Estos santos anárgiros (despreciadores del dinero) y taumaturgos eran hermanos tanto en la carne como en el espíritu, nacidos en algún lugar de Asia Menor de padres cristianos. Después de la muerte de su padre, su madre Teodota dedicó todo su tiempo y energía a la crianza de sus hijos como verdaderos cristianos. Dios la ayudó, y sus hijos maduraron como dos frutos selectos y como dos santas lámparas. Eran diestros en la medicina y servían a los enfermos sin recibir pago, cumpliendo así el mandamiento de Cristo: «Gratuitamente han recibido; den ustedes también gratuitamente» (cfr. San Mateo 10:8). Eran tan estrictos en su ministerio sin paga que Cosme se enfureció grandemente contra su hermano Damián cuando este aceptó tres huevos de una mujer llamada Paladia; pero san Damián no había recibido los huevos como pago por sanar la enfermedad de Paladia, sino porque esta había jurado por la Santísima Trinidad que se los daría.
Después de su muerte en Teremán, fueron enterrados juntos, y así como habían obrado grandes milagros durante su vida, también continuaron haciéndolo después de su muerte. Así el Señor glorifica para siempre con milagros a los que le glorificaron aquí en la tierra con su fe, pureza y misericordia.
Tropario tono 8 del común de Santos Sanadores
Oh santos milagrosos Cosme y Damián, anárgiros, * asistan nuestras dolencias: * gratis lo han recibido, dénnoslo gratis.