Santo Profeta Daniel y los Tres Santos Jóvenes: Ananías, Azarías y Misael

17 de Diciembre

El profeta Daniel pertenecía a una noble estirpe. Cuando fue conquistada Jerusalén por Nabucodonosor, en el año 606 a. C. el joven Daniel, junto con otros judíos cayeron en cautiverio en Babilonia, ahí, los más jóvenes más dotados eran educados en la corte.
Con Daniel estudiaban tres amigos, Ananías, Azarías y Misael. Durante varios años aprendieron la lengua local y diferentes estudios caldeos. Al comenzar sus estudiar les cambiaron los nombres: a Daniel: Baltasar; a Ananías: Sidrac; a Misael: Misac y a Azarías: Abednego. A pesar de tener nombres paganos los jóvenes no traicionaron la fe de sus antepasados. No queriendo comer comida pagana, ellos pidieron a su instructor que no les diera la comida de la mesa imperial, que se rociaba con la sangre de las ofrendas, sino vegetales. El instructor estaba de acuerdo, pero puso la condición: pasados los 10 días con el régimen vegetal el verificaría el estado de su salud física y anímica. Cuando terminó el tiempo de prueba, estos jóvenes fueron más saludables que los otros que comían carne de la mesa imperial. Y el instructor les permitió seguir comiendo lo que querían. Por la devoción a la fe verdadera, el Señor los premió en sus estudios. El rey de Babilonia, presente en los exámenes, encontró que ellos eran más inteligentes que sus sabios babilónicos.
Después de terminar los estudios, Daniel con sus tres amigos, empezaron a trabajar en la corte. Daniel trabajó como alto funcionario durante el reinado de Nabucodonosor y sus cinco sucesores. Después de la calda de Babilonia, él fue consejero de los reyes Darío I (rey de los Medos) y Ciro de Persia. Dios le había dado a Daniel el don de comprender el significado de las visiones y sueños.
En su libro el profeta Daniel narra sobre la hazaña de sus tres amigos, quienes se negaron a adorar al ídolo de oro (Marduk) y fueron tirados al horno encendido por orden de Nabucodonosor. Pero el ángel del Señor les protegió y quedaron intactos, de la misma manera que él fue librado en el foso de los leones.
En su libro el profeta Daniel anotó algunas visiones proféticas que tratan sobre el fin del mundo y sobre la segunda llegada de Cristo. Su libro tiene mucho en común con las Revelaciones (Apocalipsis) del evangelista Juan El Teólogo, que está al final de la Biblia; y sus profecías sobre las persecuciones por la fe se refieren al mismo tiempo a las persecuciones de Antíoco Epifanes y al anticristo.
Sobre el destino posterior del profeta Daniel no se sabe nada, solamente que el murió siendo un anciano, posiblemente en la ciudad de Susa (Ecbatana). Su libro profético tiene 14 capítulos. El Señor Jesucristo, en sus pláticas con los judíos, se refirió dos veces a las profecías de Daniel.

Tropario, tono 2
Grandes son los cumplimientos de la fe, porque los tres santos varones se regocijaron en la fuente de las llamas de fuego como si estuviesen en aguas de reposo. Mas, Daniel el Profeta se mostró un pastor de leones como si estos fueran ovejas. Por sus súplicas, Cristo Dios, ten piedad de nosotros.

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Padre Juan R. Méndez ()

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