El santo profeta Habacuc, el octavo de los doce profetas menores era descendiente de la tribu de Simeón y profetizó entre la segunda mitad del siglo VII a.C. Anticipó la destrucción del templo de Jerusalén, la cautividad en Babilonia y el posterior retorno de los cautivos a su tierra nativa.
Durante la guerra con los babilonios, el profeta escapó a Arabia en donde un milagro ocurrió. Mientras traía la cena a quienes habían huido encontró un ángel del Señor e inmediatamente, por la fuerza del espíritu, fue transportado a Babilonia, donde en ese tiempo el profeta Daniel moría de hambre en prisión. La comida que había traído para sus compañeros en la huida sirvió para calmar el hambre del profeta Daniel (Dan 14:33-37).
Después del final de la guerra con los babilonios, el profeta Habacuc regresó a su tierra y murió ya siendo de edad avanzada. Sus reliquias fueron encontradas en los tiempos del emperador Teodosio el joven (408-450), junto a las reliquias del profeta Miqueas (14 de agosto).
La cuarta Oda del Salterio “Oh Señor, he escuchado tus palabras, y he temido…” se basa en Habacuc 3:2-19.
Tropario tono 2, del común de santos Profetas
Celebramos la memoria del profeta Habacuc, * por quien te suplicamos, Señor, * que salves nuestras almas.
Santo Padre Porfirio, vidente de Cafsocalivia
El Santo Anciano Porfirio (en el mundo Evangelos Baϊraktaris) nació el 7 de febrero de 1906 en Eubea. La familia del Santo era numerosa y sus padres eran agricultores pobres que tenían dificultades para mantenerse. Por ello, su padre se vio obligado a partir hacia América, donde trabajó en la construcción del Canal de Panamá.
El joven Evangelos fue el cuarto hijo de la familia. Cuidaba ovejas en una montaña y asistió solo un año de escuela primaria, cuando se vio obligado a ir a Calcis a trabajar tenía solo siete años. Trabajó durante dos o tres años en una tienda, y luego se fue a El Pireo, donde trabajó durante dos años en la tienda de comestibles de un pariente.
A los doce años se fue a la Montaña Sagrada en secreto, deseando emular a San Juan el Quemador de Cabañas (15 de enero), a quien amaba mucho, después de haber leído su Vida. La gracia de Dios lo llevó a la ermita de San Jorge de Cafsocalivia, donde vivió en obediencia a dos ancianos, Panteleimon (que también era un Padre Espiritual) e Joanicio(su hermano según la carne), que era sacerdote. Evangelos se dedicó a estos dos ancianos con gran amor y absoluta obediencia, y tenían fama de ser inusualmente austeros.
Fue tonsurado como monje a la edad de catorce años y recibió el nombre de Nicetas. Después de dos años fue tonsurado en el Gran Esquema. Un poco más tarde, Dios le concedió el don de la clarividencia.
A los diecinueve años, el anciano enfermó gravemente, lo que le obligó a abandonar la Montaña Sagrada. Luego regresó a Eubea, donde vivió en el Monasterio de San Charalambos en Leuka. En 1926, a la edad de veinte años, fue ordenado sacerdote en San Charalampos de Kymi por Porfirio III, arzobispo del Sinaí, quien le dio el nombre de Porfirio. A la edad de veintidós años se convirtió en Padre Espiritual y Confesor. Poco después, fue elevado al rango de Archimandrita. Luego trabajó durante un tiempo como párroco en Tsakaioi, un pueblo de Eubea.
En vísperas de la entrada de Grecia en la Segunda Guerra Mundial, en 1940, el padre Porfirio fue enviado a Atenas, donde asumió sus funciones de sacerdote y padre espiritual en el Policlínico de Atenas. Según él mismo dijo, vivió allí treinta y tres años como si fuera un solo día, dedicándose por completo a su trabajo espiritual de aliviar el dolor y la enfermedad de sus pacientes.
En 1955 se instaló en Kallίsia, donde había arrendado al Santo Monasterio de Penteli el Monasterio de San Nicolás, junto con la zona rural que lo rodeaba, que cultivó con gran diligencia. Al mismo tiempo, disfrutaba de su fructífera labor espiritual.
En el verano de 1979 se instaló en Milesi con el sueño de construir un monasterio. Al principio vivió en una caravana en condiciones adversas, luego en una enorme celda de bloques de hormigón, donde soportó muchas pruebas a causa de su salud. En 1984 se trasladó a una habitación en un monasterio que se estaba construyendo. Aunque el anciano estaba muy enfermo y ciego, trabajó incansablemente para completar la obra. Cuando el 26 de febrero de 1990 se colocó la primera piedra del katholikon del Monasterio de la Transfiguración, pudo ver su sueño hecho realidad.
En los últimos años de su vida terrena comenzó a prepararse para su descanso. Quería retirarse a la Montaña Sagrada, a su amada Cafsocalivia, donde secretamente y en silencio, tal como había vivido, entregaría su alma a su Señor. Muchas veces la gente le oyó decir: “Ahora que he envejecido, quiero ir y morir allí arriba”.
De hecho, en junio de 1991, sintiendo su muerte y no queriendo ser enterrado con honores, se fue a la cabaña de San Jorge en Cafsocalivia, donde había sido tonsurado como monje 70 años antes. El 2 de diciembre de 1991, entregó su alma al Señor, a quien tanto había amado durante su vida.
La canonización del anciano Porfirio tuvo lugar durante la sesión del Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico el 27 de noviembre de 2013.
Tropario, tono 1
Retoño de Eubea y orgullo ecuménico, * verdadero amigo de Cristo * e iniciado de la Trinidad: * honremos, oh fieles, a Porfirio, * repleto de carismas desde niño. * Él libera al poseído y da salud * al enfermo que exclama con fervor: * ¡Gloria al que te ha fortificado! * ¡Gloria, que santo te ha mostrado! * ¡Gloria, que, por tu medio, * ha obrado curación a todos!