San Procopio el Confesor, de Decápolis; San Rafael obispo de Brooklyn

San Procopio el Confesor, de Decápolis

27 de Febrero

Provenía de Decápolis, una serie de diez pueblos alrededor del mar de Galilea, y por eso fue llamado el decapólita.
En su juventud siguió una vida ascética y cumplió todos los esfuerzos prescritos para la purificación del corazón y la elevación del alma a Dios. Cuando estalló la persecución contra los iconos por el malvado emperador León el Isaurico, Procopio, se levantó en defensa de los iconos, mostrando que su veneración no es idolatría, porque los cristianos saben que cuando veneran a los iconos, no se inclinan ante la materia inerte, sino ante los santos vivos, que están en estos iconos. Por ello san Procopio fue detenido, torturado brutalmente, azotado y cepillado con hierro. Cuando el cuerpo del malvado emperador León pereció (ya que su alma había perecido mucho antes), los iconos fueron devueltos a las iglesias y Procopio regresó a su monasterio donde pasó el resto de sus días en paz.
Siendo ya anciano partió al reino de los cielos, donde ve con alegría a los vivientes ángeles y santos, cuyas figuras en los iconos honraba en la tierra.
Tropario, tono 8
Con la efusión de tus lágrimas, regaste el desierto estéril; y por los suspiros profundos, tus fatigas dieron frutos cien veces más, volviéndote un astro del universo, brillante con los milagros. ¡Oh nuestro justo padre Procopio, suplícale a Cristo Dios que salve nuestras almas!

Condaquio, tono 4
Oh renombrado Procopio, teniéndote como estrella de la mañana en este día, la Iglesia disipa toda la penumbra de las doctrinas malvadas, mientras te honra, oh iniciado del Cielo y hombre de Dios.

 

San Rafael (Hawaweeny) obispo de Brooklyn

27 de Febrero

Nuestro padre, Raphael de Brooklyn (20 de noviembre de 1860 – 27 de febrero de 1915), nació en Beirut, Líbano, de padres refugiados sirios damascenos. Fue educado en la Escuela Patriarcal de Damasco, la Escuela de Teología Ortodoxa en la Isla Halki, Turquía, y en la Academia Teológica en Kiev, de la Iglesia Rusa. En 1904 se convirtió en el primer obispo ortodoxo en ser consagrado en América del Norte; la consagración fue realizada por el arzobispo San Tijon de Moscú y el obispo Inocencio en la ciudad de Nueva York. Sirvió como obispo de Brooklyn, Nueva York hasta su muerte.
Durante el curso de su ministerio como obispo auxiliar de la Iglesia Ortodoxa Rusa en América, San Rafael fundó la actual catedral primacial de la Arquidiócesis Ortodoxa Antioquena de América del Norte (Catedral de San Nicolás); estableció treinta parroquias y ayudó en la fundación del monasterio ortodoxo de San Tijon en South Canaan, Pensilvania.
El Obispo Rafael fue glorificado (agregado al número de los santos) por el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa en América en su sesión de marzo de 2000, y los servicios de glorificación de ese Santo Sínodo tuvieron lugar en mayo de ese año en el Monasterio de San Tijon con la participación de obispos representantes de la Arquidiócesis ortodoxa antioquena de América del Norte, la Arquidiócesis ortodoxa griega de América y la Iglesia de Polonia. Es conmemorado por la Iglesia Ortodoxa en América el 27 de febrero, el aniversario de su muerte, y por la Iglesia de Antioquía el primer sábado de noviembre, poco antes de la fiesta patronal de san Rafael (la Fiesta de los Arcángeles, 8 de noviembre).

Tropario, tono 3
¡Alégrate, oh Padre Rafael, adorno de la Santa Iglesia, campeón de la verdadera fe, Buscador de los perdidos, Consuelo de los oprimidos, Padre de huérfanos y amigo de los pobres, Pacificador y Buen Pastor, Alegría de todos los ortodoxos, Hijo de Antioquía y gloria de América: Intercede ante Cristo Dios por nosotros y por todos los que te honran.

San Porfirio, obispo de Gaza; Santa, Gloriosa y Gran Mártir Fotina, la Mujer Samaritana

San Porfirio, obispo de Gaza

26 de Febrero

San Porfirio tenía a Tesalónica como su tierra natal. Se convirtió en monje en Egipto, donde vivió durante cinco años. Fue en peregrinación a Jerusalén, después de lo cual pasó cinco años en una gran aflicción en una cueva cerca del Jordán. Afligido por una enfermedad del hígado, partió a Jerusalén, donde fue ordenado presbítero y nombrado Guardián de la Cruz a la edad de 45 años. Tres años después fue nombrado obispo de Gaza. Sufrió mucho de parte de los gobernantes y paganos de Gaza; pero con la amistad de San Juan Crisóstomo y el patrocinio de la emperatriz Eudoxia, arrasó el templo del ídolo Marnas en Gaza y construyó una gran iglesia para la gloria de Dios. Reposó el año 450.

Tropario, tono 4
La verdad de tus obras te ha mostrado a tu rebaño cual regla de fe, icono de mansedumbre y maestro de abstinencia. Así que alcanzaste, por la humildad, alturas, y por la pobreza, riquezas. ¡Oh santo obispo Porfirio de Gaza, intercede ante Cristo Dios, para que salve nuestras almas!

Condaquio, tono 2
Arreglado con la vida más santa, fuiste adornado con la vestimenta sacerdotal, ¡oh, Porfirio, bendito y de piadosa alma! y eres notable por los milagros de sanación, intercediendo incesantemente por todos nosotros.

Santa, Gloriosa y Gran Mártir Fotina, la Mujer Samaritana

26 de Febrero

Santa Fotina fue la mujer samaritana que encontró a Cristo nuestro Salvador en el pozo de Jacob (Juan 4: 1-42). Luego trabajó en la difusión del Evangelio en varios lugares, y finalmente recibió la corona del martirio en Roma con sus dos hijos y cinco hermanas, durante las persecuciones bajo el emperador Nerón.

Tropario, tono 3
Iluminada por el Espíritu Santo, bebiste con gran y ardiente anhelo de las aguas que Cristo Salvador te dio; y de las corrientes de la salvación con las que fuiste refrescada, diste abundantemente a los sedientos. Oh Gran Mártir y verdadera compañera de los Apóstoles, Fotina, suplica a Cristo Dios para que nos otorgue la gran misericordia.

Condaquio, tono 3
La gloriosa Fotina, corona y gloria de los Mártires, hoy ha ascendido a las brillantes mansiones del Cielo, y llama a que todos juntos cantemos sus alabanzas, para poder ser recompensados con sus santas gracias. Con fe y anhelo, ensalcémosla alegremente con himnos de triunfo y alegría.

San Tarasio, arzobispo de Constantinopla

San Tarasio, arzobispo de Constantinopla

25 de Febrero

Irene y Constantino reinaban en aquel tiempo. Por consejo del mismo patriarca Pablo, quien renunció al trono episcopal, para ingresar a un monasterio, Tarasio, un senador y consejero real, fue elegido Patriarca en el año 783. Pasó rápidamente por todas las órdenes sagradas para llegar a ser patriarca. Como hombre de gran erudición y celo por la fe ortodoxa, Tarasio aceptó esta elevación para ayudar en la lucha contra las herejías, especialmente contra el iconoclasmo; y preciamente durante su patriarcado, fue convocado el Séptimo Concilio Ecuménico (Nicea 787), en el cual fue condenada esa herejía y confirmada y restaurada la veneración de los santos iconos.
Tarasio fue muy compasivo con los pobres y huérfanos, construyendo refugios para ellos y alimentándolos; pero a la vez decisivo en su defensa de la fe y la moral: Cuando el emperador Constantino, había desterrado a su esposa lícita, María, tomando a una pariente y conviviendo con ella y buscaba la bendición del Patriarca para casarse, Tarasio no solo le negó la bendición, sino que primero lo aconsejó, después le reprochó y finalmente le prohibió la Santa Comunión.
Antes de su muerte muchos vieron como Tarasio contestaba a los demonios que lo acusaban diciendo: “No soy culpable de este pecado, tampoco soy culpable de este otro”. Cuando su lengua debilitada ya no podía hablar, entonces comenzó a defenderse con sus manos, ahuyentando a los demonios. Cuando expiró, su rostro resplandeció como el sol. Era el año 806.

Tropario, tono 4
La verdad de tus obras te ha mostrado a tu rebaño cual regla de fe, icono de mansedumbre y maestro de abstinencia. Así que alcanzaste, por la humildad, alturas, y por la pobreza, riquezas. ¡Oh santo padre Tarasio, intercede ante Cristo Dios, para que salve nuestras almas!

Condaquio, tono 4
Con los rayos de tus milagros y brillantes enseñanzas, como un sol grande y deslumbrante, ilumina y guía incesantemente al mundo entero, porque eres un iniciado del Cielo, oh bendito Tarasio.

Primero y Segundo descubrimiento de la Preciosa cabeza de san Juan Bautista

Primero y Segundo descubrimiento de la Preciosa cabeza de san Juan Bautista

24 de Febrero

El primer hallazgo tuvo lugar durante la mitad del siglo IV, a través de una revelación del santo Precursor a dos monjes, que vinieron a Jerusalén para venerar la tumba de nuestro Salvador. Uno de ellos llevó la venerable cabeza en una vasija de barro a Emesa en Siria. Después de su muerte, pasó de manos de una persona a otra, hasta que llegó a la posesión de cierto sacerdote monje arriano llamado Eustaquio, Debido a que atribuyó a su propia falsa creencia los milagros realizados a través de la reliquia del santo Bautista, fue expulsado de la cueva en la que vivía, y abandonó la cabeza sagrada, que nuevamente se dio a conocer a través de una revelación de san Juan, y fue encontrado en una jarra de agua, alrededor del año 430, en los días del emperador Teodosio el Joven, cuando Uranio era obispo de Emesa. Así podemos ver que el Señor no deja que se pierdan no solo las almas de los hombres santos que divulgaron con todo su ser el Evangelio, sino tampoco deja que se pierdan sus huesos, porque con su vida santa fue santificada hasta la materia de su cuerpo, el cual debe ser el recipiente puro del alma.

Tropario, tono 4
La cabeza sagrada del precursor, encontrada bajo tierra, envía rayos de incorrupción a los fieles, de un modo que encuentran sanidad de sus males. Desde lo alto reúne a los coros de los Ángeles y en la tierra convoca a toda la raza humana, para que a una sola voz glorifiquen a Cristo nuestro Dios.

Condaquio, tono 2
Habiendo obtenido tu cabeza como la rosa más sagrada de la tierra, oh Precursor de la gracia divina, recibimos una sanación segura en todo tiempo, oh Profeta de Dios el Señor; porque ahora como antes, predicas el arrepentimiento a todo el mundo.

Hieromártir Policarpo, obispo de Esmirna

Hieromártir Policarpo, obispo de Esmirna

23 de Febrero

Este gran hombre apostólico nació pagano. San Juan el Teólogo lo convirtió a la fe cristiana y lo bautizó. Habiendo quedado huérfano a temprana edad, fue recogido por Calixta una noble viuda quien lo adoptó y educó.
En su juventud era devoto y misericordioso, esforzándose por imitar en su vida a san Búcolo, obispo de Esmirna, y a los santos apóstoles Juan y Pablo a quienes conocía y escuchaba. San Búcolo lo ordenó como presbítero y antes de su muerte lo designó como sucesor en el trono episcopal de Esmirna, siendo consagrado por los obispos apostólicos presentes en el entierro de Búcolo.
Desde el inicio fue dotado de del don de hacer milagros. Expulsó a un espíritu maligno del criado de un conde y detuvo un incendio terrible en Esmirna. Al ver esto, muchos paganos lo consideraban uno de sus dioses. Con sus oraciones llovía en tiempo de sequía, curaba enfermedades, tenía el don del discernimiento, profetizaba, etc. Sufrió en tiempos de Marco Aurelio.
Tres días antes de su muerte, san Policarpo dijo: “En tres días, estaré quemándome en el fuego por el Señor Jesucristo”. Al tercer día los soldados lo capturaron y lo trajeron para ser juzgado, y cuando el juez le aconsejó que negara a Cristo y reconociera a los dioses romanos, Policarpo exclamó: ”No puedo cambiar lo mejor por lo peor”. Los judíos odiaban particularmente a Policarpo y hacían lo posible para que fuera enviado a la hoguera. Él oraba mucho a Dios aun cuando fue puesto en el fuego y aunque era ya muy anciano, estaba radiante como un ángel. Toda la gente veía como el fuego lo rodeaba, pero no lo tocaba. Espantados de este fenómeno, los jueces ordenaron al verdugo que traspasara su cuerpo con una lanza a través del fuego. Y después de haber sido traspasado, salió de él tanta sangre que apagó el fuego mientras que su cuerpo quedó intacto. Por último, a sugerencia de los judíos, el juez ordenó quemar el cadáver de Policarpo según la costumbre griega. Y así los malvados quemaron muerto a aquel que no pudieron quemar vivo. Era el día Sábado Santo del año 167.
Tropario, tono 4
Como partícipe de los caminos de los Apóstoles y sucesor de ellos en el trono, encontraste en la disciplina medio de ascenso a la visión divina, oh inspirado por Dios. Por lo tanto, seguiste rectamente la palabra de la verdad y luchaste por la fe hasta la sangre, oh mártir entre los jerarcas, Policarpo. Intercede ante Cristo nuestro Dios para que salve nuestras almas.

San Mauricio y sus 70 compañeros mártires de Apamea en Siria

San Mauricio y sus 70 compañeros mártires de Apamea en Siria.

22 de Febrero

San Mauricio un comandante del ejército de la ciudad de Apamea en Siria, sufrió en el año 305 bajo el emperador Maximiano Galerio (305- 311) junto a su hijo Fotinos y setenta de sus soldados (solo los nombres de dos soldados se conocen, Teodoro y Felipe).
Durante la persecución, un sacerdote pagano le informo al emperador que San Mauricio estaba propagando la fe en Cristo. Al traerlos al juicio, San Mauricio, su hijo y sus soldados, fueron interrogados y amenazados, pero ninguna tortura ni amenazas pudo lograr que ellos abandonaran su fe. Fueron golpeados sin misericordia, quemados en las llamas y sus cuerpos rastrillados con ganchos de acero. El joven Fotinos al final de sus severas torturas fue decapitado por la espada ante los ojos de su padre, cuyo espíritu a pesar de tan duro tormento, no se debilitó, antes bien se alegró de que a su hijo le hubiera sido otorgada la corona de mártir.
Las torturas continuaron con más intensidad. Los mártires fueron llevados a un pantano lleno de mosquitos, avispas y jejenes, atados a los árboles y sus cuerpos embarrados con miel. Los insectos picaron a los mártires quienes además se encontraban débiles por hambre y sed.
Los Santos toleraron estos tormentos por diez días sin dejar de orar y glorificar a Dios hasta que el Señor le puso fin a sus sufrimientos. Los malvados verdugos dieron órdenes que los mártires fueran decapitados y que dejaran sus cuerpos sin enterrar, pero la comunidad cristiana en secreto sepultó los restos de los Santos esa misma noche en el lugar donde fueron ejecutados.

Tropario, tono 4
Tus mártires, oh Señor Dios nuestro, por sus luchas recibieron de Ti la corona incorruptible, porque, habiendo conseguido tu fuerza, derribaron a los tiranos y destruyeron la presunción impotente de los demonios. Por sus oraciones, oh Cristo Dios, salva nuestras almas.

San Timoteo de Simbola en Bitinia

San Timoteo de Simbola en Bitinia

21 de Febrero

San Timoteo de Símbolo, quien era descendiente de italianos fue monje desde muy joven. El Santo busco la vida ascetica en un monasterio llamado “Símbolo” en Asia Menor cerca del monte Olimpo. San Timoteo era discípulo de Teoctisto que en aquellos tiempos era abad del monasterio, y también de San Platón del monasterio Studion (5 de abril).
Recibiendo un grado alto de perfección espiritual, Dios le dio la gracia de sanar enfermos y expulsar espíritus malignos. El paso muchos años como ermitaño rodeando los bosques salvajes, las montañas y las selvas de día y de noche, ofreciendo sus oraciones a Dios.
San Timoteo falleció a una edad avanzada en el año 795.

Tropario, tono 4
Oh Dios de nuestros Padres, que siempre nos tratas según tu clemencia, no retires de nosotros tu misericordia, mas por sus oraciones, guía nuestra vida en paz.

San León, obispo de Catania

San León, obispo de Catania

20 de Febrero

San León, obispo de Catania, en Sicilia, había nacido en Rávena, hacia la mitad del siglo VIII. Sus padres le educaron para las glorias humanas. Pero eran distintas las aspiraciones de León. Se puso bajo la dirección del obispo de Rávena, quien, viendo su pureza de costumbres y su celo apostólico, decidió conferirle la ordenación sacerdotal. Pudo disfrutar de él poco tiempo, pues muerto Sabino, obispo de Catania, se decidieron los electores por León, no sin antes haber pedido a Dios acierto en la elección. León se oponía, pero le obligaron a aceptar. Después de su resistencia, puso todo su empeño en cumplir su misión apostólica. De todas partes acudían a verle y oírle. Todos querían tocar su manto para ser curados. Se preocupaba grandemente por los enfermos y los pobres. Su celo por la fe era tan grande como su compasión por los necesitados. Cierto día apareció en Catania un mago llamado Heliodoro, que engañó al pueblo con varias ilusiones y desmoralizó mucho la juventud. Este entró una vez a la iglesia durante los Servicios Divinos, y comenzó a hacer sus trucos. San León se le acercó, lo ató a un extremo de su omoforio y lo llevó al mercado de la ciudad. Allí, León ordenó que se encendiese un gran fuego, y cuando este ya ardía, se paró en medio del fuego y haló a Heliodoro a las llamas. Heliodoro fue consumido por completo, pero León quedó vivo e ileso. Todos los que fueron engañados por Heliodoro, y que lo consideraban como un ser divino, fueron avergonzados.
El compasivo y celoso León se hizo famoso a través del reino entero como un gran taumaturgo que ayudaba al pueblo con sus radiantes milagros. Rigió la diócesis como un verdadero sucesor de los apóstoles durante 16 años y hacia finales del siglo VIII, lleno de merecimientos, se durmió en el Señor. El pueblo lloró su muerte como la de un padre y celoso pastor. Fue sepultado en un monasterio que él mismo había hecho construir fuera de las murallas de Catania. Su sepulcro fue muy venerado, pues se asegura que de su cuerpo emanaba mirra sanadora.

Tropario, tono 4
La verdad de tus obras te ha mostrado a tu rebaño cual regla de fe, icono de mansedumbre y maestro de abstinencia. Así que alcanzaste, por la humildad, alturas, y por la pobreza, riquezas. ¡Oh santo obispo León de Catania, intercede ante Cristo Dios, para que salve nuestras almas!

Apóstoles Arquipo, Filemón de los Setenta y Apia

Apóstoles Arquipo, Filemón de los Setenta y Apia

19 de Febrero

Arquipo era uno de los Setenta (cfr. San Lucas 10:1-20). El Apóstol Pablo lo menciona en sus epístolas a los Colosenses (cfr. 4:17) y a Filemón, en la cual le llama su compañero de milicia (cfr. v. 2). La casa de Filemón era el centro del cristianismo en Colosas; allí los cristianos ser reunían para orar. Escribiendo a Filemón, el Apóstol Pablo la llama «la iglesia que está en tu casa» (cfr. Filemón v. 2). En aquel tiempo, los apóstoles ordenaban a sus discípulos como obispos, unos a sedes permanentes y otros como misioneros para viajar a diferentes lugares. Filemón era uno de estos últimos. Apia, la esposa de Filemón, permaneció [en Colosas] para recibir y servir a la «iglesia en su casa». Sucedió que durante un festival de la diosa Artemisa, todos los fieles en Colosas estaban reunidos orando en casa de Filemón, según era su costumbre. Enterándose de esto, los paganos se apresuraron a capturar a todos los cristianos. Azotaron a Filemón, Apia y Arquipo como los líderes; y luego los enterraron hasta la cintura y los apedrearon. Así murieron Filemón y Apia, pero a Arquipo lo sacaron casi muerto y lo dejaron para que los niños se divirtieran. Estos lo hirieron con cuchillos por todos lados, y así este «compañero de milicia» de Pablo terminó bien su camino terrenal.
San Arquipo y sus compañeros, también son conmemorados el 22 de noviembre

Tropario, tono 3
Oh santo apóstol Arquipo, intercede ante Dios misericordioso, para que otorgue el perdón de las transgresiones, a nuestras almas.

San León Magno, Papa de Roma

San León Magno, Papa de Roma

18 de Febrero

Nació en Italia, hijo de padres devotos. En sus comienzos fue archidiácono del papa Sixto III, y tras la muerte de este, fue elevado contra su voluntad, al trono papal de Roma.
Cuando Atila, junto a los hunos, llegaron a las cercanías de Roma, con el propósito de destruir y quemar la ciudad, fueron recibidos por León quien se presentó vestido con su ornamento episcopal y calmó la ira del jefe de los hunos salvando a Roma de la destrucción.
Pero no solamente salvó Roma, sino que ayudó mucho a la salvación de la fe ortodoxa de la herejía de Eutiquio y Dióscoro. Esta herejía confundía las dos naturalezas de Cristo (divina y humana) en una sola, negando las dos voluntades en una misma persona, la de Jesucristo. Por esta razón se convocó al IV Concilio Ecuménico en Calcedonia, en el que se leyó la epístola que León había escrito.
Se cuenta que antes de su muerte, León pasó cuarenta días en ayuno y oración ante la que según la tradición es la tumba del Apóstol Pedro, suplicándole que le mostrara sus pecados y que fueran perdonados. El apóstol se le apareció y le dijo que todos sus pecados habían sido perdonados, excepto los pecados de la ordenación de clérigos indignos, cuando era claro cuán grave es ordenar a un clérigo indigno. El santo cayó otra vez en oración, hasta que fue informado que estos pecados también habían sido perdonados. Entonces entregó tranquilamente su alma al Señor en el año 461.

Tropario, tono 4
La verdad de tus obras te ha mostrado a tu rebaño cual regla de fe, icono de mansedumbre y maestro de abstinencia. Así que alcanzaste, por la humildad, alturas, y por la pobreza, riquezas. ¡Oh santo padre León Magno, intercede ante Cristo Dios, para que salve nuestras almas!

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