¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!

Toda la semana posterior al gran domingo de Pascua se conoce como Semana Luminosa o Semana de las Renovaciones.

Todos los servicios e himnos replican al del glorioso día de Pascua, como una prolongación de la más grande de las fiestas.

Tropario de Pascua, tono 5

Cristo resucitó de entre los muertos pisoteando la muerte con su muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Condaquio  Tono 8 

Cuando descendiste al sepulcro, oh Inmortal, * destruiste el poder del Hades; * y al resucitar vencedor, oh Cristo Dios, * dijiste a las mujeres mirróforas: «¡Regocíjense!» * y a tus discípulos otorgaste la paz, * ¡oh Tú que concedes a los caídos * la resurrección!

 

Santo Apóstol y Evangelista Marcos

 

 

Lo que sabemos sobre la vida personal de San Marcos, autor del segundo Evangelio, proviene más o menos de conjeturas. Los autores le identifican generalmente con el “Juan llamado Marcos” de los Hechos de los Apóstoles (12:12 y 25); por consiguiente, la María, en cuya casa de Jerusalén se reunían los Apóstoles, era su madre. Por la epístola a los Colosenses (4:10), sabemos que Marcos era pariente de san Bernabé, el cual (según Hechos 4:36) era un levita chipriota. Resulta, pues, probable que Marcos haya pertenecido a una familia levítica. Cuando Pablo y Bernabé regresaron a Antioquía después de haber llevado a Jerusalén las limosnas para dicha Iglesia, trajeron consigo a Juan llamado Marcos, quien los ayudó en el ministerio apostólico en la misión de Salamina, en Chipre (Hechos 13:5); pero Marcos no les acompañó a Perga de Panfilia, sino que volvió a Jerusalén (Hechos 13:13). A raíz de aquella deserción, san Pablo creyó ver cierta inestabilidad en el carácter de Marcos y, aunque Bernabé quería que los acompañase a visitar las Iglesias de Cilicia y el resto de Asia Menor, san Pablo se opuso a ello. Como no lograron ponerse de acuerdo, Bernabé se separó de san Pablo y fue con Marcos a Chipre. Sin embargo, cuando san Pablo se hallaba en su primer cautiverio en Roma, Marcos estaba con él y le ayudaba (Col. 4:10). Durante su segundo cautiverio, poco antes de su martirio, el Apóstol escribió a Timoteo, quien se hallaba entonces en Éfeso: “Toma contigo a Marcos, pues me ha ayudado en el ministerio.”

Por otra parte, la tradición sostiene que el autor del segundo Evangelio estaba en estrecha relación con san Pedro. Clemente de Alejandría (según el testimonio de Eusebio), Irineo y Papías llaman a san Marcos el intérprete o portavoz de san Pedro. Si bien Papías afirma que Marcos no había oído al Señor ni había sido su discípulo, los comentaristas se inclinan a pensar que el joven que siguió al Señor en el Huerto de los Olivos (Marc. 14:51) era san Marcos. Lo cierto es que san Pedro, cuando escribía desde Roma (1 Pedro 5:13), habla de “mi hijo Marcos,” el cual, según parece, estaba entonces con él.

Escribió el evangelio a ruego de los fieles de Roma y según las enseñanzas que poseía de san Pedro en persona. Llevando, pues, su evangelio, partió para Egipto, y fue el primero que anunció a Jesucristo en la ciudad de Alejandría, donde fundó una de las iglesias que más florecieron. Fue martirizado el día de Pascua, mientras celebraba la Liturgia con la comunidad. Algunos días antes un ángel le había mostrado su nombre escrito en el libro de la vida. Acaeció su muerte alrededor del año 74 de la era cristiana.

Tono 3, del común de los Santos Apóstoles

Oh santo apóstol Marcos, * intercede ante Dios misericordioso, * para que otorgue el perdón de las transgresiones a nuestras almas.

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