Domingo de Santo Tomás
Este día la Iglesia recuerda la segunda aparición del Señor Resucitado a sus discípulos. La primera tuvo lugar la misma noche de la resurrección y relata san Juan en su Evangelio que Tomás no se hallaba presente cuando ocurrió.
Ocho días después, el Señor de nuevo se presenta en medio de los discípulos e invita a Tomás a meter su dedo en las señales de los clavos y mano en su costado.
Algunos iconos que representan este evento tienen la inscripción “Tomás el incrédulo”. Esto es incorrecto. En griego, la inscripción dice “El toque de Tomás”. La inscripción eslava es “La fe de Tomás”; Pues, cuando santo Tomás tocó el costado vivificante del Señor, ya no tuvo dudas.
Este día también se conoce como Antipascua. Esto no significa “opuesto a la Pascua”, sino “en lugar de la Pascua”. A partir de este primer domingo después de la Pascua, la Iglesia dedica todos los domingos del año a la Resurrección del Señor.
¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!
Tropario Tono 7
Oh Cristo nuestro Dios, * estando sellado el sepulcro, de él saliste esplendoroso, oh Vida. * Y mientras las puertas estaban cerradas, * viniste a los discípulos, oh Resurrección de todos; * y por ellos, nos has renovado a nosotros con recto Espíritu * según tu gran misericordia.
Santo Apóstol Simeón, obispo de Jerusalén
El Santo Apóstol y Hieromártir Simeón, pariente del Señor, era hijo de Cleofás, hermano menor de san José el Justo. Por lo tanto, san Simeón es sobrino de José y primo del Señor. De adulto, presenció los milagros de Nuestro Señor Jesucristo, creyó en Él y se convirtió en uno de los 70 Apóstoles. San Simeón proclamó las enseñanzas de Cristo, fue instruido en las verdades de la santa fe y denunció la idolatría. Tras el asesinato del Apóstol Santiago (23 de octubre), primer obispo de Jerusalén, los cristianos eligieron al Apóstol Simeón para sucederlo.
Los emperadores Vespasiano y Domiciano habían ordenado la ejecución de todos los descendientes del rey David. El emperador Trajano (98-117) renovó ese decreto, y ciertos herejes y otros denunciaron a san Simeón como descendiente del rey David, además de cristiano. Los paganos arrestaron a san Simeón, quien por aquel entonces tenía más de ciento veinte años. Sorprendió al juez y a sus asistentes al soportar varios días de tortura, y posteriormente fue crucificado en el año 107, durante el reinado de Trajano, siendo Ático cónsul.
Tropario, tono 1
Te alabamos dignamente, jerarca Simeón, * valiente mártir y familiar de Cristo, * que aboliste la perdición y conservaste la fe. * Al celebrar hoy tu memoria santísima, * obtenemos, por tus oraciones, * el perdón de los pecados.