Mártires Probo, Taraco y Andrónico de Tarso en Cilicia; San Simeón el Nuevo Teólogo (justo).

Los santos mártires lucharon por Cristo durante el reinado de Diocleciano, en el año 296 o 304. Taraco, de avanzada edad, había nacido en Roma, y como sus dos compañeros era soldado; Probo era de Side en Panfilia y Andronico de Éfeso. Fueron tomados juntos en Cilicia y sometidos a múltiples torturas extremadamente crueles.

A Taraco lo golpearon en las mejillas y el cuello con piedras, le quemaron las manos, lo colgaron en un poste y le pusieron humo debajo para ahogarlo; introdujeron a la fuerza vinagre por sus fosas nasales; Después de soportar más torturas, su cuerpo fue cortado en pedazos.

Probo fue azotado con látigos, sus pies fueron quemados con hierros al rojo vivo, su espalda y costados fueron perforados con una parrilla caliente; finalmente también fue cortado con cuchillos y recibió la corona del martirio.

Andrónico sufrió torturas similares, y también terminó su carrera siendo cortado en pedazos, encomendando su alma en las manos de Dios.

Tropario tono 4, del común de Mártires

Tus mártires, oh Señor, * han obtenido de ti * coronas de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * han vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.

San Simeón el Nuevo Teólogo

San Simeón el Nuevo Teólogo nació en el año 949 en la ciudad de Galatea (Paflagonia) y se educó en Constantinopla. Su padre lo preparó para una carrera en la corte y durante cierto tiempo el joven ocupó una posición alta en la corte imperial. A los catorce años conoció en el monasterio de Studion al famoso anciano Simeón el Piadoso, quien tendría una gran influencia en su desarrollo espiritual. Permaneció en el mundo durante varios años preparándose para la vida monástica bajo la guía del anciano y finalmente ingresó en el monasterio a la edad de veintisiete años.

San Simeón el Piadoso recomendó al joven los escritos de san Marcos el Asceta (5 de marzo) y otros escritores espirituales. Leyó estos libros con atención y trató de poner en práctica lo que leía. Tres puntos planteados por san Marcos en su obra “Sobre la ley espiritual” lo impresionaron particularmente. En primer lugar, si quieres que tu alma sane, debes escuchar a tu conciencia y hacer lo que te diga. En segundo lugar, sólo cumpliendo los mandamientos se puede obtener la acción del Espíritu Santo. En tercer lugar, quien ora sólo con el cuerpo y sin conocimiento espiritual es como el ciego que gritó: «Hijo de David, ten misericordia de mí» (Lucas 18:38). Sin embargo, cuando el ciego recuperó la vista, llamó a Cristo Hijo de Dios (Juan 9:38).

El Enemigo de nuestra salvación incitó a los hermanos del monasterio contra san Simeón, que era indiferente a las alabanzas o reproches de los demás. Debido al creciente descontento en el monasterio, san Simeón fue enviado al monasterio de San Mamas en Constantinopla.

Allí fue tonsurado en el esquema monástico y aumentó sus luchas espirituales. Alcanzó un alto nivel espiritual y aumentó su conocimiento de las cosas espirituales mediante la lectura de las Sagradas Escrituras y los escritos de los Padres, así como en la conversación con los santos ancianos.

Alrededor del año 980, san Simeón fue nombrado abad del monasterio de San Mamas y continuó en este cargo durante veinticinco años. Reparó y restauró el monasterio, que había sufrido abandono, y también puso orden en la vida de los monjes.

La estricta disciplina monástica, por la que se esforzó san Simeón, provocó un gran descontento entre los hermanos. Una vez, después de la liturgia, algunos de los monjes lo atacaron y casi lo mataron. Cuando el Patriarca de Constantinopla los expulsó del monasterio y quiso entregarlos a las autoridades civiles, san Simeón pidió que se les tratara con indulgencia y se les permitiera vivir en el mundo.

Hacia el año 1005, san Simeón renunció a su cargo de abad en favor de Arsenio, mientras que él mismo se estableció en paz cerca del monasterio. Allí compuso sus obras teológicas, fragmentos de las cuales aparecen en la Filocalia.

Las sublimes enseñanzas de san Simeón sobre los misterios de la oración mental y la lucha espiritual le han valido el título de “el Nuevo Teólogo”.

Algunas de estas enseñanzas, que no fueron invención de san Simeón, sino simplemente se habían olvidado, parecían inaceptables y extrañas para sus contemporáneos. Esto provocó un conflicto con las autoridades eclesiásticas de Constantinopla, y san Simeón fue desterrado de la ciudad. Se retiró al otro lado del Bósforo y se instaló en el antiguo monasterio de santa Macrina.

El santo durmió pacíficamente en el Señor en el año 1021. Durante su vida recibió el don de hacer milagros. Así como numerosos milagros también tuvieron lugar después de su muerte.

Dado que el 12 de marzo fecha de su descanso, cae durante la Gran Cuaresma, la fiesta de San Simeón se trasladó para este día.

Tropario tono 3

Al recibir en ti, padre Simeón, * la divina luz que te envolvió, * te mostraste al mundo cual astro brillantísimo * que de él desvanece las tinieblas * y persuade a todos a que busquen con ímpetu * la gracia del Espíritu. A Él, con tesón, suplícale, * que nos otorgue la gran misericordia.

Santo Apóstol Felipe de los Setenta; Teófanes el Tatuado (justo).

Nacido en Cesarea de Palestina, Felipe era casado y tenía cuatro hijas, todas dotadas por Dios con el don de profecía, y todas vírgenes consagradas por causa de Cristo (cfr. Hechos 21:8-9). Cuando los santos Apóstoles escogieron diáconos, Felipe fue escogido junto a Esteban y a otros (cfr. Hechos 6:1-6). Felipe servía a los pobres y las viudas con gran fervor.

Cuando vino la persecución sobre los cristianos de Jerusalén, huyó a Samaria y predicó allí el Evangelio, dando testimonio del mismo mediante muchos milagros: expulsando demonios, sanando a los enfermos, y otros prodigios. Viendo los milagros del santo Apóstol, Simón el Mago fue bautizado. San Felipe también bautizó al eunuco de la Reina Candace. Después de esto, un ángel de Dios le arrebató repentina e invisiblemente a Azoto, donde enseñó y predicó, trayendo a muchos a Cristo (cfr. Hechos 8:4-40). Más tarde fue hecho obispo de Trales donde murió en paz en avanzada edad, y entró al gozo de su Señor mientras predicaba el Evangelio.

Tropario tono 3, del común de los santos Apóstoles

Oh santo apóstol Felipe, * intercede ante Dios misericordioso, * para que otorgue el perdón de las transgresiones a nuestras almas.

 

San Teofanes el Himnógrafo

 

San Teófanes, confesor e himnógrafo, obispo de Nicea, era el hermano menor de San Teodoro el Marcado (27 de diciembre). Los hermanos recibieron una excelente educación y se dedicaron especialmente a la filosofía. En su afán por conocer a Dios, se establecieron en la Lavra de San Sabas. Aquí San Teófanes fue tonsurado y más tarde se convirtió en sacerdote.

Los santos hermanos eran famosos por ser defensores de la veneración de los iconos. Cumplieron con valentía la misión que les encomendó el Patriarca de Jerusalén y fueron a Constantinopla para denunciar al emperador iconoclasta León el Armenio (813-820). Más tarde, también denunciaron a los emperadores iconoclastas Miguel Balbos (820-829) y Teófilo (829-842).

Los santos tuvieron que soportar la cárcel, el hambre e incluso la tortura. El emperador Teófilo ordenó que se grabara en sus rostros, con agujas al rojo vivo, una frase insultante para los gloriosos confesores. Por eso se les llama “Marcados” o “Tatuados”.  “Escribe lo que quieras, pero en el Juicio Final leerás tu propia letra”, dijeron los hermanos agonizantes al emperador. Enviaron a Teodoro a prisión, donde también murió (+ 833), pero Teófanes fue enviado al exilio.

Con la restauración de la veneración de los iconos, san Teófanes regresó del exilio y fue consagrado obispo de Nicea. El santo escribió unos 150 cánones, entre los que se encuentra un hermoso canon en defensa de los iconos sagrados. Murió en paz alrededor del año 850.

Tropario tono 8, del común de santos Anacoretas

Oh guía de la recta fe, * maestro de la devoción y dignidad, * astro del universo, belleza de los anacoretas * inspirada por Dios, Teófanes, * que has iluminado a todos con tus enseñanzas, oh lira del Espíritu: * ¡Intercede ante Cristo Dios, * para que salve nuestras almas!

 

Santos Eulampio, Eulampia y 200 compañeros mártires.

Estos Santos vivieron en la época de Maximiano hacia el año 296.

San Eulampio era un joven cristiano que huyó de la ciudad durante la persecución y se refugió en una cueva. Sus compañeros le enviaron a Nicomedia en busca de alimentos. Eulampio se detuvo en una calle a leer el edicto de persecución contra los cristianos. Cuando le denunció un soldado, el joven echó a correr. Naturalmente, su actitud despertó sospechas y Eulampio fue perseguido, capturado y llevado a la presencia del prefecto. El magistrado reprendió a los guardias por haber encadenado al joven, mandó que le desatasen las manos y empezó a interrogarle. Tras enterarse del nombre y el oficio de Eulampio, le exhortó a ofrecer sacrificios a alguno de los dioses, pero éste se negó y dijo que los dioses sólo eran ídolos de barro. Enfurecido el prefecto le mandó azotar. Como el joven permaneciese inconmovible, el prefecto dio la orden de torturarle en el potro. Entonces Eulampia, la hermana del mártir, se acercó a abrazarle y fue también arrestada. Ambos fueron sometidos a diversos tormentos, de los que salieron ilesos. Al verlos surgir rejuvenecidos de un baño de aceite hirviente, 200 de los presentes se convirtieron a la fe y fueron decapitados junto con los dos hermano mártires en Nicomedia.

Tropario tono 4 del común de Mártires

Tus mártires, oh Señor, * han obtenido de ti * coronas de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * han vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.

 

Santo Apóstol Santiago de Alfeo; Santos Andrónico y Atanasia

El Santo Apóstol Jacobo fue hijo de Alfeo y, según la tradición, hermano del Apóstol y Evangelista Mateo, quien anteriormente era publicano. Cuando nuestro Señor Jesucristo, durante su permanencia física en la tierra, escogió a hombres sencillos y piadosos para la dignidad del apostolado, a fin de enviarlos a predicar el Evangelio por el mundo entero, también escogió a Jacobo y lo incluyó en el coro de los Apóstoles como digno de ello. Jacobo se convirtió en uno de los doce Apóstoles, testigo y ministro de Cristo, predicador de sus misterios y su seguidor.

Luego de recibir junto con los demás Apóstoles el Espíritu Santo, que descendió sobre ellos en forma de lenguas de fuego, fue donde los gentiles a predicar a Cristo y guiar a los descarriados en el camino de la salvación. Inflamado por la llama del celo divino, destruyó quemando las espinas de la impiedad, destrozó en pedazos los ídolos, derribó sus templos, sanó diversas enfermedades, expulso de la gente espíritus malignos y convirtió a una gran cantidad de personas a Cristo.

Al visitar muchas tierras, sembró la semilla del cielo, juntó la cosecha de salvación de los hombres y concluyó su tarea terrenal siguiendo los pasos de Cristo; emulando los sufrimientos de Cristo, entregó su espíritu en manos de Dios al ser clavado en una cruz en Egipto.

Su nombre y memoria no debe confundirse con la de san Jacobo el Hermano del Señor y Primer obispo de Jerusalén (23 de octubre).

Tropario tono 3, del común de los santos Apóstoles

Oh santo apóstol Santiago, * intercede ante Dios misericordioso, * para que otorgue el perdón de las transgresiones a nuestras almas.

Santos Andrónico y Atanasia

San Andrónico y su esposa Atanasia de Egipto vivieron en Antioquía en el siglo V. San Andrónico era un artesano que dividía sus ganancias en tres partes: una parte la daba a la Iglesia, la segunda a los pobres y la tercera la utilizaba para su familia. Cuando el Señor se llevó a sus dos hijos, la piadosa pareja decidió dedicarse plenamente al servicio de Dios, ayudando a los pobres y a los enfermos. Pronto los santos esposos partieron hacia Alejandría, donde Andrónico ingresó en un monasterio y Atanasia en el monasterio femenino de Tabennisiota.

Después de doce años de vida ascética, san Andrónico fue a Jerusalén para rezar en los lugares santos. Se encontró con un compañero de peregrinación, santa Atanasia, que, previendo las dificultades del viaje, se había puesto un atuendo masculino. No se reconocieron, ya que el largo esfuerzo ascético había alterado su apariencia. Cuando regresaron de Jerusalén, ambos monjes se instalaron en una celda individual y durante muchos años vivieron la vida ascética en silencio. Santa Atanasia escribió una nota para que fuera leída después de su muerte, revelando su secreto. San Andrónico murió poco tiempo después.

Tropario tono 5

Adornaron la túnica de pureza * con los matices preciosos de la sagrada virtud * y eligieron, en acuerdo, vida ascética. * Así que su silencio sonó; * en las alturas, valió * como el himno del trisagio, * oh Andrónico y Atanasia, * esposos justos y en Dios sabios.

Santa Pelagia la Penitente del Monte de los Olivos

Santa Pelagia nació en Antioquia, Siria y hasta su conversión a Cristo era una joven de actitudes ligeras y amorales. Siendo muy atractiva físicamente se engalanaba con suntuosas vestimentas, oro y piedras preciosas por lo cual sus admiradores la llamaban Margarita o Perla.

Cierta vez se reunieron en Antioquia los sacerdotes de los alrededores. Entre ellos se encontraba Nono, obispo de Heliópolis, conocido por su sabiduría y su vida justa. Durante el descanso los obispos salieron del templo donde se reunían y de pronto ante ellos apareció un bullicioso grupo de jóvenes. Entre ellos sobresalía una joven — con los hombros al desnudo y vestida indecorosamente. Era Pelagia. Ella vociferaba y se reía fuertemente y sus admiradores rondaban en derredor de ella. Absortos los obispos inclinaron sus cabezas, pero san Nono al contrario, comenzó a observar a Pelagia. Cuando la turba ruidosa de gente se alejó, Nono preguntó a los obispos: ¿Es que no les agradó la belleza de la muchacha y la vestimenta?” Ellos callaban. Entonces Nono continuó: “Sin embargo ella me enseñó mucho, ella puso su mira en gustarle a la gente, y, ¿qué piensan? ¿Cuántas horas dedicó para engalanarse, para preocuparse en ser más linda que otras mujeres a los ojos de sus admiradores? En el juicio final, por ella el Señor nos juzgará porque nosotros teniendo en el Cielo al inmortal Prometido, descuidamos el estado de nuestra alma. ¿Con qué hechos nos presentaremos ante Él?

Regresando a las habitaciones, san Nono, comenzó a rezar por la salvación de Pelagia. Al domingo siguiente cuando  celebraba la Divina Liturgia, Pelagia guiada por una fuerza invisible, por primera vez entró al templo. El servicio religioso y prédica de san Nono acerca del juicio final le produjo tal efecto que quedó impresionada por su vida pecadora. Acercándose al santo obispo, le relató su deseo de ser bautizada, pero no tenía seguridad de que Dios se apiadara de ella: “Mis pecados son más numerosos que las arenas del mar, y no alcanzará el agua del mar para lavar mis pecaminosos procederes.” El buen obispo la consoló con la esperanza de la benevolencia Divina, bautizándola.

Convertida al cristianismo Pelagia juntó sus bienes trayéndoselos a Nono. El obispo mandó a repartirlos entre los pobres, diciendo: “Qué sea bien repartido lo que fue recogido malamente.” Luego de unos días, Pelagia vistiendo con ropas de hombre, se alejó de la ciudad. Fue a Jerusalén y allí tomó los hábitos de monje. La tomaron como un varón joven. Habitó en una celda en el monte de los Olivos, se enclaustró en él y comenzó una vida monacal estricta de penitencia y oración. Los habitantes de los alrededores la consideraban como el joven Pelagio. Después de varios años alcanzando grandes bondades espirituales, y en olor de santidad, la joven Pelagia falleció cerca del 457. En el sepelio se comprobó que el fallecido joven era mujer. Y su tumba en el monte de los olivos se convirtió en punto de peregrinaciones.

Esta venerable santa Pelagia, no debe confundirse con la Virgen Mártir Pelagia de Antioquía, que también se celebra en esta fecha discípula del Hieromártir Luciano.

Tropaio tono 8, del común de santas Justas

En ti fue conservada la imagen de Dios fielmente, oh justa Pelagia, * pues tomando la cruz seguiste a Cristo * y, practicando, enseñaste a despreocuparse de la carne, * que es efímera, * y a cuidar, en cambio, el alma inmortal. * Por eso hoy tu espíritu se regocija junto con los ángeles.

Santos Mártires Sergio y Baco de Siria

San Sergio y san Baco fueron importantes militares del emperador Maximiano a principios del siglo IV, Maximiano les tenía en gran estima por la valentía militar desempeñada en sus cargos: Sergio como primicerio (jefe-comandante de la escuela de los gentiles) y Baco como secundario. Probablemente debido al alto cargo desempeñado y a la confianza personal con el emperador, se desató una fuerte envidia entre sus subalternos, quienes informaron al Emperador de la fe en Jesucristo de los dos militares.

Maximiano se negó a creerlo y los llamó para preguntárselo personalmente, puesto que el cristianismo era condenado a la tortura y la muerte. Entonces les ordenó a Sergio y a Baco que ofrecieran sacrificios a los ídolos. Ante la declaración de fe cristiana de ambos, el emperador les dio una última oportunidad: si hacían una ofrenda a los ídolos, no sólo serían perdonados sino además serían restituidos en sus cargos otorgándoles más privilegios. Sergio y Baco se negaron respondiéndole que la honra es solo para Dios y a Él únicamente rendirían culto. Maximiano ordenó que los mártires fueran despojados de las insignias de rango militar (sus cinturones, colgantes de oro, y anillos) y, a continuación, fueran disfrazados con ropa femenina. Fueron también exhibidos a través de la ciudad con unas cadenas de hierro alrededor de sus cuellos, para que el pueblo se burlara de ellos.

Cuando llegaron nuevamente al palacio, Maximiano les recriminó afablemente su decisión de permanecer firmes en su fe, tratando de disuadirlos. Pero los santos una vez más refutaron las palabras de Emperador y las creencias en los dioses paganos.

El Emperador ordenó entonces que se los lleven al gobernador de la parte oriental de Siria, Antíoco, quien odiaba implacablemente a los cristianos. Antíoco había recibido su posición con ayuda de Sergio y Baco. Cuando los vio les dijo: “Mis padres y benefactores, tengan piedad de ustedes y también de mí. No quiero condenarlos a tratos penosos y a crueles torturas.” Los santos mártires respondieron con las palabras del Apóstol: “Para nosotros la vida es Cristo y el morir es ganancia.” Eso enfureció al gobernador y ordenó que golpearan a Baco sin piedad hasta la muerte, y que Sergio corriera 18 millas con calzado de hierro que tenía clavos en su interior, los que atravesaron los pies al santo, fue enviado a otra ciudad donde fue decapitado con la espada (año 303).

Posteriormente fueron construidas iglesias en su memoria en Constantinopla, Acre y Roma.

Tropario tono 4, del común de Mártires

Tus mártires, oh Señor, * han obtenido de ti * coronas de incorrupción * en su lucha, Dios nuestro. * Al tener, pues, tu fuerza, * han vencido a tiranos * y aplastado de los demonios * su abatida insolencia. * Por sus intercesiones, oh Cristo Dios, * salva nuestras almas.

Santo y Glorioso Apóstol Tomás

Era uno de los doce discípulos del Señor perteneciente a una familia de pescadores. Luego de la resurrección de Cristo, y en su primera aparición a los discípulos Tomas no estuvo presente y desconfiaba de que fuera verdad esta aparición; en el Evangelio de San Juan dice: “Tomás, uno de los doce, llamado el mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Le dijeron después los otros discípulos: «Hemos visto al Señor.» Mas él les respondió: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, y no meto mi dedo en el agujero de los clavos, y mi mano en la llaga de su costado, no lo creeré.» Ocho días después, estaban otra vez los discípulos reunidos y Tomás con ellos; vino Jesús estando cerradas las puertas, y se puso  en medio y dijo: «¡La paz sea con ustedes!» Luego dijo a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y examina mis manos, luego trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino creyente.» Tomás exclamó: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús
replicó: «Porque me has visto has creído. Bienaventurados aquellos que sin haberme visto han creído.”(Juan 20:24-29).

La tradición nos dice que Santo Tomás luego de la iluminación del Espíritu Santo fue a Persia e India, a enseñar el Evangelio, en esta última zona fue martirizado con unas lanzas. Parte de sus reliquias fueron trasladadas luego a Edesa en Siria.

Tropario tono 3 del común de los santos Apóstoles

Oh santo apóstol Tomás, * intercede ante Dios misericordioso, * para que otorgue el perdón de las transgresiones a nuestras almas.

 

Virgen Mártir Caritina de Amisus

Santa Mártir Caritina de Roma quedo huérfana a muy corta edad y fue criada como hija por un piadoso cristiano llamado Claudio. De joven era rica en virtudes de humildad y obediencia. Habiendo estudiado la Ley de Dios y prometido vivir su vida como novia pura del Señor Jesús, hablaba a los demás de su amor por Cristo, y por ello muchos abrazaron el camino de la salvación.

Durante el tiempo de la persecución bajo el emperador Diocleciano (284-305), fue llevada a juicio por su influencia sobre la gente. Con gran valentía defendió su fe ante las acusaciones del juez, por lo que la condenó a la tortura. Una y otra vez fue salvada por el Señor de la crueldad de los soldados. Por último, el juez envió algunos hombres jóvenes para que la violaran. Caritina rogó a Dios que protegiera su virginidad. Mientras oraba, su alma dejó su cuerpo y murió en gloriosa pureza en el año 304.

El antiguo nombre griego de Jaritini o Caritina significa “gracia” o “bondad”.

Tropario, Tono 4

Tu oveja, oh Jesús, exclama con gran voz: * «Te extraño, Novio mío, y lucho buscándote; * me crucifico y me entierro contigo por el bautismo; * sufro por ti para contigo reinar * y muero por ti para que viva en ti.» * Acepta, como ofrenda inmaculada, * a Caritina, sacrificada con anhelo por ti. * Por sus intercesiones, oh Compasivo, * salva nuestras almas.

Hieromartir Hieroteo, obispo de Atenas

San Hieroteo era amigo de san Dionisio el Areopagita, y recibió la fe cristiana del Apóstol Pablo. El Apóstol luego lo hizo obispo de Atenas, y él a su vez instruyó en los más profundos misterios a san Dionisio.

Al ocurrir la Dormición de la Madre de Dios, también fue trasladado de manera milagrosa a Jerusalén y participó en su funeral. Con sus himnos, trajo profundo gozo a muchos y mostró estar grandemente inspirado por Dios.  El mismo san Dionisio en su obra “De los nombres divinos” (3:2) escribe al referirse a san Hieroteo: “Estaba completamente transportado, completamente fuera de sí mismo y estaba tan absorto en la comunión con las cosas sagradas que celebraba en la himnología, que a todos los que lo escucharon y lo vieron y lo conocieron, y aun a los que no lo conocieron, les parecía que Dios mismo lo revelaba como un himnógrafo divino”.

Trabajó incansablemente por el Evangelio, trajo a muchos paganos a la verdad, gobernó bien a su rebaño, y finalmente terminó siendo un mártir por Cristo, quien le dio una doble corona: de jerarca, y de mártir.

Tropario, tono 4

Has aprendido la bondad * y conservado la sobriedad; * revestido de la buena conciencia debidamente, * has recibido de Pablo, vaso electo, lo indescriptible, * conservando la fe * y concluyendo, como él, la carrera. * Hieróteo, obispo mártir, * intercede ante Cristo Dios * para que salve nuestras almas.

Hieromártir Dionicio Aeropagita, obispo de Atenas

Dionisio es contado entre los otros Setenta apóstoles (cfr. San Lucas 10:1-12). Este maravilloso hombre era de una noble familia pagana en Atenas. Terminando su educación en aquel lugar, se marchó a Egipto para aprender más. Estando él allí el día que el Señor Jesucristo expiró en la Cruz, el sol se oscureció en Egipto por tres horas. Entonces Dionisio exclamó: «O bien está sufriendo Dios, el Creador del mundo, o se está acabando el mundo».

Al regresar a Atenas, se casó con una mujer llamada Damaris y tuvo hijos con ella. Era miembro de la más alta corte en Grecia, llamada el Areópago, y desde entonces fue siempre conocido como el Areopagita. Cuando el apóstol Pablo predicó el Evangelio en Atenas, Dionisio fue bautizado con toda su casa (cfr. Hechos 17:34). Pablo lo consagró obispo de Atenas, muy probablemente como sucesor de san Hieroteo a quien él mismo llama su amigo y maestro después de Pablo. Viajó extensamente con Pablo, llegando a conocer a todos los otros Apóstoles. Especialmente fue a Jerusalén para conocer a la Santísima Madre de Dios, y escribió acerca de este encuentro en una de sus obras; además, estuvo según la tradición junto a san Hieroteo en el entierro de la Purísima Virgen, junto a los otros Apóstoles.

Sufrió en tiempos de Domiciano, en el año 96 d. C. Escribió varias obras famosas: «De los nombres divinos»; «De las jerarquías celestiales»; «De las jerarquías eclesiásticas»; «De la teología mística»; y «De la Madre de Dios».

Tropario, tono 4

Has aprendido la bondad * y conservado la sobriedad; * revestido de la buena conciencia debidamente, * has recibido de Pablo, vaso electo, lo indescriptible, * conservando la fe * y concluyendo, como él, la carrera. * Dionisio, obispo mártir, * intercede ante Cristo Dios * para que salve nuestras almas.

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