Los padres de Constantino fueron el emperador Constancio Cloro y la Emperatriz Elena. Cloro tenía hijos de otra mujer, pero sólo a Constantino de Elena. Después de su coronación, Constantino luchó tres grandes batallas: una contra Majencio, un tirano romano; la segunda contra los escitas en el Danubio; y la tercera contra los bizantinos. Antes de la batalla con Majencio, mientras Constantino estaba grandemente preocupado y dudoso acerca de su triunfo, una brillante cruz apareció en el cielo durante el día, enteramente adornada de estrellas y con estas palabras escritas en ella: «Por esta señal vencerás». Asombrado, el Emperador ordenó que una gran cruz similar a la que había visto fuese forjada y que fuese llevada delante del ejército. Por el poder de la Cruz logró una gran victoria sobre su enemigo superior en números. Majencio fue ahogado en el río Tíber. Inmediatamente después de esto, Constantino proclamó el famoso Edicto de Milán en el año 313 d. C. para finalizar la persecución de los cristianos.

Tras derrotar a los bizantinos, Constantino construyó una hermosa capital junto al Bósforo que desde entonces se llamó Constantinopla. Antes de esto, empero, Constantino sucumbió a la temible enfermedad de la lepra. Como cura, los sacerdotes y médicos paganos le aconsejaron que se bañase en la sangre de niños sacrificados, lo cual él rechazó. Entonces los santos apóstoles Pedro y Pablo se le aparecieron diciéndole que buscara al obispo Silvestre (de Roma), que lo sanaría de esta temible enfermedad. El Obispo lo instruyó en la fe cristiana, lo bautizó y todo trazo de lepra desapareció del cuerpo del Emperador.

Debido a la disputa en la Iglesia a causa del rebelde hereje Arrio, el Emperador convocó el Primer Concilio Ecuménico en Nicea en el año 325, en el cual la herejía fue condenada y la Ortodoxia confirmada.

Santa Elena, la piadosa madre del Emperador, era muy celosa de la fe de Cristo. Visitó Jerusalén, halló la preciosa Cruz del Señor, construyó la Iglesia de la Resurrección en el Gólgota y muchas otras iglesias en la Tierra Santa. Esta santa mujer se presentó al Señor a los 80 años en el 327. El emperador Constantino sobrevivió a su madre diez años. Murió en Nicomedia en el 337 a los 65 años. Su cuerpo fue enterrado en la Iglesia de los Doce Apóstoles en Constantinopla.

Tropario tono 4

Cuando Constantino, tu apóstol entre los reyes, Señor, * advirtió en el cielo la señal de la cruz * y recibió el llamado, tal como Pablo, «no de humanos», * depositó en tus manos el capital de su reino. * Protege su heredad en todo tiempo, * por la intercesión de la Madre de Dios, oh Tú que amas a la humanidad.

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