6o Domingo de San Mateo

Memoria del Santo Profeta Elías  

 
Oh Salvador, cuando resucitaste del sepulcro,
te manifestaste como verdadero hombre 
al ponerte en medio de tus discípulos comiendo con ellos;
les enseñaste el bautismo del arrepentimiento;
y de inmediato subiste hacia tu Padre Celestial,
prometiendo enviarles al Consolador,
¡Oh Dios todo Divinidad, Dios Encarnado, gloria a ti!
 
                                                            Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 5

Al coeterno Verbo, con el Padre
y el Espíritu, Al Nacido de la Virgen
para nuestra salvación, alabemos,
oh fieles, y prosternémonos.
Porque se complació en ser elevado
en el cuerpo sobre la Cruz y soportar la muerte,
y levantar a los muertos por su Resurrección gloriosa.

Tropario del Profeta Elías

Tono 4

Oh Ángel con cuerpo, Cimiento de los profetas, 
segundo Precursor de la venida de Cristo, 
oh Elías glorioso, que enviaste la gracia de lo alto a Eliseo  
para que expulsara las enfermedades y purificara a los leprosos:
brinda la curación a los que te honramos.

Condaquio

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable;
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, pecadores,
sino acude a auxiliarnos, como bondadosa,
a los que te invocamos con fe.  Sé presta en intervenir
y apresúrate con la súplica, oh Madre de Dios,
que siempre proteges a los que te honran.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol Santiago  (5: 10-20)

Hermanos: Tomen como modelo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Miren cómo proclamamos felices a los que sufrieron con paciencia. Han oído la paciencia de Job y saben el final que el Señor le dio; porque el Señor es compasivo y misericordioso.

Ante todo, hermanos, no juren ni por el cielo ni por la tierra, ni por ninguna otra cosa. Que su sí sea sí, y el no, no; para no incurrir en juicio. ¿Sufre alguno entre ustedes?; que ore. ¿Está alguno alegre?; que cante alabanzas. ¿Está enfermo alguno entre ustedes?; llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados le serán perdonados. Confiésense, pues, mutuamente sus pecados y oren unos por los otros, para que sean curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder.

Elías era un hombre de igual condición de nosotros; oró insistentemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Después oró de nuevo y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto. Si alguno de ustedes, hermanos míos, se desvía de la verdad y otro lo convierte, sepa que el que convierte a un pecador de su camino desviado, salvará su alma de la muerte y cubrirá multitud de pecados.

Santo Evangelio según San Mateo (9: 1-8)

En aquel tiempo, Jesús subió a la barca, pasó a la otra orilla y vino a su ciudad. Y sucedió que le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: « ¡Ten confianza, hijo! Tus pecados te son perdonados.» Pero he aquí que algunos escribas dijeron para sí mismos: «Éste está blasfemando.»

Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: « ¿Por qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dice al mismo tiempo al paralítico: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.» Él se levantó y se fue a su casa. Y al ver esto, la gente quedó admirada y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres.

Mensaje Pastoral

¿Era del espíritu o de la materia?

“¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te son perdonados,’ o decir: ‘Levántate, y anda’?”

Homilía de Monseñor Pablo Yazigi, Arzobispo de Alepo

Le trajeron a Jesús a un paralítico acostado sobre una cama que llevaban cuatro hombres. Parece que la situación del paralítico era tan frágil que no podía pronunciar ni una sola palabra, ni pedirle nada a Jesús, ni hablar con Él. Presentaba, en otras palabras, la peor imagen posible de un ser humano: más parecido a un muerto que a un ser vivo.

Ante dicha situación, y en comparación con otros casos de curación que Jesús había realizado en condiciones mejores que ésta, ¿qué podríamos esperar de Jesús sino que le dijera a este hombre: “Levántate y anda”? Todo lo contrario, los presentes se sorprendieron al ver que Jesús no consideraba la patética situación del paralítico, sino que le dijera: “¡Hijo, tus pecados te son perdonados!”.

Está claro que nadie esperaba tal cosa, ni quienes llevaban al paralítico, ni la multitud presente allí. También está claro que Jesús hizo esto a propósito.

Jesús quiso dejar el mensaje que, en las peores situaciones, el mayor peligro es aquel que amenaza la parálisis el alma más que la del cuerpo, porque el alma es más importante, mientras que el cuerpo está al servicio de esta.

Así era el orden de las cosas al principio. En el paraíso, el ser humano vivía sin dolor ni tristezas. Disponía de todas las cosas buenas para que sirvieran a su crecimiento espiritual y su perfección. Su permanencia en dicho estado paradisíaco requería de él que permaneciera en el camino de la perfección espiritual, debido a que aquella vida espiritual necesitaba de esta situación normal y de este digno cuerpo como un recipiente adecuado. Pero cuando el ser humano revirtió las agujas de la marcha divina abiertas delante de él, y cambió el orden de las cosas, Dios permitió que ingresaran, a nuestra vida cotidiana, el dolor, el hambre y todas aquellas realidades que nos molestan, para que la perfección del cuerpo sea un regalo para la perfección espiritual cuando esta se lograra.

El cuerpo exento del dolor ha de ser el recipiente del ser humano perfecto espiritualmente. Este cuerpo se ha vuelto una esperanza, después de la caída del hombre, mientras que era una primicia en el paraíso. Lo más importante es la perfección espiritual, la materia y el cuerpo son un “vaso para honra y deshonra” (Cf. Rom 9:21).

Desde el principio, la jerarquía entre lo espiritual y lo material fue clara y sana: el espíritu es superior a la materia, mientras que la materia sirve armoniosamente al espíritu. 

Por ello, parece ser que Jesús, ante el estado de este paralítico, desafía firme y cabalmente el hecho de como la gente corre para satisfacer sus necesidades materiales. Jesús enfatizó fuertemente la superioridad del espíritu sobre la materia, por ello, priorizó el perdón de los pecados y la salud del alma, cuando el cuerpo necesitaba fuertemente recuperar la salud.

Y nuestra época tiene necesidad, hoy más que antes, de hacer una lectura detenida de lo acontecido en el evangelio y aprender de ello, tomando en cuenta esta posición de Cristo, especialmente el desafío que ha puesto ante la corriente devastadora del materialismo y el retardo de lo espiritual.

La civilización contemporánea se ve amenazada por la corrupción, y le conviene que los cristianos la desafíen de manera semejante a lo que Jesús hizo ante nosotros. Este desafío no suprime la necesidad económica de por sí, sino que subraya la primacía del espíritu. Si buscamos el Reino de Dios y su justicia, todo lo demás se nos dará por añadidura.

Un vistazo rápido sobre los aspectos más importantes de la vida, su evolución y los cambios ocurridos en cuanto a sus objetivos, nos muestra que la sal comenzó a perder su sabor. El asunto es pues, ¿con qué es posible salar?

Nuestra civilización no retribuye en forma digna el trabajo y no enaltece como corresponde las profesiones cada vez que baja sus metas al solo nivel de la ganancia. ¿Cuáles son los criterios para elegir una profesión? ¿Acaso se determina por lo que puede brindar a la humanidad, o por lo que puede remunerar? ¿Es para servir o para ganar? Se observa que el criterio de ganar prima sobre el servicio y lo reemplaza. El dinero lo orienta todo. El beneficio está por encima del amor. Por ejemplo, la educación, una de las profesiones más nobles, se ha clasificado en el último lugar porque no remunera tanto. El valor del docente-profesor ha cambiado. Mientras se era un padre y un educador, hoy en día, observamos la pérdida de esta imagen. Parece que aquellos que eligen esta carrera, lo hacen porque ya no tienen acceso a otra carrera mejor remunerada.

La ciencia es otro ejemplo. Su finalidad era la creatividad y el servicio al ser humano. Sin embargo, el ser humano, a imagen de Dios, hoy está sujeto al juego de la ganancia. La creatividad, en particular, se convirtió en una herramienta que se compra, que es manejada por el dinero. ¡Las corrientes de la muerte se apoderan de las fuerzas de la creatividad! Eso es lo raro que ocurre hoy en día. El progreso en los métodos de tortura ha llegado más alto que los logros en la medicina. Nuestra civilización está amenazada por lo falso. Y por último, para no dejar de mencionarlo, señalamos el desperdicio del significado de la caridad, de la fidelidad, del sacrificio, de la entrega, del patriotismo, sustituyéndolas por una palabra: el interés propio.

El ser humano ya no tiene valor por su persona, sino que volvió a ser un individuo más dentro de la sociedad, un número dentro de una masa, se lo vende y se lo compra sin que importe su singularidad humana y su valor personal, sobre quien las fuerzas de la oscuridad ejercen su dominio, cuyo único criterio es el dinero. ¿Cuál es el valor del pobre en nuestra civilización? ¡La respuesta es “nada”! ¿Cuál es el valor del paralítico o del enfermo? La respuesta es: mejor deshacerse de él.

Los ejemplos de la corrupción de la sal son muchos. El cristiano, siguiendo el ejemplo de su Maestro, va delante de esta corrupción y la desafía. La perfección moral no es una esperanza futura esperada para después de esta vida presente. Es un camino en el que se avanza, paso a paso, luchando, vigilando y orando, desafiando la corriente de la corrupción que prevalece. El cristiano es la luz del mundo y la sal de la tierra. Las corrientes de corrupción no son una sentencia, sino un desafío. Y aunque el desafío es duro, sin embargo, la fuerza del Señor “se perfecciona en la debilidad” (Cf. II Cor 12:9).

El cristiano lleva el Evangelio al mundo, mundo cuya sal ha perdido su sabor, y predica la Buena Nueva como luz para un mundo que ha perdido la luz. El cristiano reconoce en la humildad la exaltación verdadera, y en la pobreza la riqueza verdadera. Pone las cosas en su verdadero sendero. Prioriza el espíritu sobre la materia en todo tiempo y lugar. Trabaja para establecer el reino del Espíritu, pues él es una mano fuerte que la gracia divina conduce para construir la era del Espíritu a través del uso de lo material. Amén.

Vida de Santos

El Profeta Elías

20 de julio

El Profeta Elías nació en la región sureste de la Tierra Santa nueve siglos antes de Cristo. Provenía de la tribu de Leví, de la generación de Aarón. Un tiempo antes de su nacimiento, el reino hebreo se dividió en dos partes: El reino de Judá y el reino de Israel. El primero lo integraron las tribus de Judá y de Benjamín, siendo su capital Jerusalén. Ocupaba la región del medio oriente de la Tierra Santa. El reino de Israel se situaba en la región septentrional y lo constituían las otras 10 tribus, siendo su capital Samaria.

En los tiempos del Profeta Elías, el pueblo hebreo que habitaba en el reino de Israel, comenzó a apartarse de la fe y a venerar a los dioses paganos, como Baal y otros más. Durante el reinado de Ajab (877-854 antes de Cristo), Elías sintió el llamado a servir a Dios como su Profeta y se convirtió en un ferviente defensor de la verdadera Fe.

Así, el profeta Elías trató de convencer al impío rey Ajab a rechazar a los ídolos y dirigirse al verdadero Dios, pero el rey no lo escuchó. Entonces el profeta predijo que durante tres años en Israel no habría ni lluvia, ni rocío. La sequía y la hambruna azotaron a Israel. El profeta se retiró a un lugar apartado en las cercanías de un arroyo donde un cuervo le traía el alimento. Al cabo de un año, el arroyo se secó y entonces Elías se dirigió al norte de la Tierra Santa, a Sarepta de Sidón y se estableció en la casa de una pobre viuda. A pesar de carecer de alimentos, la viuda con la última harina y aceite le cocinó una tortilla y se la dio de comer. Después de esta acción, gracias a la petición del profeta Elías en sus oraciones a Dios, nunca mas faltó harina y aceite en la casa de la viuda y ésta durante mucho tiempo pudo alimentar a su hijo y a su huésped. Cuando la viuda repentinamente enfermó y murió, el profeta Elías la resucitó (3 Rey.17).

El lugar principal donde se adoraba a Baal en el reino de Israel, era el monte Carmelo. Al cabo de tres años y medio del inicio de la sequía, el profeta Elías reunió allí al rey Ajab, al pueblo y a los sacerdotes de Baal y les dijo: “¿Hasta cuando estaréis rengos de las dos piernas? Si el Señor es Dios, síganlo a Él, y si lo es Baal, entonces sigan a Baal!” Para saber quien era el verdadero Dios, Elías propuso levantar un altar a cada uno de ellos, poner sobre tales al novillo sacrificado, pero no encenderían las leñas. Cada uno invocaría a su dios para que el fuego cayera del cielo. El Dios que hiciera encender el fuego, sería considerado como El Verdadero! Todos aprobaron la propuesta del Profeta. Primeramente los sacerdotes del Baal invocaron a su dios, pidiéndole el fuego. Gritaron y bailaron alrededor del altar durante todo el día. Elías comenzó a burlarse de ellos diciéndoles que Baal se había quedado dormido y que deberían gritar mas fuerte. Al anochecer, el profeta Elías ordenó reunir a todos frente a su altar. Luego, según su indicación, alrededor del altar dedicado al verdadero Dios, cavaron una fosa y arrojaron abundante cantidad de agua sobre la leña para mojarla completamente. Hicieron así para que nadie dudara del milagro que ocurriría. Después de todo esto, el Profeta Elías comenzó a rezar: “Escúchame Señor, haz que el pueblo tuyo sepa hoy día, que Tú eres el único Dios en Israel y que yo soy Tu siervo.” Y cayó fuego del cielo, y quemó todo, la leña, las piedras del altar y el polvo alrededor, evaporando el agua que se juntó en la fosa. Al ver todo esto el pueblo aterrorizado cayó de rodillas exclamando: “¡El Señor, es el Dios, El Señor, es el Dios!” Entonces, el pueblo capturó a todos los sacerdotes de Baal y los mató, debido a que durante tantos años, los sacerdotes los habían inducido al engaño. Presionado por lo sucedido, el rey Ajab y el pueblo empezaron a descender del monte. En ese momento se nubló el cielo y comenzó a llover. ¡La primera lluvia después de tres años! De esta manera, el profeta Elías convirtió a muchos israelitas a Dios (1 Reyes 18, 1-46).

Después de este milagro, Jezabel, la esposa de Ajab, comenzó a perseguir al profeta Elías, el cual tuvo que esconderse en el desierto y finalmente llegar hasta el monte Horeb, cerca del Sinaí. Aquí Elías tuvo una visión: primero sintió una suave brisa y luego vio a Dios. El Señor le ordenó ungir como profeta a Elíseo quien sería su sucesor (2 Reyes 2, 9-10). La vida de profeta de Elías finalizó de una manera extraordinaria: fue llevado al cielo en una carroza de fuego,(2 Reyes 2,11). El profeta Elíseo presenció este hecho y recibió la capa de Elías con la cuál realizó el primer milagro. El profeta Elías permanece ahora en el cielo, en alma y cuerpo, igual que el patriarca antediluviano Henoc quien también fue llevado vivo al cielo en alma y cuerpo,(Génesis 5:24).Y se considera que tanto el profeta Elías como Henoc volverán a la tierra antes del fin del mundo, para acusar al anticristo y sufrirán martirios a manos de este último.

Mediante los grandes milagros que realizó, Elías ayudó al restablecimiento de la fe en Dios y destruyó la idolatría. Por medio de estos hechos, preparó la llegada del Salvador del mundo. La ferviente defensa de la verdadera fe, la absoluta obediencia a la voluntad de Dios, la pureza y la castidad de su vida, la dedicación a la oración y a la contemplación de los misterios divinos, son las cualidades que distinguen a este gran profeta. Sus contemporáneos, viendo sobre él la bendición de Dios, lo llamaban “El hombre de Dios”

Santa Cristina Mártir

24 de Julio

Santa Cristina fue la hija de un gobernante de la ciudad de Tira. Sus padres eran paganos, pero, por la providencia de Dios la llamaron con un nombre que predecía su futuro, el de ser cristiana. No había en la ciudad, entre las doncellas, persona mas bella que ella. Su padre, deseando de que conserve su virginidad, construyó una vivienda especial para ella, colocando allí unos ídolos y ordenándole que ella los venere. Viviendo en la soledad, Cristina admiraba el cielo estrellado, e igual que santa Bárbara, llegó a la conclusión que tiene que existir un solo Creador. Dios hizo que ella conociera a unos cristianos, los cuales le explicaron sobre la fe cristiana, y ella creyó en Jesucristo. Después de esto, Cristina, con gran indignación destruyó a los ídolos en su casa y por esta razón, por orden de su padre, fue sometida a diferentes torturas. Ella fue golpeada sin compasión, su cuerpo era cortado con cuchillos filosos, la quemaban con fuego, la tiraron en un hoyo con serpientes venenosas, etc. Finalmente los verdugos la traspasaron con lanzas y espadas. Esta fue la forma como la santa mártir Cristina sufrió por Cristo en el año 300.

Sentencias de los Padres del Desierto

Sobre la Humildad

  • Decía un anciano: «Si consigues guardar silencio, no lo consideres como mérito tuyo. Cuando te venga esa consideración, di: “Es que soy indigno de hablar”».
  • Un hermano preguntó a un anciano: «¿En qué consiste el progreso de un hombre?». Y el anciano le contestó: «En la humildad. Cuanto más se abaja un hombre más se eleva a la perfección».
  • Decían los ancianos: «Aunque se te aparezca de verdad un ángel, no le acojas fácilmente, sino humíllate, diciendo: “No soy digno de ver un ángel yo que vivo en el pecado”».
Felicitación:

El día 20 de julio celebramos la fiesta del Profeta Elías. Felicitamos a todos los que llevan el nombre “Elías” y buscan la intercesión del gran Profeta celoso en su amor a Dios, felicitamos a la comunidad del Profeta Elías en Maturín, Venezuela.

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Padre Juan R. Méndez ()

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