El mártir Autónomo fue obispo en Italia. Durante la persecución contra los cristianos bajo el emperador Diocleciano (284-305), San Autónomo dejó su país y se estableció en Bitinia, en la localidad de Soreo, con un hombre llamado Cornelio. Cumplió con su deber apostólico con celo y convirtió a Cristo a tantos paganos que se formó una gran Iglesia, para la cual consagró un templo en nombre del Arcángel Miguel. Para esta iglesia, el santo ordenó primero a Cornelio como diácono y luego como presbítero. Predicando acerca de Cristo, San Autónomo visitó también Licaonia e Isauria.
El emperador Diocleciano dio órdenes de arrestar a san Autónomo, pero el santo se retiró a Claudiopolis en el Mar Negro.
En cierta ocasión, los recién convertidos destruyeron un templo pagano. Los paganos decidieron vengarse de los cristianos. Aprovechando la oportunidad, se lanzaron sobre la iglesia del Arcángel Miguel cuando san Autónomo estaba celebrando allí la Divina Liturgia. Después de torturar al santo, lo mataron, enrojeciendo el altar de la iglesia con su sangre de mártir. Una piadosa mujer de nombre María sacó el cuerpo del santo mártir de debajo de un montón de piedras y lo enterró.
Durante el reinado de San Constantino el Grande, se construyó una iglesia sobre la tumba del santo. En el año 430, un sacerdote hizo derribar la antigua iglesia. Sin darse cuenta de que el cuerpo del mártir había sido enterrado debajo de la iglesia, reconstruyó la iglesia en un nuevo lugar. Pero después de otros 60 años las reliquias del santo fueron encontradas incorruptas, y se construyó una iglesia en nombre del Hieromártir Autóno
Tropario, tono 4 del común de Hieromártires
Al volverte sucesor de los apóstoles * y partícipe en sus modos de ser, * encontraste en la práctica * el ascenso a la contemplación, oh inspirado por Dios. * Por eso, seguiste la palabra de la verdad * y combatiste hasta la sangre por la fe. * Autónomo, obispo mártir, intercede ante Cristo Dios * para que salve nuestras almas.