11/02
La Santa emperatriz Teodora (829-842) era la esposa del emperador bizantino Teófilo, iconoclasta y héreje. Ella, en secreto veneraba a los santos iconos. Después de la muerte de su marido, Santa Teodora, gobernó el reino, porque su hijo Miguel era menor de edad.
Aprovechando su poder, Teodora permitió a su pueblo nuevamente la veneración de los iconos. Santa Teodora también estableció como señal del triunfo de la ortodoxia, la celebración anual de este evento el primer domingo de la Gran Cuaresma.
Cuando su hijo Michael cumplió la mayoría de edad, Teodora se retiró de la Administración y pasó ocho años en el monasterio de Santa Eufrosina, donde se dedicó a la lucha ascética y a la lectura de libros que nutrieron su alma.
Existe una copia de los Evangelios hecha de su propia mano. Ella murió en paz en torno al año 867.
En 1460, sus reliquias fueron trasladados a la isla de Kerkyra (Korfú), donde reposan al lado de las reliquias de San Espiridión.
Sus intercesiones sean con nosotros. Amén.
Regresal al santoral de febrero