Como es de costumbre cada año en temporada navideña, S.E. nuestro Señor Arzobispo Antonio visitó Mérida para celebrar la Tradicional Posada con la comunidad de Yucatán. De camino, Su Eminencia acompañando por su secretario, el Rev. Archimandrita Fadi Rabbat, y el diputado federal Lic. Ricardo Urzúa visitó la ciudad de Puebla, en donde, después de la recepción oficial, participó en una comida a la cual asistieron numerosos personajes de la vida política y de la comunidad de ascendencia libanesa. En el evento, Su Eminencia dirigió unas palabras felicitando al anfitrión, Lic. Adolfo Karam, por sus cumpleaños.
Después de la comida Su Eminencia viajó a Mérida, donde lo recibieron personajes del ámbito político y miembros de la comunidad libanesa. El Señor Gabriel Aboud ofreció en el mismo día una magnífica comida en honor de Su Eminencia, a la cual asistieron muchos importantes personajes de la vida pública y líderes sociales de la región.
Al día siguiente Su Eminencia comió en la casa de la familia Abraham, en compañía de la Licenciada Ivonne Ortega, Gobernadora del Estado, y de S.E. Monseñor Emilio Carlos Berlie Arzobispo de Yucatán. Por la noche, la fiesta anual de la comunidad ortodoxa en Mérida se engalanó con la presencia de Sayedna Antonio. Participaron en esta fiesta 600 personas y compartieron la mesa de honor con Su Eminencia el arzobispo de Yucatán, la Señora Gobernadora, la Presidenta Municipal de Mérida, diversos legisladores, y muchos personajes de la vida pública y de la comunidad. Su Eminencia tomó la palabra y explicó cómo está realmente la situación actual en Líbano, Siria y México; y enfatizó que los ciudadanos mexicanos “tienen que unirse para que puedan ir hacia adelante y vencer los obstáculos y las dificultades”.
El domingo por la mañana Su Eminencia celebró la Divina Liturgia acompañado por el Rev. Archimandrita Cosme Andrade, y el Rev. Archimandrita Fadi Rabbat. Durante la homilía explicó la importancia de Navidad y alentó la comunidad ortodoxa de Mérida para que perseverara en su labor y acelerara su progreso.
Después de la liturgia, Su Eminencia regresó con sus acompañantes a la Ciudad de México.
¡POR MUCHOS AÑOS SEÑOR!