9° Domingo de Lucas

 eleusa-1

 

Los hijos de Zebedeo, Pedro, Natanael, Tomás y otros dos,
se encontraban pescando en el lago de Tiberiades,
a la orden de Cristo, arrojaron sus redes al lado
derecho pescando en abundancia.
Cuando Pedro reconoció a Cristo, se acercó a Él nadando,
esta fue la tercera aparición del Señor al enseñarles el pan
y el pescado Sobre las brasas.
                                                                                                                  Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 4

audio130Las discípulas del Señor aprendieron del Ángel
el alegre anuncio de la Resurrección,
y la sentencia ancestral rechazaron
y se dirigieron con orgullo a los apóstoles diciendo:
¡Fue aprisionada la muerte, Resucitó Cristo Dios
y concedió al mundo la gran misericordia!

Condaquio de la Presentación de la Madre de Dios en el Templo

Tono 4

Sagrado Templo del Señor y purísimo, preciosa cámara nupcial
y santísima, cofre venerable de la Gloria de Dios,
en la casa del Señor, la Virgen hoy es presentada
y con ella la gracia del Espíritu Divino.
Alábenle los ángeles de Dios porque ella es la tienda celestial.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios  (2: 4-10)

Hermanos: Dios, rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos por los pecados, nos vivificó juntamente con Cristo —por la Gracia han sido salvados— y con Él nos resucitó y nos hizo sentar en  los cielos en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su Gracia, por su  bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Pues por la Gracia  han sido salvados, mediante la fe; y esto no viene de ustedes,  sino que es un don de Dios; no viene de las obras, para que  nadie se gloríe. En efecto, hechura suya somos: creados en  Cristo Jesús, en orden a las buenas obras, las cuales Dios  dispuso de antemano para que en ellas anduviéramos.

Evangelio según San Lucas (12: 16-21)

Dijo el Señor esta parábola: «Los campos de cierto hombre  rico dieron mucho fruto; y  pensaba para sí diciendo: “¿Qué  haré, pues no tengo dónde reunir mi  cosecha?” Y dijo: “Voy a hacer esto: Demoleré mis graneros y edificaré  otros más grandes, y reuniré allí todo  mi trigo y mis bienes; y diré a mi  alma: Alma, tienes muchos bienes en  reserva para muchos años.  Descansa, come, bebe, goza.” Pero  Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma  noche te reclamarán el alma; las  cosas que preparaste, ¿para quién  serán?” Así es el que atesora  riquezas para sí, y no se enriquece  en orden a Dios.»

Mensaje Pastoral

El Paraíso: ¿verdad o ilusión?  «¡Descansa, come, bebe y goza!»

images6Con estas palabras el rico de la parábola se felicitaba a sí mismo. ¿Acaso dicho estado no es «el paraíso perdido» del lenguaje mitológico –descanso, satisfacción y placer–, paraíso anhelado por muchos? El hombre de hoy planea: trabajaré fuertemente en la juventud para descansar y disfrutar de mis últimos años (¡como si supiera el momento preciso de su partida!). Sinceramente nuestro modo de pensar a menudo es muy parecido al del rico de la parábola.

¿Por qué las palabras de Jesús califican de ignorante nuestra actitud respecto a la búsqueda de este paraíso: «¡Necio!»?

Para Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, «el paraíso perdido» es una añoranza –que se ubica en la subconciencia– hacia el estado del feto en la matriz, donde la creatura come, bebe y descansa incesablemente. La hipótesis del psicoanalista logra, en cierto modo, trazar un perfil de la verdad: los anhelos religiosos no son obra de la civilización sino reacción genuina de la naturaleza humana; pero lo añorado no es el seno materno sino «el regazo de Dios», del cual el hombre ha abortado a sí mismo. Lo que Freud llama «subconciencia» la Biblia denomina «corazón» y la filosofía griega, adoptada por los padres de la Iglesia, le designa como νοός «Noos»: el ojo espiritual del ser humano por cuyo medio se comunica con su Creador y lo busca; es lo que le privilegia como la creación amada de Dios. El hombre, en la comprensión cristiana, no es un animal social ni racional sino un ser litúrgico. La etimología da este sentido a la palabra griega άνθρωπος «ántropo»: el que puede mirar hacia arriba. Físicamente su constitución –ya que puede estar de pie– le posibilita observar cómodamente el cielo; así también su «memoria paradisíaca» le permite añorar lo alto y lo divino. Si bien la mitología de la antigüedad ha adulterado esta nostalgia con las pasiones carnales del mundo caído, la revelación bíblica –culminada con la Encarnación del Hijo de Dios– ha purificado la añoranza y ha devuelto al paraíso su sentido esencial como estado de convivencia con el Señor: «el Reino de Dios ya está entre (en) ustedes» (Lc 17:21). La necedad del rico de la parábola consiste en que desactivó esta memoria. Sus graneros gigantescos le taparon la vista y ya no advertía más allá de su vida mundana.

Un placer –dice un filósofo– se vuelve dolor cuando te adviertes de que acabará pronto: ahora comes, al rato tendrás hambre; descansas, luego te cansarás o padecerás enfermedad. No era así con Adán en el Paraíso. Su permanencia con Dios garantizaba su permanencia en la dicha.

La Iglesia, como voz que clama en el desierto, no cesa de reavivar en nosotros la memoria del «Reino de Dios» como anhelo constante y criterio básico de nuestro pensamiento, sentimiento y actitud. Cuando el cristiano llena sus sentidos y los espacios de su vida con la Palabra de Dios, la Gracia obra en él mística e imperceptiblemente, transformando su subconciencia añorante en una conciencia verídica, y he aquí que se vuelve iniciado del Paraíso restaurado. Amén.

Nuestra Fe y Tradición

Madre de Dios Siempre Virgen

Los Padres de la Iglesia en los siete Concilios Ecuménicos, han confirmado dos dogmas sobre la Virgen:

1- Que ella es “Theotokos”, palabra griega que significa la que dio a Luz a Dios, porque el nacido de ella es “Emmanuel”, es decir, “Dios con nosotros.” theotokos_2Llamamos a la Virgen María “Madre de Dios”, no como si la Divinidad de Dios hubiese tomado su inicio de su vientre, sino porque Dios, el Hijo, tomó su cuerpo de ella, y ya que en Cristo se unieron las dos naturalezas divina y humana inseparablemente, por eso confesamos que el niño nacido es Dios encarnado y nos atrevemos a llamar a María merecidamente  “Madre de Dios.”

2- Que ella es “Siempre Virgen”, es decir, que concibió a Cristo por el Espíritu Santo, dio a luz y permaneció virgen toda su vida. La Profecía de Isaías decía: “He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo…”; el artículo “la” confirma que no se trata de “una virgen” en alguna etapa de su vida, sino de la que es “Siempre Virgen.” Por eso la iconografía la ilustra con tres estrellas en la cabeza y los dos hombros que simbolizan que ella es Virgen antes, durante y después del alumbramiento. No es ni razonable ni recto pensar en que las entrañas que Dios ha consagrado con su presencia fueron dispuestos a otra ocupación; ella se quedó siempre al lado de su hijo “guardando todo en su corazón.” Permaneció siempre Virgen, “Betula”, que significa en hebreo “habitación de Dios”, de Dios y nada más de Él.

Que la intercesión de la Siempre Virgen Madre de Dios, sea con nosotros. Amén.

Vida de Santos

La Presentación de la Madre de Dios en el Templo

21 de noviembre

 EikodiaZeotokouEsta fiesta de la Virgen se atribuye en el Oriente, más o menos, al siglo VII, mientras en el Occidente al siglo XIV. Se caracteriza la fiesta por una historia que tiene un sentido muy profundo.

La pareja virtuosa, Joaquín y Ana, siendo estéril, fue agraciada por Dios con el fruto del vientre: María. Cuando la llevaron al Templo donde iba a residir la niña de tres años, conforme a la promesa que habían dado, Joaquín llamó a unas hebreas vírgenes para que la acompañaran con lámparas. María los adelantó sin ningún temor o vacilación y, al llegar al atrio del Templo, se encontró con Zacarías, el sumo sacerdote, y se aventó a sí misma en sus brazos mientras él decía: “El Señor te glorifica en toda generación, pues he aquí que en ti, Dios revela, en los últimos días, la salvación preparada para su pueblo.”

Luego, a diferencia con los hábitos conocidos, Zacarías introdujo a la niña María en el Santo de los Santos, -parte del Templo inaccesible a ninguno excepto el mismo sumo sacerdote que entraba una vez al año para ofrecer un sacrificio por los pecados del pueblo- Zacarías sentó a María en el tercer escalón del Altar; la Gracia del altísimo descendió sobre ella, así que empezó a bailar de alegría. Todos los presentes glorificaron a Dios por todo lo que hubo de realizarse en esta niña.

Joaquín y Ana regresaron a su casa pero sin la niña. Ella permaneció en el Templo nueve años, asimilando lo celestial, sin preocupación ni pasión; las mismas necesidades de la naturaleza las superó, al igual que todos los deseos materiales, vivió totalmente para Dios, contemplando su hermosura. Con constante oración y vigilia, se transformó en un espejo que refleja la gloria de Dios. Con una mente purificada por el recogimiento y el ayuno, pudo sondear la profundidad de las Santas Escrituras y comprendió que todo el pasado tiempo era necesario para que Dios preparase para sí una madre elegida dentro de esta rebelde humanidad.

María entró en el Templo, y allá contuvo a Dios; el Templo ya es ella; ella es la Tienda, el Tabernáculo de la Nueva Alianza, la Jarra del Maná celestial, la vara de Aarón y la Tabla de la ley de la Gracia.

Proverbios Bíblicos

  • La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón. (Prov 3:3)
  • El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR, y el conocimiento del Santo es inteligencia. (Prov 9:10)
  • El crisol es para la plata y el horno para el oro, pero el SEÑOR prueba los corazones.(Prov 17:3

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Padre Juan R. Méndez ()

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