San Máximo el Confesor
San Máximo el Confesor
21 de Enero
San Máximo nació en Constantinopla en una noble familia y recibió una muy buena educación. Él se encontraba entre los consejeros del emperador Heraclio (años 610-641). Ante la difusión de la herejía de los monofisitas que negaban la voluntad humana del Señor Jesucristo, con lo que disminuían el significado de sus sufrimientos en la Cruz, aun Él dejó su palacio e ingresó en el monasterio Cristopolsky, donde san Máximo fue el abad.
Siendo teólogo, profundo pensador y un riguroso defensor de la Ortodoxia, Máximo demostraba exitosamente lo erróneo de la herejía monofisita que aseguraba que la naturaleza humana de Jesús había sido absorbida y destruida por la naturaleza Divina. Por eso, Máximo, fue muchas veces objeto de persecuciones por parte de los enemigos de la Iglesia. Los argumentos de San Máximo a favor de la Ortodoxia fueron tan concluyentes que después de un debate público con el patriarca monofisita de Constantinopla, llamado Pirro, este último renunció a la herejía en el año 645.
Varias veces fue deportado y nuevamente llamado a Constantinopla. Muchas veces las exhortaciones y las promesas de los herejes se convertían en amenazas, vejaciones y golpizas a San Máximo. Pero él quedaba firme en sus convicciones religiosas. Por último, le cortaron el brazo derecho y la lengua para que ni con la palabra ni por escrito pudiera proclamar y defender la verdad. Luego lo enviaron en reclusión al Cáucaso en Lasov (una región en Mingrelia). Ahí San Máximo falleció el 13 de agosto del año 662, sabiendo de antemano el día de su muerte.
San Máximo escribió muchas obras teológicas en defensa de la Ortodoxia. Especialmente representan un gran valor sus prédicas sobre la vida espiritual y contemplativa, algunas de las cuales entraron en una colección de sermones de los Santos Padres sobre la vida de los ascetas. En estas devotas prédicas se revela la profundidad espiritual y la agudeza del pensamiento de San Máximo. También llegó a nosotros su explicación de la Liturgia, que tiene un gran significado teológico.
Tropario, tono 8
Oh guía de la recta fe, maestro de la devoción y dignidad, astro del universo, belleza de los anacoretas inspirada por Dios, san Máximo el Confesor, que has iluminado a todos con tus enseñanzas, oh lira del Espíritu: ¡Intercede ante Cristo Dios, para que salve nuestras almas!