Domingo de Todos los Santos/ Santo Profeta Amós/San Jerónimo de Estridón/San Agustín de Hipona.

El domingo siguiente a Pentecostés está dedicado a Todos los Santos, tanto a los que conocemos como a los que solo Dios conoce. Ha habido santos en todos los tiempos, provenientes de todos los rincones de la tierra. Fueron apóstoles, mártires, profetas, jerarcas, monjes y justos, pero todos fueron perfeccionados por el mismo Espíritu Santo.

La venida del Espíritu Santo nos permite superar nuestra condición caída y alcanzar la santidad, cumpliendo así el mandato de Dios: «Sed santos, porque yo soy santo» (Levítico 11:44; 1 Pedro 1:16, etc.). Por lo tanto, es apropiado conmemorar a Todos los Santos el primer domingo después de Pentecostés.

Esta fiesta pudo haber tenido su origen en una época temprana, quizás como una celebración de todos los mártires, y luego se amplió para incluir a todos los hombres y mujeres que dieron testimonio de Cristo con sus vidas virtuosas, incluso si no derramaron su sangre por Él. De hecho, la himnología de la festividad de Todos los Santos también enumera seis categorías: “Alégrense, asamblea de los Apóstoles, Profetas del Señor, fieles coros de los Mártires, divinos Jerarcas, Padres Monásticos y los Justos…”

La fiesta de Todos los Santos alcanzó gran relevancia en el siglo IX, durante el reinado del emperador bizantino León VI el Sabio (886-911). Su esposa, la santa emperatriz Teófana (16 de diciembre), Fue una gran benefactora de los pobres y generosa con los monasterios. Fue una verdadera madre para sus súbditos, cuidando de viudas y huérfanos y consolando a los afligidos. Incluso antes de la muerte de Santa Teófana, su esposo comenzó a construir una iglesia con la intención de dedicarla a su memoria, pero ella se lo prohibió. Fue este emperador quien decretó que el domingo después de Pentecostés se dedicara a Todos los Santos. Confiando que su esposa era una de las justas, sabía que ella también sería honrada cada vez que se celebrara esta fiesta en honor deTodos los Santos.

Tropario, tono 4

Oh Cristo Dios, * tu Iglesia, adornada con la sangre de tus mártires de todo el mundo, * como si fuera con fino lino y púrpura, * por ellos, te ruega diciendo: * «Envía tu piedad sobre tu pueblo, * concede al mundo la paz, * y a nuestras almas la gran misericordia».

Condaquio tono 8 

Oh Sembrador de la creación, * el universo te ofrece, como primicias de la naturaleza, * a los mártires, portadores de Dios, * por cuyas súplicas y las de la Madre de Dios * conserva a tu Iglesia en profunda paz, * oh Señor todo misericordia.

Santo Profeta Amós

 

El profeta Amós era de la ciudad de Tecué, en la tierra de Zabulón. Era un hombre con poca instrucción, pastor de cabras y ovejas, como testifica de sí mismo (Amós 7:14-15). Comenzó a profetizar dos años antes del terremoto, que algunos dicen que tuvo lugar en el año veinticinco del reinado de Ozías, rey de Judá, alrededor del año 785 a.C. (Amós 1:1). Sin embargo, más tarde Amasías, el falso sacerdote de Betel, provocó su muerte. Su libro de profecía, dividido en nueve capítulos, ocupa el tercer lugar entre los Profetas Menores. Este Amós es diferente del padre del profeta Isaías, que también se llamaba Amós. Su nombre significa “portador de cargas”.

Tropario tono 2, del común de Santos Profetas

Celebramos la memoria del profeta Amós, * por quien te suplicamos, Señor, * que salves nuestras almas.

San Jerónimo de Estridón

San Jerónimo de Estridón nació en el seno de una familia cristiana en la ciudad de Estridón situada en la frontera entre Dalmacia y Panonia. Su nombre completo es Eusebio Jerónimo Sofronio. Sus padres lo enviaron a Roma, donde estudió ciencias seculares. Al comienzo de su vida en la capital, el joven quedó cautivado por las vanidades mundanas y cayó en la tentación. Al final de su estancia en Roma, Jerónimo decidió cambiar de vida y vivir en bondad y pureza. Cuando el joven tenía unos 20 años, aceptó el santo bautismo. Después de esto visitó la Galia (Francia). Entonces decidió dedicarse totalmente a Dios y hacerse monje.

Hacia el año 372 regresó a su ciudad natal, pero sus padres ya habían partido de esta vida. Sobre él recayó la responsabilidad de criar a sus hermanas menores y a su hermano Paulino. Estas preocupaciones le obligaron a dejar de lado sus planes de ingresar en un monasterio, al menos por un tiempo.

Habiendo hecho arreglos para el cuidado de sus hermanos, viajó al Este con varios de sus amigos. En 374 decidió habitar en el desierto de Calcis, al sureste de Antioquía. Allí permaneció durante unos cinco años, compaginando el trabajo sobre las Sagradas Escrituras con austeras acciones ascéticas.

San Jerónimo visitó Constantinopla y se encontró con los santos jerarcas Gregorio el Teólogo y Gregorio de Nisa. En el año 381 partió hacia Roma, en donde continuó sus estudios. El Papa san Dámaso I (366-384), que también dedicó gran parte de su tiempo al estudio de la Sagrada Escritura, nombró a Jerónimo su secretario.

Pero debido a que el santo denunció la moral de la sociedad cristiana contemporánea, todo un grupo de quienes tenían malicia hacia el santo se acercaron para difundir calumnias contra él. Junto con su hermano Paulino y sus amigos, San Jerónimo visitó Tierra Santa, y también los monjes del monasterio del desierto de Nitria. En el año 386 se instaló en una cueva de Belén, cerca de la cueva donde nació Cristo, y allí comenzó una vida de austero ascetismo.

Este fue el período de florecimiento de su actividad creativa. Atendiendo a los estudios de su época, San Jerónimo dejó a la Iglesia un rico legado escrito: colecciones de obras dogmático-polémicas, obras moral-ascéticas, comentarios a la Escritura y obras históricas. Pero la más importante de sus obras fue una nueva traducción de los libros del Antiguo y Nuevo Testamento al latín. Esta traducción latina se llama “Vulgata” y pasó a ser de uso general en toda la Iglesia occidental.

Terminó su vida en la cueva de Belén hacia el año 420.

Tropario, tono 1

La sapiencia honraste, oh dichoso Jerónimo, * y te honró, por su parte, * con celestes dádivas; * te volviste, pues, un astro lúcido, * viviendo en tierra vida angélica. * Celebramos, por lo tanto, tu gran mención, * y anunciamos con fervor: * ¡Gloria al que te ha fortificado! * ¡Gloria, que la corona te ha dado! * ¡Gloria, que, por tu medio, nos ha brindado gracia y misericordia!

San Agustín, obispo de Hipona

 

San Agustín nació en la ciudad de Tagaste, en el norte de África. Fue criado por su madre, santa Mónica (4 de mayo), y recibió su educación en Cartago. En calidad de profesor de retórica, Agustín llegó a Milán, Italia, donde san Ambrosio (7 de diciembre) era obispo.

Bajo la dirección de san Ambrosio, Agustín estudió las Sagradas Escrituras. La Palabra de Dios produjo en su alma una crisis radical; aceptó el santo bautismo, entregó todas sus riquezas a los pobres y fue tonsurado como monje.

En el año 391 Valeriano, obispo de Hipona, ordenó sacerdote a san Agustín, y en el 395 lo nombró obispo vicario de la sede de Hipona. Tras la muerte del obispo Valeriano, san Agustín ocupó su lugar.

Durante sus 35 años como obispo, san Agustín escribió numerosas obras dedicadas a combatir las herejías donatistas, maniqueas y pelagianas.

De sus obras las más conocidas son: La ciudad de Dios (De civitate Dei), Las Confesiones, 17 libros contra los pelagianos y Manual del conocimiento cristiano (El Enchiridion). San Agustín se preocupaba por encima de todo de que sus escritos fueran inteligentes y edificantes.

Murió el 28 de agosto del año 430.

Tropario tono 4

Alabemos al gran Agustín, / divino Jerarca de la Iglesia de Cristo y sabio guía; / renombrado teólogo de la ciudad de las alturas, / amante de la oración y columna del arrepentimiento; / “Intercede ante el Señor, para que tenga misericordia de nuestras almas”

Santo Profeta Eliseo/San Metodio el Confesor, patriarca de Constantinopla

El profeta Eliseo, hijo de Safat, era del pueblo de Abel-me-oul y había sido labrador. En el año 908 a.C., por orden de Dios, el profeta Elías lo ungió para ejercer el ministerio en su lugar. Esto sucedió mientras Eliseo estaba arando su tierra, teniendo doce bueyes bajo el yugo. Inmediatamente Eliseo mató los bueyes y los cocinó, utilizando el arado de madera y los demás instrumentos de labranza como leña; Luego dio los bueyes para alimento del pueblo. Despidiéndose de sus padres, siguió a Elías y le sirvió hasta que éste fue llevado al cielo (ver 20 de julio). Cuando Eliseo recibió doblemente el manto de su maestro y la gracia de su espíritu profético, demostró de quién era discípulo a través de los milagros que obró y de todo lo que de él se cuenta en el Libro Segundo de los Reyes. Partió lleno de días y fue sepultado en Samaria, alrededor del año 839 a.C. Pero incluso después de su muerte Dios lo glorificó; porque después de pasar un año, cuando algunos israelitas llevaban un hombre muerto para enterrarlo y de repente vieron un grupo de moabitas, arrojaron el hombre muerto sobre la tumba del Profeta. Tan pronto como el muerto tocó los huesos del Profeta, este volvió a la vida y se puso de pie (II Reyes 13:20-21). Al mencionar esto, Jesús, el Hijo de Sirac, dice: “Hizo maravillas en su vida, y en su muerte sus obras fueron maravillosas” (Ecl. 48:14). Es por tales maravillas que los fieles sienten reverencia por las reliquias de los santos (ver también 16 de enero).

Su nombre significa “Dios es salvador”.

Tropario tono 4

Oh ángel con cuerpo, cimiento de los profetas, * segundo precursor de la venida de Cristo, * oh Elías glorioso, * de lo alto enviaste * a Eliseo la gracia * para que expulsara las enfermedades * y purificara a los leprosos: * brinda la curación a los que te honramos.

San Metodio Patriarca de Constantinopla

 

En cuanto a san Metodio, nació de padres ricos en Siracusa de Sicilia a finales del siglo VIII. Siendo presbítero, fue enviado como embajador a Roma en 815 u 816 en nombre del patriarca Nicéforo de Constantinopla, que había sido exiliado por León el Armenio (ver 2 de junio). Tras la muerte de León, regresó a Constantinopla; pero como era gran defensor de la veneración de los santos iconos, el emperador Miguel el Tartamudo lo exilió inmediatamente a una fortaleza cerca de Bitinia. Cuando Miguel murió, fue liberado por un corto tiempo; pero luego, a causa de su confesión de la fe ortodoxa, fue encarcelado nuevamente por el emperador Teófilo en un sepulcro oscuro y maloliente. Como esto no era suficiente para la inhumanidad del Emperador, ordenó que dos ladrones fueran encerrados con Metodio, y cuando uno de ellos murió, no permitió que se llevaran el cadáver. Mientras el Santo estaba encarcelado allí, cierto pescador pobre atendía sus necesidades.

Finalmente, cuando la Iglesia recibió su libertad bajo santa Teodora Emperatriz, la santa lo impulsó al trono patriarcal de Constantinopla en 842. Junto con la santa emperatriz, san Metodio restauró los santos iconos a su debido honor; esto se conmemora el domingo de la ortodoxia. Gobernó la Iglesia de Constantinopla durante cuatro años y reposó en 846.

Tropario tono 4, del común de Santos Jerarcas

La verdad de tus obras * te ha mostrado a tu rebaño * cual regla de fe, icono de mansedumbre * y maestro de abstinencia. * Así que alcanzaste, por la humildad, alturas y por la pobreza, riquezas. * ¡Oh santo padre Metodio, * intercede ante Cristo Dios, * para que salve nuestras almas.

Mártir Aquilina de Biblos en Líbano

En las primeras épocas del cristianismo los fieles de oriente profesaron gran veneración a santa Aquilina, y su nombre aparece en casi todos los martirologios. San José el Himnógrafo compuso un oficio especial en su honor, con un himno en acróstico, es decir que la letra inicial de cada verso forma, en sucesión vertical, una loa a la santa, a la que el autor llama su madre espiritual.

Aquilina era natural de Biblos, en Fenicia, hija de padres cristianos y bautizada por Eutalio, el obispo de aquella diócesis. Al cumplir los doce años, estalló la persecución de Diocleciano y la niña fue detenida y conducida ante el magistrado Volusiano. Ahí confesó abiertamente su fe y, cuando los halagos y las amenazas resultaron inútiles para doblegar su constancia, fue abofeteada por los soldados, azotada con látigos y, al fin, decapitada. La cabeza y el cuerpo de la pequeña mártir fueron arrojados a unos campos, lejos de la ciudad, y entonces apareció un ángel que volvió a reunirlos y devolvió la vida a Aquilina quien regresó a la ciudad y, al día siguiente, se presentó ante el juez Volusiano. Este, al ver viva a su víctima, se quedó paralizado y mundo de asombro, pero en cuanto se repuso de la sorpresa, mandó que metieran en prisión a la niña y volviesen a decapitarla. Sin embargo, al otro día, cuando los soldados entraron a la celda para cumplir con la sentencia, encontraron a Aquilina muerta. El juez insistió en que se llevase a cabo la ejecución y, cuando cortaron la cabeza al cadáver, de la herida salió leche en vez de sangre.

Tropario tono 4, del común de Santas Vírgenes

Tu oveja, oh Jesús, exclama con gran voz: * «Te extraño, Novio mío, y lucho buscándote; * me crucifico y me entierro contigo por el bautismo; * sufro por ti para contigo reinar * y muero por ti para que viva en ti.» * Acepta, como ofrenda inmaculada, * a Aquilina, sacrificada con anhelo por ti. * Por sus intercesiones, oh Compasivo, * salva nuestras almas.

Santos Apóstoles Bartolomé y Bernabé/ San Lucas médico, arzobispo de Simferoópol.

San Bartolomé fue uno de los Doce Apóstoles, y era originario de Galilea; esto es todo lo que se sabe con certeza de él según la historia de los Evangelios. De su labor apostólica, algunos dicen que predicó en Arabia y Persia, y especialmente en la India, llevándoles el Evangelio escrito por san Mateo, que había sido escrito originalmente en hebreo, y que allí fue encontrado cien años después por Panteno, anteriormente un filósofo estoico y más tarde un ilustre maestro de la escuela cristiana en Alejandría (ver Eusebio, Eccl. Hist., 5: 10). Otros relatos dicen que fue a Armenia, donde, según algunos, acabó su vida siendo crucificado, o desollado vivo, en Albanopolis de Armenia. La mayoría de los autores coinciden en que Bartolomé y Natanael son la misma persona, porque los evangelistas que mencionan a Bartolomé no mencionan a Natanael; y Juan, que es el único que menciona a Natanael como uno de los Doce, no dice nada de Bartolomé. De hecho, Bartolomé es un patronímico, “hijo de Tolomeo”, que significa “audaz, enérgico” y Natanael podría haber tenido este apellido.

San Bernabé, uno de los Setenta, era de Chipre, de la tribu de Leví, y compañero discípulo de Pablo bajo Gamaliel. Se llamaba José, pero pasó a llamarse Bernabé, que significa “hijo de consolación.

Antes de la conversión de Saulo a Pablo, Bernabé era el líder de los Setenta Apóstoles, el primero en la predicación y el principal portavoz. Después de la visión de Saulo en el camino a Damasco, fue Bernabé quien lo unió a los Apóstoles cuando los demás, a causa de la reputación de Saulo como perseguidor de la Iglesia, todavía le temían (Hechos 9:26-27); nuevamente fue san Bernabé quien reclutó a Pablo como predicador, llevándolo de Tarso a Antioquía después de la lapidación de Esteban, para ayudar a difundir el Evangelio (Hechos 11:25-26). San Bernabé predicó el Evangelio en muchos lugares, viajó junto con Pablo y finalmente fue apedreado por los judíos en su Chipre natal. Durante el reinado de Zenón, en el año 478, fueron encontradas sus sagradas reliquias, teniendo sobre su pecho el Evangelio según Mateo escrito en griego por el propio puño de Bernabé.

Tropario tono 3, del común de los Santos Apóstoles

Oh santos apóstoles, * interceded ante Dios misericordioso * para que otorgue el perdón de las transgresiones a nuestras almas.

San Lucas, Arzobispo de Simferópol

 

Valentin Felixovich (Voyno-Yasenetsky), nació el 14 de abril de 1877 en Kerch y fue el tercero de cinco hijos. El padre de Valentín, Félix Stanislavovich, era católico y farmacéutico de profesión. Su madre, María Dmitrievna, era cristiana ortodoxa. Según las costumbres de la época en Rusia sobre la crianza de los hijos de matrimonios mixtos, la personalidad de Valentín se formó de acuerdo con las tradiciones ortodoxas.

En 1889, su familia se mudó a Kiev. A la hora de elegir una carrera, decidió dedicar sus energías a la medicina. Se graduó en la Universidad en 1903 y, para sorpresa de todos, anunció que quería ser médico para los pobres.

Al comienzo de la Guerra Ruso-Japonesa, Valentín viajó al Lejano Oriente con otros médicos para servir en las actividades del destacamento de la Cruz Roja. Allí dirigió el Departamento de Cirugía del hospital de la Cruz Roja de Kiev y estuvo destinado en Chitá. Durante el mismo período, conoció y se sintió atraído por una cristiana amable y gentil, Anna Lanskaya. En 1904, la joven pareja se casó en la iglesia local de Chita.

En 1908, Valentin llegó a Moscú y consiguió un trabajo en la clínica quirúrgica de P. Dyakonov como estudiante. En 1916 escribió y defendió con éxito su tesis doctoral.

Los primeros años después de la Revolución de Octubre fueron muy sangrientos. Durante ese momento difícil, el estado tenía una necesidad especial de trabajadores médicos. Entonces, a pesar de su compromiso con su fe, Valentín no fue perseguido.

En 1919 su amada esposa murió de tuberculosis, dejando a sus cuatro hijos sin el cuidado de su madre, lo que fue una dura prueba para él, pero nunca volvió a casarse.

En 1921 fue ordenado diácono y pocos días después fue ordenado sacerdote. El padre Valentin fue asignado a una iglesia en Tashkent, donde sirvió y agradó a Dios. Al mismo tiempo, no abandonó su práctica médica ni su docencia.

En 1923, el padre Valentín, fue tonsurado monje, recibiendo el nombre de  Lucas, en honor del santo Apóstol Médico y Evangelista.

Fue consagrado en secreto como obispo de Penjikent y, unos días después, fue arrestado por su apoyo al patriarca Tikhon. Padeció durante algún tiempo en el calabozo de la GPU de Tashkent y luego fue llevado a Moscú. Pronto le permitieron vivir en un apartamento privado, pero luego lo detuvieron nuevamente: primero en la prisión de Butyrka y luego en Taganskaya. Luego, la víctima fue enviada al exilio a Yeniseisk.

En 1934, al regresar de prisión, visitó la ciudad de Tashkent y luego se instaló en Andijan. Allí desempeñó sus funciones como obispo y médico. Una fiebre le provocó la pérdida de la vista. El Santo fue a cirugía (como paciente) y como resultado quedó ciego de un ojo.

En mayo de 1946, san Lucas fue nombrado arzobispo de Crimea y Simferópol. En ese momento su enfermedad ocular progresó y en 1958 quedó completamente ciego. El 11 de junio de 1961, descansó en el Señor llam. Fue enterrado en el cementerio de Simferópol. Y, en el año 2000, fue glorificado como uno de los Santos Nuevos Mártires y Confesores de Rusia para la veneración de toda la Iglesia.

Tropario tono 5

Veneremos a Lucas, pastor y médico, * jerarca de Simferópol, brillante y lleno de Dios, * que llevó en sí «las marcas del Señor Jesús»: * penas, exilios y peligros; *campo de concentración, calumnias e ignominia, * santo nuevo en Rusia * que intercede por nuestra salvación.

Los Santos Mártires Alejandro y la Virgen Antonina.

Santa Antonina era originaria de la ciudad de Krodamos (Asia Menor). Fue arrestada por ser cristiana y llevada ante el gobernador Festo. Este la instó a adorar a los dioses paganos, prometiéndole convertirla en sacerdotisa de la diosa Artemisa. Pero la santa confesó valientemente a Cristo, y ella instó al gobernador a renunciar a la adoración de demonios en forma de ídolos. Festo ordenó golpear a la santa en el rostro y encerrarla en prisión.

La mártir pasaba todo el tiempo en oración, sin comer ni beber nada, pero entonces escuchó la voz de Dios: «Antonina, fortifica tu alimentación y sé valiente, porque yo estoy contigo». Cuando la llevaron de nuevo ante el gobernador, la mártir continuó defendiendo la fe cristiana y denunciando a los paganos.

El gobernador decidió entregar a la santa virgen para que la profanaran los soldados, pero el Señor inspiró a uno de ellos, san Alejandro, para salvarla. Pidió permiso para acercarse a ella con el pretexto de convencerla de obedecer la voluntad del gobernador. San Alejandro le sugirió entonces que se pusiera su uniforme militar y huyera. Santa Antonina tuvo miedo, pero el Señor le ordenó que accediera.

Nadie la reconoció vestida de soldado, y salió de la prisión. Los soldados enviados por Festo encontraron a Alejandro solo en la celda. No respondió a las preguntas del gobernador, por lo que fue torturado y golpeado sin piedad. Por inspiración de Jesucristo, santa Antonina también compareció ante Festo.

Los soldados les cortaron las manos, las untaron con brea y las arrojaron a un pozo donde ardía fuego. Cuando el fuego se apagó, arrojaron serpientes al pozo para que los cristianos no pudieran recoger los huesos de los mártires. Al regresar a casa, Festo quedó entumecido y no pudo comer ni beber. Murió tras siete días de terrible tormento.

Los santos Alejandro y Antonina fueron martirizados el 3 de mayo del año 313, aunque su memoria aparece mencionada el 10 de junio. Las reliquias de los santos fueron trasladadas a Constantinopla y colocadas en el monasterio de Maximov.

Tropario tono 4, del común de Santos Mártires

Tus mártires, oh Señor, * han obtenido de ti * coronas de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * han vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.

San Cirilo, arzobispo de Alejandría

Cirilo era de origen noble y familiar cercano de Teófilo, patriarca de Alejandría, después de la muerte del cual fue consagrado Patriarca. Durante su vida lucho tres feroces batallas: contra los herejes novacianos, contra el hereje Nestorio y contra los judíos de Alejandría. Los novacianos tuvieron su origen en Roma y tomaron su nombre del presbítero hereje Novaciano. Estos se gloriaban de sus virtudes, andaban en público vestidos de blanco, prohibían las segundas nupcias, sostenían que no podía orarse por aquellos que habían cometido pecado mortal, y que no podía recibirse en la Iglesia a aquellos que, en otro tiempo, habían apostatado de ella, sin importar cuán profundamente se arrepintiesen. Cirilo los venció y los echó de Alejandría junto con su obispo. La lucha con los judíos fue más difícil y sangrienta. Los judíos tuvieron gran influencia en Alejandría desde que Alejandro Magno fundó esa ciudad. Su odio contra los cristianos era vicioso y desaforado. Asesinaban cristianos mediante traición, envenenamiento y crucifixión. Tras una larga y difícil lucha, Cirilo logró que el emperador Teodosio el Joven los expulsara de Alejandría. Su lucha contra Nestorio, patriarca de Constantinopla, fue resuelta por el Tercer Concilio Ecuménico en Éfeso (431 d. C.). Cirilo mismo presidió este Concilio y, al mismo tiempo, representó al Papa Celestino de Roma a petición suya, pues este no pudo asistir al Concilio a causa de su avanzada edad. Nestorio fue condenado, anatematizado, y fue exiliado por el Emperador a la frontera oriental del Imperio, donde murió una horrible muerte (pues gusanos consumieron la lengua con la que blasfemó a la Madre de Dios). Después del final de esta lucha, Cirilo vivió en paz y cuidó celosamente del rebaño de Cristo. Se presentó a sí mismo al Señor en el año 444 d. C.

Tropario tono 8

Oh guía de la recta fe, * maestro de la devoción y dignidad, * astro del universo, belleza de los jerarcas * inspirada por Dios, Cirilo, * que has iluminado a todos con tus enseñanzas, oh lira del Espíritu: * ¡intercede ante Cristo Dios, * para que salve nuestras almas!

Domingo de Pentecostés/ Traslado de las reliquias de san Teodoro el Jefe Militar

EL SANTO PENTECOSTÉS

En el ciclo litúrgico anual de la Iglesia, Pentecostés es «el último y gran día». Es la gran fiesta, cincuenta días después de la Pascua, que la Iglesia celebra de la venida del Espíritu Santo como fin —la culminación y el cumplimiento— de toda la historia de la salvación. Sin embargo, por la misma razón, es también la celebración del comienzo: es el «nacimiento» de la Iglesia como presencia entre nosotros del Espíritu Santo, de la nueva vida en Cristo, de la gracia, el conocimiento, la adopción por Dios y la santidad.

Este doble significado y doble alegría se nos revela, en primer lugar, en el nombre mismo de la fiesta. Pentecostés en griego significa cincuenta, y en el sagrado simbolismo bíblico de los números, el número cincuenta simboliza tanto la plenitud de los tiempos como aquello que está más allá del tiempo: el Reino de Dios mismo. Simboliza la plenitud de los tiempos con su primer componente: 49, que es la plenitud de siete (7 x 7): el número del tiempo. Y simboliza lo que está más allá del tiempo mediante su segundo componente: 49 + 1, siendo este el nuevo día, el «día sin ocaso» del Reino eterno de Dios.

 Con el descenso del Espíritu Santo sobre los discípulos de Cristo, el tiempo de la salvación, la obra divina de redención, se ha completado, la plenitud se ha revelado, todos los dones han sido otorgados; por esta razón Pentecostés es en la Iglesia la Fiesta grande de la Santísima Trinidad.

¡FELIZ FIESTA A TODOS!

Tropario, tono 8 

Bendito eres Tú, oh Cristo Dios nuestro, * que mostraste a los pescadores sapientísimos * cuando enviaste sobre ellos el Espíritu Santo. * Y, por ellos, el universo capturaste: * ¡Tú que amas a la humanidad, gloria a ti!

Condaquio, tono 8

Cuando el Altísimo descendió en Babel, * confundió las lenguas y dispersó las naciones; * mas cuando repartió las lenguas de fuego, * llamó a todos a la unidad. * Por lo cual, glorificamos con una sola voz * al Santísimo Espíritu.

Traslado de las reliquias de san Teodoro el Jefe Militar

 

El Santo Mártir Teodoro Stratelates sufrió por Cristo en Heraclea el 8 de febrero del año 319. Durante sus sufrimientos, el santo Mártir Teodoro ordenó a su siervo Varo que enterrara su cuerpo en la finca de sus padres en Euchaita. El traslado de las reliquias del Gran Mártir Teodoro tuvo lugar el 8 de junio del año 319.

En este día también recordamos el milagro del icono del Gran Mártir Teodoro en una iglesia dedicada a él en Karsat, cerca de Damasco. Un grupo de sarracenos había convertido esta iglesia en su residencia. Había un fresco en la pared que representaba a Teodoro. Uno de los sarracenos disparó una flecha al icono del Gran Mártir. Del rostro del santo, donde la flecha se había clavado en la pared, brotó sangre ante los ojos de todos. Poco después, los sarracenos que se habían asentado en la iglesia se mataron entre sí. Relatos de este milagro los dan los santos Anastasio del Monte Sinaí (20 de abril) y Juan Damasceno (4 de diciembre).

Tropario, tono 4

Te has mostrado cual soldado glorioso * de la milicia real, oh gran Teodoro, * obedeciendo firmemente al Rey celestial; * y el arma de la fe cuerdamente has llevado *extirpando a tropas de violentos demonios. * Así que, combatiente triunfador, * te bendecimos * con fe para siempre.

Sábado de las Almas/ Hieromártir Teodoto de Ancira (hoy Ankara)

Al igual que antes de comenzar la santa Cuaresma, en este día sábado cuando nos disponemos a celebrar mañana el descenso del Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida, en la fiesta de Pentecostés; la santa Iglesia hace una especial conmemoración de todos los fieles que se han dormido en el Señor con la esperanza de la Resurrección y la Vida Eterna.

¡Que su Memoria sea Eterna!

Tropario de los difuntos tono 8 

Tú que provees todo con insondable sabiduría, * y por tu amor a la humanidad * concedes a todos lo que les conviene, * oh único Creador, * haz descansar las almas de tus siervos * que depositaron su esperanza en ti, * oh Creador y Dios nuestro.

Condaquio de los difuntos tono 8 

Con los santos * haz descansar las almas de tus siervos, oh Cristo, * donde no hay dolor ni tristeza, * sino vida eterna.

Hieromártir Teodoto de Ancira

 

El Santo Mártir Teodoto vivió en Ancira de Galacia en el siglo III. Fue distinguido por su cariño y preocupación por todos especialmente los más pobres y perseguidos. En la altura de la persecución bajo Diocleciano (284-305) él proveía a los cristianos todo lo que necesitaban, y hasta los refugiaba en su casa. Allí celebraban en secreto los servicios de la iglesia.

San Teodoto visitaba los cristianos encerrados en la cárcel, pagaba su fianza, y enterraba reverentemente los cuerpos de los mártires que habían sido arrojados a las fieras. Una vez enterrando los cuerpos de las siete mujeres santas mártires, que fueron ahogadas en el mar (18 de mayo) fue denunciado ante el gobernador.

Después de negarse a ofrecer sacrificios a los ídolos, y denunciar la locura del paganismo, San Teodoto confesó a Cristo como Dios, y por esta razón lo sometieron a terribles torturas y lo decapitaron con una espada. Querían quemar el cuerpo del santo mártir, pero no pudieron hacerlo debido a una tormenta que había comenzado, así que dieron sus santas reliquias a un cristiano para su entierro.

Tropario tono 4, del común de Hieromártires

Al volverte sucesor de los apóstoles * y partícipe en sus modos de ser, * encontraste en la práctica * el ascenso a la contemplación, oh inspirado por Dios. * Por eso, seguiste la palabra de la verdad * y combatiste hasta la sangre por la fe. * Teodoto, obispo mártir, intercede ante Cristo Dios * para que salve nuestras almas.

San Hilario el Joven, abad del monasterio de Dalmas.

El Santo nació en Capadocia alrededor del año 775, sus Padres Teodocia y Pedro, prestaban servicios en el palacio, siendo ellos muy devotos, se lo transmitieron a su hijo Hilario, que a temprana edad sintió en su corazón la llama de la Fe, y tomo la decisión de ir al monasterio Xironisu en Constantinopla.

Allí se dedicó al estudio y al ejercicio espiritual, luego se dirigió al monasterio de Dalmas donde lo ordenaron monje y pasó un periodo de unos 10 años donde la humildad, la paciencia y su gran corazón era un ejemplo para todos.

Esto lo llevo a ser elegido abad del monasterio. luego de un breve periodo comenzó el grave problema en la iglesia con los iconoclastas, especialmente el emperador León de Armenia, que trató de interrumpir la tranquilidad de San Hilario.

Pero él con su valor característico, se opuso a esto y con altura mostró su paciencia y su fe ortodoxa. Entonces comenzó la persecución del Santo con restricciones en el monasterio, encarcelamientos, golpes y un exilio de ocho años.

San Hilario luego del triunfo de la Ortodoxia en el séptimo concilio ecuménico, donde se afirmó la legitimidad de los íconos como expresiones verdaderas de la Fe Cristiana, fue restituido por la piadosa emperatriz Teodora, volvió a su monasterio, donde descansó en el Señor tres años después, a los 70 años, en paz y tranquilidad.

Tropario, tono 1

Oh sabio, cultivaste la gracia por tus dichos * y cual olivera brotaste, Hilario venturado, * el óleo de méritos divinos * y de honorable confesión, * deleitándoles el alma y el corazón * a quienes con fe te alaban: * ¡Gloria al que te ha fortificado! * ¡Gloria, que la corona te ha dado! * ¡Gloria, que, por tu medio, * ha brindado curación a todos!

Hieromártir Doroteo de Tiro

El mártir san Doroteo, era un sacerdote de Tiro y obispo de esa diócesis. Durante el reinado de Diocleciano, tras haber sufrido toda suerte de penurias por la causa de la fe en su ciudad natal, fue por fin desterrado. Un alivio en el rigor de la persecución le permitió regresar al seno de su rebaño y asistir al Concilio de Nicea, en 325. Pero en cuanto Juliano el Apóstata ocupó el trono, se reanudó la persecución y entonces Doroteo huyó de nuevo para refugiarse en Odissópolis, en la Tracia. Sin embargo, hasta ahí le acosaron sus perseguidores, que le descubrieron, le aprehendieron y le apalearon tan brutalmente, que murió a consecuencia de los golpes. Se dice que, por entonces, tenía 107 años.

Tropario tono 4, del común de Hieromártires

Al volverte sucesor de los apóstoles * y partícipe en sus modos de ser, * encontraste en la práctica * el ascenso a la contemplación, oh inspirado por Dios. * Por eso, seguiste la palabra de la verdad * y combatiste hasta la sangre por la fe. * Doroteo, obispo mártir, intercede ante Cristo Dios * para que salve nuestras almas.

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