San Hilario el Grande

San Hilario nació en Tabatha, cerca de Gaza en Palestina, de padres paganos. Enviado de joven a Alejandría para ser educado, aprendió la fe cristiana y fue bautizado. Mientras estaba en Egipto escuchó la fama de San Antonio el Grande, y al encontrarse con ese hombre verdaderamente grandioso, el Padre de los monjes, decidió dedicarse también a la vida ascética. Regresó a Gaza, donde se entregó al ayuno extremo y la oración incesante. Debido a los milagros que pronto comenzó a obrar, se vio obligado por su creciente renombre a abandonar Gaza, a escapar de las multitudes de personas que venían a pedir sus oraciones. En sus viajes visitó Egipto y volvió con nostalgia al lugar donde había vivido san Antonio; pero no pudo permanecer en ningún lugar por mucho tiempo, ya que, a pesar de todos sus intentos de ocultarse, la luz de la gracia que había en él no podía ocultarse. Después de pasar por Egipto y Libia, y navegar hacia Sicilia, llegó por fin a Chipre, donde terminó el curso de su vida a la edad de ochenta años, en el año 372. San Hilarión fue sepultado en las cercanías de Pafos, pero san Hesiquio se apoderó secretamente de los restos de su maestro y los trasladó a su ciudad natal.

Tropario tono 8, del común de Ascetas

Con la efusión de tus lágrimas, * regaste el desierto estéril * y, por los suspiros profundos, * tus fatigas dieron frutos cien veces más, *volviéndote un astro del universo, brillante con los milagros. * ¡Oh nuestro justo padre Hilario, * intercede ante Cristo Dios * para que salve nuestras almas!

Gran Mártir Artemio en Antioquía; Gerásimo, nuevo asceta en la isla de Cefalonia (justo)

Este glorioso santo era egipcio de nacimiento y comandante en jefe del ejército del emperador Constantino el Grande. Cuando la victoriosa cruz, rodeada de estrellas, apareció al Emperador, Artemio también la vio, y viniendo a la fe en Cristo el Señor, fue bautizado. Más tarde, en tiempos del emperador Constancio, hijo de Constantino, fue enviado a Grecia para llevar las reliquias de san Andrés y san Lucas desde Patra y Tebas, respectivamente, hasta Constantinopla. Artemio llevó a cabo esta misión con gozo. Después de esto, fue nombrado gobernador y representante imperial en Egipto, permaneciendo en este puesto por la duración del reino de Constancio y por algún tiempo bajo Julián el Apóstata. Cuando este Emperador renegado declaró la guerra contra los persas, se detuvo por un tiempo en Antioquía, y llamó a Artemio y a su ejército para que se unieran con él allí; Artemio acudió. Entonces, el Emperador entregó a la tortura a dos sacerdotes cristianos, Eugenio y Macario. Viendo esto, san Artemio se alarmó profundamente, y yendo ante el Emperador le dijo: «¿Por qué torturas tan inhumanamente a estos hombres inocentes y dedicados, y por qué los presionas a rechazar la fe ortodoxa?» También profetizó al Emperador que su final estaba cerca. El furioso Emperador envió a los dos sacerdotes al exilio en Arabia, donde murieron pronto; y despojando a Artemio de su rango militar, ordenó que fuese azotado y golpeado. Todo herido y cubierto de sangre, Artemio fue arrojado en prisión, donde el Señor Jesucristo mismo se le apareció, sanándole y consolándole. Después de esto, el Emperador ordenó que fuese puesto sobre una roca plana, y que otra roca fuese colocada sobre él, aplastando así su cuerpo como una tabla. Finalmente fue decapitado en el 362 d. C. Entonces el emperador Julián salió a combatir a los persas y murió de una manera deshonrosa, tal como san Artemio había predicho.

Tropario tono 4, del común de Mártires

Tu mártir, oh Señor, * ha obtenido de ti * corona de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * ha vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.

 

San Gerásimo el Nuevo Asceta de Cefalonia

San Gerásimo, nació en el pueblo de Trikkala, en el Peloponeso. De joven se hizo monje en la isla de Zante. En la Montaña Sagrada se convirtió en monje esquemático y estudió con los ascetas del Monte Athos. Recibió la bendición de los ancianos y fue a Jerusalén para adorar en la Tumba del Salvador. Después de visitar muchos lugares sagrados en Jerusalén, el Monte Sinaí, Antioquía, Damasco, Alejandría y Egipto, regresó a Jerusalén, donde se convirtió en farolero en el Sepulcro del Señor.

El monje fue ordenado diácono y luego sacerdote por el Patriarca de Jerusalén, Germano (1534-1579). San Gerásimo mantuvo la disciplina de un asceta. Para estar solo, se retiró al Jordán, donde pasó cuarenta días sin descanso. Recibida la bendición del Patriarca para una vida de silencio, se retiró a la soledad de Zante, alimentándose sólo de vegetación.

Después de cinco años, se sintió inspirado a ir a la isla de Cefalonia, donde vivió en una cueva. Restauró una iglesia en Omala y fundó un monasterio de mujeres, donde vivió en constante trabajo y vigilia durante treinta años. Rezaba de rodillas y tendido en el suelo. Por su exaltada vida recibió un don milagroso: la capacidad de curar a los enfermos y expulsar a los espíritus inmundos.

A los 71 años de edad, el venerable Gerásimo sabía que pronto moriría. Dio su bendición a las monjas y se durmió pacíficamente en el Señor el 15 de agosto de 1579. Dos años después, su tumba fue abierta y sus santas reliquias fueron encontradas fragantes e incorruptas con un poder curativo.

Como la festividad de la Dormición se celebra el 15 de agosto, el 16 de agosto se conmemora a San Gerásimo. La festividad de hoy conmemora el descubrimiento de sus reliquias en 1581.

Tropario Tono 1

Venid, oh fieles, alabemos al divino Gerásimo, * protector de los ortodoxos, ángel en cuerpo, * milagroso revestido de Dios; * porque dignamente recibió de Dios * la gracia inagotable de la curación * para sanar a los enfermos y a los poseídos, * así que derrama salud a todos los que lo veneramos.

 

Santo Profeta Joel; Mártir Varo

El profeta Joel (800 a.C.) predijo la desolación de Jerusalén y que el Espíritu Santo sería derramado sobre todos los hombres, por medio del Salvador del mundo (Joel 2:28-32).

El himnógrafo Anatolio relaciona la profecía de Joel con la Natividad del Señor. En las Alabanzas de Maitines del domingo siguiente a la Natividad, cita Joel 2:30, diciendo que la sangre se refiere a la Encarnación, el fuego a la Divinidad y las columnas de humo al Espíritu Santo.

Tropario tono 2, del común de Profetas

Celebramos la memoria del profeta Joel, * por quien te suplicamos, Señor, * que salves nuestras almas.

Santo Mártir Varo

El mártir Varo vivió en Egipto durante el período de varias persecuciones contra los cristianos (finales del siglo III y principios del IV). Varo (Ouaros) era un comandante militar y cristiano en secreto. Brindó asistencia a muchos de los cristianos perseguidos y encarcelados, y visitaba a los prisioneros por la noche. También les llevaba comida, les curaba las heridas y les daba ánimos.

Una vez, Varo pasó una noche entera hablando con siete monjes encarcelados. Estos hombres eran maestros cristianos que habían sido golpeados y privados de comida. Varo marchó con los maestros cuando fueron llevados a su ejecución. El juez, al ver la fuerte fe de Varo, lo hizo golpear ferozmente. Varo murió durante la paliza. Después de su muerte, los monjes fueron decapitados.

Tropario tono 4, del común de mártires

Tu mártir, oh Señor, * ha obtenido de ti * corona de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * ha vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.

Santo Apóstol y Evangelista Lucas

Nacido en Antioquía, se dedicó en su juventud al estudio de la filosofía, medicina, y artes griegos. Mientras el Señor Jesús ministraba en la tierra, Lucas vino a Jerusalén, donde vio al Salvador cara a cara, escuchó su enseñanza salvífica, y fue testigo de sus maravillosas obras. Viniendo a creer en el Señor, san Lucas fue incluido entre los Setenta enviados a predicar el Evangelio (cfr. San Lucas 10:1-20). Junto a Cleofás, vio al Señor resucitado en el camino de Emaús (cfr. San Lucas 24:13-35). Después del descenso del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, Lucas regresó a Antioquía y allí se convirtió en colaborador del apóstol Pablo, con quien viajó a Roma, trayendo tanto a judíos como a paganos a la fe. San Pablo escribe a los colosenses: «Les saluda Lucas, el médico amado» (cfr. Colosenses 4:14). A petición de los cristianos, escribió su Evangelio alrededor del año 60 d. C. Tras el martirio del gran Apóstol Pablo, Lucas predicó el Evangelio por toda Italia, Dalmacia, Macedonia, y otros lugares. Pintó, según la tradición, tres íconos de la Santísima Madre de Dios, y también íconos de los Apóstoles Pedro y Pablo, y es considerado el fundador de la iconografía cristiana. En su ancianidad visitó Libia y Egipto, regresando desde allí a Grecia, donde se dedicó con gran celo a predicar el Evangelio y atraer gente a Cristo, sin considerar su avanzada edad. San Lucas escribió, según la tradición, tanto su Evangelio que lleva su nombre, como el libro de los Hechos de los Apóstoles dedicándolos a Teófilo, gobernador de Acaya.

Tenía ochenta y cuatro años cuando unos malvados idólatras lo sometieron a la tortura por causa de Cristo, y lo colgaron de un olivo en el pueblo de Tebes en Beocia. Las reliquias de este maravilloso santo, que obran milagros, fueron trasladadas a Constantinopla en tiempos del Emperador Constancio, hijo de san Constantino.

Tropario tono 3, del común de los Apóstoles

Oh santo apóstol Lucas, * intercede ante Dios misericordioso, * para que otorgue el perdón de las transgresiones a nuestras almas.

Santo Profeta Joes; Mártir Andrés de Creta

El profeta Oseas, hijo de Berí de la tribu de Isacar, vivió y predicó en el reino de Israel en el tiempo cercano a su destrucción. El comienzo de su servicio profético corresponde al final del reinado de Jeroboam II (782-752), aproximadamente en el 740 750 a.C. y continúa hasta la caída de Samaría en 722. Eran tiempos de decaimiento espiritual del pueblo de Israel, de aumento de la idolatría y de disolución moral. La presión de la Asiria guerrera provocaba la inestabilidad política de Israel y frecuentes golpes palaciegos.

Acusaba enérgicamente a sus contemporáneos por sus vicios, y en particular, por las repelentes costumbres paganas copiadas de los pueblos vecinos. Oseas profetizaba los desastres futuros. De su vida personal se sabe que se casó con Gomer, que le era abiertamente infiel. El profeta tuvo que divorciarse formalmente de ella, pero continuó amándola y sentía pena por ella. Este drama personal le mostró al profeta cuán pesada era la traición espiritual del pueblo de Israel a Dios.. Los hebreos constantemente quebrantaron la Alianza, la profanaron y cayeron en libertinaje espiritual. Por eso el Señor predijo a través de Su profeta que los hebreos serían rechazados y los paganos llamados al Reino de Dios.

Ante la proximidad de la destrucción de Israel el profeta usó todas sus fuerzas para despertar el sentimiento de arrepentimiento. Pero él vio también lo que vendría después de los desastres y lo referido al final de los tiempos, cuando se va a producir la renovación completa del pueblo de Dios, cuando todos los desastres y la misma muerte sean aniquilados, anunciando la promesa de salvación para los justos.

Tropario tono 2, del común de los Profetas

Celebramos la memoria del profeta Oseas, * por quien te suplicamos, Señor, * que salves nuestras almas.

 

Santo Mártir Andrés de Creta

 

El mártir Andrés era originario de Creta. Vivió durante el reinado del emperador iconoclasta Constantino Coprón (741-775), que ordenó a los cristianos, bajo pena de muerte, retirar los iconos sagrados de sus iglesias y hogares. Los creyentes, que resistieron sin miedo al impío iconoclasta y se adhirieron firmemente a las tradiciones de los santos Padres, fueron encerrados en prisión. Cuando el venerable Andrés se enteró de que el emperador estaba arrojando a la cárcel a los cristianos virtuosos y piadosos en lugar de a los ladrones y salteadores, fue a la iglesia del Gran Mártir Mamas en Constantinopla y, delante de todos, denunció al hereje por perseguir la verdadera fe.

En un intento de justificarse, el emperador dijo que era una locura otorgar veneración a la madera y la pintura. A esto el monje respondió que quien sufre por los iconos sagrados sufre por Cristo, pero quien insulta el icono en el que está representado Cristo, ofrece un insulto a Cristo mismo. El iconoclasta enfurecido dio órdenes de torturar a san Andrés sin piedad.

Mientras lo arrastraban por las calles hacia el lugar de la ejecución, alguien le cortó los pies. Como resultado, san Andrés se libró de sus tormentos con la muerte. Cien años después, san José el Himnógrafo escribió un Canon en honor del santo a quien se recurre para pedir por quienes sufren convulsiones.

Tropario tono 4

En la montaña te entrenaste en la lucha, * y así a ejército espiritual sujetaste * con la armadura de la cruz, * luego te entregaste a luchar con valentía * contra el emperador iconoclasta con la espada de la fe. * En ambos casos, fuiste coronado por Dios, * siempre recordado Andrés mártir.

Santo Mártir Longino el Centurión

El santo evangelista Mateo, describiendo la Pasión del Señor Jesucristo, dice: «El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios» (cfr. San Mateo 27:54). El bienaventurado Longino era aquel centurión, que con dos de sus soldados creyó en Jesús, el Hijo de Dios, y fue también comandante de la guardia ante la tumba. Cuando los principales de los judíos escucharon de la resurrección de Cristo, sobornaron a soldados para que regaran el falso rumor de que Cristo no había resucitado, sino que algunos de sus discípulos habían robado su cuerpo. Los judíos también intentaron a sobornar Longino, pero este no se los permitió. Entonces los judíos recurrieron a su usual estrategia: decidieron matar a Longino. Al escuchar Longino de sus intenciones, se quitó su cinturón militar, fue bautizado con sus dos compañeros por uno de los Apóstoles, y se marchó secretamente de Jerusalén a Capadocia con sus compañeros. Allí se dedicó al ayuno y la oración, y como testigo vivo de la resurrección de Cristo, convirtió a muchos paganos a la fe verdadera por su testimonio. Después de esto, se retiró a una villa en los terrenos de su padre. Pero, incluso allí, la maldad de los judíos no le dejó en paz. Debido a las calumnias de estos, Pilato envió soldados para decapitarlo. San Longino previó en el Espíritu que se acercaban sus verdugos y salió a recibirlos. Sin decirles quién era, los trajo a su hogar, fue un buen anfitrión para los soldados, y pronto estos se acostaron a dormir. Pero san Longino permaneció de pie orando toda la noche, preparándose para la muerte. En la mañana, llamó a sus dos compañeros, se revistió de blancas ropas funerales, y encargó a los otros miembros de su casa que lo enterraran en una pequeña colina que les especificó. Entonces fue a donde los soldados y les dijo que él era el Longino al que buscaban. Los soldados quedaron perplejos y avergonzados, y no podían tan siquiera imaginar decapitarlo; este, empero, insistió en que cumpliesen la orden de su superior. Así, pues, decapitaron a Longino y a sus dos compañeros. Los soldados llevaron la cabeza de Longino a Pilato, y este se la entregó a los judíos, los cuales la arrojaron en un estercolero fuera de la ciudad.

Tropario tono 4, del común de Mártires

Tu mártir, oh Señor, * ha obtenido de ti * corona de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * ha vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.

Hieromártir Luciano de Antioquía

Nacido de padres nobles en Samosata de Siria, recibió en su juventud una amplia educación, tanto secular como espiritual, y era un hombre eminente tanto por su erudición como por su estricta vida ascética. Dando sus bienes a los pobres, se sustentaba escribiendo obras de instrucción, alimentándose así con el trabajo de sus manos. Realizó un gran servicio a la Iglesia corrigiendo muchos lugares del texto hebreo de las Escrituras, los cuales habían sido torcidos y adulterados por los herejes de acuerdo con sus perversas enseñanzas. A causa de su erudición y de su gran vida espiritual, fue ordenado presbítero en Antioquía. En tiempos de la persecución de Maximiano, en la cual san Antimo de Nicomedia y san Pedro de Alejandría fueron torturados, san Luciano también estaba en la lista de aquellos que el Emperador quería matar. Luciano huyó de la ciudad y se escondió, pero un sacerdote hereje celoso, llamado Pancracio, reveló su paradero. Aquella persecución fue terrible, ni aún los niños pequeños estaban a salvo. Dos niños que se rehusaban a comer alimentos sacrificados a los ídolos fueron arrojados a un caldero de agua hirviendo, donde, en medio de torturas, encomendaron sus santas almas en manos de Dios.

Discípula suya fue santa virgen y mártir Pelagia (8 de octubre) quien preservó su pureza virginal de los disolutos atacantes orando a Dios en el techo de su casa desde donde fue lanzado su cuerpo. San Luciano fue llevado a Nicomedia para ser presentado ante el Emperador. En el camino, convirtió a cuarenta soldados a la fe en Cristo mediante sus admoniciones, y todos estos sufrieron también muerte de mártires. Tras ser interrogado y azotado, san Luciano fue arrojado en prisión, donde fue condenado a morir de hambre y sed. «Se burló del hambre», escribe san Juan Crisóstomo acerca de Luciano. «Burlémonos también nosotros de los lujos y destruyamos el señorío del estómago, para que, mediante sacrificios menores, estemos preparados de antemano cuando venga el tiempo de enfrentar tales torturas, y mostremos ser dignos de gloria en la hora de la batalla». Recibió la comunión en la cárcel en la fiesta de la Teofanía, y al día siguiente encomendó su alma en manos de Dios, el 7 de enero del 322 d. C.

Tropario tono 4, del común de Mártires

Tu mártir, oh Señor, * ha obtenido de ti * corona de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * ha vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.

Mártires Nazario, Gervasio, Protasio y Celso de Milán; Cosme el Himnógrafo

Los santos mártires Nazario, Gervasio, Protasio y Celso de Milán sufrieron durante el reino del emperador Nerón (54-68 d. C.). San Nazario, hijo de la cristiana Perpetua y el judío Africano, nació en Roma y fue bautizado por el obispo Lino. Desde su juventud decidió dedicar su vida a predicar las enseñanzas de Cristo y a fortalecer a los cristianos débiles. Con este propósito, dejó Roma y se marchó para Milán. Mientras visitaba a los cristianos presos allí, Nazario conoció a los gemelos Protasio y Gervasio. Estos hermanos habían nacido en Milán de una familia de ciudadanos romanos – Vidal y Valeria. Quedando huérfanos (pues sus padres fueron martirizados por la fe cristiana), los hermanos repartieron sus riquezas a los pobres, liberaron a sus esclavos, y se dedicaron al ayuno y a la oración. Los paganos los encerraron en la cárcel por confesar la fe de Cristo. San Nazario estimaba a los gemelos, y aliviaba sus sufrimientos tanto como le era posible. Por esto, los paganos le dieron una paliza y lo expulsaron de Milán. San Nazario se fue a la Galia (la moderna Francia), donde predicó el cristianismo exitosamente y convirtió a muchos paganos. En la ciudad de Kimel bautizó a Celso, hijo de un cierto cristiano, y adquirió en él un fiel discípulo y colaborador en la labor evangelizadora. Por su confesión de Cristo, los paganos les arrojaron a las bestias para que los devoraran, pero las bestias no osaban tocar a los santos. Después trataron de ahogar a los mártires en el mar, pero estos caminaron en él como sobre tierra firme. Los soldados que cumplían estas órdenes estaban tan maravillados, que ellos mismos aceptaron el cristianismo y dejaron ir a los santos mártires. Una vez libres, Nazario y Celso fueron a Milán a visitar a Gervasio y Protasio en la cárcel. Por esto fueron entregados a Nerón, quien determinó que los santos Nazario y Celso fuesen degollados. Al poco tiempo, Gervasio y Protasio también fueron ejecutados. Muchos años después, durante el reino del santo emperador Teodosio (408-450 d. C.), San Ambrosio, obispo de Milán, descubrió las reliquias de los mártires mediante una revelación de lo alto. Las santas reliquias, glorificadas por multitud de milagros, fueron solemnemente transferidas a la catedral de Milán.

Tropario tono 4, del común de Mártires

Tus mártires, oh Señor, * han obtenido de ti * coronas de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * han vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.

San Cosme el Himnógrafo

San Cosme el Himnógrafo, obispo de Maiuma, era oriundo de Jerusalén. Fue criado por los padres de San Juan de Damasco (4 de diciembre) junto con su hijo, y recibió una excelente educación. Cuando San Cosme alcanzó la mayoría de edad, se dirigió a uno de los monasterios de Palestina, donde alcanzó renombre por sus hazañas monásticas.

Durante una época de persecución contra los iconos sagrados, San Cosme y el venerable Juan salieron a defender la ortodoxia. En el año 743 Cosme fue nombrado obispo de Maiuma. Murió en la vejez, dejando tras de sí muchos cánones para los días festivos y algunos textos para cuatro días de Semana Santa.

En el uso eslavo, San Cosme el Himnógrafo se conmemora el 12 de octubre, pero el 14 de octubre, según el uso griego.

Tropario tono 8

Oh guía de la recta fe, * maestro de la devoción y dignidad, * astro del universo, belleza de los anacoretas * inspirada por Dios, Cosme, * que has iluminado a todos con tus enseñanzas, oh lira del Espíritu: * ¡Intercede ante Cristo Dios, * para que salve nuestras almas!

Mártires Probo, Taraco y Andrónico de Tarso en Cilicia; Simeón el Nuevo Teólogo (justo).

Los santos mártires lucharon por Cristo durante el reinado de Diocleciano, en el año 296 o 304. Taraco, de avanzada edad, había nacido en Roma, y como sus dos compañeros era soldado; Probo era de Side en Panfilia y Andronico de Éfeso. Fueron tomados juntos en Cilicia y sometidos a múltiples torturas extremadamente crueles. A Taraco lo golpearon en las mejillas y el cuello con piedras, le quemaron las manos, lo colgaron en un poste y le pusieron humo debajo para ahogarlo; introdujeron a la fuerza vinagre por sus fosas nasales; Después de soportar más torturas, su cuerpo fue cortado en pedazos. Probo fue azotado con látigos, sus pies fueron quemados con hierros al rojo vivo, su espalda y costados fueron perforados con una parrilla caliente; finalmente también fue cortado con cuchillos y recibió la corona del martirio. Andrónico sufrió torturas similares, y también terminó su carrera siendo cortado en pedazos, encomendando su alma en las manos de Dios.

Tropario tono 4, del común de Mártires

Tus mártires, oh Señor, * han obtenido de ti * coronas de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * han vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.

San Simeón el Nuevo Teólogo

San Simeón el Nuevo Teólogo nació en el año 949 en la ciudad de Galatea (Paflagonia) y se educó en Constantinopla. Su padre lo preparó para una carrera en la corte y durante cierto tiempo el joven ocupó una posición alta en la corte imperial. A los catorce años conoció en el monasterio de Studion al famoso anciano Simeón el Piadoso, quien tendría una gran influencia en su desarrollo espiritual. Permaneció en el mundo durante varios años preparándose para la vida monástica bajo la guía del anciano y finalmente ingresó en el monasterio a la edad de veintisiete años.

San Simeón el Piadoso recomendó al joven los escritos de San Marcos el Asceta (5 de marzo) y otros escritores espirituales. Leyó estos libros con atención y trató de poner en práctica lo que leía. Tres puntos planteados por San Marcos en su obra “Sobre la ley espiritual” lo impresionaron particularmente. En primer lugar, si quieres que tu alma sane, debes escuchar a tu conciencia y hacer lo que te diga. En segundo lugar, sólo cumpliendo los mandamientos se puede obtener la acción del Espíritu Santo. En tercer lugar, quien ora sólo con el cuerpo y sin conocimiento espiritual es como el ciego que gritó: «Hijo de David, ten misericordia de mí» (Lucas 18:38). Sin embargo, cuando el ciego recuperó la vista, llamó a Cristo Hijo de Dios (Juan 9:38).

El Enemigo de nuestra salvación incitó a los hermanos del monasterio contra San Simeón, que era indiferente a las alabanzas o reproches de los demás. Debido al creciente descontento en el monasterio, San Simeón fue enviado al Monasterio de San Mamas en Constantinopla.

Allí fue tonsurado en el esquema monástico y aumentó sus luchas espirituales. Alcanzó un alto nivel espiritual y aumentó su conocimiento de las cosas espirituales mediante la lectura de las Sagradas Escrituras y los escritos de los Padres, así como en la conversación con los santos ancianos.

Alrededor del año 980, San Simeón fue nombrado igumeno del monasterio de San Mamas y continuó en este cargo durante veinticinco años. Reparó y restauró el monasterio, que había sufrido abandono, y también puso orden en la vida de los monjes.

La estricta disciplina monástica, por la que se esforzó san Simeón, provocó un gran descontento entre los hermanos. Una vez, después de la liturgia, algunos de los monjes lo atacaron y casi lo mataron. Cuando el Patriarca de Constantinopla los expulsó del monasterio y quiso entregarlos a las autoridades civiles, san Simeón pidió que se los tratara con indulgencia y se les permitiera vivir en el mundo.

Hacia el año 1005, san Simeón renunció a su cargo de abad en favor de Arsenio, mientras que él mismo se estableció en paz cerca del monasterio. Allí compuso sus obras teológicas, fragmentos de las cuales aparecen en la Filocalia.

Las sublimes enseñanzas de San Simeón sobre los misterios de la oración mental y la lucha espiritual le han valido el título de “el Nuevo Teólogo”.

Algunas de estas enseñanzas, que no fueron invención de san Simeón, sino simplemente se habían olvidado, parecían inaceptables y extrañas para sus contemporáneos. Esto provocó un conflicto con las autoridades eclesiásticas de Constantinopla, y san Simeón fue desterrado de la ciudad. Se retiró al otro lado del Bósforo y se instaló en el antiguo monasterio de santa Macrina.

El santo durmió pacíficamente en el Señor en el año 1021. Durante su vida recibió el don de hacer milagros. Así como numerosos milagros también tuvieron lugar después de su muerte.

Dado que el 12 de marzo fecha de su descanso, cae durante la Gran Cuaresma, la fiesta de San Simeón se trasladó para este día.

Tropario tono 3

Al recibir en ti, padre Simeón, * la divina luz que te envolvió, * te mostraste al mundo cual astro brillantísimo * que de él desvanece las tinieblas * y persuade a todos a que busquen con ímpetu * la gracia del Espíritu. A Él, con tesón, suplícale, * que nos otorgue la gran misericordia.

Santo Apóstol Felipe de los Setenta; Teófanes el Tatuado (justo).

Nacido en Cesarea de Palestina, Felipe era casado y tenía cuatro hijas, todas dotadas por Dios con el don de profecía, y todas vírgenes consagradas por causa de Cristo (cfr. Hechos 21:8-9). Cuando los santos Apóstoles escogieron diáconos, Felipe fue escogido junto a Esteban y a otros (cfr. Hechos 6:1-6). Felipe servía a los pobres y las viudas con gran fervor. Cuando vino persecución sobre los cristianos de Jerusalén, huyó a Samaria y predicó allí el Evangelio, dando testimonio del mismo mediante muchos milagros: expulsando demonios, sanando a los enfermos, y otros prodigios. Viendo los milagros del santo Apóstol, Simón el Mago fue bautizado. San Felipe también bautizó al eunuco de la Reina Candace. Después de esto, un ángel de Dios le arrebató repentina e invisiblemente a Azoto, donde enseñó y predicó, trayendo a muchos a Cristo (cfr. Hechos 8:4-40). Más tarde fue hecho obispo de Trales donde murió en paz en avanzada edad, y entró al gozo de su Señor mientras predicaba el Evangelio.

Tropario tono 3, del común de los santos Apóstoles

Oh santo apóstol Felipe, * intercede ante Dios misericordioso, * para que otorgue el perdón de las transgresiones a nuestras almas.

 

San Teofanes el Himnógrafo

 

San Teófanes, confesor e himnógrafo, obispo de Nicea, era el hermano menor de San Teodoro el Marcado (27 de diciembre). Los hermanos recibieron una excelente educación y se dedicaron especialmente a la filosofía. En su afán por conocer a Dios, se establecieron en la Lavra de San Sabas. Aquí San Teófanes fue tonsurado y más tarde se convirtió en sacerdote.

Los santos hermanos eran famosos por ser defensores de la veneración de los iconos. Cumplieron con valentía la misión que les encomendó el Patriarca de Jerusalén y fueron a Constantinopla para denunciar al emperador iconoclasta León el Armenio (813-820). Más tarde, también denunciaron a los emperadores iconoclastas Miguel Balbos (820-829) y Teófilo (829-842).

Los santos tuvieron que soportar la cárcel, el hambre e incluso la tortura. El emperador Teófilo ordenó que se grabara en sus rostros, con agujas al rojo vivo, una frase insultante para los gloriosos confesores. Por eso se les llama “marcados” o “tatuados”.

 “Escribe lo que quieras, pero en el Juicio Final leerás tu propia letra”, dijeron los hermanos agonizantes al emperador. Enviaron a Teodoro a prisión, donde también murió (+ 833), pero Teófanes fue enviado al exilio. Con la restauración de la veneración de los iconos, san Teófanes regresó del exilio y fue consagrado obispo de Nicea. El santo escribió unos 150 cánones, entre los que se encuentra un hermoso canon en defensa de los iconos sagrados. Murió en paz alrededor del año 850.

Tropario tono 8, del común de santos Anacoretas

Oh guía de la recta fe, * maestro de la devoción y dignidad, * astro del universo, belleza de los anacoretas * inspirada por Dios, Teófanes, * que has iluminado a todos con tus enseñanzas, oh lira del Espíritu: * ¡Intercede ante Cristo Dios, * para que salve nuestras almas!

 

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