Nuestra comunidad se ha engalanado y, con ánimo gustoso, ha sido testigo de un acontecimiento que indudablemente pasará a la historia de México y de la Iglesia Ortodoxa en América Latina: la consagración de la nueva catedral, el domingo 16 de Enero del año en curso.
El templo, ubicado en el fraccionamiento Bosque Real en Huixquilucan en el Estado de México, ha sido dedicado a la memoria de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo; en un acto litúrgico presidido por su Eminencia Reverendísima Antonio Chedraoui. En esta ocasión nos honraron con su presencia y concelebración los señores arzobispos miembros del Santo Sínodo de Antioquía, Sus Eminencias: Sergio Abad (Chile), Damaskinós Mansour (Brasil), Paul Saliba (Australia), George Abou Zakhem (Homs, Siria), Pablo Yazigy (Alepo, Siria), Siluán Muci (Argentina), y Juan Yazigy (Europa Occidental). Se suman al episcopado antioqueno Su Gracia Ghattas Hazim Vicario Patriarcal y Decano del Instituto de Teología “San Juan de Damasco” y Su Gracia Antonio Khoury, Obispo de Florida de la Arquidiócesis de Norte América. Asimismo, concelebraron prelados ortodoxos de otras jurisdicciones: Su Gracia el Obispo Alejo Pacheco de la Iglesia Ortodoxa de América y el Protopresbítero Nicolás en representación de Su Eminencia el Arzobispo Atenágoras Anastasiadis del Patriarcado Ecuménico. Como clero invitado destacamos la presencia de Monseñor George Saad Abi Younes, Obispo de la Diócesis Maronita de México y del Reverendo Padre Zacarías El Baramousy de la Iglesia Copta Ortodoxa
La ceremonia dio inicio las 11 hrs siguiendo las prescripciones canónicas del lavatorio del altar, la procesión, la colocación y sello de reliquias, finalizando con la consagración de los antimensios y el iconostasio. Los prelados asistentes elevaron sus plegarias y entornaron los himnos del ritual en las respectivas lenguas en las que celebran los oficios divinos: árabe, portugués y, por supuesto, español. En verdad emotivo que fue escuchar la doxología y los salmos cantados por Sayedna Damaskinos, alternándose con el coro arquidiocesano.
Su Gracia el Obispo Ghattas leyó una carta que Su Beatitud, Patriarca Ignacio IV envia a los feligreses de México en la que ruega por la salud de Sayedna Antonio y que la iglesia consagrada sea fuente de santificación para los fieles. Por su parte, Su Eminencia Antonio agradeció a Sus Eminencias y exhortó a su rebaño a que formara las piedras vivas de la Iglesia.
Ciertamente fue significativo el gran número de fieles de origen siro-libanés, griego, ruso y desde luego mexicano, que se dieron cita y de entre quienes destacamos la asistencia de los líderes y activos participantes de las agrupaciones ortodoxas de nuestra arquidiócesis, tales como la Juventud Ortodoxa de México (JOM) y la Sociedad de Damas de San Jorge. Cabe destacar la presencia de aquéllos que han tomado los votos monásticos y que también vinieron del extranjero para acompañarnos; tal es el caso de la Abadesa del Monasterio de la Madre de Dios en Blemmana (Siria), la Reverenda Madre Makrina y la Abadesa del Monasterio Lavra Mambré, en Guatemala, la Reverenda Madre Inés.
Al finalizar la liturgia, las felicitaciones para Su Eminencia no se hicieron esperar recibiendo además la gratitud de los fieles por haberles obsequiado tan hermoso santuario. Asimismo, la comunidad disfrutó de una cálida convivencia donde fueron servidos shawarma y barbacoa en un ambiente familiar.
La nueva catedral, que se encuentra en la última etapa de su construcción, será abierta al culto en los próximos meses, convirtiéndose así en un nuevo espacio para la oración y la celebración de los santos sacramentos, lugar de encuentro y refugio espiritual con el Señor para el rebaño de Jesucristo en tierras mexicanas.