El Santo profeta Abdías es el cuarto de los doce profetas menores. Vivió durante el siglo noveno antes de Cristo. Era originario de una aldea llamada Betharam, cerca de Siquem y sirvió como mayordomo de un rey israelita llamado Acab. En aquellos días todo Israel se había alejado del verdadero Dios y había comenzado a ofrecer sacrificios al dios Baal. Sin embargo, Abdías fielmente sirvió al Dios de Abraham, Isaac y Jacob en secreto.

Cuando la esposa del rey Acab, una mujer depravada llamada Jezabel, persiguió a todos los profetas del Señor, fue Abdías quien se encargó de alimentarlos y vestirlos (I Reyes 18:3). El sucesor del rey Acab, Ocozías decidió enviar tres destacamentos de soldados para arrestar al profeta Elías. Uno de estos destacamentos fue encabezado por el Profeta Abdías. Por las oraciones de san Elías, dos de esos destacamentos fueron consumidos por el fuego, pero el que dirigía Abdías fue separado por el Señor (II Reyes 1).

Desde ese momento Abdías abandonó el ejército y se convirtió en discípulo del Profeta Elías. Posteriormente recibió el don de la profecía. El libro inspirado por Dios del Profeta Abdías es el cuarto de los libros de los doce profetas menores de las Escrituras y contiene predicciones sobre la iglesia del Nuevo Testamento. San Abdías Profeta, fue enterrado en la ciudad de Samaria.

Tropario, tono 2 del común de santos Profetas

Celebramos la memoria del profeta Abdías,* por quien te suplicamos, Señor, *que salves nuestras almas.

Santo Mártir Barlaam

El santo mártir Barlaam vivió en Antioquía de Siria. Durante la persecución de Diocleciano contra los cristianos, el anciano Barlaam fue arrestado y llevado a juicio, donde se confesó cristiano.

El juez, queriendo obligar al santo a renunciar a Cristo, ordenó que fuera llevado al altar pagano. Le colocaron la mano derecha sobre él y le pusieron en la mano un incensario al rojo vivo que ardía con incienso. El torturador pensó que un anciano físicamente débil no podría soportar el dolor y lo dejaría caer sobre el altar. De esta manera estaría ofreciendo involuntariamente un sacrificio al ídolo. Sin embargo, el santo se aferró al incensario hasta que se le cayó la mano. Después de esto, el santo mártir Barlaam entregó su alma al Señor.

Tropario, tono 4 del común de santos Mártires

Tu mártir, oh Señor, * ha obtenido de ti * corona de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro.* Al tener, pues, tu fuerza, * ha vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.

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