Domingo posterior a la Divina Epifanía

 epifania

“El Salvador, Quien es la Gracia y la Verdad,
se manifestó a las orillas del Jordán
e iluminó a los que moraban en la oscuridad
y en las sombras de la muerte.
¡La luz inasequible ha venido
y se ha manifestado al mundo!”

(Exapostelario)

Tropario de la Resurrección

Tono 6

Los poderes celestiales aparecieron sobre tu sepulcro;
y los guardias quedaron como muertos;
María se plantó en el sepulcro buscando tu Cuerpo purísimo.
Sometiste al hades sin ser tentado por él;
y encontraste a la Virgen otorgándole la vida.
¡Oh Resucitado de entre los muertos, Señor, gloria a Ti!

Tropario de Epifanía

Tono 1

Al bautizarte, oh Señor, en el Jordán se manifestó la adoración a la Trinidad:
pues, la voz del Padre dio testimonio de Ti nombrándote su “Hijo amado”;
y el Espíritu, en forma de paloma, confirmó la certeza de la palabra.
¡Tú, que te has revelado e iluminado al mundo, oh Cristo Dios, gloria a Ti!

Condaquio de Epifanía

Tono 4

Te has revelado hoy al universo,
y tu luz, oh Cristo Dios,
ha fulgurado sobre nosotros
que te alabamos con comprensión:
¡Te has manifestado, oh Luz inaccesible!

Carta del Apóstol San Pablo a los efesios   (4: 7-13)

Hermanos: A cada uno de nosotros le ha sido concedida la Gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por eso dice: Subiendo a la altura, llevó cautivos y dio dones a los hombres. ¿Qué quiere decir «subió» sino que había bajado primero a las partes más bajas de la tierra? Éste que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo. Él mismo dio a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros, para perfeccionar a los santos en orden a las funciones del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

Evangelio según san Mateo (4:12-17)

En aquel tiempo, cuando Jesús oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea. Y dejando Nazaret, vino a residir en Cafarnaúm junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí; para que se cumpliese el oráculo del profeta Isaías: ¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, allende el Jordán, Galilea de los gentiles! El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en paraje de sombras de muerte, una luz les ha amanecido.

Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos se ha acercado.»

Explicación de la epístola  

San Nicodemo de Atos

Hermanos: A cada uno de nosotros le ha sido concedido el favor divino a la medida de los dones de Cristo (Ef 4:7).

Es cierto que los cristianos tenemos dones comunes, sin embargo, algunos recibimos dones grandes, y otros pequeños, sin que sea motivo de envidia o de soberbia: es un don gratuito, por el que, sea grande o pequeño, tendrás que dar gracias a Dios. Pues el Señor los otorga según su criterio, distribuye los dones conforme conviene a cada uno; y el que recibe un don grande, asume una responsabilidad grande.

Por eso dice: Subiendo a la altura, llevó cautivos y dio dones a los hombres.

Aquí el apóstol cita al profeta David (Sal 67:18), quien dice que Dios es el que otorga los dones a los hombres. Dice el apóstol: “dio dones a los hombres”, porque Cristo distribuye los dones, y los recibe trabajados por los hombres; nosotros recibimos la fe y ofrecemos los dones trabajados con las fatigas.

Cristo ascendió sobre la cruz, o a las alturas del cielo, y en su divina ascensión, cautivó a Satanás, es decir, lo encadenó, y con él a la muerte; y nos liberó a nosotros que estábamos en el cautiverio; no nos ha castigado, sino que nos ha otorgado sus dones.

¿Qué quiere decir “subió” sino que también bajó a las regiones inferiores de la tierra? Este que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo.

Lo que dice aquí san Pablo da respuesta a los que menosprecian la naturaleza humana de Cristo. Pues el que bajó a la tierra, obviamente ha encarnado; Éste fue crucificado y bajó al Hades. Ha bajado y de nuevo ha subido para que llenase toda la creación de su divinidad, y de sus divinos dones.

…A fin de perfeccionar a los santos para la obra del  ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo.

Aquí el apóstol expone el compromiso de cada cristiano. El uno, por muy pequeño que su don sea, edifica al otro y contribuye en la edificación del “cuerpo de Cristo”, es decir, la Iglesia. Cuando habla de “perfeccionar a los santos”, significa devolver a los cristianos a un estado espiritual sano y natural, a una unión armoniosa entre ellos. Esta perfección no es corporal, por lo que dice san Pablo: “hasta que lleguemos a la madurez de la plenitud de Cristo”, o sea, al conocimiento de Cristo y a creer en Él con una fe inamovible.

San Teodosio (11 de enero)

Su nombre significa: “Regalo de Dios”. Nació en Turquía en el año de 423. Después de ir en peregrinación a Jerusalén y Belén, se propuso dedicarse a vivir como un religioso solitario. Pero, el temor de tener que vivir sin un director espiritual lo hizo quedarse cerca de Belén, donde vivía el más sabio director de religiosos de esas regiones, el abad Longino. Después de ser ordenado sacerdote, recibió la orden de encargarse de una iglesia que estaba en el camino entre Jerusalén y Belén. Después se iba a una cueva solitaria a meditar y rezar. Pronto vinieron muchos jóvenes a pedirle ser admitidos como principiantes. A sus jóvenes religiosos les decía: “Yo he de morir, yo no sé cuándo; yo he de morir, yo no sé dónde; yo he de morir, yo no sé cómo; pero lo que sí sé de cierto es que si muero en pecado mortal me condenaré para siempre”. Esto para que recordaran que somos polvo y en polvo nos hemos de convertir.

Como la fama de Teodosio atraía a muchos jóvenes, tuvo que hacer tres conventos y también construyó tres hospitales. Cuando no había alimentos o medicinas, Teodosio ponía a sus monjes a rezar con toda fe y las ayudas llegaban de las maneras más inesperadas.

En ese tiempo, el emperador apoyaba una herejía que negaba algunas cualidades de Jesucristo, y para que lo apoyara le envió una gran cantidad de dinero. Teodosio recibió el dinero y lo repartió entre los pobres pero recorrió toda Palestina diciéndole a la gente: “El que enseñe algo acerca de Jesucristo, contrario a lo que enseña la Santa Iglesia, sea separado”.

Teodosio enfermó de una afección dolorosísima. Como el había curado a tantos enfermos con su oración, un discípulo le aconsejó que le pidiera a Dios que le quitara la enfermedad. El santo le respondió: “Eso sería falta de paciencia; eso sería no aceptar la santa voluntad del Señor”. ¿No sabes que “Todo redunda en bien de los que aman a Dios?”.

Murió a los 105 años, era admirable su vigor en la ancianidad, a pesar de que ayunaba y empleaba muchas noches en la oración. De él se pudo decir lo que la Biblia afirma de Moisés: “Conservó su robustez y vigor hasta la más avanzada ancianidad”. Que el Señor Dios nos permita imitar a San Teodosio y vivamos de manera que nos pueda decir: “Siervo bueno y prudente: has sido fiel en lo poco, ahora te constituiré sobre lo mucho”. Amén.

¡Por muchos años!

El siguiente domingo, 17 de enero, es el día de San Antonio el Grande, Santo Patrono de su Eminencia, Sayedna Antonio. Es motivo de alegría para toda la Arquidiócesis, además de que participarán en la Liturgia Pontifical los Arzobispos Damaskinos (Brasil), y George (Homs), miembros del Santo Sínodo de nuestra Iglesia Ortodoxa Antioquena. La Divina Liturgia empezará a las 11:00 A.M.

About the Author

Padre Juan R. Méndez ()

Compartir
Compartir