema de la discusión entre los dos discípulos («Hemos encontrado a Cristo») y la frecuencia con la que aparece el verbo «ver» y sus sinónimos en el texto (siete veces), entendemos cómo la Iglesia relaciona la lectura de hoy con los iconos: ¡es un pasaje que santifica la visión!

La visión de Dios era siempre el deseo fervoroso del hombre del Antiguo Testamento, aunque este anhelo no se le cumplía aún. Las revelaciones divinas más claras en el Antiguo Testamento han sido otorgadas a Moisés y a Elías. Cuando Moisés pidió ver la divina gloria, Dios le dijo: «Al pasar mi gloria, te pondré en una hendidura de la peña y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado […] pero mi Rostro no se puede ver.» (Ex 33:21-23). Elías, por su parte, nada más escuchó su voz «en el susurro de una brisa suave», y «cubrió su rostro con el manto» (1Re 19:12-13). Es así como Dios comenzó a revelarse, cada vez más, hasta llegar la plenitud de los tiempos.

En el Antiguo Testamento, Dios no fue visto sino que se reveló al hombre por medio de sus acciones, intervenciones y orientaciones en la historia de la Salvación. Y con la prohibición del Decálogo: «No te harás escultura ni imagen alguna, ni de lo que hay arriba en los cielos ni de lo que hay abajo en la tierra […] No te postrarás ante ellas ni les darás culto» (Ex 20:4-5), procuraba impedir que el hombre se hiciera víctima de la idolatría al querer hacer la representación de lo que no había visto ni conocido. Pero con la Encarnación del Hijo, Dios se  nos  ha  revelado  en cuerpo; lo hemos visto, «lo hemos encontrado», como lo dijo Felipe a Natanael; entonces, conforme a las palabras de san Juan Damasceno: «Esta prohibición no pertenece a la Iglesia del Nuevo Testamento ya que Dios ha aceptado la naturaleza humana y ha vivido en la tierra como hombre […] Ya que el Invisible se hizo visible por su encarnación, pueden pintar a quien se ha contemplado: pueden pintar a mi Salvador, su Nacimiento, Pasión, Crucifixión, Resurrección.»

El icono es un instrumento que nos enlaza con Dios, a Quien solemos olvidar durante la mayor parte del día. El icono nos coloca en la Presencia de Él y nos recuerda su llamado: «Estoy a la puerta y llamo» (Ap 3:20). Entonces, ¡cómo no venerarlo y exaltar su lugar en nuestra vida!

¡Ante Ti, oh santo Icono del Padre, Jesucristo, nos postramos en adoración!, pues «al Señor, tu Dios, adorarás y a Él solo servirás.»

Nuestra fe y Tradición

La veneración de los santos iconos

La veneración de los santos iconos ocupa un lugar importante en la piedad ortodoxa. Los iconos representan a Nuestro Señor Jesucristo, la Santísima Virgen, los ángeles y los santos, mas la Cruz y el Evangelio reciben la misma veneración. Las iglesias ortodoxas están cubiertas, en el interior, con murales y muy ornamentadas con iconos, colocados en el iconostasio (la partición que separa el santuario de la nave) y sobre los muros. Dichas pinturas están usualmente pintadas en paneles de madera o en cualquier otra superficie plana. Estatuas y escultura en general, en contraste con la costumbre de la iglesias occidentales, son raras en los templos ortodoxos.

Desde el punto de vista canónico, el culto de los iconos está basado en la definición del Séptimo Concilio Ecuménico, que tiene fuerza de ley para la Iglesia. Tiene su base, asimismo, en la psicología religiosa, una base tan profunda que el icono parece indispensable a la piedad ortodoxa. En la “edad dorada” de la Ortodoxia  –tanto en Bizancio como en Rusia- los iconos llenaban las iglesias; estaban puestos en todas partes, en la casas, en las calles, en las plazas, en los edificios públicos. Una vivienda sin iconos a menudo parece a un ortodoxo como vacía. De viaje, cuando visita lugares desconocidos, el ortodoxo a veces lleva un icono, ante el cual dice sus oraciones. También lleva puesta sobre su cuello la pequeña cruz que recibió en el bautismo.

El icono ofrece la sensación real de la presencia de Dios.

Vida de Santos

San Gerásimo, Abad

4 de marzo

San Gerásimo nació en Licia de Asia Menor, donde abrazó la vida eremítica. Después pasó a Palestina y, durante algún tiempo cayó en los errores eutiquianos, pero San Eutimio le devolvió a la verdadera fe. Más tarde, parece que estuvo en varias comunidades de la Tebaida y finalmente, retornó a Palestina, donde se hizo íntimo amigo de San Juan el Silencioso, de San Sabas, de San Teoctisto y de San Atanasio de Jerusalén. Tan numerosos fueron sus discípulos, que el santo fundó una “laura” de sesenta celdas, cerca del Jordán y un convento para los principiantes. Sus monjes guardaban silencio casi completo, dormían en lechos de juncos y jamás encendían fuego dentro de las celdas, a pesar de que las puertas tenían que estar siempre abiertas. Se alimentaban ordinariamente de pan, dátiles y agua y dividían el tiempo entre la oración y el trabajo manual. A cada monje se asignaba un trabajo determinado, que debía estar listo el sábado siguiente. Aunque la regla ya era de suyo severa, San Gerásimo la hacía todavía más rigurosa para sí y nunca cesó de hacer penitencia por su caída en la herejía eutiquiana. Según se cuenta, durante la cuaresma, su único alimento era la Sagrada Eucaristía. San Eutimio le profesaba tal estima, que le enviaba, por medio de los discípulos, a aquellos de sus seguidores a quienes consideraba llamados a la más alta perfección. La fama de San Gerásimo sólo cedía a la de San Sabas. El año 451, durante el Concilio de Calcedonia, su nombre sonó en todo el oriente. La “laura” que él había fundado florecía todavía un siglo después de su muerte.

Felicitamos: al Rev. Archimandrita Gerásimo Hazim, parroco de la Iglesia de San Jorge en Valencia, Venezuela, por su onomástico, deseándole muchos años de salud, alegría, paz y un servicio bendito y agradable a los ojos del Señor.

Nuestro propio ayuno según los Santos Padres

Abba Juan Colobos decía: “Si un rey quisiera apoderarse de una  ciudad de sus enemigos, comenzaría por cortar, el agua y los víveres y, de este modo, los enemigos, muertos de hambre, se le someterían. Lo mismo ocurre con las pasiones de la carne; si un hombre vive en el ayuno y el hambre, los enemigos de su alma se debilitan”.

Un día, Silvano y su discípulo Zacarías fueron a visitar un monasterio. Al despedirse, se les hizo comer un poco. Una vez que estuvieron en marcha, el discípulo halló agua en el camino y quiso beber: El Anciano le dijo: “Zacarías, hoy es día de ayuno”. Este preguntó: “Pero, ¿no hemos comido, padre?” Y el Anciano respondió: “Lo que comimos provenía de la caridad; pero nosotros, hijo mío, guardamos nuestro propio ayuno.”

Boletín del 26/02/2012

Domingo del perdón

“Ay de mí, yo miserable, que transgredí tu mandamiento, oh Señor;
pues, fui despojado de tu gloria,
marcado por la vergüenza y exiliado de la felicidad del Paraíso.
Ten piedad de mí, quien justamente fui privado de tu bondad, oh Misericordioso.”
                                                                  Exapostelario
 

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 4

Las discípulas del Señor aprendieron del Ángel
el alegre anuncio de la Resurrección,
y la sentencia ancestral rechazaron y
se dirigieron con orgullo a los apóstoles diciendo:
¡Fue aprisionada la muerte, Resucitó Cristo Dios y
concedió al mundo la gran misericordia!

Condaquio del Domingo de la abstinencia del queso

 Tono 6

¡Oh Guía hacia la sabiduría, Dador de la inteligencia,
Instructor de los ignorantes y Protector de los pobres!,
fortalece, oh Señor, mi corazón y dale comprensión,
y concédeme la palabra, oh Palabra del Padre.
Pues heme aquí y mis labios no vacilan en exclamarte:
“Oh Misericordioso, ten piedad de mí, el caído.”

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (13:11 – 14:4)

Hermanos: La salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada. El día se avecina. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz. Como en pleno día, procedamos con decoro; nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos; nada de rivalidades y envidias. Revístanse más bien del Señor Jesucristo y no se interesen en la carne para satisfacer su concupiscencia.

Acojan bien al que es débil en la fe, sin discutir opiniones. Uno cree poder comer de todo, mientras el débil no come más que verduras. El que come, no desprecie al que no come; y el que no come, tampoco juzgue al que come, pues Dios le ha acogido. ¿Quién eres tú para juzgar al criado ajeno? Que se mantenga en pie o caiga sólo interesa a su amo; pero quedará en pie, pues poderoso es el Señor para sostenerlo.

Evangelio según San Mateo (6: 14-21)

Dijo el Señor: «Si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, les perdonará también a ustedes su Padre celestial; pero si no perdonan a los hombres sus ofensas, tampoco su Padre perdonará las de ustedes.

Cuando ayunen, no pongan cara triste como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad les digo, que ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.

No acumulen tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Acumulen más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde está tu tesoro, ahí está también tu corazón.»

Mensaje Pastoral

Mañana ayunamos

La Iglesia nos ha preparado en los tres domingos anteriores para la Cuaresma, exponiéndonos la humildad del publicano, la penitencia del hijo pródigo y el recuerdo del Día Final. En este último domingo antes de la Cuaresma que mañana iniciará, la lectura evangélica –tomada del Sermón de la Montaña– nos plantea tres bases indispensables del ayuno que garantizan mantenerlo firme:

El perdón. Después de enseñar a las multitudes como orar «Padrenuestro», el Señor enfatiza la condición «como nosotros perdonamos a nuestros deudores»: «si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, les perdonará también a ustedes su Padre celestial». La Iglesia, contemplando en el perdón la visa hacia cualquier labor espiritual, lo plantea en este día que anuncia la Cuaresma como actitud vital: «Si al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda» (Mt 5:23). La expresión «¡Perdóname, hermano!» es la clave de la Cuaresma, y la respuesta amorosa «¡Dios es quien perdona!» es la cifra de la paz interior. En una charla de san Casiano con un monje, le decía éste: «Padre, tengo cuarenta años que el sol no me ha visto comer.» Le contestó el santo: «Yo tengo los mismos cuarenta sin que el sol me haya visto enfurecerme.»

Una actitud radiante. Si bien el ayuno en sí lleva cierto sentido de arrepentimiento y tristeza por un estado pecaminoso, los Padre de la Iglesia lo identifican con una «tristeza resplandeciente». Todo el que ha participado sinceramente en la experiencia de la Cuaresma conoce el júbilo específico que brilla en el alma durante estos días. Y la apariencia exterior debería reflejar esta naturaleza primaveral de la Cuaresma: «Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro», como dice la lectura evangélica. Un aspecto miserable y descuidado llamaría la atención de la muchedumbre que reconocería el esfuerzo humano y lo alabaría; pero un ayuno verdadero es el ejercicio espiritual que atrae la luz a la vida de uno, y la luz se refleja en todo el ser, alma y cuerpo; esto es lo que Dios, «que ve en lo secreto», observa y recompensa con Gracia abundante.

La caridad. La práctica primitiva del ayuno en el Cristianismo tuvo un sentido comunitario predominante. Un testimonio del Siglo IV señala que en Roma no había ni un solo pobre, ya cristiano ya pagano, porque «los cristianos ayunaban y daban de sus ahorros a los menesterosos». Entonces el ayuno abre nuestra mente a un negocio nuevo y próspero: «Acumulen tesoros en los cielos». Cuando ayudas a tu prójimo, dice san Juan Crisóstomo, resulta que le debes el favor porque te ha permitido acumular «tesoros en los cielos». Entonces, parte esencial de la Cuaresma consiste en voltear la mirada a los «hermanos más pequeños del Señor» (Mt 25:40).

Con el perdón accedemos, con la caridad acumulamos, y con la luz irradiamos el tesoro adquirido: «¡Donde está tu tesoro, ahí está también tu corazón!»

Nuestra fe y Tradición

Alimentos de la vigilia

Unos fieles preguntaron al anciano: “¿Padre, cuáles alimentos se nos permite comer en la Cuaresma, y cuáles no?”.

 Él comprendió que su preocupación se apegaba al “menú” cuaresmal y descuidaba el espíritu del ayuno que supera meros alimentos de vigilia. Les contestó así:

la Iglesia recomienda, en esta temporada, tres tipos de alimento que Jesús ha mencionado en su Evangelio. En realidad son alimentos adecuados para cualquier tiempo, pero en la cuaresma, con mucha más concentración:

1- Dijo el Señor: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4:4). Eso es el primer alimento. Sabemos que “toda palabra que sale de la boca de Dios” ha sido escrita en la Biblia. Y por ello nos dedicamos a estudiar la santa Escritura con anhelo y asiduidad.

2- Dijo el Señor: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra” (Jn 4:34). El mismo Jesús se ha alimentado de “hacer la voluntad de Dios Padre”, y a nosotros que llevamos su nombre, nos ha enseñado a gustar lo mismo, cada vez que clamemos desde el fondo del corazón: “hágase tu voluntad así la tierra como en el cielo”. Este alimento consiste en llevar a cabo lo que hemos leído en la Biblia.

3- Dijo el Señor: “mi Carne es verdadera comida, y mi Sangre es verdadera bebida, el que come mi Carne y bebe mi Sangre permanece en Mí y Yo en él.” (Jn 6:55). El tercer tipo de alimento lo buscamos cuando nos reunimos como una familia para comulgar a Aquél, a Quien hemos conocido en la santas Escrituras, y hemos luchado para obrar cuya Voluntad.”

Sobre el ayuno

San Isaac el Sirio
  • El hambre es una óptima manera para instruir los sentidos.
  • En un estómago lleno de comida no habrá lugar para conocer los misterios de Dios.
  • Apenas el hombre inicia el ayuno, la mente anhela convivir con Dios.
  • Se dice de los mártires que, cuando eran enterados del día de su martirio, en la noche anterior a éste, no probaban nada; más bien, se mantenían de pie desde el atardecer hasta el amanecer observando la vigilia con oración, y dando gracias a Dios con espirituales alabanzas y dulces cánticos, alegres y excitados, con el ansia de recibir este momento, tal como anhela el novio la cámara nupcial.  Pues con abstinencia, ellos anhelan el filo de la espada que realizará su coronación con el martirio. También nosotros, hermanos, debemos vigilar atentos, buscando el martirio oculto: eso es la corona de la pureza.

Conferencia internacional en Balamand

Exégesis y Teología en las Escuelas antioquenas de Antioquía, Edesa y Nisibis

22-25 de Febrero de 2012

Durante los siglos IV y V se fundaron escuelas importantes por grandes Padres y Maestros de la Iglesia en el seno del Patriarcado de Antioquía. Sin embargo, estudios recientes han reducido el patrimonio educativo a la ciudad de Antioquía y sus dependencias, sin darle mayor importancias a las otras escuelas que aparecieron en otras regiones del Patriarcado d Antioquía.  Además, estos estudios trataron solamente los escritos griegos de esta escuela, sin mostrar mayor importancia a la herencia exegética siriaca. No sólo eso sino que estos estudios se concentraron también en el rol de aquellos maestros cuyos escritos fueron condenados por el quinto Concilio Ecuménico, mostrando menor interés por las figuras pioneras de estas escuelas, tales como san Efrén el Sirio y san Juan Crisóstomo. Esta conferencia apunta hacia una perspectiva más amplia para la teología de las escuelas antioquenas y sus métodos exegéticos, subrayando la importancia de la metodología exegética y la teología de Efrén y Crisóstomo.

La conferencia está organizada por el Instituto de Teología San Juan Damasceno. Los idiomas oficiales de comunicación son el árabe y el inglés (con traducción simultánea).

Fuente: http://www.pase-cursos.net/web/

Boletín del 19/02/2012

Domingo de la abstinencia de la carne

memoria del Juicio Final

Al acordarme del terrible día del juicio y de tu inefable gloria,
tiemblo enteramente, oh Señor, y con temor te exclamo:
“Oh Cristo Dios, cuando vengas a la Tierra con gloria
a juzgar todo el universo,
libérame a mí, miserable, de todo castigo,
y hazme digno de estar a tu diestra, oh Maestro.
                                                                                                                           Exapostelario      

 Himnos de la liturgia

Tropario de la resurrección

Tono 3

audioQue se alegren los celestiales, y que se regocijen los terrenales;
Porque el Señor desplegó la fuerza de su brazo,
pisoteando la muerte con su muerte.
y Siendo el primogénito de entre los muertos,
nos salvó de las entrañas del Hades y concedió al mundo la gran misericordia. 

Condaquio del Domingo de la abstinencia de la carne

Tono 1

Cuando vengas con gloria a la Tierra, oh Dios,
temblará toda la creación: el río de fuego fluirá  ante el Estrado,
los libros serán abiertos y lo secreto revelado.
Entonces, libérame del fuego inextinguible
y hazme digno de estar a tu Diestra, oh justo Juez.

Lecturas Bíblicas

Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios  (8:8 – 9:2)                             

Hermanos: No es la comida lo que nos acercará a Dios: ni somos menos porque no comamos, ni somos más porque comamos. Pero tengan cuidado que esa su libertad no sirva de tropiezo a los débiles. En efecto, si alguien te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un templo de ídolos, ¿no se creerá autorizado por su conciencia, que es débil, a comer de lo sacrificado a los ídolos? Y por tu conocimiento se pierde el hermano débil, por quien Cristo murió. Y pecando así contra los hermanos, hiriendo su conciencia, que es débil, pecan contra Cristo. Por tanto, si un alimento causa tropiezo a mi hermano, nunca comeré carne para no escandalizar a mi hermano.

¿No soy yo libre? ¿No soy yo apóstol? ¿Acaso no he visto yo a Jesús, Señor nuestro? ¿No son ustedes mi obra en el Señor? Si para otros no soy yo apóstol, para ustedes sí que lo soy; pues, ¡el sello de mi apostolado son ustedes en el Señor!

Evangelio según San Mateo (25: 31-46)

Dijo el Señor: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de Él todas las naciones, y Él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá a los de su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, hereden el Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me acogieron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo y me visitaron; en la cárcel, y vinieron a verme.” Entonces los justos responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?” Y el Rey les dirá: “En verdad les digo, que cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron.”

Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apártense de Mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me acogieron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y en la cárcel, y no me visitaron.” Entonces dirán también éstos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?” Y Él entonces les responderá: “En verdad les digo, que cuanto dejaron de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejaron de hacerlo.” E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la Vida Eterna.»

Mensaje Pastoral

 La báscula del juicio

Estando a las puertas de la Cuaresma, nuestra Iglesia conmemora el Día del Juicio, es decir, la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo. La lectura del Evangelio enfatiza el criterio del Juicio Final, y lo que leemos está claro: seremos juzgados según la medida de nuestra misericordia, es decir, la medida de nuestro amor.

La palabra «amor» a menudo es manipulada o malentendida. El pasaje bíblico destaca las palabras de nuestro Señor Jesús cuando dice: «cuanto hicieron a uno de estos hermanos…» Entonces no se trata de un término abstracto ni de emociones y sentimientos sino de acción. Nosotros, pues, seremos separados entre ovejas y cabritos –como lo ilustra la imagen de la parábola– según nuestras obras de amor.

Erróneamente, el amor es limitado a tan sólo un afecto pasivo. Quizás podamos tener sentimientos de antipatía y rechazo hacia cierta persona, pero si nos comportamos con ella con delicadeza y amor, transformamos, a través de la lucha, nuestro odio en caridad y clemencia. Por otro lado, podemos tener en nuestro interior el sentimiento más delicado hacia alguien y sentirnos emocionalmente dependientes de él, pero a la vez tratarlo con hostilidad.

El amor significa, sin duda alguna, ceder a los demás el primer lugar, y el egoísmo es exactamente lo contrario, es decir, tomar para mí la primacía y dejar al prójimo lo último. Que yo ame a alguien equivale a que quiera y desee darle a él el primer lugar, amarle más de lo que me quiero a mí mismo y desearle el bien a él antes que a mí.

La Cuaresma, cuando va de la mano con las obras de la misericordia, constituye un gesto de abstinencia que nos lleva a abandonar nuestro egoísmo y nos estimula a despojarnos del hombre viejo y a proclamar al nuevo. En ella, dejamos atrás todos nuestros malos deseos, nos abstenemos de los intereses que nos llevan a la perdición, y aprendemos a ver y considerar a «los hermanos más pequeños» del Señor y apreciar en ellos su Presencia. Y así se inclina la balanza favorablemente: «Conviene que Él crezca, y que yo mengüe» (Jn 3:30).

Nuestra fe y Tradición

La oración por los difuntos 

El Cristianismo siempre ha rechazado absolutamente usar métodos y técnicas (espiritismo, magia…) para comunicarse con los muertos; sea lo que sea la meta, ejercer estos métodos significa permitir ser sujetos a engaños satánicos y/o oportunismo humano que burla de nuestros sentimientos.

En cambio, la única conveniente y saludable manera de dicha comunión es la oración, donde la reunión se encuentra, no en el nivel psicológico (recuerdos, fotos, sueños…), sino en el espiritual. Y se nos pregunta: ¿Qué es la justificación de la conmemoración de los muertos?, y ¿en qué manera pueda ser útil para los muertos?

Quizás la pregunta nos confunda, y que no podamos dar una contestación satisfecha sistemáticamente, pero nuestra auténtica fe nos enseña a que el amor mutuo es el que justifica, más bien, nos exhorta a orar por nuestros queridos difuntos. Es lo mismo con los vivos: pues, no podemos explicar cómo nuestra súplica ayuda al prójimo, pero sabemos de la experiencia que ésta es eficaz, y así la practicamos. La acción de la oración, sea ofrecida por vivos o por muertos, es mística; no podemos sondear la influencia entre la eficacia de la oración, la libre voluntad de una cierta persona y la misericordia de Dios. Nos basta saber que ellos necesitan de nuestro apoyo, y que cuando oramos por ellos, su amor a Dios se aumenta; el cumplimiento, dejémoslo a Dios.

Rechazar la oración hacia los muertos es un pensar frío que contradice al amor. Nuestra esperanza de que ellos viven en la misericordia de Dios, nos hace querer que nuestro amor hacia ellos sea incorporado en la Divina Misericordia: “haz descansar los almas de tus siervos en un lugar de paz donde no hay dolor ni tristeza sino vida eterna.”

Vida de Santos

 San Policarpo

23 de febrero

San Policarpo, obispo de Esmirna y mártir († 166) San Policarpo fue uno de los discípulos del apóstol San Juan Evangelista. Los fieles le profesaban una gran admiración. Y entre sus discípulos tuvo a San Ireneo y a varios santos más. San Policarpo era obispo de la ciudad de Esmirna, en Turquía, y fue a Roma a dialogar con el Papa Aniceto para ver si podían ponerse de acuerdo para unificar la fecha de fiesta de Pascua entre los cristianos de Asia y los de Europa. Y caminando por Roma se encontró con un hereje que negaba varias verdades de la religión católica. El otro le preguntó: ¿No me conoces? Y el santo le respondió: ¡Si te conozco, Tú eres un hijo de Satanás! Cuando San Ignacio de Antioquía iba hacia Roma, encadenado para ser martirizado, San Policarpo salió a recibirlo y besó emocionado sus cadenas. Y por petición de San Ignacio escribió una carta a los cristianos del Asia, carta que según San Jerónimo, era sumamente apreciada por los antiguos cristianos. El pueblo estaba reunido en el estadio y allá fue llevado Policarpo para ser juzgado. El gobernador le dijo: “Declare que el César es el Señor”. Policarpo respondió: “Yo sólo reconozco como mi Señor a Jesucristo, el Hijo de Dios”. Añadió el gobernador: ¿Y qué pierde con echar un poco de incienso ante el altar del César? Renuncie a su Cristo y salvará su vida. A lo cual San Policarpo dio una respuesta admirable. Dijo así: “Ochenta y seis años llevo sirviendo a Jesucristo y El nunca me ha fallado en nada. ¿Cómo le voy yo a fallar a El ahora? Yo seré siempre amigo de Cristo”. El día de su martirio fue el 23 de febrero del año 155. Esta carta, escrita en el propio tiempo en que sucedió el martirio, es una narración verdaderamente hermosa y provechosa.

Sentencias de los Santo Padres sobre el recuerdo del Juicio Final

No pensemos, hermanos, que lo que actuamos termina con esta presente vida; tengamos fe en que el juicio es una realidad y que cada persona se juzgará según sus obras.

San Juan Crisóstomo

En aquel día, los hombres recordarán todas sus obras confesándolas ante Dios. Los que no se han arrepentido durante su vida, llorarán diciendo: ¿Por qué  no nos cansamos un poco en lugar de perder la vida jugando? ¿por qué no nos desvelamos y ayudamos a los pobres? ¿por qué odiamos al hermano y satisficimos la carne?  Sí, todo esto lo hemos hecho: ¿por qué no nos hemos arrepentido cuando tuvimos el tiempo?

San Efrén El Sirio

                                                                                                                                            

Boletín del 12/02/2012

Domingo del Hijo Pródigo

La riqueza de la gracia que me has dado, oh Salvador,
la he derrochado vanamente, yo miserable, en mi pésima partida.
Pues, viviendo en el despilfarro con los demonios, 
la dilapidé en la malicia. Por eso a Ti regreso, oh Padre compasivo:
acéptame como al hijo pródigo y sálvame.
                                                                                                                         Exapostelario
 

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 2

Cuando descendiste a la muerte, oh Vida Inmortal,
mataste al Hades con el rayo de tu divinidad,
y cuando levantaste a los muertos del fondo de la tierra,
todos los poderes Celestiales clamaron:
¡Oh Dador de vida, Cristo Dios, gloria a Ti!

Condaquio Domingo del Hijo Pródigo

Tono 3

Al dejar tu gloria paterna con ignorancia,
derroché vanamente la riqueza que me otorgaste.
Clamo a Ti como el pródigo, oh Compasivo:
“He pecado contra el cielo y ante Ti, oh Padre;
acéptame como arrepentido, y admítame como uno de tus jornaleros.

Lecturas Bíblicas

Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios (6: 12-20)

Hermanos: Todo me es lícito, mas no todo me conviene. Todo me es lícito, mas no me dejaré dominar por nada. La comida para el vientre y el vientre para la comida, mas Dios destruirá aquél y ésta. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros mediante su poder.

¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo? Y ¿había de tomar yo los miembros de Cristo para hacerlos miembros de prostituta? ¡De ningún modo! ¿O no saben que quien se une a la prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues está dicho: Los dos se harán una sola carne. Mas el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con Él.

¡Huyan de la fornicación! Todo pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo; mas el que fornica, peca contra su propio cuerpo.

¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en ustedes y han recibido de Dios, y que no se pertenecen, pues han sido comprados? Glorifiquen, por tanto, a Dios en su cuerpo y en su espíritu que pertenecen a Dios.

Evangelio según San Lucas (15: 11-32)

Dijo el Señor esta parábola: «Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: “Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.” Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino. Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que lo envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y volviendo en sí mismo, dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti, ya no merezco ser llamado hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros.” Y, levantándose, partió hacia su padre. Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: “Padre pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo.” Pero el padre dijo a sus siervos: “Traigan aprisa el mejor vestido y vístanlo, pónganle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traigan el novillo cebado, mátenlo, comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido hallado.” Y comenzaron la fiesta. Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; llamó a uno de los criados y le preguntó qué era aquello. Él le dijo: “Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano.” Él se irritó y no quería entrar. Salió su padre y le suplicaba. Pero él replicó: “Hace tantos años que te sirvo y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos. ¡Y ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!” Pero él le dijo: “Hijo, tu siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido hallado”.

Mensaje Pastoral

Eucaristía de penitencia

La Cuaresma es, por excelencia, la temporada penitencial en la que la Iglesia nos incita a ingresar por «las puertas de la contrición» y gustar la dulzura de este modo de vivir. Parte de la preparación para la Cuaresma es la lectura de la parábola del Hijo Pródigo que nos expone los sentidos positivos de la penitencia y del retorno hacia una vida sujeta, por propia voluntad, al cuidado paternal.

En la parábola, Jesús enfatiza el alimento que el hijo comía en ambos estados, pecaminoso y penitencial; pues en su partida come algarrobas con pasiones, y he aquí que regresa y come el novillo cebado con alegrías. El placer que el sabor de las algarrobas dejaba, terminaba en amargura de soledad y de vacío, mientras la participación en el banquete de la casa paternal anunciaba una alegría que mira hacia el futuro con los ojos de la gratitud.

El encuentro con el Padre clemente y la experiencia de la reconciliación y del perdón gratuito son efectuados en medio de la Eucaristía.

Nuestra penitencia es examinada, a cada día, a la luz del llamado temible de la Eucaristía «Tomad y comed […] Bebed de él todos […]»: es el llamado del Padre compasivo y amoroso, Quien busca perpetuamente a su rebaño. El mundo exhibe ante nuestra vista todos sus engaños y redes, mientras el Señor nos extiende su banquete: divino Cuerpo y Sangre. El pecado y el arrepentimiento consisten en  prevalecer uno u otro de los dos ofrecimientos.

«Traigan el novillo cebado, mátenlo, comamos y celebremos una fiesta»; el santo Cáliz, y la exclamación del Cantor «¡Gustad y ved, qué dulce es el Señor!» –durante la Cuaresma– son capaces de estimularnos a decir la antigua frase litúrgica «váyase el mundo y venga la Gracia», que inclinemos la balanza a favor del «Pan esencial» en vez de las pasiones. El Cáliz de la Eucaristía, cuando lo contemplamos elevado, alza en nosotros la decisión: «Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante Ti […], trátame como a uno de tus jornaleros.» Él entonces ofrece su banquete generosamente: comemos y nos regocijamos.

Nuestra fe y Tradición

La Confesión

¿Qué hacer cuando la conciencia tortura a la persona? ¿Qué hacer, cuando el alma se llena de angustia? La Iglesia Ortodoxa aconseja confesarse. La confesión es la denuncia del pecado, es la decisión de no repetirlo más.

Nosotros pecamos contra Dios, contra el prójimo, contra nosotros mismos.  Pecamos con los hechos, con palabras, hasta con el pensamiento. Pecamos por inducción del diablo, por influencia del mundo circundante, por propia voluntad. “No hay hombre que viva sobre la tierra y no peque”. Pero tampoco hay un pecado que no sea perdonado por Dios por medio de la confesión. Para la salvación de los pecadores Dios se hizo hombre, ha sido crucificado y resucito de los muertos. Los Santos Padres comparan la misericordia de Dios con el mar que apaga la más fuerte llama de iniquidad de los humanos.

En la confesión no hay que justificarse, quejarse de las condiciones cotidianas, enmascarar los pecados con frases nubladas como “he pecado contra el sexto mandamiento,” o contar sobre temas ajenos. En ningún caso se puede esconder, callar nada: el pecado se puede esconder al sacerdote pero no a Dios Omnisapiente.

En ciertos casos el sacerdote puede indicar a quien  se confiesa una penitencia en cierta forma una cura espiritual dirigida hacia la extirpación del pecado.

El hombre es responsable de sus pecados desde los siete años de edad. El que se bautizó a edad madura, no tiene la necesidad de confesar lo referente a su vida previa al Bautismo, aunque se le recomienda una conversación  con un padre espiritual que le dé luz sobre como encaminar su vida.

Vida de Santos

El Gran Mártir Teodoro

8 de febrero

San Teodoro era oriundo de la ciudad Evjait (en Asia Menor, actualmente Turquía) y gobernaba la ciudad Heraklea, cerca del Mar Negro. Con su vida devota y su bondadosa gobernación se ganó a los ciudadanos y muchos paganos, viendo su vida ejemplar, se convertían en cristianos. Cuando los rumores sobre su vida llegaron hasta el emperador Licinio (años 308-323), que era corregente de Constantino, él vino a Heraklea. Trataba de obligar a Teodoro a inclinarse ante los ídolos. Viendo que San Teodoro era muy firme en sus convicciones el enojado gobernante ordenó someter al confesor del Cristo a crueles martirios.

Primero lo estiraron en el suelo y lo golpearon con varas de hierro, acepillaban su cuerpo con hierro puntiagudo, lo quemaban con el fuego y finalmente lo crucificaron y le sacaron los ojos. Por la noche vino un ángel, lo desmontó de la cruz y le sanó a todas sus heridas. Cuando a la mañana llegaron los sirvientes de Licinio, enviados por él, para tirar el cuerpo de San Teodoro al mar y lo vieron totalmente sano, creyeron en Cristo. Ese día viendo este milagro de Dios, muchos paganos se convirtieron en cristianos. Cuando Licinio se enteró, él ordenó decapitar a San Teodoro, quien murió en el año 319. Todos sus martirios fueron escritos por su servidor y escriba Uar, quien fue el testigo ocular.

Aromas monásticas

  • Uno preguntó a un anciano: “¿Por qué me desanimo continuamente?”. Y respondió: “porque no has visto todavía la meta.”
  • El alma es una fuente: si profundizas se hace más limpia; si arrojas en ella estiércol, se ensucia.
  • Uno preguntó al anciano: “¿cómo el alma adquiere la humildad?”. Y respondió: “Estando atenta tan sólo a sus propias faltas.”
  • No empieces a hacer nada sin que antes hayas examinado tu conciencia, para saber si lo que vas a hacer es según Dios.
  • Decía el Abad Antonio: “La vida y la muerte nos viene del prójimo; si ganamos a nuestro hermano, ganaremos a Dios, si le escandalizamos, pecamos contra Cristo.”
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