Nacido en Cartago, era cristiano desde su nacimiento, ya que su padre y abuela lo eran. Uno de sus ancestros, llamado Neócoro, sirvió como soldado bajo Poncio Pilato en tiempos de la pasión de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Viendo los muchos milagros ocurridos durante la muerte de Cristo, Neócoro creyó en él, y fue instruído en la fe y bautizado por los Apóstoles. Regresando a su patria, Neócoro llevó la fe cristiana a los suyos como una perla de gran precio. Así, pasado el tiempo, san Calístrato nació, fue bautizado, y criado como cristiano. Al ingresar al ejército, no había otros cristianos en su regimiento. Uno de sus compañeros, viendo que san Calístrato se despertaba de noche para orar a Dios, lo denunció como cristiano ante el comandante Persentino—y este Persentino era un cruel perseguidor de cristianos. Al convencerse de que Calístrato era en efecto cristiano, el comandante le ordenó ofrecer sacrificio a los ídolos, a lo cual Calístrato se negó al punto. Entonces Calístrato fue golpeado severamente y arrojado al mar, mas el poder de Dios lo preservó, y emergió del mar intacto. Viendo la perseverancia de Calístrato y sus milagros, cuarenta y nueve soldados creyeron en Cristo el Señor, y fueron golpeados y arrojados en prisión junto con él. En la cárcel, san Calístrato instruyó a sus compañeros en la fe y los alentaba. Estos mostraron gran valor en los sufrimientos, y el Señor mostró gran poder mediante ellos. El malvado verdugo envió a sus soldados a la cárcel de noche, y estos asesinaron a Calístrato junto a los otros cuarenta y nueve. Sufrieron por la verdad en el 304 d. C., y una iglesia fue luego construída sobre sus reliquias.
Tropario, tono 4 del común de santos Mártires
Tus mártires, oh Señor, * han obtenido de ti * coronas de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * han vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.