El devocionario es de tamaño cuarto de carta, de 215 páginas. Contiene Servicios y oraciones de la Iglesia Ortodoxa. Su Eminencia, Arzobispo Antonio, dice en el prólogo las siguientes palabras:

Prólogo

Rezamos a Dios, nos unimos con Él, y esta unión es vida, es fuerza, es amor; por eso, nuestro Señor nos recomendó la oración y también nos dio el ejemplo al rezar en todo momento, ante cualquier acontecimiento, sea pequeño o sea grande. Así, por ejemplo, sabiendo que el dolor es nuestro asiduo visitante, nos enseñó a orar ante el sufrimiento, cuando la tristeza y la angustia nos embargan; como Él, postrados de rodillas, supliquemos al Padre que, si es posible, aparte de nosotros la copa de la amargura; mas no se haga como nosotros queremos, sino como Él quiere, repitiendo lo que le decimos en la oración que nos enseñó Jesús: «Hágase tu voluntad.»
Las circunstancias y momentos que nuestro Señor dedica a la oración, señalados por los Evangelistas, son tan sólo chispazos que manifiestan esa constante comunicación de Jesús con el Padre.

La necesidad de la oración la palparon los mismos discípulos, cuando ante la impotencia de expulsar a un espíritu maligno, le preguntaron al Señor, porqué no pudieron arrojarlo; y él les contestó que esta clase de espíritus sólo puede ser arrojada con la oración.

Los apóstoles y los primeros cristianos siguieron los divinos ejemplos y enseñanza recibidos; por ello, después de que el Señor ascendió al Padre, todos perseveraban en la oración y acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones. Y nuestra Iglesia, fiel al Señor y a la Tradición, consciente de que la oración ferviente del justo es poderosa, nos exhorta con las mismas palabras de San Pablo: «Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias a Dios, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de nosotros.» (1 Tes 5: 16-18)

Bendecimos al reverendo padre Ignacio Samaán, nuestro fiel colaborador, y a todo el grupo de trabajo que él preside, por el ahínco con que se han dedicado a la edición de los tesoros de nuestra Iglesia, tesoros que animarán, sin duda, a nuestra feligresía a recurrir a la oración, porque los tiempos de hoy exigen, antes de todo, la oración, para recuperar los valores que hemos perdido.

Recomendamos este Devocionario a nuestra feligresía y a todos los que buscan un alimento para el alma y el espíritu.

+ Antonio
Arzobispo de la Iglesia
Católica, Apostólica, Ortodoxa, Antioquena
en México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe.

Índice

Prólogo……………………………………….. 5
Proemial, Oraciones al despertarse…. 9
Salmos de Maitines……………………. 17
Vísperas………………………………………. 37
Pequeñas completas………………………. 59
Troparios de la Resurrección…………. 87
Troparios de las fiestas principales…. 97
Troparios de Santos……………….. …… 105
Oración preparatoria para la
Comunión……………………………………. 121
Oraciones de los alimentos…………… 133
Diversas oraciones………………………. 135
Canto a la Madre de Dios,
De San Nectario de Pentépolis……… 139
Acatisto……………………………………… 143
Paráclesis………………………………….. 169
Fragmentos sobre la oración…………. 207
Índice………………………………………… 213

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