Virgen Mártir Eugenia de Roma y compañeros mártires

Virgen Mártir Eugenia de Roma y compañeros mártires.

24 de Diciembre

Eugenia nació en Roma, y era hija de Felipe, eparca de todo Egipto. En aquel tiempo, los cristianos habían sido expulsados de Alejandría y vivían en los alrededores de la ciudad. La doncella Eugenia visitaba a los cristianos y recibió la fe con todo su corazón. Huyó de sus padres con sus dos fieles eunucos, fue bautizada por el Obispo Elías, y vistiendo ropas de hombre, se marchó a un monasterio de hombres donde recibió el hábito monástico. Tanto purificó su corazón a través del ascetismo voluntario que recibió de Dios el don de sanar a los enfermos, y así sano a una mujer rica llamada Melantia. Después de esto, empero, esta mujer concibió una pasión impura por Eugenia, sin sospechar que era una mujer. Al ser firmemente rechazada por Eugenia, esta malvada mujer, por vengarse, fue ante el eparca y la calumnió, así como la esposa de Potifar calumnió al casto José (cfr. Génesis 39). El eparca ordenó que todos los monjes fuesen atados y arrojados a la cárcel junto con Eugenia. Cuando todos fueron llevados a juicio, Eugenia se reveló a su padre como su hija. Felipe, grandemente regocijado, fue bautizado con toda su casa, y fue escogido como obispo de Alejandría. Oyendo de esto, el emperador romano ordenó a un malvado general llamado Terencio, el cual mató a Felipe en secreto al llegar a Alejandría. Entonces Eugenia se mudó a Roma con su madre y sus hermanos. En Roma, valiente y celosamente convirtió paganos a la fe verdadera, especialmente doncellas, y de este modo trajo a la fe a una hermosa doncella llamada Basilia. Esta, pronto fue degollada por Cristo, como Eugenia había profetizado, y entonces sus dos eunucos, Proto y Jacinto, fueron degollados. Finalmente el martirio llegó a Eugenia, cuya presencia había causado que el templo de Diana cayera en ruinas. Los verdugos primero la arrojaron al agua y después al fuego, pero Dios la preservó. El Señor Jesús mismo se le apareció en la cárcel, y le dijo que habría de sufrir el día de su Natividad. Y así ocurrió: Eugenia fue degollada con espada en Roma el 25 de diciembre del año 262. Después de su muerte, Eugenia se apareció a su madre en gran gloria, y la consoló.

Tropario,  tono 3

Siendo místicamente movida por el Espíritu, cantaste las alabanzas de Dios, recibiendo así la clara luz del conocimiento divino en tu corazón; y brillando como el sol con una vida justa, venciste al diablo en el martirio. Oh Eugenia, tú, la más gloriosa Mártir del Señor, suplica a Cristo Dios que nos conceda su gran misericordia.

Santos Diez Mártires de Creta

Santos Diez Mártires de Creta

23 de Diciembre

En Cuanto se publicó el edicto de Decio contra los cristianos, un cruel gobernador de la isla de Creta inició la persecución. Las víctimas más distinguidas fueron los Diez Mártires de Creta: Teódulo, Saturnino, Euporo, Gelasio, Euniciano, Zótico, Cleómenes, Agatopo, Basílides y Evaristo. Los tres primeros eran originarios de Gortina, la capital. Los jueces les ordenaron que ofreciesen sacrificios a Júpiter, pues ese día se celebraba una fiesta en su honor. Ellos replicaron que jamás ofrecerían sacrificios a un ídolo. El presidente dijo: “Vais a ver lo que es el poder de los dioses, vosotros que despreciáis a esta gran asamblea en la que se rinde culto a los omnipotentes Júpiter, Juno, Rea y otras divinidades.” Los mártires respondieron que conocían perfectamente la leyenda de la vida de Júpiter, y que seguramente quienes le consideraban como una divinidad debían tener por virtud el imitar sus vicios.

La muchedumbre hubiese acabado alli mismo con los mártires, si el gobernador no la hubiese contenido para someterlos a la tortura. Los tres sufrieron con gran alegría. A los gritos de la multitud, que los exhortaba a obedecer y ofrecer sacrificios para salvarse, respondieron: “Somos cristianos, y preferiríamos morir mil veces.” Finalmente, el gobernador se dio por vencido y los condenó a morir por la espada. Los mártires se dirigieron gozosos al sitio de la ejecución, pidiendo a Dios que se mostrase misericordioso con ellos y con toda la humanidad y que disipase las tinieblas de la idolatría entre sus compatriotas. La multitud se dispersó después de la ejecución. Los cristianos sepultaron a los mártires.

Los Padres del Concilio de Creta (458) afirmaron en una carta al emperador León I que la isla de Creta se había preservado hasta entonces de la herejía, gracias a la intercesión de estos mártires.

Tropario, tono 4

Honremos ahora a Creta, esa maravillosa tierra, que hizo brotar las diez flores veneradas por todos, esas hermosas perlas de Cristo nuestro Dios, esas ramas verdes de los Mártires; porque, aunque eran solo diez, los hombres muy benditos, avergonzaron a los diez mil ejércitos acorazados de las malvadas filas demoníacas. Y, por lo tanto, han recibido coronas de gloria como valientes mártires de Cristo Salvador

 

Santa Gran Mártir Anastasia de Roma la Sanadora

Santa Gran Mártir Anastasia de Roma la Sanadora

22 de Diciembre

Esta gran heroína de la fe cristiana nació en Roma, en el seno de una pudiente familia senatorial. Su padre era pagano, pero su madre era cristiana. Desde su niñez se aferró con amor al Señor Jesús, instruida en la fe cristiana por un piadoso maestro, Crisógono. Obligada por su padre, Anastasia se casó con un terrateniente pagano llamado Publio; pero usando varios pretextos, nunca tuvo relaciones con él. Por esto, su esposo la torturó cruelmente usando el confinamiento y la inanición, y la afligió con aún más fuertes torturas cuando descubrió que iba secretamente a las prisiones de los mártires cristianos, atendiendo sus necesidades, curando sus heridas, y desatando sus cadenas. Mas por la providencia de Dios, Anastasia fue librada de su malvado esposo. Publio fue enviado a Persia por el emperador, y se ahogó en el viaje. Entonces santa Anastasia comenzó a atender abiertamente a los mártires cristianos, y con su herencia daba limosnas a los pobres. Cierta vez, el Emperador Diocleciano estuvo en la cuidad de Aquilea, y ordenó que el confesor de Cristo Crisógono fuese traído ante él. Mientras lo llevaban de camino, Anastasia lo siguió. El santo Crisógono fue degollado por orden del emperador, y tras él sufrieron las hermanas Agape, Quionia, e Irene (16 de abril), las primeras dos siendo arrojadas al fuego, y la tercera atravesada por flechas. Santa Anastasia tomó sus cuerpos, los envolvió en lino blanco, y ungiéndolos con especias aromáticas, las enterró. Entonces Anastasia se marchó a Macedonia, donde atendió a los que sufrían por Cristo. Allí se dio a conocer como cristiana; además, debido a que la santa, a través de sus intercesiones, curó a muchos de los efectos nocivos de hechizos, pociones, venenos y otras sustancias nocivas, ha recibido el nombre de “Liberadora de pociones”. Pronto su fama se extendió, por lo cual fue capturada para ser interrogada ante varios jueces. Deseando morir por su amado Cristo, Anastasia se aferró constantemente a él en su corazón. Un cierto sacerdote pagano, llamado Ulfiano, trató de tocar el cuerpo de Anastasia por lujuria; pero inmediatamente se quedó ciego y murió. Condenada a muerte por inanición, santa Anastasia permaneció en prisión por 30 días, alimentándose sólo con lágrimas y oración. Después de esto, la pusieron en una nave con muchos otros cristianos para que se ahogara, pero Dios la salvó de esta muerte. Finalmente fue atada a cuatro aros sobre el fuego, y así entregó su santa alma en manos de Dios. Sufrió y entró al reino de Cristo en el año 304.

Tropario, tono 4
Tu oveja, oh Jesús, exclama con gran voz: “Te extraño, oh Novio mío, y lucho buscándote; me crucifico y me entierro contigo por el bautismo; sufro por ti para contigo reinar, y muero por ti para que viva en ti”. Acepta como ofrenda inmaculada a quien se sacrificó con anhelo por ti, por cuyas intercesiones, oh Compasivo, salva nuestras almas.

Santa Virgen y Mártir Juliana, y con ella 630 santos mártires de Nicomedia

Santa Virgen y Mártir Juliana, y con ella 630 santos mártires de Nicomedia

21 de Diciembre

Esta gloriosa mártir nació en Nicomedia de padres paganos. Al escuchar la predicación del Evangelio, se convirtió a Cristo con todo su corazón y comenzó a vivir en estricta observancia de los mandamientos del Señor. Un cierto senador, llamado Eleusio, era su prometido. Para librarse del pecado [cfr. II Corintios 6:14-7:1], Juliana le dijo que no se casaría con él a menos que se convirtiese en eparca de esa ciudad. Le dijo esto pensando que no sería probable que el joven alcanzase tan alta posición, pero él comenzó a trabajar en el asunto, y a través de adulaciones y sobornos consiguió el puesto de eparca de Nicomedia. Juliana entonces le reveló que era cristiana, y que no podía casarse con él a menos que aceptase su fe, diciendo: «¿De qué nos aprovecharía estar unidos en el cuerpo, pero separados en el espíritu?» Eleusio estaba exasperado, y la denunció ante el padre de la joven. Su enfurecido padre se mofó de ella y la azotó, entregándola entonces al eparca para que la torturase. El eparca ordenó que fuese golpeada cruelmente, y entonces fue arrojada a la cárcel toda herida y desangrándose. El Señor la sanó en la prisión, y Juliana se presentó ante el eparca sana y sin heridas. Luego fue echada dentro de un horno ardiente, pero el fuego no la consumió. Viendo esta maravilla, muchos creyeron en Cristo el Señor: 500 hombres y 130 mujeres se convirtieron. El eparca los condenó a muerte a todos, ordenando que fuesen degollados con espada; y sus almas entraron al Paraíso. Regocijándose en espíritu, Juliana se dirigió al cadalso, oró a Dios de rodillas, y puso su cabeza sobre el bloque. Fue degollada, y su alma entró al reino de luz de Cristo en el año 304. El juicio de Dios pronto cayó sobre Eleusio: mientras navegaba, naufragó y cayó a las aguas. No halló su muerte en ellas, sino que nadó hasta una isla donde fue atacado y devorado por los perros.

Tropario, tono 4
Tu oveja, oh Jesús, exclama con gran voz: “Te extraño, oh Novio mío, y lucho buscándote; me crucifico y me entierro contigo por el bautismo; sufro por ti para contigo reinar, y muero por ti para que viva en ti”. Acepta como ofrenda inmaculada a quien se sacrificó con anhelo por ti, por cuyas intercesiones, oh Compasivo, salva nuestras almas.

Hieromártir Ignacio el Portador de Dios, obispo de Antioquía

Hieromártir Ignacio el Portador de Dios, obispo de Antioquía

20 de Diciembre

Este santo hombre era llamado el «portador de Dios» porque siempre llevaba el nombre del Dios vivo en su corazón y en sus labios; y como alguien que dio a luz a Dios dentro de sí mismo incendiando su corazón de amor por él.
Fue discípulo de san Juan el Teólogo, junto con Policarpo, obispo de Esmirna. Como obispo en Antioquía, gobernó la Iglesia de Dios como buen pastor, y fue el primero en introducir el canto antifonal en la Iglesia, en el que dos coros alternan.
Cuando el emperador Trajano pasó por Antioquía de camino a una batalla con los persas, escucho acerca de Ignacio, lo mandó a llamar, y le urgió que ofreciera sacrificio a los ídolos para poder hacerle senador. Ya que las exhortaciones y amenazas de Emperador fueron en vano, san Ignacio fue encadenado y enviado a Roma, escoltado por diez despiadados soldados, para ser arrojado a las bestias salvajes hacia el año 107.
Ignacio se regocijaba por estar sufriendo por su Señor, y rogaba a Dios que las bestias salvajes fuesen la tumba de su cuerpo, y que nadie impidiese su muerte. A propósito escribió en su Carta a los Romanos (cap. 4) implorando su amor para que no intentaran liberarlo de su tan deseado martirio: “Yo soy el trigo de Dios, y he de ser molido por los dientes de las bestias salvajes, para que pueda ser encontrado como el pan puro de Dios”.
Tras un largo y difícil viaje desde Asia a través de Tracia, Macedonia, y Epiro, Ignacio llegó a Roma, donde fue arrojado a los leones en el circo. Estos lo destrozaron y lo devoraron, dejando sólo unos cuantos de los huesos más grandes y su corazón. Los restos de sus huesos fueron cuidadosamente reunidos por los fieles y llevados a Antioquía.

Tropario, tono 1
Al volar en alturas divinas, oh gran mártir de los jerarcas, fuiste digno del nombre “El revestido de Dios”; y emprendiste en Antioquía el camino del martirio, hacia la Luz que no conoce ocaso. ¡Intercede ante Cristo Dios, oh san Ignacio, para que nos otorgue la gran misericordia

Santo mártir Bonifacio de Tarso en Cilicia y sus compañeros, Probo, Ares, Timoteo, Poliucto, Eutiquio y Tesalonica

Santo mártir Bonifacio de Tarso en Cilicia y sus compañeros, Probo, Ares, Timoteo, Poliucto, Eutiquio y Tesalonica

19 de Diciembre

Este santo, que vivió durante el reinado de Diocleciano, era el sirviente de cierta mujer romana de rango senatorial llamada Aglais. La mujer y el sirviente vivían juntos en una unión ilegítima, y Bonifacio se dedicaba además a la embriaguez y la vida desenfrenada. Sin embargo, fue generoso con los pobres, hospitalario con los extraños y compasivo con los que estaban en desgracia.
Finalmente, Aglais, movido al escuchar los relatos de los Mártires, y creyendo en el poder de sus intercesiones para obtener la misericordia de Dios, envió a Bonifacio a Tarso para obtener reliquias de los Santos Mártires. Antes de partir, le preguntó en broma: “¿Y si me devuelven el cuerpo como reliquias sagradas?” Luego partió con algunos de sus compañeros esclavos hacia Cilicia, donde los santos estaban enfrentando el martirio. Mientras iba entre los Mártires y los alentaba con todas sus fuerzas, fue arrestado por el gobernante y confesó a Cristo con valentía, y sufrió la muerte como mártir en el año 290. Así, lo que le había dicho en broma a su amante se cumplió cuando él mismo fue traído a ella como reliquias sagradas por sus compañeros de servicio.
Santa Aglais dedicó el resto de su vida a la oración y a las obras de virtud, y reposó en santidad. San Bonifacio es especialmente invocado para ayudar contra la pasión de beber.
Tropario, tono 4
Tus mártires, oh Señor Dios nuestro, por sus luchas recibieron de Ti la corona incorruptible, porque, habiendo conseguido tu fuerza, derribaron a los tiranos y destruyeron la presunción impotente de los demonios. Por sus oraciones, oh Cristo Dios, salva nuestras almas.

Santo mártir Sebastián de Roma y compañeros mártires

Santo mártir Sebastián de Roma y compañeros mártires

18 de Diciembre

Este glorioso mártir de Cristo nació en Italia, y se crio en la ciudad de Milán. Fue destinado en su juventud a ser soldado, y como varón educado, bien parecido y valiente, ganó la simpatía del emperador Diocleciano. Este lo hizo capitán de la guardia imperial. Confesaba secretamente la fe cristiana, y oraba al Dios vivo. Siempre que le era posible salvaba a los cristianos de la tortura y la muerte, y cuando esto no era posible, los fortalecía para morir por Cristo, el Dios viviente, sin mirar atrás. Dos hermanos, Marcos y Marcelino, que estaban en la prisión por Cristo, pero a punto de negarle y adorar ídolos, fueron confirmados en la fe y fortalecidos en su martirio por Sebastián. Mientras hablaba con ellos, exhortándoles a no temer el morir por Cristo, su rostro resplandecía como el de un ángel de Dios. Sebastián probaba sus palabras con milagros: sanó a Zoé, esposa del carcelero Nicóstrato, que había estado muda por seis años, y trajo al bautismo a Nicóstrato junto a toda su casa; sanó a los dos hijos del comandante Claudio, y también lo trajo al bautismo junto a toda su casa; sanó a Tranquiliano, padre de Marcos y Marcelino, de gota y dolores en sus piernas que le habían atormentado por once años, y lo trajo al bautismo junto a toda su casa; y sanó al eparca romano Cromacio de la misma enfermedad y lo trajo al bautismo junto a su hijo Tiburcio. De todos estos santos, que más adelante confesarían con su vida su fe en Cristo con diversos sufrimientos, Zoé fue la primera en sufrir por Cristo, siendo aprehendida mientras oraba junto a la tumba del apóstol Pedro. Después de ser torturada, fue arrojada al río Tíber.
Entonces Sebastián fue llevado ante el emperador Diocleciano. El Emperador le reprendió por su traición, pero Sebastián dijo: «Siempre oro a mi Cristo por tu salud, y por la paz del Imperio romano». El Emperador ordenó que fuese desnudado y que le dispararan flechas. Los soldados entonces le dispararon flechas, hasta que todo el cuerpo del mártir estaba tan cubierto de flechas que no podía verse bajo ellas. Cuando pensaron que había muerto, Sebastián mostró estar vivo y todas sus heridas fueron sanadas. Los paganos le golpearon con duelas hasta matarle. Sufrió gloriosamente por Cristo, su Señor, y entró al Reino celestial en el 287, siendo Cayo obispo de Roma.

Tropario, tono 4
Tus mártires, oh Señor Dios nuestro, por sus luchas recibieron de Ti la corona incorruptible, porque, habiendo conseguido tu fuerza, derribaron a los tiranos y destruyeron la presunción impotente de los demonios. Por sus oraciones, oh Cristo Dios, salva nuestras almas.

Foro de preguntas. Tu Ortodoxia: 01. Los Sueños

 

“Tu Ortodoxia” es una serie producida, con la Bendición de Su Eminencia Reverendísima Arzobispo Ignacio Samaán, por el equipo de Ediciones Barek (México) con el objetivo de responder inquietudes o preguntas de nuestra amada feligresía con respecto a temas de la vida cotidiana relacionados con la vida cristiana. En la primera entrega de esta serie la Licenciada Cecilia Richards conversa con El Arzobispo Ignacio Samaán sobre “Los Sueños”

 

 

 

 

 

 

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