San Daniel el Estilita de Constantinopla

Este santo era del pueblo de Marutha en la región de Samosata en Mesopotamia. Se convirtió en monje a los doce años. Después de visitar a San Simeón el Estilita (1 de septiembre) y recibir su bendición, se decidió con entusiasmo a seguir su maravillosa forma de vida. A la edad de cuarenta y dos años, guiado por la providencia, llegó a Anaplus en los alrededores de Constantinopla, en los días del santo Patriarca Anatolio (3 de julio), quien también fue sanado por San Daniel de una enfermedad muy grave y que buscó vivir cerca de él.

Al llegar a Anaplus, san Daniel primero vivió en la iglesia del Arcángel Miguel, pero después de unos nueve años, san Simeón el Estilita se le apareció en una visión, ordenándole imitar su propia lucha ascética sobre un pilar. Los treinta y tres años restantes de su vida estuvo de pie durante períodos variables en tres pilares, uno tras otro. Permaneció inmóvil en todo clima, y ​​una vez incluso sus discípulos lo encontraron cubierto de hielo después de una tormenta invernal.

Fue consejero de emperadores; el piadoso emperador Leo el Grande lo amaba fervientemente y trajo a sus invitados reales a su encuentro. Fue por palabra de san Daniel que las reliquias santas de san Simeón el Estilita fueron llevadas a Constantinopla desde Antioquía, y fue en sus días que el Emperador Leo hizo que las reliquias de los Tres Santos Jóveness fueran traídas de Babilonia. San Daniel también defendió a la Iglesia contra el error de los eutiquianos o monofisitas.

Después de haber vivido los reinados de los emperadores Leo, Zenón y Basilisco, reposó en 490, a la edad de ochenta y cuatro años.

Tropario tono 1, como los santos Estilitas

Al volverte columna de paciencia, * has competido con los padres antiguos: * a Job en sufrimientos, a José en tentaciones * y a los incorpóreos aun en cuerpo. * Oh justo padre Daniel, * intercede ante Cristo Dios * para que salve
nuestras almas.

Santos Mártires Menas el Melodioso, Hermógenes y Eugrafo de Alejandría

San Menas era de Atenas y de familia idolatra, luego de haberse instruido con mucho esmero, entendió que adorar a muchos dioses era una mentira y un error, ni estudiando a los filósofos pudo encontrar algo verdadero en los paganos, así que inició el estudio de los libros cristianos. Comenzó con el Evangelio donde encontró lo que lo llenaba espiritualmente de luz y verdad, tomo así la decisión de bautizarse cristiano; más tarde el Rey Maximino (311-313) sin saber que era cristiano lo nombró gobernador de Alejandría.

Al comenzar las persecuciones ordenada por el rey en la ciudad, el santo no solo se negó a ejecutar la orden, sino que se dedicó a organizar la iglesia. Entonces Maximino envió al ateniense Hermógenes a remplazar a Menas en la gobernación.

Hermógenes observó al pie de la letra la ley, así fue que capturó al santo y lo torturó duramente y lo encerró en prisión, para que muriera allí por sus graves heridas. Transcurrido un tiempo Hermógenes ordenó que le informasen si había muerto Menas en la cárcel, pero no solo no había muerto, sino que sus heridas habían sanado, viendo esto le preguntó al santo cómo se habían sanado sus heridas y Menas le respondió: al encontrarme tirado en el piso comencé a rezar “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo” (Salmo 23:4). Esta respuesta fue tan iluminadora para Hermógenes que se convirtió al cristianismo.

Enterado de esto Maximino, ordenó decapitarlos junto a Eugrafo, entregando así estos santos Mártires su espíritu al creador.

Tropario tono 4, del común de santos Mártires

Tus mártires, oh Señor, * han obtenido de ti * coronas de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * han vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.

Concepción de la Madre de Dios en el vientre de santa Ana

Según la antigua tradición de la Iglesia, los padres de la Madre de Dios fueron Joaquín, descendiente del linaje real de David, de la tribu de Judá; y Ana de la tribu de Leví, hija del sacerdote Matán y de María su esposa.

Ambos, aunque eran justos, permanecieron sin hijos hasta la vejez, ya que santa Ana era estéril. Ella y su esposo Joaquín. Por lo tanto, tristes, rogaron a Dios con la promesa de que, si Él les concedía el fruto del vientre, le ofrecerían su descendencia como una ofrenda. Y Dios, escuchando su súplica, les informó a través de un ángel sobre el nacimiento de la Virgen Santísima.

Y así, según la promesa de Dios, Ana concibió de acuerdo con las leyes de la naturaleza, y fue considerada digna de convertirse en la dichosa madre de la Madre de Dios.

Tropario tono 4

Hoy las cadenas de esterilidad se disuelven, * pues Dios escucha a Joaquín y Ana, * y les da promesa clara * de que, más allá de lo esperado, * fecundarán a una niña divina; * y de ella nace el Inefable cual mortal; * quien ordena al ángel llamarle: * ¡Alégrate, oh llena de gracia, * el Señor está contigo!

 

San Patapio de Tebas

San Patapio nació en Egipto y desde muy niño tenía “Espíritu de amor y templanza”. Este espíritu, quedo más en evidencia cuando creció.

Después de repartir toda su herencia entre los pobres, se retiró al desierto abandonado todo. Allí pasaba su tiempo rezando y estudiando. A cada persona cansada que pasaba por su morada le ofrecía hospitalidad y descanso para poder luego continuar su camino, pero también aprovechaba la ocasión para encaminar algunas almas con consejos espirituales importantes, para la salvación de las mismas.

Así la fama de Patapio se extendió rápidamente y muchos iban en busca de él, para poder escuchar de su boca las enseñanzas del Evangelio; luego de un tiempo el Santo se trasladó a Constantinopla queriendo pasar desapercibido. Patapio encontró en Blajernes un lugar muy tranquilo donde se quedó, pero luego de un tiempo, por su vida santa y humilde, también fue muy conocido aquí.

Este gran ermitaño murió mientras oraba a Dios y sanaba a los enfermos.

Tropario tono 8, del común de santas y santos Justos

En ti fue conservada la imagen de Dios fielmente, oh jus­to Patapio, * pues tomando la cruz seguiste a Cristo * y, practicando, enseñaste a despreocuparse de la carne, * que es efímera, * y a cuidar, en cambio, el alma inmortal. * Por eso hoy tu espíritu se regocija junto con los ángeles.

San Ambrosio, obispo de Milán

Este gran Padre de la Iglesia era de linaje eminente. Su padre era el gobernador imperial de la Galia y España, y pagano, mientras que su madre era cristiana.

Al morir su padre, el Emperador le hizo gobernador de Ligorio, de cuya provincia Milán era la ciudad principal. Cuando murió el obispo de Milán, hubo gran discordia entre los cristianos ortodoxos y los herejes arrianos acerca de la elección de un nuevo obispo. Ambrosio fue a la Iglesia a guardar el orden, pues esta era su responsabilidad. Entonces, un infante que estaba en brazos de su madre exclamó: «¡Ambrosio obispo!». Todo el pueblo tomó esto como la voz de Dios, y eligieron unánimemente a Ambrosio como su obispo, aunque esto se hizo en contra de su voluntad. Ambrosio fue bautizado, promovido a través de todas las órdenes necesarias, y fue consagrado obispo. En esta capacidad fortaleció la fe de los ortodoxos, contuvo a los herejes, embelleció las iglesias, propagó la fe entre los paganos, escribió muchos libros instructivos, y fue un ejemplo de verdadero cristiano y de un verdadero pastor. También compuso el “Te Deum”, el gran himno de acción de gracias muy difundido en occidente.

Este famoso jerarca, que era visitado por gente de tierras lejanas a causa de su sabiduría y sus benévolas palabras, era muy austero en su vida personal, y no desconocía el esfuerzo, estando lleno de buenas obras. Dormía poco, trabajaba, y oraba constantemente, ayunando todos los días excepto sábados y domingos. Por esto Dios le concedió ser testigos de muchas de sus maravillas, especialmente aquellas realizadas a través de él mismo.

Ambrosio descubrió las reliquias de los santos Protasio, Gervasio, Nazario y Celso (cfr. 14).

Humilde ante los humildes, no temía a los poderosos. Acusó a la emperatriz Justina de herejía, maldijo a Máximo por tiranía y asesinato, y prohibió al emperador Teodosio entrar a cualquier iglesia hasta que se hubiese arrepentido de su pecado. Rehusó reunirse con el poderoso Eugenio, autoproclamado emperador.

Dios concedió a este hombre, tan grato a sus ojos, tal gracia que podía levantar a los muertos, expulsar demonios de los hombres, sanar a los enfermos de toda dolencia, y ver el futuro. Murió en paz al amanecer de la Pascua, el 4 de abril del 397.

Tropario tono 4, del común de santos Jerarcas

La verdad de tus obras * te ha mostrado a tu rebaño * cual regla de fe, icono de mansedumbre * y maestro de abstinencia. * Así que alcanzaste, por la humildad, alturas * y por la pobreza, riquezas. * ¡Oh santo Padre Ambrocio, intercede ante Cristo Dios, * para que salve nuestras almas!

San Nicolás el Milagroso, obispo de Mira en Licia

Este santo, afamado a través del mundo entero hoy, era el único hijo de sus padres, los ricos y eminentes Teófanes y Nona, ciudadanos de Pátara en Licia. Dedicaron a Dios el único hijo que Él les dio. San Nicolás fue instruido en la vida espiritual por su tío Nicolás, obispo de Pátara, y se convirtió en monje en «Nueva Sión», un monasterio fundado por su tío. Tras la muerte de sus padres, Nicolás distribuyó toda su herencia a los pobres, no guardando nada para sí. Como sacerdote en Pátara, era conocido por sus obras caritativas, cumpliendo las palabras del Señor: «No sepa tu izquierda lo que hace tu derecha» (cfr. San Mateo 6:3). Cuando abrazó una vida de soledad y silencio, pensando vivir de esa manera hasta su muerte, una voz en del cielo le dijo: «Nicolás, dedícate a tu trabajo entre el pueblo si deseas recibir una corona de mí». Inmediatamente después de esto, en la providencia maravillosa de Dios, fue elegido arzobispo de la ciudad de Mira en Licia.

Misericordioso, sabio y audaz, Nicolás era un verdadero pastor con su rebaño. Fue encarcelado durante las persecuciones de Diocleciano y de Maximiano, pero aún allí continuaba instruyendo al pueblo en la Ley de Dios. Estuvo presente en el Primer Concilio Ecuménico en Nicea en el 325 d. C., y en su celo le dio una bofetada a Arrio. Por esto, fue removido del Concilio y de sus deberes episcopales, hasta que algunos de los principales jerarcas tuvieron una visión de Nuestro Señor Jesucristo y su Santísima Madre que demostraban su acuerdo con Nicolás.

Compasivo, digno de confianza y amante de lo justo, caminaba entre el pueblo como un ángel de Dios. La gente lo consideraba un santo aún durante su vida, e invocaban su ayuda en tormentos o aflicciones. Él aparecía en sueños y en persona a los que invocaban su ayuda, respondiéndoles rápidamente, aunque estuvieran cerca o lejos. Su rostro resplandecía como el de Moisés en la antigüedad, y su mera presencia entre la gente traía consuelo, paz y buena voluntad. En edad avanzada enfermó brevemente, yendo a su descanso en el Señor tras una vida repleta de trabajos y frutos. Ahora goza de felicidad eterna en el Reino de los Cielos, y continúa ayudando a los fieles en la tierra con sus milagros, y propagando la gloria de Dios. Entró en su descanso el 6 de diciembre del 343 d. C.

Tropario, tono 4

La verdad de tus obras * te ha mostrado a tu rebaño * cual regla de fe, icono de mansedumbre * y maestro de abstinencia. * Así que alcanzaste, por la humildad, alturas * y por la pobreza, riquezas. * ¡Oh santo Padre Nicolás, intercede ante Cristo Dios, * para que salve nuestras almas!

San Sabas el Santificado

Nuestro Venerable Padre entre los Santos, Sabas, nació en el año 439 en Mutalaska, una aldea del territorio de Cesárea de Capadocia (Turquía), de padres cristianos piadosos Juan y Sofía. A los 8 años de edad ingresó al monasterio de San Flaviano, bajo la regla de San Basilio el Grande, donde creció en la gracia y aprendió con fervor las Santas Escrituras.

Fue tonsurado monje a los 17 años, y un año después inició un peregrinaje a los Santos Lugares y a las celdas de los eremitas en el desierto de Palestina. Pasó un tiempo en el monasterio de San Eutimio quien lo mandó a vivir la obediencia en un monasterio cenobítico (comunidad de monjes) bajo la dirección espiritual de san Teoctisto. A los 30 años, su Padre Espiritual le dio la bendición de retirarse en una cueva, luchando contra las tentaciones, ayunando y rezando por cinco años.

En el año 478 y después de la muerte de San Teoctisto, san Saba se fue a una cueva del valle de Cedrón, no lejos de Jerusalén. Por la austeridad, su vida de oración y ascetismo fue la admiración de muchos y el santo Padre rápidamente tuvo muchos discípulos. El lugar se transformó en la célebre Lavra (Gran Monasterio) que lleva su nombre.

En el año 491, el Patriarca Salustio de Jerusalén lo ordenó Sacerdote, y en el año 494 lo designó Archimandrita (abad) de todos los Monasterios de Palestina. San Sabas fundó y dirigió muchos monasterios, escribió el primer Tipikón de la Iglesia (guía litúrgica) que se usa hasta el día de hoy. Luchó y rechazó las enseñanzas monofisitas (herejía que niega la doble naturaleza de Cristo), defendiendo la Fe Ortodoxa.

Descansó en paz en el año 532 a los 92 años de edad

Tropario, tono 8 del común de santos Anacoretas

Con la efusión de tus lágrimas, * regaste el desierto estéril * y, por los suspiros profundos, * tus fatigas dieron frutos cien veces más, * volviéndote un astro del universo, * brillante con los milagros. ¡Oh nuestro justo padre Sabas, * intercede ante Cristo Dios * para que salve nuestras almas!

Santo Profeta Sofonías

El Profeta Sofonías fue contemporáneo al Profeta Jeremías. Provenía de la tribu de Simeón, y es el noveno de los doce profetas menores del Antiguo Testamento. El profeta vivió en la corte real donde predicó el arrepentimiento y ayudó al Rey Josías a eliminar la idolatría.

Profetizó sobre las calamidades que vendrían al pueblo de Judea y las regiones de alrededores como Gaza, Escalón, Creta, y en contra de los Moabitas, los Amonita y los Ninivitas.

Tropario, tono 2

Celebramos la memoria del profeta Sofonías, * por quien te suplicamos, Señor, * que salves nuestras almas.

Santo Profera Habacuc; Santo Padre Porfirio de Cafsocalivia

El santo profeta Habacuc, el octavo de los doce profetas menores era descendiente de la tribu de Simeón y profetizó entre la segunda mitad del siglo VII a.C. Anticipó la destrucción del templo de Jerusalén, la cautividad en Babilonia y el posterior retorno de los cautivos a su tierra nativa.

Durante la guerra con los babilonios, el profeta escapó a Arabia en donde un milagro ocurrió. Mientras traía la cena a quienes habían huido encontró un ángel del Señor e inmediatamente, por la fuerza del espíritu, fue transportado a Babilonia, donde en ese tiempo el profeta Daniel moría de hambre en prisión. La comida que había traído para sus compañeros en la huida sirvió para calmar el hambre del profeta Daniel (Dan 14:33-37).

Después del final de la guerra con los babilonios, el profeta Habacuc regresó a su tierra y murió ya siendo de edad avanzada. Sus reliquias fueron encontradas en los tiempos del emperador Teodosio el joven (408-450), junto a las reliquias del profeta Miqueas (14 de agosto).

La cuarta Oda del Salterio “Oh Señor, he escuchado tus palabras, y he temido…” se basa en Habacuc 3:2-19.

Tropario tono 2, del común de santos Profetas

Celebramos la memoria del profeta Habacuc, * por quien te suplicamos, Señor, * que salves nuestras almas.

Santo Padre Porfirio, vidente de Cafsocalivia

 

El Santo Anciano Porfirio (en el mundo Evangelos Baϊraktaris) nació el 7 de febrero de 1906 en Eubea. La familia del Santo era numerosa y sus padres eran agricultores pobres que tenían dificultades para mantenerse. Por ello, su padre se vio obligado a partir hacia América, donde trabajó en la construcción del Canal de Panamá.

El joven Evangelos fue el cuarto hijo de la familia. Cuidaba ovejas en una montaña y asistió solo un año de escuela primaria, cuando se vio obligado a ir a Calcis a trabajar tenía solo siete años. Trabajó durante dos o tres años en una tienda, y luego se fue a El Pireo, donde trabajó durante dos años en la tienda de comestibles de un pariente.

A los doce años se fue a la Montaña Sagrada en secreto, deseando emular a San Juan el Quemador de Cabañas (15 de enero), a quien amaba mucho, después de haber leído su Vida. La gracia de Dios lo llevó a la ermita de San Jorge de Cafsocalivia, donde vivió en obediencia a dos ancianos, Panteleimon (que también era un Padre Espiritual) e Joanicio(su hermano según la carne), que era sacerdote. Evangelos se dedicó a estos dos ancianos con gran amor y absoluta obediencia, y tenían fama de ser inusualmente austeros.

Fue tonsurado como monje a la edad de catorce años y recibió el nombre de Nicetas. Después de dos años fue tonsurado en el Gran Esquema. Un poco más tarde, Dios le concedió el don de la clarividencia.

A los diecinueve años, el anciano enfermó gravemente, lo que le obligó a abandonar la Montaña Sagrada. Luego regresó a Eubea, donde vivió en el Monasterio de San Charalambos en Leuka. En 1926, a la edad de veinte años, fue ordenado sacerdote en San Charalampos de Kymi por Porfirio III, arzobispo del Sinaí, quien le dio el nombre de Porfirio. A la edad de veintidós años se convirtió en Padre Espiritual y Confesor. Poco después, fue elevado al rango de Archimandrita. Luego trabajó durante un tiempo como párroco en Tsakaioi, un pueblo de Eubea.

En vísperas de la entrada de Grecia en la Segunda Guerra Mundial, en 1940, el padre Porfirio fue enviado a Atenas, donde asumió sus funciones de sacerdote y padre espiritual en el Policlínico de Atenas. Según él mismo dijo, vivió allí treinta y tres años como si fuera un solo día, dedicándose por completo a su trabajo espiritual de aliviar el dolor y la enfermedad de sus pacientes.

En 1955 se instaló en Kallίsia, donde había arrendado al Santo Monasterio de Penteli el Monasterio de San Nicolás, junto con la zona rural que lo rodeaba, que cultivó con gran diligencia. Al mismo tiempo, disfrutaba de su fructífera labor espiritual.

En el verano de 1979 se instaló en Milesi con el sueño de construir un monasterio. Al principio vivió en una caravana en condiciones adversas, luego en una enorme celda de bloques de hormigón, donde soportó muchas pruebas a causa de su salud. En 1984 se trasladó a una habitación en un monasterio que se estaba construyendo. Aunque el anciano estaba muy enfermo y ciego, trabajó incansablemente para completar la obra. Cuando el 26 de febrero de 1990 se colocó la primera piedra del katholikon del Monasterio de la Transfiguración, pudo ver su sueño hecho realidad.

En los últimos años de su vida terrena comenzó a prepararse para su descanso. Quería retirarse a la Montaña Sagrada, a su amada Cafsocalivia, donde secretamente y en silencio, tal como había vivido, entregaría su alma a su Señor. Muchas veces la gente le oyó decir: “Ahora que he envejecido, quiero ir y morir allí arriba”.

De hecho, en junio de 1991, sintiendo su muerte y no queriendo ser enterrado con honores, se fue a la cabaña de San Jorge en Cafsocalivia, donde había sido tonsurado como monje 70 años antes. El 2 de diciembre de 1991, entregó su alma al Señor, a quien tanto había amado durante su vida.

La canonización del anciano Porfirio tuvo lugar durante la sesión del Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico el 27 de noviembre de 2013.

Tropario, tono 1

Retoño de Eubea y orgullo ecuménico, * verdadero amigo de Cristo * e iniciado de la Trinidad: * honremos, oh fieles, a Porfirio, * repleto de carismas desde niño. * Él libera al poseído y da salud * al enfermo que exclama con fervor: * ¡Gloria al que te ha fortificado! * ¡Gloria, que santo te ha mostrado! * ¡Gloria, que, por tu medio, * ha obrado curación a todos!

Santo Profeta Nahum

El santo profeta Nahum, cuyo nombre significa “Dios consuela” era de la aldea de Elkosh, Galilea, vivó durante el siglo VII a.C. Es él quien profetiza la ruina de la ciudad Asiria de Nínive debido a su iniquidad, la destrucción del reino israelita y la blasfemia del rey Senaquerib contra Dios. El rey asirio Asurbanipal murió en 632 a.C. y durante las siguientes décadas, su imperio comenzó a caer paulatinamente. Nínive cayó en 612 a.C.

Nahum se diferencia de la mayoría de los profetas en que no hace ningún llamado al arrepentimiento ni denuncia a Israel de su infidelidad a Dios, sino centra su mensaje en la necesidad de la reconstrucción del Templo en Jerusalén como signo de la necesidad de reconstruir el culto digno a Dios como base de la reconstrucción de la nación, además de señalar al templo mismo como el signo palpable de la presencia de Dios en medio de su pueblo.

Los detalles de la vida del santo profeta no son conocidos. Murió a los 45 años y fue enterrado por los de su región. Es el séptimo de los doce profetas menores. En la Iglesia, el profeta Nahum es invocado para la sanidad de aquellos con desórdenes mentales.

Tropario tono 2, del común de santos Profetas

Celebramos la memoria del profeta Nahúm, * por quien te suplicamos, Señor, * que salves nuestras almas.

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