San Pablo, Arzobispo de Constantinopla
06 de Noviembre
San Pablo el Confesor, arzobispo de Constantinopla, fue electo para el trono patriarcal después de la muerte de Patriarca Alejandro (+ 340), cuando la herejía de Arrio había resurgido nuevamente. Muchos arrianos estaban presentes en el Concilio que eligió al nuevo arzobispo de Constantinopla y éstos se opusieron a su elección, aunque la mayoría eran ortodoxos.
Tras la muerte de Constantino el Grande, sus hijos Constancio II, Constantino II y Constante reinaron sobre el Imperio de Roma dividiéndolo. Recibiendo Constantino II Britania, Galia e Hispania; Constante reinó sobre Italia, África y las provincias ilíricas, quedando Constantinopla y todo Oriente para Constancio.
El emperador Constancio II (317-361), simpatizaba con los arrianos. Éste no estaba en Constantinopla para la elección del arzobispo, que tuvo lugar sin su consentimiento. A su regreso, el emperador convocó a un concilio que ilegalmente depuso a San Pablo, y lo desterró de la capital. En lugar del santo eligieron a Eusebio de Nicomedia, un hereje impío. El arzobispo Pablo se retiró a Roma dónde otros obispos ortodoxos también fueron desterrados por Eusebio.
Eusebio no gobernó la Iglesia de Constantinopla por mucho tiempo. Cuando murió, San Pablo fue restituido a Constantinopla, y fue recibido por su grey con amor. Pero Constancio II desterró al santo otra vez, y lo envió nuevamente a Roma. El Emperador Occidental Constante escribió una carta a su hermano y la envió a Constantinopla junto con el santo arzobispo desterrado, y san Pablo retomó el trono episcopal.
Pero pronto el piadoso Emperador Constante, defensor de la ortodoxia, fue asesinado. Y San Pablo fue desterrado otra vez, y enviado al destierro a Armenia, a la ciudad de Cucusus dónde sufrió el martirio.
Cuando el arzobispo estaba celebrando la Divina Liturgia, unos arrianos lo atacaron y lo estrangularon con su propio omoforion. Esto ocurrió en el año 350. En 381, el santo Emperador Teodosio el Grande solemnemente trasladó las reliquias de San Pablo el Confesor a Constantinopla.
Tropario, tono 3
Tu confesión de la única fe divina te mostró a la Iglesia como un nuevo Pablo y el más celoso de los sacerdotes, oh santo. La sangre justa de Abel y Zacarías clama contigo al Señor. Oh nuestro justo Padre, intercede por nosotros ante Cristo Dios para que nos conceda su gran misericordia.