Amados hijos en Cristo, clérigos y feligreses:
Los Ángeles desde el cielo bajaron estos días para cantar al Dios Nacido en la cueva de Belén: “¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra!” Con este mismo canto, nos dirigimos a ustedes felicitándolos por el gran día de Navidad, deseándoles un Año Nuevo lleno de felicidad y prosperidad; esperando el Nacimiento de nuestro Señor en los corazones de los seres humanos para poder llamarnos hijos del Niño Jesús, que vino a dar su vida para darnos Vida y librarnos de la muerte; y rezando por un mundo lleno de amor, de paz y de hermandad.
Les enviamos nuestros mejores saludos, bendiciones y deseos para estos días navideños y para el próximo año, 2010.
+ Antonio (México)