San Pablo el Confesor, arzobispo de Constantinopla, fue electo para el trono patriarcal después de la muerte de Patriarca Alejandro (+ 340), cuando la herejía de Arrio había resurgido nuevamente. Muchos arrianos estaban presentes en el Concilio que eligió al nuevo arzobispo de Constantinopla y éstos se opusieron a su elección, aunque la mayoría eran ortodoxos.

Tras la muerte de Constantino el Grande, sus hijos Constancio II, Constantino II y Constante reinaron sobre el Imperio de Roma dividiéndolo. Recibiendo Constantino II Britania, Galia e Hispania; Constante reinó sobre Italia, África y las provincias ilíricas, quedando Constantinopla y todo Oriente para Constancio.

El emperador Constancio II (317-361), simpatizaba con los arrianos. Éste no estaba en Constantinopla para la elección del arzobispo, que tuvo lugar sin su consentimiento. A su regreso, el emperador convocó a un concilio que ilegalmente depuso al arzobispo Pablo, y lo desterró de la capital. En lugar del santo eligieron a Eusebio de Nicomedia, un hereje impío. El arzobispo Pablo se retiró a Roma dónde otros obispos ortodoxos también fueron desterrados por Eusebio.

Eusebio no gobernó la Iglesia de Constantinopla por mucho tiempo. Cuando murió, san Pablo fue restituido a Constantinopla, y fue recibido por su grey con amor. Pero Constancio II desterró al santo otra vez, y lo envió nuevamente a Roma. El Emperador Occidental Constante escribió una carta a su hermano y la envió a Constantinopla junto con el santo arzobispo desterrado, y san Pablo retomó el trono episcopal.

Pero pronto el piadoso Emperador Constante, defensor de la ortodoxia, fue asesinado y san Pablo fue desterrado otra vez, y enviado al destierro a Armenia, a la ciudad de Cucusus dónde sufrió el martirio.

Cuando el arzobispo estaba celebrando la Divina Liturgia, unos arrianos lo atacaron y lo estrangularon con su propio omoforion. Esto ocurrió en el año 350. En 381, el santo Emperador Teodosio el Grande solemnemente trasladó las reliquias de san Pablo el Confesor a Constantinopla.

Tropario, tono 3

Tu confesión de fe * te ha mostrado * a la Iglesia como Pablo nuevo * y celoso digno entre los sacerdotes; * la justa sangre de Abel y Zacarías, * junto a la tuya, ante el Señor lo declara. * Intercede ante Cristo Dios, oh Justo Pablo, * para que nos otorgue la gran misericordia.

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Santoral Santoral ()

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