Mártires Probo, Taraco y Andrónico de Tarso en Cilicia

Mártires Probo, Taraco y Andrónico de Tarso en Cilicia

12 de Octubre

Los santos mártires lucharon por Cristo durante el reinado de Diocleciano, en el año 296 o 304. Taraco, de avanzada edad, había nacido en Roma, y como sus dos compañeros era soldado; Probo era de Side en Panfilia y Andronico de Éfeso. Fueron tomados juntos en Cilicia y sometidos a múltiples torturas extremadamente crueles. A Taraco lo golpearon en las mejillas y el cuello con piedras, le quemaron las manos, lo colgaron en un poste y le pusieron humo debajo para ahogarlo; introdujeron a la fuerza vinagre por sus fosas nasales; Después de soportar más torturas, su cuerpo fue cortado en pedazos. Probo fue azotado con látigos, sus pies fueron quemados con hierros al rojo vivo, su espalda y costados fueron perforados con una parrilla caliente; finalmente también fue cortado con cuchillos y recibió la corona del martirio. Andrónico sufrió torturas similares, y también terminó su carrera siendo cortado en pedazos, encomendando su alma en las manos de Dios.

Tropario, tono 1

Todos los poderes celestiales se asombraron y maravillaron por los logros y las acciones de los santos Mártires de Cristo; porque compitiendo bien con cuerpos mortales y revestidos de carne, vencieron al enemigo incorpóreo por el poder de la Cruz y lo sometieron de manera invisible.  Y ahora ruegan al Señor, para que Él otorgue su misericordia a nuestras almas.

 

 

 

 

Santo Apóstol Felipe de los Setenta

Santo Apóstol Felipe de los Setenta, uno de los siete primeros diáconos

11 de Octubre

Nacido en Cesarea de Palestina, Felipe era casado y tenía cuatro hijas, todas dotadas por Dios con el don de profecía, y todas vírgenes consagradas por causa de Cristo (cfr. Hechos 21:8-9). Cuando los santos Apóstoles escogieron diáconos, Felipe fue escogido junto a Esteban y a otros (cfr. Hechos 6:1-6). Felipe servía a los pobres y las viudas con gran fervor. Cuando vino persecución sobre los cristianos de Jerusalén, huyó a Samaria y predicó allí el Evangelio, dando testimonio del mismo mediante muchos milagros: expulsando demonios, sanando a los enfermos, y otros prodigios. Viendo los milagros del santo Apóstol, Simón el Mago fue bautizado. San Felipe también bautizó al eunuco de la Reina Candace. Después de esto, un ángel de Dios le arrebató repentina e invisiblemente a Azoto, donde enseñó y predicó, trayendo a muchos a Cristo (cfr. Hechos 8:4-40). Más tarde fue hecho obispo de Trales donde murió en paz en avanzada edad, y entró al gozo de su Señor mientras predicaba el Evangelio.

Tropario, tono 3

Oh santo apóstol Santiago, intercede ante Dios misericordioso, para que otorgue el perdón de las transgresiones, a nuestras almas.

 

 

 

 

 

 

Mártires Eulampio y Eulampio de Nicomedia con 200 compañeros mártires

 

Mártires Eulampio y Eulampio de Nicomedia con 200 compañeros mártires

10 de Octubre

Estos Santos vivieron en la época de Maximiano hacia el año 296.

San Eulampio era un joven cristiano que huyó de la ciudad durante la persecución y se refugió en una cueva. Sus compañeros le enviaron a Nicomedia en busca de alimentos. Eulampio se detuvo en una calle a leer el edicto de persecución contra los cristianos. Cuando le denunció un soldado, el joven echó a correr. Naturalmente, su actitud despertó sospechas y Eulampio fue perseguido, capturado y llevado a la presencia del prefecto. El magistrado reprendió a los guardias por haber encadenado al joven, mandó que le desatasen las manos y empezó a interrogarle. Tras, de enterarse del nombre y el oficio de Eulampio, le exhortó a ofrecer sacrificios a alguno de los dioses, pero éste se negó y dijo que los dioses sólo eran ídolos de barro. Enfurecido el prefecto le mandó azotar. Como el joven permaneciese inconmovible, el prefecto dio la orden de torturarle en el potro. Entonces Eulampia, la hermana del mártir, se acercó a abrazarle y fue también arrestada. Ambos fueron sometidos a diversos tormentos, de los que salieron ilesos. Al verlos surgir rejuvenecidos de un baño de aceite hirviente, 200 de los presentes se convirtieron a la fe y fueron decapitados junto con los dos mártires en Nicomidia.

Tropario, tono 4

Tus mártires, oh Señor Dios nuestro, por sus luchas recibieron de Ti la corona incorruptible, porque, habiendo conseguido tu fuerza, derribaron a los tiranos y destruyeron la presunción impotente de los demonios. Por sus oraciones, oh Cristo Dios, salva nuestras almas.

Santo Apósotol Jacobo (Santiago) hijo de Alfeo

Santo Apósotol Jacobo (Santiago) hijo de Alfeo

09 de Octubre

El Santo Apóstol Jacobo fue hijo de Alfeo y, según la tradición, hermano del Apóstol y evangelista Mateo, quien anteriormente era publicano. Cuando nuestro Señor Jesucristo, durante su permanencia física en la tierra, escogió a hombres sencillos y piadosos para la dignidad del apostolado, a fin de enviarlos a predicar el Evangelio por el mundo entero, también escogió a Jacobo y lo incluyó en el coro de los Apóstoles como digno de ello. Jacobo se convirtió en uno de los doce Apóstoles, testigo y ministro de Cristo, predicador de sus misterios y su seguidor.

Luego de recibir junto con los demás Apóstoles el Espíritu Santo, que descendió sobre ellos en forma de lenguas de fuego, fue donde los gentiles a predicar a Cristo y guiar a los descarriados en el camino de la salvación. Inflamado por la llama del celo divino, destruyó quemando las espinas de la impiedad, destrozó en pedazos los ídolos, derribó sus templos, sanó diversas enfermedades, expulso de la gente espíritus malignos y convirtió a una gran cantidad de personas a Cristo.

Al visitar muchas tierras, sembró la semilla del cielo, juntó la cosecha de salvación de los hombres y concluyó su tarea terrenal siguiendo los pasos de Cristo; emulando los sufrimientos de Cristo, entregó su espíritu en manos de Dios al ser clavado en una cruz en Egipto.

Su nombre y memoria no debe confundirse con la de san Jacobo el Hermano del Señor y Primer obispo de Jerusalén (23 de octubre).

Tropario, tono 3

Oh santo apóstol Santiago, intercede ante Dios misericordioso, para que otorgue el perdón de las transgresiones, a nuestras almas.

Santa Pelagia la Penitente del Monte de los Olivos

 

Santa Pelagia la Penitente del Monte de los Olivos

08 de Octubre

Santa Pelagia nació en Antioquia, Siria y hasta su conversión a Cristo era una joven de actitudes ligeras y amorales. Siendo muy atractiva físicamente se engalanaba con suntuosas vestimentas, oro y piedras preciosas por lo cual sus admiradores la llamaban Margarita o perla.

Cierta vez se reunieron en Antioquia los sacerdotes de los alrededores. Entre ellos se encontraba Nonn obispo de Heliópolis, conocido por su sabiduría y su vida justa. Durante el descanso los obispos salieron del templo donde se reunían y de pronto ante ellos apareció un bullicioso grupo de jóvenes. Entre ellos sobresalía una joven — con los hombros al desnudo y vestida indecorosamente. Era Pelagia. Ella vociferaba y se reía fuertemente y sus admiradores rondaban en derredor de ella. Absortos los obispos inclinaron sus cabezas pero san Nonn, al contrario comenzó a observar a Pelagia. Cuando la turba ruidosa de gente se alejó, Nonn preguntó a los obispos: ¿Es que no les agradó la belleza de la muchacha y la vestimenta?” Ellos callaban. Entonces Nonn continuó: “Sin embargo ella me enseñó mucho, ella puso su mira en gustarle a la gente, y ¿qué piensan? ¿cuántas horas dedicó para engalanarse, para preocuparse en ser más linda que otras mujeres a los ojos de sus admiradores? En el juicio final, por ella el Señor nos juzgará porque nosotros teniendo en el Cielo al inmortal Prometido, descuidamos el estado de nuestra alma. ¿Con qué hechos nos presentaremos ante Él?

Regresando a las habitaciones, san Nonn, comenzó a rezar por la salvación de Pelagia. Al domingo siguiente cuando Nonn celebraba la Divina Liturgia; Pelagia guiada por una fuerza invisible, por primera vez entró al templo. El servicio religioso y prédica de san Nonn acerca del juicio final le produjo tal efecto que quedó impresionada por su vida pecadora. Acercándose a Nonn, le relató su deseo de ser bautizada, pero no tenía seguridad de que Dios se apiadara de ella: “Mis pecados son más numerosos que las arenas del mar, y no alcanzará el agua del mar para lavar mis pecaminosos procederes.” El buen obispo la consoló con la esperanza de la benevolencia Divina, bautizándola.

Convertida al cristianismo Pelagia juntó sus bienes trayéndoselos a Nonn. El obispo mandó a repartirlos entre los pobres, diciendo: “Qué sea bien repartido lo que fue recogido malamente.” Luego de unos días, Pelagia vistiendo con ropas de hombre, se alejó de la ciudad. Fue a Jerusalén y allí tomó los hábitos de monje. La tomaron como un varón joven. Habitó en una celda en el monte de los Olivos, se enclaustró en él y comenzó una vida monacal estricta de penitencia y oración. Los habitantes de los alrededores la consideraban como el joven Pelagio. Después de varios años alcanzando grandes bondades espirituales, y en olor de santidad, la joven Pelagia falleció cerca del 457. En el sepelio se comprobó que el fallecido joven era mujer. Y su tumba en el monte de los olivos se convirtió en punto de peregrinaciones.

Esta venerable santa Pelagia, no debe confundirse con la Virgen Mártir Pelagia de Antioquía, que también se celebra en esta fecha discípula del Hieromártir Luciano.

 

Tropario, tono 4

En ti fue conservada la imagen de Dios fielmente, oh Madre, pues tomando la cruz seguiste a Cristo; y practicando, enseñaste a despreocuparse de la carne, que es efímera, y a cuidar, en cambio, el alma inmortal. Por eso oh santa Pelagia hoy tu espíritu se regocija junto con los ángeles.

 

Mártires Sergio y Baco en Siria

Mártires Sergio y Baco en Siria

07 de Octubre

San Sergio y San Baco fueron importantes militares del emperador Maximiano a principios del siglo IV, Maximiano les tenía en gran estima por la valentía militar desempeñada en sus cargos: Sergio como primicerio (jefe-comandante de la escuela de los gentiles) y Baco como secundario. Probablemente debido al alto cargo desempeñado y a la confianza personal con el emperador, se desató una fuerte envidia entre sus subalternos, quienes informaron al Emperador de la fe en Jesucristo de los dos militares.

Maximiano se negó a creerlo y los llamó para preguntárselo personalmente, puesto que el cristianismo era condenado a la tortura y la muerte. Entonces les ordenó a Sergio y a Baco que ofrecieran ofrendas a los ídolos. Ante la declaración de fe cristiana de Sergio y de Baco, el emperador les dio una última oportunidad: si hacían una ofrenda a los ídolos, no sólo serían perdonados sino además serían restituidos en sus cargos otorgándoles más privilegios. Sergio y Baco se negaron respondiéndole que la honra es solo para Dios y a Él únicamente rendirían culto. Maximiano ordenó que los mártires fueran despojados de las insignias de rango militar (sus cinturones, colgantes de oro, y anillos) y, a continuación, fueran disfrazados con ropa femenina. Fueron también exhibidos a través de la ciudad con unas cadenas de hierro alrededor de sus cuellos, para que el pueblo se burlara de ellos.

Cuando llegaron nuevamente al palacio, Maximiano les recriminó afablemente su decisión de permanecer firmes en su fe, tratando de disuadirlos. Pero los santos una vez más refutaron las palabras de Emperador y las creencias en los dioses paganos.

El Emperador ordenó entonces que se los lleven al gobernador de la parte oriental de Siria, Antíoco, quien odiaba implacablemente a los cristianos. Antíoco había recibido su posición con ayuda de Sergio y Baco. Cuando los vio les dijo: “Mis padres y benefactores, tengan piedad de vosotros y también de mí. No quiero condenarlos a tratos penosos y a crueles torturas.” Los santos mártires respondieron: “Para nosotros la vida es Cristo y el morir es ganancia.” Eso enfureció al gobernador y ordenó que golpearan a Baco sin piedad hasta la muerte, y que Sergio corriera 18 millas con calzado de hierro que tenía clavos en su interior, los que atravesaron los pies al santo, fue enviado a otra ciudad donde fue decapitado con la espada (año 303).

Posteriormente fueron construidas iglesias en conmemoración a sus memorias en Constantinopla, Acre y Roma.

Tropario, tono 4

Tus mártires, oh Señor Dios nuestro, por sus luchas recibieron de Ti la corona incorruptible, porque, habiendo conseguido tu fuerza, derribaron a los tiranos y destruyeron la presunción impotente de los demonios. Por sus oraciones, oh Cristo Dios, salva nuestras almas.

Mártir Caritina de Amisus

 

Mártir Caritina de Amisus

05 de Octubre

Santa Mártir Caritina de Roma quedo huérfana a muy corta edad y fue criada como una hija por un piadoso cristiano llamado Claudio. De joven era rica en virtudes de humildad y obediencia. Habiendo estudiado la Ley de Dios y prometido vivir su vida como novia pura del Señor Jesús, hablaba a los demás de su amor por Cristo, y por ello muchos abrazaron el camino de la salvación.

Durante el tiempo de la persecución bajo el emperador Diocleciano (284-305), fue llevada a juicio por su influencia sobre la gente. Con gran valentía defendió su fe ante las acusaciones del juez, por lo que la condenó a la tortura. Una y otra vez fue salvada por el Señor de la crueldad de los soldados. Por último, el juez envió algunos hombres jóvenes para que la violaran. Caritina rogó a Dios que protegiera su virginidad. Mientras oraba, su alma dejó su cuerpo y murió en gloriosa pureza en el año 304.

El antiguo nombre griego de Jaritini o Caritina significa “gracia” o “bondad”.

Tropario, tono 4

Tu oveja, oh Jesús, exclama con gran voz: “te extraño, oh Novio mío, y lucho buscándote; me crucifico y me entierro contigo por el bautismo; sufro por Ti para contigo reinar, y muero por Ti para que viva en Ti.” Acepta, como ofrenda inmaculada, a quien se sacrificó con anhelo por Ti, por cuyas intercesiones, oh Misericordioso, salva nuestras almas.

 

Hieromártir Hieroteo obispo de Atenas

 

Hieromártir Hieroteo obispo de Atenas

04 de Octubre

San Hieroteo era amigo amigo de san Dionisio el Areopagita, y recibió la fe cristiana del Apóstol Pablo. El Apóstol luego lo hizo obispo de Atenas, y él en cambio instruyó en los más profundos misterios a san Dionisio.

Al ocurrir la Dormición de la Madre de Dios, también fue trasladado de manera milagrosa a Jerusalén y participó en su funeral. Con sus himnos, trajo profundo gozo a muchos y mostró estar grandemente inspirado por Dios.  El mismo san Dionisio en su obra “De los nombres divinos” (3:2) escribe al referirse a san Hieroteo: “Estaba completamente transportado, completamente fuera de sí mismo y estaba tan absorto en la comunión con las cosas sagradas que celebraba en la himnología, que a todos los que lo escucharon y lo vieron y lo conocieron, y aun a los que no lo conocieron, les parecía que Dios mismo lo revelaba como un himnógrafo divino”.

Trabajó incansablemente por el Evangelio, trajo a muchos paganos a la verdad, gobernó bien a su rebaño, y finalmente terminó siendo un mártir por Cristo, quien le dio una doble corona: de jerarca, y de mártir.

Tropario, tono 4

Habiendo sido instruido en la rectitud y estando vigilante en todas las cosas, fuiste vestido con una buena conciencia como corresponde a un santo. Recibiste los misterios inefables del Vaso de Elección; y habiendo mantenido la Fe, terminaste tu carrera como él. Oh Hieromártir Hieroteo, Intercede ante Cristo Dios para que salve nuestras almas.

Hieromártir Dionisio el Aeropagita  

Hieromártir Dionisio el Aeropagita

03 de Octubre

Dionisio es contado entre los otros Setenta apóstoles (cfr. San Lucas 10:1-12). Este maravilloso hombre era de una noble familia pagana en Atenas. Terminando su educación en aquel lugar, se marchó a Egipto para aprender más. Estando él allí un cierto día, el Señor Jesucristo expiró en la Cruz, y el sol se oscureció en Egipto por tres horas. Entonces Dionisio exclamó: «O bien está sufriendo Dios, el Creador del mundo, o se está acabando el mundo».

Al regresar a Atenas, se casó con una mujer llamada Damaris y tuvo hijos con ella. Era miembro de la más alta corte en Grecia, llamada el Areópago, y desde entonces fue siempre conocido como el Areopagita. Cuando el apóstol Pablo predicó el Evangelio en Atenas, Dionisio fue bautizado con toda su casa (cfr. Hechos 17:34). Pablo lo consagró obispo de Atenas, muy probablemente como sucesor de san Hieroteo a quien él mismo llama su amigo y maestro después de Pablo. Viajó extensamente con Pablo, llegando a conocer a todos los otros Apóstoles. Especialmente fue a Jerusalén para conocer a la Santísima Madre de Dios, y escribió acerca de este encuentro en una de sus obras; además, estuvo según la tradición junto a san Hieroteo en el entierro de la Purísima Virgen, junto a los otros Apóstoles. Sufrió en tiempos de Domiciano, en el año 96 d. C. Escribió varias obras famosas: «De los nombres divinos»; «De las jerarquías celestiales»; «De las jerarquías eclesiásticas»; «De la teología mística»; y «De la Madre de Dios».

Tropario, tono 4

Habiendo sido instruido en la rectitud y estando vigilante en todas las cosas, fuiste vestido con una buena conciencia como corresponde a un santo. Recibiste los misterios inefables del Vaso de Elección; y habiendo mantenido la Fe, terminaste tu carrera como él. Oh Hieromártir Dionisio, Intercede ante Cristo Dios para que salve nuestras almas.

Hieromártir Cipriano y Santa Mártir Justina

 

Hieromártir Cipriano y Santa Mártir Justina

02 de Octubre

Cipriano se mudó de Cartago a Antioquía, donde la virgen Justina vivía con sus padres Edesio y Cleodonia. Edesio era un sacerdote pagano, y toda su casa era pagana; mas cuando Justina visitó una Iglesia y aprendió la verdadera fe, convirtió a su padre y a su madre a la fe cristiana. Los tres fueron bautizados por el obispo Optato. Cipriano, empero, era un mago que se asociaba con espíritus inmundos y practicaba la hechicería. Un joven pagano disoluto llamado Aglaidas estaba dispuesto a pagar cualquier precio con tal de encantar a Justina, pues era hermosa. La santa virgen Justina lo rechazó inexorablemente, por lo cual Aglaidas solicitó la ayuda de Cipriano. Este invocó un espíritu maligno tras otro para encender a Justina con pasión impura por Aglaidas, pero no tuvo éxito, pues por la señal de la Cruz y la oración a Dios esta echaba fuera los espíritus malignos. Tras este esfuerzo inútil, Cipriano reconoció el poder de la Cruz y fue bautizado; eventualmente fue hecho presbítero, y luego obispo. Amargados, los paganos lo denunciaron tanto a él como a Justina. Ambos fueron juzgados en Damasco, y luego torturados y degollados en Nicomedia. Entraron a su descanso a finales del siglo III d. C.

Tropario, tono 4

Como partícipe de los caminos y sucesor del trono de los Apóstoles, oh inspirado por Dios, encontraste que la disciplina era un medio de ascenso a la visión divina. Por lo tanto, repartiendo rectamente la palabra de la verdad, sufriste hasta la sangre, Oh Hieromártir Cipriano. Intercede ante Cristo nuestro Dios para que salve nuestras almas.

 

 

 

 

 

 

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