Festividad da San Pedro y San Pablo 2012

INVITACIÓN – DOMINGO 24 DE JUNIO-2012

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunión del Espíritu Santo, sean con todos ustedes, queridos hijos en el espíritu y amados amigos.

Hace apenas unos cuantos días que conmemoramos la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos; unas como lenguas de fuego se posaron sobre sus cabezas, el Espíritu Santo los llenó, les soltó la lengua haciéndoles hablar en diferentes idiomas .El Espíritu Divino descendió para iluminar, llenar de Él y soltar la lengua de los Apóstoles y, así poder enseñar al mundo entero evangelizando y bautizando en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.

A nuestra nueva Santa Iglesia Catedral la hemos dedicado precisamente a dos hombres que el Espíritu Santo iluminó, llenó y les hizo predicar con la palabra y el ejemplo y los convirtió en pilares de la Iglesia, San Pedro y San Pablo, cuya fiesta celebramos el 29 de junio, mas debido a que este año cae en viernes y el siguiente domingo es día de elecciones, hemos decidido adelantar tal festividad.

Por lo tanto, los invito cordialmente a todos con su  familia a asistir y participar en la Santa Liturgia que celebraremos en la Catedral de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo el próximo domingo 24 de junio, a las 12:00 horas; así como a la convivencia gratuita que a continuación tendrá lugar en el jardín de nuestra grandiosa Catedral y de todo corazón les ofrezco.

Saboreando aún la alegría de esta festividad de Pentecostés y como Pastor de esta grey ortodoxa que el Señor me ha encomendado, elevo mis oraciones para que cada día sea un Pentecostés para cada uno de nosotros, y el Espíritu Santo nos ilumine, nos llene y nos haga predicar con el ejemplo. Aprovecho la oportunidad para enviarles un saludo cariñoso y una bendición llena de amor.

Festejemos a San Pedro y a San Pablo. Los espero el domingo 24.

Su Padre y Pastor

+Antonio Chedraoui

Arzobispo

Boletín del 03/06/2012

Domingo de Pentecostés

Oh Santísimo Espíritu que procedes del Padre
y que, por el Hijo, vienes sobre los  iletrados Discípulos:
salva y santifica a todos los que te reconocen como Dios.
                                                                                                              Exapostelario

Himnos del Liturgia

Tropario Domingo de Pentecostés

Tono 8

¡Bendito eres Tú, oh Cristo Dios nuestro,
que mostraste a los pescadores sapientísimos
cuando enviaste sobre ellos el Espíritu Santo,
y por ellos el universo pescaste!
¡oh Amante de la humanidad, gloria a Ti!

Condaquio Domingo de Pentecostés

Tono 8

Cuando el Altísimo descendió en Babel,
confundiendo las lenguas, dispersó las naciones;
mas cuando repartió las lenguas de fuego,
llamó a todos a la unidad. Por lo cual,
glorificamos unánimemente al Santísimo Espíritu.

Lecturas Bíblicas

Hechos de los Apóstoles (2: 1-11)

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén judíos, hombres piadosos que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua. Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos estos que están hablando? Pues, ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa? Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene, forasteros romanos, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios.»

Evangelio según San Juan (7: 37-52; 8:12)

En el último día de la fiesta, que es el más solemne, Jesús se puso de pie, y alzo la voz diciendo: «Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El que crea en Mí, como dice la Escritura, de su interior emanarán ríos de agua viva.» Esto lo dijo refiriéndose al Espíritu Santo, que iban a recibir los que creyesen en Él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús todavía no había sido glorificado. Muchos entre la gente, al escuchar estas palabras, decían: «Éste ciertamente es el profeta.» Otros decían: «Éste es el Cristo.» Mas algunos replicaban: «¿Por ventura el Cristo va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de Belén, donde David moraba, vendrá el Cristo?» Con esto, se suscitaron disputas entre la gente del pueblo sobre Él. Algunos de ellos querían prenderlo, pero nadie le echó mano. Los guardias volvieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: «¿Por qué no lo han traído?» Respondieron los guardias: «Jamás hombre alguno ha hablado como habla este hombre.» Les dijeron los fariseos: «¿También ustedes se han dejado engañar? ¿Acaso algún magistrado o fariseo ha creído en Él? Pero esa gente que no conoce la Ley son unos malditos.» Les respondió Nicodemo, el que había ido antes a ver a Jesús y que era uno de ellos: «¿Acaso nuestra Ley condena a un hombre sin haberle oído primero y sin saber lo que hace?» Le respondieron así: «¿Es que tú también eres de Galileo? Examina bien las Escrituras, y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta.»

Jesús les habló de nuevo y dijo: «Yo soy la Luz del mundo. El que me siga no caminará a oscuras, sino que tendrá la luz de la vida.

Mensaje Pastoral

Pentecostés

He aquí a los discípulos reunidos en Jerusalén, tal como lo había mandado el Señor el día de su Ascensión: «que no se ausentasen de Jerusalén, sino que aguardasen la promesa del Padre» (Hch 1:4).

«Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.» Pentecostés es el nombre de la fiesta judía  –cincuenta días después de Pascua (la palabra es de origen griego y forma un derivado del número «cincuenta»)– en la cual recordaban la entrega de los diez mandamientos a Moisés y también la renovación del templo de Jerusalén en el tercer siglo antes de Cristo. Eso explica la presencia de muchos judíos de todas las naciones en la Ciudad, que darían crédito del acontecimiento divino: «Había en Jerusalén judíos, hombres piadosos que allí residían, venidos de todas la naciones que hay bajo el cielo.»

Entonces, en aquel Pentecostés, los apóstoles estaban reunidos esperando la promesa. Seguramente se encontraban en la misma estancia superior en la que comieron la Pascua con Cristo. En el icono de la fiesta se ve atrás de ellos un edificio elegante que adorna la escena, mas el acontecimiento no ocurre adentro, el lugar no lo contiene; la reunión de los apóstoles está por encima del tiempo y del espacio, y lo que celebramos hoy no es solo un evento que aconteció en aquel Pentecostés sino la realidad de que, a partir de ese día, la Iglesia vive un Pentecostés constante: el descenso del Espíritu Santo sobre los fieles. Él, Quien les otorga la potestad y la posibilidad   de   llamar   a   Dios   «Abba,   Padre»  (Gal 4:6); sin Él «nadie puede decir ¡Jesús es el Señor!» (1Cor 12:3), ya que Él, como Jesús nos ha prometido, «os lo enseñará todo y os recordará todo lo que Yo os he dicho» (Jn 14:26).

«De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban»; viento, ruido y fuego siempre han sido señales de la presencia de Dios: el Espíritu Santo que desciende sobre los apóstoles es Dios, es la tercera Persona de la Santísima Trinidad, a Quien anunciamos en el Credo que «con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado».

«Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos.» El icono ilustra las lenguas surgidas de la misma fuente. El mismo Espíritu Santo desciende sobre los reunidos y sobre cada uno de ellos personalmente; se les otorga como un don personal que, aunque obra en ellos a través de diferentes carismas, les une en la fe común, a fin de que formen los miembros diversos pero del mismo cuerpo místico, la Iglesia, cuya Cabeza es el Señor: «Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo» (1Cor 12:4). Y el bautizado, a su vez, al ser ungido con el santo Crisma, recibe su propio Pentecostés: «el sello del don del Espíritu Santo», como exclama el sacerdote mientras sella el cuerpo del ya discípulo con la Unción.

En el icono, los apóstoles que se presentan son, del lado derecho: Pablo, Juan, Lucas, Andrés, Bartolomé y Felipe; y de lado izquierdo: Pedro, Mateo, Marcos, Santiago, Simón y Tomas. Esta presentación, y en el orden mismo, es la que podemos observar en los iconostasios de todos los templos ortodoxos. Nótese que hay tres apóstoles que realmente no forman parte del grupo de los Doce: Pablo, Lucas y Marcos; la importancia de su obra en la Iglesia hizo necesario que se contaran entre los apóstoles en el recuadro de Pentecostés. El iconógrafo, como un teólogo, expresa el significado de «apóstol» en un sentido más amplio pasando por alto la restricción literal del concepto. Pablo es el apóstol de las naciones, y Marcos y Lucas son dos de los cuatro Evangelistas cuya labor ha sido fundamental en la difusión y conservación de la fe.

El icono también ilustra un detalle expresivo: el rey coronado que representa a las naciones, el cosmos que espera «el Don del Espíritu Santo»; encarcelado en una cueva oscura, que todavía no ha sido iluminado con la Luz de Cristo; un viejo cansado que lleva sobre sí el pecado del hombre caído; rehén del jefe de este mundo, Satanás; humilde y tranquilo, que lleva un lienzo con doce manuscritos que simbolizan las voces de los apóstoles. En pocas palabras, el icono nos ilustra dos planes: el del mundo nuevo, el universo divinizado y ardiente por el fuego divino; y el del rey recluido en su oscuridad, no le satisfacen las joyas de este mundo que lo adornan sino que espera la Luz y anhela la lluvia que viene del cielo e inunda con gracia abundante la tierra sedienta.

La lucha del cristiano es brincar del encerramiento de su mundo inferior a la «estancia superior», donde la flama del Espíritu Santo encenderá su corazón, quemando las espinas del pecado e iluminando todo su ser.

Nuestra Fe y Tradición

Postración en Pentecostés

El domingo de Pentecostés, después de la Divina Liturgia, participaremos en el Servicio de la Postración. Doblamos las rodillas ante el Espíritu Santo que desciende sobre los Apóstoles y sobre toda la Iglesia reunida. ¿Qué es lo que ofrecemos al hacerlo?

Dios como misericordioso no forza nuestra libertad, y nos pide siempre correspondencia y consentimiento, lo que nosotros hoy expresamos en postración ante Él y exclamamos: Espíritu de Verdad, «Ven a habitar en nosotros, purifícanos de toda mancha y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas». Amén.

Iglesia Una Santa Católica Apostólica

Nuestro Señor Jesucristo fundó una sola Iglesia. La Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica. El significado de cada una de las características enunciadas es:

UNA: La Iglesia es Una porque es un solo Cuerpo espiritual, tiene una sola Cabeza: Jesucristo, y está animada por un solo Espíritu, el Espíritu de Dios (Ef. 1:22-23, 4:4-6; 1a.Co. 3:11). La unidad de la Iglesia se expresa en la misma confesión de Fe, en la Comunión en las Oraciones y en los Sacramentos.

SANTA: Porque es Santa como su base, Nuestro Señor Jesucristo, y porque en Ella mora el Espíritu Santo, que siempre la santifica (Jn.14:16).

CATÓLICA: “Universal o Ecuménica”, del griego Katholiki. Porque su mensaje está destinado a todos los hombres de todos los lugares, tiempos y pueblos, porque no está limitada por ningún lugar, tiempo, pueblo, sino al contrario, está abierta para todo aquel que desee unirse a ella (Mt 28:18-19). Cabe decir que este término, no es únicamente de carácter geográfico, sino que trasciende el tiempo y el espacio y que su doctrina es permanente.

APOSTOLICA: Porque conserva sin interrupción la doctrina y la sucesión de los dones del Espíritu Santo, desde el tiempo de los Apóstoles (Ef. 2:19-22)

Vida de Santos

San Doroteo de Tiro, Mártir

5 de Junio

El mártir San Doroteo, era un sacerdote de Tiro y obispo de esa diócesis. Durante el reinado de Diocleciano, tras de haber sufrido toda suerte de penurias por la causa de la fe en su ciudad natal, fue por fin desterrado. Un alivio en el rigor de la persecución le permitió regresar al seno de su rebaño y asistir al Concilio de Nicea, en 325. Pero en cuanto Juliano el Apóstata ocupó el trono, se reanudó la persecución y entonces Doroteo huyó de nuevo para refugiarse en Odissópolis, en la Tracia. Sin embargo, hasta ahí le acosaron sus perseguidores, que le descubrieron, le aprehendieron y le apalearon tan brutalmente, que murió a consecuencia de los golpes. Se dice que, por entonces, tenía 107 años.

Sobre el Espíritu Santo

  • “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.”

 (Jn 15:26)

  • “Oh Santo Espíritu, ¡qué dulce eres para mi espíritu que no te puedo describir! Pero el alma conoce tu presencia, mientras que otorgas a la mente la paz y al corazón la finura.”
  • “Oh Santo Espíritu, ven y consolida tu morada en nosotros para que todos, con una sola voz, glorifiquemos y alabemos a nuestro Creador: Padre, Hijo y Espíritu Santo.”

San Siluán de Athos

  • “El objeto de la vida Cristiana es obtener el Espíritu Santo. La oración, la vigilia, la obstinación y las obras de caridad que se ejecutan por Cristo, todos son medios para obtener al Espíritu Santo.”

San Serafín de Sarov

  • “Quizás no lo comprendemos y no nos demos cuenta de lo que obra el Espíritu Santo en nosotros, y eso es porque no tenemos la completa pureza y claridad. No obstante que, por alguna vez, sentimos las gotas del Espíritu que, como el rocío, descienden en nuestra alma santificándola. Pues, ¿qué culpa tiene el Espíritu Santo si nuestros ojos están recubiertos y no lo vemos? ¿Qué culpa tiene el Espíritu si, mientras Él por su parte desciende sobre nosotros y sobre cada uno, y en cambio, nosotros somos incapaces de distinguirlo en nosotros mismos o en los demás? ¿Qué culpa tiene el Espíritu Santo si nuestras almas están enfermas y no poseen la transparencia suficiente para la visión del Espíritu y la comprensión de su manifestación? …”

 Patriaraca Ignacio IV

Boletín del 27/05/2012

La Divina Ascensión

y Domingo de los Santos Padres

del Primer Concilio

Oh Cristo, mientras los discípulos
te miraban subir al Padre para sentarte a su lado,
los ángeles se apresuraban clamando:
“Levantad las puertas, levantadlas, 
pues el Rey ascendió a la Gloria de su Luz substancial.”
                                                                                                  Exapostelario
 

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 6

Los poderes celestiales aparecieron sobre tu sepulcro;
y los guardias quedaron como muertos;
María se plantó en el sepulcro buscando Tu Cuerpo Purísimo;
sometiste al hades sin ser tentado por él;
y encontraste a la Virgen otorgándole la vida.
¡Oh Resucitado de entre los muertos, Señor, gloria a Ti!

Tropario de la Divina Ascensión

Tono 4

Ascendiste con gloria, oh Cristo Dios nuestro,
y alegraste a tus discípulos con la promesa
del Espíritu Santo confirmándoles con tu bendición
que eres el Hijo de Dios, el Salvador del mundo.

Tropario de los Santos Padres del Primer Concilio

 Tono 8

¡Glorificado eres Tú oh Cristo Dios nuestro,
que cimentaste a los santos padres en la tierra como astros,
por los cuales nos dirigiste a la verdadera fe!
¡oh Misericordioso, gloria a ti!

Condaquio de la Divina Ascensión

Tono 6

Cuando concluiste el plan de nuestra Redención
uniendo a los terrenales con los celestiales,
ascendiste glorioso a Tu lugar, oh Cristo nuestro Dios,
aunque no Te habías desprendido de él,
pues permaneciste siempre firme en él,
y clamando a los que amas:
«Yo estoy con vosotros y nadie estará en contra».

Lecturas Bíblicas

Hechos de los Apóstoles (20: 16-17, 28-36)

En aquellos días: Pablo había resuelto pasar de largo por Efeso, para no perder tiempo en Asia. Se daba prisa, porque quería estar, si le era posible, el día de Pentecostés en Jerusalén. Entonces desde Mileto envió a llamar a los presbíteros de la Iglesia de Efeso. Cuando llegaron donde él, les dijo:

«Tengan cuidado de ustedes y de toda la grey, en medio de la cual les ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que Él se adquirió con su propia sangre.

Yo sé que, después de mi partida, se introducirán entre ustedes lobos crueles que no tendrán clemencia del rebaño; y también que de entre ustedes mismos se levantarán hombresque hablarán cosas perversas, para arrastrar a los discípulos detrás de sí. Por tanto, vigilen y acuérdense que durante tres años no he cesado de amonestarles día y noche con lágrimas a cada uno de ustedes.

Ahora, hermanos, les encomiendo a Dios y a la Palabra de su Gracia, que tiene poder para edificarlos y darles la herencia con todos los santificados.

Yo de nadie codicié plata, oro o vestido. Ustedes saben que estas manos proveyeron a mis necesidades y a las de mis compañeros. En todo les he enseñado que es así, trabajando, como se debe socorrer a lo débiles y que hay que tener presentes las palabras del Señor Jesús, que dijo: Mayor felicidad hay en dar que en recibir.»

Dicho esto, se puso de rodillas y oró con todos ellos.

Evangelio según San Juan (17: 1-13)

En aquel tiempo, Jesús alzó los ojos al cielo y dijo: «¡Padre!, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a Ti. Y según le has dado potestad sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que le diste. Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra, y he llevado a cabo la obra que me encomendaste. Ahora glorifícame, ¡oh Padre!, junto a Ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que fuese el mundo. He manifestado tu Nombre a los hombres que del mundo me has dado. Tuyos eran, y me los has dado, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me has dado, viene de Ti, porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las han recibido y han conocido verdaderamente que vengo de Ti, y han creído que Tú me enviaste. Yo ruego por ellos, no ruego por el mundo, sino por los que me has dado, porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío; y he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo; yo voy a Ti. ¡Oh Padre Santo!, guarda en tu Nombre a los que me has dado, para que sean uno, así como Nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu Nombre; a los que me has dado, yo los guardaba, y ninguno de ellos se ha perdido, salvo el hijo de la perdición, para que la Escritura se cumpliese. Pero ahora voy a Ti, y digo esto en el mundo, para que tengan en sí mismos mi alegría en su plenitud.»

Mensaje Pastoral

Concilio: camino real

Con la asistencia de unos 318 obispos del orbe, se celebró en Nicea, en el año 325 d.C., el 1er. Concilio Ecuménico de la Iglesia, convocado ciertamente por el emperador Constantino el Grande y presidido, al parecer, por Eustacio, obispo de Antioquía. Destaca la presencia de un grupo numeroso de padres que, por su fe, dieron un ejemplo de vida en Cristo, como los santos Nicolás, obispo de Mira, Espiridión, obispo de Trimitos, Macario, obispo de Jerusalén, y el diácono Atanasio (posteriormente obispo de Alejandría).

En el primer tercio del siglo IV, el pueblo cristiano se encontró dividido y confundido por el discurso de un diácono libio, Arrio, que rechazaba la divinidad de Cristo y enseñaba que el Verbo de Dios era criatura y, por lo tanto, no era ni eterno ni de la misma naturaleza del Padre. Y apuntaba que sólo en forma alegórica se le podía decir «Hijo», «Sabiduría» y  «Poder» de Dios.

El Concilio reunido en la plaza central del palacio imperial de Nicea se enteró de la enseñaza de Arrio y la condenó rotundamente como herética, confirmando la fe establecida en el Evangelio y que la Iglesia sostiene hasta nuestros días: Cristo es «verdadero Dios de Dios verdadero». Con ello, los Padres del Concilio no inventaban un dogma nuevo sino que se mantenían firmes en la doctrina de los santos Apóstoles: «Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la Vida eterna», dice Juan, el discípulo amado (1Jn 5:20); palabras claras que no aceptan alegoría alguna. Sobre esta base, el concilio formuló su fe en el Padre y el Hijo dictando la parte primera del Credo, el Símbolo de Nicea.

Nuestra Iglesia Ortodoxa enfatiza que los dogmas no son definiciones nuevas o descubrimientos posteriores a la Biblia sino fórmulas y expresiones de la misma fe anunciada «de una vez y para siempre» (Jds: 3). (Es interesante observar que las frases del Credo en su totalidad son bíblicas, excepto la expresión «consubstancial al Padre», que costó mucho trabajo hasta que los Padres la incorporaron en el Símbolo de Fe al corroborar que su sentido equivale precisamente a las palabras de Jesucristo: «Yo y el Padre somos uno.» [Jn 10:30]).

El concilio entonces no es la reunión de unos obispos o teólogos con el afán de tomar ciertas decisiones sino la expresión de la unidad en la fe, la incorporación de las diferentes iglesias locales en el mismo Camino. En sí, la palabra griega σύνοδος (sínodo), traducida como concilio, es compuesta de dos partes que le dan el sentido de «con el camino». Los cristianos en los Hechos de los Apóstoles, se identificaban con el calificativo «seguidores del Camino» (Hch 9:2, 16:17; 19:23; 24:14). Y la autenticidad de los Concilios se debe a la congruencia de su enseñanza con la vida evangélica, con este Camino original.

¿Cómo nosotros, los cristianos de hoy, podemos mantenernos en el Camino? Al igual que los primeros seguidores, que «acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones» (Hch 2:42).

El interés espiritual y el conocimiento religioso a menudo se desvían, cuando son efectuados individualmente, y concluyen en «ciencia que hincha» (recuérdese que Arrio era un filósofo y muy buen conocedor de las Escrituras); pero quien se mantiene dentro del Concilio y se alimenta de la leche de la vida eclesiástica, crece en «el amor que edifica» (1Cor 8:1).

Hoy, día en que conmemoramos a los Padres del 1er. Concilio Ecuménico, no nada más recordamos sus palabras y categorías dogmáticas sino que también convivimos con ellos en la Reunión Eucarística, asimilamos el Espíritu en el que han vivido y anhelamos la dicha que gozan; ello produce en nosotros una luz de conversión que constantemente corrige nuestro vivir y alumbra nuestra marcha en el camino real.

Nuestra Fe y Tradición

 

El Icono de la Divina Ascensión

Cristo, después de su Resurrección se manifestó varias veces a los discípulos, a las Mirróforas, a más de quinientas personas como nos cuenta San Pablo, y a muchos otros confirmando su Resurrección. Cuarenta días después, ascendió a los cielos. Este acontecimiento, que festejamos el Jueves pasado, nos lo conservó San Lucas en su Evangelio: “mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.” (Lc.24, 51).

 

El icono de la Ascensión nos dibuja este pasaje evangélico: Cristo asciende al cielo rodeado de un halo de Luz que expresa su divina Gloria, pero la vestimenta que lleva puesta parece igual a la de los apóstoles. Esto es para expresar que, con su ascensión ha elevado con Él a la naturaleza humana. La Ascensión del Señor no es un traslado de lugar (de la tierra al cielo) sino que significa la salida del espacio de lo creado y el ingreso en el de lo divino, lo eterno. Cristo, elevó nuestra naturaleza humana a donde nunca había estado.

 

La Virgen en el medio del icono eleva sus manos orando en silencio; ella representa a la Iglesia, ya que su seno era el lugar de  reunión entre lo humano y lo divino, así como la Iglesia lo es.

 

Los dos ángeles vestidos de blanco dicen a los apóstoles: “¿Qué hacéis ahí mirando al cielo? Éste que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo.” (Hch.1, 11)

 

Los apóstolos, con su vital movimiento, expresan el gozo de recibir la bendición del Hijo de Dios; tristes por ser separados de Él, pero optimistas por la promesa del Espíritu Santo que haría perpetua la Presencia de Jesús en sus corazones. Algunos de ellos miran hacia la Ascensión pero otros contemplan a la Virgen: ¿cómo en tu seno, el Rey de la Gloria hizo su morada?

 

El icono de la Ascensión es ilustración de la Iglesia cuya Cabeza es nuestro Señor Jesucristo, cuya imagen es la Virgen, y pilares son los Apóstoles.

 

La Santa Tradición de la Iglesia

La vida continua del Pueblo de Dios se llama la Santa Tradición. La Santa Tradición del Antiguo Testamento se expresa en la Biblia, en la vida continua del Pueblo de Israel hasta el nacimiento de Cristo. Esta Tradición se cumple, se completa y se engrandece en la Época del Mesías y en la Iglesia Cristiana.

La Tradición Neotestamentaria o Tradición Cristiana es también conocida como la Tradición Apostólica o la Tradición de la Iglesia. La parte central escrita de esta tradición se encuentra en los escritos del Nuevo Testamento de la Biblia. Los Evangelios y los otros escritos de la Iglesia Apostólica forman el corazón de la Tradición Cristiana y son la principal fuente escrita e inspiración de todo lo que se desarrolló en los siglos siguientes.

Esta Tradición Cristiana es entregada de pueblo a pueblo, en el espacio y el tiempo. La palabra Tradición en sí significa exactamente esto: “lo que es transmitido” o “entregado” de persona a persona. La Santa Tradición, por lo tanto, es lo transmitido de persona a persona, y entregado dentro de la Iglesia desde el tiempo de los apóstoles de Cristo, hasta el día de hoy.

Entre los elementos que constituyen la Santa Tradición de la Iglesia, la Biblia tiene el primer lugar. Enseguida viene la vida litúrgica de la Iglesia  y su oración; después sus decisiones dogmáticas y los actos aprobados en los concilios de la Iglesia; las escrituras de los Padres Santos de la Iglesia; la Vida de los Santos; la ley canónica; y finalmente la tradición iconográfica junto a otras formas inspiradas de expresión artística creativa como la música litúrgica y la arquitectura

Vida de Santos

Santa Teodosia, Virgen y Mártir

29 de Mayo

Constantino Acropolita escribió la vida de Santa Teodosia en el siglo XIV. Dicho autor, que vivía en Constantinopla, cerca de la tumba de la mártir y le profesaba gran devoción, se basó para escribir la biografía en algunos escritos y en la tradición oral. Según cuenta Constantino, Teodosia pertenecía a una noble familia y perdió a sus padres desde muy joven. Más tarde, tomó el velo en el monasterio constantinopolitano de la Resurrección. La santa vivió en la época de los emperadores León el Isáurico y Constantino Coprónimo, quienes trataron de acabar con el culto de las imágenes. Como el emperador diese la orden de destruir una imagen muy venerada de Cristo, Teodosia, a la cabeza de un grupo de mujeres, derribó la escalera en que se hallaba el esbirro que iba a echar abajo la imagen. El hombre murió a consecuencia de la caída. Las mujeres se dirigieron entonces al palacio del pseudopatriarca Anastasio, lo apedrearon, y obligaron a huir al usurpador. Las autoridades castigaron a todas las integrantes de grupo, pero sobre todo a Teodosia, que lo había encabezado. Los verdugos la torturaron en la prisión y la hirieron en el cuello. Teodosia murió poco después, a consecuencia de las heridas.

 Frases Bíblicas

  • Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo.  (Hch 1:11)
  • …y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. (Mt 28:20)
  • Y he aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre; pero vosotros, permaneced en la ciudad hasta que seáis investidos con poder de lo alto. (Lc 24:49)

Boletín del 20/05/2012

Domingo de la curación del ciego

“Oh Señor, ilumina mis ojos espirituales
oscurecidos con las tinieblas del pecado;
úntalos con la humildad, oh Misericordioso,
y lávalos con las lágrimas del arrepentimiento.”
                                                                                           Exapostelario
 

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 5

Al coeterno Verbo, con el Padre y el Espíritu,
Al Nacido de la Virgen para nuestra salvación,
alabemos, oh fieles, y prosternémonos.
Porque se complació en ser elevado en el cuerpo
sobre la Cruz y soportar la muerte,
y levantar a los muertos por su Resurrección gloriosa.

Condaquio de Pascua

Tono 8

Cuando descendiste al Sepulcro, oh Inmortal,
destruiste el poder del hades; y al resucitar vencedor,
oh Cristo Dios, dijiste a las mujeres Mirróforas:
“¡Regocíjense!” y a tus discípulos otorgaste la paz,
¡Oh Tú que concedes a los caídos la resurrección!

Lecturas Bíblicas

Hechos de los Apóstoles  (16: 16-34)

En aquellos días: sucedió que mientras íbamos a la oración, nos vino al encuentro una muchacha esclava poseída de un espíritu adivino, que pronunciando oráculos producía mucho dinero a sus amos. Nos seguía a Pablo y a nosotros gritando: «Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, que les anuncian un camino de salvación.» Venía haciendo esto durante muchos días. Cansado Pablo, se volvió y dijo al espíritu: «En nombre de Jesucristo te mando que salgas de ella.» Y en el mismo instante salió.

Al ver sus amos que se les había ido su esperanza de ganancia, prendieron a Pablo y a Silas y los arrastraron hasta el ágora, ante los magistrados; los presentaron a los pretores y dijeron: «Estos hombres alborotan nuestra ciudad; son judíos y predican unas costumbres que nosotros, por ser romanos, no podemos aceptar ni practicar.» La gente se amotinó contra ellos; los pretores les hicieron arrancar los vestidos y mandaron azotarles con varas. Después de haberles dado muchos azotes, los echaron a la cárcel y mandaron al carcelero que los guardase con todo cuidado. Éste, al recibir tal orden, los metió en el calabozo interior y sujetó sus pies en el cepo.

Hacia la media noche Pablo y Silas estaban en oración cantando himnos a Dios; los presos les escuchaban. De repente se produjo un terremoto tan fuerte que los mismos cimientos de la cárcel se conmovieron. Al momento quedaron abiertas todas las puertas y se soltaron las cadenas de todos. Despertó el carcelero y al ver las puertas de la cárcel abiertas,sacó la espada e iba a matarse, creyendo que los presos habían huido. Pero Pablo le gritó: «No te hagas ningún mal, que estamos todos aquí.»

El carcelero pidió luz, entró de un salto y tembloroso se arrojó a los pies de Pablo y Silas, los sacó fuera y les dijo: «Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?» Le respondieron: «Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu casa.» Y le anunciaron la Palabra del Señor a él y a todos los de su casa. En aquella misma hora de la noche el carcelero los tomó consigo y les lavó las heridas; inmediatamente recibió el bautismo él y todos los suyos. Les hizo entonces subir a su casa, les preparó la mesa y se alegró con toda su familia por haber creído en Dios.

Evangelio según San Juan (9: 1-38)

En aquel tiempo, Jesús al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento; sus discípulos le preguntaron: «Maestro, ¿quién pecó, éste o sus padres?» Jesús respondió: «Ni él pecó ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Conviene que Yo haga las obras del que me ha enviado mientras es de día; viene la noche cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, Yo soy la Luz del mundo.» Dicho esto, escupió en la tierra e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: «Vete y lávate en la piscina de Siloé» (palabra que significa “el enviado”). Él fue y se lavó allí, y cuando volvió veía claramente.

Sus vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna decían: «¿No es éste el que se sentaba aquí y pedía limosna?» Unos decían: «Es él», otros en cambio: «No, es uno que se le parece.» Pero él afirmaba: «Sí, soy yo.» Le preguntaban, pues: «¿Cómo se te han abierto los ojos?» Contestó: «Aquel hombre que se llama Jesús hizo un poquito de lodo, me untó los ojos, y me dijo: “Vete a la piscina de  Siloé y lávate allí.” Fui, me lavé, y ahora veo.» Le preguntaron: «¿Dónde está ése?» Respondió: «No lo sé.» Lo llevaron, pues, ante los fariseos al que había sido ciego. Pero es de advertir que ese día en que Jesús hizo el lodo y le abrió los ojos al ciego era sábado. Nuevamente, pues, los fariseos le preguntaban también cómo había recobrado la vista. El les respondió: «Puso lodo sobre mis ojos, me lavé, y veo.» Sobre lo que decían algunos de los fariseos: «No viene de Dios este hombre, pues no guarda el sábado.» Otros decían: «¿Cómo un hombre pecador puede realizar tales señales?» Y había desacuerdo entre ellos. Entonces volvieron a decirle al ciego: «Y tú ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?» Respondió: «Que es un profeta.» Pero, por lo mismo, no creyeron los judíos que hubiese sido ciego, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: «¿Es éste su hijo, de quien dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?» Sus padres les respondieron: «Sabemos que éste es hijo nuestro, y que nació ciego, pero cómo ahora ve, no lo sabemos, ni tampoco sabemos quién le ha abierto los ojos; pregúntenle a él, edad tiene y puede responder por sí mismo.»

 Esto dijeron sus padres por miedo a los judíos, porque los judíos se habían puesto de acuerdo en echar de la sinagoga a cualquiera que reconociese a Jesús por el Cristo. Por eso dijeron: «Edad tiene: pregúntenle.» Llamaron, pues, otra vez al hombre que había sido ciego, y le dijeron: «¡Da gloria a Dios! Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.» Él respondió: «Si es pecador, yo no lo sé; sólo sé que yo antes era ciego y ahora veo.»

Le replicaron: «¿Qué hizo él contigo? ¿Cómo te abrió los ojos?» Les respondió: «Ya se lo he dicho y no me han oído, ¿por qué quieren oírlo otra vez? ¿Acaso será que también ustedes quieren hacerse discípulos suyos?» Entonces comenzaron a insultarlo. Y le dijeron: «Tú eres discípulo de ése; nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios, mas éste no sabemos de dónde es.»

Respondió aquel hombre y les dijo: «Aquí está lo extraño: me ha abierto los ojos y ustedes no saben de donde viene… Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino que al que teme a Dios y hace su voluntad, a éste le escucha. Desde que el mundo es mundo no se ha oído jamás que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. Si este hombre no fuese de Dios, no podría hacer nada de lo que hace.» Le respondieron: «Saliste del vientre de tu madre envuelto en pecado, ¿y nos das lecciones?» Y lo echaron fuera. Oyó Jesús que lo habían echado fuera, y encontrándolo, le dijo: «¿Crees en el Hijo de Dios?» Respondió él y dijo: «¿Y quién es, Señor, para que crea en Él?» Le dijo Jesús: «Lo has visto; es el mismo que está hablando contigo.» Él entonces dijo: «Creo, Señor.» Y se postró ante Él.

Mensaje Pastoral

Luz que ilumina a todos

Al pasaje evangélico de hoy, lo podemos llamar «de la Luz». En general, el Evangelio según san Juan sugiere la Luz como sinónimo de la Vida. En este sentido, Cristo dijo: «Yo soy la Luz de mundo», y cuando los fariseos se indignaron de su comentario (Jn 8:12-13), lo mostró con la acción que no deja duda alguna:

«Escupió en la tierra e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego», acción que trae a la memoria el relato bíblico sobre la Creación del hombre. Así como Dios con su aliento dio vida al polvo de la tierra y de la nada trajo al hombre a la existencia, de la misma manera Cristo, al ciego cuyos ojos jamás habían conocido la luz (ciego de nacimiento), se la otorgó en abundancia. (La señal era tan maravillosa que dio lugar al comentario de los presentes en el pésame de Lázaro: «Éste, que abrió los ojos del ciego, ¿no podía haber hecho que Lázaro no muriera?» [Jn 11:37]). Cristo no le devuelve al ciego una capacidad que había perdido previamente sino que le otorga lo que le era inexistente.

«Vete y lávate en la piscina de Siloé», le dijo el Señor; él fue y se lavó allí, y cuando volvió veía claramente. En este recorrido de ir y venir, sin lugar a duda, mucha gente lo vio y así la obra del Señor fue predicada y verificada. Pero ante la veracidad de este milagro –ya que el ciego era conocido por todos por ser un limosnero– hubo varias reacciones:

•             Fariseísmo: reglas que cercan a Dios y no le permiten penetrar en la oscuridad de uno mismo; leyes que determinan al hombre y a Dios sus derechos y deberes; círculos viciosos de planteamientos y cerrazón que rechazan la intervención de Dios en su creación; y vanidad mezquina que deduce lo siguiente: «Nosotros sabemos que ese hombre (Jesús) es un pecador.»

•             Apatía: padres del ciego que resultaron los verdaderos ciegos. Su apatía, ingratitud y miedo a que sean echados fuera del concepto común les impidió participar de la luz del milagro. Prefirieron la seguridad de la tibieza a la aventura de estar en la verdad. Se retiraron del gozo con cobardía acudiendo a la apatía enfermiza: «Edad tiene: pregúntenle.»

•             Agradecimiento: una reacción profunda que implica sinceridad y valentía. El ciego iletrado tuvo que enfrentar a los fariseos que se le amontonaron; refutó, con lo que había vivido, sus argumentos y leyes: «Yo les daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos sus adversarios» (Lc 21: 15). Esta gratitud implica también sacrificio (lo echaron fuera), pero paulatinamente lleva al agradecido al conocimiento de Cristo, Luz verdadera: Curador, hombre de Dios, Profeta y, sobre todo, Hijo de Dios y Dios (y se postró ante Él).

La Luz de Cristo ilumina a todos: ¿Cómo reaccionas, oh alma?

Nuestra Fe y Tradición

El “Amén”

Cuando el presbítero exclama “Bendito sea el Reino del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”  o cualquier otra exclamación, el pueblo contesta “Amén”, término que – interpretado en lo general como: así sea- lleva un sentido más fuerte. Pues, el “Amén” lleva un sentido activo. Es la expresión que concluye cada exclamación del sacerdote sellándola por la aceptación, y expresando la participación responsable y esencial de cada fiel y de toda la asamblea en la misma obra litúrgica de la Iglesia.

¿Cómo orar cuando nos falta el tiempo?

¿Con qué palabras orar? ¿Que es lo que deben hacer aquellas persona que no poseen suficiente memoria, quien por escasa instrucción no habían aprendido las oraciones principales y, por fin, quien llanamente no dispone del tiempo para pararse delante de los iconos y leer las oraciones matutinas y vespertinas indicadas?

 Esta pregunta está solucionada en las indicaciones del gran “anciano” San Serafím de Saróv.

 Muchos de los visitantes del anciano monje le confesaban que oraban poco, que ni siquiera leen completas las oraciones matutinas y vespertinas.

 San Serafín había establecido para estas personas una regla de fácil cumplimiento: “Al despertar, cada cristiano que lea delante de los santos iconos la oración de “Padre nuestro” tres veces seguido, en honor de la Santa Trinidad. Luego, el canto a la Virgen “Alégrate, Virgen María…” también tres veces. Y después Credo: “Creo en un solo Dios…” una vez. Al cumplir esta regla, se dedica a sus quehaceres para los que esté puesto o que profese. Y durante el trabajo, sea en casa o por el camino, a donde sea, lee quedamente “Señor Jesucristo, ten piedad de mi, pecador” (o pecadora), y en caso de estar rodeado por otra gente, que siga su trabajo y diga con el pensamiento solo “Señor, ten piedad,” y así hasta el mediodía. Inmediatamente antes del almuerzo que repita la norma matutina. Después de almorzar y haciendo su trabajo, cada cristiano que lea igualmente quedo “Santísima Virgen, salva a mi pecador.” Yendo a dormir, todo cristiano que lea otra vez según la regla matutina, o sea: tres veces “Padre nuestro,” tres veces “Alégrate, Virgen María…” y una vez Credo.

 San Serafín explicaba que ateniéndose a esta pequeña norma, se puede lograr la medida de la perfección cristiana ya que éstas tres oraciones son la base del cristianismo. La primera, como la oración dada por El Propio Señor, es el ejemplo de todas las oraciones. La segunda ha sido traída del cielo por el Arcángel en salutación a la Virgen. Y el Credo contiene en sí todos los dogmas de la fe cristiana.

Igualmente, recomendaba el anciano a leer la “oración de Jesús” durante las labores, caminando, y hasta en la cama, y citaba las palabras del Mensaje a los Romanos: “se salvará todo quien llamara el Nombre del Señor.” Y a los que disponen de tiempo, aconsejaba leer el Evangelio, los salmos y las oraciones de la Iglesia.

Vida de Santos

Santos Elena y Constantino

21 de mayo

Santa Elena nació en el año 270 en Bitinia (junto al Mar Negro). Era hija de un hotelero.

Llegó a esas tierras el general romano Constancio Cloro y, prendado de la belleza de Elena se casó con Ella. Tuvieron un hijo y le llamaron Constantino.

Ya llevaban años de matrimonio cuando Constancio recibió la invitación de Maximiliano, el emperador romano, para ser su colaborador cercano. Pero había una condición: Debía repudiar a su esposa Elena y casarse con la hija del emperador. Constancio, con tal de obtener la codiciada posición, cedió a las demandas del emperador. Elena sufrió 14 años de humillante abandono. Pero aquella gran prueba la llevó a ser una santa cristiana.

Después de la muerte de Constancio Cloro, el hijo de Elena, Constantino, llegó a ser proclamado emperador por el ejército. Aunque era pagano como su padre, aprendió de su madre las enseñanzas cristianas. Cuando se enfrentó con sus enemigos en la batalla del puente Milvio, llevó como estandarte la cruz (en un sueño Cristo le mostraba una cruz y le decía:“Con este signo vencerás”).

Tras la victoria, Constantino decretó que la religión católica tendría en adelante plena libertad (año 313). Así terminó con tres siglos de crueles persecuciones por manos de los emperadores romanos.

Constantino nombró a su madre “Augusta” o emperatriz, y mandó imprimir su rostro en las monedas. Le dio plenos poderes para que empleara el dinero del gobierno en las obras buenas que ella quisiera.

Santa Elena fue a Jerusalén en busca de la cruz de Cristo. Milagrosamente la encontró. En Tierra Santa hizo construir tres templos: uno en el Calvario, otro en el monte de los Olivos y el tercero en Belén.

Según San Ambrosio, Santa Elena, aunque era la madre del emperador, vestía siempre con mucha sencillez y se mezclaba con la gente pobre y aprovechaba de todo el dinero que su hijo le daba para hacer limosnas entre los necesitados. Era muy piadosa, dedicándose horas a la oración.

Sentencias de los Padres del Desierto

Del dominio de sí

  • El abad Daniel contaba que el abad Arsenio pasaba la noche en vela. Después de velar toda la noche, cuando al amanecer quería dormir, por las exigencias de la naturaleza, decía al sueño: «Ven, siervo malo», y sentado dormía furtivamente un poco y en seguida se levantaba.
  • Dijo el abad Teodoro: «La falta de pan extenúa el cuerpo del monje». Pero otro anciano decía: «Las vigilias lo extenúan más».

Festejo de San Jorge en el Centro Libanés de México

Este domingo 13 de mayo se llevó a cabo en el Centro Libanés de la Ciudad de México la comida que año con año organizan las Damas Ortodoxas de San Jorge con motivo del día de su santo patrono, el Gran Mártir Jorge.

Asistieron  al evento numerosas familias de la comunidad ortodoxa antioquena, que celebraron en compañía de los invitados especiales, entre los que se encontraban Su Excelencia George  Abi Yunes, obispo de la diócesis Maronita de México, La Srita. Younes, encargada de la oficina de Negocios de la Embajada de Líbano en México, El Señor  Director de Asuntos religiosos de la Secretaría de Gobierno del Estado de México,  El Sr. Juan José Ruiz Healy y Sra., y el  Señor Embajador de Rusia en México, todos ellos acompañando a Nuestro Padre y Arzobispo Antonio Chedraoui, quien presidió la comida.

La Sra. Ambra Perez  de Salomón, presidenta del Comité de Damas de San Jorge fue la maestra de ceremonias, quien dio la bienvenida a los asistentes , agradeció a todas las personas que han ayudado a que el festejo se celebre de manera excelente y después pidió a Sayedna Antonio que dirigiera  unas palabras . En su alocución, Sayedna recordó el ejemplo de fe y amor que nos dejó San Jorge y enfatizó la necesidad de que haya más gente que procure seguir su ejemplo. Así mismo mencionó la reciente visita de Su Beatitud Mar Bishara  Rai, el nuevo Patriarca Maronita, y encomió la posición que Su Beatitud ha adoptado con respecto a los últimos acontecimientos en Medio Oriente. Mencionó también que es muy importante nuestra ayuda a nuestros hermanos cristianos de esa región y solicitó nuevamente que aquellos que estén en condiciones de ayudar se pongan en contacto con él para hacerlo.  Más tarde comunicó a la concurrencia que el día 24 de Junio se celebrará en la catedral de San Pedro y San Pablo, en Huixquilucan, la comida para celebrar el día de los santos patrones de la Catedral. Dijo que la asistencia será gratuita y que sólo pide que los asistentes lleven sus refrescos para colaborar con la moneda de la viuda. Puntualizó que, si bien el día de San Pedro y San Pablo es el viernes 29 de junio, celebraremos la comida el domingo anterior al final de la Misa para que todos puedan asistir. Finalmente, Su Eminencia bendijo los alimentos y comenzó la comida.

Los asistentes pudieron disfrutar de un  exquisito menú que constó de muy diversos platos de la cocina árabe, preparados de forma excelente por el Sr. Mohamed, Chef del Centro Libanés.

Al final de la comida se celebró la rifa de diversos regalos donados por las damas del comité, que fueron desde una cartera hasta boletos de avión para vuelos nacionales, y comidas en un prestigioso restaurante de la ciudad.

Como es costumbre cada año, hubo actividades especiales para los pequeños, quienes estuvieron muy contentos en un ambiente pensado para ellos.

Todo el festejo se desenvolvió en un ambiente familiar de cordialidad y cariño,  quedando muy contenta toda la concurrencia.

احتفال عيد القديس جاورجيوس

بمناسبة عيد القديس جاورجيوس اللابس الظفر ترأس صاحب السيادة راعي الأبرشية المتروبوليت أنطونيوس القداس الإلهي في كاتدرائية القديس جاورجيوس – المكسيك يعاونه لفيف من الكهنة والشمامسة وقد حضر القداس الإلهي جمهور من الوجوه السياسية والإجتماعية والإعلامية وفي مقدمتهم القائمة بأعمال السفارة اللبنانية في المكسيك الانسة ألين يونس وحشد من المؤمنين.

وفي العظة التي ألقاها صاحب السيادة في المناسبة، تناول مسيرة القديس جاورجيوس متوقفا عند مفاصل حياته شارحا معنى التضحية التي ميَزت سلوكه والشهادة التي تكلل بها. هذه الشهادة لأجل المسيح التي تتطلب قول الحق باستقامة في صميم الظلم وصيرورة الإنسان نورا في خضّم الظلام ، وخميرا صالحا في عجين المحبّة لأن الشهادة الحقة هي الشهادة للرجاء في عالم اليأس هي الشهادة للقيامة في عالم الموت هي الشهادة للحب الذي أودى بالسيّد إلى الموت فالقيامة إذ إنه بموته غلب الموت ووهبنا الحياة الأبدية.

هذه هي الشهادة التي عاشها القديس جاورجيوس إذ ثبت في إيمانه فنال إكليل الظفر. في هذا السياق حيّا صاحب السيادة الشعب الصامد في سوريا محافظا على إيمانه متمسكا بأرض أجداده داعيا المجتمع الدولي للعمل بعدالة من أجل الأبرياء الذين يسقطون يوميا من جراء الإرهاب من أجل المشردين والمنكوبين والمضنيين والمخطوفين، مناديا بتحرّك الضمير الإنساني أمام هذا الواقع المرير.

وبعد العظة ألبس صاحب السيادة الأب إغناطيوس- كاهن كوستا ريكا- “الحجر” المقدس ليصير بذلك أبا روحيا مؤهلا لممارسة سرّ الإعتراف قائلا له : ” تقلد سيفك على جنبك، أيها القوي بحسنك وجمالك، استله وسر إلى الأمام واملك في سبيل الدّعة والحق والبرّ فتهديك يمينك هديا عجيبا”، شارحا معاني الحجر إذ هو سيف قاطع للخطيئة ومحاولة عدم الرجوع إليها.

وفي النهاية عايد صاحب السيادة كلّ من يحمل اسم القديس جاورجيوس أو يطلب شفاعته وبشكل خاص جمعيّة القديس جاورجيوس للسيّدات الأرثوذكسيّات.

وبعد القداس الإلهي توجهت الحشود التي تجاوزت 700 شخص إلى النادي اللبناني لتناول طعام الغداء والإجتماع حول مائدة محبّة التي قد نظمتها الجمعيّة المذكورة.

وعلى وقع من التصفيق القى صاحب السيادة كلمة شكر فيها أولا رئيسة الجمعيّة ومن عاونها من السيادت للإعداد لهذا الإحتفال الرفيع مرحبا بالوفود المشاركة.

وفي الكلمة التي القاها تناول صاحب السيادة الحدث التاريخي لهذا العيد الدوري في المكسيك وجذوره المشرقيّة طالبا من الله أن ينجي الأبرياء من أيدي المجرمين وان يهبهم نعمة الصبر للنهوض من هذه المحنة التي هي خارجية أكثر منها داخليّة شاكرا حضور سعادة السفير الروسي ومن خلاله موقف الكنيسة الروسية والدولة الروسية لوقوفهما إلى جانب الحق والعدالة .

إلى أعوام عديدة يا سيّد

Comida en honor de Su Beatitud el Patriarca Raí

El miércoles  2 de mayo, Nuestro Padre y Arzobispo, S.E. Don Antonio Chedraoui ofreció en su casa una comida en honor de Su Beatitud el Patriarca Maronita Mar Bichara Raí, a quien durante el festejo se le otorgó la medalla de la Legión de Honor.

Antes de pasar a la mesa, Su Beatitud sostuvo una reunión con Su Eminencia, el señor Cardenal Primado de México, Don Norberto Rivera Carrera, quien expresó su admiración a los Maronitas y a la comunidad libanesa en México, mostró su preocupación por la situación en Líbano y el Medio Oriente y preguntó sobre las circunstancias actuales allá.

Asistieron a la comida numerosos personajes mexicanos y libaneses , entre los que destacan la Procuradora General de la República, Dra. Marisela Morales Ibáñez, Su Eminencia Don Onésimo Cepeda Silva, varios gobernadores y senadores, el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Lic. Edgar Elías Azar, la encargada de negocios de la República del Líbano en México Srta. Aline Younes, el Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social, Daniel Karam Toumeh, y muchos diplomáticos y empresarios.

Durante la comida, nuestro arzobispo Sayedna Antonio tomó la palabra dando la bienvenida a Su Beatitud, y dió su opinión sobre los acontecimientos en el Medio Oriente, explicando la importancia de la visita del Patriarca Raí a México y su perfecta postura respecto a todo lo que está pasando en aquella región y dijo: “En este día histórico se llena de alegría nuestra casa al recibir a un Patriarca tan grande por su persona, su palabra, su mentalidad y sabiduría. Él es un líder espiritual, pero es también un gran líder nacional a quien Dios quiso nombrar en tiempos difíciles para el Medio Oriente, pues las revoluciones están en todo el mundo y especialmente en aquella región que es la cuna de las civilizaciones”. Expresó Su Eminencia su temor por todo lo que está pasando allá, y su preocupación de que esta llamada Primavera árabe sea en realidad un otoño árabe. Y dijo: “En estas circunstancias, que el mundo está sufriendo por su propio egoísmo, vino Su beatitud para juzgar con la verdad todo lo que están haciendo contra el Medio Oriente en general, y contra Líbano en especial” y terminó su alocución diciendo: “Su Beatitud: ha venido usted a su casa, usted es el pastor y nosotros caminamos atrás de usted, en el nombre de su hermano y nuestro padre, Su beatitud el Patriarca Ignacio cuatro doy la bienvenida a usted en su casa, expresando nuestra unión para decir la verdad claramente; estaremos a su lado siempre en su lucha”.

Su Beatitud el Patriarca Raí respondió al cariño de Su Eminencia con estas palabras: “Quiero agradecer a Su Eminencia el arzobispo Antonio Chedraoui, quien nos reunió con todos estas amables personalidades de México, a quienes dirijo mi agradecimiento porque me honraron con su presencia. Gracias por la medalla, gracias Su Eminencia porque nos unió en su casa, que es casa de todos los mexicanos y libaneses. Es un gran honor estar en esta bendita casa y desde aquí mando saludos a Su Beatitud el Patriarca Ignacio.” Y continuó: “los cristianos no son minoría en el Medio Oriente, pues existen allá desde hace dos mil años; ellos como ciudadanos tienen todos los derechos al igual que todas las obligaciones.” Y explicó Su Beatitud con respecto a la llamada Primavera Árabe que existe más bien “La primavera Cristiana” como él la llama, que siempre empieza cuando los cristianos reconocen su responsabilidad hacia su patria y cuando entienden la importancia que ellos tienen y han tenido en estos dos mil años, porque ellos aportaron  su espíritu intelectualmente, económicamente, y políticamente. Por lo tanto el mundo debe estar consciente de no se trata de proteger unas minorías cristianas que viven allá, sino de defender la ciudanía y los derechos civiles en los países del Medio Oriente. Y dijo Su Beatitud que los cristianos jamás van a dejar de existir allá, pero si disminuye su  influencia en el mundo árabe bajará también el valor de cada ser humano cualquiera que sea su religión. Los cristianos tienen que predicar el misterio del hombre tal como lo enseña el Evangelio. Si los cristianos viven verdaderamente su primavera cristiana entonces la primavera árabe puede ser una primavera verdadera.

صاحب السيادة راعي الأبرشية يولم على شرف البطريرك الراعي

     لبى غبطة البطريرك مار بشارة بطرس الراعي ظهر الاربعاء ٢ أيار ٢٠١٢، دعوة صاحب السيادة راعي الأبرشية الذي اقام حفل غداء على شرف غبطته في دار المطرانية في مكسيكو، وقد جرى تقليد غبطته ميدالية جوقة الشرف.

قبيل الغداء التقى غبطته رئيس أساقفة مكسيكو الكردينال نوربرتو ريفيرا، وكانت خلوة بينهما عبّر فيها نيافته عن تقديره للموارنة وللجالية اللبنانية، وجرى عرض لاوضاع  ابرشية مكسيكو التي تضم اكثر من ١٢ مليون مؤمن، ولتحديات الكنيسة في المكسيك. وابدى نيافته اهتماماً خاصاً بالاوضاع في لبنان مستفسراً عنها وعن التطورات في منطقة الشرق الاوسط.

الحفل التكريمي حضرته شخصيات مكسيكية ولبنانية، أبرزها كاردينال مكسيكو، مطران مدينة ايكاتيبيك اونسيمو سيبيدا، وعدد من حكام الولايات والنواب والقضاة، وفي مقدمتهم المدعية العامة التمييزية ماريسيللا ئراميريس، ورئيس المحكمة الدستورية العليا أدغار الياس عازار، وعدد من الأساقفة والقائم بأعمال السفارة اللبنانية في المكسيك الآنسة الين يونس  ومدير عام الضمان الصحي دانييل كرم  اضافة الى عدد من الدبلوماسيين ورجال الاعمال.

ألقى صاحب السيادة راعي الأبرشية كلمة ترحيبية ضمّنها مواقف من بعض القضايا الاساسية والتطورات في منطقة الشرق الاوسط. مؤكداً على اهمية زيارة البطريرك الراعي الى المكسيك وعلى صوابية مواقفه حيال كل ما يجري في المنطقة. وقال: ” في هذا اليوم التاريخي يمتلىء منزلنا بالفرح والحبور لاستقبالنا رئيس كهنة عظيم بشخصه وقوله وفكره وحكمته، وبمعزل عن كونه قائداً روحياً، هو ايضاً قائد وطني، أراد الله ان يُنتخب في اوقات عصيبة تجتاح الشرق الاوسط حيث الثورات في كل مكان من العالم وبشكل خاص في هذه البقعة الشرق أوسطية مهد الحضارات. وأبدى سيادته خشيته مما يجري في الشرق الاوسط ومن ان يكون الربيع العربي خريفاً عربياً، مؤكداً ان هناك حركات مموّلة ومدفوعة من الخارج. وأضاف: “في هذه الظروف والعالم يتخبّط في أنانيّته، أتى صاحب الغبطة ليواجه بالحقيقة الدامغة والمحبة الخالصة كل ما هو محاك للشرق الاوسط عموماً وللبنانيين خصوصاً. وختم سيادته: ” صاحب الغبطة انت اليوم في بيتك، انت الراعي ونحن نسير على خطاك، فباسم اخيك وأبينا صاحب الغبطة البطريرك إغناطيوس الرابع، ارحب بك في دارهم معلناً وحدتنا في قول الحق باستباحة. نحن معك الآن وسنكون دوماً الى جانبك في جهادك”.

من جهته ردّ البطريرك الراعي بكلمة شكر فيها صاحب السيادة على دعوته النابعة من  عاطفة صادقة ومحبة صافية، وقال: ” أحيي تحية كبيرة سيادة المطران شدراوي الذي جمعنا بأطيب الشخصيات والوجوه الكنسية والمدنية في المكسيك، والذين اشكرهم على تنوعهم لانهم شرّفوني بحضورهم. واني اشكر على الميدالية الرفيعة، أكاديمية التاريخ والجغرافيا. والشكر الكبير للمطران شدراوي الذي يمكنك ان تنتقده ربما ولكنه لا يمكنك ان تشكّ يوماً بمحبته الصادرة من قلبه، ولانه محبّ فهو يعبّر بصدق واحياناً بقساوة، وإلا لما كان المطران شدراوي. شكراً لك سيدنا لأنك جمعتنا اليوم في المطرانية التي هي بيت كل المكسيكان واللبنانيين، ونحن اليوم نتشرّف بالانضمام الى هذا البيت الكريم. ومن هنا نرسل التحية الكبرى لصاحب الغبطة البطريرك هزيم. لقد تحدث المطران شدراوي من قلبه، وأشكره بنوع خاص على الكلمات التي خصّني بها وعلى الثقة الكبيرة والمحبة التي يكنّها لي، وهذا ما يعطيني دفعاً الى الامام. لقد تكلم عن موضوعين في كلمته، اود ان اتناولهما ايضاً : اولاً مخاوفه حول الربيع العربي، وثانياً الربيع المسيحيين. نحن نأمل ونتمنى أن تصل الأحداث الجارية في العالم العربي فعلاً الى ربيع عربي في كل دول، يستطيع معه ابناء كل دولة تحقيق أمنياتهم ورغباتهم في بلدهم كما يريدون هم. وأضاف غبطته : نحن في لبنان ننتمي الى العالم العربي ونتطلّع مع أهلنا مسيحيين ومسلمين في العالم العربي الى عيش كريم معاً افضل. ونتطلّع الى أكثر ديمقراطية، وحريات عامة، والى قبول اكثر للتنوّع في الوحدة. هذا هو الربيع العربي الذي نتطلّع اليه. فالمطران شدراوي عبّر عن خوفه من أن يكون الربيع خريفاً وهو يعلم ما يجري على الارض ولذلك عبّر عن هذا الخوف. لكنه تكلم ايضاً عن الربيع المسيحي الذي اتكلّم عنه دائماً. ونحن نسمع في الغرب انه يجب حماية الأقليات المسيحية. المسيحيون ليسوا أقليات لأنهم موجودون منذ ألفي سنة في بلدانهم. نحن نقول انهم بحكم المواطنة عندهم كل الحقوق وعليهم كل الواجبات. وما أسميه الربيع المسيحي هو أن يدرك المسيحيون في العالم العربي  قيمة الألفي سنة التي يحملونها، بمسؤولية، لأنهم طبعوا بثقافتهم المسيحية  هذه الأوطان، ثقافياً، اقتصادياً، سياسياً وفكرياً. لذلك فنحن نقول اذا كان هناك من اهتمام دولي بالعالم العربي هو التركيز على المواطنة وليس على حماية أقليات مسيحية. والربيع المسيحي تابع غبطته، يعني ان للمسيحيين دوراً لا يتوقف ابداً، وهو ان يحملوا إنجيل يسوع المسيح الذي هو إنجيل الإنسان، إنجيل السلام، إنجيل التآخي. فالإنجيل انطلق من الشرق الاوسط ووصل الى كل العالم ولذلك فعلى المسيحيين في العالم العربي مسؤولية مواصلة إعلان إنجيل يسوع المسيح، الخبر المفرح، أن للإنسان قيمة، ولذلك صار الله انساناً كي يعود فيعلّم الانسان كيف يكون انساناً. وللإنسان قيمة لانه مفتدى بدم يسوع المسيح، لذلك علينا كمسيحيين ان نحمل للعالم العربي هذا الإنجيل، قيمة الشخص البشري وما يتفرع عنها من ديمقراطية وحريات وكرامة الانسان وحقوقه، هذه هي ثمار الإنجيل. وختم غبطته: لن يفرغ الشرق الاوسط من المسيحيين، ولكن اذا خفّ دورهم في العالم العربي تنقص طبعاً قيمة كل انسان في العالم العربي مهما كان دينه. وكلام السيد المسيح “أنتم الخميرة في العجين” لم يكن مجرّد كلام، فله معانيه العميقة، وهذا لا يعني أبداً أنني كمسيحي أنا أفضل من غيري، إنما يعني أنني مؤتمن كمسيحي لإعلان سرّ المسيح، سرّ الانسان. هذا هو الربيع المسيحي الذي نتطلع اليه في قلب الربيع العربي. واذا عاش المسيحيون ربيعهم المسيحي فعلاً، يكون هذا الربيع العربي، ربيعاً عربياً حقيقياً.

Boletín del 13/05/2012

Domingo de la Samaritana

Oh Salvador Todopoderoso que hiciste brotar agua
a los hebreos de una roca muda:
al llegar a la tierra de Samaría
hablaste con una mujer pidiéndole agua,
así la atrajiste hacia la fe en Ti,
y ahora ha alcanzado la vida eterna en los cielos.
                                                                                                  Exapostelario

 Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

TONO 4

Las discípulas del Señor aprendieron del Ángel
el alegre anuncio de la Resurrección,
y la sentencia ancestral rechazaron y
se dirigieron con orgullo a los apóstoles diciendo:
¡Fue aprisionada la muerte, Resucitó Cristo Dios
y concedió al mundo la gran misericordia!

Tropario Mediada la Fiesta

Tono 8

Mediada la Fiesta, riega mi alma sedienta 
con las aguas de la devoción,
Tú que exclamaste a todos: “Si alguno tiene sed,
venga a mí y beba.” ¡Oh Fuente de la Vida, Señor, Gloria a Ti!

Condaquio de Pascua

Tono 8

Cuando descendiste al Sepulcro,
oh Inmortal, destruiste el poder del hades;
y al resucitar vencedor, oh Cristo Dios,
dijiste a las mujeres Mirróforas:
“¡Regocíjense!” y a tus discípulos otorgaste la paz,
¡Oh Tú que concedes a los caídos la resurrección!

Lecturas Bíblicas

Hechos de los Apóstoles (11: 19-30)

En aquellos días: los apóstoles que se habían dispersado cuando la tribulación originada a la muerte de Esteban, llegaron en su recorrido hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la Palabra a nadie más que a los judíos. Pero había entre ellos algunos chipriotas y cirenenses que, venidos a Antioquía, hablaban también a los griegos y les anunciaban la Buena Nueva del Señor Jesús. La mano del Señor estaba con ellos, y un crecido número creyó y se convirtió al Señor.

La noticia de esto llegó a oídos de la Iglesia de Jerusalén y enviaron a Bernabé a Antioquía. Cuando llegó y vio la gracia de Dios se alegró y exhortaba a todos a permanecer, con corazón firme, unidos al Señor, porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una considerable multitud se agregó al Señor.

Partió para Tarso en busca de Saulo, y en cuanto le encontró, le llevó a Antioquía. Estuvieron juntos durante un año entero en la Iglesia y adoctrinaron a una gran muchedumbre. En Antioquía fue donde, por primera vez, los discípulos recibieron el nombre de «cristianos».

Por aquellos días bajaron unos profetas de Jerusalén a Antioquía. Uno de ellos, llamado Ágabo, movido por el Espíritu, se levantó y profetizó que vendría una gran hambre sobre toda la tierra, la que hubo en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos determinaron enviar algunos recursos, según las posibilidades de cada uno, para los hermanos que vivían en Judea. Así lo hicieron y se los enviaron a los presbíteros por medio de Bernabé y de Saulo.

Evangelio según San Juan (4: 5-42)

En aquel tiempo, llegó Jesús a una ciudad de Samaria llamada Sicar, vecina a la tierra que Jacob dio a su hijo José; allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino entonces una mujer samaritana a sacar agua. Le dijo Jesús: «Dame de beber» (Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar comida). Pero la mujer samaritana le respondió: «¿Cómo Tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?» (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos). Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú misma le pedirías agua viva y Él te la daría.» Respondió la mujer: «Señor, no tienes con qué sacarla, y además el pozo es muy hondo. ¿Dónde tienes, pues, esa agua viva? ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob que nos dio este pozo, del cual bebió él, sus hijos y sus ganados?» Respondió Jesús: «Cualquiera que beba de esa agua, volverá a tener sed; en cambio, el que beba del agua que yo le dé no volverá a tener sed: el agua que yo le dé se convertirá en él en manantial de agua que emanará para vida eterna.» La mujer le dijo: «Señor, dame de esa agua y así ya no sufriré la sed, ni tendré que volver aquí a sacar agua.» Pero Jesús le dijo: «Anda, busca a tu marido y vuelve con él acá.» Respondió la mujer: «No tengo marido.» Le dijo Jesús: «Bien has dicho que no tienes marido, porque has tenido cinco maridos, y el que ahora tienes, no es tu marido. En eso has dicho la verdad.» Le dijo la mujer: «Señor, veo que eres profeta. Nuestros padres adoraron a Dios en este monte, y ustedes los judíos dicen que el sitio donde hay que adorar está en Jerusalén.» Respondió Jesús: «Créeme mujer que llegará el tiempo en que ni en ese monte, ni en Jerusalén adorarán al Padre. Ustedes los samaritanos adoran lo que no conocen, pero nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero ya llega la hora (ya estamos en ella) en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que lo adoran. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y en verdad.» La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías (el llamado “Cristo”) está por venir; cuando venga, Él nos revelará todo.» Jesús le dijo: «Yo Soy, el que te está hablando.» En esto llegaron sus discípulos y se extrañaron que hablase con una mujer, pero nadie le dijo «¿qué quieres?», o «¿por qué hablas con ella?» La mujer, dejando allí su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: «Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo cuanto yo he hecho. ¿No será el Cristo?» Salieron, pues, de la ciudad y fueron a verlo.

 Entretanto, los discípulos le insistían: «Maestro, come.» Jesús les dijo: «Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen.» Se decían los discípulos unos a otros: «¿Le habrán traído de comer?» Pero Jesús les dijo: «Mi comida es hacer la voluntad del que me ha enviado, y dar cumplimiento a su obra. ¿No dicen ustedes: “Dentro de cuatro meses será tiempo de siega”? Pues bien ahora yo les digo: Levanten la vista y miren los campos, y vean que ya están blanqueados para la siega. Ya el segador cobra su paga y recoge fruto para la vida eterna, y con esto el sembrador también participa en la alegría del segador. En esta ocasión, se vale aquel refrán: uno es el que siembra, y otro es el que cosecha. Yo los he enviado a ustedes a cosechar donde no se habían fatigado; otros se fatigaron y ustedes se aprovechan de su fatiga.»

 Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en Él por las palabras de la mujer, que aseguraba: «Me ha revelado todo cuanto yo hice.» Y cuando llegaron a Él los samaritanos, le rogaron que se quedase allí. En efecto, se detuvo dos días en aquella ciudad, con lo que fueron muchos más los que creyeron en Él por haber oído sus palabras; y decían a la mujer: «Creemos ya no por lo que tú has dicho, sino nosotros mismos lo hemos oído y hemos conocido que Éste es verdaderamente el Salvador del mundo.»

Mensaje Pastoral

Desde el pozo hasta  el martirio

La lectura evangélica de este día enseña una experiencia más sobre el encuentro con el Señor, encuentro que místicamente transforma la vida. La famosa samaritana ascendió en el conocimiento de Jesús gradualmente hasta que llegó a proclamarlo el Señor de su vida.

Cuando esta mujer estaba junto al pozo y buscaba agua para beber, encontró a Jesús. Allá, rodeada con todas sus preocupaciones mundanas, no podía ver en Jesús más que un judío, un hombre común, por lo que le dijo: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí que soy una mujer samaritana?» Pues, para ella, Cristo no es más que un hombre extraño que pertenece a una raza enemiga.

Jesús le habló del «agua viva»: quien beba de ella «no volverá a tener sed». Este discurso la llevó a reflexionar sobre la religión y por ello dijo: «¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob que nos dio este pozo, del cual bebió él, sus hijos y sus ganados?»

A partir de este diálogo «religioso», el Señor despierta en ella la conciencia y el auto examen preguntándole acerca de su marido y de su vida privada en lugar de seguir con cuestionamientos de índole religioso. Cuando sus palabras tocaron la vida y lo moral, Jesús pasa a ser, para ella, un profeta. Los profetas siempre han exigido congruencia entre la religiosidad y el comportamiento, «porque yo quiero misericordia, no sacrificio, dice el Señor» (Os 6:6).

A través de esta puerta vital –la penitencia y el auto conocimiento–, el Señor la introdujo en el tema de la adoración en Espíritu, lejos de las reglas. Le habló de la religión, no como deberes y leyes sino como un amor voluntario y experiencia de la Verdad: «Dios es espíritu, y los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y en verdad.» La profundidad de las palabras de Jesús trajo a la memoria de la samaritana las profecías sobre el Mesías: «Yo sé que el Mesías está por venir», y Jesús le dijo: «Yo Soy, el que te está hablando.» Pasa a ser para ella el Cristo esperado, el Salvador del mundo.

Mientras se preocupaba por sus necesidades materiales, lo veía como un hombre común; cuando comenzó a transitar por el mundo de la religión, lo consideró como religioso; cuando entró en sí misma experimentando la penitencia y confesando su realidad, lo admiró como un profeta; finalmente cuando llegó a la adoración en Espíritu y en verdad, a la libertad de la fe, comprendió que era el Mesías. Y lo más grandioso es que en cuanto asimiló que Jesús era el Salvador, se convirtió en una discípula de Él y apóstol: dejó su cántaro, más bien, su vida bajo los pies del Señor y corrió a anunciar a sus compatriotas: «Vengan a ver», y a ofrecer su testimonio, a saber, su martirio. Ella es santa Fotina (iluminada), mártir en Cristo que la Iglesia conmemora el día 26 de febrero. Sus intercesiones sean con nosotros. Amén.

Nuestra Fe y Tradición

Un solo Dios: Una sola naturaleza Divina, Un solo ser Divino.

Lo que el Padre es, así también el Hijo y el Espíritu. Esta es la enseñanza de la Iglesia. El Hijo, nacido del padre, y el Espíritu, procediendo del Padre, comparten la naturaleza divina de Dios, siendo “de una misma esencia” con El (“consubstancial”).

 Así, tal como el Padre es “inefable, inconcebible, invisible, incomprensible, siempre existente, y eternamente el mismo” (la Divina Liturgia de San Juan Crisóstomo), el Hijo y el Espíritu son exactamente iguales. Cada atributo de la divinidad que pertenece a Dios el Padre: vida, amor, sabiduría, verdad, bendición, gloria, santidad, poder, pureza, regocijo, alegría; pertenecen igualmente al Hijo y al Espíritu Santo. El ser, naturaleza, esencia, existencia y vida de Dios el Padre, del Hijo y del Espíritu Santo son absoluta e idénticamente uno y lo mismo.

Vida de Santos

Santo y Gran Mártir Cristóforo

9 de Mayo

San Cristóforo vivió en el siglo tercero, en los tiempos de la persecución cristiana por el emperador Decio (249 —251). Él era de gran estatura, bello y estaba dotado de una fuerza extraordinaria. Siendo él, aun pagano, acusaba a los perseguidores de los cristianos. Decio, al enterarse de que San Cristóforo , poseía una gran fuerza, mandó a sus soldados para que lo traigan. En estos momentos San Cristóforo ya creía en Jesucristo, pero todavía no se había bautizado. En el camino su bastón seco había florecido en sus manos, el cual él utilizaba como báculo de peregrino. A continuación por sus oraciones se multiplicaron los panes, los que no alcanzaban a los peregrinos. Los soldados estaban asombrados por los milagros, creyeron en Jesucristo y junto a Cristóforo tomaron el bautismo del obispo Babillas de Antioquía. Al enterarse él Emperador de que Cristóforo , tomó la fe cristiana, decidió con viveza, persuadirlo para que renuncie a Jesucristo. El encargó a dos mujeres lascivas Callinica y Aquilina para que lo consigan. Pero a cambio de ello, Cristóforo , convirtió a estas mujeres a la fe de Cristo, por lo que ellas fueron sometidas a tormentos. Ellas terminaron como mártires. Los soldados que trajeron a Cristóforo y que se bautizaron, fueron decapitados. Después de ello a Cristóforo, lo arrojaron en un ardiente recipiente de cobre, pero el se quedó ileso. Al sojuzgar al Gran Mártir, con nuevos tormentos, los atormentadores, finalmente, lo decapitaron. Esto aconteció en Licia (en Asia Menor) hacia el año 250. Se venera la memoria de San Cristóforo, tanto en el este como en el oeste, pero principalmente en España. En el occidente vienen para pedirle ayuda en épocas de enfermedades contagiosas y durante los viajes o travesías. Las reliquias del Santo Mártir Cristóforo reposaban en el monasterio de San Dionisio en París, donde estaban enterrados los reyes franceses.

Sentencias de los Padre del desierto

Impureza

  • Decía el abad Pastor: «Como el guardaespaldas está junto al príncipe, preparado para cualquier eventualidad, así también conviene que el alma esté siempre preparada contra el demonio de la impureza».
  • Se cuenta de la abadesa Sara que durante trece años fue violentamente combatida por el demonio de la impureza. Y jamás pidió en su oración verse libre de esa lucha. Solamente decía: «Señor, dame fortaleza».
  • Un anciano dijo: «El desprendimiento, el silencio y la meditación en secreto, engendran pureza».

Boletín del 06/05/2012

Domingo del Paralítico

El Señor misericordioso, Amante de la humanidad,
se detuvo en la Piscina de Betesda para curar las enfermedades,
y encontró a un hombre paralítico desde muchos años atrás,
y le dijo: “Levántate, carga tu camilla, y anda por rectos caminos.
                                                                                                             Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 3

Que se alegren los celestiales,
y que se regocijen los terrenales;
Porque el Señor desplegó la fuerza de su brazo,
pisoteando la muerte con su muerte. y
Siendo el primogénito de entre los muertos,
nos salvó de las entrañas del Hades y
concedió al mundo la gran misericordia.

Condaquio de Pascua

Tono 8

Cuando descendiste al Sepulcro,
oh Inmortal, destruiste el poder del hades;
y al resucitar vencedor, oh Cristo Dios,
dijiste a las mujeres Mirróforas: “¡Regocíjense!”
y a tus discípulos otorgaste la paz,
¡Oh Tú que concedes a los caídos la resurrección!

Lecturas Bíblicas

Hechos de los Apóstoles  (9: 32-42)

En aquellos días: Pedro, que andaba recorriendo todos los lugares, bajó también a visitar a los santos que habitaban en Lida. Encontró allí a un hombre llamado Eneas, tendido en una camilla desde hacía ocho años, pues estaba paralítico. Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te cura; levántate y arregla tu lecho». Y al instante se levantó. Todos los habitantes de Lida y Sarón lo vieron, y se convirtieron al Señor.

Había en Joppe una discípula llamada Tabitá, que quiere decir Gacela. Era rica en buenas obras y en limosnas que hacía. Por aquellos días enfermó y murió. La lavaron y la pusieron en la estancia superior. Lida está cerca de Joppe, y los discípulos, al enterarse que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres con este ruego: «No tardes en venir a nosotros».

Pedro partió inmediatamente con ellos. Así que llegó le hicieron subir a la estancia superior y se le presentaron todas las viudas llorando y mostrando las túnicas y los mantos que Dorcás hacía mientras estuvo con ellas. Pedro hizo salir a todos, se puso de rodillas y oró; después se volvió al cadáver y dijo: «Tabitá, levántate.» Ella abrió sus ojos y al ver a Pedro se incorporó. Pedro le dio la mano y la levantó. Llamó a los santos y a las viudas y se la presentó viva. Esto se supo por todo Joppe y muchos creyeron en el Señor.

Evangelio según San Juan ( 5: 1-15)

En aquel tiempo, subió Jesús a Jerusalén. Hay en Jerusalén una piscina, cerca de la puerta de las ovejas, llamada en hebreo betesda, la cual tiene cinco pórticos. En ellos, yacía una gran multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos aguardando el movimiento de las aguas, pues un ángel del Señor bajaba de tiempo en tiempo a la piscina, y agitaba el agua; y el primero que después de movida el agua entraba en la piscina, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que se hallaba enfermo. Jesús, al verlo tendido y al enterarse de que llevaba ya mucho tiempo, le dijo: «¿Quieres recobrar la salud?» El enfermo respondió: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua, por lo cual mientras yo voy, ya se ha metido otro.» Le dijo Jesús: «Levántate, toma tu camilla y anda.» De repente se halló sano este hombre, tomó su camilla y se puso a andar. Era aquél un día sábado; por eso le decían los judíos al que había sido curado: «Es sábado y es ilícito llevar a cuestas la camilla.» Les respondió: «El que me ha devuelto la salud me ha dicho: “Toma tu camilla y anda”.» Le preguntaron entonces: «¿Quién es ese hombre que te ha dicho: “Toma tu camilla y anda”?» Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. Más tarde, Jesús lo encontró en el templo y le dijo: «Mira que has quedado curado; no peques más, para que no te suceda algo peor.» El hombre fue a decir a los judíos que era Jesús quien le había curado.

Mensaje Pastoral

El paralítico de Betesda

«¿Quieres recobrar la salud?», pregunta Jesús al paralítico que llevaba 38 años enfermo, y éste contesta: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua.» Aun con todos estos años de inmovilización y de padecimiento, perseveraba en la orilla de la piscina, más bien, en la costa de la esperanza en Dios. Responde la pregunta –que a otro, muy probablemente, le hubiera ofendido– con una paciencia y mansedumbre admirables, sin reclamar ni blasfemar o desesperarse: «Señor, no tengo a nadie.» Y Cristo, alabando su gran paciencia, le curó; ni siquiera le preguntó, como en otras ocasiones, si tenía fe, porque ella estaba manifiesta en su perseverancia y respuesta humilde estando en plena desgracia. «¡Con vuestra paciencia salvarán vuestra vida!» (Lc  21:19).

………………

«Es sábado y es ilícito llevar a cuestas la camilla», contradijeron los fariseos al ya curado de su parálisis. Es la figura de la religión cuando se transforma en leyes muertas, mientras las normas religiosas deberían ser un medio que atrae la Gracia de Dios en nuestra vida: «La letra mata, mas el Espíritu vivifica», dice san Pablo (2Cor 3:6). La religión no se limita a obligaciones que se tengan para cumplir sino que es una vida regida por la presencia activa de Dios, una experiencia no expuesta a ninguna discusión o incertidumbre: «El que me ha devuelto la salud me ha dicho: “Toma tu camilla y anda”.» A los entonces amigos del Señor les agradaría usar, en lugar de «deberes», otra palabra derivada, análoga y graciosamente: «quereres».

………………

«Más tarde, Jesús lo encontró en el Templo.» El curado de su parálisis, agradecido, se dirigió hacia el Templo para dar gracias y para ofrecer a Dios sus primeros pasos, las primicias, como si exclamara: «Lo tuyo de lo tuyo, te ofrezco por todo y para todo.» Y en medio de esta ofrenda de conversión, «Jesús lo encontró».

Cuando el paralítico estaba en discusiones inútiles con los fariseos acerca de su curación que si había sido de Dios o no, buscó a Jesús y no le encontró, «había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar»; en cambio, ahora en el Templo, bien nos describe el evangelista Juan, que «Jesús lo encontró».

En las plazas de la vida hay mucha gente, mucho murmullo, discusión y preocupación que le hacen al hombre olvidar la confesión al Señor. El paralítico tuvo la iniciativa de salir de todo este ruido para entrar en los atrios de la Casa de Dios, donde «Jesús lo encontró».

Dispongamos en nuestra vida de atrios y consagremos templos en los cuales agrada al Señor encontrar a la oveja perdida.

Nuestra Fe y Tradición

 el incienso en la adoración

 

El uso del incienso en la adoración eclesiástica es un rito antiguo que el nuevo testamento lo heredó del antiguo. El sacerdote, en las vísperas, maitines y en la Divina Liturgia, inciensa el altar, los iconos y los fieles. ¿Qué papel tiene el incienso en la adoración?

 

1- Este olor aromático, acompañado con el humo, siempre ha sido estímulo para sentir la presencia de Dios; apenas exhala su perfuma, el alma se alegra y los sentidos se concentran en la divina presencia. Por eso nos inclinamos al incensar.

 

2- “Valga ante ti mi oración como el incienso” cantamos del salmo 140 en las vísperas. Cuando el humo se eleva, ofrecemos nuestras comunes oraciones ante Dios; dice San Juan de Cronstad (un santo ruso contemporáneo 1829-1908): “cuando incensamos alrededor del altar, ante los iconos y al pueblo, juntamos los ruegos de todos como si fueran de una sola voz que la lleva el incienso y la alzan los Ángeles junto con las intercesiones y oraciones de la Purísima Virgen María.”

 

3- Al incensar ante los iconos de los santos, la Iglesia alaba al Espíritu Santo que en ellos ha obrado y los ha santificado. Así también el sacerdote inciensa a cada uno de nosotros como un lugar que debe de ser preparado para recibir al Espíritu Santo; pues nos dice San Pablo: “¿ no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo” (1Cor.6:19).

 

El incienso, sencillamente, es alegría para los fieles, causa de gozo espiritual y aroma de la virtud, la devoción y la dulzura de la casa de Dios, ante las cuales gemimos por nuestros amargos pecados, y glorificamos la misericordia de Dios.

El canto de nuestra iglesia

Referirnos al canto bizantino nos remite invariablemente al Cercano Oriente en los primeros siglos después de Cristo y a la Iglesia Ortodoxa que lo ha mantenido vivo hasta nuestros días (equivalente al canto gregoriano en la Iglesia Católica Romana); es música única y exclusivamente sacra, de temática religiosa, en la mayor parte de los casos al unísono, ejecutada por el psaltis (cantor) o por el coro, sin acompañamiento instrumental.

Estrictamente hablando, la música bizantina es el canto sagrado de las Iglesias cristianas que siguen el rito ortodoxo. Esta tradición, que abarca el mundo de habla griega, se desarrolló en Bizancio desde el establecimiento de su capital, Constantinopla, en 330, hasta su caída en 1453. Es innegable la diversidad de su procedencia pues utiliza la música judía y los procedimientos técnicos y artísticos de la época clásica griega; además, está inspirada en la música vocal monofónica que evolucionó en las primeras ciudades cristianas de Alejandría, Antioquia y Efeso .

Vida de Santos

Santa Irene Mártir

5 de Mayo

Santa Irene de Bizancio, mártir del primer siglo del cristianismo, fue bautizada por san Timoteo. Su nombre pagano era Danae, y lo trocó por el de Irene al hacerse cristiana.

Al conocer más profundamente la fe cristiana, Santa Irene empezó a convencer a sus padres para que se conviertan al cristianismo. El padre de Irene en principio comenzó a escuchar sus palabras con benevolencia. Luego se enojó con ella, y cuando ella renunció venerar a los ídolos, la arrojó bajo las patas de los caballos salvajes. Sin tocar a la mártir.

Después de ello, Santa Irene comenzó con decisión a profetizar sobre Jesucristo entre los habitantes de Macedonia, por lo cual muchas veces fue sometida a sufrimientos y humillaciones.

La Santa,  se convirtió en un mito para los griegos, de manera que los datos biográficos se confundieron con los legendarios. Fue tal el prestigio de que gozó esta santa, que se le dedicaron numerosos templos por toda la Iglesia oriental.

 Sentencias de los Padres del Desierto

Camino de la vida espiritual

  • Dijo San Gregorio: «De todo bautizado Dios exige tres cosas: una fe recta para el alma, dominio de la lengua; castidad para el cuerpo».
  • Un hermano preguntó a un anciano: «Padre, ¿cómo viene al hombre el temor de Dios?». Y respondió el anciano: «Si el hombre practica la humildad y la pobreza y no juzga a los demás, se apoderará de él el temor de Dios»
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