San Partenio, obispo de Lampsaco

7 de Febrero

 

San Partenio, nació en la ciudad de Melitópolis en Noroeste de Asia Menor (hoy Turquía) donde su padre llamado Cristóbal era diácono. El joven Partenio no fue formalmente educado, pero aprendió las Sagradas escrituras atendiendo los servicios de la Iglesia. Repleto con la Gracia de Dios, San Partenio desde la edad de dieciocho años era capaz de sanar a muchos enfermos en el nombre de Cristo, echaba demonios y obraba milagros. Al enterarse el obispo Filetos de Melitopolis de la vida virtuosa de este joven, lo educó y ordenó presbítero.
En el 325, durante el reinado de Constantino el Grande, el arzobispo Aquiles de Cícico lo hizo Obispo de la ciudad de Lampasco (Asia Menor), donde muchos de sus habitantes eran paganos. El Santo comenzó a difundir la fe en Jesucristo fervientemente, confirmándola con muchos milagros y sanando a los enfermos.
Al presenciar las obras milagrosas de san Partenio, los paganos de Lampasco comenzaron a creer en Dios y dejar las costumbres paganas. Entonces el Santo acudió al emperador Constantino el Grande pidiéndole permiso para derribar el templo pagano y construir una Iglesia Cristiana en su lugar. El emperador recibió al Santo con honores y le entregó un decreto de autorización para derrumbar el templo pagano y también proveyendo ayuda para construir la Iglesia. Al regresar a Lampasco, san Partenio ordenó el derrumbe del templo y en ese lugar de la ciudad se construyó una bella Iglesia. En los escombros del templo derribado, san Partenio descubrió una bella plancha de mármol la cual decidió usar para construir el altar, pero en el proceso de llevar la piedra a la Iglesia, la maldad del enemigo se manifestó, volcando el coche donde la llevaban, causando la muerte del conductor Eutiquio. san Partenio le devolvió la vida por medio de sus oraciones, avergonzando al enemigo, que quería frustrar la obra de Dios.
Tropario, tono 4
Oh Dios de nuestros Padres, que siempre nos tratas según tu clemencia, no retires de nosotros tu misericordia, mas por sus oraciones, guía nuestra vida en paz.
Condaquio, tono 3
Habiendo recibido la gracia de Dios para obrar maravillas inefables, oh sabio y piadoso Partenio, santo obrador de maravillas, limpiaste completamente a los fieles de todas sus pasiones, expulsando a los espíritus malignos, oh Padre Portador de Dios; Por esta razón cantamos tu alabanza como un gran iniciado de la divina gracia de Dios.

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Padre Juan R. Méndez ()

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