Como todas las grandes fiestas en la Iglesia, que van precedidas de una preparación o prefiesta, hoy nos preparamos para la fiesta de la Presentación del Señor en el Templo a los 40 días de su nacimiento, fiesta que en Oriente es conocida como del Encuentro de nuestro Señor en el Templo.
Tropario de la Prefiesta, tono 1
El coro celestial se inclinó desde el cielo * hacia la tierra, y contempló * al primogénito de todo * llevado al altar cual un lactante * cuya madre no conoce varón, * y admirado cantó con temor junto a nosotros * la preparación de la fiesta.
Santo Mártir Trifón
Este santo era natural de Lampsaco Frigias (antigua región de Asia Menor), y vivió en los años de los reyes Gordiano (238-244), Filipos y Decio.
Era muy pobre y de niño se dedicaba a cuidar animales en el campo para poder vivir, y mientras realizaba su humilde trabajo, reflexionaba sobre las Sagradas Escrituras y con mucho celo realizaba sus deberes religiosos.
Realmente el humilde y piadoso Trifón con perseverancia, no solo llego a conocer muy bien las Sagradas Escrituras, sino que pudo también enseñarla; tan bendecido estaba por la gracia divina el santo, que realizaba milagrosas curaciones.
La fama del Trifón llegó a oídos del rey Gordiano, quien envió a llamarlo porque su hija estaba enferma; de hecho, fue curada por las oraciones de Trifón. El padre agradecido intentó pagarle, pero el santo se negó a aceptar pago alguno y se retiró con el agradecimiento del rey. Si embargo en la época de Decio (249-251), Trifón fue arrestado, confiesa su fe en Cristo valerosamente, y sin miedo expresa fervientemente su oposición a la idolatría. Entonces el prefecto oriental Aquilino, ordena que lo golpeen duramente, luego es atado a un caballo y arrastrado; es desnudado, arrojado sobre clavos y quemado con antorchas encendidas, finalmente es decapitado, pero ya había entregado su espíritu en las manos de Dios.
Por las oraciones del santo Mártir Trifón, oh Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén
Tropario tono 4, del común de Santos Mártires
Tu mártir, oh Señor, * ha obtenido de ti * corona de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * ha vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.