El apóstol Pablo en las cartas a los Gálatas escribe que junto al apóstol Pedro era venerado como pilar de la iglesia, el apóstol Santiago.
Santiago, según la tradición, era hijo de José (el novio de la Madre de Dios) hijo de su primera esposa, y por ello en el Evangelio se le llama hermano del Señor. Los evangelistas llaman a este Santiago el Menor (Marcos 15:40) para distinguirlo de Santiago, el hijo de Zebedeo, que se llamaba el Grande; y la Iglesia Ortodoxa hace todavía una distinción más al no identificarlo con Santiago el hijo de Alfeo (9 de octubre). Se convirtió en el primer obispo de Jerusalén, elevado a este rango episcopal por los apóstoles, según Eusebio (Historia Eclesiástica, Libro II: 23), y fue llamado el justo, debido a su gran santidad y justicia. Habiendo subido a la cima del Templo el día de la Pascua a instancias de todos, dio testimonio acerca de su fe en Jesús, y proclamó con gran voz que Jesús se sienta a la diestra del gran poder de Dios. y vendrá otra vez sobre las nubes del cielo. Al escuchar este testimonio, muchos de los presentes gritaron: “Hosanna al Hijo de David”. Pero los escribas y fariseos gritaron: “Entonces, incluso al justo ha sido desviado”, y por orden de Ananías el sumo sacerdote, el Apóstol fue arrojado de allí, y luego fue apedreado, y mientras oraba por sus asesinos, su cabeza fue aplastada por el palo de madera usado por cierto escriba. La primera de las epístolas llamadas católicas (generales) escritas a los judíos en la diáspora que creían en Cristo fue escrita por este Santiago, y la tradición de la iglesia le adjudica al apóstol Santiago la composición de la antiquísima Divina Liturgia que se conoce con su nombre.
Tropario tono 4
Como discípulo del Señor, * recibiste la buena noticia, oh justo; * como mártir irrechazable es tu petición, * como hermano tienes la confianza * y como jerarca, la intercesión. * Suplícale a Cristo Dios, * para que salve nuestras almas.