- Discurso de Su Eminencia (Pronto)
El 17 de enero del 2010, la celebración del Onomástico de Su Eminencia Arzobispo de nuestra Arquidiócesis, Sayedna Anonio, tuvo un sabor especial ya que, en esta ocasión y por segunda vez, participaron en la fiesta sus hermanos, miembros del Santo Sínodo de nuestra Iglesia Ortodoxa Antioquena, los Arzobispos, Damaskinos (Brasil), George (Homs).
El domingo en la mañana fue celebrada la Divina Liturgia con la participación de Sus Eminencias junto con Su Gracia Obispo Alejo, de la Iglesia Ortodoxa de América O.C.A. (por sus siglas en inglés): belleza y solemnidad que trasmiten la devoción, cantos en español, árabe y portugués (voz privilegiada de su Eminencia Sayedna Damaskinos), la iglesia llena con los feligreses que rezaban junto con el coro de la Catedral: “¡Por muchos años conserve Dios, el Señor, a su todo pureza, su Eminencia Metropolita de México, Venezuela y América central, nuestro padre y señor, Kírios Kírios: Antonio. ¡Consérvalo, Señor, por muchos años! ¡Por muchos años! ¡Por muchos años!”
Después de la Divina Liturgia se celebró un banquete en el fraccionamiento de Bosque Real, precisamente allá donde se está construyendo la nueva Catedral de San Pedro y San Pablo; los convidados pudieron admirar el avance de la obra; con la participación del Sr. Secretario de Educación Pública, Lic. Alonso Lujambio, y el Secretario de Trabajo Lic. Javier Lozano, del Gobernador del Estado de México Lic. Enrique Peña y de los Gobernadores de otros diez Estados más, junto con muchos funcionarios y personalidades importantes del ambiente político, empresarial -se destacó la presencia del exitocísimo empresario, Ing. Carlos Slim Helu- y de los medios de comunicación del País y, desde luego, miembros de la comunidad ortodoxa antioquena que festejaban a su Pastor. Más de 1500 invitados disfrutaron los deliciosos platillos de comida árabe y mexicana.
Su Eminencia emitió un mensaje “de fuego” en el que enfatizó los valores cristianos y humanos y aseguró que los clérigos son “ciudadanos antes de ser clérigos” por lo que tienen el derecho a expresarse; la vocación de la Iglesia en el mundo es decir la verdad. Al respecto, Su Eminencia reiteró la opocisión de la Iglesia a la legalización del matrimonio de los del mismo sexo, y sobre todo a la autorización a las parejas que surgirán de esta ley a que adopten niños, con lo que se cometerá un error grave contra la sociedad, la naturaleza y la dignidad humanas.