San Mauricio y sus 70 compañeros mártires de Apamea en Siria

San Mauricio y sus 70 compañeros mártires de Apamea en Siria.

22 de Febrero

San Mauricio un comandante del ejército de la ciudad de Apamea en Siria, sufrió en el año 305 bajo el emperador Maximiano Galerio (305- 311) junto a su hijo Fotinos y setenta de sus soldados (solo los nombres de dos soldados se conocen, Teodoro y Felipe).
Durante la persecución, un sacerdote pagano le informo al emperador que San Mauricio estaba propagando la fe en Cristo. Al traerlos al juicio, San Mauricio, su hijo y sus soldados, fueron interrogados y amenazados, pero ninguna tortura ni amenazas pudo lograr que ellos abandonaran su fe. Fueron golpeados sin misericordia, quemados en las llamas y sus cuerpos rastrillados con ganchos de acero. El joven Fotinos al final de sus severas torturas fue decapitado por la espada ante los ojos de su padre, cuyo espíritu a pesar de tan duro tormento, no se debilitó, antes bien se alegró de que a su hijo le hubiera sido otorgada la corona de mártir.
Las torturas continuaron con más intensidad. Los mártires fueron llevados a un pantano lleno de mosquitos, avispas y jejenes, atados a los árboles y sus cuerpos embarrados con miel. Los insectos picaron a los mártires quienes además se encontraban débiles por hambre y sed.
Los Santos toleraron estos tormentos por diez días sin dejar de orar y glorificar a Dios hasta que el Señor le puso fin a sus sufrimientos. Los malvados verdugos dieron órdenes que los mártires fueran decapitados y que dejaran sus cuerpos sin enterrar, pero la comunidad cristiana en secreto sepultó los restos de los Santos esa misma noche en el lugar donde fueron ejecutados.

Tropario, tono 4
Tus mártires, oh Señor Dios nuestro, por sus luchas recibieron de Ti la corona incorruptible, porque, habiendo conseguido tu fuerza, derribaron a los tiranos y destruyeron la presunción impotente de los demonios. Por sus oraciones, oh Cristo Dios, salva nuestras almas.

San Timoteo de Simbola en Bitinia

San Timoteo de Simbola en Bitinia

21 de Febrero

San Timoteo de Símbolo, quien era descendiente de italianos fue monje desde muy joven. El Santo busco la vida ascetica en un monasterio llamado “Símbolo” en Asia Menor cerca del monte Olimpo. San Timoteo era discípulo de Teoctisto que en aquellos tiempos era abad del monasterio, y también de San Platón del monasterio Studion (5 de abril).
Recibiendo un grado alto de perfección espiritual, Dios le dio la gracia de sanar enfermos y expulsar espíritus malignos. El paso muchos años como ermitaño rodeando los bosques salvajes, las montañas y las selvas de día y de noche, ofreciendo sus oraciones a Dios.
San Timoteo falleció a una edad avanzada en el año 795.

Tropario, tono 4
Oh Dios de nuestros Padres, que siempre nos tratas según tu clemencia, no retires de nosotros tu misericordia, mas por sus oraciones, guía nuestra vida en paz.

San León, obispo de Catania

San León, obispo de Catania

20 de Febrero

San León, obispo de Catania, en Sicilia, había nacido en Rávena, hacia la mitad del siglo VIII. Sus padres le educaron para las glorias humanas. Pero eran distintas las aspiraciones de León. Se puso bajo la dirección del obispo de Rávena, quien, viendo su pureza de costumbres y su celo apostólico, decidió conferirle la ordenación sacerdotal. Pudo disfrutar de él poco tiempo, pues muerto Sabino, obispo de Catania, se decidieron los electores por León, no sin antes haber pedido a Dios acierto en la elección. León se oponía, pero le obligaron a aceptar. Después de su resistencia, puso todo su empeño en cumplir su misión apostólica. De todas partes acudían a verle y oírle. Todos querían tocar su manto para ser curados. Se preocupaba grandemente por los enfermos y los pobres. Su celo por la fe era tan grande como su compasión por los necesitados. Cierto día apareció en Catania un mago llamado Heliodoro, que engañó al pueblo con varias ilusiones y desmoralizó mucho la juventud. Este entró una vez a la iglesia durante los Servicios Divinos, y comenzó a hacer sus trucos. San León se le acercó, lo ató a un extremo de su omoforio y lo llevó al mercado de la ciudad. Allí, León ordenó que se encendiese un gran fuego, y cuando este ya ardía, se paró en medio del fuego y haló a Heliodoro a las llamas. Heliodoro fue consumido por completo, pero León quedó vivo e ileso. Todos los que fueron engañados por Heliodoro, y que lo consideraban como un ser divino, fueron avergonzados.
El compasivo y celoso León se hizo famoso a través del reino entero como un gran taumaturgo que ayudaba al pueblo con sus radiantes milagros. Rigió la diócesis como un verdadero sucesor de los apóstoles durante 16 años y hacia finales del siglo VIII, lleno de merecimientos, se durmió en el Señor. El pueblo lloró su muerte como la de un padre y celoso pastor. Fue sepultado en un monasterio que él mismo había hecho construir fuera de las murallas de Catania. Su sepulcro fue muy venerado, pues se asegura que de su cuerpo emanaba mirra sanadora.

Tropario, tono 4
La verdad de tus obras te ha mostrado a tu rebaño cual regla de fe, icono de mansedumbre y maestro de abstinencia. Así que alcanzaste, por la humildad, alturas, y por la pobreza, riquezas. ¡Oh santo obispo León de Catania, intercede ante Cristo Dios, para que salve nuestras almas!

Apóstoles Arquipo, Filemón de los Setenta y Apia

Apóstoles Arquipo, Filemón de los Setenta y Apia

19 de Febrero

Arquipo era uno de los Setenta (cfr. San Lucas 10:1-20). El Apóstol Pablo lo menciona en sus epístolas a los Colosenses (cfr. 4:17) y a Filemón, en la cual le llama su compañero de milicia (cfr. v. 2). La casa de Filemón era el centro del cristianismo en Colosas; allí los cristianos ser reunían para orar. Escribiendo a Filemón, el Apóstol Pablo la llama «la iglesia que está en tu casa» (cfr. Filemón v. 2). En aquel tiempo, los apóstoles ordenaban a sus discípulos como obispos, unos a sedes permanentes y otros como misioneros para viajar a diferentes lugares. Filemón era uno de estos últimos. Apia, la esposa de Filemón, permaneció [en Colosas] para recibir y servir a la «iglesia en su casa». Sucedió que durante un festival de la diosa Artemisa, todos los fieles en Colosas estaban reunidos orando en casa de Filemón, según era su costumbre. Enterándose de esto, los paganos se apresuraron a capturar a todos los cristianos. Azotaron a Filemón, Apia y Arquipo como los líderes; y luego los enterraron hasta la cintura y los apedrearon. Así murieron Filemón y Apia, pero a Arquipo lo sacaron casi muerto y lo dejaron para que los niños se divirtieran. Estos lo hirieron con cuchillos por todos lados, y así este «compañero de milicia» de Pablo terminó bien su camino terrenal.
San Arquipo y sus compañeros, también son conmemorados el 22 de noviembre

Tropario, tono 3
Oh santo apóstol Arquipo, intercede ante Dios misericordioso, para que otorgue el perdón de las transgresiones, a nuestras almas.

San León Magno, Papa de Roma

San León Magno, Papa de Roma

18 de Febrero

Nació en Italia, hijo de padres devotos. En sus comienzos fue archidiácono del papa Sixto III, y tras la muerte de este, fue elevado contra su voluntad, al trono papal de Roma.
Cuando Atila, junto a los hunos, llegaron a las cercanías de Roma, con el propósito de destruir y quemar la ciudad, fueron recibidos por León quien se presentó vestido con su ornamento episcopal y calmó la ira del jefe de los hunos salvando a Roma de la destrucción.
Pero no solamente salvó Roma, sino que ayudó mucho a la salvación de la fe ortodoxa de la herejía de Eutiquio y Dióscoro. Esta herejía confundía las dos naturalezas de Cristo (divina y humana) en una sola, negando las dos voluntades en una misma persona, la de Jesucristo. Por esta razón se convocó al IV Concilio Ecuménico en Calcedonia, en el que se leyó la epístola que León había escrito.
Se cuenta que antes de su muerte, León pasó cuarenta días en ayuno y oración ante la que según la tradición es la tumba del Apóstol Pedro, suplicándole que le mostrara sus pecados y que fueran perdonados. El apóstol se le apareció y le dijo que todos sus pecados habían sido perdonados, excepto los pecados de la ordenación de clérigos indignos, cuando era claro cuán grave es ordenar a un clérigo indigno. El santo cayó otra vez en oración, hasta que fue informado que estos pecados también habían sido perdonados. Entonces entregó tranquilamente su alma al Señor en el año 461.

Tropario, tono 4
La verdad de tus obras te ha mostrado a tu rebaño cual regla de fe, icono de mansedumbre y maestro de abstinencia. Así que alcanzaste, por la humildad, alturas, y por la pobreza, riquezas. ¡Oh santo padre León Magno, intercede ante Cristo Dios, para que salve nuestras almas!

Gran Mártir Teodoro de Tiro

Gran Mártir Teodoro de Tiro

17 de Febrero

En la ciudad Amasea, en la provincia Panonia, en los tiempos de las persecuciones por el emperador Maximiano (años 286-305), un guerrero llamado Teodoro, junto con los otros cristianos fue obligado a abjurar de Cristo y hacer un sacrificio a los ídolos. Al negarse a hacerlo, Teodoro fue sometido a crueles martirios y encerrado en la cárcel. Ahí, durante la oración él fue consolado con la milagrosa aparición del Señor Jesucristo. Poco tiempo después lo sacaron de la cárcel y con diferentes torturas lo obligaban nuevamente a abjurar de Cristo. Finalmente, viendo su firmeza, el gobernador lo condenó a la hoguera. Sin ningún temor, San Teodoro subió a la hoguera y orando y glorificando a Dios entregó su alma cerca del año 305. Su cuerpo fue sepultado en la ciudad de Eujaita (actualmente Marcivan en Asia Menor) Más tarde sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla a la Iglesia consagrada a su nombre.
50 años después de la muerte de San Teodoro, el emperador Juliano, el Apóstata (años 361-363) queriendo profanar la Gran Cuaresma Cristiana, ordenó al gobernador de la ciudad de Constantinopla rociar con la sangre de los sacrificios que se hacían a los ídolos todos los alimentos que se vendían en el mercado durante todos los días de la primera semana de Cuaresma. En una visión, san Teodoro se presentó al arzobispo de Constantinopla y le ordenó avisar a todos los cristianos que no compraran los alimentos profanados y que comieran solamente el trigo cocido con miel (Koliva). En memoria de esto la Iglesia Ortodoxa celebra, hasta el día de hoy, todos los años la memoria del Gran Mártir Teodoro de Tiro el primer sábado de la Gran Cuaresma.
Tropario, tono 2
¡Grandes son los cumplimientos de la fe! Porque el santo mártir Teodoro se regocijó en la fuente de las llamas, como si estuviera en aguas de reposo; Habiendo sido quemado como ofrenda, fue ofrecido como un dulce pan ante la Trinidad. Por sus oraciones, oh Cristo Dios, salva nuestras almas.

Apóstol Onésimo de los setenta

Apóstol Onésimo de los setenta

15 de Febrero

Onésimo era esclavo de Filemón, personaje importante de Colosa de Frigia, convertido por San Pablo.
Cuando huía de la justicia, después de haber robado a su amo, Onésimo entró en contacto con San Pablo, quien se hallaba entonces prisionero en Roma. El Apóstol le convirtió y bautizó y le envió a la casa de Filemón con una carta de recomendación. Según parece, Filemón perdonó y puso en libertad a su esclavo arrepentido y le mandó reunirse de nuevo con San Pablo. San Jerónimo y otros autores, dicen que Onésimo y Tiquio, el portador de la epístola a los colosenses, llegaron bajo la dirección del Apóstol, a ser predicadores del Evangelio y obispos.
Onésimo fue consagrado obispo de Éfeso, por San Pablo. Después del episcopado de Timoteo, y se afirma que el antiguo esclavo fue llevado prisionero a Roma, donde murió lapidado, y que sus reliquias fueron más tarde trasladadas a Éfeso.

Tropario, tono 3
Oh santo apóstol Onésimo, intercede ante Dios misericordioso, para que otorgue el perdón de las transgresiones, a nuestras almas.

San Auxencio, de Bitinia, monje

San Auxencio, de Bitinia, monje

14 de Febrero

Parece que Auxencio fue el hijo de una persona llamada Addas. Pasó la mayor parte de su larga vida como ermitaño en Bitinia. En su juventud, fue uno de los guardias ecuestres de Teodosio el Joven, pero sus deberes militares, que cumplía con entera fidelidad, no le impedían hacer del servicio de Dios su principal interés. Todo su tiempo libre lo pasaba en soledad y oración, y frecuentemente visitaba a los santos reclusos que ocupaban ermitas en los alrededores para pedirles albergue y poder pasar la noche con ellos, haciendo ejercicios penitenciales y cantando alabanzas a Dios. Finalmente, el deseo de una mayor perfección, o el temor de la vanagloria, lo indujeron a adoptar la vida eremítica. Formó su albergue en la montaña desierta de Oxia, a sólo doce kilómetros de Constantinopla, pero al otro lado del Helesponto, en Bitinia. Allí parece ser que fue muy consultado y que ejerció considerable influencia, debido a su fama de santidad. Entregado a una vida de gran austeridad, instruyendo a los discípulos que acudían a él, hasta su muerte, que probablemente tuvo lugar el 14 de febrero del año 473.

Tropario, tono 1
Te has mostrado como un ciudadano del desierto, un ángel en la carne y un obrador de maravillas, oh san Auxencio, nuestro Padre Portador de Dios. Con ayuno, vigilia y oración obtuviste dones celestiales, que sanas a los enfermos y las almas de los que acuden a ti con fe. Gloria al que te ha dado la fuerza. Gloria al que te ha coronado. Gloria a Él que a través de ti ha concedido curación a todos.

San Martiniano de Cesarea

San Martiniano de Cesarea

13 de Febrero

San Martiniano nació en Cesarea de Palestina durante el reinado de Constancio. A los 18 años se retiró a una montaña llamada “el lugar del Arca”, donde vivió 25 años como ermitaño. Según el relato de su vida el diablo lo tentó con ardientes pasiones contra las que luchó con la oración, ayunos y mortificaciones. En una ocasión una mujer pecadora llamada Zoe, se presentó ante Martiniano para tentarlo; el santo para huir de la tentación colocó sus pies en una fogata y al quemarse gritó: “Si no puedo soportar este fuego, ¿cómo podré soportar el del infierno?”. Tan grande fue el ejemplo dado que la mujer se arrepintió de su mala vida y le pidió que rezara por ella y la instruyera sobre cómo salvarse. Martiniano le mandó retirarse al Monasterio de santa Paula, en Belén, donde vivió 12 años hasta su fallecimiento. Ahí llevó una vida de muchos esfuerzos espirituales para expiar sus pecados. Hasta el último día de su vida santa Zoe como la conocemos hasta nuestros días, no bebió vino y solamente comía pan y agua día por medio y siempre dormía en el suelo.
En cuando a san Martiniano, se fue a una isla deshabitada y allí vivió varios años sin techo, bajo el cielo. Recibía la comida del dueño de un barco, para cual él fabricaba cestos. Finalmente, un día decidió viajar a Atenas, y mientras hacía una peregrinación de 2 meses, falleció en paz cerca del año 122 a la edad de 50 años.

Tropario, plagal del tono 4
Apagaste la llama de la tentación con las corrientes de tus lágrimas, oh bendito Martiniano; y después de vencer las olas del mar y los ataques de las bestias salvajes, clamaste: ¡Tú eres el más glorioso, oh Todopoderoso, que me has salvado del fuego y la tempestad!

San Melecio arzobispo de Antioquía

San Melecio arzobispo de Antioquía

12 de Febrero

Este santo hombre fue un gran y extraordinario intérprete y protector de la fe ortodoxa. Dedicó toda su vida a la lucha contra la herejía de Arrio que no admitía al Verbo de Dios como Dios y así blasfemaba a la Santísima Trinidad.
Tres veces fue echado de su trono episcopal por los herejes y perseguido hasta Armenia. La lucha entre ortodoxos y herejes era tan ardiente que una vez, cuando san Melecio hablaba en la iglesia al pueblo sobre la Santa Trinidad, su propio diácono que era hereje, corrió hacia el obispo y le cerró la boca con su mano. No pudiendo hablar con la voz, Melecio utilizó la mímica: levantó su mano, abrió primero tres dedos, y los mostró al pueblo; luego cerró la mano y levantó un dedo, expresando la Unidad de la Trinidad.

Participó en el Segundo Concilio Ecuménico, recibiendo un honor particular del emperador Teodosio. En este mismo concilio, Dios confirmó con un milagro la fe de este santo arzobispo: cuando Melecio demostraba a los arrianos el dogma de la Santa Trinidad, primero mostró tres dedos, separados, uno por uno; luego los unió en un gesto; y justo en este momento, ante todos los presentes, la luz como un rayo salió de su mano.
En este concilio, san Melecio confirmó a san Gregorio el Teólogo en el trono episcopal de Constantinopla. Un poco antes, había ordenado a san Basilio el Grande como diácono y había bautizado a san Juan Crisóstomo. Después de la finalización del concilio, San Melecio terminó su vida terrenal en Constantinopla. Sus reliquias fueron trasladadas a Antioquía

Tropario, tono 4
La verdad de tus obras te ha mostrado a tu rebaño cual regla de fe, icono de mansedumbre y maestro de abstinencia. Así que alcanzaste, por la humildad, alturas, y por la pobreza, riquezas. ¡Oh santo obispo Melecio, intercede ante Cristo Dios, para que salve nuestras almas!

Condaquio, tono 2
Adornado con ortodoxia en tu vida, probaste ser un protector y guardián de la Iglesia, oh muy bendito Melecio, brillando como un faro de fuego hasta los confines del mundo por tus enseñanzas, oh la luminaria más radiante de la Iglesia.

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