Muchos de nosotros tienen miedo, o sea, desatienden lo que está ligado al Antiguo Testamento, aunque muchos textos del Antiguo Testamento están integrados en nuestra Liturgia.
Desde hace mucho tiempo, el Antiguo Testamento me ha llamado la atención, porque para mí es la preparación necesaria al pueblo escogido a través de los siglos, para que pudiera aceptar por su propia experiencia, el misterio de la Encarnación y de la Resurrección del Verbo.
Es decir, que la misma persona de Cristo es el centro de la Santa Escritura. Se trata, entonces, de una persona oculta en el Antiguo Testamento, pero revelada obviamente en el Nuevo Testamento.
Dos puntos me parecen necesarios para entender el tema: En primer lugar, explicaré lo que es la Biblia Septuaginta o de los setenta (LXX) (§1), y en segundo lugar, me referiré sobre el Canon Ortodoxo de la Biblia (§2).
§1: La Biblia Septuaginta como herencia Cristiana
Nuestra Iglesia ha recibido en herencia lo que se llama la Biblia Septuaginta (o de los LXX). Se trata de la Biblia traducida al griego de los libros hebreos, ciertamente proto-masorética, que fue realizada por 70 a 72 traductores judíos en Alejandría en la isla de Pharos, a principios del tercer siglo, antes de Cristo.
Según Filón[1] de Alejandría, esta Biblia fue “inspirada por Dios“, como lo citó el gran teólogo Eusebio, Obispo de Cesarea[2].
Al inicio de la era cristiana otros textos judíos, directamente escritos en griego, fueron añadidos a esta Biblia Septuaginta, la cual fue adoptada por los primeros cristianos, especialmente por los Padres Apostólicos; sin embargo, fue rechazada por el judaísmo palestino que procedió a fijar el canon de su propia Biblia, o Tanaj, probablemente en el tercer siglo d.C. Este canon, conocido por Tanaj, consiste en la retención de los libros existentes exclusivamente en hebreo. En esto radica la controversia entre la Sinagoga y la Iglesia.
Sin embargo, los rollos de Qumran (descubiertos en 1947) muestran que la Septuaginta fue aceptada como texto bíblico junto a los textos hebreos y apoyan la teoría de los textos proto-masoréticos.
Para el cristiano, la Septuaginta parece de suma importancia, ya que de ella deriva todo el léxico teológico y litúrgico de la Iglesia, en donde los salmos se rezan tal cual.
En el Nuevo Testamento, se encuentran implícita o explícitamente alrededor de 350 menciones del Antiguo Testamento. Entre ellas, 300 se refieren a la Septuaginta, y el resto se refiere a los textos hebreos. Por tanto, la versión de los LXX, es esencial para entender el Antiguo Testamento a la luz del Nuevo Testamento.
Hoy en día podemos distinguir entre cuatro códices de la Septuaginta que son diferentes:
- El Códice Vaticano
- El Códice Sinaiticus ( Disponible en línea en la Biblioteca Británica)
- El Códice Alejandrino
- El Códice Venetus
También llegamos a muchas otras versiones parciales. Pero lo cierto es que, parece muy difícil reconstruir el texto original de la Septuaginta.
§2: El Canon ortodoxo de la Biblia
La Biblia Septuaginta es cuatripartita[3], ya que incluye los libros del Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio), los libros históricos, los libros de poesía y sabiduría y finalmente, los libros proféticos.
En Occidente los libros de la Septuaginta, excepto el salterio, fueron sustituidos en el siglo octavo por la versión latina de Jerónimo quién la había traducido del hebreo (siglos IV- V), la cual es conocida hoy en día como la Vulgata.
En lo que se refiere al Canon, ortodoxos, católicos y protestantes se pusieron de acuerdo sobre una lista de 39 libros, los cuales, para el Antiguo Testamento, corresponden a todos los libros del Tanaj.
Pero los ortodoxos y los católicos han añadidos varios escritos, llamados libros deuterocanónicos, que fueron transmitidos en griego, a la Septuaginta. Seis de estos textos presentes sólo en las Biblias ortodoxas se han añadido en la traducción de la TOB: 2010: 3Esdras, 3Maccabées, Salmo 151, Oración Manasés, 4Maccabées, 4Esdras.
La Iglesia Católica se ha pronunciado definitivamente sobre el canon del Antiguo Testamento (desde el Concilio de Trento 1545-1563), mientras la Iglesia Ortodoxa no ha determinado firmemente el Canon de su Biblia, pero sigue fiel a la enseñanza de los Padres de la Iglesia y a las decisiones de los siete primeros concilios ecuménicos al respecto.
Sin embargo, las listas hechas por los Padres y las de los siete concilios ecuménicos, tienen diversificaciones que se reflejan en las Biblias en uso dentro de las diferentes Iglesias ortodoxas.
Por ejemplo, la Iglesia de Grecia ha tomado in extenso todos los libros deuterocanónicos contenidos en la Septuaginta.
Los libros deuterocanónicos que pueden estar presentes, incluidos entre los libros canónicos, o agrupados al final del Antiguo Testamento, en las diferentes Biblias ortodoxas son:
- Tobías;
- Judith;
- Salmo 151;
- Salmos 152-155;
- Salmos de Salomón;
- Libro de Baruch;
- Carta de Jeremías;
- 3 Esdras (Correspondiente a 2 Esdras en las Biblias rusas);
- La Sabiduría de Salomón;
- Eclesiástico (Sabiduría de Jesús ben Sirá);
- Las adiciones griegas de Esther;
- Susana, según Teodoción (o Daniel 13);
- Bel y el Dragón, según Teodoción (o Daniel 14);
- 1, 2 y 3 Macabeos;
- Oración de Manasés;
- 4 Macabeos;
- 4 Esdras (Correspondiente a 3 Esdras en las Biblias rusas).
Es de notar que el libro de Enoc y Jubileos, que no están en la Septuaginta, son específicas del Canon de Etiopía.
Para concluir, la Biblia protestante es diferente de la católica. Mirando el índice de libros que contiene la Biblia contamos 66 libros, mientras que la Biblia católica y la Biblia ortodoxa contienen siete libros más.
En su canon del Antiguo Testamento, tanto las Biblias protestantes como las ortodoxas difieren de las católicas. Las protestantes tienen menos libros, y las ortodoxas más libros, que las católicas.
Además de los libros del Antiguo Testamento que se encuentran en la Biblia Protestante, la Biblia católica incluye:
Adiciones a Daniel;
Adiciones a Esther;
Baruc;
Carta de Jeremías;
Eclesiástico (Sabiduría de Jesús ben Sirá);
Sabiduría;
Judit;
Tobías;
1 Macabeos;
2 Macabeos.
Las Biblias ortodoxas griega y eslava incluyen, además del canon católico del Antiguo Testamento, los siguientes libros:
1 Esdras (= 2 Esdras en eslavo = 3 Esdras en el apéndice a laVulgata);
Oración de Manasés (en el Apéndice a la Vulgata);
El Salmo 151, que sigue al 150 en la Biblia griega;
3 Macabeos;
En la Biblia eslava (y en el apéndice a la Vulgata);
2 Esdras (= 3 Esdras en la eslava = 4 Esdras en el Apéndice a la Vulgata).
(Nota: en la Vulgata latina, Esdras y Nehemías = 1 y 2 Esdras).
En un apéndice a la Biblia griega:
4 Macabeos.
De modo que es erróneo afirmar que nuestras Biblias ortodoxas reconozcan el mismo canon del Antiguo Testamento que las católicas. Y si el criterio de ser “completa” fuese tener la mayor cantidad de libros, entonces nuestras Biblias ortodoxas serían más completas que la Biblia católica.
Pero lamentablemente, ni en español ni en francés existe una Biblia ortodoxa propiamente editada y publicada. Sin embargo, en francés, hay una traducción valiosa de la Septuaginta realizada por Pierre Giguet [4].
Hoy en día, una traducción francesa parcial de la Septuaginta se está publicando – diecisiete volúmenes ya fueron publicados – Se trata de una obra de varios académicos, que han trabajado, para sacarla bajo el título “La Biblia de Alejandría”, Edición “Cerf”.
Ojalá que alguien se anime y traduzca oficialmente nuestra Biblia al español, ya que en el proceso de evangelización de los países hispanohablantes, la Biblia es de suma importancia.
Archimandrita Dr. Fadi Rabbat