Boletín del 27/07/2014

7° Domingo de Mateo

Memoria de San Pantaleón

¡Oh Santo luchador,
Pantaleón, el sanador! Intercede al Piadoso Dios
para que otorgue la remisión de las iniquidades
a nuestras almas.

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 6

Los poderes celestiales aparecieron sobre tu sepulcro;
y los guardias quedaron como muertos;
María se plantó en el sepulcro buscando Tu Cuerpo Purísimo;
sometiste al hades sin ser tentado por él;
y encontraste a la Virgen otorgándole la vida.
¡Oh Resucitado de entre los muertos, Señor, gloria a Ti!

Tropario de San Pantaleón

Tono 4

¡Oh Santo luchador,
Pantaleón, el sanador! Intercede al Piadoso Dios
para que otorgue la remisión de las iniquidades
a nuestras almas.

Condaquio de la Transfiguración

Tono 7

Te transfiguraste en el monte, oh Cristo Dios,
y tus discípulos contemplaron tu Gloria según pudieron soportarla;
para que, cuando te viesen crucificado,
percibieran que tu Pasión fue voluntaria
y proclamaran al mundo que Tú eres verdaderamente el Resplandor del Padre.

Lecturas Bíblicas

Segunda Carta del Apostol San Pablo a Timoteo  (2:1-10)

Hijo mío, Timoteo: Mantente fuerte en la Gracia de Cristo Jesús; y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, a instruir a otros. Soporta las fatigas como un buen soldado de Cristo Jesús. Nadie que se dedica a la milicia se enrede en los negocios de la vida, si quiere complacer al que le ha alistado. Y lo mismo el atleta; no recibe la corona si no ha competido según el reglamento. Y el labrador que trabaja es el primero que tiene derecho a percibir los frutos. Entiende lo que quiero decirte, pues el Señor te dará la inteligencia de todo.

Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, descendiente de David, según mi Evangelio; por Él estoy sufriendo hasta llevar cadenas como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso, todo lo soporto por los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación que está en Cristo Jesús con la gloria eterna.

 Evangelio según San Mateo (9: 27-35)

En aquel tiempo, al pasar Jesús, lo siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!» Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creen que puedo hacer eso?» Le respondieron: «Sí, Señor.» Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en ustedes según su fe.» Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Cuiden que nadie lo sepa!» Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca. Salían ellos todavía cuando le presentaron un mudo endemoniado. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel.» Pero los fariseos decían: «Por el príncipe de los demonios expulsa los demonios.» Jesús recorría todas las ciudades y aldeas enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda dolencia y toda enfermedad.

Mensaje Pastoral

El milagro: ¿regla o excepción?

«Jamás se vio cosa igual en Israel.»

Jesús en la lectura evangélica de hoy cura a dos ciegos y luego a un mudo en un contexto de varias curaciones; la gente se maravilló por lo que estaba sucediendo, mientras los fariseos impíos atribuían las obras de Jesús a Satanás: «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios». Es un pasaje que nos estimula a pensar sobre «el milagro».

El milagro es el acontecimiento que supera la razón del hombre. Esta definición nos permite proponer tres fuentes posibles del milagro:

Es obvio que los fariseos, endurecidos de corazón, se equivocaron en su juicio sobre las obras de Jesús; pero en realidad, sí que «el príncipe de los demonios» es capaz de hacer cosas extraordinarias. El libro del Apocalipsis nos lo advierte: «Seduce a los habitantes de la tierra con las señales que le ha sido  concedido  obrar  al  servicio  de  la  Bestia»  (Ap 13:14). El mismo Señor señala que «surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos» (Mt 24:24). Esta advertencia no ha de atemorizar a los fieles, más bien, de guardarlos en la vigilia respecto a todo lo que se les expone, por más grandioso que sea. La práctica de la magia, lectura de cartas o del café entre otras cosas –que en su mayoría no son más que ilusión y engaño estúpidos–, deja espacio para influencia y dependencia satánicas; por lo que la santa Iglesia condena rotundamente estas prácticas. San Pablo considera a la hechicería como una de «las obras de la carne» (Gal 5:20). La magia, por más que logre adivinar con exactitud, su fin será la destrucción del hombre y su perdición lejos de Dios.

La capacidad del mismo hombre es también una fuente verídica del milagro. Lo que ayer era imposible, ahora ya no: el hombre llega a la luna, la comunicación es instantánea, y la medicina ha evolucionado asombrosamente. Además, las capacidades metafísicas de la mente humana no han sido explotadas más que en un porcentaje mínimo, dice la ciencia. En realidad, si bien el cristianismo anima y, aún más, inspira la creatividad humana a favor del bien del mundo, reprocha el egoísmo que pudiera ensuciar estos intentos, y la soberbia, la puerta más ancha que da entrada a la acción diabólica en la creación de Dios (el relato de Adán).

El milagro que viene de Dios es paralelo a la fe. En la lectura evangélica de hoy, Jesús pregunta a los dos ciegos: «¿Creen que puedo hacer eso?» Las señales del Señor, lejos de cualquier espectacularidad, requieren de fe y conducen a ella. Cada principiante de nosotros, con una contemplación sincera, puede concluir que el mundo está lleno de milagros de Dios: el orden del universo, las estrellas, la elegancia de la naturaleza, el nacimiento de un infante, la célula humana…; pero cada vez que se navegue más en el mar de la fe, el descubrimiento del milagro será más palpable y personal: la intervención benévola de Dios en la vida de «sus amigos» se vuelve un milagro constante, milagro que genera en el alma no nada más admiración sino también paz y devoción.

No pidamos al Señor señales, sino su Presencia «venga tu Reino». La bondad de su Presencia nos hará descubrir la definición cristiana del milagro:

«Todas las cosas obran en conjunto al bien de los que aman a Dios» (Rom 8:28).

Vida de Santos

San Pantaleón

27 de Julio

Un hombre cuya vida fue cuatro años más corta que la del Salvador a quien él sirvió; sus veinSan Panteleimontinueve años alcanzó suficientes logros en la ciencia y la religión que llenarían con su esplendor todo aquel siglo. Como el gran San Lucas del Nuevo Testamento, Pantaleón era doctor y se le recuerda con reverencia como “médico glorioso.“Pero diferencia de aquél, Pantaleón alcanzó la santidad no por su evangelización, sino por sus talentos como médico, pues sus esfuerzos en contra del sufrimiento, fueron aumentados gracias al poder divino. Pantaleón “el todo misericordioso” nació en el año 275 d.C en Nikomedia, Asia Menor; de padre pagano y madre cristiana. De su padre sacó el intelecto profundo; de su madre, la conciencia espiritual; cualidades que, primero, lo empujarían al reconocimiento, y después hacia la tragedia, en un lapso relativamente corto. De apariencia atractiva y porte noble, Pantaleón fue discípulo del médico más notable del Imperio, Eufrosinos. Al poco tiempo, su profundo conocimiento y habilidad para curar le atrajo la atención del emperador Maximiano, quien lo incorporó a su servicio personal y al de la corte. Aunque esto aumentó grandemente su fama, el joven médico continuó curando a la gente del pueblo. El piadoso cristiano Ermolaos, quien por su abierta promoción del Cristianismo era perseguido constantemente por el imperio, conoció a Pantaleón y alabó su habilidad médica, induciéndolo a que conociera “la curación proveniente de lo más Alto”. Después de una serie de encuentros, el médico vino a conocer su verdadera vocación cristiana, y a partir de entonces, como hombre de ciencia sus profesionalismo fue subordinado a su papel de seguidor de Cristo. Continuaba curando a sus pacientes, pero ahora en el nombre del Señor, es decir en nombre del mayor Médico de todos. Su poder de curación ya no era atribuible sólo a su habilidad como médico, sino también, a una intervención divina. Conforme creció su reputación, Pantaleón llego a ser conocido, más como un hombre de Dios que de ciencia, reconocimiento que provocó la ira y condena del emperador. Una vez apresado e interrogado, se le ofreció una última oportunidad de elección entre Cristo y los ídolos; su respuesta fue una reafirmación de su cristiandad. No todas las acciones diabólicas de los torturadores de Pantaleón son conocidas. Pero la historia nos narra que este noble cristiano y medico honorable, fue entre otras cosas, torturado en un estante, estirando sus miembros y quemado con velas. Después de estas experiencias horrorosas; fue arrojado primero, en un hoyo ardiente y después a una guarida de bestias. Cuando sobrevivió, los paganos se convencieron de que había una especie de poder sobrenatural protegiéndolo. Finalmente se decidieron por ahogarle, lanzándolo a un río profundo con una enorme piedra atada a su cuerpo. Cuando la piedra se mostró capaz de flotar, los torturadores exasperados sacaron a Pantaleón del agua y lo colocaron sobre el bloque de ejecución donde fue decapitado. En aquel tiempo se dijo que no fue sangre, sino leche, lo que fluyó de la dañada cabeza del mártir. Pantaleón dio su vida por Cristo el 27 de julio del año 304.

Sentencias de los Padres del Desierto

  • Dijo el abad Moisés: «Si el hombre no graba en su corazón que es pecador, Dios no le escucha». Y un hermano le preguntó: «¿Por qué es tan importante sentirse pecador?». Y el anciano le contestó: «Si uno tiene presentes sus pecados, no ve los pecados de su prójimo».
  • Dijo un anciano: «El hombre que tiene siempre presente su muerte, a todas horas vence el desaliento».
  • Dijo el abad Pastor: «En el Evangelio está escrito: “El que no tenga espada que venda su manto y compre una” (Lc. 22,36). Esto significa: “El que tenga paz que la deje y se prepare para la lucha”». Se refería a la lucha contra el diablo.

Boletín del 20/07/2014

6o Domingo de San Mateo

Memoria del Santo Profeta Elías  

 
Oh Salvador, cuando resucitaste del sepulcro,
te manifestaste como verdadero hombre 
al ponerte en medio de tus discípulos comiendo con ellos;
les enseñaste el bautismo del arrepentimiento;
y de inmediato subiste hacia tu Padre Celestial,
prometiendo enviarles al Consolador,
¡Oh Dios todo Divinidad, Dios Encarnado, gloria a ti!
 
                                                            Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 5

Al coeterno Verbo, con el Padre
y el Espíritu, Al Nacido de la Virgen
para nuestra salvación, alabemos,
oh fieles, y prosternémonos.
Porque se complació en ser elevado
en el cuerpo sobre la Cruz y soportar la muerte,
y levantar a los muertos por su Resurrección gloriosa.

Tropario del Profeta Elías

Tono 4

Oh Ángel con cuerpo, Cimiento de los profetas, 
segundo Precursor de la venida de Cristo, 
oh Elías glorioso, que enviaste la gracia de lo alto a Eliseo  
para que expulsara las enfermedades y purificara a los leprosos:
brinda la curación a los que te honramos.

Condaquio

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable;
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, pecadores,
sino acude a auxiliarnos, como bondadosa,
a los que te invocamos con fe.  Sé presta en intervenir
y apresúrate con la súplica, oh Madre de Dios,
que siempre proteges a los que te honran.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol Santiago  (5: 10-20)

Hermanos: Tomen como modelo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Miren cómo proclamamos felices a los que sufrieron con paciencia. Han oído la paciencia de Job y saben el final que el Señor le dio; porque el Señor es compasivo y misericordioso.

Ante todo, hermanos, no juren ni por el cielo ni por la tierra, ni por ninguna otra cosa. Que su sí sea sí, y el no, no; para no incurrir en juicio. ¿Sufre alguno entre ustedes?; que ore. ¿Está alguno alegre?; que cante alabanzas. ¿Está enfermo alguno entre ustedes?; llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados le serán perdonados. Confiésense, pues, mutuamente sus pecados y oren unos por los otros, para que sean curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder.

Elías era un hombre de igual condición de nosotros; oró insistentemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Después oró de nuevo y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto. Si alguno de ustedes, hermanos míos, se desvía de la verdad y otro lo convierte, sepa que el que convierte a un pecador de su camino desviado, salvará su alma de la muerte y cubrirá multitud de pecados.

Santo Evangelio según San Mateo (9: 1-8)

En aquel tiempo, Jesús subió a la barca, pasó a la otra orilla y vino a su ciudad. Y sucedió que le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: « ¡Ten confianza, hijo! Tus pecados te son perdonados.» Pero he aquí que algunos escribas dijeron para sí mismos: «Éste está blasfemando.»

Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: « ¿Por qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dice al mismo tiempo al paralítico: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.» Él se levantó y se fue a su casa. Y al ver esto, la gente quedó admirada y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres.

Mensaje Pastoral

¿Era del espíritu o de la materia?

“¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te son perdonados,’ o decir: ‘Levántate, y anda’?”

Homilía de Monseñor Pablo Yazigi, Arzobispo de Alepo

Le trajeron a Jesús a un paralítico acostado sobre una cama que llevaban cuatro hombres. Parece que la situación del paralítico era tan frágil que no podía pronunciar ni una sola palabra, ni pedirle nada a Jesús, ni hablar con Él. Presentaba, en otras palabras, la peor imagen posible de un ser humano: más parecido a un muerto que a un ser vivo.

Ante dicha situación, y en comparación con otros casos de curación que Jesús había realizado en condiciones mejores que ésta, ¿qué podríamos esperar de Jesús sino que le dijera a este hombre: “Levántate y anda”? Todo lo contrario, los presentes se sorprendieron al ver que Jesús no consideraba la patética situación del paralítico, sino que le dijera: “¡Hijo, tus pecados te son perdonados!”.

Está claro que nadie esperaba tal cosa, ni quienes llevaban al paralítico, ni la multitud presente allí. También está claro que Jesús hizo esto a propósito.

Jesús quiso dejar el mensaje que, en las peores situaciones, el mayor peligro es aquel que amenaza la parálisis el alma más que la del cuerpo, porque el alma es más importante, mientras que el cuerpo está al servicio de esta.

Así era el orden de las cosas al principio. En el paraíso, el ser humano vivía sin dolor ni tristezas. Disponía de todas las cosas buenas para que sirvieran a su crecimiento espiritual y su perfección. Su permanencia en dicho estado paradisíaco requería de él que permaneciera en el camino de la perfección espiritual, debido a que aquella vida espiritual necesitaba de esta situación normal y de este digno cuerpo como un recipiente adecuado. Pero cuando el ser humano revirtió las agujas de la marcha divina abiertas delante de él, y cambió el orden de las cosas, Dios permitió que ingresaran, a nuestra vida cotidiana, el dolor, el hambre y todas aquellas realidades que nos molestan, para que la perfección del cuerpo sea un regalo para la perfección espiritual cuando esta se lograra.

El cuerpo exento del dolor ha de ser el recipiente del ser humano perfecto espiritualmente. Este cuerpo se ha vuelto una esperanza, después de la caída del hombre, mientras que era una primicia en el paraíso. Lo más importante es la perfección espiritual, la materia y el cuerpo son un “vaso para honra y deshonra” (Cf. Rom 9:21).

Desde el principio, la jerarquía entre lo espiritual y lo material fue clara y sana: el espíritu es superior a la materia, mientras que la materia sirve armoniosamente al espíritu. 

Por ello, parece ser que Jesús, ante el estado de este paralítico, desafía firme y cabalmente el hecho de como la gente corre para satisfacer sus necesidades materiales. Jesús enfatizó fuertemente la superioridad del espíritu sobre la materia, por ello, priorizó el perdón de los pecados y la salud del alma, cuando el cuerpo necesitaba fuertemente recuperar la salud.

Y nuestra época tiene necesidad, hoy más que antes, de hacer una lectura detenida de lo acontecido en el evangelio y aprender de ello, tomando en cuenta esta posición de Cristo, especialmente el desafío que ha puesto ante la corriente devastadora del materialismo y el retardo de lo espiritual.

La civilización contemporánea se ve amenazada por la corrupción, y le conviene que los cristianos la desafíen de manera semejante a lo que Jesús hizo ante nosotros. Este desafío no suprime la necesidad económica de por sí, sino que subraya la primacía del espíritu. Si buscamos el Reino de Dios y su justicia, todo lo demás se nos dará por añadidura.

Un vistazo rápido sobre los aspectos más importantes de la vida, su evolución y los cambios ocurridos en cuanto a sus objetivos, nos muestra que la sal comenzó a perder su sabor. El asunto es pues, ¿con qué es posible salar?

Nuestra civilización no retribuye en forma digna el trabajo y no enaltece como corresponde las profesiones cada vez que baja sus metas al solo nivel de la ganancia. ¿Cuáles son los criterios para elegir una profesión? ¿Acaso se determina por lo que puede brindar a la humanidad, o por lo que puede remunerar? ¿Es para servir o para ganar? Se observa que el criterio de ganar prima sobre el servicio y lo reemplaza. El dinero lo orienta todo. El beneficio está por encima del amor. Por ejemplo, la educación, una de las profesiones más nobles, se ha clasificado en el último lugar porque no remunera tanto. El valor del docente-profesor ha cambiado. Mientras se era un padre y un educador, hoy en día, observamos la pérdida de esta imagen. Parece que aquellos que eligen esta carrera, lo hacen porque ya no tienen acceso a otra carrera mejor remunerada.

La ciencia es otro ejemplo. Su finalidad era la creatividad y el servicio al ser humano. Sin embargo, el ser humano, a imagen de Dios, hoy está sujeto al juego de la ganancia. La creatividad, en particular, se convirtió en una herramienta que se compra, que es manejada por el dinero. ¡Las corrientes de la muerte se apoderan de las fuerzas de la creatividad! Eso es lo raro que ocurre hoy en día. El progreso en los métodos de tortura ha llegado más alto que los logros en la medicina. Nuestra civilización está amenazada por lo falso. Y por último, para no dejar de mencionarlo, señalamos el desperdicio del significado de la caridad, de la fidelidad, del sacrificio, de la entrega, del patriotismo, sustituyéndolas por una palabra: el interés propio.

El ser humano ya no tiene valor por su persona, sino que volvió a ser un individuo más dentro de la sociedad, un número dentro de una masa, se lo vende y se lo compra sin que importe su singularidad humana y su valor personal, sobre quien las fuerzas de la oscuridad ejercen su dominio, cuyo único criterio es el dinero. ¿Cuál es el valor del pobre en nuestra civilización? ¡La respuesta es “nada”! ¿Cuál es el valor del paralítico o del enfermo? La respuesta es: mejor deshacerse de él.

Los ejemplos de la corrupción de la sal son muchos. El cristiano, siguiendo el ejemplo de su Maestro, va delante de esta corrupción y la desafía. La perfección moral no es una esperanza futura esperada para después de esta vida presente. Es un camino en el que se avanza, paso a paso, luchando, vigilando y orando, desafiando la corriente de la corrupción que prevalece. El cristiano es la luz del mundo y la sal de la tierra. Las corrientes de corrupción no son una sentencia, sino un desafío. Y aunque el desafío es duro, sin embargo, la fuerza del Señor “se perfecciona en la debilidad” (Cf. II Cor 12:9).

El cristiano lleva el Evangelio al mundo, mundo cuya sal ha perdido su sabor, y predica la Buena Nueva como luz para un mundo que ha perdido la luz. El cristiano reconoce en la humildad la exaltación verdadera, y en la pobreza la riqueza verdadera. Pone las cosas en su verdadero sendero. Prioriza el espíritu sobre la materia en todo tiempo y lugar. Trabaja para establecer el reino del Espíritu, pues él es una mano fuerte que la gracia divina conduce para construir la era del Espíritu a través del uso de lo material. Amén.

Vida de Santos

El Profeta Elías

20 de julio

El Profeta Elías nació en la región sureste de la Tierra Santa nueve siglos antes de Cristo. Provenía de la tribu de Leví, de la generación de Aarón. Un tiempo antes de su nacimiento, el reino hebreo se dividió en dos partes: El reino de Judá y el reino de Israel. El primero lo integraron las tribus de Judá y de Benjamín, siendo su capital Jerusalén. Ocupaba la región del medio oriente de la Tierra Santa. El reino de Israel se situaba en la región septentrional y lo constituían las otras 10 tribus, siendo su capital Samaria.

En los tiempos del Profeta Elías, el pueblo hebreo que habitaba en el reino de Israel, comenzó a apartarse de la fe y a venerar a los dioses paganos, como Baal y otros más. Durante el reinado de Ajab (877-854 antes de Cristo), Elías sintió el llamado a servir a Dios como su Profeta y se convirtió en un ferviente defensor de la verdadera Fe.

Así, el profeta Elías trató de convencer al impío rey Ajab a rechazar a los ídolos y dirigirse al verdadero Dios, pero el rey no lo escuchó. Entonces el profeta predijo que durante tres años en Israel no habría ni lluvia, ni rocío. La sequía y la hambruna azotaron a Israel. El profeta se retiró a un lugar apartado en las cercanías de un arroyo donde un cuervo le traía el alimento. Al cabo de un año, el arroyo se secó y entonces Elías se dirigió al norte de la Tierra Santa, a Sarepta de Sidón y se estableció en la casa de una pobre viuda. A pesar de carecer de alimentos, la viuda con la última harina y aceite le cocinó una tortilla y se la dio de comer. Después de esta acción, gracias a la petición del profeta Elías en sus oraciones a Dios, nunca mas faltó harina y aceite en la casa de la viuda y ésta durante mucho tiempo pudo alimentar a su hijo y a su huésped. Cuando la viuda repentinamente enfermó y murió, el profeta Elías la resucitó (3 Rey.17).

El lugar principal donde se adoraba a Baal en el reino de Israel, era el monte Carmelo. Al cabo de tres años y medio del inicio de la sequía, el profeta Elías reunió allí al rey Ajab, al pueblo y a los sacerdotes de Baal y les dijo: “¿Hasta cuando estaréis rengos de las dos piernas? Si el Señor es Dios, síganlo a Él, y si lo es Baal, entonces sigan a Baal!” Para saber quien era el verdadero Dios, Elías propuso levantar un altar a cada uno de ellos, poner sobre tales al novillo sacrificado, pero no encenderían las leñas. Cada uno invocaría a su dios para que el fuego cayera del cielo. El Dios que hiciera encender el fuego, sería considerado como El Verdadero! Todos aprobaron la propuesta del Profeta. Primeramente los sacerdotes del Baal invocaron a su dios, pidiéndole el fuego. Gritaron y bailaron alrededor del altar durante todo el día. Elías comenzó a burlarse de ellos diciéndoles que Baal se había quedado dormido y que deberían gritar mas fuerte. Al anochecer, el profeta Elías ordenó reunir a todos frente a su altar. Luego, según su indicación, alrededor del altar dedicado al verdadero Dios, cavaron una fosa y arrojaron abundante cantidad de agua sobre la leña para mojarla completamente. Hicieron así para que nadie dudara del milagro que ocurriría. Después de todo esto, el Profeta Elías comenzó a rezar: “Escúchame Señor, haz que el pueblo tuyo sepa hoy día, que Tú eres el único Dios en Israel y que yo soy Tu siervo.” Y cayó fuego del cielo, y quemó todo, la leña, las piedras del altar y el polvo alrededor, evaporando el agua que se juntó en la fosa. Al ver todo esto el pueblo aterrorizado cayó de rodillas exclamando: “¡El Señor, es el Dios, El Señor, es el Dios!” Entonces, el pueblo capturó a todos los sacerdotes de Baal y los mató, debido a que durante tantos años, los sacerdotes los habían inducido al engaño. Presionado por lo sucedido, el rey Ajab y el pueblo empezaron a descender del monte. En ese momento se nubló el cielo y comenzó a llover. ¡La primera lluvia después de tres años! De esta manera, el profeta Elías convirtió a muchos israelitas a Dios (1 Reyes 18, 1-46).

Después de este milagro, Jezabel, la esposa de Ajab, comenzó a perseguir al profeta Elías, el cual tuvo que esconderse en el desierto y finalmente llegar hasta el monte Horeb, cerca del Sinaí. Aquí Elías tuvo una visión: primero sintió una suave brisa y luego vio a Dios. El Señor le ordenó ungir como profeta a Elíseo quien sería su sucesor (2 Reyes 2, 9-10). La vida de profeta de Elías finalizó de una manera extraordinaria: fue llevado al cielo en una carroza de fuego,(2 Reyes 2,11). El profeta Elíseo presenció este hecho y recibió la capa de Elías con la cuál realizó el primer milagro. El profeta Elías permanece ahora en el cielo, en alma y cuerpo, igual que el patriarca antediluviano Henoc quien también fue llevado vivo al cielo en alma y cuerpo,(Génesis 5:24).Y se considera que tanto el profeta Elías como Henoc volverán a la tierra antes del fin del mundo, para acusar al anticristo y sufrirán martirios a manos de este último.

Mediante los grandes milagros que realizó, Elías ayudó al restablecimiento de la fe en Dios y destruyó la idolatría. Por medio de estos hechos, preparó la llegada del Salvador del mundo. La ferviente defensa de la verdadera fe, la absoluta obediencia a la voluntad de Dios, la pureza y la castidad de su vida, la dedicación a la oración y a la contemplación de los misterios divinos, son las cualidades que distinguen a este gran profeta. Sus contemporáneos, viendo sobre él la bendición de Dios, lo llamaban “El hombre de Dios”

Santa Cristina Mártir

24 de Julio

Santa Cristina fue la hija de un gobernante de la ciudad de Tira. Sus padres eran paganos, pero, por la providencia de Dios la llamaron con un nombre que predecía su futuro, el de ser cristiana. No había en la ciudad, entre las doncellas, persona mas bella que ella. Su padre, deseando de que conserve su virginidad, construyó una vivienda especial para ella, colocando allí unos ídolos y ordenándole que ella los venere. Viviendo en la soledad, Cristina admiraba el cielo estrellado, e igual que santa Bárbara, llegó a la conclusión que tiene que existir un solo Creador. Dios hizo que ella conociera a unos cristianos, los cuales le explicaron sobre la fe cristiana, y ella creyó en Jesucristo. Después de esto, Cristina, con gran indignación destruyó a los ídolos en su casa y por esta razón, por orden de su padre, fue sometida a diferentes torturas. Ella fue golpeada sin compasión, su cuerpo era cortado con cuchillos filosos, la quemaban con fuego, la tiraron en un hoyo con serpientes venenosas, etc. Finalmente los verdugos la traspasaron con lanzas y espadas. Esta fue la forma como la santa mártir Cristina sufrió por Cristo en el año 300.

Sentencias de los Padres del Desierto

Sobre la Humildad

  • Decía un anciano: «Si consigues guardar silencio, no lo consideres como mérito tuyo. Cuando te venga esa consideración, di: “Es que soy indigno de hablar”».
  • Un hermano preguntó a un anciano: «¿En qué consiste el progreso de un hombre?». Y el anciano le contestó: «En la humildad. Cuanto más se abaja un hombre más se eleva a la perfección».
  • Decían los ancianos: «Aunque se te aparezca de verdad un ángel, no le acojas fácilmente, sino humíllate, diciendo: “No soy digno de ver un ángel yo que vivo en el pecado”».
Felicitación:

El día 20 de julio celebramos la fiesta del Profeta Elías. Felicitamos a todos los que llevan el nombre “Elías” y buscan la intercesión del gran Profeta celoso en su amor a Dios, felicitamos a la comunidad del Profeta Elías en Maturín, Venezuela.

Boletín del 13/07/2014

Memoria de los Stos. Padres

del 4° Concilio Ecuménico

Chalcedon-icon

Celebrando la conmemoración de los divinos Padres,
a Ti suplicamos, Oh Muy Compasivo Señor,
para que salves a Tu pueblo  del perjuicio de todos los herejes; 
Y haznos dignos a todos de glorificar al Padre,  al Verbo y al Espíritu Santísimo.
                                                                                                                                         Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 4

audio132Las discípulas del Señor aprendieron del Ángel
el alegre anuncio de la Resurrección, y
la sentencia ancestral rechazaron y
se dirigieron con orgullo a los apóstoles diciendo:
¡Fue aprisionada la muerte, Resucitó Cristo Dios
y concedió al mundo la gran misericordia!

Tropario los Santos padres de Cuarto concilio

Tono 8

audio27¡Glorificado eres Tú oh Cristo Dios nuestro,
que cimentaste a los santo padres en la tierra como astros, 
por los cuales nos dirigiste a la verdadera fe! 
¡oh Misericordioso, gloria a Ti!

Condaquio

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable; 
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, pecadores, 
sino acude a auxiliarnos, como bondadosa,
a los que te invocamos con fe.  Sé presta en intervenir 
y apresúrate con la súplica, oh Madre de Dios, 
que siempre proteges a los que te honran.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a Tito (3:8-15)

Hijo mío, Tito: Cierta es la Palabra, y quiero que en esto te mantengas firme, para que los que creen en Dios procuren sobresalir en la práctica de las obras de bondad; éstas son las obras buenas y provechosas para los hombres. En cambio, las discusiones necias, genealogías, contiendas y disputas sobre la Ley, evítalas, porque son inútiles y vanas. Al desviado en la fe, después de una y otra amonestación, rehúyelo; ya sabes que tal hombre se ha pervertido y peca condenándose a sí mismo.

Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir donde mí a Nicópolis, porque he pensado pasar allí el invierno. Cuida de proveer de todo lo necesario para el viaje a Zenas, el perito en la Ley, y a Apolo, de modo que nada les falte.

Que aprendan también los nuestros a sobresalir en la práctica de las buenas obras, atendiendo a las necesidades urgentes, para que no queden sin fruto.

Te saludan todos los que están conmigo. Saluda a los que nos aman en la fe. La Gracia sea con todos ustedes.

Santo Evangelio según San Mateo (5:14-19)

Dijo el Señor a sus discípulos: «Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos… No piensen que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. En verdad les digo, el cielo y la tierra pasarán antes que pase una “i” o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que transgreda uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los cielos.»

Mensaje Pastoral

¡Ustedes son la luz del mundo!

Hoy celebramos a los Padres del Cuarto Concilio Ecuménico, Concilio que definió la fe de la Iglesia al respecto de la Persona de Cristo, Quien es Diosimages Perfecto y hombre Perfecto. En su honor, leemos el pasaje del Evangelio según San Mateo en el que el Señor dice a sus discípulos: “Ustedes son la luz del mundo”. En otro lugar Jesús había dicho de Sí mismo: “Como luz he venido al mundo”, y San Juan Evangelista lo llama “la Luz verdadera”, la cual los verdaderos discípulos reciben y reflejan. Entonces al decirles “ustedes son la luz del mundo”, Jesús se refiere a Sí mismo como la Luz entregada a ellos para ser trasmitida al mundo. El hombre cuando enciende un antorcha no la esconde en el rincón sino que coloca en lo alto para iluminar a todos los que están en la casa.

Esto nos inspira a los que leemos el presente pasaje evangélico a aspirar una postura ajena a cualquier vergüenza de Cristo; no nos dejemos intimidar en nuestra fe ni tengamos miedo de incorporarnos a nuestra Iglesia. Hemos sido bautizados en Cristo: tengamos el valor de sentirlo, de confesarlo y de vivirlo. Sépalo que el cercano que el lejano: somos heraldos de la Luz, así que no seamos pusilánimes sino portemos la luz con valentía porque ningún hombre enciende un candil en su casa para guardarlo bajo la cama.

La luz que prendes te posibilita verlo todo —subráyese la palabra “todo”—: entonces lo esencial, lo importante y aun lo insignificante. A la luz de la lámpara ves lo que tenías olvidado y lo que tienes en mente; ves a tu hijo y a tu hija, pero también las herramientas de la cocina y de la oficina y todo lo que está en tu casa.

Tengo la impresión de que cuando hablamos de la luz —tema de reflexión muy común en los ambientes eruditos—, solamos considerarlo como algo que ilumina el cielo y los lejanos horizontes pero no a nuestro íntimo entorno. Por ejemplo, el orden de nuestro mismo hogar, ¿lo contemplamos a la Luz de Cristo? ¿Nuestra comida se prepara o se come a la luz de Cristo? ¿Nuestros trabajos se consuman a la luz de Cristo, o como si ésta iluminara de nubes para arriba lejos de los aspectos prácticos de nuestra vida? En una interrogación resumida: ¿la luz de Cristo penetra a todos los rincones de la casa?

Temo a que la respuesta negativa sea la causa principal de los pensamientos dudosos, de las mentes desconcertadas y de las almas turbadas con ansiedad. La agitación en muchos hogares, la impotencia en la educación de nuestros hijos y la incertidumbre en nuestro mundo evidencian que ciertamente no caminamos guiados por la única “verdadera Luz”. ¡Cuán muchas son las luces artificiales que conducen al precipicio!

La luz de Cristo no ha de limitarse a los muros del templo ni a los vocablos de la divina inspiración; más bien ha de penetrar en todo mi ser: en mis manos en mis pies, en mis articulaciones, mente y corazón, en mis quehaceres, anhelos y educación. El que está incierto en sus relaciones con su entorno, sin duda está incierto en su pertenencia a la Luz.

En su lugar, en su hogar, en su pueblo y en su país; por más importante que consideren su ubicación o por más insignificante que el momento se les haga, por más nublado que el cielo se vea o más obscura que la noche se perciba: en Cristo, ¡ustedes son la luz del mundo!, y la luz alumbra todo y a todos los que están en la casa, dice el Señor. Amén.

Nuestra Fe y Tradición

Cuarto Concilio Ecuménico

4093__444434e665b8dApenas había terminado la condenación de Nestorio por los santos padres del Concilio Ecuménico III de Efeso, se celebró en Calcedonia el IV Concilio Ecuménico en el año 451 presidido por el obispo Anatoli de Constantinopla. El papa León el Grande fue representado por 2 obispos.

Este Concilio fue convocado por el emperador marciano y la emperatriz Pulquería contra las falsas enseñanzas de Eutiques, archimandrita de Constantinopla, quien rechazaba la naturaleza humana de nuestro Señor Jesucristo; inventando una especie de absorción de la naturaleza humana en la naturaleza divina de Cristo (como si después de la encarnación solo subsistía en el salvador una sola naturaleza). Esta enseñanza se llama monofisita y sus seguidores monofisitas.

Después de condenar las herejías de Eutiques, la asamblea decretó, como verdadera, la enseñanza que en nuestro Señor Jesucristo existen dos naturalezas, una divina, porque es Dios verdadero que ha nacido en la eternidad del Padre; y otra humana, pues se encarnó por obra del Espíritu Santo en el cuerpo de la Virgen María, sin confusión, sin cambio, sin división ni separación unidas en una sola persona y en una sola hipóstasis, cada uno de las cuales se conserva entera y sin alteración después de la unión, con sus propiedades respectivas.

En resumen, podemos decir que en Él, existe una naturaleza divina porque es Dios verdadero nacido en la eternidad del Padre y otra humana, pues se encarnó por obra del Espíritu Santo en la Virgen María, y semejante en todo a nosotros, salvo nuestro pecado, porque él es purísimo.

Vida de Santos

Santa Marina la Martir

17 de julio

Santa Marina nació en Antioquía (en Asia Menor, hoy Turquía). Su padre era un sacerdote pagano. Por su ama de leche, Santa Marina conoció la fe17_4 cristiana. Fue el tiempo en que el emperador Diocleciano (284 — 305) desató una persecución contra los cristianos. Debido a eso muchos cristianos debieron esconderse en cuevas o en desiertos. Al cumplir 12 años, Marina se bautizó. Cuando lo supo su padre, renegó de ella.
Un día, cuando Marina ya tenía 15 años, estaba cuidando a unas ovejas que pastoreaban. Pasó por el lugar el gobernador de la región, quedó fascinado por la belleza de la joven y le propuso matrimonio. Marina no ocultó que era cristiana. Entonces, el gobernador la entregó al cuidado de una noble mujer. Tenía la esperanza que ésta iba a convencer a la joven a renegar de Cristo. Pero Marina fue firme y se negó a ofrecer un sacrificio a los ídolos.
Entonces la sometieron a las más terribles torturas: la azotaron con varillas, cortaron su cuerpo con tridentes, le clavaron clavos, la quemaron con fuego. Al presenciar tales sufrimientos de la joven, el pueblo lloraba de compasión. La gracia de Dios sanó a Marina de sus heridas, pero los torturadores, pese al milagro, no entraron en razón. Al día siguiente, otra vez le quemaban el cuerpo y luego comenzaron a ahogarla en un gran barril. Durante esas torturas la tierra tembló. De las muñecas de Marina se cayeron las cadenas, sobre su cabeza empezó a irradiarse una extraordinaria luz, dentro de esa luz volaba girando una paloma sosteniendo en su pico una corona de oro. El pueblo asombrado comenzó a glorificar a Dios. El gobernador ordenó ajusticiar a Marina y a todos aquellos quienes creyeron en Cristo. Ese día, junto a Marina, fueron decapitadas 15000 personas. Feotim, un testigo, relató los martirios de Marina. Sus reliquias se encontraban en Constantinopla hasta la conquista de la ciudad por los cruzados en el año 1204. El brazo de Santa Marina se encuentra en el monte Athos en el monasterio de Vatopedi

Sentencias de los Padres del Desierto

  • Decía el abad Pastor: «Como el guardaespaldas está junto al príncipe, preparado para cualquier eventualidad, así también conviene que el alma esté siempre preparada contra el  demonio de la impureza».
  • Un anciano dijo: «El desprendimiento, el silencio y la meditación en secreto, engendran pureza».
  • El abad Geroncio de Petra dijo: «Muchos de los que son tentados de deleites corporales, aunque no pequen corporalmente, pecan de pensamiento. Y aunque conserven la virginidad corporal, fornican en su alma. Por eso, carísimos, bueno es hacer lo que está escrito: “Por encima de todo cuidado, guarda tu corazón”». (Prov. 5).

Boletín del 06/07/2014

4o. Domingo de Mateo

Jesús-centurión

Brillemos en la virtud y así veremos dos hombres de pie
y  vestidos de la luz resplandeciente dentro del sepulcro dador de la vida, 
los que se le aparecieron a las Mirróforas  con sus rostros vueltos
hacia el suelo para entender la Resurrección  del Señor del cielo,
y corramos con Pedro  hacia el sepulcro  maravillándonos del
acontecimiento esperado ver a Cristo vida.     
                                                                                                        Exapostelario

 Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 3

audio27Que se alegren los celestiales,  y que se regocijen los terrenales; 
Porque el Señor desplegó la fuerza de su brazo, 
pisoteando la muerte con su muerte. 
y Siendo el primogénito de entre los muertos, 
nos salvó de las entrañas del Hades 
y concedió al mundo la gran misericordia.

Condaquio

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable;  Mediadora,
ante el Creador, irrechazable:  no desprecies las súplicas de nosotros, 
pecadores, sino acude a auxiliarnos,  como bondadosa,
a los que te invocamos con fe.  Sé presta en intervenir
y apresúrate con la súplica,  oh Madre de Dios,
que siempre proteges a los que te honran.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (6:18-23)

Hermanos: Ustedes, liberados del pecado, se han hecho esclavos de la justicia. —Hablo en términos humanos, en atención a la flaqueza de su carne—. Pues si en otros tiempos ofrecieron sus miembros como esclavos a la impureza y a la injusticia para la iniquidad, ofrézcanlos igualmente ahora a la justicia para la santidad.

Pues cuando eran esclavos del pecado, eran libres respecto de la justicia. ¿Qué frutos cosecharon entonces de aquellas cosas de las cuales al presente se avergüenzan? Pues su fin es la muerte. Pero ahora, habiendo sido liberados del pecado y hechos siervos de Dios, fructifican para santidad; y el fin, la vida eterna. Pues el salario del pecado es la muerte, pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Evangelio según San Mateo (8: 5-13)

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos.» Jesús le dijo: «Yo iré a curarlo.» Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: “Vete”, y va; y a otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace.» Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: «Les aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y les digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos, mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; ahí será el llanto y el rechinar de dientes.» Y dijo Jesús al centurión: «Anda; que te suceda como has creído.» Y en aquella hora el criado quedó sano.

Mensaje Pastoral

Humildad y confianza

«Les aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande.» ¿Qué es lo que hizo que el Señor elogiara, a tal grado, la fe de esteJesusAndTheCenturion1 centurión?

Es que su fe era protegida por dos virtudes que conservaban el equilibrio y producían en él un «camino real», el cual no se desvía a la derecha ni a la izquierda:

Por un lado, tenía la humildad y examinaba y observaba su maldad: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo»; y por otro lado tenía la absoluta confianza en el poder de Dios y en su misericordia: «basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano.» Las dos virtudes, cuando obraron en conjunto, hicieron grande su fe.

El camino real requiere de conservar el equilibrio entre el conocimiento de nuestras debilidades y caídas, y la entrega sincera a la misericordia de Dios. Pues si uno exagera con dejadez hacia la derecha: «¡Dios perdona! ¡Él es misericordioso! ¡Él nos rescata!», se desvía hacia la negligencia y una vida superficial; por otro lado, si exagera hacia la izquierda: «mis pecados son imperdonables… no me  puedo corregir… no tengo carácter, etc.», llegará hasta el otro extremo que se llama «desesperanza» y que, de alguna manera, es blasfemia contra la misericordia de Dios.

Dicen los santos padres que, ante cualquier tentación, el demonio nos enfrenta con dos pensamientos: antes de caer, que «Dios es Todo misericordia y me perdonará»; y al caer, que «¿cómo lo hice yo?, ¿cómo podré estar en la iglesia?, ¿cómo me atreveré a leer su palabra?» Tomándolo en cuenta, el cristiano se defiende con lo contrario; así pues el que se goza estando de pie (centurión con poder) tiene que recordar que puede caer y así se humillará; y el que ha caído (soy indigno), se anima y confía en la bondad del Señor: «con mi Dios, brincaré sobre el muro».

Ni a la derecha ni a la izquierda: éste es el camino real cuando marchamos en el cual, llegaremos a escuchar la voz del Señor: «Anda; que te suceda como has creído.» Amén.

Nuestra Fe y Tradición

La Astrología y Nuestra Fe

imagesUno de los sucesos más característicos que tiene lugar hoy en día en nuestro país es el resurgimiento de todo tipo de visiones y planteamientos a la vida que habían sido en un tiempo rechazadas como “Tonterías poco Científicas” Todos nosotros hemos notado un gran auge de crecimiento en la astrología y varias formas de ciencias ocultas, como el satanismo, la brujería, el espiritismo, etc.

Como Cristianos Ortodoxos podemos responder a éste tipo de desarrollo en una de éstas tres formas, al menos: Nosotros lo podemos vernavidad-ortodoxa1 como un signo positivo de que la gente está buscando una realidad que va más allá de lo meramente físico; o lo podemos ver como un fenómeno indiferente de poco o nulo interés o consideración a nosotros; o podemos ver éste desarrollo como una amenaza a la Fe Ortodoxa, una negación delo tipo de vida Cristiano, y una forma destructiva de creencia, pensamiento y actitud.

En orden para llegar a una de éstas conclusiones es necesario preguntarnos a nosotros mismos qué enseña la Fe Ortodoxa sobre la naturaleza de Dios y del hombre, luego ver como encaja con las visiones que componen la astrología y movimientos de ciencias ocultas. Si tu piensas en tu Fe Ortodoxa por un momento, tu notarás que como Cristianos Ortodoxos sostenemos que Dios es creador y soberano del Universo y todo lo que hay en él.

La diferencia depende sobre nuestra relación con Dios. Y eso depende sobre nuestro deseo de elegir a Dios o Negarlo. Los Cristianos Ortodoxos sostienen la creencia de4 que el hombre el libre de hacer su elección.

Ahora, si vemos a éstas dos creencias (que Dios es amo del mundo, y que nosotros somos, sin embargo, libres de Elegirlo o Negarlo) entonces nosotros veremos muy fácilmente cual debiera ser nuestra actitud cuando comparamos esta creencia Cristiana con las Ciencias Ocultas y la Astrología.

La astrología niega la libertad de nuestro amante y gracioso Padre Celestial, y la gloria así también como la responsabilidad de nuestra libertad. Aunque la astrología pretende apuntar a lo que es presentado como una fuerza más allá del mero materialismo, no hace eso. Es una negación de las verdades fundamentales de la Fe Cristiana.

Como tal no podemos permanecer indiferentes a ello, tampoco debieran los Cristianos compartir en esto o fomentar a otros a compartir en esto. ¡Los horóscopos en periódicos debieran ser ignorados como negaciones del amor de Dios y la libertad moral y espiritual del hombre! Los Cristianos deberían persuadir a otros Cristianos a no tener nada que ver con la astrología. De las tres opciones mencionadas anteriormente, la astrología es definitivamente una negación del tipo de vida Cristiano. ¡Algo que debe ser rechazado como anticristiano!

Sentencia de los Padres del Desierto

  • Decía el abad Pastor:: «El mal nunca ha expulsado al mal. Si alguno te hace algún mal, hazle tú un bien, para destruir su mal con tu buena acción».
  • Un hermano preguntó al abad Sisoés: «¿Por qué no me dejan en paz las pasiones?».  Y le contestó el anciano: «Porque sus instrumentos están dentro de ti. Devuélveles sus  herramientas y se irán»
  • Decía un anciano: «Las palabras solas no bastan. Hoy hay mucha palabrería en los hombres de nuestro tiempo. Pero se necesitan obras. Estas son lo que Dios busca, no palabras  que no dan fruto. »

Boletín del 29/06/2014

Conmemoración de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo

miroforas

Mujeres, escuchen la voz de la alegría,
que dice: “¡Pisoteando al Hades tirano, 
he levantado de la corrupción al mundo!”
Apresúrense y avisen a mis amados la Buena Nueva,
pues deseo que mi creación sea iluminada con la alegría
emanada de donde antes surgía la tristeza.
                                                                             Exapostelario

Himnos de la liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 2

audio27Cuando descendiste a la muerte, oh Vida Inmortal,
mataste al Hades con el rayo de tu  divinidad, 
y cuando levantaste a los muertos del fondo de la tierra, 
todos los poderes Celestiales clamaron: 
¡Oh Dador de vida, Cristo Dios, gloria a Ti!
 

Tropario de San Pedro y San Pablo

Tono 4

Oh Primados entre los Apóstoles y Maestros del universo:
interceded ante el  Señor de todo para que otorgue la paz al mundo,
y a nuestras almas la gran  misericordia.
 

Condaquio general

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable; 
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, 
pecadores, sino acude a auxiliarnos, 
como bondadosa, a los que te invocamos con fe. 
Sé presta en intervenir y apresúrate con la súplica,
oh Madre de Dios, que siempre proteges a los que te honran.

Lecturas Bíblicas

Segunda Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios (11:21 – 12:9)

Hermanos: En cualquier cosa en que alguien presumiere —es una locura lo que digo— también presumo yo. ¿Qué son hebreos? También yo lo soy. ¿Qué son israelitas? ¡También yo! ¿Son descendencia de Abraham? ¡También yo! ¿Ministros de Cristo? — ¡Digo una locura!— ¡Yo más que ellos! Más en trabajo; más en cárceles; muchísimo más en azotes; en peligros de muerte, muchas veces. Cinco veces recibí de los judíos cuarenta azotes menos una. Tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces naufragué; un día y una noche pasé en el abismo. Viajes frecuentes; peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros de los de mi raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en despoblado; peligros por mar; peligros entre falsos hermanos; trabajo y fatiga; noches sin dormir, muchas veces; hambre y sed; muchos días sin comer; frío y desnudez. Y aparte de otras cosas, mi responsabilidad diaria: la preocupación por todas las Iglesias. ¿Quién desfallece sin que desfallezca yo? ¿Quién sufre escándalo sin que yo me abrase?

 Evangelio según San Mateo  (16:13-19)

En aquel tiempo, al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?»  Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas.» Les dijo Él: «Y ustedes ¿quién dicen que soy Yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente.» Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y Yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»

Mensaje Pastoral

El abrazo de las virtudes de San Pedro y San Pablo

Homilía de Monseñor Pablo Yazigi, Arzobispo de Alepo

El icono clásico de esta fiesta muestra a los dos apóstoles, Pedro y Pablo, abrazándose y besándose. Existen varias interpretaciones que explican este ícono: para algunos, se trata del abrazo de los dos apóstoles al reconciliarse después de la diferencia que tuvieron en Antioquía (Hech 15); para otros, el abrazo representa al encuentro de Oriente (en la persona de Pablo) con Occidente (en la persona de Pedro); y para otros también, es el símbolo del final común que ambos tuvieron al ser martirizados en Roma, el primero decapitado y el segundo crucificado como el Maestro.
Todas estas interpretaciones ofrecen soluciones válidas y constructivas, en especial la última. De todos modos, es evidente que ambos apóstoles representan dos mundos distintos, y nos revelan dos figuras bíblicas muy importantes, cada una gratificada de virtudes que le dieron un relieve particular.
En efecto, un trío de virtudes caracterizan al apóstol Pablo, mientras que un trío paralelo caracterizan al apóstol Pedro.
Empezando con el apóstol Pablo, observamos fácilmente en los textos del Nuevo Testamento que san Pablo aprovechó tres aspectos que le ayudaron, sin lugar a dudas, a llevar a cabo su duro apostolado.
1- El apóstol Pablo era un ciudadano romano, lo que conllevaba tener derechos civiles únicos. Él los aprovechó cada vez que surgía la necesidad. Por ejemplo, él fue liberado de la prisión de los Filipenses, cuando reveló que era ciudadano romano (Hech 16:37). También, rechazó ser juzgado en una colonia judía y pidió ser enviado a Roma para ser juzgado ante el propio César (Hech 25:10). Aquí aparece la manera con la que el apóstol Pablo manejó la autoridad en su vida.
2- El apóstol Pablo era versado en el idioma y la filosofía griegas. Por ello, Dios vio en él “un vaso escogido” (Hech 9:15) y lo envió a las naciones. Por el griego, el apóstol Pablo fue capaz de pescar para Cristo el gran mundo griego civilizado. Él puso la capacidad de la filosofía y el conocimiento del idioma como herramientas para establecer el diálogo, el encuentro y la comunicación, todo ello al servicio de la palabra divina. Aquí aparece el rol de la ciencia y de la filosofía en su vida.
3- El apóstol Pablo poseyó una tercera singularidad: su origen hebreo israelita (II Cor 11:22). Era de los judíos de la diáspora. Se enorgullecía de que era un fariseo educado bajo Gamaliel (Hech 22:3). Aquí aparece el papel de la religión en su vida.
Por otro lado se observa un trío de virtudes que caracterizan al apóstol Pedro.
1- Jesús llamó a Pedro “pastor”, cuando éste Le respondió afirmativamente a la pregunta: “¿Me amas?” (Jn 21:15). Entonces, Jesús lo mandó a pastorear las ovejas. Pues el amor es servicio pastoral. Ahí, aparece el asunto del servicio y de la pastoral en su vida.
2- Pedro es quien confesó la verdad más importante. Pues el acontecimiento más importante en su vida fue su notable confesión: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mt 16:16). Es esta confesión la que el Señor consideró como roca sobre la cual establecer Su iglesia.
3- Pedro se caracterizó por su celo en amar a Cristo. Es fácil observar en los textos del Nuevo Testamento que Pedro quiso siempre mostrar un celo que superara el de todos los apóstoles, por amor a Jesús. Esto celo lo llevó a prometer a Jesús que Lo iba a seguir hasta la muerte (Jn 13:37), a cortar la oreja del siervo del sumo sacerdote (Mt 26:51), y a tirarse de inmediato en el lago Tiberíades para ser el primero en encontrarse con Cristo resucitado de entre los muertos (Jn 21:7). Así que Pedro se caracterizó por un celo benéfico.
En verdad, estos dos “tríos” de virtudes se complementan cuando uno abraza al otro. Sí, la autoridad ha de ser servicio y pastoral; la filosofía, verdad; y la religión, celo ardiente.
En verdad, el verdadero sentido de la autoridad es pastorear al rebaño: “Cualquiera de ustedes que desee llegar a ser grande será su servidor, y cualquiera de ustedes que desee ser el primero será siervo de todos” (Mc 10:43-44). Y también, la verdadera filosofía es la verdad cristiana, y la ciencia verdadera se encuentra con la fe cristiana. Asimismo, la religión sin la chispa del amor celoso pierde su vitalidad y se convierte simplemente en un esquema farisaico estático mortal.
Sí, el “camino” es la porción de la pastoral y del servicio en la autoridad, y la porción de la “verdad” en la filosofía, y la porción de la “vida” en la religión. Esto es lo que simboliza el abrazo de Pedro y Pablo. Es decir que la autoridad de Pablo abraza el servicio y la pastoral de Pedro, las ciencias de Pablo se abrazan con la verdad de Pedro, y finalmente, es la religión de Pablo la que se abraza con el celo amoroso de Pedro.
El abrazo de las virtudes de Pedro con las virtudes de Pablo, la intersección de estos dos mundos como así también la convergencia de los dones de cada uno de ellos, son realmente una realización de la proclamación de Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14:6). Amén

Nuestra Fe y Tradición

El Nuevo Testamento

5El corazón del Nuevo Testamento está conformado por los cuatro Evangelios: el de Mateo, de Marcos, de Lucas y de Juan, quienes se llaman los Evangelistas, que quiere decir los que escribieron los Evangelios. La palabra Evangelio proviene del Griego, -Evangelion- y, como ya hemos visto, significa “Buena Nueva”.

El Nuevo Testamento contiene también el Libro de los Hechos de los Apóstoles, escrito por San Lucas. Además encontramos catorce Epístolas (que simplemente significa “cartas”) atribuidas al Apóstol San Pablo. No obstante, es posible que algunas, como la Epístola a los Hebreos, no fueran escritas directamente por él. También se encuentran en el Nuevo Testamento tres epístolas  escritas por el Apóstol Juan; dos por el Apóstol Pedro; una atribuida al Apóstol Santiago y otra al Apóstol Tadeo (Judas). Finalmente se encuentra el Libros de la Revelación, que también se conoce como el Apocalipsis, atribuido a San Juan.

Para el Cristiano Ortodoxo, la Biblia es la principal fuente escrita de la Doctrina Divina, ya que Dios Mismo inspiró su escritura por su Santo Espíritu. (Véase II Timoteo 3, 16 y II Pedro 1, 20.) Esta es la doctrina de la inspiración de la Biblia; es decir, que hombres inspirados por Dios escribieron las palabras que son verdaderamente sus propios palabras humanas (¡toda palabra es humana!), pero que sin embargo se puedan llamar, en su conjunto, la Palabra de Dios. Así la Biblia es la Palabra de Dios en forma escrita pues contiene no solamente los pensamientos y experiencias de los hombres, sino la Revelación de Dios Mismo.

El corazón de la Biblia, Palabra de Dios escrita a la manera de los hombres, es la persona del Verbo Viviente de Dios bajo el aspecto de hombre, Jesucristo. Todas las partes de la Biblia se interpretan en la Iglesia Ortodoxa a la luz de Cristo, pues todo lo que está en la Biblia conduce a Cristo y habla acerca de Él. (Lucas 24, 44) Se simboliza esto en la Iglesia Ortodoxa por el hecho de que es solamente el Libro de los Cuatro Evangelios el que se encuentra entronizado en el Altar, y no la Biblia entera. Esto es así porque todo lo que está en la Biblia se cumple en Cristo.

Vida de Santos

Santos Pedro y Pablo, apóstoles

29 de junio

La tradición enseña que la Iglesia de Antioquía fue fundada por San Pedro el Apóstol en el año 34 (Hechos 2:26) y por Pablo acompañado
Ortodoxos Apóstoles San Pedro y San Pablo 001 de Barnabas que predicaron allí a los Gentiles y a judíos que eran numerosos en la ciudad.

En Antioquía se desarrollo un conflicto dentro de la Iglesia entre Pedro y Pablo. Era sobre la necesidad o no de circuncisión de los Gentiles conversos a la Cristiandad. La resolución de este conflicto fue en el Concilio de Jerusalén bajo Santiago el Apóstol, se determinó la importancia de la misión de Antioquía a los Gentiles y la naturaleza dinámica de esa comunidad en su trabajo misionero. De Antioquía Pablo y Barnabas partieron para sus grandes jornadas misioneras a las tierras Gentiles. (Hechos 13:1). Y en Antioquía se les llama por primera vez cristianos a los seguidores de Jesús. (Hechos 11:26)

Solemnidad de san Pedro y san Pablo, apóstoles. Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue llamado Pedro. Pablo, apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a judíos y griegos. Los dos, con la fuerza de la fe y el amor a Jesucristo, anunciaron el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del emperador Nerón, ambos sufrieron el martirio: Pedro, como narra la tradición, crucificado cabeza y Pablo, degollado En este día, su triunfo es celebrado por todo el mundo con honor y veneración.

Sentencias de los Padres del Desierto

  • El abad Agatón dijo: «El hombre irascible, aunque resucite muertos, no agrada a Dios por causa de su ira».
  • El abad Teodoro decía: «Muchos eligen descansar aquí abajo, antes de que Dios le conceda el descanso».
  • Dijo el abad Pastor: «No vivas en un lugar donde veas que existen algunos que te tienen envidia. No harás allí ningún progreso en la virtud.

Boletín del 22/06/2014

2°. Domingo después de Pentecostés

duccio081

Cuando las Mirróforas vieron la piedra removida, 
se alegraron porque vieron a un joven sentado
en el sepulcro que les dijo:  Cristo resucitó;
decid a los Apóstoles y a Pedro:  Corran al monte de Galilea,
allá donde se les aparecerá a vosotros, 
oh amados, tal como antes lo había dicho.
                                                                                      Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 1

audio27Cuando la piedra fue sellada por los judíos y
tu purísimo cuerpo fue custodiado por los guardias,
resucitaste al tercer día, oh Salvador,
concediendo al mundo la vida. Por lo tanto,
los poderes celestiales clamaron a Ti:  Oh Dador de Vida,
Gloria a tu Resurrección, oh Cristo, gloria a tu Reino,
gloria a tu plan de salvación, oh Único, Amante de la humanidad.

Condaquio general

Tono 4

Oh Protectora de los cristianos indesairable; 
Mediadora, ante el Creador, irrechazable:
no desprecies las súplicas de nosotros, 
pecadores, sino acude a auxiliarnos, 
como bondadosa, a los que te invocamos con fe. 
Sé presta en intervenir y apresúrate con la súplica,
oh Madre de Dios, que siempre proteges a los que te honran.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (2: 10-16)

Hermanos: Gloria, honor y paz a todo el que obre el bien; al judío primeramente y también al griego; que no hay acepción de personas en Dios.

Pues cuantos sin ley pecaron, sin ley también perecerán; y cuantos pecaron bajo la ley, por la ley serán juzgados; que no son justos delante de Dios los que oyen la ley, sino los que la cumplen: ésos serán justificados (pues cuando los gentiles que no tienen ley cumplen naturalmente la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos; los cuales muestran la obra de la ley escrita en su corazón, como se lo atestigua su conciencia y sus diferentes juicios que ya los acusan, ya los defienden), en el día en que Dios juzgará los secretos de los hombres por Cristo Jesús, según mi Evangelio.

Evangelio según San Mateo (4: 18-23)

En aquel tiempo, mientras Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos: Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dijo: «Vengan conmigo, y los haré pescadores de hombres.» Y ellos al instante, dejando las redes, lo siguieron. Más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Ellos, al instante, dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

Recorría Jesús toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo.

Mensaje Pastoral

Dejándolo todo lo siguieron

«Recorría Jesús toda Galilea, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo.»

Proclamando el Reino = curando toda enfermedad.

Como si la curación fuera la «propaganda» del Reino de los cielos. en realidad la salud es el contenido de la promesa proclamada; en latín el vocablojesus-llama-a-sus-discipulos-300x211 «salud» se refiere a la salvación, y esta última en el concepto bíblico no es más que un sinónimo de la sanación, «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento», dijo el Señor (Lc 5:32).

Cualquier trato médico pasa por tres etapas: el diagnóstico, el proceso y el cuidado posterior.

El diagnóstico empieza cuando el enfermo nota cierta anomalía. Aunque la rutina de su vida humana marcha de un modo normal, no está conforme en su sentir; se percibe incapaz de resolverlo solo y busca al médico para saber de qué se trata. La calidad del diagnóstico se basaría en dos condiciones: la sinceridad del paciente y la habilidad del médico.

Para pasar al proceso de la curación, el  médico primero tiene que capturar la convicción del paciente, trasmitir la confianza, la fe; si no, el proceso es detenido. Una vez dado este rayo inicial, se pone en marcha el tratamiento —inmediato, a largo plazo u operación, no importa—, le tocaría al paciente entonces tres cuidados: paciencia, esperanza y obediencia. ¡Primeramente el Médico, todo va a salir muy bien!

Cuando el proceso es concluido y el ambiente está lleno de alegría por el éxito obtenido, el paciente tiene dos sentimientos: humildad por considerar lo frágil que su cuerpo lo es (él sabe que en cualquier momento podría someterse de nuevo al mismo dolor) y gratitud para con el médico a quien se lo debe todo.

¡Bendito sea este paciente! observó su anomalía, tuvo la iniciativa, entró a la Iglesia, clínica de la Gracia, se dejó diagnosticar a la luz de la palabra de Dios, avanzó en el proceso del arrepentimiento y la conversión con paciencia, esperanza y obediencia; finalmente, la flaqueza de su vida se mostró solemne y grandiosa por la gratitud.

Aquellos que pescaban en la barca de Galilea admiraron este Reino de salud, de tal modo que «dejando todo, lo siguieron».

Nuestra Fe y Tradición

Ángeles (Todas las cosas visibles e invisibles).

descargaAdemás de la creación física y visible, existe también un mundo invisible creado por Dios. A veces la Biblia se refiere a él como “los cielos” y a veces como aquello que está “arriba de los cielos”. Sea lo que sea su descripción simbólica en la Sagrada Escritura, el mundo invisible definitivamente no forma parte del universo material, físico. No está situado en el espacio; no tiene dimensiones físicas. Y entonces no puede ser localizado, y no ocupa ningún “lugar” que pueda ser alcanzado después de un viaje  entre las galaxias  del universo físicamente creado.

Sin embargo, el hecho de que el mundo invisible y creado sea puramente espiritual y no pueda ser encontrado en un mapa del mundo material creado, no hace que sea menos real o que no exista  verdaderamente. La creación invisible existe como algo diferente, distinto al mundo creado visible y, por supuesto, totalmente diferente a la existencia absolutamente super-divina y no-creada del Dios no-creado.

La realidad creada invisible está constituida de  los ejércitos de los poderes incorpóreos, que generalmente se llaman (y más bien incorrectamente) los Ángeles.

Los ángeles (que literalmente significa “mensajeros”), son, estrictamente hablando, solo una de las órdenes entre los poderes incorpóreos del mundo invisible.

Según las Sagradas Escrituras y la Tradición Ortodoxa, existen nueve órdenes de los poderes incorpóreos o Ejércitos (Sabaoth significa “ejércitos” o “coros” u “órdenes” ). Existen ángeles, arcángeles, principados, potestades, virtudes, dominios, tronos, querubines y serafines. Estos dos últimos son descritos como ofreciendo gloria y adoración continua a Dios con la incesante y eterna proclamación: Santo!, Santo!, Santo! (Isaias 6, 3; Apocalipsis 4, 8). Los dominios, tronos, virtudes, potestades y principados, no son muy conocidos de los hombres, mientras que los ángeles y arcángeles se conocen como trabajadores activos, guerreros y mensajeros del Señor en el mundo. Así, los ángeles y arcángeles luchan contra el mal espiritual, y median entre Dios y el mundo. Aparecen a los hombres en variadas formas en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, tanto como en la Vida de la Iglesia. Los ángeles son portadores del poder y la presencia de Dios, y son mensajeros de Su palabra para la salvación del mundo. Los ángeles que son mejor conocidos son Gabriel (cuyo nombre significa “hombre de Dios”), que es el portador de la buena nueva del Nacimiento de Cristo (Daniel 8, 16; 9, 12; Lucas 1, 19, 26), y Miguel (que quiere decir “aquel que es semejante a Dios”) cabeza de los ejércitos espirituales de Dios (Daniel 11, 13; 12, 1; Judas 9; Apocalipsis 12, 7).

Generalmente las apariencias de los poderes incorpóreos  se describen a los hombres de una manera física (“de seis alas e innumerables ojos”; o en la “forma de un hombre”). Sin embargo, se debe entender claramente que estas  son descripciones simbólicas solamente. Por naturaleza y definición los ángeles no tienen cuerpos y no poseen propiedad material de ningún tipo. Son seres estrictamente espirituales.

Vida de Santos

Santos Pedro y Pablo, apóstoles

29 de junio

La tradición enseña que la Iglesia de Antioquía fue fundada por San Pedro el Apóstol en el año 34 (Hechos 2:26) y por Pablo acompañado
Ortodoxos Apóstoles San Pedro y San Pablo 001 de Barnabas que predicaron allí a los Gentiles y a judíos que eran numerosos en la ciudad.

En Antioquía se desarrollo un conflicto dentro de la Iglesia entre Pedro y Pablo. Era sobre la necesidad o no de circuncisión de los Gentiles conversos a la Cristiandad. La resolución de este conflicto fue en el Concilio de Jerusalén bajo Santiago el Apóstol, se determinó la importancia de la misión de Antioquía a los Gentiles y la naturaleza dinámica de esa comunidad en su trabajo misionero. De Antioquía Pablo y Barnabas partieron para sus grandes jornadas misioneras a las tierras Gentiles. (Hechos 13:1). Y en Antioquía se les llama por primera vez cristianos a los seguidores de Jesús. (Hechos 11:26)

Solemnidad de san Pedro y san Pablo, apóstoles. Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue llamado Pedro. Pablo, apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a judíos y griegos. Los dos, con la fuerza de la fe y el amor a Jesucristo, anunciaron el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del emperador Nerón, ambos sufrieron el martirio: Pedro, como narra la tradición, crucificado cabeza y Pablo, degollado En este día, su triunfo es celebrado por todo el mundo con honor y veneración.

Sentencias de los Padres del Desierto

  • El abad Agatón dijo: «El hombre irascible, aunque resucite muertos, no agrada a Dios por causa de su ira».
  • El abad Teodoro decía: «Muchos eligen descansar aquí abajo, antes de que Dios le conceda el descanso».
  • Dijo el abad Pastor: «No vivas en un lugar donde veas que existen algunos que te tienen envidia. No harás allí ningún progreso en la virtud.

Boletín del 15/06/2014

Domingo de Todos los Santos

icono de todos los santos

Coronemos con cánticos al Bautista y Precursor,
a los Apóstoles, Profetas y Mártires;   Archisacerdotes,
Ascetas, mujeres amantes de Dios 
y a todos los justos junto con los coros angélicos,
pidiendo que, por sus ruegos,
alcancemos la gloria que han obtenido,
gloria que brota de Cristo Salvador.
                                                                                         Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de Resurrección

Tono 8

audio27Descendiste de las alturas, oh Piadoso, 
y aceptaste el entierro de tres días
para librarnos de los sufrimientos.
Vida y Resurrección nuestra, oh Señor, gloria a ti.

Tropario Domingo de todos los Santos

Tono 4

audio27Oh Cristo Dios, tu Iglesia, adornada
con la sangre de tus mártires de todo el mundo,
como si fuera con fino lino y púrpura,  por ellos,
te ruega diciendo: envía tu piedad sobre tu pueblo,
otorga al mundo la paz, y a nuestras almas la gran misericordia.

Condaquio del Domingo de todos los Santos

Tono 8

Oh Sembrador de la creación, el universo te ofrece,
como primicias de la naturaleza, a los Mártires,
Portadores de Dios;  por cuyas súplicas y
las de la Madre de Dios, conserva a tu Iglesia
en profunda paz, oh Señor Todo Misericordia.

Lecturas Bíblicas

Carta del Apóstol San Pablo a los Hebreos (11: 33 – 12:2)

Hermanos: Los Santos, por la fe, sometieron reinos, hicieron justicia, alcanzaron las promesas, cerraron la boca a los leones; apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, sacaron fuerzas de la debilidad, se hicieron valientes en la guerra, rechazaron ejércitos extranjeros; las mujeres recobraron resucitados a sus muertos. Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor; otros soportaron burlas y azotes, y hasta cadenas y prisiones; apedreados, torturados, aserrados, muertos a espada; anduvieron errantes cubiertos de pieles de ovejas y de cabras; faltos de todo; oprimidos y maltratados, ¡hombres de los que no era digno el mundo!, errantes por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas de la tierra. Y todos ellos, aunque alabados por su fe, no consiguieron la promesa. Dios tenía ya dispuesto algo mejor para nosotros, de modo que no llegaran ellos sin nosotros a la perfección.

Por tanto, también nosotros, ya que tenemos en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, fijos los ojos en Jesús, autor y consumador de la fe.

Evangelio según San Mateo (10:32-33;37-38;19:27-30)

Dijo el Señor a sus discípulos: «Por todo aquél que se declare por Mí ante los hombres, Yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos. El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a Mí, no es digno de Mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás, no es digno de Mí.»

Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo: «He aquí que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos, pues?» Jesús les dijo: «Yo les aseguro, que en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su Trono de gloria, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquél que haya dejado casa, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi Nombre, recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros.»

Mensaje Pastoral

Alas de santidad

La semana pasada hemos celebrado Pentecostés, hemos inclinado la cabeza y doblado las rodillas ante la acción del Espíritu Santo que desciende sobre los Apóstoles y sobre toda la Iglesia. Hoy, el primer domingo después de Pentecostés, celebramos la reacción del hombre ante dicha acción, celebramos la santidad como el fruto del descenso del Espíritu Santo sobre los fieles: es el Domingo de Todos los Santos.

La Santidad es la meta de la vida cristiana y la voluntad de Dios para con nosotros (1Tes 4:3), por lo que las lecturas bíblicas que la Iglesia establece para el día de hoy nos enseñan dos alas indispensables para elevarnos en esta dignidad.

«Ya que tenemos en torno nuestro tan gran nube de testigos (los santos), sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos PadresdelaIglesia01 con  fortaleza la prueba que se nos propone, fijos los ojos en Jesús», dice san Pablo en la Epístola de hoy (Heb 12:1-2). Entonces la lucha es la primera ala. Los santos no han logrado la vida virtuosa sin fatigas y sudor, sin caídas y penitencia, sin dolores y consuelos. San Antonio el Grande enfatiza: «Nadie entra el Reino de los Cielos sin pruebas». Esto es opuesto a la religiosidad Light que la era nos sugiere, según la cual no hay necesidad más allá de unas fantasías de tendencia psíquica que acarician nuestro sistema emocional, mientras nos dejamos llevar por lo natural de la vida mundana descuidando la caridad y desenfrenando la rebeldía del instinto. San Pablo nos advierte del peso del pecado (sacudamos todo lastre); entonces la dejadez descrita arriba necesariamente nos llevaría conforme a la gravedad del siglo presente. En cambio, la vigilia y la lucha constantes son capaces de crear en nosotros una gravedad nueva y celestial, y ésta es la segunda ala de la santidad:

«El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a Mí, no es digno de Mí», dice la lectura evangélica de hoy. Cuando observamos estas palabras del Señor, quizás opinamos que son duras, como si nos estuviera proponiendo escoger uno de dos afectos; sin embargo, Pedro, quien dijo «he aquí que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido», no se apartó de su familia ni descuidó a su suegra cuando ésta se enfermó (Lc4: 38-39); el Señor mismo, en la boda de Caná de Galilea, obedeció a su madre y efectuó el milagro aunque no era un momento oportuno –«aún no ha llegado mi hora» (Jn 2:4)–;  y con todo y la grandeza de su Pasión, no dejó de preocuparse por su Madre y se la encargó a su discípulo amado (Jn 19:26). Cuado el Señor dice: «El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí», nos ilustra una imagen según cuya semejanza debe ser nuestra relación con Dios, nuestra religiosidad. Cuando la madre padece algún malestar, la atención de sus hijos no es un deber familiar o social sino una reacción de un amor filial sincero; y cuando el hijo está feliz, los sentimientos de los padres no se explican con ninguna regla secular. Del mismo modo, la relación con Dios, Padre nuestro, no se identifica con deberes u obligaciones sino con amor verdadero que crece día a día y supera aun el cariño natural hacia los de la casa. Este amor progresivo e ilimitado no se logra sino con la convivencia: ¿cómo amarlo sin convivir con Él? La lectura bíblica y la vida espiritual y sacramental procuran, en el fondo, estar en una convivencia tal que produce amor sincero hacia Dios; es la nueva gravedad que hace suave el yugo y ligera la carga (Mt 11:30).

Una vez el Señor platicaba con la muchedumbre acerca del camino de la vida cristiana, la mayoría se escandalizó por la dureza de sus palabras y lo dejó, entonces Él preguntó a sus discípulos más allegados si querían ellos también retirarse. Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.» (Jn 6:68)

La lucha sin amor activo a Dios se vuelve una rutina agobiante y sin sentido, y la devoción y la emoción sin lucha que nos preserva en la vigilia se entibian y desvanecen; pero cuando las dos alas se acompañan, atraen al hombre hacia la nube luminosa de los santos. Entonces ninguna fuerza o dificultad sería capaz de llevarlo por otro camino, porque diría con Pedro y con todos los santos: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.» Amén.

Nuestra Fe y Tradición

Los Santos

icono de todos los santos“Los Santos” La doctrina de la Iglesia se encarna en la vida de los creyentes verdaderos, los santos. Los Santos son aquellos que literalmente comparten la Santidad de Dios. “Sed Santos, porque Yo, vuestro Dios,  soy Santo” (Levítico 11, 44; I Pedro 1, 16) Las vidas de los Santos atestiguan la autenticidad y la verdad del Evangelio Cristiano, don verdadero de la Santidad de Dios a los hombres.

En la Iglesia existen diferentes clases de Santos. Además de los Santos padres quienes son glorificados específica y especialmente por sus enseñanzas, hay otros tipos de santos según los aspectos particulares de su santidad.

 Así es que se encuentran los apóstoles quienes son enviados para proclamar la fe cristiana, los evangelistas quienes específicamente anuncian y escriben los evangelios, y los profetas que son directamente inspirados para hablar la Palabra de Dios a los hombres. Están los confesores quienes han sufrido por la fe y los mártires quienes mueren por la fe. Están las llamadas “personas santas”, santos que fueron monjes o monjas; y los “justos”, santos de entre los laicos.

Además, los libros litúrgicos tienen un  titulo especial para los santos que eran del clero y otro título especial para los que fueron monarcas o jefes de estado. También hay una clasificación extraña que se denomina a los “locos o insensatos por causa de Cristo”. Estos son aquellos santos que atestiguaron al Evangelio Cristiano del Reino de los Cielos mediante su total despreocupación  por aquellas cosas que generalmente las personas consideran necesarias: ropa, comida, dinero, casa, seguridad, reputación pública, etc. Reciben su nombre de la frase del Apóstol Pablo:”Nosotros somos insensatos por Amor de Cristo” (I Cor. 4, 10; 3, 18)

Por lo general, no es difícil distinguir en las vidas de los Santos entre los elementos definitivamente verdaderos,  y los detalles y adornos que fueron agregados en el espíritu de piedad y entusiasmo en épocas posteriores.  Se debe hacer el esfuerzo necesario para discernir cuál es la verdad esencial en las vidas de los santos. Sin embargo, el hecho de que elementos naturales de la naturaleza milagrosa fueran agregados a las vidas de los santos durante la Edad Media con el objetivo de educar, entretener e incluso hasta divertir, no debe llevarnos a la conclusión que todo lo milagroso que encontramos en las vidas de los santos es inventado por algún motivo literario o moralizante. Por el contrario, se debe insistir que una lectura atenta de las vidas de los santos casi siempre revelará lo que es auténtico y verdadero en lo milagroso. Además, como ya hemos dicho, y con razón, podemos también aprender casi tanto acerca del verdadero significado del cristianismo de las leyendas de los santos producidas dentro de la Tradición de la Iglesia como de las mismas vidas auténticas.

Frases Bíblicas

  • Sed santos como el Padre celestial es santo.  (Mt. 5: 48)
  • Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación.  (1 Tes 4: 3)
  • Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. (Ef 1: 3-4)

Boletín del 08/06/2014

Domingo de Pentecostés

PENTECOSTES

 

Oh Santísimo Espíritu que procedes del Padre
y que, por el Hijo, vienes sobre los  iletrados Discípulos:
salva y santifica a todos los que te reconocen como Dios.
                                                                                                              Exapostelario

Himnos del Liturgia

Tropario Domingo de Pentecostés

Tono 8

audio27¡Bendito eres Tú, oh Cristo Dios nuestro, 
que mostraste a los pescadores sapientísimos
cuando enviaste sobre ellos el Espíritu Santo,
y por ellos el universo pescaste!
¡oh Amante de la humanidad, gloria a Ti!

Condaquio Domingo de Pentecostés

Tono 8

audio27Cuando el Altísimo descendió en Babel,
confundiendo las lenguas, dispersó las naciones;
mas cuando repartió las lenguas de fuego,
llamó a todos a la unidad. Por lo cual,
glorificamos unánimemente al Santísimo Espíritu.

Lecturas Bíblicas

Hechos de los Apóstoles (2: 1-11)

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén judíos, hombres piadosos que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua. Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos estos que están hablando? Pues, ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa? Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene, forasteros romanos, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios.»

Evangelio según San Juan (7: 37-52; 8:12)

En el último día de la fiesta, que es el más solemne, Jesús se puso de pie, y alzo la voz diciendo: «Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El que crea en Mí, como dice la Escritura, de su interior emanarán ríos de agua viva.» Esto lo dijo refiriéndose al Espíritu Santo, que iban a recibir los que creyesen en Él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús todavía no había sido glorificado. Muchos entre la gente, al escuchar estas palabras, decían: «Éste ciertamente es el profeta.» Otros decían: «Éste es el Cristo.» Mas algunos replicaban: «¿Por ventura el Cristo va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de Belén, donde David moraba, vendrá el Cristo?» Con esto, se suscitaron disputas entre la gente del pueblo sobre Él. Algunos de ellos querían prenderlo, pero nadie le echó mano. Los guardias volvieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: «¿Por qué no lo han traído?» Respondieron los guardias: «Jamás hombre alguno ha hablado como habla este hombre.» Les dijeron los fariseos: «¿También ustedes se han dejado engañar? ¿Acaso algún magistrado o fariseo ha creído en Él? Pero esa gente que no conoce la Ley son unos malditos.» Les respondió Nicodemo, el que había ido antes a ver a Jesús y que era uno de ellos: «¿Acaso nuestra Ley condena a un hombre sin haberle oído primero y sin saber lo que hace?» Le respondieron así: «¿Es que tú también eres de Galileo? Examina bien las Escrituras, y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta.»

Jesús les habló de nuevo y dijo: «Yo soy la Luz del mundo. El que me siga no caminará a oscuras, sino que tendrá la luz de la vida.

Mensaje Pastoral

Pentecostés

He aquí a los discípulos reunidos en Jerusalén, tal como lo había mandado el Señor el día de su Ascensión: «que no se ausentasen deSeminarians Icon Jerusalén, sino que aguardasen la promesa del Padre» (Hch 1:4).

«Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.» Pentecostés es el nombre de la fiesta judía  –cincuenta días después de Pascua (la palabra es de origen griego y forma un derivado del número «cincuenta»)– en la cual recordaban la entrega de los diez mandamientos a Moisés y también la renovación del templo de Jerusalén en el tercer siglo antes de Cristo. Eso explica la presencia de muchos judíos de todas las naciones en la Ciudad, que darían crédito del acontecimiento divino: «Había en Jerusalén judíos, hombres piadosos que allí residían, venidos de todas la naciones que hay bajo el cielo.»

Entonces, en aquel Pentecostés, los apóstoles estaban reunidos esperando la promesa. Seguramente se encontraban en la misma estancia superior en la que comieron la Pascua con Cristo. En el icono de la fiesta se ve atrás de ellos un edificio elegante que adorna la escena, mas el acontecimiento no ocurre adentro, el lugar no lo contiene; la reunión de los apóstoles está por encima del tiempo y del espacio, y lo que celebramos hoy no es solo un evento que aconteció en aquel Pentecostés sino la realidad de que, a partir de ese día, la Iglesia vive un Pentecostés constante: el descenso del Espíritu Santo sobre los fieles. Él, Quien les otorga la potestad y la posibilidad   de   llamar   a   Dios   «Abba,   Padre»  (Gal 4:6); sin Él «nadie puede decir ¡Jesús es el Señor!» (1Cor 12:3), ya que Él, como Jesús nos ha prometido, «os lo enseñará todo y os recordará todo lo que Yo os he dicho» (Jn 14:26).

«De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban»; viento, ruido y fuego siempre han sido señales de la presencia de Dios: el Espíritu Santo que desciende sobre los apóstoles es Dios, es la tercera Persona de la Santísima Trinidad, a Quien anunciamos en el Credo que «con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado».

«Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos.» El icono ilustra las lenguas surgidas de la misma fuente. El mismo Espíritu Santo desciende sobre los reunidos y sobre cada uno de ellos personalmente; se les otorga como un don personal que, aunque obra en ellos a través de diferentes carismas, les une en la fe común, a fin de que formen los miembros diversos pero del mismo cuerpo místico, la Iglesia, cuya Cabeza es el Señor: «Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo» (1Cor 12:4). Y el bautizado, a su vez, al ser ungido con el santo Crisma, recibe su propio Pentecostés: «el sello del don del Espíritu Santo», como exclama el sacerdote mientras sella el cuerpo del ya discípulo con la Unción.

En el icono, los apóstoles que se presentan son, del lado derecho: Pablo, Juan, Lucas, Andrés, Bartolomé y Felipe; y de lado izquierdo: Pedro, Mateo, Marcos, Santiago, Simón y Tomas. Esta presentación, y en el orden mismo, es la que podemos observar en los iconostasios de todos los templos ortodoxos. Nótese que hay tres apóstoles que realmente no forman parte del grupo de los Doce: Pablo, Lucas y Marcos; la importancia de su obra en la Iglesia hizo necesario que se contaran entre los apóstoles en el recuadro de Pentecostés. El iconógrafo, como un teólogo, expresa el significado de «apóstol» en un sentido más amplio pasando por alto la restricción literal del concepto. Pablo es el apóstol de las naciones, y Marcos y Lucas son dos de los cuatro Evangelistas cuya labor ha sido fundamental en la difusión y conservación de la fe.

pentecostes-300x175El icono también ilustra un detalle expresivo: el rey coronado que representa a las naciones, el cosmos que espera «el Don del Espíritu Santo»; encarcelado en una cueva oscura, que todavía no ha sido iluminado con la Luz de Cristo; un viejo cansado que lleva sobre sí el pecado del hombre caído; rehén del jefe de este mundo, Satanás; humilde y tranquilo, que lleva un lienzo con doce manuscritos que simbolizan las voces de los apóstoles. En pocas palabras, el icono nos ilustra dos planes: el del mundo nuevo, el universo divinizado y ardiente por el fuego divino; y el del rey recluido en su oscuridad, no le satisfacen las joyas de este mundo que lo adornan sino que espera la Luz y anhela la lluvia que viene del cielo e inunda con gracia abundante la tierra sedienta.

La lucha del cristiano es brincar del encerramiento de su mundo inferior a la «estancia superior», donde la flama del Espíritu Santo encenderá su corazón, quemando las espinas del pecado e iluminando todo su ser.

Nuestra Fe y Tradición

Postración en Pentecostés

El domingo de Pentecostés, después de la Divina Liturgia, participaremos en el Servicio de la Postración.Doblamos las rodillas ante el Espíritu Santo que desciende sobre los Apóstoles y sobre toda la Iglesia reunida. ¿Qué es lo que ofrecemos al hacerlo?

Dios como misericordioso no forza nuestra libertad, y nos pide siempre correspondencia y consentimiento, lo que nosotros hoy expresamos en postración ante Él y exclamamos: Espíritu de Verdad, «Ven a habitar en nosotros, purifícanos de toda mancha y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas». Amén.

Sobre el Espíritu Santo

El Espíritu Santo recibe el título de Señor al igual que  Dios el Padre y Cristo, Su Hijo. Es el Espíritu de Dios y el Espíritu de Cristo. El esTrindad Eterno, No Creado, y Divino; existiendo desde siempre con el Padre y el Hijo; perpetuamente adorado y glorificado con Ellos en la unidad de la Santa Trinidad.

 Tal como el Hijo, nunca hubo un momento cuando el Espíritu Santo no existía. El Espíritu está antes de la creación. Él sale de Dios, como el Hijo, en una procesión eterna, fuera del tiempo. “Procede del Padre”, en la eternidad de un movimiento divinamente instantáneo y perpetuo. (Juan 15, 26).

 La Doctrina Ortodoxa confiesa que Dios el Padre es el origen y fuente eterna del Espíritu, tal como es fuente del Hijo. Sin embargo, la Iglesia afirma también que la manera de la revelación al Padre y de salida del Padre es diferente entre el Hijo y el Espíritu: el Hijo es engendrado, es nacido del Padre, y el Espíritu Santo procede del Padre. Muchos santos varones inspirados por Dios y con una verdadera experiencia de Su Vida Trinitaria han intentado explicar la distinción entre la “procesión” del Espíritu y la “generación” del Hijo. Para nosotros es suficiente reconocer que la diferencia entre las dos está en la distinción entre las personas divinas del Hijo y del Espíritu y sus acciones en relación al Padre, así como en su relación Uno al Otro, y con el Mundo. Es necesario además resaltar que todas las palabras y conceptos acerca de Dios y la divinidad incluyendo a los de “procesión” y “generación”, solo tienen una importancia secundaria ante la visión mística de la Realidad Divina que ellos expresan. Dios puede ser mas o menos comprendido por el hombre puesto que Él ha deseado revelarse a Sí mismo. Sin embargo, la esencia de Su Existencia Trina permanece – y siempre permanecerá- esencialmente inconcebible a nuestras mentes e inexpresable a nuestros labios humanos, creados. Esto no quiere decir que hablar acerca de Dios no tenga sentido. Solo significa que las palabras son inadecuadas para La Realidad que tratan de expresar.

Con la afirmación de la divinidad del Espíritu Santo, y el deber de adorarlo y glorificarlo con el Padre y el Hijo, la Iglesia Ortodoxa afirma que la Realidad Divina, que se llama también la Deidad o la Divinidad en la Tradición Ortodoxa, es la Santísima Trinidad.

 Sentencias de los Padres del Desierto

  • Decía un anciano: «Si uno habita en una región sin dar fruto en ese sitio, el mismo lugar le arrojará porque no ha producido el fruto del país».
  • Decía un hermano a propósito de los malos pensamientos: «Por amor de Dios, hermanos, reprimamos los malos pensamientos como reprimimos las malas obras».
  • Un anciano dijo: «No te agrade todo lo que te digan, ni te prestes a cualquier conversación. Sé tardo para creer y pronto para decir la verdad».

Boletín del 01/06/2014

La Divina Ascensión

y Domingo de los Santos Padres

del Primer Concilio

r-n-ascensión

 

Oh Cristo, mientras los discípulos te miraban
subir al Padre para sentarte a su lado,
los ángeles se apresuraban clamando:
“Levantad las puertas, levantadlas, 
pues el Rey ascendió a la Gloria de su Luz substancial.”
                                                                                                  Exapostelario

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 6

audio27Los poderes celestiales aparecieron sobre tu sepulcro;
y los guardias quedaron como muertos;
María se plantó en el sepulcro buscando Tu Cuerpo Purísimo;
sometiste al hades sin ser  tentado por él;
y encontraste a la Virgen otorgándole la vida.
¡Oh Resucitado de entre los muertos, Señor, gloria a Ti!

Tropario de la Divina Ascensión

Tono 4

audio27Ascendiste con gloria, oh Cristo Dios nuestro,
y alegraste a tus discípulos con la promesa del Espíritu Santo
confirmándoles con tu bendición que eres el Hijo de Dios, el Salvador del mundo.

Tropario de los Santos Padres del Primer Concilio

 Tono 8

audio27¡Glorificado eres Tú oh Cristo Dios nuestro,
que cimentaste a los santos padres en la tierra como astros,
por los cuales nos dirigiste a la verdadera fe! ¡oh Misericordioso, gloria a ti!

Condaquio de la Divina Ascensión

Tono 6

Cuando concluiste el plan de nuestra
Redención uniendo a los terrenales con los celestiales,
ascendiste glorioso a Tu lugar, oh Cristo nuestro Dios,
aunque no Te habías desprendido de él,
pues permaneciste siempre firme en él,
y clamando a los que amas: «
Yo estoy con vosotros y nadie estará en contra».

Lecturas Bíblicas

Hechos de los Apóstoles (20: 16-17, 28-36)

En aquellos días: Pablo había resuelto pasar de largo por Efeso, para no perder tiempo en Asia. Se daba prisa, porque quería estar, si le era posible, el día de Pentecostés en Jerusalén. Entonces desde Mileto envió a llamar a los presbíteros de la Iglesia de Efeso. Cuando llegaron donde él, les dijo:

«Tengan cuidado de ustedes y de toda la grey, en medio de la cual les ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que Él se adquirió con su propia sangre.

Yo sé que, después de mi partida, se introducirán entre ustedes lobos crueles que no tendrán clemencia del rebaño; y también que de entre ustedes mismos se levantarán hombresque hablarán cosas perversas, para arrastrar a los discípulos detrás de sí. Por tanto, vigilen y acuérdense que durante tres años no he cesado de amonestarles día y noche con lágrimas a cada uno de ustedes.

Ahora, hermanos, les encomiendo a Dios y a la Palabra de su Gracia, que tiene poder para edificarlos y darles la herencia con todos los santificados.

Yo de nadie codicié plata, oro o vestido. Ustedes saben que estas manos proveyeron a mis necesidades y a las de mis compañeros. En todo les he enseñado que es así, trabajando, como se debe socorrer a lo débiles y que hay que tener presentes las palabras del Señor Jesús, que dijo: Mayor felicidad hay en dar que en recibir.»

Dicho esto, se puso de rodillas y oró con todos ellos.

Evangelio según San Juan (17: 1-13)

En aquel tiempo, Jesús alzó los ojos al cielo y dijo: «¡Padre!, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a Ti. Y según le has dado potestad sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que le diste. Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra, y he llevado a cabo la obra que me encomendaste. Ahora glorifícame, ¡oh Padre!, junto a Ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que fuese el mundo. He manifestado tu Nombre a los hombres que del mundo me has dado. Tuyos eran, y me los has dado, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me has dado, viene de Ti, porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las han recibido y han conocido verdaderamente que vengo de Ti, y han creído que Tú me enviaste. Yo ruego por ellos, no ruego por el mundo, sino por los que me has dado, porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío; y he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo; yo voy a Ti. ¡Oh Padre Santo!, guarda en tu Nombre a los que me has dado, para que sean uno, así como Nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu Nombre; a los que me has dado, yo los guardaba, y ninguno de ellos se ha perdido, salvo el hijo de la perdición, para que la Escritura se cumpliese. Pero ahora voy a Ti, y digo esto en el mundo, para que tengan en sí mismos mi alegría en su plenitud.»

Mensaje Pastoral

Concilio: camino real

First Ecumenical CouncilCon la asistencia de unos 318 obispos del orbe, se celebró en Nicea, en el año 325 d.C., el 1er. Concilio Ecuménico de la Iglesia, convocado ciertamente por el emperador Constantino el Grande y presidido, al parecer, por Eustacio, obispo de Antioquía. Destaca la presencia de un grupo numeroso de padres que, por su fe, dieron un ejemplo de vida en Cristo, como los santos Nicolás, obispo de Mira, Espiridión, obispo de Trimitos, Macario, obispo de Jerusalén, y el diácono Atanasio (posteriormente obispo de Alejandría).

En el primer tercio del siglo IV, el pueblo cristiano se encontró dividido y confundido por el discurso de un diácono libio, Arrio, que rechazaba la divinidad de Cristo y enseñaba que el Verbo de Dios era criatura y, por lo tanto, no era ni eterno ni de la misma naturaleza del Padre. Y apuntaba que sólo en forma alegórica se le podía decir «Hijo», «Sabiduría» y  «Poder» de Dios.

El Concilio reunido en la plaza central del palacio imperial de Nicea se enteró de la enseñaza de Arrio y la condenó rotundamente como herética, confirmando la fe establecida en el Evangelio y que la Iglesia sostiene hasta nuestros días: Cristo es «verdadero Dios de Dios verdadero». Con ello, los Padres del Concilio no inventaban un dogma nuevo sino que se mantenían firmes en la doctrina de los santos Apóstoles: «Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la Vida eterna», dice Juan, el discípulo amado (1Jn 5:20); palabras claras que no aceptan alegoría alguna. Sobre esta base, el concilio formuló su fe en el Padre y el Hijo dictando la parte primera del Credo, el Símbolo de Nicea.

Nuestra Iglesia Ortodoxa enfatiza que los dogmas no son definiciones nuevas o descubrimientos posteriores a la Biblia sino fórmulas y expresiones de la misma fe anunciada «de una vez y para siempre» (Jds: 3). (Es interesante observar que las frases del Credo en su totalidad son bíblicas, excepto la expresión «consubstancial al Padre», que costó mucho trabajo hasta que los Padres la incorporaron en el Símbolo de Fe al corroborar que su sentido equivale precisamente a las palabras de Jesucristo: «Yo y el Padre somos uno.» [Jn 10:30]).

El concilio entonces no es la reunión de unos obispos o teólogos con el afán de tomar ciertas decisiones sino la expresión de la unidad en la fe, la incorporación de las diferentes iglesias locales en el mismo Camino. En sí, la palabra griega σύνοδος (sínodo), traducida como concilio, es compuesta de dos partes que le dan el sentido de «con el camino». Los cristianos en los Hechos de los Apóstoles, se identificaban con el calificativo «seguidores del Camino» (Hch 9:2, 16:17; 19:23; 24:14). Y la autenticidad de los Concilios se debe a la congruencia de su enseñanza con la vida evangélica, con este Camino original.

¿Cómo nosotros, los cristianos de hoy, podemos mantenernos en el Camino? Al igual que los primeros seguidores, que «acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones» (Hch 2:42).

El interés espiritual y el conocimiento religioso a menudo se desvían, cuando son efectuados individualmente, y concluyen en «ciencia que hincha» (recuérdese que Arrio era un filósofo y muy buen conocedor de las Escrituras); pero quien se mantiene dentro del Concilio y se alimenta de la leche de la vida eclesiástica, crece en «el amor que edifica» (1Cor 8:1).

Hoy, día en que conmemoramos a los Padres del 1er. Concilio Ecuménico, no nada más recordamos sus palabras y categorías dogmáticas sino que también convivimos con ellos en la Reunión Eucarística, asimilamos el Espíritu en el que han vivido y anhelamos la dicha que gozan; ello produce en nosotros una luz de conversión que constantemente corrige nuestro vivir y alumbra nuestra marcha en el camino real.

Nuestra Fe y Tradición

Los Santos Padres de la Iglesia

PadresdelaIglesia01Existen en la Iglesia algunos santos que fueron teólogos y maestros espirituales. Ellos defendieron y explicaron las doctrinas de la Fe Cristiana. Estos santos se llaman los Santos Padres de la Iglesia y sus enseñanzas se llaman las enseñanzas patrísticas. (La palabra patrística viene de la palabra griega que quiere decir “padre”.)

 Algunos de los Santos Padres se llaman Apologetas, porque defendieron las enseñanzas cristianas contra aquellas personas que desde fuera de la Iglesia atacaban o ridiculizaban la Fe. Sus escritos se llaman “apologías”, que quiere decir “respuestas” o “defensas”.

 No todos los Santos Padres fueron defensores contra el error o herejía. Algunos fueron ardientes predicadores, y fueron maestros importantes de la fe cristiana, desarrollando y explicando su significado de una manera más profunda y más completa. Otros fueron maestros de la vida espiritual, dando instrucción a los fieles acerca del significado y método de la comunión con Dios mediante la oración y la vida en Cristo. Aquellos otros Padres que se concentraban en la lucha de la vida espiritual se llaman los padres ascetas. El ascetismo se refiere al ejercicio y preparación de los “atletas espirituales”. Los padres que se concentraban en cómo lograr la comunión espiritual con Dios se llaman los Padres místicos. Se define el misticismo como la unión verdadera, experiencial,  con lo Divino.

 Todos los Santos Padres, sean teólogos, pastores, ascetas o místicos, entregaron sus enseñanzas a partir de la experiencia de su propia vivencia en Cristo. Ellos defendieron, describieron y explicaron las doctrinas teológicas y los caminos de la vida espiritual de su propio conocimiento vivo de estas realidades. Unieron el brillo del intelecto con la pureza del corazón y la vida excepcionalmente virtuosa. Por esto son considerados Padres Santos de la Iglesia.

 El Icono de la Divina Ascensión

ascensionCristo, después de su Resurrección se manifestó varias veces a los discípulos, a las Mirróforas, a más de quinientas personas como nos cuenta San Pablo, y a muchos otros confirmando su Resurrección. Cuarenta días después, ascendió a los cielos. Este acontecimiento, que festejamos el Jueves pasado, nos lo conservó San Lucas en su Evangelio: “mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.” (Lc.24, 51).

El icono de la Ascensión nos dibuja este pasaje evangélico: Cristo asciende al cielo rodeado de un halo de Luz que expresa su divina Gloria, pero la vestimenta que lleva puesta parece igual a la de los apóstoles. Esto es para expresar que, con su ascensión ha elevado con Él a la naturaleza humana. La Ascensión del Señor no es un traslado de lugar (de la tierra al cielo) sino que significa la salida del espacio de lo creado y el ingreso en el de lo divino, lo eterno. Cristo, elevó nuestra naturaleza humana a donde nunca había estado.

La Virgen en el medio del icono eleva sus manos orando en silencio; ella representa a la Iglesia, ya que su seno era el lugar de  reunión entre lo humano y lo divino, así como la Iglesia lo es.

Los dos ángeles vestidos de blanco dicen a los apóstoles: “¿Qué hacéis ahí mirando al cielo? Éste que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo.” (Hch.1, 11)

Los apóstolos, con su vital movimiento, expresan el gozo de recibir la bendición del Hijo de Dios; tristes por ser separados de Él, pero optimistas por la promesa del Espíritu Santo que haría perpetua la Presencia de Jesús en sus corazones. Algunos de ellos miran hacia la Ascensión pero otros contemplan a la Virgen: ¿cómo en tu seno, el Rey de la Gloria hizo su morada?

El icono de la Ascensión es ilustración de la Iglesia cuya Cabeza es nuestro Señor Jesucristo, cuya imagen es la Virgen, y pilares son los Apóstoles.

Vida de Santos

18 de junio

Santo Mártir Leoncio y con él Hipacio y Teódulo.

Los santos mártires Leoncio, Hipacio, y Teódulo, durante el imperio de Vespasiano (año 70-79) padecieron en la ciudad de Trípoli, en18_1 Fenicia. San Leoncio era griego de nacimiento, y militar de alto grado del ejercito romano, inteligente y listo por naturaleza, conocedor de sabiduría literaria, virtuoso, compasivo con los pobres, y hospitalario. Denunciaron al gobernador que Leoncio, pedía a la gente que no veneren ni ofrezcan sacrificios a los dioses paganos. El gobernante mando al Tribuno Hipacio con una escuadrilla de soldados para que detengan a Leoncio. Hipacio por el camino se enfermó y se encontró ante la muerte. Entonces se le apareció un Angel y le dijo “Si quieres sanarte, ruega tres veces al cielo junto con tus soldados “¡Dios, al que venera Leoncio, ayúdame!” Todos así lo hicieron, y el tribuno se sanó. En la ciudad, Hipacio y el soldado Teódulo, encontraron una persona que los invitó a su casa. Este era el mismo Leoncio, él, los educó en la fe cristiana, y los bautizó. Más tarde el gobernador se presentó en la ciudad. Al enterarse de lo sucedido, entregó al martirio a Leoncio, a Hipacio y a Teódulo. A los santos Hipacio y Teódulo les cortaron la cabeza, San Leoncio falleció mientras lo apaleaban. Los cristianos dieron santa sepultura a los mártires cerca del puerto de Trípoli.

Frases Bíblicas

  • He aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre; pero vosotros, permaneced en la ciudad hasta que seáis investidos con poder de lo alto. (Lc 24: 49)
  • … pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. (Hch 1: 8)
  • Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo. (Hch 1: 11)

 

Boletin del 25/05/2014

Domingo de la curación del ciego

CURACIÓN-DEL-CIEGO-DE-NACIMIENTO

 

“Oh Señor, ilumina mis ojos espirituales
oscurecidos con las tinieblas del pecado;
úntalos con la humildad, oh Misericordioso,
y lávalos con las lágrimas del arrepentimiento.”
                                                                         Exapostelario

 

Himnos de la Liturgia

Tropario de la Resurrección

Tono 5

audio27Al coeterno Verbo, con el Padre y el Espíritu,
Al Nacido de la Virgen para nuestra salvación,
alabemos, oh fieles, y prosternémonos. 
Porque se complació en ser elevado en el cuerpo sobre la Cruz
y soportar la muerte, y levantar a los muertos por su Resurrección gloriosa.

Condaquio de Pascua

Tono 8

audio27Cuando descendiste al Sepulcro, oh Inmortal,
destruiste el poder del hades; y al resucitar vencedor, 
oh Cristo Dios, dijiste a las mujeres Mirróforas: 
“¡Regocíjense!” y a tus discípulos otorgaste la paz,
¡Oh Tú que concedes a los caídos la resurrección!

Lecturas Bíblicas

Hechos de los Apóstoles  (16: 16-34)

En aquellos días: sucedió que mientras íbamos a la oración, nos vino al encuentro una muchacha esclava poseída de un espíritu adivino, que pronunciando oráculos producía mucho dinero a sus amos. Nos seguía a Pablo y a nosotros gritando: «Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, que les anuncian un camino de salvación.» Venía haciendo esto durante muchos días. Cansado Pablo, se volvió y dijo al espíritu: «En nombre de Jesucristo te mando que salgas de ella.» Y en el mismo instante salió.

Al ver sus amos que se les había ido su esperanza de ganancia, prendieron a Pablo y a Silas y los arrastraron hasta el ágora, ante los magistrados; los presentaron a los pretores y dijeron: «Estos hombres alborotan nuestra ciudad; son judíos y predican unas costumbres que nosotros, por ser romanos, no podemos aceptar ni practicar.» La gente se amotinó contra ellos; los pretores les hicieron arrancar los vestidos y mandaron azotarles con varas. Después de haberles dado muchos azotes, los echaron a la cárcel y mandaron al carcelero que los guardase con todo cuidado. Éste, al recibir tal orden, los metió en el calabozo interior y sujetó sus pies en el cepo.

Hacia la media noche Pablo y Silas estaban en oración cantando himnos a Dios; los presos les escuchaban. De repente se produjo un terremoto tan fuerte que los mismos cimientos de la cárcel se conmovieron. Al momento quedaron abiertas todas las puertas y se soltaron las cadenas de todos. Despertó el carcelero y al ver las puertas de la cárcel abiertas,sacó la espada e iba a matarse, creyendo que los presos habían huido. Pero Pablo le gritó: «No te hagas ningún mal, que estamos todos aquí.»

El carcelero pidió luz, entró de un salto y tembloroso se arrojó a los pies de Pablo y Silas, los sacó fuera y les dijo: «Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?» Le respondieron: «Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu casa.» Y le anunciaron la Palabra del Señor a él y a todos los de su casa. En aquella misma hora de la noche el carcelero los tomó consigo y les lavó las heridas; inmediatamente recibió el bautismo él y todos los suyos. Les hizo entonces subir a su casa, les preparó la mesa y se alegró con toda su familia por haber creído en Dios.

Evangelio según San Juan (9: 1-38)

En aquel tiempo, Jesús al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento; sus discípulos le preguntaron: «Maestro, ¿quién pecó, éste o sus padres?» Jesús respondió: «Ni él pecó ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Conviene que Yo haga las obras del que me ha enviado mientras es de día; viene la noche cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, Yo soy la Luz del mundo.» Dicho esto, escupió en la tierra e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: «Vete y lávate en la piscina de Siloé» (palabra que significa “el enviado”). Él fue y se lavó allí, y cuando volvió veía claramente.

Sus vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna decían: «¿No es éste el que se sentaba aquí y pedía limosna?» Unos decían: «Es él», otros en cambio: «No, es uno que se le parece.» Pero él afirmaba: «Sí, soy yo.» Le preguntaban, pues: «¿Cómo se te han abierto los ojos?» Contestó: «Aquel hombre que se llama Jesús hizo un poquito de lodo, me untó los ojos, y me dijo: “Vete a la piscina de  Siloé y lávate allí.” Fui, me lavé, y ahora veo.» Le preguntaron: «¿Dónde está ése?» Respondió: «No lo sé.» Lo llevaron, pues, ante los fariseos al que había sido ciego. Pero es de advertir que ese día en que Jesús hizo el lodo y le abrió los ojos al ciego era sábado. Nuevamente, pues, los fariseos le preguntaban también cómo había recobrado la vista. El les respondió: «Puso lodo sobre mis ojos, me lavé, y veo.» Sobre lo que decían algunos de los fariseos: «No viene de Dios este hombre, pues no guarda el sábado.» Otros decían: «¿Cómo un hombre pecador puede realizar tales señales?» Y había desacuerdo entre ellos. Entonces volvieron a decirle al ciego: «Y tú ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?» Respondió: «Que es un profeta.» Pero, por lo mismo, no creyeron los judíos que hubiese sido ciego, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: «¿Es éste su hijo, de quien dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?» Sus padres les respondieron: «Sabemos que éste es hijo nuestro, y que nació ciego, pero cómo ahora ve, no lo sabemos, ni tampoco sabemos quién le ha abierto los ojos; pregúntenle a él, edad tiene y puede responder por sí mismo.»

Esto dijeron sus padres por miedo a los judíos, porque los judíos se habían puesto de acuerdo en echar de la sinagoga a cualquiera que reconociese a Jesús por el Cristo. Por eso dijeron: «Edad tiene: pregúntenle.» Llamaron, pues, otra vez al hombre que había sido ciego, y le dijeron: «¡Da gloria a Dios! Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.» Él respondió: «Si es pecador, yo no lo sé; sólo sé que yo antes era ciego y ahora veo.»

Le replicaron: «¿Qué hizo él contigo? ¿Cómo te abrió los ojos?» Les respondió: «Ya se lo he dicho y no me han oído, ¿por qué quieren oírlo otra vez? ¿Acaso será que también ustedes quieren hacerse discípulos suyos?» Entonces comenzaron a insultarlo. Y le dijeron: «Tú eres discípulo de ése; nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios, mas éste no sabemos de dónde es.»

Respondió aquel hombre y les dijo: «Aquí está lo extraño: me ha abierto los ojos y ustedes no saben de donde viene… Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino que al que teme a Dios y hace su voluntad, a éste le escucha. Desde que el mundo es mundo no se ha oído jamás que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. Si este hombre no fuese de Dios, no podría hacer nada de lo que hace.» Le respondieron: «Saliste del vientre de tu madre envuelto en pecado, ¿y nos das lecciones?» Y lo echaron fuera. Oyó Jesús que lo habían echado fuera, y encontrándolo, le dijo: «¿Crees en el Hijo de Dios?» Respondió él y dijo: «¿Y quién es, Señor, para que crea en Él?» Le dijo Jesús: «Lo has visto; es el mismo que está hablando contigo.» Él entonces dijo: «Creo, Señor.» Y se postró ante Él.

Mensaje Pastoral

Luz que ilumina a todos

Al pasaje evangélico de hoy, lo podemos llamar «de la Luz». En general, el Evangelio según san Juan sugiere la Luz como sinónimo de la Vida. En este sentido, Cristo dijo: «Yo soy la Luz de mundo», y cuando los fariseos se indignaron de su comentario (Jn 8:12-13), lo mostró con la acción que no deja duda alguna:

Escupió en la tierra e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego», acción que trae a la memoria el relato bíblico sobre lablind Creación del hombre. Así como Dios con su aliento dio vida al polvo de la tierra y de la nada trajo al hombre a la existencia, de la misma manera Cristo, al ciego cuyos ojos jamás habían conocido la luz (ciego de nacimiento), se la otorgó en abundancia. (La señal era tan maravillosa que dio lugar al comentario de los presentes en el pésame de Lázaro: «Éste, que abrió los ojos del ciego, ¿no podía haber hecho que Lázaro no muriera?» [Jn 11:37]). Cristo no le devuelve al ciego una capacidad que había perdido previamente sino que le otorga lo que le era inexistente.

«Vete y lávate en la piscina de Siloé», le dijo el Señor; él fue y se lavó allí, y cuando volvió veía claramente. En este recorrido de ir y venir, sin lugar a duda, mucha gente lo vio y así la obra del Señor fue predicada y verificada. Pero ante la veracidad de este milagro –ya que el ciego era conocido por todos por ser un limosnero– hubo varias reacciones:

•             Fariseísmo: reglas que cercan a Dios y no le permiten penetrar en la oscuridad de uno mismo; leyes que determinan al hombre y a Dios sus derechos y deberes; círculos viciosos de planteamientos y cerrazón que rechazan la intervención de Dios en su creación; y vanidad mezquina que deduce lo siguiente: «Nosotros sabemos que ese hombre (Jesús) es un pecador.»

•             Apatía: padres del ciego que resultaron los verdaderos ciegos. Su apatía, ingratitud y miedo a que sean echados fuera del concepto común les impidió participar de la luz del milagro. Prefirieron la seguridad de la tibieza a la aventura de estar en la verdad. Se retiraron del gozo con cobardía acudiendo a la apatía enfermiza: «Edad tiene: pregúntenle.»

•             Agradecimiento: una reacción profunda que implica sinceridad y valentía. El ciego iletrado tuvo que enfrentar a los fariseos que se le amontonaron; refutó, con lo que había vivido, sus argumentos y leyes: «Yo les daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos sus adversarios» (Lc 21: 15). Esta gratitud implica también sacrificio (lo echaron fuera), pero paulatinamente lleva al agradecido al conocimiento de Cristo, Luz verdadera: Curador, hombre de Dios, Profeta y, sobre todo, Hijo de Dios y Dios (y se postró ante Él).

La Luz de Cristo ilumina a todos: ¿Cómo reaccionas, oh alma?

Nuestra Fe y Tradición

El Icono Ortodoxo, oración en colores

 TheotokosandChild[1]El arte eclesiástico, en el oriente, se ha desarrollado dentro de la matriz de la vida sacramental y espiritual en Cristo, y siempre ha aspirado, en sus diferentes ramas, ofrecer lo mismo: “Lo que hemos visto y oído –dice san Juan, el Evangelista,- os lo anunciamos.” (1Jn.1, 3). Por eso, la memoria cristiana ha conservado el término griego ικών, icono, para distinguir las santas imágenes, de las del mundo.

Si la pintura naturalista pretende transmitir las cosas tal como nuestros sentidos las perciben, el icono que usamos en nuestro culto procura ilustrar el mundo transfigurado en Cristo, es la imagen del hombre “espiritual y celestial” y no del “carnal y terrenal” (1Cor.15). El icono ofrece una belleza religiosa que supera las reglas de la visión: pues el origen de la luz no es un centro supuesto por el pintor, sino que la luz (color dorado) llena todo el espacio del icono y penetra en los rostros y vestimentas anunciando la Presencia de Dios: “ni la misma tiniebla es tenebrosa para Ti, y la noche es luminosa como el día” (Sal.139, 12); aquí se ausenta la luz natural con sus reflexiones: no hay sombra ya que la divina luz anula toda oscuridad.

El icono no es un retrato personal que nos comunique la facha de algún santo o del mismo Cristo, sino es la descripción de la gloria, de la que somos convocados a participar. Eso justifica la similitud entre los santos en el arte bizantino: los ojos grandes, con una mirada fija y penetrante, nunca cerrados, “sueño a mis ojos no he de conceder ni quietud a mis párpados, hasta encontrar un lugar para el Señor” (Sal.132, 4-5); los labios callados: “la boca silenciosa comunica los misterios de Dios” (San Isaac el Sirio); los oídos pequeños, ya que los sentidos mueren para el mundo a fin de entrar en la verdadera oración; y los mechones forman olas harmoniosas que rodean el rostro con un marco solemne que profundiza su firmeza y sublimidad. La ternura e inocencia del rostro se acompañan con la seriedad y prudencia.

Ante el realismo del arte medieval, la feligresía esperaba que la leche bendita emanase del seno de la figura de la Virgen, o la bendición milagrosa de la mano de Cristo, mientras el icono ortodoxo, reemplaza la tercera dimensión con una de luz que hace penetrar al orante en la gloria celestial: “Al pararnos en el templo de tu santidad, creemos que estamos parados en el cielo…”

Vida de Santos

San Cirilo Patriarca de Alejandría

9 de junio

Cirilo era de noble nacimiento y familiar cercano de Teófilo, patriarca de Alejandría, después de la muerte del cual fue consagradoSanCiriloDeAlejandría Patriarca. Durante su vida lucho tres feroces batallas: contra los herejes novacianos, contra el hereje Nestorio y contra los judíos de Alejandría. Los novacianos tuvieron su origen en Roma y tomaron su nombre del presbítero hereje Novaciano. Estos se gloriaban de sus virtudes, andaban en público vestidos de blanco, prohibían las segundas nupcias, sostenían que no podía orarse por aquellos que habían cometido pecado mortal, y que no podía recibirse en la Iglesia a aquellos que, en otro tiempo, habían apostatado de ella, sin importar cuán profundamente se arrepintiesen. Cirilo los venció y los echó de Alejandría junto con su obispo. La lucha con los judíos fue más difícil y sangrienta. Los judíos tuvieron gran influencia en Alejandría desde que Alejandro Magno fundó esa ciudad. Su odio contra los cristianos era vicioso y desaforado. Asesinaban cristianos mediante traición, envenenamiento y crucifixión. Tras una larga y difícil lucha, Cirilo logró que el emperador Teodosio el Joven los expulsara de Alejandría. Su lucha contra Nestorio, patriarca de Constantinopla, fue resuelta por el Tercer Concilio Ecuménico en Éfeso (431 d. C.). Cirilo mismo presidió este Concilio y, al mismo tiempo, representó al Papa Celestino de Roma a petición suya, pues este no pudo asistir al Concilio a causa de su avanzada edad. Nestorio fue condenado, anatematizado, y fue exiliado por el Emperador a la frontera oriental del Imperio. Después del final de esta lucha, Cirilo vivió en paz y cuidó celosamente del rebaño de Cristo. Se presentó a sí mismo al Señor en el año 444 d. C. Se dice que fue él quien escribió la oración «Alégrate, oh Virgen Madre de Dios».

Sentencias de los Padres del Desierto

  • Se decía del abad Agatón que durante tres años se había metido una piedra en la boca, hasta que consiguió guardar silencio.
  • Decía también: «Que tu boca no pronuncie palabras malas, pues la viña no tiene espinas».
  • El abad Sisoés decía: «Nuestra verdadera vocación es dominar la lengua»
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