صيف وشتاء على سطح سعادة سفير الولايات المتحدة الأميركية في لبنان السيد دافيد هيل
Es algo irónico lo que escribió hoy el Embajador de Estados Unidos, quien representa en el Líbano, a su país, el cual, al momento de acabar la Segunda Guerra Mundial, comenzó a provocar guerras en todas partes; empezando por Palestina que expulsaron a su pueblo, y por su extremo amor al Líbano le mandaron medio millón de refugiados luego provocaron problemas en Corea, Vietnam, hasta Irak y Afganistán.
Como un zorro cuidando a las gallinas, él habla de Ucrania y del cambio que se debe hacer allí, pero no menciona que su país está detrás de estos hechos. Ya que quien dio el golpe de estado en contra de la legitimidad, proviene de fuera de Ucrania, con el apoyo y el impulso de los EE.UU. que siempre toma como pretexto, la democracia y la libertad; algo que es muy ajeno a ellos mismos.
Siempre vemos a los funcionarios estadounidenses que declaran celosamente su preocupación sobre el Líbano, pidiendo su libertad y su independencia, pero nunca dicen una sola palabra de condena, cuando la fuerza aérea israelí entra en los cielos de Líbano o cuando el ejército israelí cruza sus fronteras.
Le pregunto a su excelencia Señor Embajador, ¿cuántas veces presentó Líbano una denuncia ante las Naciones Unidas, y que se hayan tomado decisiones que condenen a Israel por la irrupción en el Líbano? sin embargo, su país ¿no utilizó el derecho de veto? ¿Quién provocó la primavera árabe, y llevó a todos los países árabes a la catástrofe experimentada hoy? ¿No fueron ustedes quienes hicieron esto? ¿Sabía usted que su secretario de Relaciones Exteriores, Condoleezza Rice, hizo una proclamación profetizando el nuevo Medio Oriente y, la primavera árabe? ¿Y cuál fue el resultado? Cientos de miles de muertes de las que nadie más que ustedes tienen la culpa. Los cristianos están siendo asesinados y masacrados y desplazados de su país, mientras son ustedes mismos quienes están enviando armas y equipos para los terroristas en nombre de la oposición. Nunca me imaginaba que el Estado que pidió la eliminación del terrorismo, hoy en día, esté aliado con él en el Medio Oriente.
Dos arzobispos fueron secuestrados, ha pasado más de un año, y siguen en el secuestro. No hemos escuchado de su estado ni una sola palabra criticando el hecho, ni mucho menos, ejercer presión sobre su hijastra Turquía para ponerlos en libertad. Todo lo contrario, pues cada día escuchamos a su presidente decir que seguirá el envío de armas a la oposición en Siria y que se considerarán sus oficinas como Consulados.
Nosotros no odiamos al pueblo estadounidense, al contrario, lo queremos mucho porque es un pueblo bueno, que sufre de todas las políticas equivocadas de su gobierno.
Ustedes dicen que el referéndum en Crimea no es legal, pero en Kosovo y en otros lugares sí lo es. Hay muchas otras cosas que no quiero mencionar ahora, pero si el día de mañana hubiese la necesidad, así lo haré.
Han dividido a Serbia, y hoy en día están mostrando su afán de que suceda lo mismo en Ucrania y en el Líbano. Y les pregunto: ¿Quién fue el que envió armas a los terroristas en Trípoli y en otras partes y nos llevó a esta vergonzosa situación que vivimos hoy en día en el Líbano? ¿Quién más que ustedes, ha allanado el camino para tener allí este número de refugiados sirios?
Y yo, aquí en México, a simple vista noto, como su gobierno trata sin piedad ni misericordia a los mexicanos que están en busca de un futuro mejor. No quiero hablar de los equipos que han formado ustedes para matar a estos pobres buscadores de sustento para ellos y para sus familias.
Manos fuera del Líbano, Ucrania y del resto de los países, los cuales fueron destruidos por ustedes mismos, empezando por Serbia, y terminando por Irak y Libia. Manos fuera de la querida Siria en nombre de la libertad, y del apoyo a los que ni siquiera tienen idea del significado de la libertad.
Rogamos al Todopoderoso que les conceda lo mismo que están haciendo con otros pueblos, y que restaure la paz en la tierra de la paz, la que ustedes han convertido en tierra de hierro, fuego, asesinato, masacre y secuestro, en nombre de esa libertad, tan distante de ustedes.
¡Que Dios les guíe al camino recto, y les haga mirar a la humanidad con ojos de misericordia y compasión, y no con miradas de matanza y destrucción
+Antonio
Arzobispo Metropolitano
de México, Venezuela, Centro América y el Caribe