Atenta Invitación

Con motivo de la visita de Su Beatitud Juan X Patriarca de Antioquía y Todo el Oriente y la entronización del Matropolita Ignacio Samaán, Arzobispo de nuestra Arquidiócesis, nos complacemos en invitar a toda la Comunidad Ortodoxa y amigos a la Divina Liturgia que se celebrará el domingo 5 de Noviembre a las 11 hrs en la Catedral de San Pedro y San Pablo ubicada en el fraccionamiento Bosque Real de Huixquilucan Estado de México. al termino de la ceremonia se ofrecerá una comida a las 14:30 hrs en el Salón Baalbek del Centro Libanés (ubicado en Hermés #67, Col. Crédito Constructor).

Reservaciones con las Damas Ortodoxas de San Jorge Donativo $300.00

Servicio Funeral de S.E.R Arzobispo Antonio Chedraoui

“Donde yo esté, estará también mi servidor” (juan 12:26)

Su Beatitud Juan X Patriarca de Antioquía y Todo el Oriente

Sus Eminencias los Arzobispos y obispos del Santo Sínodo Antioqueño

Su Excelencia Obispo Ignacio Samaan Obispo de Cesaria

Todo el clero de la arquidiócesis de México, Venezuela, Centro América y el Caribe

El consejo ortodoxo, la sociedad Mutualista ortodoxa, las Damas ortodoxas, la juventud ortodoxa de México

Sus Familiares, amigos y toda la comunidad ortodoxa

Lamentan profundamente el sensible fallecimiento del

Bienaventurado y Siempre Recordado

Arzobispo Metropolita

Antonio Chedraoui Tannous

Quien partió al Reina Celestial el día de 14 de Junio de 2017

Será velado en la Catedral Ortodoxa de San Pedro y San Pablo ubicada en Bosque Real, Huixquilucan, Estado de México, el día Miércoles 14 de Junio de las 20:00 a 23:00 hrs, el jueves 15 de 14:00 a 22:00 hrs.

El viernes 16 de Junio se celebrará el servicio fúnebre a las 12:30 hrs. Al termino procedemos el entierro en la misma Catedral.

Agradecemos su guía moral y liderazgo de más de medio siglo.

¡Que su memoria sea eterna!

 

¡Cristo ha Resucitado!

“Yo soy la Resurrección y la Vida, el que cree en mí, aunque muera, Vivirá” Jn 11:25

 

Su Beatitud el Patriarca Juan X de Antioquía, El Santo Sínodo de Antioquía y La Arquidiócesis de México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe anuncian con gran pesar la partida a la casa del Señor S.E.R. Metropolita Antonio Chedraoui.

El difunto jerarca nació en la Ciudad de Trípoli, Líbano, el 17 de enero de 1932. Realizó sus estudios, hasta el Bachillerato en Líbano; y posteriormente, en la Universidad de Atenas, Grecia, los de Licenciatura en Teología y Filosofía.

El 20 de julio de 1952, fue ordenado Diácono; y el 29 de agosto de 1958 recibió la Orden del Sacerdocio siendo nombrado Archimandrita (Monseñor).

El 5 de junio de 1966, fue consagrado Obispo, recibiendo el nombramiento de Vicario Patriarcal para México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe.

Entre los diversos puestos que ha ocupado, se encuentran el haber sido: Secretario Particular del Arzobispo de Trípoli y Presidente del Juzgado Espiritual, desde 1957 hasta 1959. Fue Superior de un Monasterio y Secretario Particular del Patriarca de 1959 a 1962. Publicó una revista religiosa de 1962 hasta 1966 y, al mismo tiempo, fue Vicario General del Arzobispado de Monte Líbano y Presidente del Juzgado Espiritual.

Ha tenido relaciones con la mayoría de los Presidentes de la República del Líbano desde 1950 hasta la fecha. Y se ha entrevistado con diversos Jefes de Estado, como los Reyes de Grecia, Pablo y Federica, y los Presidentes de Venezuela, Argentina, Brasil y Chile.

Se le ha considerado como uno de los líderes más destacados de la Colonia Libanesa en México y de las demás Colonias Árabes. Ha tenido el privilegio de contar con la amistad de varios Presidentes de la República Mexicana, desde el Lic. Gustavo Díaz Ordaz hasta el actual Presidente, Lic. Enrique Peña Nieto; además de contar con el aprecio y la amistad de diversos Secretarios de Estado, de líderes religiosos de diversas Iglesias, así como también de los líderes políticos mexicanos y de la iniciativa privada.

Se le otorgó la Nacionalidad Mexicana el día 4 de octubre de 1994.

El día 12 de junio del año 1996, el Santo Sínodo del Patriarcado de Antioquía elevó el Obispado de México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe a la categoría de Arzobispado, y lo nombró como Arzobispo Metropolitano de la citada Arquidiócesis; cargo que ocupaba actualmente.

¡Que su memoria sea eterna!

Declaración de la Secretaría del Santo Sínodo de Antioquía

Emitida el lunes, 27 de junio de 2016

Al finalizar la séptima Sesión Extraordinaria, sesión que se inició el 25 de mayo de 2016, el Santo Sínodo de Antioquía realizó su última reunión el 27 de junio de 2016, en la residencia patriarcal en Balamand (Líbano). Dicha reunión fue presidida por Su Beatitud el Patriarca Juan X, contando con la participación de los jerarcas de la Santa Sede de Antioquía.

Los jerarcas felicitaron a sus hijos con motivo de la fiesta de los Santos Pedro y Pablo, los corifeos y gloriosos Apóstoles y cofundadores del Patriarcado de Antioquía. Esta Sede es el lugar donde a los discípulos se los llamó cristianos por primera vez, y donde sus hijos siguen siendo testigos del Señor resucitado, especialmente en nuestra querida Antioquía, en la martirizada Siria, en el sufriente Líbano, en el herido Irak, y en todos los países del Golfo árabe, como así también en todas las Arquidiócesis del continente americano, de Australia y de Europa. Los jerarcas recordaron a su hermano el Metropolita Pablo (Yazigi) y al Arzobispo de Alepo el Metropolita Youhanna (Ibrahim) secuestrados desde hace más de tres años, en medio del desinterés explícito de todo el mundo. Tanto ellos como el resto de los secuestrados, permanecen constantemente presentes en las oraciones y en las súplicas de los fieles y del testimonio diario de la Iglesia. Los jerarcas ruegan por el descanso en paz de las almas de todos los mártires, por ser llamados cristianos, pidiéndoles a su vez sus oraciones ante el trono divino, para que Dios fortalezca a su Iglesia y dé a sus hijos la fuerza y la sabiduría para dar un testimonio pleno, aquí y ahora, del Señor resucitado de entre los muertos.

Los jerarcas debatieron el tema del Gran Concilio Ortodoxo, que la Iglesia Ortodoxa estaba preparando desde hace más de cincuenta años. La Iglesia de Antioquía pidió postergar la convocatoria de este Concilio, con el fin de fortalecer la unidad Pan-ortodoxa, de asegurar la unanimidad en las cuestiones discutibles de su orden del día, y que las condiciones eclesiológicas permitan la participación de todas las Iglesias ortodoxas autocéfalas.

Considerando que la solicitud de Antioquía de postergar el Concilio, junto con las solicitudes de las Iglesias de Rusia, de Bulgaria y de Georgia, no fueron aceptadas, y que, contrariamente a lo que estaba previsto desde el inicio de que el Concilio sea un Concilio Pan-ortodoxo, fue convocado en ausencia de cuatro Iglesias Autocéfalas que representan más de la mitad de los fieles ortodoxos en el mundo;

Considerando que la convocatoria a esta reunión ignoró la necesidad de asentar la conciliaridad ortodoxa sobre la base de la comunión eucarística total entre las Iglesias, la cual es la base para la realización de esta conciliaridad, especialmente al hacer caso omiso de buscar una solución a la agresión del Patriarcado de Jerusalén sobre la jurisdicción canónica del Patriarcado de Antioquía antes de la convocatoria del Concilio, debido a una decisión tomada por el Patriarcado Ecuménico de postergar la negociación hasta después del Concilio;

Considerando que los anuncios y declaraciones emitidos por los participantes, injustamente culparon a las Iglesias ausentes, en vez de culpar la parte que lideraba la etapa preparatoria,
Y después de examinar la atmósfera, las declaraciones y las posiciones formuladas en la reunión en la isla de Creta, y todas las falacias que circularon recientemente, los jerarcas hicieron las siguientes observaciones:

Primero: Los jerarcas afirman que el trabajo ortodoxo común se basa en la participación y la unanimidad de todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas. Quieren recordar que este principio no es una posición novedosa de Antioquía, sino que es un principio ortodoxo fijo, establecido por el Patriarca Ecuménico Atenágoras, de bienaventurada y eterna memoria, al comenzar los trabajos preparatorios para el Concilio. Fue seguido por su sucesor el Patriarca Dimitrios, de bienaventurada y eterna memoria, en cuya época se formularon los reglamentos para las reuniones pre-conciliares preparatorias. Los artículos de este reglamento muestran claramente que la convocatoria a cualquier trabajo conciliar, aunque fuera sólo de una reunión preparatoria, debe realizarse a través del Patriarca Ecuménico, después de la aprobación de los Primados de todas las Iglesias, y que la toma de decisiones debe realizarse por unanimidad, por todas las Iglesias Autocéfalas antes de ser sometidas al Gran Concilio.

Segundo: Los padres recordaron que Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé había subrayado también este principio durante las reuniones preparatorias pre-conciliares. En particular, él decidió suspender los trabajos del comité preparatorio en 1999, debido a la retirada de una de las iglesias de la reunión antes mencionada. Este asunto dio lugar a que los trabajos preparatorios del Gran Concilio fueran suspendidos por un período de diez años. ¡Los jerarcas se preguntaban cómo era posible que la ausencia de una Iglesia haya llevado a la suspensión de los trabajos preparatorios del Concilio, mientras que hoy en día algunos consideran que es permisible que el “Gran Concilio” sea convocado y tenga lugar a pesar de la ausencia de cuatro Iglesias Ortodoxas Autocéfalas!

Tercero: Los jerarcas observaron que el principio de unanimidad fue reafirmado al retomar los trabajos preparatorios del Concilio en 2009. Durante la Cuarta Conferencia preparatoria celebrada en ese mismo año, el asesor de la delegación antioquena, el Sr. Albert Laham, de eterna memoria, hizo hincapié en la necesidad de este principio en el proceso de toma de decisiones, recordando que si no hay unanimidad en un tema, el tema se devuelve al comité preparatorio para mayor estudio, como estipulan las Reglas de Procedimiento de las Conferencias Pan-ortodoxas Pre-Conciliares. En ese momento, esta propuesta fue bien recibida por todas las Iglesias participantes, incluyendo al presidente de la Conferencia. Esta propuesta condujo a tomar una decisión sobre la cuestión de la Diáspora y de las Asambleas episcopales.

Cuarto: Los jerarcas reiteran que la posición antioqueña de llamar a construir el consenso asegurando la unanimidad de todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas en cuanto a los temas de la agenda, tenía como objetivo reforzar la unidad ortodoxa en la fase de preparación, según la tradición ortodoxa. La Iglesia de Antioquía no esperaba que este principio estable, lo cual sólo mencionaba para recordar, se convertiría en un tema controvertido, y que sería desafiado por los que originalmente lo establecieron y lo defendieron como una garantía de la unidad ortodoxa. Esta unidad no puede lograrse si alguna de las Iglesias queda excluida del proceso de toma de decisiones, o si sus proposiciones quedan ignoradas. Aquí, nos gustaría mencionar el hecho de que la Reunión de los Primados de las Iglesias, celebrada en enero de 2014 afirmó este principio cuando se decidió que todas las decisiones tomadas durante el Concilio y el período de preparación deberán ser tomadas por consenso. Los jerarcas se preguntan ¿cómo se puede lograr este consenso con la no aceptación de la Iglesia de Antioquía de las decisiones tomadas en la mencionada Reunión (2014) y en la Reunión en Chambésy (2016)? ¿Cómo se podría lograr este consenso en Creta, en ausencia de cuatro Iglesias Ortodoxas?

Quinto: Los jerarcas reafirman que la posición antioqueña de solicitar la postergación de la convocatoria del Gran Concilio, en caso de falta de unanimidad sobre sus temas, no era una nueva posición. La Iglesia de Antioquía ha expresado con claridad su posición a lo largo de todas las fases del trabajo de preparación del Concilio durante los últimos dos años. Esta posición estaba de acuerdo con el rol que Antioquía tenía, de no ignorar a ninguna Iglesia Ortodoxa Autocéfala en el trabajo ortodoxo común. Por lo tanto, todo lo que fue publicado en los medios de comunicación acerca de la aceptación implícita de la Iglesia de Antioquía de participar en el Concilio era incorrecto, y todos los análisis sobre las dimensiones políticas de la ausencia de Antioquía de la reunión de Creta permanecen como un análisis político totalmente falso. La aceptación de Antioquía por “economía” a participar en los trabajos preparatorios no significa una concesión por parte de ella, acerca de las posiciones mencionadas anteriormente. Más bien, su participación fue un esfuerzo para eliminar todos los obstáculos que interferían, y siguen interfiriendo, en la convocatoria del Concilio.

Sexto: Los jerarcas fueron sorprendidos por las posiciones de algunas Iglesias que recientemente han llamado a eludir el principio de unanimidad, o a cambiar la interpretación de este principio de una manera diferente a la establecida por las reglas de Procedimiento de las Conferencias Pan-ortodoxas Pre-Conciliares, adoptadas en 1986, y firmadas por todos los representantes, y que fueron utilizadas por consiguiente, durante la Quinta Conferencia preparatoria celebrada en octubre de 2015. También se quedaron sorprendidos por todas las declaraciones recientes acerca de que la convocatoria del Concilio en la fecha especificada es más importante que la conciliaridad de la Iglesia y Su unidad. En este sentido, la Iglesia de Antioquía quiere agradecer a todas las Iglesias que avalaron su posición legítima, especialmente a las Iglesias de Rusia, de Georgia, de Bulgaria y de Serbia.

Séptimo: Los jerarcas quieren recordar, a sus hermanos reunidos en Creta, el artículo 17 del Reglamento interno de las Conferencias Pan-ortodoxas Pre-Conciliares adoptado en 1986, que considera que, “en caso de que un asunto específico, discutido durante la conferencia, no sea aceptado por unanimidad, la decisión al respecto se abandona y se transfiere a la Secretaría de la reunión preparatoria pre-conciliar para su estudio y preparación de acuerdo con el procedimiento conocido a nivel pan-ortodoxo”. Asimismo, el contenido del artículo 4 de las mismas reglas de Procedimiento establece que “no se permite quitar ni añadir ningún tema que no se encuentre en el listado de temas que fueron preparados y acordados a nivel Pan-ortodoxo, por lo menos hasta después de que termine su estudio. Después de esto, se convoca el Gran y Santo Concilio”. Los jerarcas se preguntan cómo se pudo emitir el llamado a convocar al Gran Concilio antes de completar el trabajo preparatorio sobre los temas del orden del día: dos Iglesias que tienen reservas sobre el documento “El matrimonio y sus impedimentos”, y ante la negativa de la Iglesia antioqueña de sacar tres temas principales de la Agenda: el Calendario eclesiástico; el orden de las Iglesias (Díptica); y la Autocefalía (de una Iglesia) y el modo de su proclamación.

Octavo: Los jerarcas hacen hincapié en que, frente a la realidad conocida que vive el mundo ortodoxo, como resultado de la reunión de Creta, la unanimidad de las Iglesias Ortodoxas sigue siendo el fundamento de oro para asegurar la unidad del mundo ortodoxo. Los jerarcas consideran que este fundamento es, y seguirá siendo, la base sólida sobre la cual las repercusiones de la reunión de Creta podrían superarse.

Noveno: En cuanto a algunas de las voces que han considerado a la reunión de Creta como a un Concilio Ecuménico celebrado de acuerdo a sus propios principios, los jerarcas quisieran recordarles que, desde principios del siglo XX, las Iglesias Ortodoxas decidieron sustituir el título de “Concilio Ecuménico” por el título de “Concilio Pan-ortodoxo”. La agenda y los reglamentos de trabajo de este último fueron establecidos por la reunión celebrada en Rodas en 1961. El trabajo preparatorio se ha mantenido durante casi cinco décadas y media. Las Iglesias se pusieron de acuerdo, debido al carácter extraordinario de este Concilio Pan-ortodoxo, que todos los obispos en el mundo ortodoxo estén presentes en él, como la tradición ortodoxa requiere, y que todas sus decisiones se tomen con el consenso de todas las Iglesias Autocéfalas sobre la base de un voto por cada Iglesia Autocéfala. Este proceso refuta cualquier pretensión de considerar a la reunión de Creta como Concilio Ecuménico, regida por los reglamentos de un Concilio Ecuménico. También este proceso obliga a sus participantes a respetar las reglas apropiadas de Procedimiento, en caso de querer considerarlo como Concilio Pan-ortodoxo. Este asunto no se realizó por las razones antes mencionadas.

Por lo tanto, los jerarcas del Santo Sínodo de Antioquía señalaron que la reunión de Creta ni siquiera tiene las condiciones necesarias para convocar a la conferencia pre-conciliar del Gran Concilio, y esto de acuerdo con las Reglas de Procedimiento de las Conferencias Pan-ortodoxas Pre-Conciliares, aprobadas en 1986, y que siguen siendo válidas hasta la fecha. Estas Reglas de Procedimiento establecen que la convocatoria a esta conferencia requiere la aprobación de los Primates de todas las Iglesias locales Ortodoxas (artículo segundo), y que la toma de decisiones durante la misma debe llevarse a cabo por la unanimidad de todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas (artículo dieciséis), condiciones que no se han cumplido en la reunión de Creta.

Los jerarcas del Santo Sínodo decidieron, por unanimidad, lo siguiente:

1. Considerar la reunión de Creta como una reunión preliminar hacia el Concilio Pan-ortodoxo, por lo tanto, considerar sus documentos como no definitivos, pero abiertos a la discusión y a la modificación al convocar el Gran Concilio Pan-ortodoxo, en presencia y participación de todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas.

2. Rechazar la asignación de carácter conciliar a cualquier reunión ortodoxa que no involucre a todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas, y subrayar que el principio de la unanimidad sigue siendo la base fundamental para las relaciones ortodoxas en común. Por lo tanto, la Iglesia de Antioquía rechaza que la reunión de Creta se llame “Gran Concilio Ortodoxo” o “Gran y Santo Concilio”.

3. Afirmar que todo lo que se publicó en la reunión de Creta, sean decisiones u otros aspectos, no vinculan, de ninguna manera, al Patriarcado de Antioquía y todo Oriente.

4. Encomendar al “Comité de seguimiento de los asuntos del Concilio” la tarea de estudiar los resultados y las consecuencias de la reunión de Creta y elevar un informe detallado al Santo Sínodo de Antioquía en su próxima reunión.

5. Enviar una carta sobre la decisión del Santo Sínodo de Antioquía a todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas, como así también a las autoridades civiles y religiosas en el extranjero.

6. Hacer un llamado a todos los fieles a acompañar a los jerarcas del Santo Sínodo de Antioquía a orar por la preservación y la manifestación total de la unidad del testimonio cristiano ortodoxo en el mundo de hoy.

N.B.: El texto original en árabe es el único texto vinculante en cualquier caso (http://antiochpatriarchate.org/…/%D8%A8%D9%8A%D8%A7%D…/1448/)

Comunicado del Secretariado del Santo Sínodo de Antioquía

Balamand, 6 de junio de 2016

Decisión sinodal

Como parte de la séptima sesión extraordinaria del 25 de mayo de 2016, el Santo Sínodo de la Iglesia de Antioquía llevó a cabo el 6 de junio de 2016, una reunión presidida por Su Beatitud el Patriarca Juan X en presencia de Sus Eminencias los obispos para estudiar los últimos pronunciamientos de las Iglesias ortodoxas autocéfalas con respecto al Gran Sínodo Pan-ortodoxo (en adelante “Gran Sínodo”) y su temario. Con el objetivo de definir la posición de la Iglesia de Antioquía al respecto, teniendo en cuenta la decisión del Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico del 31 de mayo de 2016, que estipula la formación de “un comité de representantes de las Iglesias de Antioquía y Jerusalén que habrá de reunirse inmediatamente después del Gran Sínodo bajo la coordinación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla” a fin de resolver la violación de la Iglesia de Jerusalén a los límites canónicos de la Iglesia de Antioquía en el Emirato de Qatar.

Después de haber estudiado las diferentes posiciones de las Iglesias ortodoxas autocéfalas, los Padres del Sínodo observaron que:

1. Un cierto número de estas Iglesias expresaron sus opiniones divergentes con respecto a la mayoría de los temas incluidos en el orden del día del Gran Sínodo, y algunas de ellas rechazan la versión actual de ciertos documentos presentados al Gran Sínodo, expresándolo abierta y explícitamente en las decisiones de sus respectivos Santos Sínodos;

2. Un cierto número de Iglesias expresaron sus reservas de fondo sobre los aspectos organizativosdel Gran Sínodo, su costo financiero y las modalidades de hacer efectivas las decisiones tomadas durante la Synaxis de los Primados de las Iglesias ortodoxas en Chambésy en 2016;

3. La Iglesia de Bulgaria adoptó, el pasado 1 de junio de 2016, una decisión sinodal en la que se enumeransus reservas y se solicita a Su Santidad el Patriarca Ecuménico que posponga la celebración del Gran Sínodo a una fecha posterior, sin dejar de seguir trabajando para una preparación eficaz. De lo contrario, han estipulado que no participarán;

4. La Iglesia de Rusia adoptó una decisión sinodal, el 3 de junio de 2016, en la que propuso la celebración de una reunión preconciliar antes de la fecha del Gran Sínodo para examinar las diversas cuestiones pendientes y llegar a un consenso sobre las observaciones formuladas por las Iglesias acerca de los documentos sinodales, y destacó la necesidad de respetar el principio de unanimidad en la participación de todas las Iglesias autocéfalas en este Sínodo;

Los Padres del Santo Sínodo de Antioquía también evaluaron que:

1. Las observaciones y las reservas de la Iglesia de Antioquía al reglamento interno de funcionamiento del Gran Sínodo y a las decisiones de la Synaxis de los Primados de las Iglesias ortodoxas celebrada en Chambésy del 21 al 28 enero de 2016, no han sido tenidas en cuenta hasta ahora, como así tampoco su negativa a corroborar estos dos documentos. Hecho que desobedecea los principios básicos acordados para toda acción ortodoxa común, según fueron instituidos por Su Santidad el Patriarca ecuménico Atenágoras I en el lanzamiento de los trabajos preparatorios en vista al Gran Sínodo, los cuales exigen la unanimidad de las Iglesias autocéfalas en todas las decisiones;

2. El documento sobre el sacramento del matrimonio y susimpedimentos todavíafigura en el temario del Gran Sínodo, a pesar de no haber sido corroborado ni por la Iglesia de Antioquía ni por la Iglesia de Georgia;

3. La cuestión de la diáspora forma parte del temario del Gran Sínodo sin la menor evaluación del trabajo realizado por las Asambleas Episcopales, y sin tener en cuenta la posición expresada muchas veces por la Iglesia de Antioquía a cerca de la necesidad de celebrar una sesión extraordinaria para evaluar el trabajo de estasAsambleas y sugerir soluciones eclesiales apropiadas antes del Gran Sínodo. De hecho, estas Asambleas fueron creadas “por un período de transición y con el fin de preparar el terreno para una solución adecuada a la cuestión de la diáspora antes de la Gran Sínodo, de modo que este últimosea capaz de encontrar una solución canónica” (artículo 1.b de la decisión sobre la Diáspora ortodoxa, aprobada por la 4ª Conferencia Pre-Conciliar Ortodoxa deChambésy, 6 a 12 junio de 2009). Es por esto que resulta esencial evaluar el trabajo de estas reuniones antes delGran Sínodo, para evitar que aborde la cuestión sin tomar en cuenta los trabajos preparatorios;

4. La cuestión del “calendario eclesiástico y la unificación de la celebración de la Pascua” fue retirado del temario a pesar de la importancia de esta cuestión para la feligresía de la Sede de Antioquía, quienes esperan de la catolicidad de la Iglesia Ortodoxa una toma de posición pastoral al respecto;

5. La sección relativa a la evaluación de los diálogos en curso con otros cristianos, que debería haber sido preparada con antelación alGran Sínodo para que pueda ser incluida en el documento sobre “La relación de la Iglesia Ortodoxa con el resto del mundo cristiano” no fue ni preparada ni propuesta al consenso de las iglesias;

6. El tema de “la autodeterminación y de los términos de su declaración” requiere un acuerdo sobre su contenido antes de entrar como versión final en la agenda delGran Sínodo;

7. La falta de participación efectiva de las Iglesias ortodoxas en el trabajo preliminar y en la preparatoria, la lenta acción del secretariado del Sínodo, la falta de claridad en la agenda de sus reuniones y la manera de dirigir que marcó la última fase preparatoria, podrían obstaculizar el dialogo durante el Sínodo;

8. La decisión final del Patriarcado Ecuménico el 31 de mayo de 2016 de posponer la búsqueda de una solución al conflicto en curso con el Patriarcado de Jerusalén a una fecha posterior a la celebración del Gran Sínodo, hace caso omiso de la iniciativa del Patriarca Ecuménico del 5 de abril de 2016 para abordar esta cuestión y a la buena aceptación que ésta obtuvo en la Iglesia de Antioquía. También ignora las profundas implicaciones de esta diferencia y de sus posibles repercusiones en el Gran Sínodo. En efecto, este último no debe celebrarse en el cuadro de una ruptura de comunión entre dos Iglesias apostólicas, y esto sobre todo debido a su carácter eucarístico. La adopción de tal resolución, justo antes de la celebración del Sínodo, sitúa a la Iglesia de Antioquía frente a una opción inaceptable, a saber, la de participar en el Gran Sínodo sin participar de la Eucaristía, debido a la ausencia de una solución definitiva a la violación del Patriarcado de Jerusalén, que persiste desde hace ya más de tres años (véase el Comunicado del Sínodo de Antioquía del 1º de junio de 2016 sobre esta controversia).

9. La cuestión de esta violación territorial toma una dimensión inquietante y peligrosa debido a las pretensiones del Patriarcado de Jerusalén, expresadas en su correspondencia con el Patriarcado de Antioquía, de apropiarse de otras regiones del territorio canónico de la Sede Antioquena;Puesto que la Iglesia de Antioquía,No ha escatimado esfuerzos para preservar la unidad ortodoxa, a la que se atiene y así lo ha demostrado desde el lanzamiento de la idea de celebrar el Gran Sínodo en 1961. La Iglesia de Antioquía se mantiene fiel a la línea trazada por el Patriarca Elías IV y confirmada por el Patriarca Ignacio IV, que colaboraron significativamente por el avance de los trabajos preparatorios. Ella persevera hoy, en la persona del Patriarca Juan X, por los mismos caminos para consolidar esta unidad con compromiso, perseverancia y sacrificio;A pesar de que no haber ratificado las resoluciones de la Synaxis de los Primados de las Iglesias ortodoxas en elFanaren marzo de 2014, Antioquía participó en espíritu de oikonomía en los comités preparatorios del Gran Sínodo y en el trabajo de la Quinta Conferencia Pre conciliar de Chambésy en 2015, como así también en la Synaxis de los primados de las Iglesias ortodoxas en Chambésy en 2016. Y aunque no ha ratificado las decisiones finales de esta Synaxis, la Iglesia Antioquena participó también en un espíritu de oikonomía, en el trabajo de los comités preparatorios del Gran Sínodo, para facilitar el trabajo ortodoxo común y acompañar, como siempre lo ha hecho en las últimas décadas, impulsada por la esperanza de resolver todas las cuestiones pendientes antes de la celebración de este Sínodo;Le dio a este evento mayor y sublime en la vida contemporánea de la Iglesia, el lugar que merece,traduciendo todos los documentos preparatorios al árabe para que sean accesibles a todos los fieles. Además, el Santo Sínodo de la Iglesia de Antioquía ha acompañado de cerca el trabajo de preparación y ha propuesto las modificaciones adecuadas a sus documentos.

Considera, a la luz de lo precedente, que la celebración del Gran Sínodo, en preparación para las generaciones venideras, se ve obstaculizada por muchas dificultades y requiere una preparación adicional de los temas de su agenda y detalles prácticos y de procedimiento con respecto a su celebración y el método de dirigir sus trabajos;

A pesar de las crisis abrumadoras por las que pasa, las más graves de su historia, ya pesar de las condiciones de vida inciertas de sus feligreses, sobre todo en Siria, Líbano e Irak, no se han escatimado ni esfuerzos, ni oraciones ni ocasiones de reconciliación que facilitenlas iniciativas en pos de la celebración del Sínodo, ni para poder participar en el mismo, a pesar de todas las dificultades económicas y humanas en las quese vive;

Considera que, si el Gran Sínodo se llevara a cabo en el cuadro de una interrupción de comunión entre dos Iglesias apostólicas, esto implicaría que la participación en las deliberaciones conciliares son posibles sin la participación en la Santa Eucaristía, por lo que el Sínodo perdería su carácter eclesiológico,y pasaría a tener un simple carácter administrativo, en oposición a la tradición ortodoxa conciliar firmemente establecida;

Considera que este Sínodo está llamado a expresar la unidad ortodoxa que requiere un clima de amor y hermandad en Cristo y la voluntad de dirigirse al hombre de hoy, lo cual exige un consenso sobre una serie de cuestiones entre las Iglesias ortodoxas autocéfalas, y exige su participación en el trabajo y la aprobación unánime de sus decisiones;

Constata que el pueblo fiel, habiendo estudiado el temario del Sínodo y sus documentos, expresaron gran decepción porque no respondena los retos que enfrentan; especialmente a los de la juventud, y han expresado su preocupación por la orientación que ha tomado este Sínodo, que difiere con la visióninicial que fue la causa de su celebración, es decir, enfrentar juntos los desafíos que interpelan a la Iglesia ortodoxa de hoy y para expresar un testimonio común en el mundo de hoy;

Los Padres del Santo Sínodo Antioqueno decidieron unánimemente lo siguiente:

1. Solicitar a su Santidad el Patriarca Ecuménico de trabajar para encontrar un consenso sobre todas las reservas relativas alGran Sínodode las iglesias autocéfalas, y estodurante el período comprendido hastala fecha de apertura del Sínodo. Si este consenso resultase difícil de alcanzar, la Iglesia de Antioquía solicita posponer la reunión del Gran Sínodo a una fecha posterior, cuando las relaciones entre todas las Iglesias autocéfalas sean más pacíficas y en la que sería posible asegurar la unanimidad ortodoxa sobre el temario del Sínodo, su reglamentación y sus procedimientos prácticos;

2. La no participación de Antioquía en el Gran Sínodo por las razones que dificultan la participación de todos en la Eucaristía durante sus sesiones, implica el firme deseo de encontrar una solución definitiva a la violación de Jerusalén al territorio canónico de Antioquía, hecho que dio lugar a la interrupción de la comunión con el Patriarcado de Jerusalén;

3. Reafirmar una vez más la importancia de la participación de todas las Iglesias ortodoxas autocéfalas en el Gran Sínodo y que sus decisiones se tomen por unanimidad en su presencia, de acuerdo con el principio primordial del Sínodo, y con el fin de salvaguardar la unidad de Iglesia ortodoxa universal.

4. Dirigirse a todas las Iglesias ortodoxas e informarles el contenido de la posición antioquena y sus fundamentos.Sínodo, y con el fin de salvaguardar la unidad de Iglesia ortodoxa universal.

5. Convocar a los fieles a rezar con sus obispos para que el Espíritu Santo inspire a la Iglesia en su marcha en unidad y en su testimonio de Cristo en el mundo.

Sólo la versión árabe de estetexto tiene valor de referencia.

S. E. Antonio Celebra la Fiesta de San Jorge

 

El pasado Domingo 08 de Mayo se realizó la Divina Liturgia y la comida anual con motivo de la Fiesta de San Jorge organizada por el comité de las DAMAS ORTODOXAS, la cita tuvo lugar en el Hotel Westin en Santa Fe, agradecemos a todos los miembros de la comunidad e invitados  que acudieron a la comida y tuvieron el honor de acompañarnos. Su Eminencia Antonio Chedraoui Celebró la Divina Liturgia en la Catedral de San Jorge en la cual Condecoró a las Damas Ortodoxas con la Medalla de San Jorge y dijo algunas palabras en la celebración del festejo, felicitando a las Damas Ortodoxas por su generosidad e invitando a todos a seguir participando en la Iglesia y no solo a las actividades sociales. También enfatizó que es necesario tener de nuevo a San Jorge en nuestra intercesión para que venza al nuevo dragón que está amenazando al cristianismo sobre todo en medio oriente.

¡Cristo ha Resucitado!

resurreccion

 

¡Cristo ha Resucitado!

El pasado 30 de Abril y 1 de Mayo del 2016 S.E.R Antonio Chedraoui celebró la Pascua de Resurrección, la noche del día sábado 30 celebró la Vigilia Pascual  en la Catedral de San Jorge y el medio día del domingo 1 de Mayo  en la Catedral de San Pedro y San Pablo

En la Homilía del Domingo Su Eminencia felicitó a todas las familias de la comunidad Ortodoxa por la Resurrección de Cristo  y pidió que sigamos orando por S.E. Metropolita Pablo Yazigy y S.E. Metropolita Youhanna Ibrahim  Arzobispos que fueron secuestrados en Siria, Alepo, hace ya  tres años.

De parte de Su Eminencia reciban un afectuoso saludo de felicitación por la Resurrección de Cristo la fiesta de las fiestas y suplicamos al Resucitado de entre los muertos, nuestro Dios y Salvador, que su Luz ilumine al mundo entero otorgando tranquilidad, amor, paz y prosperidad, dejando atrás todas las maldades humanas que ha limpiado con su divina Sangre.

Por la misericordia de Dios Altisimo

Juan X

Patriarca Ortodoxo de Antioquia y de todo el Oriente

a mis hermanos los Pastores de la Santa Iglesia Antioquena

y a mis hijos e hijas, donde quiera que se encuentren en el territorio de este Trono Apostólico

Queridos Hermanos e Hijos Espirituales:

¡Cristo ha resucitado, en verdad ha resucitado!

“Ahora todo se ha llenado de Luz: el cielo, la tierra, y lo que está debajo de la tierra; que la creación entera celebre la Resurrección de Cristo, en la cual ha sido establecida.”

Nos llega la Fiesta de la Pascua Gloriosa para coronar el camino del Señor por su Pasión, Cricificción y Resurrección. Nos llega para reavivar la esperanza en nuestros corazones y consolar con su luz a todos los que están atribulados, enjugando con su purísima mortaja las lágrimas de los  desventurados. Nos llega para culminar el camino del ayuno. Nos llega para decir que todo aquél que disciplina su propia alma y su propia mente resucita él mismo con aquél que gobierna el universo con su poder, resucita con Cristo, quien padeció por amor al hombre y resucitó para desterrar con su soplo toda indolencia del alma de éste y coronar con su Luz sobreabundante toda la creación rescatada por su preciosa sangre.

En el tiempo de su aflicción, lo que más necesita el hombre es tener presente que Cristo Resucitado es el mismo Cristo Sufriente. Lo primero que necesita hacer es caminar hacia la resurrección siempre desde el corazón mismo de la cruz. Cristo no conquistó nuestros corazones por su poder terrenal. De haber querido hacerlo, lo habría hecho, pues nada es imposible para él. Él aceptó para nuestra salvación voluntariamente encarnarse y padecer el sufrimiento de la senda del amor, susurrando al oído del corazón de cada uno de nosotros: Mira, hombre, yo no te asombré con la fuerza de mi poderío, sino con el poder de mi amor, no he llegado como rey ante los ojos de los hombres, sino reinando en sus corazones por la sutileza de la humildad. No he venido a ti sentado en un trono de poder, ni con un alto señorío, sino  acostado sobre paja en un pesebre y en lo alto de una roca del Gólgota. No obstante todo eso, no sepulté mi alma ni la sembré en tu desesperanza, tu cansancio ni tus aflicciones, sino que te sepulté en mi corazón, y sembré mi luz en tu existencia, resucitándote conmigo y coronando tu cabeza con el honor de la filiación. Con la lanza que me traspasó el costado rompí las lanzas de tus aflicciones, y todo eso porque te amo y me entregué por amor a ti y para que sepas que la aflicción, aunque perdure y oprima, no puede ocultar el resplandor de la Luz de la Resurrección.

En la fiesta de las fiestas y el festejo de los festejos debemos, como hijos de una iglesia antioquena, recordar y tener siempre presente que la Iglesia de la cual dependemos no se limita a la parroquia a la que pertenecemos. Debemos recordar siempre que Dios nos sembró en esta santa Iglesia para que  nos ayudemos mutuamente con los hermanos en la misma fe que viven en diversas partes del territorio de este Trono Apostólico y en la diáspora. Debemos saber también que tenemos hermanos que viven en la línea de fuego, presa de la violencia y de  la angustia, bajo los inicuos misiles, en medio de la mirada de un mundo indiferente, y que cualquier esfuerzo por mitigar su sufrimiento y aflicción es un verdadero gesto de consuelo del rostro de Cristo sufriente, quien no permanecerá, como tampoco ellos, esclavo de la muerte y las tinieblas, sino que será Fuente de Luz y Señor de la Resurrección.

En el glorioso día de la Resurrección aparece en nuestra mente la imagen de aquella semilla cristiana, aquella primera comunidad que dijo en los Hechos de los Apóstoles: Ha resucitado el Señor, y “nosotros somos testigos de ello” (Hch 2:32). Ella misma se encarna todos los días desde hace dos mil años en nuestro pueblo antioqueno, repartido en diversos países y regiones, y unido por el testimonio del amor y la fe así como por la filiación a su Iglesia Ortodoxa y la verdadera fraternidad con los otros hermanos cristianos, manteniendo una buena relación con las otras religiones con quienes comparte la tierra, la historia y la ciudadanía. Esa primera semilla está llamada a conservarse y renovarse cada día en nuestro pueblo, que hace dos mil años recibió la fe y el anuncio de la Resurrección, y ha dado testimonio de su fe aún en los momentos más difíciles. Quizá este testimonio ha sido el distintivo de este pueblo a lo largo de estos dos mil años. Le ha dado a este pueblo la dignidad de revestirse con el título de “cristianos” en su primera tierra, la tierra de Antioquía, a la que no ha abandonado ni abandonará, aún si la situación se vuelve más difícil.

Hoy nuestra oración se dirige al Señor de la Resurrección para que cubra con el Espíritu de su Paz al mundo entero. Elevamos a Él nuestra oración para que conceda la paz a este Oriente dolorido. Oramos hoy para que domine el lenguaje de la razón y de la paz sobre el lenguaje de la persecución y la violencia. Es nuestra esperanza, y oramos por que el Señor conceda la paz a Siria y mantenga la estabilidad en el Líbano.

Oramos también por todas las víctimas del secuestro. Oramos por nuestros hermanos los Arzobispos de Aleppo Yuhanna Ibrahim y Boulos Yazigi, cuyo caso subsiste como una herida de la verdad en un mundo de falsedad, y como una condena contra los que no convierten su discurso en acciones; un caso que ha provocado el llanto de muchos y en el que muchos han resultado incapaces de ayudar. Es un caso en el que muchos han adoptado posturas falsas en un ambiente de opacidad, obscuridad y silencio absoluto por parte de quienes tienen la responsabilidad de actuar y no sólo hablar.

En el glorioso tiempo de la Resurrección, un saludo Pascual a nuestros hijos en nuestra tierra y en la diáspora, y  una oración ferviente a Dios Santísimo para que ilumine los corazones y con la luz de la Resurrección y unja toda la creación con el resplandor de sus bendiciones y la paz de esta fiesta.

¡Cristo ha resucitado, en verdad ha resucitado!

Emitida en nuestra sede en Damasco.

29 de abril del año 2016.

Trisagio por la Sra. Rosa Moisés Yazigy madre de Juan X Patriarca de Antioquía

El pasado domingo 10 de Abril Su Eminencia Antonio Chedraoui celebró el trisagio por el eterno descanso de la Sra. Rosa Moisés Yazigy  una señora que dio tres de sus hijos a nuestra iglesia para servirla: la mamá de nuestro Patriarca Juan X, madre del obispo Pablo de Alepo que está secuestrado o martirizado (no sabemos más que es un santo por su sufrimiento por Dios). Una de sus hijas es monja. Una señora que sufrió la ausencia de su hijo después de haber sido secuestrado por ser un obispo y un cristiano.

En todas las Iglesias de la Arquidiócesis de México, Venezuela Centroamérica y el Caribe se realizaron los trisagios por la madre de Su Beatitud. ¡Que su memoria sea eterna!

Boletín del 20/03/2016

Domingo de la Ortodoxia

La Restauración de los Santos Iconos

triunfo-ortodoxia

Ahora las lanzas de la herejía adversaria han sido aniquiladas
y su memoria, desaparecida como el eco;
pues contemplando tu templo, oh Purísima,
adornado con esplendor por los venerables iconos,
todos nos llenamos de júbilo.
                                                                                   Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 1

Cuando la piedra fue sellada por los judíos
y tu purísimo cuerpo fue custodiado por los guardias,
resucitaste al tercer día, oh Salvador, concediendo al mundo la vida.
Por lo tanto, los poderes celestiales clamaron a Ti, oh Dador de Vida:
“¡Gloria a tu Resurrección, oh Cristo¡ ¡Gloria a tu Reino!
¡Gloria a tu plan de Salvación, oh único Amante de la Humanidad!”

 Tropario Domingo de la Ortodoxia

Tono 2

Nos prosternamos ante Tu Purísima Imagen,
oh Bondadoso,  suplicándote el perdón de nuestras faltas,
oh Cristo Dios.  Porque, por tu propia voluntad,
aceptaste ser elevado en el cuerpo sobre la Cruz
para salvar de la esclavitud del adversario a los que Tú creaste.
Por lo tanto, agradecidos, exclamamos:
“Has llenado todo de alegría, oh Salvador,
al venir para salvar al mundo.”

Condaquio de Cuaresma

Tono 8

A ti, María, te cantamos como victoriosa;
tu pueblo ofrece alabanzas de agradecimiento,
pues de los apuros, Theotokos, nos has salvado.
Tú, que tienes invencible y excelsa fuerza,
de los múltiples peligros libéranos.
Para que exclamemos a ti: ¡Alégrate oh Novia, sin novio!

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Hebreos (11: 24-26, 32-40)

Hermanos: Por la fe, Moisés, ya adulto, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar el efímero goce del pecado, estimando como riqueza mayor que los tesoros de Egipto el oprobio de Cristo, porque tenía los ojos puestos en la recompensa.

Y, ¿a qué continuar? Pues me faltaría el tiempo si hubiera de hablar sobre Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas. Estos, por la fe, sometieron reinos, hicieron justicia, alcanzaron las promesas, cerraron la boca a los leones; apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, sacaron fuerzas de la debilidad, se hicieron valientes en la guerra, rechazaron ejércitos extranjeros; las mujeres recobraron resucitados a sus muertos. Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor; otros soportaron burlas y azotes, y hasta cadenas y prisiones; apedreados, torturados, aserrados, muertos a espada; anduvieron errantes cubiertos de pieles de ovejas y de cabras; faltos de todo; oprimidos y maltratados, ¡hombres de los que no era digno el mundo!, errantes por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas de la tierra. Y todos ellos, aunque alabados por su fe, no consiguieron la promesa. Dios tenía ya dispuesto algo mejor para nosotros, de modo que no llegaran ellos sin nosotros a la perfección.

Evangelio según San Juan (1: 43-51)

En aquel tiempo, Jesús determinó encaminarse a Galilea, y en el camino encontró a Felipe y le dijo: «Sígueme.» Era Felipe de Betsaida, patria de Andrés y de Pedro. Felipe halló a Natanael, y le dijo: «Hemos encontrado a Aquél de quien escribió Moisés en la Ley y anunciaron los profetas: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.» Le respondió Natanael: «¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno?» Le dijo Felipe: «Ven y verás.» Vio Jesús venir hacia sí a Natanael, y dijo de él: «He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño.» Le dijo Natanael: «¿De dónde me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Al oír esto Natanael, le dijo: « Rabbí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel.» Le replicó Jesús: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás.» Y le añadió: «En verdad, en verdad les digo: verán abierto el cielo, y a los ángeles de Dios subir y bajar sirviendo al Hijo del hombre.»

Mensaje Pastoral

La visión de Dios

images13En la lectura evangélica de hoy Felipe le dice a Natanael: «Hemos encontrado a Aquél de quien escribió Moisés en la Ley y anunciaron los profetas: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.»

El primer domingo de la Cuaresma, llamado el domingo de la Ortodoxia, recordamos el triunfo de la recta fe cuando, en el año 843, la emperatriz Teodora salió acompañada por el clero devoto y el pueblo piadoso en una procesión, levantando de nuevo los iconos después de una guerra tensa cuyo objeto incumplido era destruir todos los iconos y prohibir su uso en la devoción cristiana.

Aunque los iconoclastas eran apoyados por emperadores, no obstante, los fieles –monjes y casados, clero y pueblo– conservaron la veneración de los iconos como un tesoro precioso y los defendieron: algunos con palabras y refutaciones, y otros con  sangre y martirio.

¿Qué relación une el pasaje evangélico de hoy (el llamado a Natanael) con el recuerdo de la Restauración de los santos Iconos que hoy celebramos?

Si observamos el tema de la discusión entre los dos discípulos («Hemos encontrado a Cristo») y la frecuencia con la que aparece el verbo «ver» y sus sinónimos en el texto (siete veces), entendemos cómo la Iglesia relaciona la lectura de hoy con los iconos: ¡es un pasaje que santifica la visión!

La visión de Dios era siempre el deseo fervoroso del hombre del Antiguo Testamento, aunque este anhelo no se le cumplía aún. Las revelaciones divinas más claras en el Antiguo Testamento han sido otorgadas a Moisés y a Elías. Cuando Moisés pidió ver la divina gloria, Dios le dijo: «Al pasar mi gloria, te pondré en una hendidura de la peña y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado […] pero mi Rostro no se puede ver.» (Ex 33:21-23). Elías, por su parte, nada más escuchó su voz «en el susurro de una brisa suave», y «cubrió su rostro con el manto» (1Re 19:12-13). Es así como Dios comenzó a revelarse, cada vez más, hasta llegar la plenitud de los tiempos.

En el Antiguo Testamento, Dios no fue visto sino que se reveló al hombre por medio de sus acciones, intervenciones y orientaciones en la historia de la Salvación. Y con la prohibición del Decálogo: «No te harás escultura ni imagen alguna, ni de lo que hay arriba en los cielos ni de lo que hay abajo en la tierra […] No te postrarás ante ellas ni les darás culto» (Ex 20:4-5), procuraba impedir que el hombre se hiciera víctima de la idolatría al querer hacer la representación de lo que no había visto ni conocido. Pero con la Encarnación del Hijo, Dios se  nos  ha  revelado  en cuerpo; lo hemos visto, «lo hemos encontrado», como lo dijo Felipe a Natanael; entonces, conforme a las palabras de san Juan Damasceno: «Esta prohibición no pertenece a la Iglesia del Nuevo Testamento ya que Dios ha aceptado la naturaleza humana y ha vivido en la tierra como hombre […] Ya que el Invisible se hizo visible por su encarnación, pueden pintar a quien se ha contemplado: pueden pintar a mi Salvador, su Nacimiento, Pasión, Crucifixión, Resurrección.»

El icono es un instrumento que nos enlaza con Dios, a Quien solemos olvidar durante la mayor parte del día. El icono nos coloca en la Presencia de Él y nos recuerda su llamado: «Estoy a la puerta y llamo» (Ap 3:20). Entonces, ¡cómo no venerarlo y exaltar su lugar en nuestra vida!

¡Ante Ti, oh santo Icono del Padre, Jesucristo, nos postramos en adoración!, pues «al Señor, tu Dios, adorarás y a Él solo servirás.»

Nuestra Fe y Tradición

La Restauración de los Santos Iconos

El 1er domingo de la Cuaresma, llamado el domingo de la ortodoxia, recordamos el triunfo de la Icono_sobre_icono1recta fe cuando, en el año 843, la emperatriz Teodora salió con los fieles en una procesión levantando de nuevo los iconos en su postura de veneración después de una guerra tensa cuya objeto era destruir todos los iconos y prohibir que los fieles los usaran en su piedad.

Aunque los iconoclastas eran apoyados por los emperadores, no obstante los fieles, clero y pueblo, monjes y casados, conservaron la veneración a los iconos como un tesoro precioso, defendiéndolos, algunos con palabras y explicaciones, y otros, con  su sangre y vida.

Así los fieles, en el primer domingo de la Cuaresma del mencionado año 843 elevaron los iconos anunciando la fe ortodoxa, determinada por el Concilio Séptimo (787): no adoramos al icono, sino lo veneramos, y nuestra veneración y respeto se refiere a quien se representa, al Señor, a  la Virgen o a los santos. Pues, por el icono nuestros ojos comprenden y alientan con su presencia la profundidad del alma que ora.

Si alguien nos pregunta que ¡cómo sobrepasamos el orden del segundo mandamiento del Antiguo Testamento que prohíbe el presentar imágenes de Dios!, contestémosle con las palabras de San Juan Damasceno:

“esta prohibición no pertenece a la Iglesia del Nuevo Testamento, ya que Dios ha aceptado naturaleza humana y vivido en la tierra como hombre… Ya que el Invisible se hizo visible por su encarnación, pueden pintar a quien se ha visto: pueden pintar a mi Salvador, su nacimiento, pasión, crucifixión, resurrección… expresen todo esto con colores como lo han expresado con palabras, no tengan miedo, yo sé la diferencia entre los ídolos y los iconos.”

Así pues, al oponerse a presentar al Señor en iconos, se rechaza la realidad de su encarnación.

Que queramos a los no ortodoxos no significa que compartamos sus desviaciones; soy ortodoxo, entonces me incorporo, con mis hermanos en la fe, cada domingo en la iglesia donde creceré en Gracia y fe y al encontrarme con el rostro del Señor, diré a los que están afuera lo que Felipe ha dicho a Natanael en el Evangelio de hoy: “ven y lo verás”

Vida de Santos

San Sofronio Patriarca de Jerusalén

11 de marzo

iconoSofronio nació en Damasco y desde pequeño estudió tan excesivamente, que estuvo a punto de quedar ciego; pero gracias a eso el santo llegó a ser tan versado en la filosofía griega, que recibió el sobrenombre de “el sofista.” Junto con su amigo, célebre ermitaño Juan Mosco, viajó mucho por Siria, Asia Menor y Egipto, donde tomó el habito de monje, el año 580. Los dos amigos vivieron juntos durante varios años en la ” Laura” de san Sabas y en el monasterio de Teodosio, cerca de Jerusalén. Su deseo de mayor mortificación los llevó a visitara los famosos ermitaños de Egipto. Después fueron a Alejandría, donde el patriarca San Juan el Limosnero les rogó que permaneciesen dos años en su diócesis para ayudarle a reformarla y a combatir la herejía. En dicha ciudad fue donde Juan Mosco escribió el

” Prado Espiritual,” que dedicó a San Sofronió. Juan murió hacia el año 620, en Roma, a donde había ido en peregrinación. San Sofronio retornó a Palestina y fue elegido Patriarca de Jerusalén, por su piedad, saber y ortodoxia.

En cuanto tomó posesión de la sede, convocó a todos los obispos del patriarcado para condenar la herejía monotelita y compuso una carta sinodal, en la que exponía y defendía la doctrina ortodoxa. Esa carta, fue más tarde ratificada por el sexto Concilio Ecuménico, llego a manos de Papa Honorio y del patriarca de Constantinopla, Sergio, quien había aconsejado al Papa que escribiese en términos evasivos acerca de la cuestión de las dos voluntades de N.S.J.C. Parece que Honorio no se pronunció nunca sobre el problema; su silencio fue muy poco oportuno, pues daba la impresión de que el Papa estaba de acuerdo con los herejes. Sofronio, viendo que el emperador y muchos prelados del oriente atacaban la verdadera doctrina, se sintió llamado a defenderla con mayor celo que nunca. Llevó al Monte Calvario a su sufragéneo, Esteban, obispo de Dor y ahí le conjuró, por N.S.J.C Crucificado y por la respuesta que tendría que dar a Dios el día del juicio, “a ir a la Sede Apostólica, base de toda doctrina revelada, e importunar al Papa hasta que se decidiese a examinar y condenar la nueva doctrina.” Esteban obedeció y permaneció en Roma diez años, hasta que el Papa San Martín I, condenó la herejía monotelita, en el Concilio de Letrán, el año 649.

Pronto tuvo San Sofronio que enfrentarse con otras dificultades. Los sarracenos habían invadidos Siria y Palestina; Damasco había caído en su poder en 636; y Jerusalén en 638. El santo patriarca, había hecho cuanto estaba en su mano por ayudar y consolar a su grey, aun a riesgo de su vida. Cuando los mahometanos sitiaban la ciudad, San Sofronio tuvo que predicar en Jerusalén el sermón de Navidad, pues era imposible ir a Belén en aquellas circunstancias. El santo huyó después de la caída de la ciudad y, según parece, murió al poco tiempo, probablemente en Alejandría.

 Nuestro propio ayuno según los Santos Padres

Abba Juan Colobos decía: “Si un rey quisiera apoderarse de una  ciudad de sus enemigos, comenzaría por cortar, el agua y los víveres y, de este modo, los enemigos, muertos de hambre, se le someterían. Lo mismo ocurre con las pasiones de la carne; si un hombre vive en el ayuno y el hambre, los enemigos de su alma se debilitan”.

Un día, Silvano y su discípulo Zacarías fueron a visitar un monasterio. Al despedirse, se les hizo comer un poco. Una vez que estuvieron en marcha, el discípulo halló agua en el camino y quiso beber: El Anciano le dijo: “Zacarías, hoy es día de ayuno”. Este preguntó: “Pero, ¿no hemos comido, padre?” Y el Anciano respondió: “Lo que comimos provenía de la caridad; pero nosotros, hijo mío, guardamos nuestro propio ayuno.”

Boletín del 14/02/2016

17° Domingo de Mateo

BuenPastor

 

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 4

audio1Las discípulas del Señor aprendieron del Ángel
el alegre anuncio de la Resurrección,
y la sentencia ancestral rechazaron y
se dirigieron con orgullo a los apóstoles diciendo:
¡Fue aprisionada la muerte, Resucitó Cristo Dios
y concedió al mundo la gran misericordia!

Condaquio

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable;
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, pecadores,
sino acude a auxiliarnos, como bondadosa,
a los que te invocamos con fe.  Sé presta en intervenir
y apresúrate con la súplica, oh Madre de Dios,
que siempre proteges a los que te honran.

Lecturas Bíblicas

Primera Carta del Apóstol San Pablo a Timoteo (4: 9-15)

Hijo mío, Timoteo: Cierta es la palabra y digna de toda  aceptación: que por eso sufrimos fatigas y oprobios,  porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el  Salvador de todos los hombres, principalmente de los fieles.  Predica y enseña estas cosas.

Que nadie menosprecie tu juventud. Procura, en cambio, ser  para los creyentes modelo en la palabra, en el  comportamiento, en el amor, en la fe, en la pureza. Hasta que  yo llegue, dedícate a la lectura, a la exhortación, a la   enseñanza. No descuides el carisma que hay en ti, que se te   comunicó por intervención profética mediante la imposición  de las manos de los presbíteros. Medita en estas cosas; vive  entregado a ellas para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.

Evangelio según  San Mateo (15: 21-28)

En aquel tiempo, Jesús se retiró  hacia la región de Tiro y de  Sidón. En esto, una mujer  cananea, que había salido de aquel  territorio, gritaba diciendo: «¡Ten  piedad de mí, Señor, Hijo de David!  Mi hija está malamente  endemoniada.» Pero Él no le  respondió palabra. Sus discípulos,  acercándose, le rogaban:  «Concédeselo, que viene gritando  detrás de nosotros.» Respondió Él:  «No he sido enviado más que a las  ovejas perdidas de la casa de Israel.»  Ella, no obstante, vino a postrarse  ante Él y le dijo: «¡Señor,  socórreme!» Él respondió: «No está  bien tomar el pan de los hijos y  echárselo a los perritos.» Ella dijo:  «Sí, Señor, pero también los perritos  comen de las migajas que caen de la  mesa de sus amos.» Entonces  Jesús le respondió: «Mujer, grande  es tu fe: que te suceda como  deseas.» Y desde aquel momento  quedó curada su hija.

Mensaje Pastoral

La humildad: pilar de la fe

«¡Mujer, grande es tu fe!»

Previamente a su encuentro con la cananea, Jesús estaba hablando a los fariseos y escribas en presencia de los Doce; parece que sujesusmujercananitaateismo_thumb1 discurso no les cayó del todo bien puesto que los discípulos le reclamaron: «¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oír tu palabra?» Y Él les respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz» (Mt 15:13). Y al instante, Jesús salió de allí y se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón, tierra de gentiles que no conocen a Dios, donde una mujer lo buscaría para que curase a su hija. ¿Cómo compatibilizar la posición tajante de Cristo ante los fariseos, hijos de la promesa, y su apertura hacia la tierra de los gentiles, con su respuesta a la petición de la mujer cananea: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel»?

Una mujer cananea, dolida por el malestar de su hija «endemoniada» se entera de que pasaba por su tierra Jesús –de Quien seguramente había escuchado–; lo sigue o, más bien, lo persigue con insistencia para que cure a su hija, pero Él no le respondió palabra. Los discípulos –no porque tuvieran compasión de ella sino molestos por el ruido que ocasionaba– piden a Jesús que le atienda para que les deje en paz. El Señor les da una respuesta que realmente les satisface el orgullo, palabras   que   para   ellos   en   aquel   momento  –hubiéralas dicho o no– formaban un asunto resuelto e indispensable: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.» El Mesías pertenece a los judíos y punto.

Sin embargo, la mujer a pesar de toda la humillación que encontró –y Dios no permite «seáis tentados sobre vuestras fuerzas» (1Cor 10:13)–  todavía se acerca más, se postra y ruega con fervor: «¡Señor, socórreme!» De nuevo Jesús la rechaza, pero ahora con palabras aún más duras: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.» El calificativo de «perros» no era extraño al glosario de los discípulos (como judíos) respecto a los cananeos. Sus prácticas inhumanas, adoración y baja moralidad a tal grado que llegaban a sacrificar a sus hijos –cosa que ni los animales hacen– dieron de ellos una imagen digna de menosprecio y baja estima. Entonces Cristo utilizó esta misma imagen fuerte para despertar la penitencia de la mujer, pero sobre todo para advertir a los discípulos la esencia auténtica de la fe: «No anden diciendo en su interior: “Tenemos por padre a Abraham”; porque les digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham» (Lc 3:8). Aunque el Evangelio no lo dice, es lícito imaginar que Jesús acompañó estas palabras duras con un gesto benévolo hacia la mujer que la movió al arrepentimiento y a mostrar una fe verdadera enraizada en la humildad: «Sí, Señor, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.» En su Homilía sobre este pasaje evangélico, san Gregorio Palamás concluye que «la humildad pertenece a los fieles, y la fe a los humildes.» El creyente distingue en los apuros la mano sanadora de Dios, como nos podría decir la cananea: «Con castigo me ha corregido el Señor, más a la muerte no me ha entregado» (Sal 117:18).

Con esta escena de la vida real, Cristo mostró a sus discípulos y a nosotros un ejemplo efectivo de la fe que complace al Señor: «¡Mujer, grande es tu fe: que te suceda como deseas!» No le concedió su petición para aliviar los oídos de los discípulos, sino porque grande fue su humildad, grande su arrepentimiento: ¡grande su fe!

Una religiosidad soberbia y superficial jamás acata a la divina Voluntad, y ante cualquier ocasión no al gusto reclama a Dios rogándole que «se aleje de su término» (Mc 5:17), mientras la fe verdadera frente a las pruebas, por más duras y humillantes que sean, saca un gemido penitencial: «¡Señor, socórreme!» y experimenta qué es desplegar las montañas (Mt 17:20).

Nuestra Fe y Tradición

La conciencia

imagesUna pobre mujer hurtó algo en un negocio y se retiró. Nadie la vio. Pero desde aquel momento una sensación desagradable le quitó la serenidad. No tuvo otro remedio que volver al negocio y colocar el objeto hurtado en su lugar. Luego volvió a su casa aliviada. Ejemplos similares, cuando los hombres se ven en la necesidad de actuar en contra de su propio provecho o placer, son innumerables.

Cada hombre tiene conocimiento de su voz interior que ora le reprocha agobiándolo, ora lo alienta y lo alegra. Este fino sentido moral innato se llama conciencia. La misma es una especie de instinto espiritual que distingue con más prontitud y nitidez que la mente entre el bien y el mal. El que sigue la voz de la conciencia no se arrepentirá de sus actos.

En las Sagradas Escrituras la conciencia también se denomina el corazón. En el Sermón de la Montaña, Nuestro Señor Jesucristo comparó la conciencia con el ojo, por medio del cual el hombre puede ver su propio estado moral (San Mateo 6:22). También el Señor estableció una similitud entre la conciencia y un adversario, con quien el hombre debe conciliarse antes de comparecer ante el Juez (San Mateo 5:25). Este último término acusa la propiedad particular de la conciencia: oponerse a nuestros malos actos e intenciones.

Nuestra experiencia personal también nos convence de que esta voz interior, llamada conciencia, está fuera de nuestro control y se expresa directamente sin depender de nuestro deseo. Del mismo modo que no podemos convencemos de que estamos saciados cuando tenemos hambre, o de que estamos descansados cuando estamos cansados, tampoco podemos convencernos de que procedimos bien cuando nos acusa nuestra conciencia.

Algunos ven en las palabras de Cristo referentes al “gusano que no se muere” que torturará a los pecadores en la otra vida, una indicación relacionada con los remordimientos de la conciencia (San Marcos 9:44).

Vida de Santos

Santo y Gran Mártir Teodoro de Tiro

En la ciudad Amasea, en la provincia Panonia, en los tiempos de las persecuciones por el emperador Maximiano (años 286-305), unteodoro_tyro guerrero llamado Teodoro, junto con los otros cristianos fue obligado a abjurar al Cristo y hacer un sacrificio a los ídolos. (El sobrenombre Tiro significa en latín “recluta”). Al negarse a hacerlo, Teodoro fue sometido a crueles martirios y encerrado en la cárcel. Ahí, durante la oración él fue consolado con la milagrosa aparición del Señor Jesús Cristo. Poco tiempo después lo sacaron de la cárcel y con diferentes torturas lo obligaban nuevamente a abjurar al Cristo. Finalmente, viendo su firmeza, el gobernador lo condenó a la hoguera. Sin ningún temor, San Teodoro subió a la hoguera y orando y glorificando a Dios entregó su alma. Fue cerca del año 305. Su cuerpo fue sepultado en la ciudad de Eujaita (actualmente Marcivan en Asia Menor) Más tarde sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla a la Iglesia consagrada a su nombre. Su cabeza se encuentra en la ciudad Gaeta, Italia.

50 años después de la muerte de San Teodoro, el emperador Juliano, el Apóstata (años 361-363) queriendo profanar la Gran Cuaresma Cristiana, ordenó al gobernador de la ciudad de Constantinopla rociar con la sangre de los sacrificios que se hacían a los ídolos a todos los alimentos que se venden en la feria durante todo los días de la primer semana de la Cuaresma. En una visión, San Teodoro se presentó al arzobispo de Constantinopla y le ordenó avisar a todos los cristianos que no compren los alimentos profanados y que coman solamente kutia, el trigo cocido con miel. En memoria de esto la Iglesia Ortodoxa celebra, hasta el día de hoy, todos los años el día del Mega Mártir Teodoro — Tiro cada primer sábado de la Gran Cuaresma.

Sentencia de los Padres del Desierto

  • Dijo un anciano: «No te dejes enredar por las preocupaciones».
  • Decía un anciano: «La humildad no se enfada, ni enfada a nadie».
  • Dijo también: «El hombre necesita esto: temer el juicio de Dios, odiar el pecado, amar la virtud y  orar continuamente a Dios».
Compartir
Compartir