Este 25 de diciembre nuestro padre y Arzobispo Antonio celebró la Divina Liturgia de la Natividad del Señor en la Catedral de San Pedro y San Pablo, en el Estado de México; le ayudaron en la liturgia los padres: El archimandrita Andrés Marcos su vicario episcopal, el archimandrita Fadi Rabbat su secretario, el monje-sacerdote Yuhana Semaán del monasterio de san Antonio, el sacerdote Emiliano Díaz y el Diácono Elías Carrillo. Durante la homilía Su Eminencia hizo énfasis en el Amor y la Paz que deben reinar en los corazones de todos para lograr un mundo mejor para todos. Deseó a todos una muy feliz fiesta y destacó el aspecto espiritual de la celebración. Aprovechó para recordar a los fieles que el sábado 14 de enero de 2012 se iniciará el curso de catecismo en esta Catedral, y anunció que el catecismo será impartido no sólo a los pequeñitos, sino que habrá diferentes grupos, divididos por edades, que recibirán la doctrina de catequistas idóneos para cada edad. Así mismo, reiteró su invitación a los niños y jóvenes de la comunidad para que participen en el coro de la Catedral.

Al finalizarla Liturgia, Sayedna Antonio felicitó y bendijo individualmente a cada asistente.

Luego de la celebración en la Catedral de San Pedro y San Pablo, Sayedna Antonio presidió la comida de Navidad, que tradicionalmente comparte en la Residencia del Arzobispado con sus familiares y amigos más cercanos, el clero y sus familias.

Su Eminencia celebrará en la Catedral de San Jorge en Tuxpan el día primero de enero la Divina Liturgia de la Circuncisión del Señor a las 12 pm., y en el mismo horario se celebrará la Liturgia en la Catedral de San Pedro y San Pablo en Bosque Real  y a la 1 pm. la bendición del Año Nuevo.

 
 
 
“Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra”
 
Con las palabras de este canto angelical, los saludo queridos hijos espirituales y amigos en este venturoso tiempo cuando al unísono las entonamos para recibir al Dios nacido de la Virgen que toma cuerpo humano para salvar al hombre que fue creado a su imagen y semejanza. Como nos dice el evangelista Juan, tanto amó Dios al mundo que mandó a Su Hijo Unigénito para liberarlo del pecado ancestral y guiarlo en el camino de la paz y del amor.
Sin embargo, si observamos el tiempo que nos toca vivir nos encontraremos con la ingratitud del ser humano para con nuestro Creador del quien nos alejamos cada día más dejando en el olvido el mensaje de Jesucristo y las palabras de este canto angélico. El Señor Jesús nos enseñó que el Padre que nos ama y que Él mismo se sacrificó por nuestra salvación, pero hoy en día incluso nos hemos tapado los oídos y nos negamos a escuchar los mensajes divinos y este llamado lleno de amor que nos dirige el Padre Celestial para acercarnos a Él.
Cuan terrible es esta lejanía que se acrecienta con nuestra fría indiferencia con la que nos limitamos a mirar la situación actual de nuestra saciedad, donde males como la violencia, el crimen, la delincuencia, la drogadicción y toda clase de males la están dominando.
Reaccionemos por favor y regresemos a vivir la vida de nuestros padres y abuelos, como aquella existencia pura, amorosa, pacífica y segura. Retornemos a la forma de vida de los primeros cristianos quienes vivían conforme a la enseñanza del Señor tratando de estar cerca de Él y de seguir su ejemplo. Acudamos pues a su Iglesia y recibámoslo siempre con el canto angelical “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”.
 
Con la bendición episcopal
 
+Antonio
Arzobispo Metropolitano de México
Venezuela Centroamérica y el Caribe

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Padre Juan R. Méndez ()

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