San Espiridión el Milagroso, obispo de Trimitunte
San Espiridión el Milagroso, obispo de Trimitunte
12 de Diciembre
La isla de Chipre fue tanto el lugar de nacimiento de este famoso santo como el lugar donde pasó su vida en servicio a la Iglesia. Venía de una simple familia de agricultores, y permaneció simple y humilde hasta el final de su vida. Se casó joven y tuvo hijos, pero al morir su esposa, se dedicó completamente al servicio de Dios. A causa de su fervor, fue escogido como obispo de Trimitunte, y aun siendo obispo no cambió su simple estilo de vida, sino que continuó cuidando su ganado y arando la tierra él mismo. Consumía muy pocos de sus productos, y daba la mayor parte de estos a los pobres. Obró grandes milagros por el poder de Dios, haciendo que lloviera durante una sequía, levantando a muchos muertos, sanando al emperador Constancio de una grave enfermedad, viendo y oyendo ángeles, previendo eventos futuros, y escrutando los secretos del corazón humano. Convirtió a muchos a la verdadera Fe e hizo muchas otras cosas. Estuvo presente en el Primer Concilio Ecuménico celebrado en Nicea en el 325 d. C., y mediante sus claras y sencillas, además de sus convincentes milagros, trajo a muchos herejes de regreso a la Ortodoxia. Vestía tan simplemente que cierta vez, habiendo sido invitado por el Emperador a su corte, un soldado le confundió con un mendigo y le pegó un golpe. El manso y sencillo Espiridión volvió la otra mejilla.
Glorificó a Dios con muchos milagros, y fue de gran ayuda tanto a individuos como a toda la Iglesia de Dios. Entró a su descanso en el Señor en el 348 d. C., y sus reliquias, que obran maravillas, reposan en la isla de Corfú, donde continúan glorificando a Dios con muchos milagros.
Tropario, tono 1
Te has manifestado cual defensor del Primer Concilio, y obrador de los milagros, oh Espiridión, nuestro padre lleno de Dios; hablaste con la difunta en el sepulcro, transformaste en oro la serpiente, y cuando oficiabas, tuviste a los ángeles por concelebrantes, oh Santísimo: ¡Gloria a Cristo que te ha glorificado! ¡Gloria al que te ha coronado! ¡Gloria a Él, Quien a través de ti ha brindado curación a todos!