Boletín del 07/02/2016

16° Domingo de Mateo 

febrero10_S.Caralampio

 

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 3

audio1Que se alegren los celestiales, y que se regocijen los terrenales;
Porque el Señor desplegó la fuerza de su brazo,
pisoteando la muerte con su muerte.
y Siendo el primogénito de entre los muertos,
nos salvó de las entrañas del Hades
y concedió al mundo la gran misericordia.

Condaquio de la Presentación del Señor en el Templo

Tono 4

Por tu nacimiento santificaste las entrañas de la Virgen,
oh Cristo Dios, las manos de Simeón bendijiste debidamente,
y a nosotros nos alcanzaste y salvaste.
Conserva a tus fieles en la paz y auxilia a los que amas
porque Tú eres el único Amante de la humanidad

Lecturas Bíblicas

Primera Carta del Apóstol San Pablo a Timoteo (1: 15-17)

Hijo mío, Timoteo: Cierta es la palabra y digna de toda aceptación: Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales el primero soy yo. Mas por eso encontré misericordia, para que Jesucristo, en mí primeramente, manifestase toda su paciencia, como ejemplo de los que habían de creer en Él para vida eterna. Al Rey de los siglos, al inmortal, invisible y único sabio Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Evangelio según San Mateo (25: 14-30)

Dijo el Señor esta parábola: «El Reino de los cielos es semejante a un hombre que,al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a un odio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad;y se ausentó. Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos,presentó otros cinco, diciendo:“Señor, cinco talentos me entregaste:aquí tienes otros cinco que he ganado.” Su señor le dijo: “¡Bien,siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor.”Llegándose también el de los dos talentos dijo: “Señor, dos talentos me entregaste: aquí tienes otros dos que he ganado.” Su señor le dijo: “¡Bien,siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor.”Llegándose también el que había recibido un talento dijo: “Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí entierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo.” Mas su señor le respondió: “Siervo malo y perezoso:sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí;debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quítenle, por tanto, su talento y dénselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene,se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Ya ese siervo inútil, échenlo a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»

Mensaje Pastoral

Lo Tuyo de lo Tuyo…

“Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado.”
Las palabras del buen siervo presentan el concepto cristiano del mundo y de todo lo que le pertenece; pues éste confesó que todo el “capital” que tenía era un don de su amo “cinco talentos me entregaste”, mientras el siervo malagradecido negó la generosidad de su señor: “sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste…”
Si el capital es la buena creación que Dios puso en las manos de Adán “para que la labrase y cuidase”, Adán tenía que ser el sacerdote que ofreciese labrado el paraíso a su Creador, pero él prefirió consumirlo para sí mismo y cayó del gozo de su Señor, es decir, perdió su sacerdocio.
Pero de nuevo san Pedro nos dice: “vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real…” (1Ped.2,16) lo que significa que, en Cristo, recuperamos el primer privilegio de labrar el mundo y ofrecerlo a Dios. En la Liturgia, el presbítero, elevando la oración de todos los fieles, dice: “Lo tuyo de lo tuyo, te ofrecemos por todo y para todo.” Pues el pan que ofrecemos no es sino el trigo que Dios nos has dado, pero trabajado con nuestro esfuerzo, con nuestra vida.
El sacerdocio real, que todos reobtenemos en el Bautismo, nos retorna al destino principal: Acción de gracias, en la que devolvemos a Dios lo que es suyo. Los distintos talentos que tenemos (virtudes, riquezas, bellaza, fuerza, inteligencia…) son gracia de Dios, que no merece ser escondida en la tierra más baja de nuestra vida, sino que, con empeño y constancia, trabajarlos por la gloria de Dios:

“¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”

Nuestra Fe y Tradición

Sobre el lugar de oración en la casa

“Era hermoso el tiempo en el que las casas eran iglesias, no como ahora, que las iglesias son casas” (San Juan Crisóstomo)

La casa del cristiano debe ser una iglesia pequeña, como manda muchos de los Santos Padres. En familia debefeb9317d91a462fbf7ff81bcf97b0fa7.wix_mp_256 multiplicarse la paz, la armonía, el entendimiento, y la casa debe arreglarse también espiritualmente, no sólo siguiendo las tendencias modernas en cuanto a diseño y adorno, que cada vez son más extrañas, más frías y más lejanas al auténtico espíritu cristiano.

Entonces, en cada casa debe haber “una esquina para la oración”, un lugar en el que todo ayude a la mente y al corazón a elevarse en oración. Este debe ser un lugar cuidado, limpio, en la parte más tranquila de la casa, más lejana del ruido cotidiano o de aparatos como el televisor, que inducen al desasosiego y que impiden centrar los pensamientos y los sentimientos en un solo punto.

Si viviendo en un apartamento, reservar un cuarto para orar y guardar objetos religiosos es difícil, teniendo una casa completa, el asunto es mucho más sencillo. No cuesta nada dedicar un espacio para ahí alejarnos de lo que nos preocupa y dedicarnos a conversar con Dios.

Es conveniente recordar que, antiguamente, en algunas regiones geográficas las familias cristianas pudientes construían pequeñas capillas en los jardines de sus casas, o en algún terreno propio, capillas a las que eran llamados sacerdotes para oficiar alguna ceremonia cuando había necesidad, permaneciendo dichos lugares como refugios permanentes para el descanso espiritual.

Sin embargo, actualmente las personas ya no suelen orar como lo hacían, por ejemplo, nuestros padres o abuelos. En nuestros días, aquellos que tienen alguna posibilidad financiera buscan construir casas grandes, con espacios grandes para vehículos y áreas reservadas exclusivamente para recrearse, olvidándose de guardar aún una esquina pequeña para hacer un altar familiar.

En nuestra esquina de oración no debe haber nada que nos pueda distraer de nuestras meditaciones, nuestras reflexiones y de nuestra comunicación con nuestro Creador. Ahí, en nuestro altarcito, debe haber sólo los íconos que elijamos, cuidadosamente puestos en la pared. También ahí debemos guardar la Anáfora y el Agua Bendita que traigamos de la Iglesia; además, las ramitas de albahaca y las flores bendecidas de los distintos servicios litúrgicos; también, el incienso que debemos recordarnos encender al menos semanalmente. Asimismo, es ahí donde debemos mantener permanentemente ardiendo nuestra veladora: es ahí, en ese rinconcito, a donde debe acudir cada miembro de la familia o la familia entera, buscando paz y serenidad cuando haya momentos de tentación.

¿Cuántas casas tienen un espacio así? Tristemente, pocas. Aquellos que puedan utilizar un cuarto completo para esto, que lo hagan. Si no, al menos busquemos una esquina de la casa, en la habitación menos bulliciosa y con esto, el Señor bendecirá toda la casa y la familia que en ella habita.

Aun cuando la oración puede elevarse en cualquier lugar y en cualquier momento, incluso en aquellos lugares más ruidosos o en circunstancias que no dependen de nosotros, es importante tener un lugar especial para orar, para refugiarnos en él y buscar paz espiritual, en nuestra propia casa.

Vida de Santos

San Caralampio

10 de febrero

febrero10_S.CaralampioFue martirizado en el tiempo del emperador Sauiro (194-211), en la ciudad de Efeso. Era sacerdote por mucho tiempo cuando recibió el martirio. Tenía 107 años, y parece que ha sido el mártir mayor, por edad, de toda la historia.

Le acusaron de haber formado un peligro para la seguridad del emperio porque provocaba rebelión en el pueblo. Cuando lo condujeron  ante la presencia del gobernador Luciano, estaba revestido del ornamento sacerdotal. El gobernador lo amonestó y él contestó: “Tú no sabes lo que es conveniente para mí. Te digo: no hay más dulce a mi corazón que ser perseguido por el amor de Cristo. Te suplico apliques las torturas, lo más pronto posible, sobre este viejo cuerpo, todo lo que piensas que es insoportable, para que aprendas la fuerza invencible de mi Cristo.”

Le desvistieron y lastimaron su cuerpo con garras de hierro. Sin embargo, ni un gemido, más bien decía: “Les agradezco, hermanos, porque al desgarrar mi cuerpo viejo, renuevan mi espíritu y lo aprontan para la bienaventuranza.”

Varias torturas, pero como si se hubieran aplicado al cuerpo de otro. La escena provocó la conversión de muchos. Se menciona que el santo compareció ante el mismo Emperador en Antioquía, y que en su presencia curó a un hombre endemoniado por treinta y cinco años. El demonio cuando percibió el perfume de santidad que surgía del hombre de Dios, gritó: “Te suplico, siervo de Dios, no me castigues antes de tiempo. Ordéname y yo saldré del hombre.” El santo, con la valentía de su Señor, le increpó y el hombre quedó curado.

Se agotó la paciencia del Emperador y mandó decapitarlo. La hija del emperador misma, Galina, creyó y acogió su cuerpo para enterrarlo debidamente. Su cráneo es guardado en el monasterio de san Esteban, Metéora; también hay reliquias de su cuerpo en el Monte Atos, Palestina, Chipre, las islas griegas. En Grecia, la  veneración y la devoción a san Caralampio es difundida de una manera vigorosa. La Iglesia entera, en Oriente y Occidente, lo conmemora el 10 de febrero. Sus oraciones sean con nosotros. Amén.

Sentencias de los Padres del Desierto

  • San Isaac el Sirio: “El hombre verdaderamente misericordioso no sólo da la ayuda a que está obligado, sino que soporta con alegría la injusticia que los otros le infligen y les perdona. Es verdaderamente misericordioso aquel que sacrifica su alma por su hermano y no aquel que, por medio de la limosna, es caritativo con él”.
  • San Efrén el Sirio: “Preocupémonos por adquirir los bienes eternos que nos han sido prometidos. Preocupémonos antes de que llegue la noche y se cierre el mercado. Busquemos entre los pobres y los indigentes amigos para la vida de arriba…”.
  • Uno de los Padres decía: «Es imposible que uno vea su rostro en un agua turbia.Tampoco el alma, si no se purifica de pensamientos extraños, puede contemplar a Dios en la oración»

Onomástico y 50 años de Ordenación Episcopal de S. E. R Antonio Chedraoui

El pasado  domingo 17 de enero, en  la Catedral de  San Pedro y San Pablo Su Eminencia Antonio Chedraoui celebró la Divina Liturgia en la cual reunió a jerarcas del Patriarcado de Antioquia principalmente, con motivo de su onomástico y de sus bodas de oro de su ordenación episcopal (1966-2016), convocó a sus hermanos para compartir este jubileo de su ministerio.

Durante la Divina Liturgia  Su Eminencia Antonio compartió en su homilía lo gratificante y duro que ha sido para el estos 50 años de Episcopado y agradeció la participación y presencia de los miembros de la comunidad y amigos invitados, al finalizar la celebración, condecoró a los benefactores de la Arquidiócesis con la Cruz de San Pedro y San Pablo, entre los condecorados estuvieron el presidente del Consejo Administrativo del Grupo Empresarial Ángeles, Olegario Vázquez Raña, Juan Francisco Ealy Ortiz, presidente de El Universal y Juan González Moreno, presidente de Grupo Gruma e hijo del empresario Roberto González, quien falleció luego de brindar su apoyo para la edificación del recinto religioso. De igual forma fueron condecorados los arquitectos que  apoyaron y contribuyeron en la construcción de la catedral de San Pedro y San Pablo y la Casa de Retiro para el Adulto Mayor.

Concelebraron con S.E Antonio los Señores Arzobispos y Obispos Antioquenos:
– Metropolita Sergio de Chile,
– Metropolita Damaskinos de San Pablo
– Metropolita Pablo de Australia,
– Metropolita Siluan de Buenos Aires,
– Metropolita Basilio de Akkar,
– Metropolita Ignacio de Francia,
– Metropolita Joseph de Nueva York,
y los obispos auxiliares:
– Monseñor Demetrio (Arq. de Akkar),
– Monseñor Elía (Arq. de Akkar),
– Monseñor Costa (Abad del Monasterio Patriarcal de San Elías)
– Monseñor Ignacio (Arq. de México),
– Monseñor Efrén (Vicario Patriarcal) y
– Monseñor Romanos (Arq. de San Pablo)

También se contó con la participación de:

-Monseñor John  Obispo de Naro-Fominsk  (Nueva York) Vicario de la Diócesis de Moscú Administrador de las  parroquias patriarcales en los EE.UU.

– Monseñor Alejo Arzobispo de la OCA en México

Después de la Celebración Religiosa se llevó a cavo una comida en la cual estuvieron presentes autoridades religiosas, políticas, empresariales, además de la feligresía que radica en la ciudad de México y Mérida, una concurrencia que alcanzaba las 2500 personas. Tomaron la palabra el vicario patriarcal, S.E.R. Monseñor Efrén, quien leyó la carta de Su Beatitud el Patriarca Juan X de Antioquía, y entregó a S.E.R. Monseñor Antonio Chedraoui un ícono de San Antonio El Grande.

Luego tomó la palabra el Secretario de Desarrollo Social  José Antonio Meade en representación del Presidente de México, después tomo la palabra el  Gobernador del Estado de México Eruviel Ávila  elogió las virtudes de Su Eminencia Antonio Chedraoui  como uno de los líderes religiosos más importantes del país y del continente americano.

Finalmente Su Eminencia Antonio tomo la palabra y agredeció a Dios por sus 84 años, y hizo una retrospectiva de la vida de la Arquidiócesis desde el día que empezó a pastorearla en 1966 hasta la actualidad. Y agradeció a sus hermanos jerarcas por acompañarlo en este momento tan significativo de la vida de su diócesis.

Boletín del 17/01/2016

Memoria de San Antonio el Grande

 antonio 

Oh Revestido de Dios,
desde tu juventud, asumiste un método de vida no conocido entre los hombres,
y anduviste en él con fervor hasta el fin, sin desviación alguna,
sometiéndote a la Ley nueva de Cristo;
así que te manifestaste como guía del Desierto y Padre de los ascetas.                      

  (Exapostelario)

Tropario de Resurrección

Tono 8

Descendiste de las alturas,oh Piadoso,
y aceptaste el entierro de tres días
para librarnos de los sufrimientos.
Vida y Resurrección nuestra, oh Señor, gloria a ti. 

Tropario de San Antonio el Grande

Tono 4

Imitando con tu vida al celoso Elías
y siguiendo los rectos caminos del Bautista,
has poblado el desierto, oh padre Antonio,
y has fortalecido al mundo con tu oración.
Intercede ante Cristo nuestro Dios,
para que salve nuestras almas.

Condaquio de la Presentación del Señor en el Templo

Tono 1

Por tu nacimiento santificaste las entrañas de la Virgen, oh Cristo Dios,
las manos de Simeón bendijiste debidamente,
y a nosotros nos alcanzaste y salvaste.
Conserva a los fieles en la paz y auxilia a los que amas
porque Tú eres el único Amante de la humanidad.

Epístola de San Pablo a los Hebreos (13: 17-21)

Hermanos: Obedezcan a sus dirigentes y sométanse a ellos, pues velan sobre sus almas como quienes han de dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y no lamentándose, cosa que no traería a ustedes ventaja alguna. Rueguen por nosotros, pues estamos seguros de tener recta conciencia, deseosos de proceder en todo con rectitud. Con la mayor insistencia les pido que lo hagan, para que muy pronto les sea yo devuelto.

Y el Dios de la paz —que suscitó de entre los muertos al Gran Pastor de las ovejas en virtud de la sangre de la eterna Alianza, nuestro Señor Jesús— les disponga con toda buena obra para cumplir su voluntad, realizando Él en ustedes lo que es agradable a sus ojos, mediante Jesucristo, a Quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Evangelio según San Lucas  (17: 12–19)

En aquel tiempo, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!» Al verlos, les dijo: «Vayan y muéstrense a los sacerdotes. » Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quién volviera a dar gloria a Dios sino éste extranjero?» Y le dijo: «Levántate y anda; tu fe te ha salvado.»

Mensaje Pastoral

Nuestra oración: ¿letanía o eucarsitía?
Una y otra vez san Lucas en su Evangelio nos revela cómo Jesús se interesa por los marginados y menospreciados. He aquí en la lectura evangélica de hoy pasa por Samaria, zona de gentiles considerada como impura para los judíos, y se digna conversar con unos diez leprosos a la vez. En el Antiguo Testamento la lepra se consideró como resultado de un pecado grave, de tal manera que los leprosos vivían fuera de las ciudades lejos de manchar a los residentes. Esto explica el modo con el que los diez leprosos gritaban al Señor a distancia; no se atrevían a acercarse. Después de haber perdido toda esperanza por sanar un mal incurable, imaginemos la fuerza de su súplica «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!» y comparémosla con nuestro rezar para comprender qué tan tibios somos en nuestra oración. ¿En cuántas ocasiones hemos rezado con una esperanza que siquiera se acercara de lejos a la oración de estos leprosos? Ellos acudieron a Jesús sabiendo que en Él se encuentra su última esperanza, en cambio nuestros pensamientos a menudo esperan en todo menos en Él. Jesús les envió: «Vayan y muéstrense a los sacerdotes. » Acaso, ¿no podía curarlos sin ayuda de los sacerdotes? Desde luego que sí, y lo hizo en otros casos; sin embargo —y es muy esencial esta observación—, quiso aquí acentuar la incorporación en el Cuerpo de la Iglesia. La lectura sincera, cuidadosa y amplia de la palabra de Dios, nos estimula a vivir el misterio de la sanación —y todos somos enfermos— no de un modo soberbio individual sino humildemente en el seno la Iglesia. Los leprosos se curaron en el camino y confirmaron lo dicho: «Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá» (Mt 7:7). Sin embargo, de los diez uno solo, el samaritano, se volvió glorificando a Dios en alta voz. La oración en sí no termina con las letanías y peticiones, más bien empieza en ellas. Una vez preguntaron a San Basilio: «¿Cómo los apóstoles oraban sin cesar?» Y les contestó que «ellos en todas sus acciones se concebían en el Señor y vivían en una entrega permanente a Él». Entonces la experiencia de cierto consuelo divino o de alguna sanación o de una dádiva de Dios es nula y sin sentido si no nos coloca en gratitud ante los pies del Señor. La curación de los nueve leprosos —«pródigos», diría yo— fue mengua porque no les colocó en la oración perfecta que es la gratitud. En cambio la gratitud guió al samaritano extranjero a la perfección de la salud, a la salvación: «Levántate y anda; tu fe te ha salvado», lo cual los demás curados no recibieron. Nadie está ajeno a la lepra. Acerquémonos, pues, a Cristo en su Cuerpo místico, la Iglesia, y gritémosle, sea desde lejos o desde cerca: ¡Señor, ten piedad! Nos cura, y nos volvemos glorificando a Dios y postramos a los pies de su Hijo en eucaristía constante, eso es, en profunda gratitud sinfín. Amén.

+ Monseñor Ignacio Samaán

Vida de Santos

San Antonio el Grande

A finales del siglo tercero comenzamos a saber de hombres que abandonaron las ciudades para vivir una vida de oración y soledad. El mejor conocido entre ellos es al que se le llama el fundador del monaquismo: San Antonio el Grande (252-356). Su contemporáneo, San Atanasio, nos cuenta su historia.

Un día, cuando Antonio tenía 18 años, entró a la iglesia de su pueblo para asistir al oficio. De repente escuchó las palabras del Evangelio: «si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme» (Mt 19:21). Había escuchado estas mismas palabras muchas veces antes, pero esta vez le pareció como si Cristo le estuviera hablando directamente y que las palabras fueran un mensaje personal. La impresión que recibió fue tan fuerte que, sin vacilar ni un momento, Antonio inmediatamente entregó todos los bienes que heredó de sus padres para ser distribuidos a los pobres del pueblo. Le quedaba sólo un problema que le preocupaba. Antonio tenía una hermana menor. Las dos eran huérfanos, y él se sentía responsable por ella. Nuevamente un verso del Evangelio, que a menudo había oído en la iglesia, de repente le pareció responder a sus problemas personales. «Así, que no os afanéis por el día de mañana; porque el día de mañana traerá su afán» (Mt,6:34). Antonio encontró a una buena mujer cristiana en su pueblo quien se encargó del cuidado de su hermana. Ahora él podría dedicarse a su nueva vida.

Boletín del 10/01/2016

Domingo posterior a Epifanía

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Himnos de la liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 6

audio1

Destruiste la muerte con tu Cruz y abriste al ladrón el Paraíso; a las Mirróforas los lamentos trocaste, y a tus Apóstoles ordenaste predicar que resucitaste, oh Cristo Dios, otorgando al mundo la gran misericordia.

Tropario de La Divina Epifanía

 Tono 1

audio1Al bautizarte, oh Señor, en el Jordán
se manifestó la adoración a la Trinidad:
pues, la voz del Padre dio testimonio de ti
nombrándote su “Hijo amado”;
y el Espíritu, en forma de paloma,
confirmó la certeza de la palabra.
! Tú, que te has revelado e iluminado al mundo,
oh Cristo Dios, gloria a Ti!

Condaquio de la Divina Epifanía

Tono 4

audio1Te has revelado hoy al universo,
y tu luz, oh Cristo Dios, ha fulgurado
sobre nosotros que te alabamos con comprensión:
¡Te has manifestado, oh Luz inaccesible!

Lecturas bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios  (4:7-13)

Hermanos: A cada uno de nosotros le ha sido concedida la Gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por eso dice: Subiendo a la altura, llevó cautivos y dio dones a los hombres. ¿Qué quiere decir «subió» sino que había bajado primero a las partes más bajas de la tierra? Éste que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo. Él mismo dio a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros, para perfeccionar a los santos en orden a las funciones del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

Evangelio según San Mateo (4: 12-17)

En aquel tiempo, cuando Jesús oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea. Y dejando Nazaret, vino a residir en Cafarnaúm junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí; para que se cumpliese el oráculo del profeta Isaías: ¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, allende el Jordán, Galilea de los gentiles! El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en paraje de sombras de muerte, una luz les ha amanecido. Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos se ha acercado.»

Mensaje Pastoral

Epifanía: la divina manifestación

El día 6 de enero, la Iglesia celebra el Bautismo de nuestro Señor Jesucristo en el Río Jordán por las manos de Juan el Bautista. A estateofania fiesta se le llama Epifanía o Teofanía, palabra griega que significa la Divina Manifestación.Es la manifestación de Dios, Trino y Uno, ante los hombres como lo ilustra el Tropario: «Al bautizarte, oh Señor, en el Jordán se manifestó la adoración a la Trinidad; pues la voz del Padre dio testimonio de Ti nombrándote su “Hijo amado”; y el Espíritu, en forma de paloma, confirmó la certeza de la palabra […]»

El hombre habría sido incapaz de conocer a Dios si Él mismo no se le hubiera revelado. Pero Dios, por su infinito amor, aceptó ser como nosotros para que «el Igual atrajera a su igual» (Acatisto, Estrofa XVIII). En el cristianismo, el conocimiento de Dios nos ha sido otorgado por Gracia, por Revelación.

Hasta el siglo IV, el Nacimiento de Cristo y su Bautismo se celebraban juntos en este mismo día (tradición que sigue vigente en la IglesiaArmenia). En la Navidad se ha realizado la Presenciade Dios entre los hombres, y en el Bautismo, dicha Presencia fue anunciada y manifiesta ante toda la creación. La adherencia entre las dos celebraciones nos confirma en la fe ortodoxa que refuta rotundamente la desviación de algunos que hablan de que Jesús recibió la Divinidad en el Bautismo. Pues Cristo, desde el seno virginal, es el Hijo, la segunda Persona de la Trinidad, perfecto Dios y perfecto Hombre; eso es lo que el Arcángel anunció a María: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será Santo y será llamado Hijo de Dios.» (Lc 1:35). Entonces, si la Navidad presenta el Nacimiento de Cristo dela Virgen en el cuerpo, el Bautismo anuncia su Nacimiento sempiterno del Padre.

Los cantos y el icono de la Fiesta ilustran la alegría universal: Los ángeles están sorprendidos, y los cielos inclinados, porque donde esté el Señor, allá el cielo estará; Juan coloca su mano sobre la cabeza de Cristo con temor y devoción como si estuviera diciendo: «¿Cómo bautizarle a Quien, de la nada, hizo la creación entera?»; Cristo, sumergido en las aguas del Jordán, pisotea «las cabezas de las hidras anidadas en ellas». Mientras el mar, después de la caída, se volvió símbolo de la corrupción y lugar dominado por los poderes de la oscuridad, Cristo lo bendice devolviendo a la naturaleza su función original: morada de la presencia de Dios. Desnudo en el agua está el Nuevo Adán, en Quien el Padre se complace; es el Hijo amado no nada más en referencia a que el Padre lo ama, sino que Él también ama al Padre «hasta la muerte, y muerte de cruz»  (Flp 2:8)

Según este Prototipo, nosotros también hemos sido sumergidos en el agua bautismal, muriendo al pecado,  luego arrancados de ella para participar de la vida del nuevo Adán que ama a Dios y bendice todo lo que encuentra devolviéndole su primer destino: lugar de la Presencia del Señor.

Nuestra Fe y Tradición

El Bautismo de los niños

163734_126086424120320_1096746_nLa tradición del Bautismo de los niños tiene su origen en la Iglesia primitiva. Según  Hechos de los Apóstoles, los que creían en “el camino” eran bautizados con todos “los de su casa” sin excluir a los niños. (Véase Hechos 10:47-48, 16:15, 16:31-33, 18:8, 1Cor1:16.)

San Ireneo, obispo de Lyón (200-230) dice en uno de sus escritos: «Vino (Cristo) en persona a salvar a todos, es decir, a todos los que por Él nacen de lo alto para Dios: recién nacidos, niños, muchachos, jóvenes y adultos.» El hecho de que san Ireneo mencione, tan espontáneamente, a los niños y recién nacidos entre los bautizados, muestra que esta tradición era una práctica auténtica e “instintiva” en la conciencia de la Iglesia.

La Iglesia no impone el entendimiento como una condición para recibir el Bautismo, sino al contrario: se requiere de la divina Gracia, otorgada por el Bautismo, para comprender o, más bien, para asimilar las verdades de la fe. Ciertamente es por el Bautismo que adquirimos la bienaventurada pureza sin la cual, según el Señor, «nadie puede entrar en el Reino de los cielos» (Mt 18:3).

Eso no significa dejar al niño bautizado sin atención. Pues la Iglesia, al bautizarlo, le da la posibilidad de crecer en la “estatura espiritual”, siendo encargados sus padres y padrino de guiarlo y alimentarlo hacia la vida en Cristo.

Vida de Santos

San Antonio el Grande (Abad)

17 de enero

Ya pasaron cerca de 70 años desde que San Antonio empezó a vivir en el desierto. Contra su voluntad, un pensamiento arrogante empezó a turbarlo. Pensaba que él era el más antiguo ermitaño que vivía en el desierto. Él pedía a Dios poder alejar este pensamiento y tuvo una revelación que un ermitaño se había instalado en el desierto antes que él y estaba sirviendo a Dios. A la mañana siguiente, bien temprano se levantó Antonio y salió en busca de este desconocido ermitaño. Caminó durante todo el día sin encontrar a nadie,548233_409357255772394_147820824_n salvo algunos animales que viven en el desierto. Delante de él se extendía la grandeza infinita del desierto, pero él no perdía las esperanzas. A la mañana siguiente, bien temprano, él siguió su camino. De repente vio a una loba que corría hacia un arroyo. San Antonio se acercó al arroyo y vio una cueva al costado del mismo. Mientras él se acercaba, la puerta de la cueva se cerró. Mediodía pasó San Antonio frente a la puerta suplicando al anciano que le muestre su rostro. Finalmente la puerta se abrió y salió un anciano canoso. Este anciano era San Pablo de Tebaida. Él vivía en el desierto cerca de 90 años. Después de un saludo fraternal, Pablo le preguntó a Antonio cómo estaba la humanidad. ¿Quién estaba gobernando? ¿Si todavía existían los idólatras? El fin de las persecuciones y el triunfo del Cristianismo en el imperio romano fueron las noticias muy gratas para Pablo. En cambio, la aparición del arrianismo fue una noticia amarga. Mientras que ellos conversaban, llegó un cuervo y dejó un pan. “¡Qué generoso y misericordioso es el Señor!” Exclamó Pablo: “durante muchos años Él me manda la mitad de un pan y hoy, gracias a tu visita, Él me mandó un pan entero.” A la mañana siguiente Pablo confesó a Antonio que muy pronto él se irá de este mundo. Por eso pidió a Antonio traerle la túnica del obispo Atanasio (el famoso luchador contra el arrianismo) para cubrir con ella sus restos. Antonio se apuró a cumplir el deseo de este Santo anciano. Él regresó a su desierto muy emocionado y cuando los hermanos — monjes le preguntaban, la única contestación era: “soy un pecador y yo me consideraba un monje! “¡Yo vi a Elías, yo vi a Juan, yo vi a Pablo en el paraíso!” Cuando él estaba llegando al lugar donde habitaba San Pablo, el vio como este estaba ascendiendo al cielo entre muchos ángeles, profetas y apóstoles.

“¿Pablo, por qué no me esperaste?” Gritó Antonio. “¡Tan tarde te conocí y tan temprano te vas!” Sin embargo, al entrar a la cueva él encontró a Pablo arrodillado, rezando. Antonio también se arrodilló y comenzó a rezar. Recién después de varias horas de rezar se dio cuenta que Pablo no se movía porque estaba muerto. Entonces Antonio lavó piadosamente el cuerpo y lo envolvió en la túnica de San Atanasio. De repente aparecieron dos leones y excavaron con sus garras una tumba bastante profunda, donde Antonio sepultó al Santo ermitaño.

San Antonio falleció a una edad muy avanzada (106 años en el año 356) y por sus esfuerzos espirituales mereció llamarse El Grande.

Sentencias de los Padres del Desierto

  • Decía un anciano: «El que lleva con paciencia los desprecios, las injurias y las injusticias, puede salvarse».
  • Un anciano decía: «Prefiero ser enseñado que enseñar». Y añadió: «No enseñes antes de tiempo; si no tendrás toda tu vida una inteligencia disminuida».
  • Dijo el abad Pastor: «El hombre, lo mismo que aspira y expele el aliento, debe respirar continuamente la humildad y el temor de Dios».

Boletín de la Epifanía

La Epifanía del Señor 

Himnos de la Liturgia 

Tropario de La Divina Epifanía

 Tono 1

Al bautizarte, oh Señor, en el Jordán se manifestó la adoración a la Trinidad:
pues, la voz del Padre dio testimonio de ti nombrándote su “Hijo amado”;
y el Espíritu, en forma de paloma, confirmó la certeza de la palabra.
! Tú, que te has revelado e iluminado al mundo, oh Cristo Dios, gloria a Ti!

Condaquio de la Divina Epifanía

Tono 4

Te has revelado hoy al universo, y tu luz, oh Cristo Dios,
ha fulgurado sobre nosotros que te alabamos con comprensión:
¡Te has manifestado, oh Luz inaccesible!
 

Lecturas Bíblicas  

Carta del Apóstol San Pablo a Tito  (2:11-14 y 3:4-7)

Hijo mío, Tito: Se ha manifestado la Gracia salvadora de Dios a todos los hombres, que nos educa en que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos  con castidad, justicia y piedad en el siglo presente,  aguardando la dichosa esperanza y la manifestación de la  gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo; el cual se  entregó por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad y  purificar para sí un pueblo que fuese suyo, celoso de obras  buenas.

Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres, Él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, que derramó sobre nosotros con abundancia por medio de Jesucristo nuestro Salvador; para que, justificados por su Gracia, viniéramos a ser herederos, conforme a la esperanza, de la vida eterna.

Evangelio según San Mateo ( 3:13-17)

En aquel tiempo, vino Jesús de  Galilea al Jordán donde Juan,  para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo:  «Soy yo el que necesita ser  bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí?» Jesús le respondió: «Deja ahora;  pues conviene que así cumplamos  toda justicia.» Entonces le dejó. Bautizado Jesús, salió luego del  agua; y en esto se abrieron los cielos  y vio el Espíritu de Dios que bajaba  en forma de paloma y venía sobre él.  Y una voz que salía de los cielos  decía: «Éste es mi Hijo amado, en  quien me complazco.»

Mensaje Pastoral 

El Bautismo de Jesús y el nuestro

La Epifanía, fiesta del Bautismo del Señor por las manos de Juan el Bautista en el Río Jordán, es una de las celebraciones más antiguas y más importantes de la Iglesia. Basta resaltar que, mientras únicamente san Mateo y san Lucas describieron detalles del Nacimiento de Jesús, los cuatro Evangelios relatan el acontecimiento del Bautismo.

En realidad, el nombre de Epifanía o Teofanía (Divina Manifestación) se debe a las dos siguientes razones:

Primero, la manifestación de Dios, Trino y Uno, al hombre: el Hijo es bautizado, el Padre anuncia el nacimiento eterno del «Hijo amado», y el Espíritu Santo en forma de paloma lo confirma con su Presencia (Tropario de la fiesta).

Segundo, la manifestación del hombre ante Dios: Cristo es «el Hijo del hombre»; su obediencia, humildad y amor forman el icono del Hombre en quien Dios Padre «se complace». Cuando Jesús llegó donde Juan y le pidió que le bautizara, en un principio Juan resistió: «Soy yo el que necesita ser bautizado por Ti.» Pero Jesús le insistió: «Conviene que así cumplamos toda justicia». Con ello no se refería a que su justicia antes del Bautismo era mengua sino a que en éste se mostraría la justicia perfecta, no en el sentido legal de la palabra, más bien, en su sentido bíblico: la justicia de Dios es su amor y misericordia, y la justicia del hombre es su santidad. Entonces el bautismo de Cristo lo anuncia como el cumplimiento y la perfección de la justicia procurada: la santidad.

Tomando en cuenta lo anterior, comprendemos qué es nuestro Bautismo: es la participación de la vida del Hijo, recibir en nuestro ser al Espíritu a través del Santo Crisma, Quien exclama en nosotros: «Abbá, oh Padre»  (Gal 4:6), confirmando nuestra vocación de ser «hijos amados en quienes Dios se complace».

Pero, la mayoría de las veces, ensuciamos la túnica bautismal con el olvido, negligencia y tibieza. Sin embargo, los Padres dela Iglesia–considerando que el Bautismo es único e irrepetible– hablan alegóricamente del «bautismo de las lágrimas»: la penitencia como un modo de vivir constante, que devuelve al alma su dignidad y a la túnica su brillo original.

El recuerdo del Bautismo de Señor, la bendición del agua, la unción y la aspersión de las casas y pertenencias con ella nos estimulan a la penitencia, sin la cual todo se hubiera tornado un ritual insignificante o, más aún, una acción de estilo mágico.

Al inicio de este año rociamos nuestro mundo con el agua bendita, y con ella abrimos nuestra vida a la acción dela Gracia de Dios que, conforme a las palabras de san Pablo en la carta que leemos el día de la fiesta, «nos educa en que vivamos con castidad,  justicia  y  piedad  en  el  siglo  presente» (Tit 2:12). Amén.

Nuestra Fe y Tradición

La bendición del agua. (Agiasma)

Agiasma en griego significa “cosa sagrada.” Así llaman el agua, bendecida según la ceremonia especial. La bendición del agua puede ser menor y grande; la menor se practica durante el año varias veces, la grande — sólo en la fiesta de Teofanía.

¿Y por qué reza la gente en los días de la bendición de agua? Porque el agua se consagró con la fuerza, y con la acción, y con la llegada de Espíritu Santo. Para que se haga el don de bendición, de liberación de los pecados, de curación del alma y del cuerpo y que esta agua reciba la bendición del río Jordán. Esta agua espantará todas las tentaciones de los enemigos visibles e invisibles. Porque nos llevará a la vida eterna. Para que también nosotros, tomando el agua, seamos partícipes de la bendición y revelación de Espíritu Santo. Grande es la oración, grande también es lo que se consagra. El bautismo de Jesucristo consagró la misma esencia del agua.

El agua bendita debe ser tomada en ayunas, por la mañana, pero en el caso de una especial necesidad de la ayuda divina, se puede tomar a cualquier hora del día o de la noche. Se debe conservar en un lugar separado, mejor junto a los iconos de la casa, mas nunca en la refrigeradora. Observando un trato digno y respetuoso, el agua bendita queda fresca y de gusto agradable durante mucho tiempo. Se puede retocarse con ella, agregarla en pocas cantidades a la comida, esparcirla en la habitación. Personas que se encuentran bajo penitencia y no pueden recibir la Eucaristía, toman agua bendita como consolación espiritual.

Es una pena que el milagro de la magna bendición se presenta sólo una vez por año y tan pocas veces podemos escuchar los troparios conmovedores: “La voz del Señor…” etc.

Vida de Santos 

El glorioso profeta y precursor: Juan Bautista

7 de enero

“Juan” en Hebreo significa “la ternura de Dios”. Él era familiar del Señor. Desde que fue concebido en el vientre de su Madre Elizabet reconoció al Señor cuando la Virgen María recién embarazada por el Espíritu Santo visitó a su prima.

Juan vivió en el desierto abstrayéndose del mundo y enseñando a la gente la conversión “porque ha llegado el reino de los cielos” (Mt.3:2). Al ver su estricta conducta toda la gente se acercaba a él aunque fuesen reprendidos por su hipocresía.

Y cuando le preguntaron al Bautista que si él era el Mesías, contestó con toda claridad y humildad: “No soy el Cristo… yo soy voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor” (Jn.1: 20-24). Así, En el Bautista se realizó lo dicho por el Señor a través del profeta Malaquías: “he aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí” (Mal.3:1), eso es lo que da al profeta Juan el título de “Precursor”, pues, él precedió a Cristo para prepararle el camino por el arrepentimiento, arrepentimiento verdadero y profundo.

Juan reprendía a los fariseos y saduceos quienes enseñaban sin obras congruentes y los exhortaba a  dar “frutos dignos de conversión” (Mt.3:8), porque la conversión no es un mero remordimiento sino un cambio en el corazón que se traduce en obras. Antes de que el pecador obtenga su absolución tiene que cambiar su postura, conducta y visión sobre las cosas.

El glorioso profeta sigue siendo el precursor de Cristo en la vida de los fieles de generación en generación; pues él es el ejemplo de la abstinencia, castidad y de la vida del arrepentimiento. Él es el patrón de los monjes. No deja de preparar la venida del Señor en nuestros corazones exclamando: “preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.” (Mt 3:3).

Frases  Bíblicas

  • He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. (Jn 1: 29)
  • Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. (Mt 3: 15)
  • Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. (Lc 3: 4)

Boletín del 03/01/2016

Domingo anterior a la Divina Epifanía

bautismo

 

Tropario de la Resurrección

Tono 6

audio1

Los poderes celestiales aparecieron sobre tu sepulcro; y los guardias quedaron como muertos; María se plantó en el sepulcro buscando Tu Cuerpo Purísimo; sometiste al hades sin ser tentado por él; y encontraste a la Virgen otorgándole la vida. ¡Oh Resucitado de entre los muertos, Señor, gloria a Ti!

Tropario del Domingo Anterior a la Epifanía

 Tono 4

Prepárate, Zabulón, disponte, oh Neftalí,
 y tú, río Jordán, detén tu curso
y recibe con alegría al Señor que viene para ser bautizado.
Regocíjate, Adán, con la primera madre,
y ya no se escondan, como actuaron antes en el paraíso.
Pues Él, al verlos desnudos, se reveló para que les recubriera con el primer vestido
¡Cristo se ha revelado, para renovar toda la creación!

Condaquio de Pre-Epifanía

Tono 4

El Señor de todo, hoy, en el Jordán se presenta,
y a Juan Bautista le pide que deje el temor:
“No temas bautizarme, pues vine a salvar a Adán, el primer creado.”

Segunda Epístola del Apóstol San Pablo a Timoteo   (4:5-8)

Hijo mío, Timoteo: Pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio. Porque yo estoy a punto de ser derramado en libación y el momento de mi partida es inminente. He luchado el buen combate, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe. Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel Día me entregará el Señor, el justo Juez; y no solamente a mí, sino también a todos los que aman su Manifestación.

Evangelio según San Marcos (1:1-8)

Principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Conforme está escrito en Isaías el profeta: He aquí, Yo envío mi mensajero delante de tu faz, el que preparará tu camino delante de ti. Voz del que clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas. Juan bautizaba en el desierto y proclamaba un bautismo de arrepentimiento para perdón de los pecados. Acudía a él gente de toda la región de Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Juan llevaba un vestido de pelo de camello; y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Y predicaba diciendo: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado con agua, pero él los bautizará con Espíritu Santo.»

La Buena Nueva del Reino

Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios, así inicia el evangelio según San Marcos. Este comienzo contiene pocas palabras, pero estas palabras lo contienen todo. Proclaman la Buena Nueva, que es lo que significa en griego evangelion; pregonan el Reino de Dios, la presencia del Ungido entre los hombres, del Emanuel, del Salvador. Anuncian la intervención divina, la intervención del enviado por el Padre para reconciliar en Él, al hombre con Dios. Comienza la vida de todos, la vida sin fin. Porque contienen el Nombre salvador de nuestro Dios, el nombre de Jesucristo, el Hijo de Dios, pues “no existe otro nombre bajo el cielo que haya sido dado a los hombres, por el cual podamos ser salvados” (Hechos 4:12).

Antiguamente, antes de su uso en los libros del Nuevo Testamento, el vocablo evangelio fue utilizado para comunicar algún gran acontecimiento profano como por ejemplo el parte de guerra favorable, y también para significar el sacrificio que se ofrecía en ocasión de la buena noticia. En la traducción griega del Antiguo Testamento, (denominada de los 70) esta palabra aparece como verbo aproximadamente veinte veces y como sustantivo seis. El profeta Isaías la utiliza en el sentido de Buena Nueva, de anuncio de salvación, de alegría y júbilo por el advenimiento de un reino divino (52: 7-9). San Juan el Bautista, es enviado por Dios como mensajero para preparar el camino del Señor y proclamar la Buena Nueva de su inminente llegada; llamando al arrepentimiento, a volverse a Dios e iniciar una vida nueva sin pecado, “porque ha llegado el Reino de los Cielos”. Ya está el hacha puesta sobre la raíz de los árboles,  dice el Precursor en el evangelio según San Lucas, y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Con esta y otras muchas exhortaciones, el Bautista anunciaba al pueblo la Buena Nueva: Detrás de mi viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo.

Nuestro Señor Jesucristo proclamaba la Buena Nueva del Reino y curaba “toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo”; curaciones milagrosas todas ellas que indican con precisión el advenimiento mesiánico. Cuando San Juan Bautista envía a sus discípulos a decirle  al Señor: “¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?” Jesús respondió: “Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva” (Mt 4:23, 11:4). Esta Buena Nueva, primero anunciada, trasmitida, recibida, predicada y conservada, con posterioridad escrita paulatinamente, ha quedado plasmada en los cuatro evangelios canónicos.

“Ah si rompieras los cielos y descendieras” clama el profeta Isaías con profunda esperanza y vehemencia;  “Venga a nosotros tu Reino” nos enseña a orar al Padre el Hijo de Dios. Ésta es la esperanza y el deseo colmados, la oración respondida: el Reino de los cielos y con él la salvación de los hombres han llegado en la persona de nuestro Señor Jesucristo; Ésta es la Buena Nueva, el Evangelio del Reino. El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed la Buena Nueva.

Bendición de las Aguas

El 6 de enero, fiesta de la Divina Epifanía,  celebramos el Bautismo de nuestro Señor Jesucristo en el Río Jordán; después de la Divina Liturgia, se lleva a cabo el Servicio de la bendición del agua. ¿Que significa? y ¿qué relación tiene con el Bautismo del Señor?

El agua, por su importancia –ya que sin agua no hay vida– es un elemento que resume en sí todo lo creado por Dios que el libro de Génesis lo describe así: «Vio Dios que todo cuanto había hecho era muy bueno.» En un principio, toda la creación incitaba al hombre (su rey) a glorificar al Creador, y de esta manera formaba un lugar de la presencia de Dios.

Pero el hombre, por su propia voluntad, se alejó del amor de Dios; así que con la caída que provocó, la misma naturaleza se corrompió también y empezó a ocupar una función catastrófica. El agua siguió representando la esencia de lo material creado mas ya no como lugar de presencia de Dios, sino como símbolo del dominio del Maligno sobre este mundo: miedo, diluvio, muerte.

Cristo vino al mundo y se manifestó para redimir a todo. En el icono del bautismo del Señor, podemos contemplarlo bendiciendo el agua y pisoteando los demonios ocultos en ella. Con esta acción el Señor  re-crea las aguas devolviéndolas  su vocación inicial: Lugar de su Presencia.

El Agua Bendita no es un instrumento mágico que nos da satisfacción y tranquilidad sino como todo objeto sagrado cristianamente es canal de la Gracia divina, cuya función es encauzar nuestra vida hacia Dios. Finalmente sería nuestra decisión recibir habilitarla o no.

Al inicio de este año rociamos nuestro mundo con el agua bendita, y con ella abrimos nuestra vida a la acción de la Gracia de Dios que, conforme a las palabras de san Pablo en la carta que leemos el día de la fiesta, «nos educa en que vivamos con castidad,  justicia  y  piedad  en  el  siglo  presente» (Tit 2:12). Amén.

 

Boletín del 01/01/2016

Fiesta de la Circuncisión de Nuestro Señor Jesucristo 

Memoria de San Basilio Magno

¡Feliz Año Nuevo!

 Como Niño de ocho días, el Creador de los siglos,
Quien es la plenitud de la Ley,
es circuncidado como hombre
y envuelto en pañales; Y se alimenta con leche,
Quien administra todas las cosas con Su Poder Ilimitado,
porque Él es Dios y en un instante inició a todas.
                                                                                Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Circuncisión de nuestro Señor Jesucristo

Tono 1

“Oh Señor todo piedad, Tú, que eres Dios en esencia,
tomaste imagen humana sin mutación;
cumpliste con la Ley y aceptaste voluntariamente
la Circuncisión en el cuerpo para quitar la oscuridad de la Ley
y aniquilar el velo de las pasiones.  ¡Gloria a tu bondad! 
¡Gloria a tu compasión!  ¡Gloria a tu incomprensible condescendencia, oh Verbo!”

Tropario de San Basilio

Tono 1

“En toda la tierra en donde fueron aceptadas tus palabras,
surgió tu melodía, oh Padre Justo, con ellas legislaste
y aclaraste la naturaleza de las criaturas como algo digno de Dios;
y enseñaste la moral a los hombres.  Oh Basilio,
portador del sacerdocio real
intercede ante Cristo Dios para que salve nuestras almas”.

Condaquio de la Circuncisión de nuestro Señor Jesucristo

Tono 3

El Señor de todo, hoy, al someterse a la ley antigua,
circuncida, el Bondadoso, las transgresiones de los mortales,
otorgándole la salvación al universo, y Basilio en las alturas se alegra,
el iluminado obispo del Creador, el iniciado divino de Cristo, Basilio Magno.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses (2: 8-12)

Hermanos: Miren que nadie los esclavice mediante la filosofía y la vana falacia, fundada en la tradición de los hombres, según los elementos del mundo y no según Cristo.

Porque en Él reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente, y ustedes en Él han sido perfeccionados, que es la Cabeza de todo Principado y de toda Potestad; en Él también fueron circuncidados con la circuncisión no quirúrgica, sino mediante el despojo del cuerpo de los pecados de la carne, por la circuncisión en Cristo. Sepultados con Él en el bautismo, con Él también han resucitado por la fe en la acción de Dios, que lo resucitó de entre los muertos.

Evangelio según San Lucas (2: 20 -21; 40 – 52)

En aquel tiempo, los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al Niño, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno.

El niño crecía y se fortalecía llenándose de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre Él. Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron como de costumbre a la fiesta y, al volverse ellos, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supiesen su madre y José. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y lo buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando lo vieron, quedaron sorprendidos y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? He aquí, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.» Él les dijo: « ¿Por qué me buscaban? ¿No saben que debo estar en lo de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron las palabras que les dijo. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos; y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

Mensaje Pastoral

¡Próspero Año Nuevo!

Al inicio de cada año, nos encontramos para felicitarnos unos a otros diciendo: «¡Próspero año nuevo!», y muchas veces pasa el año sin sentir novedad alguna, pues se parece en todo a los anteriores: tuvimos momentos tanto de alegría como de tristeza;  de hambre,  y comimos; había algunos ricos y otros pobres; unos murieron y otros nacieron. Y sacamos la conclusión de que «nada nuevo hay bajo el sol» (Ecl 1:9).

Entre tanto, leemos lo que san Pablo escribe a los corintios: «Todas las cosas son hechas nuevas» (2Cor 5:17). El Señor mismo nos dice en el Libro del Apocalipsis: «He aquí, yo hago nuevas todas las cosas» (Ap 21:5). ¿En que consiste esta novedad?

Un día preguntaron a un monje acerca de cómo se protegía a sí mismo del fracaso. Él contestó que cada día, al levantarse, se decía: «Éste es mi primer día de monje.»

Pues, la novedad no surge del ambiente exterior, ya que «nada nuevo hay bajo el sol», sino de nuestra visión hacia el mundo que nos rodea. En Cristo «todo es nuevo» porque los sentidos y las preguntas cambian:

Sobre la felicidad: ¿cómo descanso?, se cambia por ¿para quién y con qué fin me canso?

Sobre el dinero: ¿cómo lo aumento en la bolsa?, a ¿en qué lo estoy gastando?

Frente a la muerte: ¿cómo alejo a este desconocido?, a ¿cómo me he preparado para enfrentar a este vencido?

Preguntarme de tal manera no es sino el arrepentimiento, «el bautismo de las lágrimas» que me devuelve, como le hacía al mencionado monje, a mi primer día de ser cristiano, a mi bautismo donde, revestido de Cristo, me he vuelto «la nueva creación.»

Nuestra Fe y Tradición

“Ortodoxia”

La palabra “Ortodoxia” es de origen griego, formada de “orthós” y “doxa”, es decir, doctrina correcta, credo verdadero, universal, enseñanza que se sitúa en continuidad directa e ininterrumpida con la Tradición apostólica, por medio de la teología patrística y neo-patrística, y que constituye la fe común de las iglesias indivisas del primer milenio. La Ortodoxia se identifica con la misma tradición apostólica, así como fue confirmada, interpretada y desarrollada por el consenso de la Iglesia Universal. De hecho, la didascalia (apostolorum) – es decir, la norma de la fe apostólica – fue el criterio de base de la Ortodoxia.

Por esto, cualquier ruptura de continuidad con la Tradición apostólica ha sido considerada una corrupción o abandono de la Ortodoxia, que puede tomar forma, sea de una herejía, sea de una “confesión” separada.

La Santa y correcta Fe de la Iglesia de Cristo (Ortodoxia) se ha mantenido intacta, a lo largo de los siglos, a través de los dictados de las Santas Escrituras y de la Santa Tradición apostólica; a través de las decisiones de los cinco Sínodos Apostólicos; a través de lo que enseñan los cánones de los siete Sínodos Ecuménicos y de los sínodos locales , porque, en palabras de San Juan Crisóstomo, “El timón de la Iglesia de Cristo son los divinos cánones”

Vida de Santos

San Basilio Magno

1 de enero

San Basilio, El Grande, arzobispo de Cesárea en Capadocia. fue bautizado y fue asignado al clero como lector. durante mucho tiempo fue a vivir con los ermitaños en Siria. La vida en el desierto le agradaba a Basilio. Con él estaba su amigo de la infancia San Gregorio (El Teólogo).

El arzobispo de Cesárea Eusebio lo ordenó como presbítero.

Tras la muerte de Eusebio, San Basilio fue ascendido a la cátedra de Cesarea. como arzobispo tuvo una tensa y dura lucha con los arrianos y decía san Basilio al emperador: “No tengo miedo al destierro porque toda la tierra es del Señor; es imposible quitar los bienes a quien no tiene nada; la muerte es para mi un bien porque me unirá con Cristo por Quien vivo y trabajo.”

Él fue fundador de alguno famosos conventos para los monjes y también creó las reglas de vida y de comportamiento de los monjes.

San Basilio se preocupaba por la uniformidad y el orden de los santos oficios, por eso explicó el orden de la Liturgia apostólica, la que se conoce como la Liturgia de San Basilio. Esta Liturgia se realiza todos lo domingos durante la Gran Cuaresma y en algunos otros días.

También él compuso numerosas oraciones de uso en la iglesia. Las más conocidas son las que se leen de rodillas en el día de Pentecostés.

Para la Iglesia tienen mucha importancia los escritos de San Basilio, especialmente “El Hexamerón” (sobre los 6 días de la creación del Mundo) en los cuales él se manifiesta no solo como un gran teólogo sino también como el científico en el dominio de las ciencias naturales. También llegaron a nosotros: 13 homilías sobre los salmos, 25 homilías para distintas ocasiones, 5 libros contra los arrianos y “Los Ascéticos” sobre la Divinidad del Espíritu Santo.

La dura labor y dolores del alma agotaron sus fuerzas y él terminó su vida a los 50 años. El 1 de enero del año 379. Sus intercesiones sean con nosotros. Amén.

Sentencias de lo Padres del Desierto

  • Dijo un anciano: «Esto es lo que Dios examina en el hombre: el pensamiento, la palabra y la obra».
  • Dijo también: «El hombre necesita esto: temer el juicio de Dios, odiar el pecado, amar la virtud y orar continuamente a Dios»
  • Decía el abad Evagrio: «Si estás desanimado, ora. Ora con temor y temblor, con ardor, sobriedad y vigilancia. Así es preciso orar,  especialmente a causa de nuestros enemigos invisibles, que son malos y se aplican a todo mal, pues sobre todo en este punto de la oración  se esfuerzan en ponernos dificultades»

Boletín del 27/12/2015

Domingo Posterior a la Navidad

 

Himnos de la liturgia

 Tropario de Navidad

Tropario de la Resurrección

Tono 5

audio1

Al coeterno Verbo, con el Padre y el Espíritu,
Al Nacido de la Virgen para nuestra salvación, alabemos,
oh fieles, y prosternémonos. Porque se complació en ser elevado
en el cuerpo sobre la Cruz y soportar la muerte,
y levantar a los muertos por su Resurrección gloriosa.
 

Tropario del Domingo Posterior a la Navidad

 Tono 2

¡José! Anuncia a David el antepasado de Cristo,las esplendorosas maravillas.
Porque Tú habías contemplado en cinta a una virgen. 
Por lo tanto, con los pastores, glorificaste; con los Magos adoraste; 
y por el ángel fuiste inspirado. Suplica, pues, a Cristo Dios, que Salve nuestras almas.

Tropario de la Navidad

 Tono 4

Tu Nacimiento, oh Cristo nuestro Dios,
iluminó al mundo con la luz de la sabiduría,
pues los que adoraban a los astros,
por la estrella aprendieron a adorarte, 
oh Sol de Justicia, y a conocerte,  Oriente de lo alto.  ¡Señor, gloria a Ti! 

Condaquio de Navidad

Tono 3

Hoy la Virgen da a luz al inefable verbo; 
y la tierra ofrece al inasequible la gruta; 
los ángeles con los pastores lo glorifican; 
los magos con la luz del astro se encaminan. 
Pues, por nosotros ha nacido el nuevo Niño, el eterno Dios.

Lecturas Bíblicas

 Carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas (1: 11-19)

Hermanos: Les hago saber que el Evangelio anunciado por mí, no es de orden humano, pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. Pues ya están enterados de mi conducta anterior en el Judaísmo, cuán encarnizadamente perseguía a la Iglesia de Dios y la devastaba, y cómo sobrepasaba en el Judaísmo a muchos de mis compatriotas contemporáneos, superándoles en el celo por las tradiciones de mis padres.

Mas, cuando Aquél que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su Gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo, para que lo anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre, sin subir a Jerusalén donde los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, de donde nuevamente volví a Damasco. Luego, de allí a tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas y permanecí quince días en su compañía. Y no vi a ningún otro apóstol más que a Santiago, el hermano del Señor.

 Lectura del Santo Evangelio según San Mateo  ( 2: 13-23)

En aquel tiempo, cuando los magos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y quédate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.» Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes (para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo). Entonces Herodes, al ver que había sido burlado, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto, lamento y gemido: Raquel llora a sus hijos y no quiere consolarse, porque ya no existen… Muerto Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.» Él se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró de Galilea y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: Será llamado Nazareno.

Mensaje Pastoral 

 Huida a Egipto    Los roles de los hombres en el plan de Dios

   “Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto…
porque ha de acontecer, que Herodes buscará al niño para matarlo”

Homilía de Monseñor Pablo Yazigi, Arzobispo de Alepo

Este evangelio se lee el domingo posterior a la Navidad. En él aparece amenazada la vida de Cristo inmediatamente después de su nacimiento. Desde el inicio, se ve la hostilidad y los intentos humanos para detener el plan salvífico de Dios. Si bien la vida del Señor culminó con su crucifixión, sin embargo ésta empezó en la Navidad: desde la cuna, el Señor es obligado a huir a Egipto junto a su madre y a José. El curso de la verdad no siempre se realiza en forma amena. Si bien la luz vence a las tinieblas, esto no es gratuito.

En este evangelio aparecen tres actitudes diferentes ante el nacimiento de Jesús, la de la Virgen, la de José y la de Herodes. Estas actitudes reflejan las distintas posturas ante el plan salvífico de Dios.

Al novio José, hombre justo de avanzada edad, se le apareció el ángel para comunicarle que no tuviera miedo de tomar a María en su casa pues el Nacido de ella era del Espíritu Santo. Vuelve a aparecer aquí para avisarle: “Toma al niño y a su madre, y huye a Egipto…”. Esta persona silenciosa representa el modelo de quien obedece a la Palabra de Dios. Representa a aquellos que siempre están al servicio de la voluntad divina cuando se les solicita, escuchan la Palabra y la practican con amor y obediencia. Estos conocen la justicia a partir de la obediencia. Así disponen de toda su vida para cuántas veces se lo pidan a ellos; y la Palabra de Dios y la verdad siempre encuentran en estos protección y buena tierra.

Otras personas viven la justicia no sólo aceptándola, protegiéndola u obedeciéndola, sino creándola y anunciándola, como la Virgen María que dio toda su vida por la Palabra. Hay un grado de fe que no basta con la obediencia, sino que solicita antes de estar solicitada, y busca antes de estar buscada. Este tipo de fe no sólo guarda la verdad, sino la da a luz. A muchos les complace predicar y no sólo aceptar. No sólo defienden la verdad cuando es perseguida, sino que se dedican a la verdad hasta que amanezca. No sólo son recipientes que guardan, sino que son el vaso elegido que lleva el perfume de Cristo a todas las naciones. Estos contribuyen más en la difusión de la Palabra.

En cuanto a Herodes, él representa a las corrientes hostiles cuyos intereses no aceptan la luz sino que permanecen en las tinieblas; no les conviene la verdad porque reprende sus obras. Estos buscan, cada uno a su manera, aniquilar la imagen de amor y sacrificio en ellos y en el mundo para que se justifiquen las obras de las tinieblas. Y los tipos de Herodes abundan; ninguna época careció de ellos. El Evangelista Juan dice: “Porque ya está obrando el misterio de iniquidad” (II Tes 2:7).

La pregunta que viene a la mente es: ¿cuál es el destino del plan salvífico de Dios ante las diversas posturas de los hombres? Si en la época de Herodes había un José, ¿acaso su ausencia en otra época conlleva la pérdida de la verdad?

El libro del Apocalipsis describe esta situación y responde a la pregunta: Se habla de una mujer que, al dar a luz a su hijo, vino un dragón para matarlo, pero la tierra la ayudó. Ella se fue al desierto para criar a su hijo. Se habla también del hijo como cordero inmolado y vencedor. Además, este libro nos explica dos aspectos: primero que se trata del fin de la historia, lo que expresó Jesús cuando dijo: “Confíen, yo he vencido al mundo” (Jn 16:33); y segundo que, por un lado, la presencia del Señor Jesús en el mundo y, por otro lado, la libertad y la vida de toda persona, son acontecimientos que separan a las ovejas de los cabritos. La marcha de la presencia divina en la historia se ha convertido en una línea divisoria entre los que están a la derecha y los que están a la izquierda.

Está claro a partir del texto del Evangelio que la Virgen y Herodes se encontraron en la misma época. Dios interviene sin violar la libertad de nadie, sin obligar a la Virgen ni presionar a Herodes. Así la concreción del plan salvífico de Dios queda en marcha, pero se vuelve condenación para este, y justificación y santificación para José y María. Sin eliminar la libertad de nadie, la historia salvífica continúa su marcha hacia la victoria del cordero y del nacido en el pesebre. Todo ello se realiza sin forzar a nadie. De hecho, el Señor esperó en Egipto hasta que muriera aquel que buscaba matarlo.

Si bien la sabiduría de Dios y su amor al hombre no pueden ser vencidos por las equivocaciones humanas, tampoco pueden vencer cualquier deseo humano. Si bien Dios es todopoderoso y su plan de salvación sigue su curso hasta su término final y bueno, pero todo se realizará en forma escatológica, sin obligar a nadie: “La Luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron” (Jn 1:5).

Todos vacilamos entre estos tres grados de la fe: existen servidores que anuncian la Palabra; existen otros que la reciben o guardan con obediencia; y hay otros que la rechazan. La sabiduría divina circula en todas estas posturas hasta el cumplimiento final del plan de amor de Dios. Por un lado, nace Jesús, y por otro lado, muere Herodes. La cruz aparece ya en el nacimiento de Jesús, pero la resurrección viene apareciendo.

Esta verdad hoy la Navidad nos empuja con gran esperanza a no ser neutrales ante la llegada del Señor al mundo. No temamos la aspereza de las corrientes o factores en contra de la fe. Vivamos moviéndonos hacia los eventos salvíficos. La Navidad merece nuestra respuesta y no acepta una actitud fría o neutral, porque el que viene será perseguido y cada uno tiene un papel en protegerlo o anunciarlo. De lo contrario, estará tomando postura a favor de sus asesinos.

“Toma al niño y a su madre…” es una expresión que si, al oírla, no la meditamos con nuestra libertad, hemos ahora, al haberla leído, de obedecerla. Amén.

Navideñas

Oro, incienso y mirra

La adoración de Jesús por parte de los sabios de oriente es parte de la celebración de la Navidad en la Iglesia Ortodoxa. Cualquiera hayan sido las circunstancias históricas de este evento, y la tradición ortodoxa los toma casi literalmente, el significado espiritual y teológico de la venida de estos reyes con sus presentes es de primordial importancia.

Nuestra Iglesia hace un especial énfasis en el hecho que todo el orden de la naturaleza participa en el anuncio del nacimiento de Cristo, así revelándola como la creación de Dios. Pues, como el tropario de la fiesta lo proclama,“aquellos que adoraban las estrellas aprendieron por una estrella” a adorar a Jesús el Señor.

Los acertijos de los adivinos

Y del divino Balaam se cumplen ahora.

Porque una estrella ha brillado de Jacob,

Guiando a los Magos, reyes persas, que traen sus presentes,

Al Sol de la Gloria.

El error de Persia ha dejado de existir,

Porque los que observaban estrellas, reyes del Oriente,

Traen regalos a Cristo el rey de todo en su nacimiento:

Oro, incienso y mirra.

Bendíganlo, pueblos y alábenlo, sacerdotes,

Exaltadlo, naciones, por todos los siglos.

(Oraciones antes de dormir del último día de la preparación de la Navidad, 24 de diciembre)

La venida de los sabios también atestigua el hecho que Jesús ha venido como Rey y Señor de toda la gente, y no solo de los judíos. En las personas de los reyes persas la Iglesia ve a todas las naciones de la tierra y todos los reinos de los hombres.

La hija de Babilonia

Una vez llevó cautivo a los hijos de David desde Sión,

A quien había llevado con su espada.

Pero ahora ella envía a sus propios hijos,

A los magos que traen sus presentes,

A pedirle a la hija de David en quien Dios ha venido a morar.

Por lo tanto digamos todos este himno:

Que toda la creación bendiga al Señor,

Y lo exalte sobre todo por siempre.

(Matutinos de la fiesta de la Navidad)

Los magos, reyes de Persia,

Supieron que Tú, el rey celestial,

Ibas a nacer ciertamente en la tierra.

Vinieron a Belén

Guiados por la luz de una estrella,

Y ofrecieron sus elegidos presentes:

Oro, incienso y mirra.

Y arrodillándose ante ti te adoraron,

Pues te vieron a ti que eres eterno

Descansando como un niño en un pesebre.

(Oraciones antes de dormir de la fiesta de Navidad)

La tierra extiende sus extensos espacios

Y recibe al Creador,

Y Él recibe gloria de los ángeles

Y la estrella de los cielos,

Presentes de los magos

Y reconocimiento de todo el mundo.

(Oraciones antes de dormir del día final de la preparación de la Navidad, 24 de diciembre)

Los presentes de los magos tienen un significado particular. Los mismos son interpretados simbólicamente en la liturgia de la fiesta. El presente de oro es tomado como el signo que Jesús es el rey de Israel, del mundo entero, y del reino de Dios por venir. Esta es una parte crucial de la historia de Navidad en los evangelios. Esto provocó que Herodes matara a “todos los niños en Belén y en toda la región a los menores de dos años de acuerdo al tiempo que había inquirido de los sabios” (Mt 2:16).

“Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle”. En oyéndolo, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: “En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel” (Mt 2:1-6).

El presente del incienso es tomado por la Liturgia significando el hecho que Jesús es Dios, desde el momento en que el incienso sirve para la adoración y solo Dios puede ser adorado.

Y el presente de la mirra es porque el Señor Jesús ha venido a morir como el perfecto sacrificio por el pueblo. Los muertos eran ungidos con mirra, como el mismo Jesús fue ungido, de acuerdo a las escrituras, en el tiempo de su muerte (Jn 19:39-40).

En los presentes de los magos, por lo tanto, están contenidos todos los misterios de la venida de Cristo. Ellos apuntan al propósito de su manifestación en la tierra. Él es el Rey, el hijo de David, cuyo reino no tendrá fin. Él es la víctima, el Cordero de Dios, quien por su muerte quita los pecados del mundo. Y Él es Dios mismo, el Divino Hijo del Padre: “Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero; nacido, no creado; consubstancial al Padre por quien todo fue hecho; quien por nosotros los hombres, y para nuestra salvación, descendió de los cielos…” como lo declara el credo niceno.

La contemplación de estos sabios hombres y sus presentes son una parte integral y eterna de la celebración de la Iglesia en Navidad.

Los reyes, los primeros frutos de los gentiles,

Te traen presentes para tu nacimiento en Belén

De una madre que no conoció hombre alguno.

Con mirra ellos anuncian tu muerte,

Con oro, hablan de tu poder real,

Con incienso, de la preeminencia de tu divinidad.

(Oraciones antes de dormir del último día de la preparación a la Navidad, 24 de diciembre)

Cuando el Señor Jesús nació en Belén de Judá,

Los magos vinieron de oriente

Y adoraron a Dios hecho hombre.

Y alegremente abrieron sus tesoros,

Ofreciéndole preciosos regalos:

Fino oro, puesto que es el Rey de los siglos;

Incienso, puesto que es el Dios de todos;

Mirra, que ofrecen al inmortal que estará tres días muerto.

¡Venid todas las naciones, adorémoslo

Porque ha nacido para salvar nuestras almas!

(Oraciones antes de dormir de la fiesta de Navidad)

Felicitación de S.E.R Antonio Chedraoui

Felicitación de Navidad y Año Nuevo

Felicito a la comunidad y a todos los amigos en estos días tan importantes para el Cristianismo. Navidad es una Fiesta de alegría para la humanidad, porque es la manifestación del amor de Dios que nos ama tanto que envió a su mismo Hijo, verdadero Dios y verdadero Hombre, nacido de la Virgen en Belén, para hablarnos de Él, para decirnos que los que creemos en su enviado Jesús, el Cristo, somos, en verdad, hijos de Dios y revelarnos que es Padre, es Amor y todo ternura.
Agradezco a todos las muestras de su cariño y de su amistad, y les deseo! Una Feliz Navidad y un 2016 pleno de Bendiciones Divinas!

Arzobispo Metropolitano Antonio Chedraoui
Diciembre del 2015

Boletín de Navidad 2015

El Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo

Nos ha buscado el Salvador, Oriente de lo Alto;
quienes andábamos sin luz, en sombra de la oscuridad,
hemos hallado la Verdad, pues de la Virgen hoy ha nacido nuestro Dios.         
                                                                                                                       Exapostelario

Himnos de la liturgia

 Tropario de Navidad

 Tono 4

Tu Nacimiento, oh Cristo nuestro Dios,
iluminó al mundo con la luz de la sabiduría,
pues los que adoraban a los astros,
por la estrella aprendieron a adorarte, 
oh Sol de Justicia, y a conocerte,  Oriente de lo alto.  ¡Señor, gloria a Ti! 

Condaquio de Navidad

Tono 3

Hoy la Virgen da a luz al inefable verbo; 
y la tierra ofrece al inasequible la gruta; 
los ángeles con los pastores lo glorifican; 
los magos con la luz del astro se encaminan. 
Pues, por nosotros ha nacido el nuevo Niño, el eterno Dios.

Lecturas Bíblicas

 Carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas ( 4:4-7)

Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la filiación adoptiva. Y por cuanto son hijos, Dios ha enviado a sus corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

 Lectura del Santo Evangelio según San Mateo  (2:1-12)

Cuando nació Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: «¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarlo.» Oyéndolo el rey Herodes, se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un Caudillo que apacentará a mi pueblo Israel.» Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después, les envió a Belén diciéndoles: «Vayan e indaguen cuidadosamente sobre ese niño; y cuando lo encuentren, comuníquenmelo, para ir también yo a adorarlo.» Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, lo adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron por otro camino a su país.

Mensaje Pastoral 

Dios está con nosotros

 La Natividad del Señor es una de las fiestas más importantes dela Iglesia, por lo que se le prepara con el ayuno durante cuarenta días, y desde hace casi un mes se empieza a cantar el Condaquio navideño que dice: «Hoy la Virgen viene a dar a luz […] al sempiterno verbo.»

¿Por qué el «Hoy» de este himno si, cuando lo cantábamos, ni siquiera estábamos en el día del 25?

La fiesta de Navidad es mucho más que un recuerdo de un acontecimiento que tuvo lugar desde hace más de 2000 años –como si se festejara el descubrimiento de América o la independencia de México–, es decir, es más que un día célebre del calendario humano. Es el Día desde el cual miramos a toda la historia; y si bien pertenece al pasado, se extiende a lo largo del presente: «Dios está con y entre nosotros».

Todo lo anterior añoraba este día de «Hoy»; pues, la historia del Antiguo Testamento es el desarrollo de un diálogo entre la intervención de Dios en su creación, y la reacción del hombre ante dicha intervención. Dios hablaba a través de sus profetas, milagros y maravillas preparando la creación para tal día; y la Virgen es el fruto de toda esta preparación; como dice san Pablo en la carta que leemos el día de la fiesta: «Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer» (Gal 4:4). Es el momento desde el cual vivimos, los cristianos, no en la era d.C. (después de Cristo) sino la era «en Cristo.»

Dios ha encarnado, a saber, «se hizo carne y puso su morada entre nosotros» (Jn 1:14); Aquél a quien los antiguos buscaban con inquietud, se nos ha revelado realizando la Profecía de Isaías: «¡He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán de nombre Emmanuel que significa “Dios con nosotros”!»

Dios está con nosotros: ¡qué vergüenza, si seguimos buscándolo entre las ruinas de Egipto o los tesoros del Faraón!

¡Dios está entre nosotros, y nosotros andamos consultando filosofías e ideologías para saber si existe!

¡Dios está entre nosotros, y henos aquí actuando como si la vida estuviera en el poder y en el dominio, mientras la tierra se agitó y el sol ocultó su luz al ver al Señor en su gloria!

«Hoy la Virgen Vienea dar a luz […] al sempiterno Verbo»: confesamos que todos los tesoros, filosofías, ideologías y poderes ya son inútiles si no nos hacen prosternarnos ante Él, con los magos, con los pastores y los Ángeles que festejaban aquel día.

Que nuestros ojos lo vean, que nuestros oídos escuchen sus palabras; tanto con nosotros está al grado que lo comemos y lo asimilamos a fin de que, conforme a las palabras de san Pablo, en Él vivamos y nos movamos y existamos (Hch 17:28). Sólo así será nuestra vida «Noche Buena», Pero si el Bondadoso es ausentado de nuestras fiestas, la bondad será exclusiva del nombre nada más.

Que el Señor nos haga dignos de la alegría verdadera de su Nacimiento. Amén.

Navideñas

Nacimiento Virginal

El decir que José “No la conoció (a María) hasta que dio a luz a su hijo”, no indica que la conoció después del parto. La palabra hasta, en sí, señala lo que sucedió durante todo el tiempo anterior al parto, pero no dice nada respecto al posterior. Es como cuando uno dice: “Estuve en la casa en la mañana”, pues esto no quiere decir que en la tarde estuvo fuera. Leamos este ejemplo del libro de Génesis: en la historia del diluvio, Noé despidió un cuervo para examinar si la tierra había secado; el relato dice: “El cuervo no volvió hasta que se secó la tierra” (Gén. 8: 7). Pero sabiendo que el cuervo nunca regresó, entendemos que la palabra hasta procuraba mostrar el abandono del cuervo antes de que la tierra se secase, sin importar lo acaecido después. Lo mismo sucede con san Mateo cuando dice que José “No la conoció hasta que dio a luz a su hijo”, pues lo que le importaba es enfatizar el nacimiento virginal, o sea, que lo concebido en la Virgen es del Espíritu Santo, sin decir nada de lo que después pasó o no con María y José.

Quizás alguien se pregunta: “¿Por qué san Mateo no atestiguó la virginidad de María también después del parto?”

El centro de atención del Evangelista era el Mesía, en quien se han realizado las profecías del Antiguo Testamento; su narración sobre el Nacimiento no busca describir la devoción de la Iglesia hacia la Virgen María, sino el acontecimiento salvífico de la Encarnación. Pero la Iglesia, desde sus primicias, ha sostenido que María permaneció Virgen antes, durante y después del parto, como parte de la auténtica devoción hacia la Madre de Dios. No es ni razonable ni recto pensar en que las entrañas que Dios ha consagrado con su presencia fueron dispuestos a otra preocupación; ella se quedó siempre al lado de su hijo “guardando todo en su corazón.” Permaneció siempre Virgen, “Betulah”, palabra hebrea que significa “morada de Dios”, de Dios y nada más de Él.

Frases de la sobre la Natividad

  • Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. (Mt 1:21)
  • …os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo;  11 porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. (Lc 2:10-11)
  • Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace.  (Lc 2:14)

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